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Equilibrio social a través de las Siete Leyes de Noaj

 

Por Alfredo Zambrano G.

Los Siete Preceptos con los cuales Dios concertó su Pacto con Noé y sus descendientes, representan el fundamento más seguro y estable del equilibrio del hombre y la sociedad. Dichas Leyes son las siguientes: 1. Creer obedientemente en Dios; 2. Respetar a Dios y adorarlo sólo a Él; 3. Respetar la vida humana; 4. Pureza sexual y familiar; 5. Respetar la propiedad y derechos ajenos; 6. Respetar a todas las criaturas; 7. Establecer un orden social justo y equitativo.

Noájidas (gentiles fieles a Dios y a Su Pacto), Noajismo (Movimiento en pro de los Noájidas) y Noájico (relacionado a los asuntos que corresponden a los Noájidas) son algunas expresiones de la terminología que se emplea desde tiempos memoriales para definir el estilo de vida de aquellas personas que han tomado la decisión de vivir según las Siete Leyes de Noaj, o Noé, las cuales buscan alcanzar una verdadera relación entre el hombre y el Creador y la igualdad social, libres de las estafas y mentiras de aquellos que van por el mundo sembrando odio, caos, muerte y confusión con sus “prédicas” y políticas del todo extraviadas.

Dentro de este programa de rectificación espiritual y social (siempre vigente), impulsado por el mismo Creador en todos los países, emergen conceptos como la relación directa con el Eterno (sin mediaciones absolutistas), la moral, la ética, el respeto de las Leyes del estado, la solidaridad entre los pueblos y el progreso integral del individuo, valores trascendentales que son practicados y promovidos por los fieles Noájidas en todo el mundo, que permitirán consolidar una sociedad más solidaria, respetuosa de la dignidad humana y de la justicia social.

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La verdadera maldición

Muchos hermanos noájidas han escapado de las feas garras de la idolatría que se disfraza de piedad. Han sido liberados de la opresión de las comunidades de falsos judíos mesiánicos, de los soldados del IMperio del Mal, y están en el bello camino del reencuentro amoroso con el Padre de todo ser.
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El contexto

 Mira con atención la imagen que te estoy presentando.
Obsérvala con detenimiento.
Permite que tus ojos se posen y la recorran lentamente.
Concéntrate.
Y luego contesta a esta pregunta:
¿cuántos tonos de rojo crees que hemos usado?

¿Cuántos has dicho?
¿Dos, tres?

Realmente la respuesta es….

(mira más abajo)

 

 

 

 

UN sólo tono de rojo ha sido usado en esta imagen.

Ahora bien, son muchas las enseñanzas de este pequeño ejercicio, pero quiero que te detengas en una sola moraleja.

El contexto, aquello que rodea el texto, tiene tal poder sobre el texto, que hace aparecer ante el ojo «realidades» que no existen.
Por la manera en que el contexto está configurado en nuestra imagen, tú ves dos tonalidades rojas allí en donde solamente hay una.
Y por más que te esfuerces por ver lo que te digo que es la realidad, en tanto que el contexto permanezca inalterado, tú seguirás viendo al menos dos rojos diferentes.
¿No es así?

Traduzcamos esto para tu vida cotidiana.
El ambiente, cuando de cuestiones sociales se trata, modifica la realidad hasta el punto de que uno ve ciertas cosas que en la realidad no existen.
Es decir: «dime con quién andas, y te diré que estás aprendiendo a ver».

Si tú te juntas con personas fieles del Eterno, buenos noájidas, buenos judíos, entonces tu ambiente es de pureza, de verdad, de justicia, de bondad. Estás siendo educado para tener un contacto sincero con la realidad, allí en donde el contexto favorece la comprensión del texto; en donde la sociedad está al servicio de tu crecimiento personal, sin egoísmos ni sometimientos.
Pero si te rodeas de falsos judíos mesiánicos, o de otras personas que son contrarias a Dios y la verdad; si tus amistades son predicadores de falsos dioses y fracasados aspirantes a mesías; si tu congregación se dedica a predicar las vanidadedes ajenas a la verdad, entonces tu realidad se llena de falsedad, de colores extraños que no existen, de pensamientos perturbados que no te permiten tener un contacto honesto con el mundo, ni un diálogo limpio con el Padre.

Presta atención a tu ambiente, atiende a las amistades que tienes, inspecciona tu comunidad, y si notas que los temas no son habitualmente la justicia, la bondad y la verdad, entonces estás en un lugar equivocado.

Ven con nosotros a FULVIDA, súmate a los fieles del Eterno.
Aprende a reconocer certeramente los colores de la realidad.
Es tu misión y tu manera de asociarte a la construcción del mundo a la Luz del Eterno.

Quedo a tus órdenes.

Lic. Yehuda Ribco
Presidente Honorario de FULVIDA Internacional

El Auto-rechazo

Estaba allí desde el primer momento,
En la adrenalina
que circulaba por las venas de tus padres
cuando hacían el amor para concebirte,
y después en el fluido
que tu madre bombeaba a tu pequeño corazón
cuando todavía eras sólo un parásito.
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Resp. 16 – ¿Fe en un falso mesí­as?

shalom:
¿si un noájida cree en Jesus como el mesias pero no cree que sea Di-os mismo, seguira siendo idolatra o solo estara equibocado como los seguidores de Bar-cojba?
saludos
Ramon Balastegui

Bienvenido, muchas gracias por participar con sus inquietudes.

La primera respuesta a su pregunta podría ser:
¿Y cómo beneficia al noájida y a la sociedad que se sostenga esa errónea creencia en el mesianismo de Jesús?
¿Acaso el noájida hará mejor justicia y más bondad por creer en el mesianismo de Jesús?
¡Ciertamente que no!
Al noájida le basta con seguir los Siete Fundamentos Universales, y las normas derivadas de estos, así como aprender de los buenos ejemplos de los verdaderos sabios y nobles maestros de la Palabra de Luz.

Es totalmente innecesaria la fe en el mesianismo de ese FALSO mesías llamado Jesús (Yeshua, o como quieran denominarlo); puesto que en nada favorece el desarrollo del mundo, y poco aporta a la vida espiritual.

Por otra parte, sería cometer un serio atentado a la Verdad, puesto que como es sabido, Jesús no cumplió siquiera una de las verdaderas profecías que corresponden al Mesías.
(Obtenga más datos al respecto en http://serjudio.com/personas/mashiaj.htm).

Por otra parte, es sabido que mil millones de personas aproximadamente, entre cristianos de diversas denominaciones (entre los que se incluyen a los falsos judíos mesiánicos, netzaritas, etc.) creen en la divinidad de esta persona; más los cientos de millones que tristemente lo han creído en el pasado.
Por consiguiente, depositar cualquier fe o creencia espiritual es Jesús, es depositar la fe en la idolatría, aunque uno no admita abiertamente la divinida de este sujeto.
No sé si me entiende, por lo que le pondré un ejemplo.
Si pesa como elefante, tiene trompa de elefante, orejas de elefante, hiede como elefante, millones le llaman elefante, y en todo parece un elefante… por más que uno o dos digan que es una mariposa… ¡no deja de ser un elefante!
Si uno o dos mentirosos le dicen que usan la imagen de Jesús como mesías, pero no como dios; aunque rezan en su nombre, juran por él, esperan la salvación de su parte, y emplean un libro que consideran sagrado y que lo llama dios… ¡debe ser que es un FALSO dios! ¿No le parece?

Por último, es una completa irreverencia comparar a un fracasado héroe nacional judío, como lo fue Bar Cojba, con un judío que era irredento pecador y que su memoria solamente ha traído dolor y terror al mundo, como Jesús.
Las obras de Bar Cojba, en su momento, lo perfilaban correctamente como el verdadero Mesías, pero a la postre resultó que se quedó en un perfil, no en una realidad.
El pobre pecador Jesús ni siquiera obtiene una calificación mediocre a la hora de postular como Mesías. Nada en la vida de Jesús lo aproxima a la imagen del caro Mesías, del rey de la nación judía; ¡todo lo contrario! Su mito es totalmente compatible con la idolatría abyecta, en nada emparentada con la santidad de Dios.

Espero que mi respuesta le sirva de motivo para aproximarse más a la Luz, y apartarse así del terror de la oscuridad que difunden los enemigos de Dios.

Con deseos de que podamos ser constructores de Shalom…

Lic. Yehuda Ribco
Presidente Honorario de FULVIDA Internacional


Resp. 15 – Mesiánicos = falsedad

 

soy una gentil que empiesa a saber de los noajidas desde guatemala,
quisiera saber si devo aprender de los judios ortodoxos o de los judios mesianicos ya que ellos creen en jesus al igual que yo pero quiero que me aclaren si estoy en idolatria y porque
Débora Melgar

Bienvenida, y muchas gracias por sus consultas.

Ante todo debe saber, y le debe quedar bien en claro lo siguiente:
los que DICEN llamarse "judíos mesiánicos", NO SON JUDÍOS, son solamente cristianos con poca auto-estima, que se auto-desprecian, y por eso niegan la verdad: que son cristianos, y no otra cosa.
Ellos, a sabiendas o no, engañan y mienten, pues se hacen pasar por lo que NO SON, ya que ellos NO SON JUDÍOS, NI son fieles al Uno y Único Dios.
Como le dije son cristianos, pero disfrazados malamente de lo que ellos suponen que es algo judío. A duras penas su disfraz de judíos tiene cierta similitud con algo auténticamente judío. Y ya lo sabe, apreciada joven noájida, no todo lo que brilla es oro, y en el caso de los FALSOS JUDÍOS MESIÁNICOS, ¡ni siquiera brillan como oro!
Seguir sus enseñanzas es adoctrinarse en la idolatría, es continuar por el mismo oscuro camino de los asesinos inquisidores, es aceptar la vida de los misioneros promotores de la "guerra santa" y ser adorador de falsas deidades.
Aproximarse a ellos, es apartarse de Dios, es alejarse de lo que es Bueno.

Así pues, apreciada joven noájida, si busca en verdad a Dios, y la buena vida que le corresponde como noájida, entonces beba de las frescas aguas de vida que le ofrecemos en FULVIDA.
Únase a nosotros, verdaderos fieles de Dios, socios en la construcción del Mundo.

En cuanto a la fe en Jesús, ya hay mucho escrito sobre esto en http://serjudio.com/o_creencias/ieshu.htm, por lo que nos parece irrelevante ahora perder tiempo en este tema insignificante, habiendo tantas buenas obras que podemos y debemos hacer.

Dediquémonos a la justicia y a la bondad, andemos por el camino de la Verdad, de la Luz, lejos de las mentiras y farsas de los misioneros, de los falsos judíos mesiánicos, lejos muy lejos de la podredumbre de la idolatría.

Hay tanto bueno de lo cual hablar, hay tanto por hacer en el Mundo, que no malgastaremos nuestra preciosa vida en Jesús, y otras vanidades, ¿no le parece?

Seamos socios de Dios en el perfeccionamiento del Mundo, lejos del mal y haciendo el bien.

Lic. Yehuda Ribco
Presidente Honorario de FULVIDA

 

Echar agua en tierra

"Ciertamente este mandamiento que te mando hoy no es demasiado difícil para ti, ni está lejos.

No está en el cielo, para que digas: ‘¿Quién subirá por nosotros al cielo y lo tomará para nosotros, y nos lo hará oír, a fin de que lo cumplamos?’

Tampoco está al otro lado del mar, para que digas: ‘¿Quién cruzará el mar por nosotros y lo tomará para nosotros, y nos lo hará oír, a fin de que lo cumplamos?’

Ciertamente muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas"

(Devarim / Deuteronomio 30:11-14)

 

La Tradición es clara al afirmar que el cumplimiento de los preceptos, tanto para judíos, como para noajidas, no son parte de una religión, sino que son la herramienta fundamental de nuestro crecimiento como individuos y la única senda para cultivar nuestras almas.

No está en el cielo, ni al otro lado del mar, está en nuestras bocas y en nuestros corazones, lo que debemos hacer es buscar en el fondo de nuestra esencia, descascararnos cual cebolla, hasta encontrar nuestro ser real, y empezar a vivir auténticamente.

 

Cierta vez un hombre sintió la necesidad de casarse, pero éste no quería cualquier mujer, sino una que en verdad fuera pura de espíritu, justa entre las mujeres. Emprendió un largo viaje en busca de la mujer que pensaba, mientras viajaba de nación en nación imaginaba su vida de casado, hacía planes a futuro, arreglaba en bocetos los trajes que usarían los novios. Al fin, una mañana, llegaron, después de atravesar largos bosques y escarpadas montañas, a un valle apartado de cualquier civilización, la gente allí se sustentaba con el trabajo de su tierra, las casas primeras eran bastante opulentas, pero al final, de la calle principal, en la cima de pequeña colina, se hallaba una casita pobre, devastada por los años; el hombre no se dejó impresionar por la humildad aparente de la casita y visitó casa por casa, entrevistándose casa por casa, conoció a algunas muchachas muy humildes, virtuosas, pero el hombre tenía que llegar a la última casa.

Visitadas todas las casas de la apartada comarca, encontró la última, la más pobre de las casas, en el pórtico se hallaban dos ancianos, sus vestidos roídos por los años, sus manos hablaban de centurias, y sus espaldas decían el mucho trabajo que había pesado sobre ellos durante años, dentro de la casa, una joven doncella, vestida de pieles de oveja, cosía afanosamente un traje para alguna de las jóvenes del pueblo.

Al verla, el hombre quedó prendado de tal belleza, y quedó muy contento de ver que su familia había inculcado altos valores en tal hermosa mujer, decidió casarse con la doncella en cuestión, habló con los señores, mandó a un grupo de sus compañeros de viaje a buscar algunas dotes para los padres y él fue a buscar hospedaje para que allí mismo en la aldea se celebrara el casamiento de él con la humilde chica.

En la calle principal de la aldea había una posada, cuya encargada se caracterizaba por ser no muy amable con su lengua, cuando oyó la noticia de aquel acontecimiento, nuevo en el pueblo, inmediatamente sus celos dominaron el corazón de esta mujer y habló al hombre diciendo: -¡Esa no es ninguna doncella, fue abandonada por sus verdaderos padres en este pueblo por tener mala reputación en su lugar de origen!-, el hombre al escuchar esas atrocidades de su imaginada esposa, fue a constatar que las palabras de la malvada mujer fueran ciertas, cuando les preguntó a los padres de la mujer, ellos le dijeron: crea usted lo que su razón y corazón le dicte, nuestra conciencia se halla limpia de mentira alguna.

El individuo, cegado por la ira de ver tanta injusticia en la mujer que le ofreció hospedaje, se fue del pueblo, no se casó con ninguna, dejó a la pobre mujer esperando y devolvió las dotes que traían sus sirvientes, la doncella no lo persiguió, se quedó trabajando en su casa, sus padres siguieron sentados frente al pórtico de la casa. Esa noche ocurrió un deslave en el pueblo y perecieron los que se hallaban en la llanura del valle, la casa pobre que estaba ubicada en la cima de la colina sobrevivió a la tragedia, cuando el adinerado caballero escuchó la noticia aún no había partido del puerto, estaba a tiempo de devolverse y así lo hizo, al llegar consiguió ríos por donde había habido antes bellas calles con árboles sembrados, y en el lugar del hostal halló un inmensa roca, caminando hacia la montaña iban los dos ancianos con su joven hija, los alcanzó y los llevó a su casa en su país, los sostuvo y tuvieron una vida abundante.

Tal vez hallen difícil encontrarle moraleja a este cuento, pero es muy sencilla, quien derrama un vaso de agua en la tierra irremediablemente tiene que esperar que ésta absorba el líquido, y luego de absorbido el líquido no hay nada más que hacer.

Nuestras palabras hieren irremediablemente el corazón de nuestros semejantes, pensemos bien que vamos a decir antes de cometer una torpeza y derramar un vaso de agua en tierra.

No olvidemos que en nuestra boca y corazón esta la palabra, para que dominemos nuestro ímpetu.

El muro

El joven David, antes de ser rey era perseguido por varios malhechores que querían dañarlo. Ingresó a una cueva.

Los malhechores empezaron a buscarlo por las cuevas anteriores a la que él se encontraba.
Con tal desesperación elevó una plegaria al Creador:

"Dios todopoderoso, haz que tus ángeles bajen y tapen la entrada, para que no entren a matarme".
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