Muchos gentiles, es decir gente que ha nacido con esencia espiritual noájica, asumen que es su deber y que estarían «completos» si se convirtieran al judaísmo.
Adoptan posturas y costumbres que les son ajenas, que no les pertenecen, y que el Eterno no les ha encomendado.
Se sienten como en falta, o que algo les falta, por no dar ese paso, el de la conversión al judaísmo.
He conocido a algunos que se desviven y deprimen por no alcanzar esta soñada meta.
Se aferran con tenazas propias de una obsesión a sus planes de ser judíos algún día, con tal de sentirse llenos, como en el sitio correcto.
PERO, ciertamente que esto NO es la Voluntad del Padre Celestial.
Si Él hubiera querido que existieran solamente judíos, no habría noájidas, ni Siete Mandamientos.
Si hubiera sido Su Voluntad, la persona que se afana por ser judía, habría nacido realmente judía.
Por tanto, el gentil que se siente hueco en su condición espiritual, en esa identidad perfecta que el Padre le ha dado, debiera hacer algunas preguntas muy pertinentes:
¿Estoy haciendo lo que Dios me manda o hago lo que se me antoja?
¿Estoy viviendo a pleno mi identidad espiritual noájica, o sigo pretendiendo saber más que Dios?
¿Estoy construyendo una vida y una comunidad de Shalom, o actuó de acuerdo a mí parecer?
¿Conozco y aplico correcta y justamente los Siete Mandamientos Universales, y sus reglas derivadas, o no lo hago y luego pretendo superarme tomando para mí lo que nadie me ha dado como patrimonio?
¿Entiendo que mi misión como noájida, esa misión única y especial que el Padre me ha dado a mí, no la puede hacer otro?
¿Sé que los Siete Mandamientos Universales y sus derivados son el mejor alimento para mi espíritu, y que si me siento vacío es porque quizás no esté cumpliendo correctamente con estos mandamientos?
¿Comprendo que la conversión al judaísmo no es un asunto para mi beneficio, para obtener sentimiento de completud, sanación, salvación, crecimiento, amigos, etc.; sino que la verdadera conversión al judaísmo es un paso sumamente delicado, que implica el compromiso y responsabilidad de servir fielmente al Eterno al modo que lo deben hacer los judíos?
¿Me queda claro que tengo un lugar hermoso reservado para mí en el Paraíso, siempre y cuando desarrolle mi identidad espiritual noájica por medio del cumplimiento de los Siete Mandamientos Universales?
¿Me queda claro que usurpar las costumbres y tradiciones de Israel realmente me perjudican en lugar de darme bendición?
Es importante que estas palabras penetren tu corazón y tu mente, para que puedas andar por la Buena Senda, la de los noájidas, tal como el Eterno ha delineado con Amor y Sabiduría para ti.