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Síntesis sobre el EGO

Este texto se basa en la síntesis analítica realizada por Luis Diego Pérez Chacón, aquí: http://fulvida.com/ajenos/misioneros/te-concedo-tu-deseo, con algunas correcciones, modificaciones y ampliaciones de mi parte. Gracias Luis, a construir Shalom en usted, en casa, en Costa Rica, en el Mundo.

1. El primer trauma en nuestra vida es nuestro propio nacimiento.
Pasamos de estar en un estado de completa dependencia, a otro de urgente supervivencia.

2. El Activo natural (EGO) es el recurso que entra en función para posibilitarnos nuestra supervivencia.

3. Al no contar con mecanismos neuronales, ni aprendizaje previo que permita dar significado a lo que ocurre, el recuerdo de tal momento traumático queda registrado en el cuerpo.

4. Esa sensación aterradora de la primera y primitiva Impotencia (falta de poder, control o dominio) se preserva en el cuerpo, por fuera de los códigos semánticos, desprovista de conexiones simbólicas racionales.
Se puede volver a experimentar a través del cuerpo y no de la conciencia.

5. Como mecanismo de defensa, el activo natural llamado EGO, entra al rescate con demandas (gritar, patalear, llorar para recibir alimento, calor, medicina, atención). Si no hubiera sido así, al momento de nacer moriríamos del terror o de inanición, o de frío, o de las múltiples carencias que nos circundan y como bebes no podemos controlar ni satisfacer.
Si no consigue satisfacer sus necesidades con sus demandas, entrará en un estado de desconexión con la realidad (dormir en el bebe, más adelante puede ser fantasear, desmayos, engaños, etc.), como modo sumamente rudimentario para preservar las energías vitales y no sucumbir inmediatamente, además de cuidar de no ahogar a la persona en el terror al punto de no poder superarlo más.

6. Como esa falta de poder quedó registrada corpóreamente y no en la cognición, se reactivará la sensación de impotencia terrorífica y mortal cada vez que sintamos fragilidad, falta dominio o control sobre grandes o pequeños sucesos, naturales o simplemente circunstanciales.
Esta reactivación producirá efectos corporales de mayor o menor intensidad, sentimiento de tristeza, de abandono, de angustia, de terror, de ansiedad, de desconsuelo, taquicardia, falta de aire, agitación, debilidad, dolores, etc.
Por tener el EGO una base cerebral, eventualmente también se podrían producir distorsiones de la percepción, de la cognición, del razonamiento, en las praxias, etc.
Los recuerdos de la impotencia, ese volver a experimentar en el cuerpo el registro,  podrán ser percibidos, hechos conscientes e interpretados de acuerdo al aprendizaje que haya hecho la persona en su vida. Aquel que no conoce el “secreto” del EGO, podrá obviar los signos y síntomas, o podrá explicarlos de modos alternativos, sin llegar a la médula del asunto.
Igualmente, conocer y entender NO es suficiente para resolver.

7. En la vida deseamos poder, en sus múltiples facetas (salud, dinero, amor, dominio, renombre, etc.), aunque no sepamos el porqué, lo anhelamos; pero lo que busca nuestro cuerpo, y ahora también nuestro pensamiento, es escapar del terror por la falta de control.

8. Como, de manera natural nuestro EGO entró al recate en un primer momento, de manera natural ahora también lo hace, como mecanismo de defensa también ante el espeluznante terror, pero ya no mediante llanto, sino DESEANDO PODER, dominio, control; y como quedó orgánicamente registrado tanto el terror como el mecanismo para calmarlo, ahora nuestro raciocinio se enfoca completamente en el EGO como medio para lo bueno (vemos la salvación cristiana buena, la defensa de ideas descabelladas buena, la venganza dulce, el resentimiento justificado, la autocomplacencia buena, el ateísmo bueno, la creencia ridícula buena.. es decir, cualquier cosa que nos haga sentir que tenemos un poco de control, sobre nuestra vida y la vida de los demás, para así tener dominio sobre lo que nunca vamos a tener: La Corriente de la Vida).

9. El EGO en sí no es malo, de hecho su función es preservar la vida.
Aunque sea paradójico, el EGO es el instinto de vida pero cuando se convierte en el amo genera enfermedad, miedo, descontrol, pobreza, sufrimiento y hasta muerte.

10. El EGO secuestra el pensamiento, entonces cada vez que el EGO actúa fuera de su real área de funcionamiento, la persona inventa excusas tales como que es para protegernos, que es algo necesario o  bueno, y así actuamos; pero los resultados son de fracaso, basta una ojeada a la misma historia de nuestra vida (religiosidad, problemas interpersonales, perdidas de trabajos, problemas de salud, y un sin fin de etcéteras.)

11. La percepción de las cosas a través de los sentidos está contaminada EGO, que se ha convertido en un colador de lo bueno y malo; es decir, nos mantiene en un estado de pensamiento y existencia infantil, dependiente, aferrado a lo mágico, etc.

12. ¿Cómo liberarse del EGO? ¿Como no sucumbir al deseo de Poder?
La respuesta que he hallado en FULVIDA: sujétese a PRINCIPIOS ESPIRITUALES:

   A) Recordar, reconocer, valorar, amar, respetar, nutrir la propia identidad en todas sus dimensiones, especialmente la espiritual. Los gentiles nacen con espíritu noájico, y como tal deben vivir.

   B) No pretender obtener las cosas a través de magia, pactos con dioses, pensamientos positivos, etc.

   C) La religión que nos obligaron a practicar, aunque fue un paliativo a nuestra impotencia, resultó que nos convirtió en creyentes de fábulas, nos hizo sentirnos superiores, salvos del infierno, criticones, y hasta nos separó de otras buenas personas que tal vez no creían como nosotros.

   D) Ser amables, comprensivos; estar atentos a escuchar y suplir las necesidades de otros, aunque cueste algún sacrificio personal.

   E) El actuar en beneficio de otros, es esencial.

   F) DESEAR PODER deriva en malestar emocional.

   G) La palabra clave siempre va a ser ACCIÓN buena, justa y verdadera.

la corona de la creación

Por mucho tiempo se han considerado ciertos aspectos que nos harían peculiares dentro de la creación, “superiores”, específicamente humanos, los amos de la creación, la cima de la cadena evolutiva.
Piensa en las cosas que nos distingan, podría ser caminar sobre dos pies, el uso de herramientas, el lenguaje, el pensar… vamos, déjate llevar, o tal vez recuerda alguna de esas cosas que te comentaron en otra oportunidad.
Vamos, es el momento de disfrutar de tu humanidad, de tu poder sobre las especies.

En una muy interesante lista, que encuentras aquí, se enumeran diez de esas facetas supuestamente humanas, en apariencia propias del género y no de los animales, pero que curiosamente también se encuentran entre nuestros hermanos de la naturaleza. E incluso, para sorpresa de alguno, ciertas cualidades son más destacadas en esos animales que en el hombre.
La lista menciona lo siguiente:

  1. Cultura
  2. Emociones
  3. Lenguaje
  4. Humor
  5. Uso de instrumentos
  6. Memoria
  7. Conciencia de sí mismo
  8. Inteligencia
  9. Agricultura, cría de ganado
  10. Edificación

Allí mismo ponen al pensamiento abstracto y lógico como baluarte de la humanidad, aunque honestamente, dudo que sea tan común de encontrar entre nuestros congéneres. Es mucho más frecuente el abuso del EGO, la emotividad disparada, el pensamiento mágico, el impulso salvaje, la satisfacción del deseo, en vez de adentrarse en ese mundo “humano” de lo abstracto y lógico. De paso, humildemente no puedo afirmar que entre algunos animales este pensamiento no se dé y con mayor vitalidad que entre nosotros. Probablemente un etólogo tenga más claro el asunto y tal vez pueda y quiera compartirlo.

Nosotros sabemos hace mucho que el hombre es multidimensional, formado por cinco planos: físico, emocional, social, mental y espiritual.
Los cuatro primero mencionados los compartimos con los animales, cada especie con sus características, cada persona con sus potencialidades, defectos y virtudes.
Pero sí, no es novedoso, tenemos mucho en común con nuestros hermanos, las criaturas del mundo.
Uno de estos planos es el específico del Hombre, el espiritual.
Este plano no existe en ninguna otra especia, ni siquiera en los que son más parecidos en infinidad de aspectos con nosotros.
De hecho, en otros tiempos existieron aquí en la tierra seres similares en casi todo a nosotros, hablaban, trabajaban, amaban, construían, odiaban, morían, etc., en casi todo humanos (benei Adam), hasta podríamos aparearnos y tener descendientes mixtos. Eran en casi todo similares, pero no eran benei Adam, humanos. ¿Por qué no? Pues, porque alcanzaban hasta la dimensión mental, no más allá de ella. A ellos el Eterno no les confirió la dimensión espiritual.
Para que no quepan dudas, esto no es un bizarro invento de mi parte, sino que está plasmado en midrashim –estudios de los Sabios- muy antiguos. En algunos de ellos se menciona a estos primos como antecesores del hombre, sí, como si la narración evolutiva fuera cierta… ¿por qué no? En otros son ramas que se desarrollaron a partir de los benei Adam. Como sea, eran nuestros primos, eran casi nuestros reflejos, pero no eran exactamente igual a nosotros.

La dimensión espiritual que es particular del hombre es la que nos mantiene en conexión con el Eterno, es también la que nos permite conectarnos a un nivel profundo y especial con el prójimo. Nos da "alas” para establecer nexo atemporal y sin lugar concreto. Pero no tenemos cómo describirlo concretamente, porque es espiritual, por fuera de lo que está limitado por el tiempo y espacio, absolutamente otra cosa a lo que conocemos por los sentidos.
Es esta dimensión espiritual también el asiento del libre albedrío, que es la capacidad para escoger entre lo que es bueno y lo que no lo es (siendo bueno y malo definidos por Dios, no por el hombre, ni la sociedad, ni la naturaleza.)
Un animal puede ser sumamente perspicaz, memorioso, astuto, hábil, ingenioso, pero finalmente no deja de ser un animal, imposibilitado de escoger, realmente elegir, entre algo que es bueno y algo que es malo.
El animal, ninguno de ellos, ni siquiera el primate más inteligente, ni el delfín más ingenioso, tomará la decisión de hacer algo porque es bueno, y solamente por ello.
Cuando un animal hace una “buena acción” (en la lista se menciona alguna), no es que haya tomado la decisión meditada, sopesando el valor ético, sino que será su instinto el que lo moverá a tal acción que nosotros llamamos buena, o tal vez algún cálculo de costo-beneficio (que realmente no sé si puede hacer un animal). Pero sin dudas, al menos desde la perspectiva que nosotros conocemos, la de la Tradición Sacra, nunca escogerá porque es bueno hacerlo, sin esperar nada a cambio, sin haber sido obligado por su instinto de supervivencia, o de protección al débil del rebaño. o similar.

Sí querido amigo, es tu decisión moral (recuerda, en la moral divina, no la dictada por la sociedad) la que te permite expresar tu humanidad.
Es tu anhelo por vincularte con Dios.
Es tu acción en sintonía con lo que Dios te ha mandado a ti hacer (los Siete Mandamientos Fundamentales, si eres gentil; los mandamientos que te correspondan de los 613, si eres judío).
Es unificar tu multidimensionalidad para que estés armonioso, vibrando de acuerdo a la melodía espiritual.
Es elevando las otras cuatro dimensiones con tu forma de ser, para que sean canales de expresión de la espiritualidad.

Eres persona, pero puedes vivir como borrego, como simio, como perro, como roca, como vegetal, como laucha, o realmente como persona.
De ti depende.
Si quieres ser corona de la Creación, encuentra tu ser, conócete realmente, vive espiritualmente. LA verdadera espiritualidad, que no es esa que se arropa de religión, ni la que te demanda una vida alienada.
De ti depende.
De ti depende.

Te concedo tu deseo

Todo deseo es deseo de poder.

¿Por qué?
Porque nos sentimos impotentes desde el inicio y a lo largo de nuestras vidas.
Infinidad de sucesos nos demuestran nuestra limitación, nuestra debilidad, nuestra fragilidad.
De hecho, la sombra de la muerte es la más constante presencia, cada segundo más cercana, y que ratifica sin dudas la máxima expresión de nuestra impotencia.
A esto se le suman los pensamientos, creencias, sentimientos de impotencia, que se suman a los hechos concretos, que nos envuelven en una red de sensación de inoperancia, de fatiga, de vacío, de temporalidad dolorosa.
Oh sí, es terrible, pero allí está siempre presente la impotencia.
En las cosas grandes, como la muerte, la enfermedad terminal, los avatares de la naturaleza, las catástrofes, o en las cosas menudas, como las que nos pasan todos los días, muchas veces por día. Perder las llaves, olvidar una cita, que alguien nos contradiga, equivocarnos, perder el tren, tropezar sin lastimarse. En el medio las otras situaciones de impotencia, ni tan terribles, ni tan simplonas.

Para paliar esa amarga realidad, ese sueño persecutor, esa sensación de ser como una hormiga, para evadirnos de nuestra condición es que deseamos.
Deseamos poder.
Poder en forma de dinero, dominio, mando, renombre, placeres, lujuria, lo que pertenece a otro.
Sí, el deseo es una forma de paladear la sensación de ser poderosos, de estar sobre otro, de usurpar un lugar, de ser otro, de huir de la muerte, de escapar de nuestra escasa importancia.
Deseamos, y nos creemos como dioses.
Nos vemos como si el mundo, el universo, se pusiera a conspirar para hacernos los favores.
Deseamos y nos creemos que Dios correrá a hacernos los mandados, a darnos de todo por milagro.
Oh sí, el deseo, tan presente, tanto como el sentimiento de impotencia.

Y allí, nuestro primer amigo, que luego se transforma en nuestro carcelero y tirano.
El EGO, aquel que nos dio una mano para sobrevivir al comienzo de nuestra vida.
Ese que nos sirve para reaccionar en los momentos en que no hay tiempo para pensar sino para hacer algo primitivo y sobrevivir.
El EGO se hace amo del deseo.
Porque, deseo y EGO nacen juntos, al momento en que nacemos al mundo y sufrimos el espanto de la impotencia original.

¿Puedes dejar de desear?
Realmente no.
¿Puedes erradicar al EGO?
Hmmm, no.
Pero sí puedes, y quizás deberías, aprender a vivir con ellos.
Ser tú, a plenitud, con tus deseos y tu EGO, pero siendo tú a plenitud y no como un esclavo del EGO.
Ser tú quien manda en tu vida, quien escoge qué del EGO usar, cuál deseo convertir en acción gratificante pero al mismo tiempo espiritual.

Se puede, sí, se puede.

¿Adónde vas?

Es una saludable costumbre proponerse objetivos, puertos a los que dirigirse para luego reabastecerse allí.
Objetivos para el día. Para el mes. Para la temporada. Para el año. Para el ciclo. Para la vida.

Si no marcamos un destino ni fijamos un rumbo, difícilmente estaremos navegando con tranquilidad, orden, confianza.
Cada corriente nos llevará, el viento nos dictará el curso, estaremos a la deriva, todo sirve porque nada sirve.
La desazón abruma cuando el caos nos rodea por dentro y por fuera.

Aquí estoy, allí quiero llegar, éste es el mejor camino que en este momento puedo trazar.
Ahora, a izar las velas y también remar, timonear con firmeza y flexibilidad.

Pero, antes sería bueno tomarse un tiempo para reflexionar y considerar si aquella meta soñada, esa que tanto nos desvela, en realidad es la necesaria, adecuada, de bendición, o es otro engaño fabricado por el EGO, otro “trofeo del EGO”, que nos envolverá en ocupaciones vacías, en preocupaciones, en discordancias externas que no dejen ver los conflictos más importantes, las carencias reales.
Quizás tanto afán por tener el mejor 0km, la casa más grande del vecindario, la esposa-trofeo más vistosa, el esposo más esbelto y simpático, los hijos más geniales y bellos, el trabajo más encumbrado, el viaje más exótico y extenso, en fin, todo lo que se propone como una idealización de lo que nos dará felicidad completa y es externo a nosotros, cosas/personas pasajeras, que hoy están y mañana se esfumaron, se fueron a otros horizontes, desaparecieron, envejecieron, surgieron nuevos y mejores modelos. ¿Serán éstas las metas a las que debemos aspirar y remar por alcanzar?

Sabemos que no tiene nada de malo, ni pecaminoso, ni enfermo, querer cosas, anhelar objetos valiosos y obtenerlos legalmente. No tiene nada de inmoral, anti-espiritual, rebelde, querer una gran casa con fondo, y tenerla, y disfrutarla. Ni el mejor auto en plaza. Ni gozar de la compañía de gente bella. Ni de darse lujos permitidos. Ni de hacer turismo allí en donde nos plazca y sea accesible. Nada de malo, aunque las religiones suelen demonizar todo esto para sus “ovejas”.
En realidad, es muy bueno disfrutar de lo que nos está permitido y a nuestro alcance.
La cuestión es comprobar si eso se convierte en el centro de nuestra vida, el motivo que nos mueve, el sentido que da valor a nuestra existencia, el objetivo de nuestra vida.

El cuerpo quiere y merece cosas buenas.
¿Por qué no?
Por ello nacemos como cuerpo, para que disfrutemos de la vida, para ser felices.
El espíritu goza con el goce permitido del cuerpo.
Vamos recogiendo información con nuestras experiencias, y sin son gozosas dentro de lo permitido la información será radiante, de luz. Placer en esta vida y para disfrutarlo también en la eternidad.

Pero, esta vida es un corredor, no el palacio.
Estamos para aprender a ser felices, para serlo, para adquirir esa experiencia y poder disfrutarla en la eternidad.
Sin embargo, la felicidad no es el disfrute de lo externo, sino la unificación de las dimensiones.
Hacer que el cuerpo sea espiritual, que lo espiritual encarne.
Que cada deleite “mundano” sirva para despertar la chispa espiritual y hacerla irradiar su energía benefactora.
Elevar este mundo, armonizarlo con el mundo del espíritu.

Por ello, si ponemos nuestras metas en afanes del EGO, en cosas exteriores, en placeres del momento que sirven para esconder el sentimiento de impotencia, entonces no estamos siendo felices. No estamos sirviendo a Dios. No estamos adquiriendo sabiduría. No estamos recopilando información para disfrutar en la eternidad.
Si el auto nuevo es para sentirme poderoso, es EGO.
Si la casa más grande es para que los demás admiren mi riqueza, es EGO.
Si la pareja la queremos a nuestro lado porque causa el deseo de los demás, su codicia, es EGO.
Si nos ufanamos de lo inteligente y lindos que son nuestros hijos y no les vamos dando su lugar, su independencia, es EGO.
Si el viaje lejano es para demostrar nuestro valor, dinero, poder, es EGO.
¿Se comprende la idea?
Una cosa es querer cosas buenas para disfrutarlas, siempre y cuando sean permitidas.
Otra cosa, muy diferente, es querer las mismas cosas pero para tapar ese inmenso vacío que nos produce el sentimiento original de impotencia, y que aprovecha el EGO para dominarnos.

Por lo cual, disfruta de lo que te es permitido, en tanto te alejas de lo que no lo es.
Pero no llega con ello la felicidad, pues ésta es resultado de algo más.
No solamente del goce sensorial, sino del abrirse generosamente a los demás.
¿Quieres una gran casa? Haz lo necesario y permitido y consíguela, pero no te conviertas en un ser mezquino y avaro, sino que comparte con los demás, da caridad, sé generoso.
¿Quieres ser el mejor estudiante de la generación? Pues, estudia, sigue estudiando, haz las preguntas sabias e inteligentes, aprende, aprende a aprender, pero en el camino no dejes de ser amable, respetuoso, atento, bondadoso con el prójimo.
¿Quieres un cuerpo esbelto, firme, poderoso? Trabaja tu cuerpo, haz ejercicio, sigue una dieta saludable, entrénate, pero no te pases todo el día viéndote al espejo del cuerpo, sino que también presta mucha atención al espejo del alma, reconoce tus debilidades emocionales y trabaja para fortalecerte en ellas, no menosprecies al gordito, feíto, debilucho, pobrecito, sino que sé tú mismo y ayuda al otro a ser.

Es decir, disfruta lo exterior, pero no hagas de ello tu objetivo principal.

Traza tu objetivo, los de corto, mediano y largo plazo.
Ve qué quieres aprender, que potencial desarrollarás, que límite impuesto por el EGO correrás, a cuanta gente beneficiarás realmente con él.
Si encuentras que habrá dificultades, que no todo es cómodo, que tendrás que esforzarte, ¡perfecto! Así es como debe ser.

Cada noche, si tienes energía aún, tómate un tiempito para reflexionar, para evaluar si estás yendo por el rumbo marcado o te has desviado.
Vuelve al rumbo, si encuentras que te has apartado y la meta sigue siendo la apropiada para ti.
No temas cambiar de objetivo, pero ten cuidado, que no sea el EGO que te manipula para hacerte sentir fracasado, dubitativo, impotente. Los puertos no se van cambiando porque sí, sino porque realmente ya no son un destino provechoso y se ha encontrado uno que es mejor.

Recuerda que ni el deseo, ni la creencia, ni el sentimiento, ni la fe, ni el pensamiento hacen nada. Son los actos los que lo hacen.
Piensa bien, siente bien, cree bien, pero HAZ bien.
Te has subido al taxi de la vida hace x años. El taxista (tu conciencia) te preguntó: "¿Adónde lo llevo señor/señora?”
Y tú tienes la obligación de responder, no puedes quedarte en silencio, ni teniendo fe en milagros, ni esperando que otro decida por ti.
El taxímetro corre, el viaje termina en algún momento, hay que ponerse en marcha.
El taxista espera que le des la orden y arrancar y andar el camino hacia tu meta.

Vamos, decide, evalúa, ponte en marcha.

Muere en vida o vive hasta morir

El miedo, ah el miedo.
Allí constante, con su oscura presencia.
Con múltiples rostros, pero un mismo origen: el miedo a la impotencia, a retornar a ese estado y sentir de no poder, de estar inmerso en el dolor y la angustia sin capacidad para responder de manera efectiva.
El miedo, siempre es miedo a la impotencia.
Piénsalo, medítalo, date cuenta.
Cada uno de ellos es al principio y al final lo mismo, miedo a no poder.

Claro, para muchos el miedo a la muerte, la angustia por ella, su recuerdo, su idea, es el más tremendo.
¿Será porque la mayor impotencia es la muerte?
Al menos visto desde la multidimensionalidad humana desprovista de la espiritualidad.
Para el cuerpo, las emociones, las relaciones sociales, la mente todo se termina al morir.
No hay escapatoria.
No hay redención.
No hay poder sobre la muerte, aunque se sueñe con ella.
Pero, el plano espiritual vence a la muerte, porque no se corrompe por ella.
El espíritu del hombre vive aunque el resto se desmenuce y se reintegre a la tierra de donde partió.
Cuando el recuerdo entre los vivos ya no exista, igualmente el espíritu permanece, inalterable, perpetuo, guardando fielmente el conocimiento de las experiencias de vidas transcurridas aquí.

Así pues, la única solución para todo miedo es unificar el ser, permitir que nuestra Luz interna alumbre y nos conforte.
Pero, ¡cuidado!
Que esto no se convierte en un vil escape de la realidad, una fuga a un desconocido futuro del que no tenemos memoria ni registro.
Porque, son muchos los que fantasean con dioses y milagros, pero viven ajenos a su espiritualidad. Adormecidos, ignorantes, ataviados de santidad pero ausentes de la misma.
Llenos de religión, de rituales, de rezos, de invocaciones, de diositos, de santitos, de supuesta adhesión al Dios, pero vacíos, carcomidos por el gusano aún en vida.
Sí, la religión es otra forma que tiene el EGO para hacernos sentir poderosos al mismo tiempo que impotentes.

Oh sí, el miedo, allí está, constante.
Puedes mentirte, si quieres eres libre de hacerlo, pero allí estará siempre.
Su fauces abiertas para saltar sobre tu yugular en cualquier momento, cuando menos lo adviertas.
Escapa con drogas, alcohol, comilonas, mala relaciones, religiones, rezos… escapa todo lo que quieras, pero inexorablemente la vida se termina, lo sientes aunque no lo admitas.

El miedo te lleva por caminos caóticos y confusos.
Te bloquea la perspectiva salvadora, la de la espiritualidad.

Todo tiempo que te enfoques en tu miedo, o en los huecos paliativos inútiles, seguirás esclavo del EGO.
Habrá dudas, resquemores, rencor, temor, angustia, ansiedad, deseos insatisfechos, ambición espuria, vanidad, agresión, molestia, intranquilidad.
Estarás en Mitzraim/Egipto, bajo el dominio del tirano que te mantiene con vida para seguir con vida él.

Por ello, haz algo para alcanzar tu libertad, tu felicidad, porque naciste para ser feliz.
Aprovecha los sucesos de tu vida, los reales y los imaginarios, descubre tu miedo, aunque sepamos que finalmente es al no poder. Descúbrelo, admítelo, déjalo pasar. Fluye.
Descubre al EGO operando, aunque no puedas en el preciso momento en que estás actuando como títere del mismo, pero luego, así irás aprendiendo. Ejercítate para ser libre. Déjalo correr. No es necesario que demuestres a nadie que no eres impotente, igualmente lo eres… Fluye.
Encuentra la paz interior que te dará paz multidimensional.

Enfócate en hacer buenas obras, en vivir con justicia, en ser leal.
Piensa positivo, habla positivo, actúa positivo.
Igual, el resultado será el mismo: morirás.
Pero la gran diferencia está en que tu vida habrá tenido sentido, valor, eternidad aunque el tiempo se termine.

¿Comprendes?
¡Comparte!

Temás básicos que un(a) noájida debe conocer

 Esta nueva recopilación toma publicaciones con definiciones, explicaciones, citas y temas que son básicos para que un gentil, que aspire a ser justo(a) antes los ojos del Eterno, debe conocer para ser un(a) buen(a) hijo(a) de Noaj (Noájida).

Desde el ABC noájida hasta temas que se manejan muy frecuentemente en este sitio.

Si conoces a alguien que apenas conoce que (su identidad espiritual) es noájida, y poco sabe de su identidad y herencia, por favor, no dejes de compartirle esta pequeña guía.

Después de la numeración es una pequeña descripción, los títulos de tales publicaciones en su mayoría son diferentes.

1. ¿Qué es un noájida? ¿Quienes son noájidas?
http://fulvida.com/info/abc.htm

2. ¿A quienes se les aplica el término?
http://serjudio.com/rap3401/rap3422.htm

3. ¿Cuál es el significado de cada uno de los 7 colores del Arcoiris?
http://fulvida.com/rap001/rap026.htm

4. Los 7 preceptos noájidas expresados de manera implícita en la Torá.
http://serjudio.com/rap2951a3000/rap2997.htm

5. Evidencia de la aplicación de los 7 preceptos noájidas en la Torá.
http://serjudio.com/rap751_800/rap753.htm

6. Explicación sobre los 7 preceptos noájidas implícitos en la Torá.
http://fulvida.com/?p=1241

7. El origen de la Torá Oral para Israel.
http://fulvida.com/?p=17117

8. ¿Cuándo dió el Eterno por primera vez los preceptos?
http://fulvida.com/info/principio_tiempo.htm

9. El ejemplo de nuestro patriarca Noaj.
http://fulvida.com/info/desafio_noajida.htm

10. Responsabilidad del cumplimiento de los 7 preceptos.
http://serjudio.com/rap2101_2150/rap2140.htm

11. Lo que dice la Torá Oral acerca de los noájidas (gentiles justos).
http://fulvida.com/info/maravi_noti.htm

12. El camino del noajico (gentil justo). Un poco de historia.
http://serjudio.com/personas/re020208.htm

13. Reglamentaciones derivadas de los 7 preceptos de Noaj.
http://fulvida.com/?p=1375

14. Prohibición del estudio de la Torá para un/a noájida.
http://fulvida.com/?p=1613

15. Explicación de la prohibición del estudio de la Torá para un/a noájida.
http://fulvida.com/?p=1904

16. Prohibición del estudio del Tanaj para un/a noájida.
http://fulvida.com/?p=1896

17. Lo que la Torá indica acerca de los gentiles.
http://serjudio.com/?p=3320

18. El caso donde no se permite estudiar ninguna parte de la Torá.
http://fulvida.com/?p=7114

19. El caso donde se permite el estudio de algunas porciones de la Torá.
http://fulvida.com/?p=10341

20. Breve recopilación sobre el ego.
http://fulvida.com/?p=18082

De Elokim es el poder, pero tú decides

Cuando Dios extrajo a los judíos de Egipto, sucedió algo curioso:

"Más bien, Elokim hizo que el pueblo diese un rodeo…"
(Shemot / Éxodo 13:18)

En vez del camino directo, fue uno lateral. complicado, lleno de dificultades a la vista y ocultas.
En lugar de hacer un trámite veloz, tomó su tiempo, bastante por cierto.
Pudiendo haberlos dirigido milagrosamente, de un instante al siguiente hacia el destino marcado, escogió que el pueblo diese un rodeo, que avanzase a paso de hombre, que hiciese su propia marcha.
Teniendo ilimitados recursos para que los recién liberados disfrutaran de su nuevo estado, Él eligió algo diferente, que claramente no era disfrute y descanso, sino brega, sacrificio, vacilaciones, esfuerzo, dudas.
Una elección divina, que humildemente el hombre puede considerar extraña, al menos.

¿Por qué no hizo lo que la lógica humana prefiere?

Los motivos para el rodeo los expresa la propia Torá, los exégetas han comentado al respecto en abundancia.
Tenemos a mano varias opciones para que esta decisión divina no nos incomode, pero además tenemos la oportunidad de aprender algo para nuestra vida cotidiana.

¿Sabes qué puede ser?

Te comparto mi idea.

Tenemos la propensión a dominar.
Nos creemos en posesión del poder.
Creemos que nuestros rezos obran maravillas.
Que esos pensamientos que decoramos se asocian con fuerzas universales para beneficiarnos, por el mero hecho de pensar en positivo.
Nos encanta alborozarnos con fantasías de dominio, de demostración de nuestra potencia.
Sí, el EGO hace un buen trabajo conduciéndonos por esas rutas llenas de imaginación y manipulación.
Afanosamente buscamos tener al otro bajo nuestro influjo, controlar todo y a todos. Nos aseguramos para no dejar caer nada fuera de nuestro alcance.
Hasta tenemos la soberbia de ordenarLe a Dios qué mandados nos tiene que hacer, que deseos cumplirnos, cómo trabajar para satisfacernos.
En nuestro burdo orgullo humano hasta se inventan religiones en las cuales el dios muere violentamente para “salvar” a los que creen en él de sus propios pecados. ¡El absurdo a su máxima potencia!
Vanidad incoherente, llena de orgullo vil. Suponer a un dios vengativo, maligno, que desea el mal del pecador y le cancela toda posibilidad de arrepentimiento, pero al mismo tiempo es capaz de sacrificar injustamente a “su hijo”, o a “sí mismo” (en eso tampoco se ponen de acuerdo los idólatras), para que el baño en esa sangre derramada sirva de insólita salvación para el que solamente tiene fe sin más.
Ridículo, pero así se maneja el EGO. Y sabemos que todas las religiones son expresiones externas del mismo.

¿Pero, qué nos enseña el Eterno?
A vivir a pleno, a ser responsables, a no angustiarnos por lo que no podemos controlar, a no culparnos por lo que está por fuera de nuestro poder.
Somos responsables de elegir aquello que podemos elegir, pero todo el resto ya no depende de nosotros.
Eso nos libera.
Nos pone en nuestro lugar.
Ya no nos creemos el ombligo del mundo, ni pretendemos ordenar a Dios que nos haga los favores.
Tampoco someteremos al prójimo a nuestras vulgaridades y vanidades.
Más bien, seremos humildes en verdad.
Predicaremos el camino con nuestra conducta.
Pues son nuestros actos nuestra mejor carta de presentación.

La paz interna, que se trasmite hacia fuera, de saber que uno controla una ínfima parcela del universo, una pequeñísima área sobre la que ciertamente tenemos poder.
Todo el resto, está por fuera de nuestra decisión.

Como solía decir Eliezar HaKapar:

“Los que nacen, morirán, los muertos, revivirán y los vivos juzgados serán.

Sabe, haz saber y que sea sabido, que Él es Dios, Él es el Hacedor, Él es el Creador, Él es el entendido, él es el Juez, Él es el testigo, Él es el demandante, Él es el que en el futuro juzgará. Delante  de Él,  no hay  injusticia, ni olvido, no reconoce semblantes, no acepta sobornos, pues todo es de Él.

Y debes saber que todo es [meticulosamente] calculado.

Que no te engañe tu instinto pensando que puedes escapar del castigo. Pues a la fuerza eres engendrado, forzosamente naces, ineludiblemente vives, y forzosamente morirás y a la fuerza tendrás que rendir cuenta y cálculo delante del Rey que es el rey de los reyes, el Santo bendito Él.”
(Avot 4:28)

(Recomiendo: http://www.meirtv.co.il/site/content_idx.asp?idx=54445&cat_id=3912)

Sobre “forzosamente naces”, comenta el magno príncipe Maimónides:

“…no dice: “Forzosamente pecarás o transgredirás o caminarás o te detendrás y cosas por el estilo” pues todas estas cosas dependen de la voluntad del ser humano, y no están predestinadas [ni nadie lo obliga] Como aclaramos en el capítulo octavo de la introducción al Pirké Avot.”
(Traducción R. Itzjak ben Uzi Sakkal)

Así pues, goza del pan de cada día, toma decisiones correctas, vive a pleno, disfruta el momento, sé feliz, no dejes de hacer tu parte y especialmente fluye, aparta el EGO de tu mente y corazón, ya no finjas ser el amo, porque eres una sagrada mota de polvo en la inmensidad infinita de la creación.

El consejo diario 373

El amor verdadero libera, nunca encadena.

Si te sientes manipulado, o manipulas.
Si te sientes dependiente, o que dependen de ti.
Si te sientes necesitado, o que necesitan de ti.
Si sientes “no puedo vivir sin él/ella”, o eso te expresan a ti.
Si no das a tus hijos espacio para que abran sus alas para volar por sí mismos, de acuerdo a sus etapas.

¿Te parece que hay amor o hay apego, esclavitud?

El consejo: “ámate para poder amar a quien es tu prójimo”.

Cuando suena la alarma,parte II

Ante esto, hay  4 posibles conductas: la primera, es acallar esa voz interna que nos alerta y mantener el status quo, ya que esa sensación desagradable probablemente pasará y volveremos a disfrutar como antes, sin culpas ni responsabilidad por lo que hacemos. Esto implica no reconocer nuestras faltas y tener episodios similares y  recurrentes que pasamos por alto cada vez que suceden.

En la segunda, asumimos aquello en lo  que nos hemos equivocado y que si no tomamos medidas, las cosas irán empeorando. Empezamos con vigor, nos preparamos para revertir las cosas y al principio todo marcha bien, pero al poco tiempo miramos hacia atrás y volvemos adonde comenzamos. La tercera, es similar a la segunda, sólo que, aunque haya tropezamos, nos levantamos para torcerle la mano a la adversidad y a nuestras debilidades. Perseveramos por un tiempo, pero finalmente “tiramos la toalla”, cansados de ver que nuestros tropiezos se convierten caídas sistemáticas y que nuestro esfuerzo no da frutos.

En los tres casos descritos, nos vemos involucrados en un círculo vicioso del que se entra y sale, sin hallar una solución definitiva a nuestros conflictos  y superar nuestras debilidades.

Finalmente, está  la cuarta posibilidad, en la cual, habiéndonos dado cuenta y asimilado nuestros errores, tomamos conciencia de que, como seres humanos, tenemos una tendencia interior hacia el mal (“Ietzer hará” o “tendencia al mal”), que satisfacer necesidades personales  (comida, protección, sexo, etc.) de un modo egoísta, sin considerar las consecuencias de ello, también sabemos que el Eterno nos dio la libertad de decidir si seguirlo o no. Hay  DETERMINACIÓN en nuestra decisión de mejorar y con tesón emprendemos la lucha. A pesar de los fracasos, frustraciones, pérdidas o tristezas, aprendemos a levantarnos y comprendemos que  ningún desafío que D-os pone en nuestras vidas está fuera de nuestro alcance y que cuando nos corrige, es por el amor que tiene hacia cada uno de nosotros,  expresado como la prohibición.

Ahora, muchas de esas experiencias desagradables que vivimos son sólo el resultado de decisiones erradas que fuimos tomando en el tiempo,  que, si bien pueden relacionarse con distintas facetas humanas tienen un factor común: la elección sistemática de algo falso en lugar de lo verdadero; de la mentira por sobre la verdad. Pero… ¿Tiene esto alguna conexión con las Leyes dadas por el Creador a los hijos de Noaj? La respuesta a esta pregunta es afirmativa. Veamos algunos ejemplos:

1)      Cuando alguien comete idolatría, deposita  su confianza en un poder/criatura distinto al Eterno,  hecho a imagen y semejanza humana que, por más que le supliquen,  permanece inerte ante las peticiones  de quienes le siguen. La idolatría, al igual que la blasfemia (otra expresión de falsedad), nace de la inseguridad/ desconfianza de que el Eterno busque lo mejor para nosotros. Nos enceguecemos  y llegamos a hacernos dependientes de  nuestros dioses o  pulsiones, sin tener control real de nuestro impulso hacia lo negativo.

Una consecuencia de esto es la dificultad para lograr el éxito en nuestros proyectos y un quiebre en nuestra relación con el Eterno, ya que sin determinación ni confianza en Él y sí en copias, somos como un edificio  con peligro de desplomarse.

2)      Cuando alguien blasfema contra Hashem, está atribuyéndoLe características o responsabilidades que no Le pertenecen a Él. Por lo  tanto, miente sobre Su esencia y, al igual que con la idolatría, nuestra conexión con Él se ve afectada. Hay un no reconocimiento de Su bondad e infinita sabiduría. La actitud hacia el resto y las situaciones vividas es la de culpar sin buscar soluciones, ni agradecer por lo que tenemos. Tarde o temprano esto lleva a la insatisfacción y a no ver  lo que nos rodea en su real magnitud.

3)      Cuando alguien  asesina a su prójimo, toma sobre sí la atribución de decidir cuándo termina la vida de otro ser humano. Implica no respetar y llevar a cabo la máxima expresión de violencia contra la existencia de  un ser humano inocente  hecho a imagen y semejanza del Eterno. Sea cual sea la forma de asesinato, se  desafía  la autoridad de HaShem  como juez y en ese momento del temor  a las consecuencias  que este acto pueda acarrear.

4)      Cuando alguien roba,  está tomando como suyo algo que no le pertenece. El Eterno  al establecer el convenio con Noaj y su descendencia dijo: “Os temerán todas las bestias de la tierra y todas las aves del cielo, todos los seres que reptan sobre la tierra y todos los peces del mar; en vuestras manos son entregados” Génesis 9:4, pero no aquello que es del otro. Además, nos manda a obtener el sustento de manera honesta, confianza de una u otra forma  Él provee a nuestras necesidades. Al robar, no tomamos en cuenta las del prójimo ni nos ponemos en su lugar, generando así un desequilibrio  que afecta en cierta forma nuestras relaciones interpersonales, no sólo con las víctimas, sino también con quienes nos rodean.

5)      Cuando alguien comete inmoralidad sexual, (infidelidad,  bestialismo, promiscuidad, etc.), se está negando para sí la posibilidad de construir una relación significativa y duradera, en la que haya amor, comunicación y respeto, ya que se lleva a cabo una distorsión en lo establecido por Hashem para las relaciones amorosas. Puede experimentarse un placer temporal, pero es una forma de  autoengaño en la que no hay una consideración real por los sentimientos de uno ni tampoco por los de la pareja (novio (a) ) o esposo(a) y, cuando se trata de algo casual; sin compromiso, aún más, ya que el ser humano pasa de ser visto como persona a un mero objeto útil para la satisfacción del deseo sexual, olvidando  las necesidades afectivas del otro y que  estamos hechos para complementarnos, así como también  ayudar a que e tanto uno como la otra persona se desarrollen en cada ámbito y  sin coartarse entre sí. Además, al cometer adulterio se corre el riesgo de no saber si la descendencia que creemos nuestra lo es realmente o es de otra persona, de manera que se genera  desconfianza en la pareja y afectar psicológicamente a los hijos

Los anteriores son sólo algunos ejemplos de lo que  sucede cuando uno elige algo falso  por sobre lo verdadero. Cada ser humano tiene ante sí la opción de escoger y a partir de las decisiones que vayamos tomando; el camino que vayamos recorriendo, serán los resultados.

Una forma de enfrentar las crisis y  evitar tomar decisiones erradas de manera sistemática, es por medio del autoconocimiento, para manejar e integrar  mejor los distintos aspectos que nos componen. Una estrategia para esto,  es el realizar a diario una introspección sobre lo que hicimos  en el día. La siguiente, es una pauta que se encuentra en el libro “Daily Prayers”, de la Sociedad Noájida de Oklahoma, extraída de Gateway to self-knowledge”, de Rabí Pliskin:

  • ¿Cuáles fueron los eventos principales de tu día?
  • ¿Le causaste  algún daño innecesario a alguien?
  • ¿Qué actos de bondad has hecho hoy día?
  • ¿Estás satisfecho con el uso de tu tiempo hoy?
  • ¿Te enojaste con alguien hoy día?
  • ¿Qué habrías hecho de manera diferente?
  • ¿Estás satisfecho con tu crecimiento espiritual de hoy?
  • ¿Pasaste tiempo estudiando Torá hoy?

Lo anterior, representa una propuesta, que claramente puede adaptarse y/o ampliar. Eso, claro está, es cosa de cada uno.

Por último, espero que cada uno de nosotros cumpla con sus metas, pero, más importante aún: ¡que seamos lo que Hashem espera de nosotros como seres humanos!

 

*Proceso en el que también participa el sistema renal, pero en el ejemplo me enfoqué en lo que concierne al sistema respiratorio.

Cuando suena la alarma,parte I

 

 

Todo ser vivo, desde el más pequeño al más imponente, habita en  un medio dinámico, al que tiene que adaptarse con el fin de  asegurar su supervivencia. Esto es posible gracias al trabajo conjunto y coordinado de los distintos sistemas  o células que los constituyen y que presentan “detectores” de las fluctuaciones existentes tanto en el medio externo como interno.

Veamos, por ejemplo, lo que sucede con nuestro sistema respiratorio:

Para que nuestras células produzcan energía, los nutrientes que ingerimos mediante la alimentación deben ser degradados por medio de la acción de proteínas especiales llamadas enzimas y, en la mayoría de los casos, de un combustible: el oxígeno (O2). Sin embargo, junto con producirse la energía requerida (ATP)  para el funcionamiento celular, se producen sustancias de desecho (dióxido de carbono y vapor de agua), que deben ser removidas de nuestro organismo. Esto es posible gracias a la interacción del sistema circulatorio con el respiratorio y los que regulan la función de ambos. El dióxido de carbono (CO2) es transportado como bicarbonato desde la sangre hacia el alveolo (lugar en donde se produce el intercambio de gases en el sistema respiratorio)  para luego ser eliminado hacia el aire ambiental como CO2  nuevamente  y el  O2, a su vez, viaja desde el aire ambiental, hacia el alveolo y de ahí es transportado  por la sangre, principalmente, asociado a la hemoglobina. Luego,  el oxígeno se separa de la hemoglobina y entra a las células a través de la membrana que las envuelve. Esto es básicamente lo que ocurre durante la respiración. Sin embargo, al realizar actividad física intensa o presentar una patología x, las concentraciones de O2 se ven notablemente disminuida y las de CO2 aumentadas, lo que trae como consecuencia modificaciones en el pH sanguíneo que puede dañar a distintos tejidos.

En condiciones normales, el aumento en el  CO2, es detectado, principalmente por receptores específicos ubicados a nivel central y, en menor medida, por otros periféricos conocidos como “cuerpos carotideos”, que mediante conexiones nerviosas, informan al centro respiratorio ubicado en el sistema nervioso central. Estos últimos sensores, además, son los principales detectores de una baja en la presión  sanguínea de  O2. En respuesta a los cambios, se produce un aumento en la actividad del centro respiratorio, que trae como consecuencia un aumento en la descarga de las neuronas que controlan los músculos que participan en la ventilación,  y la acción de los músculos de la laringe  para abrir la vía aérea. Esto se traduce, a grandes rasgos, en un aumento en la frecuencia respiratoria para eliminar el CO2, aumentar el ingreso de oxígeno en la sangre, permitir el funcionamiento de los tejidos y normalizar los niveles de pH*.

Los mecanismos compensatorios  aquí descritos, buscan recuperar el equilibrio corporal para así  mantener la función normal  de los sistemas que permiten la preservación de la vida.

De igual manera, todos en algún momento hemos tenido crisis personales que nos hacen considerar la necesidad de cambios en nuestras vidas. La razón  nos dice que hay que hacer algo por conseguir este objetivo. Pero para enmendar nuestro camino y  recuperar el equilibrio,  son necesarios “remezones”   que nos estremezcan de alguna manera y nos hagan reflexionar sobre nuestro actuar con D-os, nosotros mismos  y  los demás. Puede ser el padecimiento de una enfermedad, un fracaso personal, un sueño perturbador, etcétera.  Mas,  sea cual sea el factor, es una  alarma de que algo no está bien, nos hace falta  y/o  hay que corregir.

Lo anterior puede verse  reflejado en que, en tales circunstancias, hay decepción  al  ver que  hemos invertido tiempo y energías en algo que probablemente no lo merecía (o bien no  lo hicimos de la manera correcta), una sensación de vacío, que  invade nuestro interior y  nos hace pensar que somos  miserables al tener una existencia carente de  propósito o dirección en la que finalmente nada es nuestro.

Buscamos el porqué de tanto sufrimiento y  lo que  nos hace falta para la plenitud personal. Buscamos responsables en el resto, en la vida que Hashem nos dio, pero no en  nosotros mismos inicialmente y sólo luego de un tiempo venimos a darnos cuenta de  los errores personales.