Comencemos recordando que ietzer se asocia en el idioma de la Creación con ietzirá, que es creatividad, generar, también está vinculado con dar forma, modelar.
Pero se suele traducir como instinto, impulso, índole, naturaleza, deseo, afán, o tendencia.
De forma interesante Lehatzer es restringir, confinar o limitar.
El ietzer es un impulso natural, irracional, necesario, constituyente del ser humano.
Genera impulsos para alcanzar objetos, para saciar necesidades, para colmar deseos.
Esta energía confina a la persona, la restringe, la somete, la esclaviza.
Aunque puede resultar paradójico en una primera mirada, aquello que busca la expansión sin límites, el tomar más y más, el recibir por el mero hecho de recibir, es lo que reduce a la persona a un estado de esclavitud.
La manera de liberarse, ciertamente está en limitar al ietzer.
Limitarlo, pero no destruirlo, puesto que cumple funciones básicas que son orgánicas y necesarias para el funcionamiento de la persona y de la sociedad (Midrash Tehilim –Buber- Mizmor 9).
Cuando opera para sostener el funcionamiento de la persona o el colectivo, se denomina ietzer hatov, es decir, impulso o inclinación hacia el bien.
Cuando se transforma en una entidad nociva, demandante, opresora, enemiga de la persona, enojosa, obstaculizante, ensimismada, enceguecida, egoísta, empedernida entonces se denomina ietzer hará, impulso o inclinación al mal o negativo
Observemos las palabras de Hilel:
“Él solía decir:
Si no soy para mí mismo, ¿quién es para mí?
Y cuando soy para mí mismo, ¿qué soy?
Y si no es ahora, ¿cuándo?”
(Pirkei Avot 1:14)
Yo debo hacer para mí, eso es ietzer hatov.
Si me hundo en mi mismo, soy un egocéntrico, un ególatra, un siervo del EGO, eso es ietzer hará.
Si me dedico a cavilar sobre el pasado, si fantaseo sobre el futuro, si no vivo aquí y ahora, NO VIVO.
En la Torá Oral se trata con intensidad y profundidad acerca del Ietzer Hará.
Son varios y sustanciales los pasajes a considerar del sagrado legado de Israel, pero hemos escogido solamente un párrafo pequeño (Talmud Babilonio, Suca 52a), muy interesante, que espero nos sirva para aprender un poco al respecto:
“R. Avira o, como dicen algunos, R. Ioshua b. Levi, hizo la siguiente exposición: ‘La inclinación al mal tiene siete nombres.
- El Santo, bendito sea, le llama el mal, como dice <<porque la imaginación del corazón del hombre es mal desde su juventud.>> (Bereshit/Génesis 8:21)
- Moisés lo llama no circuncidado, como dice <<Circuncidad pues, el prepucio de vuestro corazón.>> (Devarim/Deuteronomio 10:16)
- David lo llama impuro, como dice, <<Crea en mí un corazón puro, Oh Señor>> (Tehilim/Salmos 51:12) que implica que hay uno impuro.
- Salomón le llama enemigo (u odiador), como dice, <<Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer pan y si tuviere sed dale de beber agua. Pondrás así un montón de carbones encendidos sobre su cabeza, y el Señor te recompensará>> (Mishlei/Proverbios 25:21,22); no leas, <<ieshalem-recompensará>>, sino <<iashlimenu-hará que esté en paz contigo.>>
- Isaías lo llama tropiezo, ya que dijo, <<¡Allanad, allanad la calzada! ¡Preparad el camino! ¡Quitad los obstáculos del camino de mi pueblo!>> (Ieshaiá/Isaías 57:14)
- Ezequiel le llama piedra, como dice, <<y quitaré el corazón de piedra de sus cuerpos y les daré un corazón de carne.>> (Iejezkel/Ezequiel 36:26)
- Joel lo llamó el oculto, como dice, <<Yo haré que se aleje de vosotros lo que viene del norte (u oculto)>> (Ioel/Joel 2:20)’”
¿Cuál es el tabique, mojón, evento, que podemos considerar que transforma al ietzer en un monstruo interno que maltrata al ser y su entorno?
Según aprendemos es desde la primer vivencia de impotencia del ser humano, que se produce en el mismo instante del nacimiento.
Hasta ese momento la vida intrauterina se desarrollaba en una constante placidez, satisfacción, plenitud. Es probable pero poco representativo el sentimiento de impotencia dentro del útero materno.
Sin embargo, el impacto del nacimiento marca al alma de la persona de una forma intensa.
Por primera vez se sufre, y grandemente.
El hambre, el desamparo, el frío, el descontrol, la insatisfacción, el no poder nada, repito no poder nada, quizás tan solo llorar y quejarse sin siquiera emitir una palabra, un movimiento coordinado, un acto provechoso.
El instinto de supervivencia ejecuta su partitura, pero en el ser ya ha quedado fijado ese recuerdo de impotencia terrible, que se reiterará incontadas veces y que irá afianzando el dominio del ietzer hará en la persona.
Notemos que en principio, y por mucho tiempo la tendencia no es malvada (rá en el idioma de la Creación), sino meramente centrada en el Yo, absorta en la supervivencia y en alejarse del sufrimiento.
Paulatinamente ese accionar y sentir irá adosando negatividad, malicia, despojando del sentido de supervivencia o reacción ante el terror, para hacerse un modo de vida negativo, malvado.
Advirtamos también que modernamente se ha hecho frecuente identificar al ietzer hará con el EGO.
Cambia la terminología, se tiñe de los conocimientos vertidos por el tiempo, pero en su esencia sigue siendo lo mismo.
El EGO es la tendencia a recibir, el impulso a la vida.
El Ego positivo es cuando su meta es para que la persona funcione, para que la sociedad sea estable y armoniosa. Se conforma así en buena parte del Yo Auténtico, a partir de la armonización del Yo Vivido.
El Ego negativo es cuando su meta es corroer la identidad, usurparla, llenar al hombre de fantasías pavorosas, correr el centro del ser, ahogarse en sí mismo desconociendo su Yo Esencial.
En la parashá Mishpatim que hemos leído esta semana (29/1/2011), encontramos que en cuanto al tratamiento adecuado del guer – prosélito (converso legal y leal al judaísmo; según el contexto puede entenderse como residente extranjero), Rashi nos hace ver que la Torá nos invita a reflexionar sobre el sufrimiento y las penurias del “recién llegado de lejos” tal y como si estuviéramos en su misma situación.
Por ello dice (Shemot/Éxodo 22:20 y 23:9):
“No hieras los sentimientos del guer ni lo oprimas, puesto que ustedes fueron extranjeros en Egipto.
וְגֵר לֹא תוֹנֶה וְלֹא תִלְחָצֶנּוּ כִּי גֵרִים הֱיִיתֶם בְּאֶרֶץ מִצְרָיִם:”“No oprimas al guer. Ustedes saben lo que se siente al ser extranjero, puesto que fueron extranjeros en Egipto.
וְגֵר לֹא תִלְחָץ וְאַתֶּם יְדַעְתֶּם אֶת נֶפֶשׁ הַגֵּר כִּי גֵרִים הֱיִיתֶם בְּאֶרֶץ מִצְרָיִם:”
¿Por qué Rashi siente que la reflexión personal es la clave para dominar este impulso al maltrato, a la indiferencia, a la repulsión del que es “recién llegado de lejos”?
¿Por qué sería necesario ponerse en el lugar del otro para actuar de la manera moralmente correcta?
¿Acaso no sería suficiente que nos dejáramos llevar por nuestro impulso ético?
¿O que la Torá lisa y llanamente nos ordenara hacer lo que hay que hacer sin mencionar el pasado extranjero y de prosélito de todos nuestros antepasados judíos?
Rab Eliahu Dessler, en una magnífica colección de cartas y ensayos creativos y originales, se pregunta «¿por qué Dios tiene que crear nuestro ego tan fuerte?»
R. Dessler audazmente sostiene que es sobre todo debido a nuestro ego que somos capaces de alcanzar los niveles de la espiritualidad de otro modo inalcanzables. La sed insaciable de grandeza nos empuja más allá de nuestros límites aparentes. Sin embargo, cuando no se controla el EGO puede ir demasiado lejos. Si no se controla, nos podemos creer dioses, tal como la falsa promesa del serpiente a Eva para que ingiera del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal.
Permitir que el EGO nos controle, es perder el control.
El EGO ha de ser un siervo, una herramienta a nuestro servicio.
¿Qué nos mantiene en equilibrio?
«Veahavta Leracha Kamoja», «Ama a tu prójimo como a ti mismo.»
Significado, utiliza tu EGO para determinar en primer lugar lo que nosotros queremos para nosotros mismos y en qué podemos hacer por nuestro prójimo.
Por ello Rashi recurre a nuestros sentimientos personales, para que despierte nuestro EGO así identificamos nuestras propias necesidades para apreciar las necesidades de nuestros vecinos.
Para finalizar nuestro encuentro, su me permites, te dejo una tarea domiciliaria.
Si la haces, tú y los tuyos serán los únicos beneficiados.
Te presento una pequeña lista de párrafos tomados del Pirkei Avot, que es un muestrario condensado de la sabiduría de los Maestros de la Santa Tradición.
Te voy a pedir que los leas, los analices, los comprendas y le encuentres el nexo con el tema de nuestro artículo así como con tu vida.
Si descubres la clave que te estoy ofreciendo, abrirás la puerta a un gran tesoro que te llenará de riquezas materiales y espirituales.
¿Te animas a hacerlo?
¿Te animas a compartir con nosotros, aquí debajo en la sección de comentarios, lo que hayas aprendido?
Gracias.
- Shemaia y Avtalion recibieron de ellos [Sabios mencionados en fragmentos anteriores]. Shemaia dice: Ama el trabajo y detesta la actitud autoritaria, y no te asocies con los que detentan el autoritarismo. (Pirkei Avot 1:10)
- Raban Shimon ben Gamliel dice: En virtud de tres principios el mundo perdura: por la justicia, por la verdad y por la paz. Pues fue dicho “Éstas son las cosas que habéis de hacer: Hablad verdad cada cual con su prójimo. Juzgad en vuestros tribunales con juicio de paz.»
(Zejariá / Zacarías 8:16)”. (Pirkei Avot 1:18) - Sean prudentes con los que detentan la autoridad, pues no se acercan al hombre sino por interés propio; dan la impresión de ser amigos cuando les conviene, mas no ayudan al hombre en el momento de su necesidad. (Pirkei Avot 2:3)
- Hilel dice: no te separes de la comunidad, no creas en ti mismo hasta el dia de tu muerte, no juzgues a tu compañero hasta que no estés en su lugar, no digas cosa alguna que no sea posible escuchar, pues terminara por ser oída, y no digas: “Cuando me desocupe estudiaré”, no sea que no te desocupes. (Perkei Avot 2:5)
- El [Ben Azai] solía decir: No menosprecies a ningún hombre, y no desdeñes ninguna cosa, pues no hay hombre a quien no llegue su hora, y no hay cosa que no tenga su lugar. (Pirkei Avot 4:2)
- Rabí Levitas, hombre de Yavné dice: Sé de espíritu modesto en extremo, pues el porvenir del hombre es la putrefacción. (Pirkei Avot 4:3)
- Ribi dice: No te fijes en la vasija sino en su contenido; hay vasijas nuevas llenas de añejo, y viejas que ni siquiera nuevo hay en ellas (Pirkei Avot 4:26)
- Rabí Elazar HaKafar dice: La envidia, la voracidad y el honor destierran al hombre del mundo. (Pirkei Avot 4:27)
- La espada de la guerra llega al mundo a causa de la postergación de la justicia, a causa de la perversión de la justicia, y a causa de quienes ensenan Torá en discrepancia con la Halajá. (Pirkei Avot 5:9)
Lecturas recomendadas:
http://fulvida.com/id-noajica/identidad/los-miedos-y-el-noajismo-2
http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/la-agresividad-y-su-canalizacin