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¿Yom Kippur para noájidas?

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El fenómeno del enfoque en los aspectos materiales de los planos existenciales, nos ha llevado a que como sociedad, suplamos nuestros vacíos existenciales con la adquisición de bienes y servicios. En otras palabras, cuando la mayoría de las personas nos sentimos mal, lejos de buscar la introspección y el acercamiento espiritual, acudimos a lo que nos es “más fácil” y cercano, el aspecto material.

Los efectos fenoménicos de la materialización de la existencia se echan de ver en la manera en cómo hemos venido arruinando la naturaleza, bajo un paradigma económico de crecimiento continuo en boga, donde el enfoque se da en trabajar muchas horas a costa de nuestros sueños y de nuestra familia, para así adquirir más bienes y más servicios.

A las personas se les mide por cuánto tienen o cómo se ven, no se les mide por su bondad y su espiritualidad, aspectos que parecieran ser más bien motivo de reproche más que de felicitación, pues nuestro mundo está patas arriba y resulta ser que lo digno de encomio es tenido por oprobio y lo que debería de ser motivo de oprobio es utilizado para encomio.

Te voy a poner un ejemplo práctico, la forma de medir el éxito de las personas en las compañías es con base a la productividad absoluta, no así en cuanto a las relaciones humanas ni cómo su buena disposición haya influido en el buen humor de los trabajadores, los cuales se desempeñaron mejor por esa buena disposición producto del buen trato recibido por parte de ese trabajador de buen talante, el cual, pese a no ser el más productivo directamente, contribuyó a la productividad general del grupo como tal.


Efecto fenoménico de la cuantificación material de los procesos bioquímico-neurológicos y la imposibilidad de la cuantificación de las emociones, aplicado analógicamente al plano de inmanencia espiritual.

Ahora bien, resulta ser que, como el plano de inmanencia espiritual está ahí presente y no ha desaparecido pese a la materialización de la existencia, entonces las personas, como seres con espíritu y alma que somos, nos vemos en una encrucijada: Compramos bienes que no necesitamos, adquirimos servicios innecesarios, pero al final del día nuestro ser sigue estando vacío y esos bienes y servicios adquiridos en pos de suplir nuestras falencias existenciales, no lograron más que disminuir nuestros ahorros o, acaso peor, aumentar nuestro saldo debido en la tarjeta de crédito.

Cuando el origen de una creencia con apariencia espiritual parte de un concepto material, no es posible obtener espiritualidad óntica sino tan solo ontológica de algo engendrado desde el plano material. Te pondré otro ejemplo para entenderlo mejor: Si alguien toma una piedra y la talla y la nombra dios, y consigue a un grupo de personas adoradoras de esa piedra, no porque le hayan dado carácter de deidad a un simple trozo de piedra, ello implique que la piedra vaya a transformarse por arte de magia y volverse dios o generar milagros. ¿Por qué se da esto así? Por un aforismo que dice que “el que puede lo más puede lo menos pero no al revés”.

Es decir, una piedra es un objeto inerte, carece de vida, tiene ojos pero no puede ver, tiene oídos pero no puede oír, tal y como dijera el salmista, por tanto, no se le puede pedir lo imposible a una piedra, no se puede pretender que se vuelva un dios o que adquiera vida, pues para que esa piedra adquiriera vida requeriría de la intervención de Dios, pero la piedra por sí sola no va a adquirir vida, precisamente por ser una piedra.

Como podemos observar, el ejemplo de la piedra puede aplicarse de manera analógica a otros credos basados en leyendas, con semihombres o semidioses, dependiendo desde cuál perspectiva se les quiera ver, pero que al final de cuentas tienen el mismo problema que el culto adorador de la piedra, pues la base óntica del ser supuestamente divino pero producto de la creación humana es un objeto inerte al cual, ontológicamente hablando se le da un valor, una vida artificial, pero esta vida artificial no es más que un atributo ontológico, una adjetivación de la naturaleza inerte del ser, por lo que nunca dejará de ser una piedra, un semidios, una estrella, o cualesquiera formas humanas o materiales sean, por medio de las cuales los seres humanos le han dado el calificativo de dios.

Surge una pregunta por parte del incrédulo:

“¿Por qué no habría un planeta, cosa que es evidentemente no creada por un humano, ser catalogado como una deidad? Evidentemente su lógica argumentativa es falaz, pues no porque un objeto haya dejado de ser creado por un ser humano, ello implique que fue creado por un dios, ya que sigue existiendo en el plano material, producto de las colisiones de distintos elementos en el espacio exterior que le dieron forma de planeta”.

La respuesta sigue siendo la misma, no puede ser una deidad porque la deidad se encuentra en el plano superior de la existencia, o sea, en el espiritual, no en el material, y desde el momento en el que puede ser concebido y comprendido por un ser humano deja de ser Dios, porque la premisa mayor de la creencia monoteísta inmaterial es precisamente que ningún ser humano puede entender la naturaleza de Dios, por tanto, Dios no puede pertenecer al plano material. El hecho de que elementos externos hayan dado forma a ese planeta, no implica que sea un dios, sino la obra de Dios.

Heidegger logró con sumo tino diferenciar lo óntico de lo ontológico, donde lo primero es la sustantividad del ser vista de forma pasiva por el espectador, en tanto que lo segundo es la adjetivación del ser, al cual se le dota de una serie de características para traerlo a la vida.

Los ateos y negadores de la deidad utilizan el argumento de la negación del ser en su absolutez para justificar la inexistencia de Dios, recurren también a las supuestas imperfecciones de la deidad para demostrar sus falencias, las cuales, por tanto, al evidenciarlo como un ser no perfecto, implicna que no puede ser dios, mucho menos Dios.

Los avances científicos y tecnológicos nos han llevado a determinar que en el debate de Nils-Bohr vs. Einstein, con respecto a la casualidad versus la causalidad, han hecho que el primero gane el debate pues la Ciencia ha demostrado la inexistencia del principio de causalidad, por tanto, impera la casualidad, es decir, el alea, y Einstein perdió el debate. Este hecho científico ha tenido profundas repercusiones a nivel filosófico y axiológico, ya que las personas justifican la aleatoriedad del universo como una verdad evidente y manifiesta acerca de la inexistencia de Dios.

Curiosamente, esto lejos de llevar a dar mayor tranquilidad a las personas más bien las ha llevado a un aumento de la zozobra, pues resulta ser que los seres humanos, los cuales somos animales de hábitos, nos encontramos ahora con que la Mecánica Cuántica ha demostrado que el universo es completamente aleatorio y esto implica que cualquier cosa nos puede suceder.

¿Qué sentido tiene la oración y a las buenas acciones si estamos regidos por el alea y no por la certidumbre?

Nuevamente aquí se evidencia otro problema entre el aspecto óntico y ontológico de la confección del pensamiento. Se toma como parámetro absoluto el material, con lo cual se entra en una disyuntiva paradójica, pues los defensores de la tesis de la absolutez material se contradicen a sí mismos ya que niegan la existencia de la causalidad, con base a los estudios subatómicos realizados, pero a la vez aceptan la existencia de las emociones y tratan de encuadrarlas dentro de la actividad neurológica del ser humano, para de esta manera justificar por medio de procesos bioquímico-materiales los estados de ánimo de las personas.

No se puede negar que dependiendo de la combinación bioquímico-material a nivel neurológico central, ello tiene una incidencia sobre las reacciones emocionales de las personas, pero dotar de materialidad a las emociones es un sinsentido, pues una cosa son las emociones y otra los gatillos materiales que las puedan potenciar.

Esto genera dos dudas: En primer lugar, el proceso autonómico generado por agentes alopáticos ha demostrado que las depresiones sentidas por las personas, muchas veces son inducidas y creadas de manera artificial por los medicamentos, con lo cual el ateo y el negador de Dios tendría la posibilidad de decir que las emociones son parte del plano material. En segundo lugar, el proceso decisorio-autonómico de las personas, ejercido por medio de la voluntad de cada quien, lleva muchas veces a que, por medio del libre albedrío, el cual es un proceso material, según los defensores de esta tesis, se den efectos a nivel material y emocional, por tanto, las emociones no pueden ser sino una extensión material de los procesos bioquímico-neurológicos, producto del ejercicio del libre albedrío, el cual también se encuentra en el plano material.

Nuevamente los dos argumentos presentan fallos intrínsecos desde su elaboración por las siguientes razones: La Ciencia no ha logrado tomar una emoción ni cuantificarla como tal, más allá del cálculo bioquímico-neurológico, del cual ni siquiera se han logrado dar con datos o fórmulas exactas, sino con aproximados, debido a las amplias variantes en los procesos de biodisponibilidad de las personas. Si utilizamos el argumento negatorio en la misma manera en que los ateos y negadores de Dios recurren a la ausencia de la absolutez de la causalidad o, en su defecto, de la supuesta perfección divina, comprobada por medio de la aleatoriedad evidenciada por la mecánica cuántica para demostrar la inexistencia de Dios, tenemos entonces que la falta de la cuantificación exacta de una emoción, más allá de los aproximados bioquímico-neurológicos, llevan a que no podamos hablar de una emoción dentro del plano material como tal, es decir, como un cuerpo que ocupa un lugar en el tiempo y en el espacio, por tanto, debe de existir, y de hecho existe, pero en un plano ajeno al material.

De manera analógica y utilizando el símil de las emociones para demostrar que éstas no se encuentran en un plano material, se puede aplicar de manera antonomásica que la existencia de un plano material tampoco puede cuantificar ni el plano intelectual ni el espiritual. Esto nos lleva a la primera conclusión, no porque algo no sea cuantificable a nivel material, ello implica que no exista. Aterricemos este concepto dentro del ámbito del título de este comentario, el cual atañe al Yom Kippur “noájida”.

Del por qué Yom Kippur no es una celebración para los noájidas

Antes de comenzar el abordaje de esta sección, es menester mencionar que las prohibiciones atinentes a Yom Kippur, no implican un desligue total por parte del noájida de la trascendencia de la celebración, sino simplemente la abstención de la celebración de esta fecha a la usanza judía, es decir, el noájida puede entender y apreciar el valor de la celebración, pero sin una participación activa, más allá de instar al judío no observante de cumplir con el mandamiento del respeto a Yom Kippur.

Es innecesario entrar en detalles de cómo celebran los judíos el Yom Kippur, pues dichas formalidades son ajenas al espíritu de este comentario, sin embargo, para dar mayor sustento a la tesis presentada, recurriremos a lo dicho en el acápite anterior.

Las leyes espirituales, tal y como lo dijera Aryeh Kaplan, se rigen por principios distintos a los de las leyes materiales. En tanto que la lógica lineal ha sido nuestra principal herramienta para el desarrollo del plano material, especialmente por medio de los avances científicos y tecnológicos, la lógica espiritual no se basa en conceptos geométricos y lineales como sí lo hace la norma y el pensamiento ingenieril, sea a nivel de construcción de edificios, de medicina o de leyes, tan solo para mencionar unas pocas disciplinas.

He aquí otro de los errores conceptuales en la aplicación y seguimiento de las leyes de la Torá por parte de los no versados en ella, pues la lógica lineal no es el medio idóneo para respetar los principios establecidos de manera espiritual y, como ya mencionamos anteriormente, no porque el plano espiritual no se pueda cuantificar a nivel material, ello implique su inexistencia, sino más bien todo lo contrario, precisamente por no poder darse la cuantificación del plano espiritual es que debemos de ser humildes y aceptar su existencia, pues en tanto no logremos desprobarlo, no podemos tampoco negarlo.

Ahora bien, resulta ser que dentro de la aplicación de la lógica lineal y del pensamiento geométrico del ángulo recto generado por la escuadra, que es, dicho sea de paso, desde donde proviene el concepto de las normas, no es posible para una persona el pensar que si hoy es el Día del Arrepentimiento y hoy se sellan a quienes fueron inscriptos en el libro de la vida y del sustento en Rosh Hashaná, que ahora exista un fuero de exclusividad para que el judío celebre el Yom Kippur pero el noájida no.

Visto desde un punto de vista material con una lógica lineal aplicada en el tiempo y en el espacio tridimensional, ello podría tener cierta validez, aunque inclusive en este plano hay varias falacias argumentativas, sin embargo, en atención al principio de inclinarse por la libertad, podría ser admisible hasta cierto punto la tesis, pues la aplicación exclusiva de la lógica lineal y de la escuadra, darían lugar a la duda y, por tanto, a la absolución.

Sin embargo, el argumento presentado a favor de la permisión de la celebración del Yom Kippur por parte del noájida lleva ínsito otro problema más, el mandamiento es de carácter espiritual y no de carácter material, por ende, encuentra su origen en el plano de inmanencia del espíritu, no así en el físico y, tanto a nivel óntico como ontológico, la lógica a seguirse debe de ser la del espíritu y no la del fuero material.

Es decir, así como el ateo y el negador de Dios no pueden probar la inexistencia de Dios por la no cuantificación de una emoción, y esto en ningún momento implica la negación de su existencia, así tampoco puede negarse la existencia de un plano espiritual, simple y llanamente porque no se puede cuantificar a nivel material.

Por tanto, si la regla emanada desde el plano espiritual dice que la celebración de Yom Kippur es para los judíos, el argumento en contra de este precepto no puede ser combatido con lógica material, pues lo congruente sería debatirlo con lógica espiritual, así llegamos a la segunda conclusión: remedios iguales para situaciones iguales, remedios desiguales para situaciones desiguales. Esto implica que no pueden aplicarse, ni remedios iguales para situaciones desiguales, ni remedios desiguales para situaciones iguales.

Con base a esto, queda claro entonces que la prohibición de la celebración del Yom Kippur para los no judíos, proviene de un plano espiritual, y como a situaciones desiguales remedios desiguales, el hecho de que los judíos celebren el Yom Kippur, producto del mandato divino, de manera exclusiva (aspecto espiritual), implica que, debido a la exclusividad, la cual es excluyente de manera absoluta, el noájida no puede celebrar el Yom Kippur, pues la exclusividad judía separa al no judío de la celebración de esta fecha.
Espero que esto aclare el punto, ya no solo para Yom Kippur sino para el resto de celebraciones de exclusividad judía. Te deseo una excelente semana y un muy próspero año nuevo.

De fiesta en fiesta

Egipto fue muy importante en la identidad israelita del comienzo del pueblo, pero era necesario extirpar lo nocivo (impuro) que de allí provenía para permitir que fuera la LUZ la que resplandeciera.

Así el Eterno ordenó abstenernos de JAMETZ durante los días de PESAJ. Festejamos, celebramos, recordamos, revivimos, nos comprometemos, pero hay un algo que no podemos. Eso que es tan peculiar a la cultura egipcia de aquella época, el JAMETZ.

Pasan unos cuantos días y llega la primera culminación de PESAJ, con la festividad de SHAVUOT, en la cual se nos entregó la TORÁ. Y entonces, de acuerdo a la costumbre no dormimos en su noche. Así pues, festejamos, nos alegramos, estamos dichosos, nos sentimos extasiados con este gran regalo de espiritualidad pero hay una necesidad física, que es también un placer, que por un tiempito queda por fuera de nuestro deleite.

Luego son unos meses los que pasan, hasta la siguiente festividad “bíblica”, la de ROSH HASHANÁ. Es un momento de elevación, de reflexión, de sabiduría, de TESHUVÁ, pero también para deleitarnos con alimentos y la compañía de familia y amigos. Pero, tampoco ahora la felicidad es completa, porque es también el día del JUICIO, en el cual las acciones de todas las criaturas son escrutadas y sopesadas por el JUEZ. Cuando somos conscientes de esto, nos entra un poco de temblor, de pavura quizás, porque no somos perfectos y no sabemos el alcance de nuestros actos que pudieran haber causado daños que ni siquiera imaginamos. Por ello, estamos entre serenos y dubitativos, festivos pero ceremoniosos.

Unos poquitos días después, otra fiesta ordenada por la TORÁ para los JUDÍOS, IOM KIPUR. Es tanto el esplendor de esta jornada sagrada que no comemos ni bebemos, no mantenemos relaciones sexuales, no nos lavamos, no usamos maquillaje, perfume y otros placeres corporales. Es un día dedicado al espíritu, tal y como si fuéramos ángeles. Por supuesto que está la alegría presente, porque presentimos la misericordia del PADRE, estamos trabajando en TEFILÁ, TESHUVÁ y dedicamos energías para la TZEDAKÁ. Alegría rumbo a la plenitud, pero al dejar de lado lo corporal, nos falta algo.

Entonces al final llega la fiesta que es el tiempo de nuestra alegría, SUCOT. ¿Será ahora el tiempo para celebrar sin restricciones extras?
Pues… no. Ya que se nos pide salir de nuestras casas de siempre para pasar a residir en chocitas endebles. Sí, es solo una semana. Sí, es una bella MITZVÁ. Sí, tiene sus placeres la SUCÁ, pero, estamos ahí, no en el living de casa.

Hasta que por fin, alcanzamos la última fiesta ordenada por la TORÁ, la de SHMINÍ ATZERET, que en Israel también corresponde en ese mismo día a SIMJAT TORÁ.
Es una fiesta sin motivo histórico, simplemente Dios nos quiso regalar un día para la licencia, para la celebración y festejo sin estrés.
Podemos comer jametz, dormir, estar complacidos, dentro de casita, darnos tiempo para disfrutar solos y con otros.
Y a esto le sumó la tradición judía el bailar con la TORÁ.
A diferencia de otros días, en los cuales se insta a abrir la TORÁ y profundizar en su lectura y estudio, en SIMJAT TORÁ se lee como parte del ritual, pero no es lo central (según la costumbre popular), ya que lo principal es (a ojos del pueblo) estar danzando en rondas con los rollos de la Torá, felices, cantando, brillando, disfrutando como un novio con su novia en el día de la boda.
Un día de completa alegría.

Quiera el Eterno que podamos salir de nuestros Egiptos, liberar la LUZ de nuestra NESHAMÁ, pasarla bien en todas y cada una de las festividades.
Que tengamos SHALOM, y lo construyamos.
Que seamos benditos, y de bendición.

(Publicado originalmente en SERJUDIO.COM, tiene enseñanzas para el noájida)

Las fiestas y los necesitados

La parashá EMOR contiene variadas temáticas, quisiéramos concentrarnos en un aspecto que nos resulta interesante para compartir y dialogar en esta ocasión. Otro día quizás conversemos de otros importantes temas de la parashá.

Encontramos que se enumeran las festividades judías que establece la Torá, en su orden: Shabat, Pesaj, Shavuot, Rosh haShaná, Iom Kipur, Sucot y Sheminí Atzeret. Además se brindan algunas especificaciones correspondientes a cada celebración.
Si se nos preguntara de qué trata el capítulo 23 de Vaikrá, la respuesta obvia y veloz sería: las festividades judías de la Torá.

Pero entonces, atendemos cuidadosamente la lectura de esta sección y nos encontramos con el siguiente párrafo, inserto en medio de esta lista:

"‘Y cuando cortéis la espiga de vuestra tierra, no cortarás hasta el último rincón de tu campo, ni recogerás las espigas sobrantes de tu campo segado. Las dejarás para el pobre y el extranjero. Yo soy el Eterno, vuestro Elokim.‘" (Vaikrá / Levítico 23:22)

¿Qué tiene que ver este pasaje con el resto del capítulo?
Arriba nos habla de conmemoraciones, luego sigue con las celebraciones, ¿por qué de repente se interrumpe para mencionar esto?
La antigua tradición judía asegura que el autor de la Torá es Dios, quien la dictó a Moshé palabra por palabra. Por tanto, debe haber alguna enseñanza importante, ya que no es una equivocación su inclusión y tampoco se debe a la casualidad.

Tenemos por una parte festejos, grandes ocasiones para la alegría, vacaciones dedicadas a disfrutar en todos los planos de la existencia, memoriales de eventos significativos y de salvación del pueblo.
De pronto surge la mención a estos trabajos del campo y la obligación de dejar elementos para que los necesitados vengan, trabajen y así obtengan lo necesario para su sustento.
¿Cuál crees tú que pudiera ser la idea que se encuentra oculta aquí?
Más abajo te daré un par de respuestas, pero estaría muy bueno que ti intentaras brindar las tuyas. Gracias.

Algunos sabios han interpretado que se debe a que entre Pesaj y Shavuot es la época que corresponde a estos trabajos en el campo. Sabemos que Shavuot es “חג הקציר”, “jag hakatzir”, “la fiesta de la “Siega”, por lo cual no está de más recordar a los judíos trabajadores del campo que tienen estas importantes mitzvot para cumplir.
Estos intérpretes se concentran en mantener el orden establecido por la Torá, proteger las leyes, que en definitiva son las que nos dan un marco de vida seguro y de bienestar. Además, en el caso de los mandamientos de Hashem, nos permiten adquirir gozo para el mundo venidero.

Otros maestros prefieren enfocarse en el prójimo necesitado. Como si el texto de la Torá nos dijera: ‘Mira, tú estás celebrando, tienes lo que necesitas, estás con tu familia y amigos, disfrutando de la festividad. Te tomaste días de vacaciones para ir al Templo, para reunirte, para descansar, para pasarla bien. Eso es excelente, Yo que soy Dios me alegro mucho. Pero, quizás no te diste cuenta de que a tu lado hay gente que no tiene ni siquiera para comer, mucho menos para festejar en los jaguim/festividades. No puedes tener una alegría completa si tu hermano, tu prójimo, aquel que está a tu lado, el converso, el extranjero, no la pasan bien. Vamos, haz algo para darle la oportunidad de que él también festeje. Sé Mí socio en satisfacer las necesidades del necesitado. Si haces así, tu alegría será mucho mayor. Porque Yo, Elokim, estaré complacido al ver a Mis hijos disfrutando y especialmente porque uno ayuda con bondad y justicia al otro.’

¿Qué te parece a ti?

Pesaj: Salvando una generación

Leia un comentario del amigo ‘curioso1’ en el que decía, palabras más, palabras menos, que los hijos que crecen en el seno de un hogar seudo judío (mesianico, netzarita, ebionita, etc), creerán que parte de su pasado está ligado al pueblo judío.

Pensando al respecto cómo seria esto vino a mi mente la imagen de un adulto que perdió a sus padres, que comienza a sentir curiosidad por su pasado, y revuelve un poco las cosas, pregunta, indaga, etc, da con algo de carácter propiamente judío, por ejemplo: un sidur, una kipa, un talit, un mezuza, etc… O quizás consiga algo que a sus ojos pueda parecer judío: una foto de papá, mamá y él celebrando lo que él cree es un Shabat, un video en el que se muestra a personas festejando lo que él cree es una fiesta judía, etc.

Este adulto se inquieta y profundiza su investigación, comienza a ver ciertas similitudes entre su pasado y las prácticas judias actuales…

Se pregunta por qué sus padres rompieron con «su» tradición judía… Se responde que quizás el antisemitismo los llevó a esto.

Quizás este adulto descubra que sus padres creían en alguien llamado Jesús, Yeshua, Yahoshua, Yoshua… y que quizás esa fue la razón que llevó a sus padres a ocultar su «verdadera identidad» ya que los judíos no creen que éste sea el Mesias.

Para ese momento se habrá trastocado su identidad, no sabrá quién es, sentirá que ha «perdido» su vida, querrá «retomar» su pasado, irá a donde un rabino para mostrarle las imágenes, éste le pedirá documentos para comprobar su judaicidad por vía materna, pero no los tendrá ya que nunca existieron, debido a que los seudo judíos carecen completamente de un aval legal que certifique alguna relación con el judaísmo.

Al ver que le «cierran» las puertas, comenzará a buscar más gente que comparte su pasado. Escribirá en Google: «judíos yeshua», y encontrará N cantidad de enlaces que lo llevan a lo que él cree es su verdadera identidad.

Así terminará repitiendo el error que cometieran sus padres, y que posiblemente estos hayan querido corregir al ocultarle parte de su pasado, tal vez por vergüenza, o quién sabe qué.

Aprovechemos este tiempo en que el Pueblo Judío celebra Pesaj para colocar el pasado en su lugar. De ser necesario contemos a nuestros hijos, si queremos y podemos, que una vez cometimos el error de asumir una identidad que no nos correspondía (no necesariamente la religiosa, recordemos que el EGO tiene mil y un caretas), pero que un día entendimos que eso no era correcto y decidimos corregir y ser quienes realmente somos.

Más que perder el respeto de ellos, lo ganaremos. Además, tendremos la tranquilidad que dentro de unos años, no importa qué cosa de nuestro pasado descubran, ellos seguirán siendo noajidas puros.

Link Recomendado: «Tikun Olam»  http://serjudio.com/dnoam/rap137.htm

 

Pesaj, tu elemento

En breve el pueblo hebreo celebrará su independencia, la Salida de Egipto, su paso de la esclavitud a la libertad. Transmitirán a las nuevas generaciones el mensaje de redención implicito en lo que ellos llaman Seder de Pesaj, una ceremonia que pertenece únicamente a ellos por disposición Divina.

Dentro de esta ceremonia recordatoria harán memoria, a través de ciertos elementos, de aquel momento en que todo un pueblo pasó de ser esclavo a libre, con el fin de resguardar sus orígenes, sabiendo que en otrora su voluntad estaba sujeta al capricho del Faraón, pero que un dia esto cambió y el Creador los rescató para entregarles Su Torá, Su voluntad expresa, lo que debian hacer ahora que eran libres.

Cuenta una historia que una vez un rey tenia un primer ministro al que habia confiado la administración de su reino. Este primer ministro tenia por costumbre entrar todos los dias a una habitación por unos minutos y luego salia. La gente ignoraba qué habia alli, pero la curiosidad los llevó a preguntarle al primer ministro qué ocultaba.

El primer ministro los llevó a la habitación y les mostró qué habia alli. Quedaron sorprendidos al ver una chaqueta de cuero y una flauta. El dijo: Antes de ser primer ministro, yo era un pastor de ovejas, y cuando las apacentaba acostumbraba a tocar la flauta. Todos los dias entro a esta habitación para acordarme de mis origenes, para saber de dónde vengo, dónde estuve, dónde comencé».

Ahora que viene la fiesta de Pesaj nosotros los noajidas no tenemos participación directa sobre algun ritual en el que algun elemento nos recuerde que hayamos sido sacados del Egipto físico, pero sí existe ciertos recuerdos de que un dia estuvimos esclavos en algun Egipto, la más común quizás sea alguna religión, quizás para otros sea una situación crítica, o algun otro momento que marcó cambio en nuestras vidas al sabernos noajidas y comenzar a vivir de manera consciente nuestra identidad espiritual.

Aprovechemos este tiempo de Pesaj para acordarnos de aquello que un dia nos esclavizó, no hay nada de malo en hacerlo, todo lo contrario, siempre es bueno recordar de dónde venimos, de dónde Su mano nos sacó. Pero tambien tomemos consciencia de lo que implica ser libres y al mismo tiempo vivir bajo los Siete Mandamientos que definen nuestra espiritualidad, nuestra vida.

Recordemos que al EGO le gusta que olvidemos nuestro pasado. Pero acordarnos de cómo estabamos antes y cómo estamos ahora es una buen ejercicio para crecer espiritualmente.

Feliz Pesaj para todos y todas.

Contra los pronósticos

Como pudo ser que un minúsculo grupo de hombres labriegos y gente sin formación para la guerra, pudo contra un experimentado y vasto ejercito de hombres curtidos y formados en batalla, cuentas las leyendas de la gran arte para la guerra con que contaban los griegos y de las numerosas y feroces batallas que libraron al mando del Alejandro el magno, sin duda uno de los mayores y mejores ejércitos de la historia, sus herederos no eran distintos pero cometieron el peor de los errores, amenazar la integridad espiritual del pueblo de Israel, y los Judíos escasos en número y también en formación para la guerra, se alzaron victoriosos sobre aquellos que pretendían imponerles a la fuerza su cultura.

Su voluntad de ser libres y más aún la de ser auténticos, encendió la fuerza con la que cuenta un hombre que desea ser fiel a Dios y a sus preceptos, lo que aconteció después es historia, los griegos no solo se encontraron con un pueblo fuerte, feroz, firme ¡CONFIADO DE VOLUNTAD!, sino con un pueblo unido que preserva su legado aunque ello signifique pelear la más grande de las guerras o librar las más feroz de la batallas.

Januca es un tiempo para encontrarnos con nuestros hermanos Judíos y compartir la esperanza y el ideal más grande, que si hacemos nuestra parte y depositamos nuestra confianza en el Eterno, finalmente la Luz irradiara y ahuyentara la oscuridad más tétrica, pero solo……… solo, si nosotros hacemos nuestra parte.

Lo natural hubiese sido que el aceite para encender la menora hubiese durado solo un día, sin embargo duro mucho más y lo natural también hubiese sido que los Judíos sucumbieran bajo la influencia y presión de los extranjeros, pero no fue así…………

¡Feliz fiesta de las luces!  

¡Feliz Jánuca!

¡Jánuca linda esta aquí…!

Y sí,  los milagros ocurrirán, cuando  te encargues de hacerlos reales.   No esperes para hacer tu parte.

Feliz fiesta de las luces

 

Hoy en día estamos gozando del lento despertar de la conciencia noájica.
Son pocos y lentamente los que van reconociendo la falsedad de las religiones, la tétrica oscuridad de la vida sometida a los ídolos.
Somos pocos los leales al Eterno, en un mundo oscurecido, embrutecido, dominado por un poderoso y maligno imperio llamado idolatría, cuyo mayor exponente son las religiones y sectas que tienen a Jesús (con cualquiera de sus alias) como centro.

Somos pocos los que, lentamente y con altibajos, estamos construyendo shalom.
Los contras son muchos y variados.
El mayor contra es el EGO, que no es un enemigo externo, sino en nuestro propio seno.
Es el primer adversario a vencer.  Yehuda Ribco

Ser humano

Existen días trascendentes para la humanidad en el correr del tiempo, así quiso el Eterno que fuera, tiempos y épocas, momentos en los cuales hay lo que aprender.

El mensaje que quiero compartir es simple y sencillo, a propósito de este día tan especial que esta por entrar, me refiero al Iom Kippur o día de la expiación.

Esta sagrada casa de estudio, tiene un aspecto muy destacado que de hecho he visto en poquísimos lugares.

Aquí se imparten clases, estudios, técnicas y conocimientos de cómo lidiar con nuestra tendencia hacia lo negativo modernamente  llamada “ego”, aquello que nos estanca como personas, nos obstaculiza para no dejarnos elevar como seres humanos y tener plenitud en este mundo, aquí en esta sagrada casa de estudios se proporcionan diferentes herramientas para crecer y refinarnos a través de estudios, investigaciones, clases que nuestro Maestro tiene a bien proporcionar a todo aquel que lo quiera aprovechar.

Finalmente ese es un mensaje poderoso del día de la expiación, retornar a la buena senda, hacer brillar la esencia del ser humano y reconocer a Hashem como Amo y Soberano del universo.

¿Pero como podemos dejar un camino equivocado sino podemos lidiar con nuestra tendencia hacia el mal?

Dejar un camino equivocado puede no resultar sencillo mucho menos sencillo si no puedes lidiar de forma constante con la tendencia hacia lo negativo y claro que esto es algo humano, no es algo demoniaco o de “gente mala”, así fuimos hechos con tendencia hacia lo bueno pero también hacia lo malo, sin embargo es necesario lidiar con dicha tendencia hacia el mal para que de forma efectiva podamos cambiar nuestra “forma de ser” retornar a nuestro origen, y mira amigo querido, apreciado lector en este sagrado lugar de estudios precisamente esa es la principal misión “conocer y ubicar en su lugar correcto a nuestro ego” mediante técnicas del pensamiento traducidas en actos reales.

Sin las herramientas adecuadas y verdaderamente efectivas para hacerlo, podrás arrepentirte mil veces y rogar perdón mil más, pero si no puedes ubicar al ego en su lugar respectivo, de nada servirá porque seguiremos haciendo lo mismo, andando por caminos oscuros, faltos de vida y de mucho pesar.

Un mensaje para este día tan especial es “estudiar, compartir y aprender junto a muchas otras personas, para hacer una verdadera expiación para toda la humanidad, a través del cumplimiento de nuestros mandamientos y un manejo correcto del ego con todas las herramientas que aquí se brindan”.

Comparte fulvida amigo mío, estudia y aprende a cómo lidiar con tu ego para que con eso puedas cumplir con los mandamientos que te fueron dados.

Mis mejores deseos para que sean inscriptos y sellados en el libro de la vida, y que haya muchas cosas buenas para toda la humanidad en los días que vienen.

¡Un abrazo y hasta pronto!

 

Tisha beav para recordar

Los trágicos sucesos que marcaron la historia del pueblo de Israel el día  9 de av son acontecimientos de mucho peso, no solo por el trasfondo histórico de matanza, destrucción y exilio sino por el importante mensaje que dejan sobre nuestras vidas.

La constante del pueblo de Israel sobre estos sucesos es buscar la causa para remediar el mal (a través de la modificación de la conducta), este pueblo no le adjudico sus males al “destino” la “mala suerte” o vaya a saber que otra tontería más como muchos podrían hacerlo, evadiendo su propia responsabilidad en dichos acontecimientos, ellos buscaron la causa dentro de sus propios actos en sus propias fallas, buscar el origen de nuestros males en nuestros propios errores es un mensaje muy edificante.

A través de los propios errores podemos percibir los aspectos hoscos de nuestra personalidad (por así decirlo) para pulir esas asperezas y tratar de mejorar nuestra vida y la de los que nos rodean.

Pero también debemos de tener mucho cuidado en no caer en las trampas al solitario del ego, pues podríamos llegar a pensar que nuestra tarea primordial es identificar los errores de los demás, en tanto estamos bajo el dominio del ego nuestro objetivo principal es identificar los propios para actuar más asertivamente.

Buscar lo positivo dentro de lo negativo, tratar de crecer a través de nuestras equivocaciones, percibir los aspectos a mejorar mediante nuestras propias fallas………..

Algo para recordar.

imagen tomada de walord.blogspot.com

La Voz

«Siete semanas y llega el gran momento, acontecimiento único en la historia de la humanidad: D-os se dispone a hablar, a revelar su Ley, a hacer oir su Voz. Rayos y truenos para quienes dormitan en sus camas. Mientras, el tiempo y el corazon de los hombres se abren para recibir la llamada de Aquel que confiere al yo, Su misterio.
Luego, silencio. Y desde el fondo del silencio, una Voz.
D-os está hablando. ¿De que? ¿De su obra secreta, de sus intenciones imperceptibles por siempre jamas?
No, habla de las relaciones entre los hombres, de los deberes de cada individuo para con los otros individuos.
En ese instante unico, D-os prefiere hablar de relaciones humanas y no de teologia…»

Elie Wiesel Premio Nobel 1986, en Celebración Biblica.