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Alejándote de los manipuladores

Hay un libro que he venido postergando desde que tengo catorce años y que no había leído. No lo había hecho porque no era el momento propicio, de haberlo leído me habría evitado muchas situaciones pero también no habría vivido muchas otras que me han llevado a tener el conocimiento que afortunadamente hoy he podido adquirir por esas experiencias las cuales no fueron agradables pero sí de mucho provecho.

Volviendo al libro en asunto, este libro se llama “Cómo hacer amigos e influir en la gente” de Dale Carnegie. Es un libro muy bueno y lo recomiendo. No es de lectura corrida porque hay que leer y releer los capítulos y seguir repasándolo de vez en cuando. Es muy similar a otro libro muy famoso de un autor que habla que uno de los principios para triunfar en la vida es el de aplicar la regla de oro, sí esa misma regla de oro que Hillel le dijera al muchacho que le pidió que le enseñara toda la Torá mientras se paraba sobre un solo pie y el sabio le dijo que no le hiciera a otro lo que el muchacho no quisiera que le hicieran a él.

Esa regla de oro es muy inteligente y cada día que pasa te puedo decir que más me asombra, porque incluye dos supuestos; el de no lastimar a otra persona o hacer algo que le menoscabe toda vez que también nos incluye a nosotros mismos ya que establece un límite, porque más de un bonachón por ahí se habrá entregado a cambio de patadas y golpes y las cosas en la vida no funcionan así, no es aquel cuento malvado de poner una mejilla después de que nos han abofeteado la otra ni se trata de ser un angurriento que despoje a los demás de sus cosas.

El mundo, construido matemáticamente por esa Mente Infinita y asombrosa a la que llamamos Dios, Hashem, El Eterno, etc., en Su infinita sabiduría creó un principio que solo podría venir de El y que tiene que ver con la retribución, sí esa retribución de recibir de acuerdo a lo que damos, entendiéndose que va de la mano con la reciprocidad que existe en nuestro actuar. Si damos maldad recogeremos maldad, si damos bondad recogeremos bondad y eso es precisamente uno de los puntos principales del libro de Carnegie escrito durante los tiempos precedentes a la Segunda Guerra Mundial.

En un mundo ideal los seres humanos actuaríamos con un EGO minimizado y disponible para situaciones de supervivencia solamente y a cambio entregaríamos amor el resto del tiempo, pues el universo como tal fue hecho y funciona gracias al amor y nótese que hay una distinción entre el amor y el enamoramiento, porque el amor es hacer algo sin esperar nada a cambio en tanto que el enamoramiento es un sentimiento de estupor inducido por una atracción hacia determinada persona u objeto, que no es como el amor, porque el enamoramiento sí espera algo a cambio.

Como ves existe un amor que se puede ver todos los días en el universo, alguna vez te has preguntado porque de la tierra brota agua? Es que Dios se beneficia porque tengamos agua para sobrevivir? El beneficio es para nosotros pero no para El, evidentemente. O sea, la existencia del agua como tal es algo que se nos dio para nuestro beneficio, sin esperar nada a cambio. Lo mismo sucede con el resto de la creación sobre la cual Dios no recibe ningún beneficio. Ese es el amor del que te hablo, un amor puro y limpio que no solo tiene que ver con parejas y relaciones sentimentales sino con todo lo que acontece en el tiempo y en el espacio en general.

En el caso de nosotros los seres humanos, tenemos un EGO que sirve como resguardo ante situaciones de inminente supervivencia pero que lo hemos mal-utilizado para embriagarnos de él debido a la potencia de su energía sea en forma cinética o estática. El EGO es como un combustible altamente inflamable que está guardado y se utiliza como un turbo-cargador, algo así como el sistema de óxido de nitrógeno de los coches de competencia donde el piloto del coche presionará el botón para ir más rápido aun pero por un corto período de tiempo.

Si te fijas bien, el EGO funciona de manera muy similar a ese óxido de nitrógeno de los coches de carrera, porque la aceleración y velocidad que da el óxido de nitrógeno es similar a la sensación que da el EGO en su vertiente activa, es un incremento repentino de energía y si lo ves con claridad, se parece mucho a la situación que experimenta el piloto del coche de carreras, porque si no sabe pilotar el auto propulsado por óxido de nitrógeno, entonces se estrellará.
El manipulador es un piloto del EGO de los demás. El sabe que la mayoría de las personas son volubles y fáciles de manejar, pues como a bien lo tuvo de decir Carnegie, a las personas no les interesa escuchar lo que otros tengan que decir de esos otros mismos sino de lo que a la persona le interesa que le hablen, es decir de sí misma. Las fallas más grandes, dice Carnegie, están en el hablar más de nosotros mismos que de permitirle a la otra persona hablar de sí misma en tanto que nosotros callamos.

Alguien que ha sido muy exitoso en este tema ha sido el ex presidente estadounidense Bill Clinton quien siendo recordado por Alan Greenspan decía que Clinton era encantador porque desde el momento en que conocía a una persona le prestaba toda su atención como si fuera la única persona en el mundo y lejos de interrumpirle más bien le dejaba hablar.
Qué tiene que ver todo esto con la manipulación? El manipulador es esclavo de su EGO aunque muy puerilmente piensa que es su amo. En su afán de ser el centro de atención constantemente, el manipulador utiliza los mecanismos del EGO para buscar y lograr lo que quiere. Cuando le dicen que no, pega gritos como un salvaje; lloriquea para que le tengan lástima; patalea para hacer escándalo o simplemente se desconecta de la situación, pensando que con su ausencia las personas se preocuparán por él o ella y cederán.

Oh sí, estos manipuladores son bien hábiles. Al final de cuentas hay que entender que todo lo que el manipulador hace se resume en lo que es diametralmente opuesto al amor, porque si el amor es hacer algo por otro sin esperar nada a cambio, el manipulador todo lo hace porque lo que busca es un beneficio, ves la diferencia?
Si el manipulador te da algo es porque espera algo a cambio. Todos hemos sido manipuladores y manipulados a la vez pero en distintas ocasiones. El manipulador juega con la mente de las personas, es un piloto del EGO, sabe cómo sacar el óxido de nitrógeno a relucir de las personas, recurre a sentimientos de culpa, de engaño, de desdén, de tristeza fingida y a un sinfín de artimañas en un arsenal formidable que no requiere de personal militar que lo custodie porque todo se encuentra en su propia mente.

El manipulador juega con los sentimientos de las personas; toma lo más noble de la persona y lo utiliza para su propio beneficio. Quizás sea la mujer que seduce con su figura esbelta y que sabe que los hombres andan detrás de ella con lo que obtiene beneficios patrimoniales o el marido que es infiel y a sabiendas que tiene una buena esposa le dice mentiras para hacerla sentir culpable, justificar así su infidelidad pero también asegurarse que la mujer no lo deje.

Carnegie tiene razón cuando dice que hay que prestarle atención a las personas y cerrar la boca y abrir los ojos y los oídos; cuando se hace esto comenzamos a aprender de los demás y de alguna manera domamos al EGO para que no salga a relucir y que el óxido de nitrógeno se mantenga almacenado para cuando realmente se necesita; he aquí ese concepto de reciprocidad del que te hablaba en un principio, porque al escuchar a la otra persona, ella puede hablar sobre sí misma y externar su opinión en el tanto que tú aprendes y a ella le sirve de terapia y a ti de aprendizaje. Como todo tiene un límite, se trata de que la persona se exprese pero no que tome ventaja de nosotros y tampoco nosotros de ella. Es aquí donde el almacenamiento del EGO en su lugar es sumamente importante porque actuamos con autenticidad, sin marcas ni sellos de aprobación y con un EGO reducido al mínimo.

Recuerda que la verdad es directa y simple mientras que las mentiras son sinuosas y complicadas. En el agua limpia se puede ver el fondo en tanto que en el agua turbia no, por eso es importante determinar si a las personas con las que lidiamos se les puede ver el fondo o no. Así que como ya sabes que el manipulador es un hábil piloto del EGO, lo mejor es reconocer cuando es que alguien nos quiere manipular o cuando nosotros estamos por manipular o ya nos encontramos manipulando a alguien para así detener la acción, analizarla y buscar la comunicación auténtica.

El manipulador siempre buscará crear una codependencia entre él y el manipulado, por eso es tan importante que nos conduzcamos por la vida con autenticidad, pues cuando el EGO está domado podemos ver con claridad; la esposa que es manipulada por el cónyuge infiel se encuentra desconectada de la realidad, no quiere ver lo que su esposo realmente es e inventa toda una serie de excusas para justificarle, viste qué rápido puede salir el EGO a relucir?
ns021
Ten mucho cuidado con quién lidias y trata de rodearte de gente positiva que se conduzca con la misma autenticidad que tú, de esta manera reduces drásticamente las posibilidades de estar con manipuladores y podrás así vivir una vida llena de plenitud y gozo en el tanto que de manera simultánea contribuyes a la construcción de la paz y de la armonía.

Despertando

Lo que sigue no es de mi autoría. Es un correo que me envió una persona que ha estado leyendo esta pagina y Serjudio.com.

Me reservo su identidad, por que creo que está en proceso de descubrimiento.

«Sobre el Articulo La Suerte Está Echada: mismas acciones, mismas consecuencias, mismos resultados.

No creo que mi opinión al respecto sea realmente importante, o que le pueda aportar algo a su conocimiento, hay gente realmente preparada y comprometida en sus contactos que tienen valiosísimos aportes y años y tal vez hasta generaciones de ser gentiles y practicar La Tora de la forma que ustedes lo hacen y la entienden, y repito que mi formación de Cristiana intenta hacer una “reforma” de hace dos mil años de casi que anular todo conocimiento previo a Jesus, es tanta la influencia que hasta determina la era moderna y el calendario.

Con decirte que en todos los estudios bíblicos de hecho se inicia con el nuevo testamento para poder fundamentar el antiguo, este sistema nuestro Diego una vez adentro es posible ver que se rige quizás más por lo que se pueda aparentar ser que por lo que en realidad se es. Yo lo veo cada día con mis amigos sacerdotes, pastores con los muchos matrimonios que van cada domingo a misa y llevan sus hijos pequeños, y hasta he hecho el ejercicio de preguntar a los padres si recuerdan de que se trataba la primera lectura, o el salmo o el quien escribió el evangelio, y la respuesta siempre es la misma, que estaba muy largo y no se escuchaba bien o simplemente no sabe.

Entonces exactamente igual como me sucedió a mí y a la mitad de la población occidental, seguimos creciendo en la ignorancia total fundamentada en una religión heredada exportada e impuesta, que en mi opinión nos ha degradado hasta en nuestra condición privilegiada de ser humano pensante.

Basta ver a través de la historia como en realidad eran los indígenas de la región (Moctezuma) altos, altivos fuertes, erguidos, y valientes… y así eran en realidad, y como toda una nación mexicana con mas de 60 millones de habitantes hoy en día, se ha degradado, hasta incluso perder estatura masa muscular y belleza.

El punto es que antes eran “libres pensantes” o mantenían sus propios conceptos de Dios o dioses, hasta que llego el “miedo” impuesto por la religión, y fueron doblegados a punta de armas, castigos y sacrificios innecesarios y así mismo las mentes fueron sometidas.

Pero volviendo al texto suyo, sobre si la suerte está echada, por consecuencia del comportamiento humano, a mí por ejemplo me ha costado mucho creer el cuento de que efectivamente Jesus de Nazareth fuera en realidad el Mesías esperado, ya que después de su mensaje y trágica muerte, realmente… nada paso….

Las personas de la época realmente pensaron que era un inicio de gobierno de Dios y que el ser humano finalmente se reformaría y cumpliría su cometido de vida y bastaron unos pocos años para que mataran a pedradas al primer cristiano (Esteban) y los mismos se dispersaron y fue el inicio de la imposición y el miedo. Y efectivamente se juntaron los textos bíblicos a mera conveniencia y tal vez con una buena intención, pero que a la postre nos hizo más bien esclavos.

Mi pregunta en el fondo es, por que Dios lo ha permitido? Por qué solo hablo con algunas pocas personas hace miles de años y ahora simplemente parece que calla? Puede que si, todos tenemos la capacidad de averiguar, investigar, y cuestionar o no debamos siquiera sugerirlo, porque los mandamientos ya fueron dados de forma muy clara. Pero para la mayoría de los que hemos vivido esta época y dos mil años atrás el mensaje fue meramente distorsionado.

Yo coincido con el comentario de alguien que dice, que la mayoría de seres humanos son buenas personas, y tratamos de buscar el bien común por medio organizaciones, voluntariado, tal vez somos todos buenos de nacimiento, y tal vez Dios vea eso en el fondo del corazón, creo que se consiguen también excelentes sacerdotes, pastores, y laicos y padres y madres de familia. Como habrá también millones de desalmados asesinos, violadores corruptos etc. Y justo escribiendo esto me doy cuenta de lo difícil que es dejar el autojuicio, ya que en otros años me hubiera tomado a mi misma como una blasfema al expresar lo que pienso y no lo que se supone debería pensar.

Pero en fin, lo cierto es que en una catástrofe natural o no, todos mueren parejo sin importar si son buenos o malos, creyentes o no, practicadores del bien o del mal. Pareciera también que la destrucción del ser humano viene en “pequeñas dosis” pero no para crear una mejor humanidad, si no para que continúe. Y que hay ciclos de destrucción masiva que la próxima probablemente sea por recalentamiento sin duda. Y que sean necesarios o no.

Igual nuestro pequeñísimo ciclo de vida individual si es muy reducido, algunos tienen la suerte de vivir hasta 80 o 90 años y cuando llegan ahí se dan cuenta que estuvieron equivocados toda la vida, y algunos otros como mis abuelos católicos están convencidos que tras su paso por esta tierra de dolor les espera la gloria eterna. Yo creo que aprenderé.»

 

En marcha a la libertad

caminar

En días pasados culminó la festividad de Matzot, que también es conocida como  Pesaj, es posible que como Noájida ya estés familiarizado con ella, o le conocerás también de otras formas, por ejemplo algunos pueden traerla a la memoria como “la fiesta de la libertad”, y aunque como Noájidas  no hemos de celebrarla de la forma como  lo hace nuestro hermano judío, si podemos aprender mucho de ella.

 

Rescatando una posible idea de la misma, se me ocurre que una enseñanza de la fiesta se halla en esa “marcha”, (La marcha de un pueblo hacia su libertad),  y  ella no es el fin; en realidad es el comienzo.

 

 

Es precisamente esa   “Marcha” sin reparamientos por lo que fue y no pudo ser, y sin detenerse en las ilusorias esperanzas de lo que será.

 

Apremia el momento y ello significa permitirse experimentar el sentimiento de impotencia, admitir la necesidad de sentirse libre, reconocer que el poder de faraón también es limitado, descubrir eso que nos hace diferentes pero sobre todo valiosos, y olvidarse por un momento de esos “dulces” que ofrecidos desde el Ego nos seducen para mantener viva la impotencia.

 

Empieza esa marcha para reconocernos en nuestro real y justo valor, comprendiendo que lo incontrolable a nuestra condición humana lo sigue siendo, pero que siempre hay oportunidad para volver los ojos a las alturas, para reencontrarse con Aquel que nos conoce, que comprende nuestras aflicciones o limitaciones, que sabe mas que nadie la necesidad de libertad que experimentamos y sobre todo la que necesitamos.

 

Es Él quien puede controlar lo que nosotros no podemos, pero hay que confiar.  Leíste bien “confiar”, y ello no nos exime de dejar de hacer eso que nos corresponde, o de hacer nuestra parte, entonces estaremos listos para abordar el tren, o para verle pasar… es algo que no sabemos, pero mientras tanto ya estaremos experimentando la dulce libertad, aunque sigamos marchando.

 

Que sepamos continuar esa marcha camino a la verdadera libertad.

 

¡Un abrazo!

(Como respuesta a  este post que estaría bien recordar y que recomiendo su lectura :  http://fulvida.com/2014/04/19/en-el-andn-de-la-vida/#comment-60473)

Ayudarte a encontrar el tesoro escondido

Alguien depositó, sin avisarte nada, un inmenso tesoro en el centro de tu casa, está bajo una montaña de muebles, utensilios, vestimentas.
Tú no tienes noción de su existencia, ni remotamente sospechas que eres muy rico.
Por el contrario, te crees pobre, necesitado, siempre al límite de tus fuerzas, carente de muchas cosas, buscando con desesperación aquello que sientes en falta.
Si te encontraras con el tesoro, si alguien te indicara su paradero, si tropezaras con él, si de alguna forma se hiciera presente en tu vida, ¡cuántas cosas cambiarían o cambiarías!
Pero, sigue oculto, invisible, como inexistente.
¿Eres rico o no?

Somos un Yo Esencial, una neshamá que nos mantiene en constante conexión con Dios y todo lo creado.
Esa es nuestra identidad más firme, perpetua, irremplazable.
Fuente de bienestar, recipiente de bendiciones.
Pero, nadie nos muestra su existencia.
Por el contrario, se nos insiste en que usemos máscaras, que nos identifiquemos con fugaces personajes al que llamamos Yoes. Creemos que el hacer, que el tener, que el llenarnos de objetos y vivencias pasajeras es lo que somos. Amontonamos cosas encima de nuestro Yo Esencial, lo mantenemos escondido, invisible, como si no existiera, como si no lo fuéramos.
Pero, nos arropamos con los disfraces que nos imponen, nos hacemos pasar por otros, jugamos a creernos importantes, pero cuando estamos a solas, cuando nos atrevemos a reconocernos, nos damos cuenta de que estamos como vacíos, que vivimos como pobres.
¡Siendo inmensamente ricos!

Nos llenamos de cosas, buscamos un pedazo más de pizza, otra copa de alcohol, un litro más de helado, otra prenda de vestir, una nueva TV, el celular con una “S” que se supone nos darás más “S”atisfacción, otro auto aunque el nuestro solo tenga mil kilómetros recorrido, relaciones totalmente superficiales y vacías con otros como nosotros, pedimos dioses, adoramos santos, nos llenamos de rituales, nos llenamos de cosas y más cosas, nos atiborramos, estamos hasta la coronilla de cosas, para sentirnos algo, para creernos poderosos, para no sentir miedo, para hacer de cuenta que estamos acompañados, para olvidarnos las penas, para…
Y todo ello no deja de ser confusión, caos, desorden, destrucción, sombras, obstáculos para ir descubriendo nuestra neshamá y permitir que su Luz nos alumbre y alegre.

Pero, el EGO nos asigna otras metas, ganar otra medalla, coronarnos con otro éxito, vencer otra disputa, tener la razón, adquirir otro ritual e imponernos un nuevo rigor carente de sustento, ser el que sabe y domina, luchar permanentemente, o manipular, o hacerse la víctima.
Cualquier cosa viene bien, con tal de mantener amurallada la Luz, estar absortos a nuestra verdadera identidad.

Ahí está el gran tesoro, a nuestro alcance, si quisiéramos, si nos permitiéramos ser libres de violencia, de gritos, de golpes, de gimoteos, de quejas, de afanes inútiles, de quejas vacías, de enojos, de llenarnos de cosas para sentirnos “algo”.

El EGO no es malo.
Es una función natural de tu sistema nervioso, está para ayudarte en los momentos de real impotencia, cuando no tienes otros recursos más que los primitivos que permiten la supervivencia o la llamada de atención para recibir auxilio.
Pero, cuando ocupa el sitial que no le corresponde, cuando se convierte en el capitán en lugar de ser el ayudante de limpieza, entonces es cuando el drama se desarrolla.
Sin embargo, cuando aprendemos a reconocer al EGO, a darnos cuenta de nuestras carencias, a dejar fluir lo incontrolable, a hacernos cargo de nuestra parte, a superar las pruebas del EGO, es que nos convertimos en nosotros mismos. Allí somos poderosos.
Entonces, el EGO dejó de ser un problema, EL problema, para volver a ser un ayudante provechoso. También es como la pesa que emplea el que está ejercitando para desarrollar el músculo. Es un socio en la tarea de encontrarnos y vivir a plenitud, si hacemos las cosas como debe ser.

Te propongo dejar los dramas y los papeles impuestos por el EGO, o la sociedad agobiada por el EGO.
Si te enojas, date cuenta, acéptalo, es normal, pero no actúes desde el enojo.
Si no puedes, no por ello te tildes de inútil, no te dejes caer en la impotencia, aprende a reconocer tus límites para que uses tu poder y seas poderoso.
Si te equivocas, admítelo, subsana lo que es corregible, pide disculpas si corresponde, aprende, modifica tu conducta.
Como ves, tienes otros modos para vivir, que te vayan sincronizando con tu verdadera esencia espiritual, que te permitan ser tú y no una sombra de lo que podrías ser en este mundo.

También con la ayuda del EGO, si aprendes las lecciones, entonces estarás a un paso de encontrar el tesoro que tienes escondido en el centro de tu hogar.

Consumir el fruto permitido

¿Qué puede usar el EGO para dar aires de poder a su huésped?
Ya habíamos mencionado las creencias erróneas de considerarse mejor dotado de lo que realmente se está. Si uno se ve a sí mismo como un súperman, cuando no es más que un debilucho Clark Kent, tarde o temprano se termina recibiendo las bofeteadas de la realidad. A no ser que se esté en continua huida, escondiéndose, alejándose de los que pudiera ser un reto que terminara por demostrar el real poder y alcance.
Así estamos, enroscándonos en fantasías. Algunas nos ilusionan con ser poderosos, otras nos permiten excusarnos con disculpas más o menos hábilmente urdidas.
Ponte a considerar cuantas veces te evaluaste con más fuerzas de las que realmente tenías. Cuántas usaste excusas para no admitir sus fallos. Cuántas echas culpas. Cuántas seguiste encerrado en tu celdita mental, en tu limitada zona de confort, esa que te brinda una calma aparente, pero que es mejor que la tormenta temida que te puede hundir –o llevar al éxito-.

El EGO se hace experto en encontrar también sustitutos para tus deficiencias e inseguridades, tales como el acaparar, lo que se ha dado en llamar modernamente “consumismo”.
Pero, no es cosa de nuestras épocas.
Ya desde el comienzo la persona tuvo la creencia de que obteniendo aquello que considera le falta para ser feliz, alcanzará ese estado paradisíaco y elusivo.
Eva, al codiciar la fruta que le estaba prohibida, ¿hizo algo diferente?
Están todas esas cosas para adquirir, pequeñas o grandes, materiales o inmateriales, que parecen eternas y las que no duran más que un parpadeo, las que cuestan dinero y las que cuestan más caro, por las que nos desvivimos y por las que no vivimos, comprar, consumir, acaparar, llenarnos, delirar con el poder…
Una interesante observación, quizás al margen, quizás central: el primer hijo de humano, Caín, (inventor de la religión y del asesinato), su nombre proviene del verbo “liknot” que significa hacer, pero también adquirir o comprar.
¿Qué te parece?
La misma mujer que deseo el fruto prohibido, porque supuso que le daría aquello que le faltaba, es la que al “tener” a su primer hijo usó ese verbo para llamarlo.
Otra observación al margen: ¿se tienen los hijos?
Volviendo al consumo, también están los trofeos, los títulos, la fama, los likes en redes sociales, y todo lo otro que vamos acaparando o afanándonos por conseguir.

El EGO también se aprovecha de la diversión, de las distracciones, de las banalidades, de todo lo que se nos presenta para procastrinar, perder el tiempo en nada.
Entonces, nos pasamos juntando figuritas para el álbum del mundial, y compramos una tele gigante para ver el partido, o hacemos hasta lo imposible para ir al campeonato del mundo a hinchar por nuestra selección, porque “nosotros jugamos”… ¿nosotros? Hablamos de fútbol hasta dormidos, nos sabemos de memoria las fichas técnicas de los jugadores y datos estadísticos muy fundamentales para traer shalom al mundo, sin dudas que sí. Nos agarramos a las trompadas con el del otro cuadro, nos burlamos del que es del equipo perdedor, gastamos dinero y tiempo en diversión hueca, pero como si nos sintiéramos poderosos, importantes, queridos, parte de algo que nos diera sentido.
Y así con cualquiera de las otras nadas con las que desperdiciamos nuestro tesoro irrecuperable: el tiempo, que es vida.

Así pareciera que tiene sentido nuestra vida.
Con esas medallas, esos goles gritados, la montonera de zapatos desperdigados que nos pertenecen, las personas con las cuales tuvimos/tenemos sexo, los libros leídos, los viajes realizados, las calificaciones obtenidas en los estudios, los grados en la logia, y todo lo que se va amontonando, empolvando, convirtiendo en pesada roca en nuestra mochila, pero que de alguna manera creemos nos hace felices, o al menos brinda elogio, o por lo menos una sensación de tener es poder.

Consumir, para consumirnos en el tiempo.
Irnos quemando, como velas, que irradian una luz oscura, tambaleante, ineficaz.
Llenarnos de aire para engrosarnos como globos, para que nos vean, para que nos envidien, para que nos aplaudan, para que nos feliciten, para que nos acaricien y digan que buenitos que somos.
Sumamos al Yo Vivido caretas y otras máscaras, o reforzamos las que ya tenemos hasta convencernos que eso es lo que somos, porque eso es lo que tenemos.
Pero, es todo lo mismo: EGO.

A todo esto, allí está el fruto permitido, esperando a que lo comas, que te daría vida, placer, eternidad.
¿Por qué no lo haces?
Quizás porque no te das cuenta, quizás porque te parece aborrecible, ¿tú lo sabes?

Tus derechos según el código espiritual

Tomemos en consideración la representación cabalística conocida como “etz jaim” (de acuerdo al Sefer Ietzirá y según las enseñanzas del Arizal), con sus diez (once) sefirot relacionadas entre sí y el flujo energético que se irradia por todo el sistema.
Usemos esta conceptualización para aprender un poco acerca de los derechos que te asisten como ser humano, así como algunos de los límites y deberes correspondientes.

Comencemos por la base.

Tienes derecho a tener y a disfrutar de tus posesiones.
Si te enfocas en demasía en acumular bienes materiales, tu vida se reduce a un pasaje limitado, porque todo lo que tienes deja de ser tuyo antes o después.
¡Ni siquiera lo que eres como cuerpo te llevas contigo al final del viaje terrenal!
Por ello, trabaja para conseguir lo que necesitas y deseas, goza de lo permitido, aprovecha los momentos agradables, aprende de los momentos de caída, no dejes el placer lícito pero tampoco permitas que se convierte en el objetivo de tu vida, o la médula de tu existencia.
Estas capacitado para ser amo en tu reino, a obrar, a generar el cambio positivo que respeta la presencia y existencia de otros.

Tienes derecho a sentir y compartir lo que sientes.
Los sentimientos son parte esencial de nuestra vivencia. No es positivo negarlos, ni sumergirlos entre racionalizaciones, siente y reconoce lo que sientes.
Cuando el sentimiento es negativo, admite que está ahí, no lo rechaces, acéptalo, pero no te encadenes a ello. Que fluya, que pase como lo que es: una sombra de ave volando veloz.
¡Que nadie te exija anular tus sentimientos!
Tienes derecho a ellos, pero ten presente que no eres esos sentimientos, ni ellos necesariamente son verdaderos.
Permite que el motor emocional mueva tu maquinaria, movilice tu vida, pero no te pegues a ningún sentimiento o emoción. Son el motor, no el barco, ni el timón y mucho menos el capitán que decide los caminos a seguir.
Y, tu derecho no se reduce a sentir y saberlo, sino también a que otros te escuchen con respeto y admitan que eso es lo que sientes. No por ello deberán aceptar que tus sentimientos son manifestación de verdades reveladas, u órdenes para que ellos cumplan, ni siquiera deberán compartir tu sentir. Pero sí admitir que eso es lo que estás sintiendo en este momento y que quieres compartirlo sin que por ello seas avergonzado o desplazado.

Tienes derecho a dar y a recibir.
El ser vivo está en un constante intercambio con el ecosistema, con otros seres vivos, con elementos físicos, con la red espiritual, con el Eterno.
El dar y el recibir, factores que sustentan nuestra existencia.
Habrá gente que te exija y demande para que seas una fuente constante en el dar: que des dinero, que des tiempo, que des atención, que des trabajo, que des tus bienes, que des tus ideas, que des y des y des. Te reclaman si no lo haces. Son como parásitos insaciables que te van succionando la vida, y te sientes en compromiso y obligación de irte desgastando para tratar de contentar a esa presencia tóxica. ¡Tienes derecho a poner límites, a negarte,  a no someterte, a ser libre!
Estarán los otros que te ubicarán en una posición de víctima, de receptor continuo, de impotente, y así te esclavizarán, te convertirán en un ser humillado que pareciera no tiene capacidad para ser independiente, para crecer, para buscar su propio sustento. Te obligan a ser una sombra que vergonzosamente reciben limosnas, que no son más que cadenas que te aprisionan y no te permiten ser en plenitud. ¡Tienes derecho a recibir ayuda, cuando la precisas, pero también a negarte a permanecer en un estado de ineficacia que solamente espera la manutención y la aprobación externa!

Tienes derecho a amar y ser amado.
La neshamá, esencia espiritual o Yo Verdadero, se expresa en el idioma del amor, de la unidad, de la no discriminación negativa. Estamos creados por amor y para el amor. No es ésta una visión romántica de nuestra creación y presencia, sino el motivo fundamental que llevó a que fuéramos creados.
Que no te hagan creer que no eres digno de ser amado, ni tienes condición para amar.
De manera natural el hombre es un ser de amor, pero, el EGO y sus construcciones sociales van obstaculizando esta realidad.
El amor no es un sentimiento, NO ES un sentimiento. El amor es una acción concreta por lo amado, que lo favorece y no humilla, sin esperar nada a cambio. Es decir, no es un trueque ni una negociación más o menos encubierta. Tampoco es un delirio pasional, o embotar el entendimiento detrás del deseo y las mentiras del EGO. El amor es la realización de obras de bien para beneficiar al amado.

Tienes derecho a la justicia, a límites y que sean mantenidos con respeto.
La bondad sin límites lastima a quien la expresa y a quien la recibe.
Todo en el universo humano está limitado y debe limitarse. Bordes establecidos con justicia, con valoración.
Cuando los límites se quiebran, es necesario restablecer el equilibrio roto por medio de acciones correctivas que no sean nocivas.
Un mundo sin justicia, es el caos y la destrucción.

Tienes derecho a saber y crear.
La sabiduría, a cada cual según su nivel y capacidad, es una necesidad que debe ser suplida.
Es uno de los poderes fundamentales de los cuales el hombre no debe ser privado.
Pero, la repetición de lemas, la memorización mecánica, el atiborrarse de datos, no es suficiente. Se precisa que la persona ponga su maquinaria creativa en funcionamiento, que revele nuevas perspectivas, que colabore en el desarrollo del conocimiento, que encuentre modos de evidenciar lo que ya es sabido. Sin creatividad humana, no hay ninguna forma de avance. Ni siquiera poseyendo la facultad profética activada, puesto que la función imaginativa permite proyectar la profecía y convertirla en información comprensible y provechosa para los receptores.
Por supuesto que cuando el límite se quebranta, y la creatividad pasa a ser motivo de desprecio de lo ordenado, o se usa la inteligencia para el mal, o como fábrica de excusas para mantener el imperio del EGO, entonces algo no está bien y debe ser corregido. Al igual que la sabiduría cuando se derrama sobre un recipiente no apto, o cuyo contenedor podría perjudicarse o dañar a otros con el conocimiento tomado.
Por ello, el valor supremo de la verdad.

Tienes derecho a saber que tienes una conexión con el Padre y disfrutar de ella.
Cada ser humano está creado a imagen y semejanza, espirituales, del Eterno.
Nuestra neshamá está de continuo conectada a la gran red espiritual, que sin límites de tiempo-espacio, unifica a todas las neshamot y conocimientos.
Cada neshamá, dependiendo si es de la raíz gentil o de la raíz judía, tiene su propio set de mandamientos ordenados por el Eterno para permitirle ejercer su liderazgo y llevar la existencia plena que todos merecemos.
Si sabes de tu conexión, de tu santidad interna, de tu lazo con el Padre, harás lo posible para llevar una vida acorde a ella. No te enrollarás en religiones, ni buscarás rituales innecesarios, ni te disfrazarás de lo que no eres, sino que sabiéndote hijo y príncipe, tu conducta será la que corresponde a un hijo y príncipe.

Todos estos derechos por supuesto que hablan del derecho a la identidad, a la libertad, al disfrute, al respeto de la individualidad, etc.

Asuntos internos

Los dos mandamientos noájicos que se relacionan directamente con el Eterno son:

  • no adorar dioses que no son el Eterno.
  • no maldecir al Eterno, es decir, no blasfemar.

No hay ningún otro mandamiento “religioso” para las naciones.
Los otros son, cuatro de la relación entre hombres y otro que prohíbe el ingerir parte de animal con vida.

Pudiera parecer notable que NO se ordena a las naciones:

  • el creer en Dios,
  • o tener fe,
  • o repetir lemas religiosos,
  • o seguir a determinados profetas,
  • o profesar en comunidad de fieles adoraciones a la divinidad,
  • o de elevar sacrificios,
  • o de rezar sea de forma individual o comunal,
  • el de realizar peregrinaciones,
  • el de conmemorar festividades,
  • el de efectuar rituales de contenido sagrado,
  • o de estudiar textos consagrados,
  • o el de apartarse “del mundo” para llevar una vida de recogimiento seudo espiritual,
  • o el de saber el idioma antiguamente usado por profetas y tartamudearlo de manera cotidiana,
  • o el de tocar música supuestamente sacra,
  • o el de bailotear según costumbres folclóricas de x épocas y regiones,
  • o el de usar determinados ropajes,
  • o el de rodearse de ciertos símbolos,
  • o el de formar congregaciones de “hermanos”,
  • o el de dar diezmos,
  • o saber pasajes de x libros de memoria y repetirlos como mantra,
  • o el de hacerse acólitos de rabinos o líderes religiosos,
  • o…

Es un hecho, los mandamientos que se relacionan con el Eterno son solamente dos, y bastante áridos.
Sí, es cierto, hay muchas conductas positivas que se pueden derivar de ellos, complementarlos, darles color y sabor, PERO, siguen sin ser mandamientos ordenados por el Eterno para los hijos de las naciones.

A mí me resulta interesante.
Vemos casi de continuo la cantidad de euforia personal y colectiva por asuntos “religiosos”, ese incontenible tsunami de gente que se disfraza de judíos, que buscan cosas judías, que reclaman festividad y rezos y vestimentas y rituales para llenar lo que sienten un vacío en el noajismo, que viajan a Israel y quieren aprender hebreo, que buscan judíos o gente que se hace pasar por tales, que dicen querer convertirse al judaísmo (por lo general careciendo por completo de fundamentos y conocimiento para ello), que quieren más y más y más para de esa forma sentirse con el estómago un poco más lleno.
Sí, lo vemos casi a diario. Gentiles desesperados por tener cosas religiosas, para así hacer de cuenta que están siendo espirituales.
Lo interesante es que pareciera que Dios desconoce esto, porque si lo hubiera sabido, ¿no habría inundado a los gentiles con todos esos espejitos de colores religiosos que tanto reclaman y se quejan por no tener?

¿Será así, que Dios es tan ignorante, imperfecto, inepto, que decidió que los mandamientos para los gentiles fueran los que Él dio y no las cositas que la gente con tanto anhelo buscan?

El hecho es que Él no demandó de la gente que creen religiosos ni profesen ninguna fe.
Él no buscó sacrificios en Su honor, ni rezos como intento de comunicación forzosa con Él.
Él aborrece la religión, o al menos, nada de lo que ella ofrece Él ha solicitado o bendecido.

PERO SÍ Él estableció un pacto eterno con la humanidad, simbolizado por el arcoíris.
Uno que se compone de siete mandamientos para cada hijo de las naciones, que al cumplirlos están estableciendo una poderosa comunicación espiritual con el Padre, al tiempo que adquieren la vida eterna.
Así es, si eres gentil y estás buscando sentirte satisfecho espiritualmente, no será en iglesias o templos como lo conseguirás. ¡Atención! Es común confundir emocional con espiritual. Está difundida la creencia de que cuando uno se siente bien con algo religioso, eso es un beneplácito espiritual. No, sencillamente es un placer, o apariencia de placer, emocional.

La satisfacción espiritual se encuentre en el cumplimiento de los mandamientos que te corresponden.
Puedes rezar si gustas, pero… ¿estás al 100% en el cumplimiento de tus siete mandamientos?
¿Seguro de que lo estás?

Si es así, ya tienes conciencia de la conexión constantemente establecida con Dios, ¿no la percibes vibrando en tu ser?
¿No?
Bueno, quizás quieras rezar para ver si entonces la descubres.
Está bien, si gustas de hacerlo.
Pero dime, ¿te acordaste de dar dinero al necesitado?
¿Procuraste que aquel que es tu prójimo tenga lo necesario para sustentar su vida?
¿Llamaste a tus padres para ver cómo y estaban y si precisaban algo?
¿Resolviste tus conflictos con hermanos, amigos, cónyuge, hijos, etc. y estás en paz con ellos?
¿Descubriste las máscaras que usas y te ocultan tu verdadero rostro, y por tanto vives en un tinglado actuando una vida que no es plena?
¿Pagaste tus deudas?
¿Agradeciste a los que tienes que agradecer?
¿Hiciste lo necesario para nutrir y fortalecer tus cinco planos de existencia?
¿Colaboraste con la promoción de la sociedad?
Como verás, hay tantas cosas ESPIRITUALES que puedes hacer antes, después, o en lugar de rezar. Y quizás, quién puede afirmarlo, tienen más valor que cerrar los ojos, levantar las manos y clamar como religioso a los cielos. ¿Quién lo sabe?

Claro, algo dentro de ti te dice que si no rezas, si no te ritualizas, si no copias de las religiones o del judaísmo, entonces tu noajismo es pobre, como agnóstico, sin espiritualidad. ¿Te pasa que sientes esto?
Si te sucede, te pido que hagas un pequeño estudio sobre ti mismo para que identifiques qué origina esa sensación.
¿Es tu neshamá, tu esencia espiritual, tu Yo Esencial, que está en constante conexión con el Eterno y toda la Creación?
¿O es tu EGO, que te quiere mantener en impotencia, viviendo una vida de espejismos y sin plenitud?

No te daré respuestas, solo este planteo.
Que pases una bella jornada, llena de todo lo bueno, y recuerda construir shalom a cada momento.

“Prohibido La Idolatría”. Una perspectiva alterna sobre Rezo

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“…Entonces Elokim habló a Noaj [Noé] y a sus hijos con él, diciendo: ‘He aquí que Yo establezco Mi pacto con vosotros, con vuestros descendientes después de vosotros” (Bereshit / Génesis 9:1-9)”…[1]

 

El Código Noájida es nuestra herencia a perpetuidad.

Tal y como lo es la Tora para los judíos, así son las Leyes Universales para los no-judíos.

El articulado de nuestro código puede ser similar a la Tora judía, no lo sé; pero lo cierto es que el nuestro deja muy poco margen para que se interprete.

El primer mandato impone: “Prohibido la Idolatría”.

Y “Prohibido la Idolatría” es precisamente eso. Es ilegal, ilegitimo, ilícito, delictuoso, criminal, “contra legem”, cualquier acto que implique adoración o veneración a divinidades falsas, nulas e inexistentes.

Pero tampoco Hashem nos impuso como obligación un método “religioso” para adorarlo, o comunicarse con El, si es que eso es posible.

Revisemos por un segundo, un Texto Fundamental, a efectos de corroborar esta opinión:

http://fulvida.com/2008/03/27/un-texto-fundamental/

Si leíste el Texto Fundamental, respóndeme ¿Dónde el Hashem ordenó un modo específico para hablar con Él?

Tal vez pudiera el lector estar en desacuerdo conmigo.

Pudiera ser que me indicara que si bien el Eterno prohibió la Idolatría de forma expresa y explicita, eso significa que a Él y solo a Él, se le debe rezar u orar; según las reglamentaciones a la Ley de Prohibida la Blasfemia.

Si el lector cuya opinión indica lo anterior tuviera razón, entonces la pregunta sería: ¿Cómo? – ¿Cómo sería la forma correcta de rezar u orar a Hashem, sin El mismo no la indicó en el Código Noájida?

Posiblemente, en la Tora de Israel si existe una especificación sobre el Rezo, su forma y su fondo. No lo sé, pero lo cierto es que en la nuestra, pareciera que no la hay.

Y para recalcar un poco este punto, el de “como rezarle al EL”, o bien, sobre la forma correcta de hacerlo, tampoco en las reglamentaciones existe una referencia expresa y clara de dicha forma correcta o modo “no idolátrico” para comunicarse con Dios.

 

Revisemos:[2]

“…Primer fundamento: No idolatría

  1. Prohibido pensar en la posibilidad de que exista una deidad que no sea Dios, el Uno y Único.
  2. Prohibido hacerse, o mandar a hacer, cualquier imagen con fines de adorarla.
  3. Prohibido hacer ídolos para uso de otros.
  4. Prohibido hacer cualquier escultura (de las vedadas), aunque no sean expresamente con fines idolátricos.
  5. Prohibido jurar por cualquier falsa deidad, ni adorarla, ni ofrendarle cualquier cosa, ni realizar ningún ritual religioso frente a un ídolo, incluso aunque no sea el acto habitual de adorarlo.
  6. Prohibido adorar cualquier idolatría de acuerdo a sus ritos corrientes.
  7. Prohibido sacrificar a los hijos, o hacerlos pasar por el fuego, en honor al Molej/Moloc.
  8. Prohibido la práctica y consulta de Ov.
  9. Prohibido la práctica y consulta de Iddoni.
  10. Prohibido recurrir a cualquier cosa idolátrica, sea de palabra, pensamiento, acción o cualquier otra cosa que pueda inducir a apartarse de Dios.

Segundo fundamento: No blasfemar

  1. Reconocer la existencia del Eterno.
  2. Reverenciar a Dios.
  3. Rezarle a Dios.
  4. Santificar el Santo Nombre de Dios, incluso a través del martirio.
  5. Prohibido execrar el Santo Nombre de Dios, aunque se llegue al martirio.
  6. Estudiar las partes permitidas de la Torá.
  7. Honrar a los sabios de la Torá, y respetar a los maestros propios.
  8. Prohibición de maldecir (proferir insultos)….”

 

(Lo resaltado en negro no es del original)

Si bien, la reglamentación deja abierta la posibilidad del rezo, es omiso en la forma de hacerlo.

Desde la perspectiva que me corresponde como Benei Noaj, y por el tiempo que llevo construyendo mi identidad, he notado que no hace falta «crear» o forzar una comunicación con Dios. En nuestro caso, si una persona es consciente de su identidad, intenta acatar el Código que le corresponde; vigila, reconoce y le da algún tratamiento a las manifestaciones de su Ego, NATURALMENTE tiene un canal de conexión con Dios, sin necesidad de oraciones, rezos, posiciones de manos u ojos, ni posiciones corporales, ni se tiene que arrodillar, ni juntar manos ni cerrar los ojos, ni ningún acto corporal que busque conexiones divinas.

Nuestro primer mandamiento, Prohibición a la Idolatría, no nos impone ningún acto positivo; NO nos demanda, por ejemplo, que adoremos solamente al Uno y Único.

Sin embargo, si nos abstenemos a adorar, rezar u orar de la forma que se supone correcta, naturalmente y sin forzamientos estamos comunicados y en sintonía con Dios, aunque no se tenga una conciencia clara de ello.

En otras palabras, es mi opinión que innecesario la comunicación con Hashem de la manera que tal vez se supone (rezos a viva voz o en silencio, oraciones individuales o grupales, de rodillas o de pie, con ojos cerrados o abiertos, con las manos juntadas, entrelazadas, etc, etc), ya que esos forzamientos a conexiones divinas o místicas, violentan nuestro mandamiento de Prohibición a la Idolatría.

¿No es así que rezan los cristianos a su dios; con manos entrelazadas, hincados, de pie, con ojos cerrados, etc?, ¿No oran así los musulmanes a su dios; hincados con su frente pegad al suelo? ¿No es esa la forma que algunos hindúes rezan a sus divinidades, con sus manos juntas?

Pareciera que nuestro primer mandamiento NO nos obliga, ni si quiera a adorar al Uno y Único Dios, porque no hace falta.

Si se es consciente de la identidad y se aparta TOTALMENTE de las suposiciones religiosas de lo que debería ser rezar u orar, naturalmente esta con comunicación con Dios, porque se está obedeciendo lo que El ordenó.

Si se pensara así, no haría falta oración o rezo alguno, por que se viviría en continua y constante comunicación.

A mi juicio, tendría un sentido distinto el reglamento 3 del Segundo Mandato. Rezar significaría un termino de Comunicación como resultado de la obediencia a la totalidad del Código.

De antemano, gracias por sus puntos de vista y comentarios.

 

[1]Tomado de http://fulvida.com/2007/12/07/los-siete-en-la-tora/

[2] Tomado de : http://fulvida.com/rap001/rap016.htm

Great pretender

great pretenderYa sabemos que el EGO (sin ser un ángel, ni un demonio, ni una entidad mística, ni un personaje inmaterial, sino una función natural y primitiva de nuestro sistema nervioso) es mentiroso, entre sus herramientas cuenta con el engaño para someternos a la impotencia.

Así a veces nos creemos súperman cuando a duras penas contamos con fuerzas. Nos llenamos de aires de grandeza, de humo la cabeza, nos hinchamos a más no poder, cuando a ciencia cierta no tenemos nada para sostenernos en nuestra impostura. Pero, al EGO le sirve esa fantasía de engrandecimiento, pues la caída será segura y estrepitosa. Cuanto más alto creemos estar, más duro nos golpea la realidad al despertar. Las bofetadas con nuestras limitaciones pueden ser esporádicas, ocasionales, o bastante frecuentes. Son muy, muy dolorosas. Pero, tal vez nos las ingeniamos para engañarnos también en esto, porque inventamos excusas, echamos culpas, o lisa y llanamente negamos la realidad. Como sea, la impotencia se siente, muy hondo calando hasta lo íntimo.
Sí señor, el engañarnos para hacernos creer que somos algo que no somos, es típicamente una manifestación del EGO, otra manera de mantenernos encerrados en celditas mentales.

Otra veces la imagen que tenemos es que somos debiluchos, que no podemos, nada sabemos, todo nos supera, no tenemos suerte, el destino se ha ensañado con nosotros, somos estirpe de perdedores. Es la máscara antagónica del que mencionamos recién. Éste ni siquiera se atreve a soñar con ser súperman, no sea que algo malo le ocurra por desear imposibles. Con esa autoevaluación pesada y cansina anda por la vida, arrastrando sus penas, gimiendo en los rincones, seguramente envidiando y maldiciendo por lo bajo a quienes le superan. Como no intenta hacer algo diferente, como no aplica esfuerzo ni ingenio, como nada prueba para comprobar su poder, se mantiene herrumbrado, arrumbado en oscuras ideas, abrumado. Así el EGO le mantiene en impotencia también, su caída es constante y el sufrimiento no se agota. La vida es injusta y la gente es mala, todo es como una pesadilla que no tiene un despertar.
Sí señor, si nos creemos perdedores, ya nos fracasados de demostrar que lo somos.

Puedes engañarte y hacer de cuenta que todo está en paz, cuando el conflicto es el pan diario. Puedes mirar para otro lado y hacer de cuenta que nada pasa, pero algo está pasando. Puedes creer que las aguas están calmadas, porque no quieres/puedes reconocer los turbios remolinos que convulsionan por doquier, bajo o sobre la superficie.
Está en ti ser cómplice y partícipe del engaño, y por ello la víctima culpable. O puedes hacer lo posible para jugar con las cartas que te da la vida, y encontrar la manera de triunfar con las herramientas que tienes a disposición o puedes elaborar/adquirir con bien y justicia.

La finalidad: construir shalom en toda ocasión.

¡Vale la Pena!

 

Esta pequeña  historia suelo recordarla  y siempre que tengo  oportunidad la cuento,  pero hoy cobra un sentido diferente para acompañar las palabras de éste post.

“-Mi amigo no ha regresado del campo de batalla, señor. Solicito permiso para ir a buscarlo.

-Permiso denegado. No quiero que arriesgue usted su vida por un hombre que probablemente ha muerto. Replicó el general.

 Desobedeciendo la prohibición, el soldado salió y una hora más tarde regresó gravemente herido transportando el cadáver de su amigo. El oficial estaba furioso: -¡Le dije que había muerto! Dígame, ¿¡valía la pena ir allí para traer un cadáver!?

 Y el soldado moribundo respondió: -Claro que sí, señor. Cuando lo encontré, todavía estaba vivo y pudo decirme «ESTABA SEGURO DE QUE VENDRÍAS».”   Autor: Anthony De Mello

Mientras redactaba las líneas que a continuación comparto,  por alguna razón recordé la historia anterior, espero puedas encontrar una relación entre ambas historias.


 

 (El texto que cito a continuación está basado en un diálogo real, paso hace casi dos años)  

Entonces él,  refiriéndose a ella me dijo:

– Eli, ¡No vale la pena!-

No supe exactamente lo que ocurrió en mí en ese instante, hallaba sabiduría en esas palabras, sin dudas era el producto de un análisis  que bien precisaba mi atención, sin embargo casi que instantánea e instintivamente respondí con una pregunta y  una afirmación a la vez.

-¿Será?…  Yo creo que sí.-

Hubo seguridad en mi respuesta, un total convencimiento y certeza que en realidad no sé de dónde provenía.

Pero él, moviendo su cabeza en señal de negativa, volvió a repetirme que no, acompañando esta vez su respuesta con algunas descripciones o ideas que bien la soportaba, lo recuerdo exactamente, siendo sinceros  esas palabras de mi querido amigo eran obvias para mí, ciertas y sensatas en ese momento, en realidad me percataba de la validez de ellas, claro… no está de más  aclarar aquí que ese  ¡No vale la pena!  era el resultado de un diálogo anterior, y que no hacía referencia al valor de las personas, pues mi amigo sin dudas sí que sabe valorarlas.  

Aun así mi nueva respuesta sonó un tanto esperanzada, con una aparente seguridad de que los seres humanos no somos estáticos, como con una extraña certeza de que tampoco son casuales los encuentros, y que siempre aprenderemos algo si elegimos hacerlo; pero ahora que lo veo nuevamente mis palabras sonaban tal vez a las de alguien  obnubilada totalmente por el ego que insistía en ver lo que quería y deseaba, aunque  en realidad no me era muy claro.

Quizás no pude haber mostrado en ese momento  un mayor estado de testarudez de mi parte con esas respuestas que ofrecería luego. Finalmente,  aquella tarde concluyo con esas palabras  nuestro diálogo en relación a esa persona.

Por un lado la expresión en el rostro de afecto de mi amigo, le hacían “parecer” satisfecho de alguna forma por mis respuestas,(eso fue lo que quise ver) su mirada y sonrisa me decían que ahí estaba yo pintada, su rostro me hacía comprender algo de eso que tal vez  apreciaba de mí,  quizás yo tenía una  esperanzadora mirada cargada de buenos deseos, sin reparamientos, y aunque a veces egoísta intentando siempre reconocer  lo bueno y rescatarlo,  …quizás;  

Por otro lado quedaría en el aire mi firme intención de mostrar que en realidad: sí valía la pena, como si fuese un reto personal,   en el que solo  precisaba  de tiempo.

Hoy  sale ese diálogo  nuevamente del baúl de mi memoria, ha pasado desde entonces  casi ya dos años,  y esas palabras recobran la validez del momento,  pero el tiempo  también ha dado cierto valor  a las mías, porque ya no hablo para defender u opinar  sobre  alguien, para justificar mi deseo primitivo manifiesto en las respuestas instantáneas, mis respuestas toman validez  en eso que me es propio y natural, y porque de alguna manera fue algo que  también pude trabajar en éste tiempo, lo hice y ahora lo siento así, el reto fue para mí,  y no hay dudas de que  ese : -¡No vale la pena!-  merece una nueva  respuesta:   

– Vaya que sí,   ¡sí que valió la pena para mí!-


¿Por qué comparto parte de éste pequeño episodio en mi vida hoy contigo?, bueno te brindo una idea, y espero sirva para que también puedes agregar tus opiniones o conclusiones.

No estamos exentos  de la influencia de nuestro Ego.

En algunos casos nuestras respuestas casi que instantáneas e  instintivas, parecerán la gran mayoría de las veces  lógicas, valientes, atrevidas, dotadas de amor por el otro,  incluso inspiradoras,  aunque en realidad la mayoría de las veces,  oculten objetivos primarios y propios del Ego.

Pero finalmente también podemos aprovechar los beneficios de tener a nuestro Ego, porque gracias a él (nuestro amigo – enemigo) estaremos frente a la oportunidad de  aprender y crecer, y esto sólo  lo haremos cuando podamos reconocerle, cuando trabajamos por  aprender en realidad algo de nosotros y elijamos responder sin su influencia,

Podemos hacerlo ese Faraón no tiene un poder más grande de aquel que le hemos otorgado, da un paso entonces para alcanzar tu libertad, que sea ese un reto personal  ¡aún es tiempo!

Y quizás sea una buena manera de acompañar a nuestros hermanos judíos en la celebración de la fiesta de la libertad que por estos días  se celebra.

¡Un abrazo y que elijamos construir shalom!