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Resp. 10 – Preguntas de una joven sabia

Con cariño le doy agradecimientos por su respuesta; Por voluntad propia he leído
muchas secciones de la Pág., Y por Orden de Dios serviré de la mejor manera en
mi vida. Estoy contenta de saber que voy en el camino correcto, mis preguntas son:
1 ¿Una mujer Judía puede trabajar normalmente en lo que sea? (Mientras sea un
buen trabajo)
2 ¿Nadie me puede obligar a creer en la virgen ni en nada de eso?
Mi familia esta algo molesta conmigo puesto que renuncie a mi religión católica
con 15 años pero Dios es Dios es solo uno, eso aprendí
3 ¿Es malo reconocer que estuve equivocada al hacer 3 sacramentos en la iglesia
católica?
Gracias por tomarse la molestia de leer esto y ayudarme… Créame que tengo poca
edad pero quiero cumplir la meta de mi conversión y servirle a Dios como lo
estuve haciendo hasta los momentos gracias a Usted, sin Idolatrar a más nadie…
A. M.
Estudiante.
15 años
Maracay-Venezuela

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Proceso exitoso de CABALA-TERAPIA

Un proceso exitoso de CABALA-TERAPIA se puede describir como constituido por
tres etapas:

  1. Etapa de Reconocimiento
  2. Etapa de Conversi�n
  3. Etapa de Fortalecimiento.

Te explicar� muy brevemente lo que sucede en cada etapa.

Etapa de Reconocimiento.
�sta es la etapa inicial, cuando el viajero no tiene certeza del destino de su
traves�a.
Casi siempre la persona cuando comienza un proceso de CABALA-TERAPIA no sabe
bien qu� quiere, ni c�mo lo quiere, pero sabe que algo quiere, que algo le est�
faltando y que ese algo lo precisa ya.
A la hora de buscar causas que generan los efectos sufridos, la persona casi
siempre se�ala alg�n rasgo negativo en particular (propio o ajeno), e incluso se
aferra a alguna imagen negativa a la que tilda de causante de su malestar, sin
criticar la veracidad de su f�rrea acusaci�n.
En los hechos, casi nunca ese rasgo es el fundamental ni el principal; e incluso
es probable que ni siquiera exista en la realidad.
Por consiguiente, en esta etapa el CABALA-TERAPEUTA asiste a la persona a
reconocer la/s causa/s ciertas de sus malestares.
No es tarea sencilla, puesto que el CABALA-TERAPEUTA debe encontrar el verdadero
rostro de la persona detr�s de sucesivas m�scaras que �sta, consciente o
inconscientemente, se pone.
No es tarea f�cil, pero es posible, puesto que por m�s coberturas y sombras que
se a�adan, la luz del alma nunca se extingue, y es imposible ocultarla
indefinidamente.
Llega el momento, quiz�s meses o a�os m�s tarde, que lo que el CABALA-TERAPEUTA
ha distinguido como rostro interno de la persona, finalmente �sta reconozca como
propia. Se refuerzan los l�mites, se conocen las fronteras y la necesidad de que
�stas sean mantenidas firmemente, aunque con saludable flexibilidad.
As�, por fin, la persona est� habilitada para apartarse de lo que le hace mal, y
del mal que ella misma provoca (as� misma y a otros); puesto que en tanto se
est� en la ignorancia, se est� en error constante.
En esta etapa el CABALA-TERAPEUTA act�a como compa�ero de viaje a la par que
como investigador, sin dejar nunca su rol de maestro en las artes del vivir con
correcci�n, de acuerdo a las normas del equilibrio en los cinco planos de la
existencia humana.

Etapa de Conversi�n.
Tras el reconocimiento es muy probable que acometan con violencia las culpas,
propias o ajenas, que se muevan sentimientos de c�lera, venganza, decepci�n,
desesperanza, hast�o, etc. Cuantiosas cantidades de energ�as te�idas de
negatividad que han estado acumul�ndose en el viajero durante a�os de negrura.
Es imprescindible que el CABALA-TERAPEUTA est� bien centrado en su rol de gu�a y
maestro, para ense�ar a la persona mecanismo, herramientas, m�todos que le
permitan aliviar las tensiones y dirigir las energ�as hacia la construcci�n a la
luz de metas trascendentes.
En esta etapa es vital que el viajero aprenda el valor de la (verdadera)
humildad, y del buen humor como claves para aligerar la carga de la negatividad.
Tambi�n es necesario que aprenda a encontrar el punto de luz en mitad de la
noche, la dosis de bien en lo que parece todo malo.
Si en la etapa anterior aprendi� a distinguir la luz de las sombras, en esta secci�n debe diferenciar entre las sombras que son producto natural de la luz, de aquellas que son antag�nicas a la misma.
En este momento, la persona no solamente se aparta a�n m�s de lo que le hace mal,
sino que adem�s empieza a enfocarse en lo que es bueno.
Cuando se busca el bien, y se lo siembra, es que se est� en el camino de
cosechar bien.

Etapa de Fortalecimiento.
Llegados a este punto es necesario que la persona comprensa cabalmente los
hechos e ideas que se confabularon para provocarle el sufrimiento previo, de
modo tal de aprender a vivir de otra manera, con conciencia, responsabilidad y
sentido. Aparta de esta manera la posibilidad de recaer en errores de percepci�n
y en acciones perjudiciales que le hundan nuevamente en el cieno de la duda y la
acci�n nociva.
En esta etapa el CABALA-TERAPEUTA es nuevamente un compa�ero de viaje, pero
adem�s es el que con el di�logo cotidiano, carente de sofisticaciones
innecesarias, permite que el viajero se entrene para vivir a plenitud en sus
cinco planos de existencia.
Es ahora el viajero quien debe tomar en sus manos la l�mpara que le continuar� alumbrando, es quien debe aventurarse a mirar hacia el espejo y tener el valor para reconocerse realmente.
De esta manera, la persona est� totalmente enfocada en lo que es bueno, est�
ejercitada para desarmar lo negativo, para extraer la energ�a de lo destructivo
y dirigirla hacia lo que es construcci�n.

Hasta aqu� una muy r�pida ojeada de un proceso exitoso de CABALA-TERAPIA.
Me gustar�a que te atrevieras a conocerte en verdad, que quisieras ense�arte
mejores maneras para vivir y relacionarte y que tengas el deseo de ser fuerte y
valeroso para gozar �ntegramente de las buenas cosas que desde Arriba te est�n
prodigando.
Te espero para que tomes sesiones online de CABALA-TERAPIA, caminemos juntos en
este camino de Luz…

Lic. Yehuda Ribco
Si deseas m�s informaci�n, haz clic aqu�:
CABALA-TERAPIA.

Cómo Manejar una situación altamente conflictiva

Por: Alfredo Zambrano G.

1. El Menosprecio: Cuando personas ego�stas y envidiosas no quieren reconocer tus logros, triunfos y posici�n en determinada empresa u organizaci�n. �Qu� debes hacer? �C�mo debes comportarte?

  • Disimula, haciendo como si nada oyes o ves. Esta fue una de las herramientas que us� el joven Sa�l cuando se vio confrontado por la envidia de sus contempor�neos que no lo quer�an reconocer como rey. (V�ase 1 Samuel 10: 24-27). Actuar as� te coloca en una situaci�n de ventaja frente a tus adversarios.

  • Conci�nciate acerca de tu identidad. No te dejes afectar da�inamente por los odios gratuitos yenvidias de tus semejantes. Fortalece tu sentido de prop�sito y utilidad en la vida.

  • Sigue haciendo lo que en el presente est�s haciendo. No te paralices, ni te detengas en tu avance; sigue construyendo para la vida.

  • Cree firmemente que del Eterno vendr� tu vindicaci�n. No caigas en el error de estarle demostrando a los dem�s, aquellos que no creen en ti, �qui�n eres t� y �lo que eres capaz de hacer�. ��No!!, no hagas eso. No gastes tus fuerzas y recursos en inutilidades. Invi�rtelas para seguir construyendo.

  • Advertencia: Cuando te llegue el momento de ser exaltado por el Eterno, debes tratar con dignidad a todos aquellos que de una u otra forma te hubieran menospreciado. Muchas personas de �xito pierden sus edificaciones en estas etapas de la vida. Administra con humildad y mucha sobriedad tus triunfos. Esta fue la actitud del rey Sa�l cuando fue exaltado frente a sus menospreciadores. (1 Samuel 11: 12-15).

2. La Cr�tica: Cuando eres injustamente criticado y descalificado por personas infames y perversas. �Qu� debes hacer? �C�mo debes comportarte?

  • Operaci�n sordomudo, haciendo que nada oyes, por lo cual, nada replicas. Arma fabulosa usada por el rey David. (V�ase Salmos 38: 13-16). Sin embargo, esta actitud debe ir ligada a una absoluta confianza en el Eterno.

  • Debes comprender y aceptar que el ser criticado es parte de tu carrera profesional. Es una asignatura m�s de la vida, y muchas veces representa las pasant�as. �Te podr�s graduar en la universidad de la vida si no pasas tus pasant�as?

  • Como aconsej� m�s arriba, sigue haciendo lo que en el presente est�s haciendo. No te paralices, ni te detengas en tu avance; sigue construyendo para la vida.

  • Esto s� que es importante: S�cale provecho a la cr�tica. En vez de enojarte y perder el control por la avalancha de cr�ticas que llueven sobre ti, util�zalas para reflexionar y meditar sobre tus caminos. Quiz� algo de cierto hay en esas cr�ticas respecto a tu persona. Y si llegas a descubrir que lo que dicen de ti tienen algo de verdad, pues no te deprimas, es la hora de cambiar y mejorar para seguir construyendo. Usa los recursos del mal para construir el bien dentro de ti.

3. El Rechazo frontal: Cuando no s�lo eres menospreciado y criticado, sino rechazado como persona de manera clara y directa. �Qu� debes hacer? �C�mo debes comportarte?

  • No sobreestimes el menosprecio de tus semejantes. No le des demasiada importancia. Recuerda que lo que el yetzer har� pretende es hacerte extraviar del cumplimiento de tu Misi�n existencial.

  • Cuida tu coraz�n de una posible amargura. No lleves perros muertos (odios, rencores) a tu ser interior. Dijo el rey Salom�n: �M�s que toda cosa guardada, guarda tu coraz�n, porque manan de �l las manifestaciones de la vida� (Proverbios 4:23). �C�mo puede manifestarse en ti la vida, si tu coraz�n est� contaminado por el rencor y la amargura? �Pi�nsalo seriamente!

  • Cuida tu coraz�n de un posible sentimiento de insignificancia. Nefasto seria esto para tu alma. El sentido de utilidad es el motor de tu vida misma. Hoy existen muchos seres que est�n completamente paralizados por causa de este complejo de insignificancia; otros se entregaron a la droga, a la inmoralidad y a la injusticia, pues permitieron que este veneno entrara a sus corazones, corrompi�ndolo todo, hasta sus mismas existencias.

  • No debes permitir que el des�nimo te bloquee y hasta te paralice por completo. Mantente inspirado y encendido.

4. La Persecuci�n: Cuando del rechazo pasan al ataque y a la persecuci�n despiadada. �Qu� debes hacer? �C�mo debes comportarte?

  • No debes caer en el error de perseguir al que te persigue. En alguna parte le� que los Sabios dijeron: �Dios se pone de parte del perseguido�.

  • Debes usar la m�s poderosa arma de defensa personal: la Plegaria.

  • De ser necesario, debes apelar a las Instituciones legales de tu pa�s. Esa es una de las funciones de las cortes de justicia. Nada de malo hay en recurrir a ellas exigiendo tu derecho de ser salvaguardado como persona, familia o instituci�n.

5. La Persecuci�n mort�fera: Cuando tu integridad como persona (o la de tu familia) est� en peligro de muerte. �Qu� debes hacer? �C�mo debes comportarte?

  • Debes mantener la calma y la visi�n. Ap�yate en el Eterno. El miedo y la desesperaci�n atrofian tus capacidades creativas y de leg�tima defensa. En esa situaci�n es donde m�s claridad debe haber en tus sentidos. Calma, confianza y seguridad. Respuestas y soluciones emanan libremente de un coraz�n que se mantiene equilibrado y en completa Shalom. Dice el profeta Isa�as: �Guardar�s en perfecta paz al alma que se apoya (en Ti), porque en Ti conf�a� (Isa�as 26: 3).

  • Debes protegerte en todos los sentidos: espiritual, f�sica y legalmente; blindando tu casa, veh�culo, etc. No te expongas al ataque, pero tampoco te acobardes frente a �l. Enfr�ntalo con las armas de la sabidur�a, la justicia y el sentido com�n.

  • Es incorrecto depender de �milagros�. Esta clase de �espiritualidad� es del todo nefasta. Los milagros vienen s�lo cuando tu has agotado todos los recursos posibles en esta tierra. Por lo tanto, debes hacer todo lo que est� a tu alcance para librarte de semejante conflicto. Si ya no hay m�s nada que hacer de tu parte, el Eterno, entonces, entrar� en acci�n y se encargar� de lo que t� crees es imposible.

  • La Plegaria tiene que ser tanto defensiva como ofensiva. Un ejemplo de defensiva: Hacer teshuv�, pedir protecci�n, etc. Un ejemplo de ofensiva: Pedir que los planes de aquellos que nos quieren destruir sea eliminados; que nuestros enemigos sean confundidos y dispersados. (Usa los Salmos para este tipo de situaciones).

  • Debes vencer primero en el mundo espiritual, para poder vencer en el plano puramente f�sico. Esa fue la estrategia usada por el patriarca Yaakov cuando vio peligrar su vida ante la furia de su hermano Esav. (V�ase G�nesis 32 y 33).

6. Conclusi�n:

  • Las situaciones antag�nicas y las personas antagonistas son inevitables. Ellas forman parte de la tarea que te ha tocado desarrollar en tu vida.

  • Caminar en la excelencia es lo mismo que caminar sobre escenarios antag�nicos y frecuentes choques de poder. El camino de los hombres de excelencia est� lleno de trampas, fosas y lazos. Pero est�n hay para que las superes y las venzas.

  • Debes manejar con un criterio de madurez y responsabilidad todos aquellos escenarios que te sean adversos, haci�ndolos redundar para tu provecho y crecimiento integral, as� como para el provecho y crecimiento integral de los que te rodean.

  • Si no aprendes a administrar y manejar las situaciones conflictivas y hostiles puedes llegar a tropezar y caer de la visi�n y el rumbo que te han sido se�alados por el Creador; es decir, puedes correr el riesgo de ser sacado del Prop�sito para el cual fuiste creado.

  • Debes luchar por convertirte en un instrumento de bienestar y progreso integral. Este debe ser tu primordial Objetivo. Ser�a lamentable pasar a la historia y ser recordado por las generaciones futuras como un ser que s�lo se dedic� a sembrar rivalidad, disensiones y antagonismo.

  • La clave de esta vida de productividad y excelencia est� en cumplir los Preceptos dados por el Eterno, tanto al jud�o como a las naciones gentiles. �Ah, si todos los hombres se condujeran seg�n las instrucciones del Eterno! �Qu� diferente ser�a nuestro mundo y nuestra sociedad! Los humanos nos vincular�amos a trav�s de lazos de paz, solidaridad, justicia, respeto y deseos de construcci�n.

  • Si quieres saber m�s de estos preceptos e instrucciones dados por el Eterno, sigue este link: http://serjudio.com/rap2251a2300/rap2263.htm

administrador@fulvida.com

La historia gemela de Jeroboam – Segunda parte

Por Lic.
Alfredo Zambrano G.


Una historia que se vuelve a repetir:


La historia de Jeroboam, sus infidelidades, su caída
y destrucción, es la triste y nefasta realidad que ha sacudido y
está sacudiendo hoy los mismos cimientos de la creación y de la
humanidad, pues representa de manera contundente la verdadera cara
del Cristianismo y sus orígenes. Amigos míos, la historia del
Cristianismo, y la de sus hijas (Protestantismo, Mesianismo,
Netzaritas, etc.), no es otra cosa que la misma historia de Jeroboam
y su reino, pero con otros nombres y en otras fechas.

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Resp. 6 – ¿Amar a Dios?

Shalom! el mandamiento de amaras al senor tu Dios con todo tu corazon con todas tus fuerzas con toda tu alma ect , es tambien para los bene noaj o noajidas?? espero que no se interprete mi pregunta como capsiosa mi intencion es encontrar verdades claras para no meternos en camiseta de once varas como tantas personas de problemas enormes. gracias de antemano por su amable respuesta.
Jesse Baquera

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Ocurre en el Oriente

*Julio Mar�a Sanguinetti
Ex Presidente de la Rep�blica O. del Uruguay*

 La simplificaci�n vulgar presume que la guerra que hoy afecta a Israel
y El L�bano es algo nuevo. En el propio mundo �rabe se est� hablando hoy de la
6�. Guerra.

La verdad hist�rica nos dice que ella empez� el mismo d�a del
nacimiento del Estado israel�, en 1948, y no ha cesado a�n, con la
alternancia de per�odos de fuego y sangre con otros de diplomacia armada.
No ha habido un d�a de sosiego, desde aquel lejano tiempo en que, bajo el
influjo emocional del Holocausto perpetrado por los nazis contra el pueblo jud�o,
la organizaci�n internacional se decidi� a reconocerle un hogar que
le diera asiento, en el que pudiera reencontrarse con sus tradiciones ancestrales
y construir su nuevo tiempo.

Esa idea que gan� espacio en el mundo civilizado, necesit�, desde
el primer d�a, de la voluntad de lucha del pueblo israel�. Fueron entonces los
gobiernos �rabes los que no aceptaron ni siquiera la creaci�n del otro Estado,
el palestino, y desataron una guerra dirigida a impedir que aquel
balbuceante Estado jud�o se consolidara. Esa guerra, esa misma guerra, es la que
hoy contin�a, con un conjunto de Estados u organizaciones isl�micas
que propugnan su desaparici�n, bajo la misma horrenda consigna repetida por tantos
labios y que en los �ltimos meses ha reflotado el Presidente del
Ir�n en su versi�n original: "Borraremos a Israel de la faz de la tierra".

Nadie de buena fe puede ignorar que este es el hecho central del conflicto,
aunque los escenarios hayan ido cambiando. Todo lo que transcurre
alrededor es accesorio a esta circunstancia nuclear: en el mundo �rabe
siguen existiendo grupos isl�micos, que son gobierno en algunos Estados como Ir�n
y Siria, cuya pol�tica es la destrucci�n de Israel y el exterminio del pueblo jud�o.

A partir de esa definici�n, que parece ignorarse, no hay duda de que
el escenario ha ido modific�ndose y presenta hoy caracteres propios.
Israel ya no es el mismo d�bil Estado de 1948. Pero tampoco es la vigorosa naci�n
militarizada de "La guerra de los 6 d�as" de 1967 o de la de Yom
Kippur en 1973. Su �xito ha sido darle bienestar y cultura a su gente. Como consecuencia,
cada vida duele m�s y la movilizaci�n de sus j�venes es un
sacrificio que crece d�a a d�a. Frente a unos enemigos que siguen pobres pese a la riqueza
petrolera de sus Estados y sus �lites, y que – en esa pobreza y la ignorancia que ella
provoca- son f�cil presa para un extremismo violento e ilimitado.

Los Estados �rabes tampoco ya son lo mismo. Egipto, Jordania,
la Arabia Saudita, han crecido, se han desarrollado y han pactado -expresa o t�citamente-
la paz con Israel hace muchos a�os. Y cuesta imaginar que retornen a la guerra. Pero est�n
amenazados desde adentro por esas corrientes fundamentalistas que resquebrajan su unidad
nacional y aspiran a conquistar el poder, por las buenas o m�s bien por las malas, en una
regi�n donde no hay sistemas democr�ticos. Frente a ellos los Estados fundamentalistas, Ir�n,
Siria, inmensamente ricos por su petr�leo, arman una nueva guerrilla, el Hezbollah, que no
representa una reivindicaci�n territorial, o un pueblo en busca de destino. El enfrentamiento
de hoy es con esa organizaci�n, cuyo �nico objetivo es, lisa y llanamente,
la destrucci�n de Israel.

Los palestinos, a su vez, tambi�n han cambiado. Tienen ya su propio Estado,
reconocido por Israel, e intentan una d�bil experiencia democr�tica, con
un gobierno de quienes integraron una organizaci�n terrorista y hoy tratan de reconvertirse.
Israel unilateralmente les ha devuelto la franja de Gaza, pero ellos no han podido controlar
a lo que, desde all�, al d�a siguiente de recibir graciosamente
ese territorio, han vuelto a disparar cohetes contra la poblaci�n jud�a de la zona. Todo ese
pueblo palestino, que quiere la paz, porque incluso vive del trabajo que Israel le ofrece,
es pe�n de estrategias que le son ajenas: le usan de bandera quienes quieren la guerra, le
tironean hacia un lado y hacia el otro las facciones religiosas que dividen el mundo isl�mico
y son idealizados por los occidentales que por una raz�n u otra asumen un pacifismo c�mplice
con el terrorismo, mientras sus presuntos protectores -enriquecidos- no les brindan el amparo
que f�cilmente podr�an regalarles. Esos palestinos saben que tendr�n que entenderse con los
jud�os y los israel�es y saben tambi�n que tendr�n que convivir con ellos, por los siglos
de los siglos.

Europa, rica, bien comida y bien vivida, da volteretas en nombre de intereses
variados. Le teme a sus minor�as isl�micas y en consecuencia, no est� dispuesta a decir
una palabra a favor de Israel. Tampoco arriesgar�a un soldado propio porque su impotencia militar
ya es definitiva luego de que en Kosovo, en su propio suelo, hubo de acudir a los norteamericanos
para que salvaran – paradoja- a una minor�a isl�mica amenazada de extinci�n.
Simplemente juega un rol pol�tico que maneja publicitariamente, pensando ego�stamente en sus electores
internos, sus intereses econ�micos en la regi�n y la tranquilidad de sus barrios de inmigrantes.
Hace pie en los errores norteamericanos, algunos monumentales como esa guerra sin fin ni
destino del Irak, e intenta salvar su rostro ante unos y otros sin arriesgar nada.

El otro gran actor, este s� que fundamental, es el extremismo. El islamismo radical
jihadista viene creciendo hace a�os, el mundo chiita va imponiendo su visi�n primitiva del mundo
y ha logrado golpear no solo a Israel sino al coraz�n de Occidente. Los atentados contra Nueva York y
Madrid le han dado conciencia de su poder. Ahora tiene de reh�n al pobre L�bano, una vez m�s v�ctima de
conflictos que le son ajenos. Los oportunistas temerosos de Occidente prefieren refugiarse en la teor�a
de que esas bombas se las debemos a Bush y a Aznar, desconociendo que ellas estallar�n contra todo aquel
que no se resigne a que triunfe su visi�n teol�gica intolerante, racista, esclavista de la mujer y enemiga
de las libertades individuales.

La guerra es siempre un exceso y los muertos nos duelen a todos. Podemos discutir la an�cdota puntual,
quien tir� primero o quien tir� despu�s, quien da�� m�s o menos civiles (que siempre caen en la
atrocidad b�lica). Pero no nos equivoquemos: m�s all� de las v�ctimas, en ese escenario del Cercano Oriente,
vuelven a enfrentarse los valores autoritarios de la religiosidad fan�tica contra los principios de quienes
creemos en la libertad pol�tica, en el Estado de Derecho, en la vida democr�tica, en la plenitud de
los esp�ritus que solo la sociedad abierta ofrece.