Es indudable que ante este consejo surge una nueva interrogante:
¿Cómo entender el deber de dar a conocer el noajismo ante el deber de no caer en el misionerismo?
Es cierto que es un problema de nosotros los gentiles. Sin embargo, anteriormente se hizo enfasis en que el noajismo no es para «noajizar».
Si analizamos un poco este asunto es similar a la no obligación de diezmar u ofrendar, lo cual llevó a muchas personas al extremo de no dar nada de dinero para apoyar causas justas. Sin embargo es un asunto que se pudo corregir (en teoria) desde el punto de vista de las donaciones, mostrando así que se puede practicar el dar dinero sin necesidad de darle el título de diezmo u ofrenda.
Ahora, con el asunto de no ser misioneros.
¿Cómo entender que enseñar noajismo no es emular la practica de los misioneros?
Si partimos del punto que así como el judio fiel es capaz de decirle a un judío infiel que deje la infidelidad a Dios y que viva según los 613, así mismo el noajida fiel tiene la capacidad de decirle al noajida infiel que deje la infidelidad a Dios y que viva según las 7 leyes, creo que se puede simplificar en el asunto sin extender el debate, y pasar a las propuestas de cómo hablar de noajismo a aquellos YA son noájidas (aunque infieles).
Sin caer en la tarea de inventar la rueda podemos preguntar:
¿Cómo hace el judio fiel para corregir a su hermano judío que se ha desviado de su verdadera identidad?
¿Cómo lo corrige?, ¿Qué le dice?, ¿Qué tanto le insiste?, y más importante, ¿Cómo se cuida de no caer en explotar el miedo y la culpa del que echan mano los misioneros? Y si vemos, en la misma pregunta, está la respuesta.
Si llegamos a un nivel tal, en el que hablemos a otros del noajismo sin hacerlos sentir miedo a un castigo o culpa por vivir como no debe, entonces, multitudes comenzarán a vivir las etapas obligatorias del despertar a la Luz, y estaremos cumpliendo con un deber que está implícito en las 7 leyes de Noaj.
Seria interesante preguntar a los judíos si cuando ellos deciden ayudar a que sus hermanos judíos rectifiquen su proceder se sienten haciendo de misioneros.
Recordemos que cuando el alma noájida comienza a ser rectificada, llega a aborrecer todo aquello que venga de la idolatria (ejemplo el misionerismo), a tal punto que se llega a botar al niño, el agua sucia y la bañera.