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EL NOÁJIDA ADVERTIDO Parte I

¡Qué mundo en el que nos ha tocado vivir a los Noájidas de hoy! ¡Qué desafíos morales y espirituales tenemos delante de nosotros! No es una exageración advertir que nuestra generación, caracterizada por la innovación y los avances tecnológicos, se está acostumbrando a “vivir” en la oscuridad de sus mentes y a relacionarse entre sí con “códigos de manipulación, deslealtad y mentira”, siendo estos vicios los más grandes peligros para la sociedad civilizada.

Esta situación ha sido causada, entre otras cosas, por los impulsos de la mala inclinación que no han sido sometidos al temor del Eterno, como por ejemplo: avaricia, orgullo, ansias de poder, egoísmo, suscitando:
a) en el ámbito religioso: una piedad inerte e hipócrita;
b) en el ámbito legislativo: un sistema de justicia viciado y corrompido, como por ejemplo, aceptación en el juicio de testimonios falsos y/o testimonios dudosos, jueces parciales, jueces que aceptan soborno, manipulación de las leyes, entre otras formas de perversión del Derecho;
c) en el ámbito político: anarquía (por un lado) y liviandad (por el otro);
d) en la esfera familiar: pleitos, amarguras y degradación del ser hombre y de sus sueños.

De allí la relevancia que tiene el estudio y la internalización de los principios filosóficos que el Noajismo propugna y defiende a escala mundial: el orden individual y colectivo, la bondad, el esfuerzo, la libertad del pensamiento y la refinación del carácter, siendo esta última la finalidad esencial del ser Noájida, lo que en realidad significa: buscar con estricta justicia aquello que es justo y así actuar, de acuerdo a las más elevadas normas de equidad contenidas en las 7 Leyes Universales y siguiendo fielmente los Códigos de Ética que le son intrínsecos.

Para conseguirlo, el Noájida deberá enmarcarse dentro de las siguientes pautas de la moral y la ética:

1. Debe ser distinguido como un ciudadano virtuoso y conocedor de las leyes de su país, siendo cuidadoso en reconocer, señalar y combatir todo aquello que entra en la esfera de lo pernicioso y lo innoble.
2. Para ello, debe estar cercano a las necesidades de sus conciudadanos y al pueblo al cual pertenece, para instruirles en la senda de la justicia y para reprocharles y orientarles en lo que resulta ser repugnante para la comunidad. Afirma el Talmud, respecto a nuestros deberes como ciudadanos ejemplares: “Cualquiera que sea capaz de advertir reprochando a los miembros de su casa por incumplimiento y no lo hace, es castigado y considerado culpable de los pecados que estos cometan; por no advertir a la gente de su ciudad, es castigado por los pecados de la gente de su ciudad, por no advertir al mundo entero, es castigado por los pecados de todo el mundo”. (Shabat 54b).
3. Debe ser estrictamente recto y ecuánime en sus apreciaciones. Ordena el Eterno en su Palabra: “La justicia, sólo la justicia seguirás, para que vivas y tengas en posesión la tierra que el Eterno tu Dios te da.» (Deuteronomio 16: 20).
4. Si está desarrollando actividades de gerencia, debe rechazar totalmente la corrupción, por más leve que esta pudiera ser, en especial, el soborno.
5. Si es Juez, debe juzgar basado en evidencias y testimonios, objetivamente, esto es, a través del intelecto y no por emociones o presiones de otra índole, como por ejemplo, una amenaza en su contra, predisposición contra uno de los imputados, xenofobia, soborno, entre otras formas de acobardamiento. Dice el Texto Sagrado: «Cuando haya pleito entre algunos y acudan al tribunal para que los juzguen, absolverán al justo y condenarán al culpable.» (Deuteronomio 25:1). También señala: «No tuerzas el derecho; no hagas distinción de personas ni aceptes soborno, porque el soborno ciega los ojos de los sabios y pervierte las palabras de los justos.» (Deuteronomio 16:19); y «El que justifica al impío y el que condena al justo, ambos son abominables al Eterno.» (Proverbios 17:15).
6. En fin, debe contribuir con el cumplimiento de las normas que han sido establecidas por aquellos hombres y mujeres que tienen la responsabilidad de hacerlo, reconociendo que uno de los primeros deberes del Noájida es “observar fielmente las leyes del Estado donde el Eterno lo haya destinado a vivir”, siempre y cuando no atenten contra su fidelidad al Eterno ni traiga desmejora a los Derechos Fundamentales del hombre.

Todos estos principios y normas (entre otros más) son los fundamentos sobre los cuales debemos edificar nuestra propia existencia y ayudar a nuestra familia a lograrlo, sin recurrir a bochornosas amenazas de tinte religioso, sin atropellos verbales o sicológicos, sin manipulaciones ni desmanes; sólo con la influencia positiva de nuestra palabra y conducta, que finalmente traerá, sin lugar a dudas, plenitud de libertad, seguridad jurídica y familiar en nuestra sociedad, logrando instaurar en ella, definitivamente, el Dominio del Eterno entre los hombres, cuya esencia es la justicia, la equidad y el orden, despertando en cada ciudadano su desarrollo integral, verdadera estabilidad social y la tan anhelada paz. Sólo entonces se podrá alcanzar el Estado Real, el Estado virtuoso que fuera vislumbrado y anunciado por los Profetas verdaderos de Israel.

Efectos del cannabis sobre la salud mental 2

Segunda parte del articulo… se los recomiendo. Y ya saben cualquier duda, comentario, sugerencia, queja, etc pueden hacerlo sin ningun problema. Saludos!!

 

Síndrome amotivacional

· Se define como un estado de pasividad e indiferencia, caracterizado por disfunción generalizada de las capacidades cognitivas, interpersonales y sociales[1]. El consumo del cannabis durante años esos signos persistirán una vez interrumpido dicho consumo.

· El paciente se vuelve apático, sin energía, sin interés, suele ganar peso y parece extremadamente perezoso. Desgana para hacer cualquier actividad prolongada que requiera atención o tenacidad.

· Dificultades para el estudio y aprendizaje[2], afecta sus reflejos, actividad motora y capacidad de coordinación.

La existencia de este síndrome no ha sido discutida, pero si su naturaleza crónica[3], y la DSM IV no lo recoge como entidad nosológica independiente, pero si refleja que en consumidores crónicos puede aparecer un síndrome distimico que cursaría con letargia, anhedonia[4], y alteraciones de humor.

 

Trastornos inducidos por el cannabis

Intoxicación aguda. En este cuadro encontramos síntomas físicos como boca reseca, taquicardia, aumento de la presión arterial inyección conjuntival, aumento del apetito, sequedad de la boca, cierta torpeza en la coordinación del movimiento y el equilibrio, y reacciones o reflejos lentos2. Síntomas psíquicos más frecuentes son cambios conductuales con euforia y ansiedad, síntomas de suspicacia e ideación paranoide, sensación de lentitud en la percepción del tiempo y retraimiento. Aumento en la sensibilidad a los estímulos externos, los colores se perciben más brillantes y los sonidos más intensos, psicosis breve. A dosis más altas pueden darse episodios de despersonalización o desrealización[5].

Estados psicóticos persistentes (psicosis cannabica). Hoy en día continua vigente la controversia[6], sobre si el consumo prolongado de dosis elevadas de THC (tasa en sangre mayor de 15 mg) origina psicosis típicas o se trata del primer episodio de una psicosis funcional (esquizofrénica o afectiva) coincidente con la intoxicación cannibica.[7] [8]

En el estudio de Dunedin se encontró que los individuos que consumían cannabis a las edades de 15 y 18 años tuvieron tasas elevadas de síntomas psicóticos a los 26 años en comparación con los no consumidores. El efecto fue más fuerte con el consumo más temprano.[9]

Un riesgo dos veces mayor de desarrollar en el futuro esquizofrenia grave, después de ajustar por 13 posibles factores de confusión. Se estima que alrededor del 8% de esquizofrenias podrían prevenirse mediante la eliminación del consumo de cannabis.

 

Efectos del cannabis en pacientes con predisposición esquizofrénica

La OMS admite que el consumo persistente de THC en relación con la esquizofrenia[10], precipita su inicio, sobre todo en quienes empezaron a exponerse a cannabis antes de los 18 años. El consumo de cannabis es más elevado en la población esquizofrénica que en la población en general.

El cannabis aumenta el riesgo de sufrir síntomas psicóticos[11] en especial las alucinaciones e incrementa los trastornos de conducta y la agresividad, y dificulta el tratamiento, con un mayor grado de incumplimiento terapéutico (respecto al tratamiento de la enfermedad y al de la dependencia) y un aumento en el numero de la hospitalización.


[1] Gold MS. Marihuana. Ediciones en neurociencias. Primera edición, Barcelona, 1991: 91-101

[2] Hall W, Solowij N, Lemon J. The health and psychological effects of cannabis use. National drug strategy Monograph series no. 25. Australian Government publication service, Canberra, Australia. 1994.

[3] Sole J. Tratamiento del paciente cannabico. Adicciones 2000; 12 (supl 2): 301-314.

[4] Bovasso GB. Cannabis abuse as a risk factor for depressive symptoms. Am j psychiatry 2001; 158:2033-2037.

[5] Mathew RJ, Wilson WH, Humphreys D, Lowe JV, Weithe KE. Depersonalization after marijuana smoking. Boil psychiatry 1993; 33:431-41

[6] Negrete JC. Effect of cannabis use on health acta psiquiatr psicol am lat 1983; 229:267-76.

[7] Court JM. Cannabis and brain function. J paediatr child health 1998; 34:1-5

[8] Campbell J. cannabis: the evidence. Nurs stand 1999; 13:45-7.

[9] Arseneault L, Cannon M, Poulton R, Murray R, Caspi A, Moffitt TE. Cannabis use in adolescence and risk for adult psychosis: longitudinal prospective study. Bmj 2002; 325:1212-3

[10] Division of mental health and prevention of substance abuse. World health organization. Cannabis: a health perspective and research agenda. WHO/MSA/PSA/97.4, English only distr: general, Geneva, 1997

[11] Schuckit MA, segal DS. Opiod drug abuse and dependence. En: braunwald E, Fauci AS, Kasper DL, Hauser S, Longo D, Jameson J (eds.) Harrison’s Principles of internal medicine textbook. 15th edition. New York: McGraw-Hill, 2001.


Entonemos juntos por la paz para Israel y los justos

[Canto de ascenso gradual]
Los que confían en el Eterno son como el monte Tzión [Sion] que no se derrumba, sino que está firme para siempre.

Como Ierushalaim [Jerusalén] tiene montes alrededor de ella, así el Eterno está alrededor de Su pueblo, desde ahora y para siempre.

Porque el cetro de la impiedad no reposará sobre la posesión de los justos, no sea que los justos extiendan sus manos a la iniquidad.

Haz bien, oh Eterno, a los buenos, a los que son rectos de corazón.

Pero a los que se apartan tras sus torcidos caminos, el Eterno los llevará junto con los que obran iniquidad.

¡Sea la paz sobre Israel!

(Tehilim / Salmos 125:1-5)

Efectos del cannabis sobre la salud mental

Bueno, este artículo lo tenía mi novia Norma (estudiante de medicina) y en verdad me pareció que valía la pena publicarlo. Como el articulo me pareció muy largo he decidido dividirlo en 3 partes, para que puedan leerlo tranquilamente y sin aburrirse.

Preguntas, traumas, aclaraciones, dudas, pueden hacerlas, yo no sé las responderé sino Norma hehehe, saludos!

 

El cannabis ha sido considerado a veces como una droga relativamente menos peligrosa que otras, además que se le han atribuido otras finalidades como la creatividad en distintas áreas como en la música, el arte, el pensamiento, etc. Además de buscar efectos terapéuticos (analgésico, anticonvulsivo, sedante, antidepresivo, etc.). Sin embargo, en los últimos años existe una creciente evidencia epidemiológica de la existencia de efectos adversos a la salud psíquica a medio y largo plazo, además de los derivados de la dependencia y abstinencia.

 

Trastornos psiquiátricos en consumidores de Cannabis

 

Hace poco mas de 50 años (1948) la Organización Mundial de Salud (OMS) llego a la conclusión de que el uso de cannabis era peligrosa física, mental y socialmente, pese a ello hoy nos encontramos ante un fenómeno de tolerancia social en el que el consumo de cannabis se ha desmadratizado y desmitificado.[1]

Hace años, algunos autores señalaban que su uso intenso y prolongado (100 a 300 mg/día durante más de seis meses) producía en adultos deterioro mental y físico y en adolescentes impedía la adecuada maduración de la personalidad.[2]

En las más recientes clasificaciones internacionales de trastornos mentales[3] [4] se recogen diversos cuadros psiquiátricos inducidos por cannabis (Abuso, intoxicación, delirium, dependencia, trastorno psíquico), sin embargo estos cuadros comparten diagnósticos con otras drogas, por lo que son poco específicos.

 

Consecuencias del consumo de cannabis a largo plazo

El consumo frecuente de cannabis se asocia a una conducta desadaptativa. Es común que las personas que usan la marihuana sientan gran interés por estímulos visuales, auditivos, o gustativos, de que de otra manera serian ordinarios. Los sucesos triviales podrían parecer sumamente interesantes o graciosos. El tiempo parece transcurrir mucho mas lento, y a veces la droga puede causar sensaciones intensas de hambre y sed.

· La marihuana deteriora la memoria a corto plazo.

· Con el uso de las variedades más potentes de la droga, pueden surgir problemas para realizar incluso tareas sencillas.

· La droga afecta las percepciones y los reflejos, también pueden ser causa de accidentes de tráfico.

· Aumenta la propensión a conductas de riesgo para adquirir enfermedades de transmisión sexual.

· El seguimiento de personas expuestas a tetrahidrocannabinol (THC) desde el inicio de la adolescencia demostró que en 5 años después eran más propensos a abandonar los estudios e involucrarse en otras drogas.

Dependencia y síndrome de abstinencia

El debate sobre la capacidad adictiva del cannabis es un tanto artificioso, ya que en animales presenta claramente tolerancia, síndrome de abstinencia y provoca dependencia. Estudios en animales y humanos demostraron efectos leves de tolerancia[5] y que la supresión del consumo de THC se acompañaba de un conjunto de síntomas característicos, con una duración media de 8 días[6] [7].

Su alta liposolubilidad se traduce a una vida media de aproximadamente siete días lo que impide una caída brusca de concentraciones plasmáticas, responsable de la aparición brusca e intensa de la abstinencia. El organismo puede tardar un par de meses en quedar totalmente libre de THC. Por otra parte su similitud clínica con cuadros ansiosos o depresivos facilita que pase desapercibido.

En 1999 se publicaron dos trabajos [8] [9] que demostraban que el consumo de cannabis a dosis crecientes generaba síntomas de abstinencia que diferían en función de que fuese fumado o ingerido vía oral. Eso se deduce que una de las causas para seguir consumiendo cannabis es evitar la aparición del síndrome de abstinencia. Por otro lado el placer asociado a fumarlo puede convertirse en un importante refuerzo psíquico[10].

La clínica del síndrome de abstinencia del cannabis es variada y depende de la dosis, el tiempo y la frecuencia del consumo y la personalidad previa [11] 9. En consumidores diarios de cannabis durante más de 70 meses apareció ansiedad, tensión, insomnio, anorexia, cansancio, dificultad de concentración, irritabilidad disforia y agresividad[12], así como síntomas y signos físicos (sudoración, temblor, mialgias, nauseas y diarreas)7.

Existe un deterioro social, laboral y físico desarrollando un menor logro educativo y un empeoramiento de la calidad de vida[13]. El mayor riesgo de desarrollarlo se da en aquellos consumidores crónicos que suspenden bruscamente el consumo de cannabis[14].

Se encontró que un 35% de los usuarios afirmaban que no pudieron dejar el consumo cuando quisieron, el 24% continuaron usándolo a pesar de los problemas que atribuyeron la droga y el 13% sintieron que no podían controlar su consumo. Por tanto, se puede concluir que el cannabis provoca síndrome de abstinencia, es decir produce dependencia física.

En un estudio con 200 usuarios experimentados, entre un 62% y un 77% presentaban signos de dependencia de acuerdo con cuatro protocolos distintos[15].

Sobre otra muestra de 229 usuarios apareció dependencia en un 78.6% y síndrome de abstinencia en dos tercios. En otro trabajo con 243 consumidores con frecuencia de consumo de 3-4 veces por semana encontró una dependencia del 57% según criterios del DSM-III-R[16]


[1] World Health Organization. Programme on substance abuse. Cannabis: a health perspective and research agenda. World Health Organization, Geneva, 1948.

[2] Nahas G. Haschis, cannabis et marijuana. Premier edition, Vendome (France), Presses Universitaires de Fance 1976: 243-95.

[3] Organización mundial de la salud. F10-F19 “Trastornos mentales psicotrópicas”. En decima revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades. Trastornos mentales y del comportamiento. Descripciones clínicas y pautas para el diagnostico. Editorial Meditor y JJ Lopez Ibor, Madrid, 1992. Pp 97-112

[4] DSM-IV-TR. Manual diagnostico y estadístico de los trastornos mentales. Ed Masson. Barcelona, 2002.

[5] Adams IB and Martin BR. Cannabis: pharmacology and toxicology in animals and humans. Addiction 1996; 91: 1585- 1614

[6] Gold MS. Marihuana. Ediciones en neurociencias. Primera edicion, Barcelona, 1991: 91-101.

[7] Wiesbeck GA, Schuckit MA, Kalmijn JA, Tipp JE, Bucholz KK, Smith TL. An Evaluation of the History of a Marijuana Withdrawal Syndrome in a Large Population. Addiction 1996; 91:1469-1478.

[8] Haney M, Ward AS, Comer SD, Foltin RW, Fischman MW. Abstinence symptoms following smoked marijuana in humans. Psychopharmacology (Berl) 1999; 141: 395-404.

[9] Haney M, Ward AS, Comer SD, Foltin RW, Fischman MW. Abstinence symptoms following oral THC administration to humans. .Psychopharmacology (Berl) 1999; 141: 385-94

[10] Navarro M, y Rodriguez de Fonseca F. Cannabinoides y conducta adictiva. Adicciones 2000; 12:97-108.

[11] Brook J.S, Balka E.B, Whiteman M. The risk for late adolescence of early adolescent marijuana use. Am J Public Health 1999; 89: 1549-54.

[12] Kouri EM, Pope HG Jr, Lukas SE. changes in aggressive behavior during withdrawal from long-term marijuana use. Psychopharmacology.

[13] Gruber AJ, Pope HG, Hudson JI, Yurgelun-Todd. Caracteristicas a largo plazo de los consumidores de cannabis: un studio de casos controlados. Psychological medicine 2003; 33:1415-1422.

[14] Thomas H. A community survey of adverse effects of cannabis use. Drug alcohol depend 1996; 42: 201-7

[15] Swift W, Hall W, Copeland J. Characteristics of Long-Term Cannabis Users in Sydney, Australia. European Addicction Research 1998; 4:190-197.

[16] Swift W, Hall W, Didcott P, Reilly D. Patterns and Correlates of Cannabis Dependence among Long-term. Users in an Australian Rural Area. Addiction 1998; 93: 1149-60.

Un llamado a la conciencia mundial

(Carta al MUNDO de Moshé Yanai)

Querido MUNDO:

Entiendo que estés disgustado con nosotros, los judíos, y sobre todo desde que tenemos nuestro propio Estado, con Israel. Y más aún, estimo que puedas estar enojado y hasta furioso.

No es nada nuevo, porque es claro que cada tanto pareces perturbado y disgustado con nosotros los judíos, estemos donde estemos y hagamos lo que hagamos.

Caro MUNDO, entendemos que nosotros, los judíos, y en especial los de Israel, te causamos menudos problemas porque irritamos a los árabes. Y éstos son tantos, unos 400 millones, y lo que es más importante, poseen tanto petróleo. Y nosotros, nada. Y que cuando hablas del mundo musulmán, has de tener en cuenta que deben ser algo más de 1.500 millones, un quinto de tu población, mientras que nosotros, los judíos, que no llegamos a los 14 millones, numéricamente somos algo insignificante. Tan sólo un 0,2% que es como decir casi nada. Y, claro, a los musulmanes en general y a los árabes en particular, hay que tenerlos gozosos y contentos, porque son un bloque tan importante y poderoso que mucho temes enojarlo con un proceder nada sensato.

Hoy te enoja la represión de los palestinos, aunque sea para buscar o castigar a terroristas. Antes, lo estabas por la destrucción del reactor nuclear del tirano y genocida Saddam Hussein en Bagdad, también te sentiste malhumorado por nuestra victoria en la Guerra de Yom Kipur.

Como bien lo sabes, todos fueron ataques defensivos. Israel es tan pequeño que no puede darse el lujo de perder una sola guerra; sería la última, sería su fin. Pero por algún motivo que desconozco, igual que ocurrió tantas veces, te sentiste irritado.

Aparentemente, los triunfos y la vida de los judíos te molestan enormemente. Como ya te comenté mucho antes de la existencia del Estado de Israel, el pueblo judío te ha disgustado.

Y podemos ir hacia atrás en un largo camino histórico de perturbaciones. Citaré tan sólo algunos casos.

Molestamos a los señores feudales del medioevo, que nos acusaban de ser los causantes de todas las pestes y calamidades que asolaban a sus pobres vasallos, aunque éramos totalmente inocentes.

E irritamos a los cruzados, que yendo a liberar Tierra Santa estaban tan disgustados con los judíos que asesinaron a cuantos pudieron en el camino a su santa cruzada.

Ya en el siglo XV molestamos a los reyes de España, que nos mataron por millares y nos obligaban a convertirnos a la fe «verdadera» so pena de morir en la hoguera; no contentos con eso nos expulsaron de todo su territorio. Y véase, hasta el día de hoy los descendientes de esos exiliados veneran el español y lo siguen hablando como si todavía fueran de allí.

Durante siglos perturbamos a la Iglesia Católica, que hizo lo posible para eliminarnos a través de la Inquisición. Todo por la santa fe. Nos acusaba de ritos bárbaros, y entre otras cosas, de ser el pueblo deicida.

También irritamos a Martín Lutero, quien en su llamado de quemar las sinagogas con los judíos dentro, mostró un admirable espíritu de misericordia cristiana.

Molestamos a todos los gobernantes de Europa, que nos acusaban de ser los causantes de todos los problemas, cada vez que se producía una crisis social o económica. Y así siguió ocurriendo durante siglos, a pesar de los nuestra contribución al progreso de la ciencia y la medicina.

Parece ser que hemos encolerizado al pueblo alemán que eligió a Hitler, y al austríaco que celebró su entrada en Viena. Dijeron que éramos la hez de la humanidad y que no teníamos derecho a la vida. También pareciera que molestábamos a las naciones eslavas, Polonia, Hungría, y a otras más, ya que todas ellas nos entregaron a los verdugos nazis para ser llevados a las cámaras de gas, como si no fuéramos sus ciudadanos.

Antes de esto habíamos fastidiado a los zares de Rusia y a los cosacos, que masacraron a miles de judíos a lo largo de una larga serie de pogroms para limpiar el país de elementos tan perniciosos.

También conseguimos alterar a Stalin, ya que en sus purgas y en sus gulags se deshizo de varios miles de nosotros, con los más variados argumentos.

Y al llegar al extremo de sentirnos molestos por disgustarte, querido MUNDO, es que decidimos dejarte (en un modo de decir) y establecer un Estado Judío.

La razón es que al vivir en diferentes latitudes y países, sentimos que te irritábamos y perturbábamos, aún cuando algunos abandonaban nuestra cultura y nuestras tradiciones asimilándose a las de la mayoría.

Los judíos que se convertían a la «fe verdadera», antes y después del decreto de expulsión de 1492, los conversos, no dejaron de ser objeto de discriminación, maltrato, ataques y asesinatos.

También las cámaras de gas estuvieron llenas de alemanes que se creían libres de su judaísmo, y se dieron cuenta que se equivocaron mientras se les llevaban como ganado en los trenes a los campos de exterminio.

Por todo eso decidimos volver a construir un Estado en el mismo sitio donde la mayoría fuimos expulsados hace dos milenios por el Imperio Romano, al cual también habíamos disgustado. En especial, por no adorar a sus dioses e insistir en uno solo.

Mientras tanto te hemos dado hombres extraordinarios, filósofos, artistas, científicos. Muchos de ellos, con sus investigaciones o con sus trabajos marcaron hitos en la historia universal. Ya sabes: Maimónides, Baruch Spinosa, Henrich Heine, Franz Kafka, Gustav Mahler, Marcel Proust, Albert Einstein, Serge Einsestein, Sigmund Freud, Amedeo Modigliani, Carl Marx, Albert Sabin, César Milstein, George Gershwin, C. Levi-Strauss, Norman Mailer, Alexander Fleming, Martin Buber, Shmuel Agnon, Danny Kaye, Steven Spielberg, Barbara Streisand y muchos más. Todos ellos aportaron tanto a la humanidad, del insignificante 0,2% que somos de tu población, te hemos dado más del 20% de los laureados con el Premio Nóbel. Cuando estalló la Guerra Civil Española, acudieron de todo el mundo 40.000 hombres para luchar contra el fascismo en las Brigadas, y de ellos 7.000 eran judíos, una proporción realmente impresionante.

Aparentemente, querido MUNDO, tú eres muy difícil de complacer. Después de haber pasado por múltiples persecuciones y matanzas, por la Inquisición, los pogroms, el Holocausto y habiendo decidido vivir en nuestro pequeño Estado (algo así como la superficie de la provincia de Badajoz, la de Tucumán o el Estado de Nueva Jersey) parece que seguimos irritándote.

Tú estás disgustado por nuestro operativo contra los palestinos… y hasta les disculpas sus terribles asesinatos con suicidas o que sacrifiquen a sus pobres niños colocándolos en las líneas de fuego.

Nunca antes te habías mostrado tan indulgente ni interesado por la suerte de nadie como por la de ellos, aún cuando los árabes de Sudán hayan matado a más de 800.000 personas en el proceso de islamización de ese país, o cuando los habitantes de Timor Este morían como moscas. Tampoco te sentiste interesado cuando los franceses masacraban a la resistencia en Argelia. O te has inquietado por los niños de Sierra Leona que mueren matando todos los días. O por los cientos de miles de victimas en Camboya. A ti, mundo, nada parece interesarte que no tengan Estados propios los tamiles, los corsos, los kurdos, los canacas de Nueva Caledonia, los igbos (o ibos), los aymaras, los saharauis, los sioux o los gitanos (y hay otros más).

De los cientos de naciones sin Estado, sólo los palestinos han despertado tu solidaridad incondicional. Nadie mueve un dedo por los miles de pueblos sin Estado en todo el mundo. Pueblos que ahora son aniquilados, asesinados, como el kurdo, los negros de Darfur en el sur de Sudán o los pobres habitantes del Congo. Es estos casos casi no dices esta boca es mía.

Pero los palestinos te interesan ahora, aunque cuando Jordania mató a miles de ellos en el Septiembre Negro, tampoco dijiste gran cosa (y ésta es historia nueva).

Y cuando Kuwait expulsó a cien mil palestinos de su país, tampoco nadie lo comentó. ¿Por qué esta solidaridad con el pueblo palestino cuando se enfrenta a Israel?

Nunca TÚ, querido MUNDO, has estado tan solidario como con los palestinos, aún cuando estaban encabezados por un terrorista tan corrupto como él, que dirigió una de las administraciones más corruptas, capaz de desviar para cuentas particulares, los fondos con que TÚ le ayudas generosamente.

¿Por qué, querido MUNDO, te inventas masacres donde hubo combates, como en Jenín? A qué se debe que tus prestigiosos intelectuales comparan el genocidio de millones de personas indefensas y ciudadanos pacíficos durante el Holocausto, con enfrentamientos en un levantamiento armado que en dos años ha causado más de 1.000 victimas israelíes. Has aceptado una comparación de lo incomparable.

Apenas has dicho algo cuando dinamitaron en Argentina la Embajada de Israel, o la sede de AMIA causando más de cien víctimas, o cuando en Francia destrozan sinagogas, agreden a colegiales o profanan los cementerios judíos.

O cuando medio centenar de personas son vilmente asesinadas en un hotel de Netania, en una de nuestras celebraciones más solemnes. O cuando destrozan a escolares y amas de casa en los autobuses y mercados de Israel.

Tú estás muy enojado porque no renunciamos a las tierras ganadas en 1967, a las que llegamos venciendo con nuestra sangre a la agresión de todo el mundo árabe. Moscú, Washington, Europa, los árabes moderados y los radicales, todos molestos con nuestra victoria.

Bueno, querido MUNDO, ponte por un momento en la piel de un judío común y corriente de Israel y dime como te sentirías.

Entre 1920-29 no existía ese problema de territorios ocupados de 1967 que impidieran la paz entre judíos y árabes, no había Estado Judío para molestar a nadie. Pero ello no obstante estos mismos palestinos asesinaron a cientos de judíos en Jerusalén, Jaffa, Safed y Hebrón. En especial en esta última ciudad, en 1929, pasaron a cuchillo en un solo día a 67 judíos.

¿Acaso pudo haberse debido su furia por la «agresión israelí» de 1967? ¿Y por qué 510 judíos, hombres, mujeres y niños fueron asesinados en disturbios provocados por los árabes entre 1936-39? ¿Fue porque los árabes se sintieron molestos por lo de 1967? No es lógico, ¿verdad?

Y cuando tú, MUNDO, propusiste un plan de partición en 1947, que hubiera dado lugar a dos Estados, uno árabe y otro judío, los árabes respondieron con un rotundo ¡no!, fueron a la guerra y mataron a 6.000 judíos. ¿Por qué? ¿Porque tal vez preveían los acontecimientos de 1967? ¿O era para aniquilar a todos los judíos?

En verdad, MUNDO, ¿por qué no se ha formulado tu queja, tu molestia en aquel momento? Los pobres palestinos, que nunca hasta la creación del Estado de Israel se habían identificado como tales, que jamás pretendieron tener un Estado hasta esa fecha, son los mismos que hoy matan judíos con explosivos, integran a ese mismo pueblo que incita a arrojarnos al mar.

El mismo odio, la misma falsedad, el mismo grito de “¡itbaj-el-yahud!” (¡Masacrar a los judíos!) que oímos hoy, fueron escuchados entonces. El mismo pueblo, el mismo sueño: destruir Israel. Querido MUNDO, tú estuviste pasivo, no dijiste nada, permaneciste a la espera, en 1948, cuando seis países lanzaron una guerra que la Liga Árabe orgullosa y creída de su posible victoria, comparó con las masacres de los mongoles.

También te cruzaste de brazos en 1967, cuando un Nasser eufórico y militante instó al mundo árabe a arrojarnos al mar. Y solamente despertaste de tu insomnio cuando se quedó con un ejército destrozado por completo.

Te seguimos molestando, querido MUNDO, por protestar contra todas aquellas persecuciones, vejaciones y matanzas, todo aquel viejo antisemitismo, que toma hoy la forma de antisionismo, y que reemplaza a la misma judeofobia de siempre.

Tú, querido MUNDO, estarás encogido de hombros o tal vez a la espera, cuando mañana Israel enfrente su posible extinción otra vez. Pero no lo dudes, haremos todo lo posible para permanecer vivos en nuestra propia tierra, haciendo lo que haga falta para ello.

Si esto te molesta, MUNDO, piensa cuántas veces en el pasado tú nos has disgustado y perturbado. Ahora estamos bien amoscados y resentidos al ver cómo tergiversas los sucesos, adulteras los hechos y falsificas las situaciones. No está nada bien que te portes de ese modo.

Pensándolo bien, ¿sabes una cosa MUNDO?: a pesar de todo, aquí, en Israel, hay un judío; no, me equivoco, hay muchos judíos, a quienes no les importa un bledo que te sientas tan molesto.

Fuente