Esto es lo que enseña el Zohar (Sección Ajeré Mot), el texto central de la Cabalá:
Rabi Eleazar dijo una vez a su padre (Rabi Shimon bar Iojai): Hemos aprendido que está prohibido enseñar la Tora a un gentil y los Sabios en Babilonia acertadamente vincularon esta ley con el texto: «No ha hecho así con ninguna otra nación» (Salmos 147:20).
¿Por qué en el versículo precedente: «Él ha manifestado Su palabra a Jacob» se agrega «Sus estatutos y sus juicios a Israel»?
Respondio R. Eleazar: Dios ha dado esta santa porción celestial a Israel y no a las naciones (Proverbios 4:2).
En tanto, los hijos de Israel se hallan en dos grados, correspondientes a los dos grados de la Torá, el revelado y el no revelado. A todos los judíos, circuncidados y marcados con la impronta santa, les impartimos las cosas de la Torá que están en la superficie, las letras y los contenidos y los preceptos llanos, y no más. Esto lo indican las palabras «Él ha manifestado Su palabra a Jacob».
Pero si el israelita se eleva un grado mas alto, entonces se le otorgan a Israel «Sus estatutos y Sus juicios», estos son las alegorías de la Torá y las sendas ocultas de la Torá y los secretos de la Torá, que sólo han de revelarse a los judíos del grado más alto.
Pero, enseñar aunque sea una pequeña letra a uno que no está circuncidado, a un gentil, es como destruir el mundo y repudiar el Nombre Santo del Santo, Bendito Sea.
De ahí que está escrito «esta es la Torá que Moisés puso delante de los hijos de Israel», » y no ante otros pueblos.
La paz sea con los padres del mundo, Hilell y Shamai, que así precedieron con Onkelos, quien fuera el traductor del Pentateuco al arameo (luego de su conversión al judaísmo), quienes rehusaron impartirle cualquier conocimiento de la Torá hasta que se hubiese circuncidado.