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¿Y si solo hago el bien?

No es suficiente con apartarse del mal solamente.
Como no es suficiente hacer el bien solamente.
Lo dicen los divinamente inspirados sabios escritores de la antigüedad:

" Apártate del mal y haz el bien; busca la paz y síguela."
(Tehilim / Salmos 34:15)

"Apártate del mal y haz el bien, y vivirás para siempre."
(Tehilim / Salmos 37:27)

"No seas sabio en tu propia opinión: Teme al Eterno y apártate del mal, porque será medicina para tu carne y refrigerio para tus huesos.
Honra al Eterno con tus riquezas y con las primicias de todos tus frutos.  Así tus graneros estarán llenos con abundancia, y tus lagares rebosarán de vino nuevo."
(Mishlei / Proverbios 3:7-10)

No alcanza con hacer el bien solamente, aunque muchos hombres lo digan y repitan.
El mundo (que comienza en nuestro interior) no se corrige solamente con la acción positiva, sino también a través de la justicia, que es la restricción necesaria.

Esto también lo podemos aprender de la recién celebrada festividad de Pésaj.
Atendamos:

"Durante los siete días se comerán los panes sin levadura, y no se verá contigo nada leudado ni levadura en todo tu territorio."
(Shemot / Éxodo 13:7)

Los judíos recibieron el mandamiento de comer matzá (pan sin leudar), pero no solamente esto.
También deben estar exentos de poseer jametz (alimentos que provienen de las cinco especies gramíneas).

Quien ingiere matzá, ¡qué bueno!
Está haciendo lo que corresponde, pero con ello no está cumpliendo cabalmente con su parte en la tarea, pero también es menester desprenderse de lo que no se ha de tener.

Porque hacer solamente lo bueno no es suficiente, aunque lo repita una y mil veces un señor con barba simpáticamente ataviado, o lo posteen tus amigos en el Facebook hasta el aburrimiento.
Suena bonita esta filosofía “new age” en ropajes que se creen judaicos, pero no son parte de la Cabalá, o sea, de la tradición sagrada de Israel, ni lo que debe servir como base de vida para toda persona constructora de Shalom.

Pero esto SÍ es Cabalá así como fundamento para la vida de toda persona:

"El que sigue la justicia y la bondad hallará vida, justicia y honra."
(Mishlei / Proverbios 21:21)

"De la misericordia y el derecho cantaré; a ti cantaré salmos, oh Eterno."
(Tehilim / Salmos 101:1).

Sin dejar de recordar el texto sagrado una y otra vez mencionado por nosotros:

"¡Oh hombre, Él te ha declarado lo que es bueno! ¿Qué requiere de ti el Eterno? Solamente hacer justicia, amar misericordia y caminar humildemente con tu Elokim."
(Mijá / Miqueas 6:8).

No son palabras de muchachos simpáticos de internet, ni de estrambóticos personajes sectarios, ni de venerados hombres conocedores de su limitada porción de conocimiento,
sino que son palabras del Eterno a través de los que Él escogió para expresarse, sea por medio de profecía o a través de sacra inspiración.

Bondad y justica.
Hacer el bien, pero apartarse del mal también.

Y constancia saludable, fidelidad con aquello que es merecedor, tal como el pasaje citado de Shemot continúa expresando:

"Aquel día se lo contarás a tu hijo diciendo: ‘Esto se hace con motivo de lo que el Eterno hizo conmigo cuando salí de Egipto.’"
(Shemot / Éxodo 13:8)

Así es como hemos de proceder. Mantener la tradición, no por ritualismo o formalismo, ni porque los demás están mirando y juzgando. Sino seguir las sendas de la tradición por reconocimiento, agradecimiento, porque tiene un valor supremo y que es merecedor nuestro hijo de recibir como regalo para disfrutarlo y traspasarlo a su vez.

Y cuando la gente bien intencionada nos quiera convencer de la teología “new age” tan de moda, incluso entre gente con ropajes que se creen de judío, entonces sonriamos con sincera amabilidad y ofrezcamos la construcción de shalom como reparación a sus vidas dañadas.

Para finalizar, ten presente lo que el Eterno dijo a través de Su profeta:

"¿Acaso el Único no hizo el cuerpo y el espíritu de ella?"
(Malaji / Malaquías 2:15)

No somos solamente espíritu, tampoco solo carne.
Somos seres multidimensionales, por obra del Eterno.
Él no nos dio ninguna de nuestras dimensiones para castigarnos o que nos sea de carga, sino para nuestro provecho y bendición.
Así pues, ve a disfrutar de lo que tienes permitido, goza de la vida, de tu porción; pero aléjate de aquello que te hace peligrar o daña. Sí, también cuídate de aquellos religiosos bien-intencionados que inventan sus sendas, las hacen pasar por antiguamente sagradas, y dejan de lado la verdadera Cabalá.

Todo mi aprecio y deseo de bienestar para ti.

El éxodo mental

El éxodo mental

Pésaj es una celebración netamente judía donde los judíos siguen una serie de mandamientos que les recuerdan la esclavitud en Egipto y su liberación. A través de las plagas enviadas a los egipcios Dios se mostró como desde hacía mucho tiempo no lo hiciera, es más, según dicen los sabios, no habrá tales muestras tan directas de la presencia de Dios sino hasta después de la llegada del Mashíaj, que todo en este mundo se mueve por la energía que Él da y que si no fuera por eso, el mundo no existiría tan siquiera una millonésima de segundo.

Pésaj es un tiempo para recordar para los noájidas, aunque no para celebrar a la manera judía, pero sí para recordar que ese milagro ocurrió para el beneficio de toda la humanidad, ya que toda la humanidad nos hemos visto beneficiados por el servicio de los judíos a Dios. En lo personal, este Pésaj fue muy especial para mí porque me di cuenta que la esclavitud mental ocurre de manera subconsciente y nos acomodamos a una zona de confort y ese confort disminuye el flujo de energía, al disminuir el flujo de energía es como una vena que se obstaculiza de colesterol, porque el flujo que transita es mucho menor en masa pero a mayor presión, por ende, nos volvemos más emocionales y obsesionados pues nos obcecamos por el flujo disminuido de energía y no gozamos de la salud a plenitud.

Una de las razones por las que no vivimos a plenitud es porque no dejamos fluir la energía, nos empozamos, nos estancamos con ideas y no dejamos que el agua fluya. Al reprimirse el flujo de la energía total o parcialmente, no le damos espacio al pensamiento para que vea las cosas por lo que son, cuando el pensamiento trata de hablarnos la mente y el corazón saltan y buscan interrumpir, quizás la buena amiga que te quiere como a un amigo sólo quiere eso y nada más, pero tu flujo restringido de energía no le permite al pensamiento ver las cosas claramente y entonces piensas que ella realmente te ama con amor de pareja y creas castillos mentales que no son ciertos.

O puede ser al revés, podría bien ser que tú solo la veas como una amiga y ella piense que tú estás enamorado de ella porque el resto del mundo lo está, pero el punto subyace, el flujo restringido de energía no les deja a ambos vivir a plenitud. El negocio no funciona no porque la idea no sea buena sino porque tú no le estás dedicando el tiempo necesario. A veces no es cantidad sino también calidad. Pero dejas que al energía negativa fluya en vez que la energía positiva impere. Puede ser que pases atendiendo clientes todo el día y no tomes ni siquiera veinte minutos de tu tiempo para sentarse a meditar.

El monarca se sentaba en el trono para meditar y para ponderar sobre los asuntos del reino y cada uno de nosotros debería de tomar veinte minutos al día y “asentarnos” en nuestra silla para permitirle al pensamiento hablar mientras la mente y el corazón callan. No se trata de meditar al estilo idólatra de negarse los placeres que este mundo tiene, pues este mundo está diseñado para gozar de lo permitido y apartarnos de lo prohibido pero sí es necesario callar la mente y el corazón para poder tener ideas claras.

Entonces Pésaj no sólo es un tiempo de recuerdo y de agradecimiento para el pueblo judío por la liberación de Mizraim (Egipto), sino también para que nosotros, los que hemos sido liberados de las cadenas de la idolatría y de la egolatría agradezcamos a Dios por permitirnos formar parte del grupo de personas que estamos libres y que tenemos un deber de liberar a los demás. Egipto implicaba restricciones, restricción a la libertad, restricción a la felicidad, restricción al flujo de energía, no es de extrañar que todo el que es esclavo está restringido, o sea, vive en un Egipto mental.

Entonces, los judíos recuerdan Pésaj por la liberación, porque se dio un Éxodo, es más, fue tal la premura con la que partieron que no les dio oportunidad de que el pan se levara, entonces comieron pan sin levadura, sin embargo, mientras los judíos pudieron liberarse de las cadenas esclavistas de Egipto, falta otro éxodo aún; el éxodo de todos aquéllos que viven sumidos en la idolatría hacia sí mismos o hacia objetos exteriores, pues muchos insensatos critican y ridiculizan a Israel por ser un pueblo de esclavos, Nietzche por ejemplo, pero no se dan cuenta que esos que critican a Israel lo hacen por la envidia de seguir siendo esclavos. No sé por qué Dios me habrá permitido vivir un Pésaj tan emocionante y revelador, por qué me escogió a mí, un mundano como cualquier otro, para poder ver y vivir lo que he vivido, pero creo que es justo y necesario dar testimonio de ello.

El faraón hizo mofa de Moshé cuando este realizaba los milagros y le decía que los egipcios no se impresionaban con esas cosas porque ellos eran expertos maestros en la magia  y, sin embargo, Dios realizó milagros que ningún hombre en la Tierra podría igualar. Hay irresponsables que toman las artes ocultas y desbalancean al mundo con la manipulación de los elementos en pos de satisfacer sus propios EGO’s y de paso manipulan a las personas, otros son simplemente payasos expertos en el arte de los espejos, pero lo cierto del caso es que la presencia de Dios sí sigue en la Tierra, lo puedo decir porque lo sentí, este Pésaj se dio mi éxodo mental y quedo más convencido aún que no sólo los judíos son el pueblo escogido de Dios sino que nosotros los noájidas tenemos y debemos seguir los Siete Mandamientos.

Dentro de esto está la necesidad de transmitir ese conocimiento, como bien dice un adagio por ahí, las generaciones más viejas transmiten el conocimiento y ayudan a las más jóvenes y ese conocimiento debe fluir tanto como debe fluir nuestra energía todos los días. No nos encasillemos usurpando identidades, no nos estanquemos recordando una y otra vez las cosas malas del pasado o las relaciones amorosas de ayer, tampoco nos obcequemos viviendo en el futuro y dejando el presente de lado, saquemos veinte minutos al día para que nuestro pensamiento nos hable y para que la mente y el corazón callen y aprendan del conocimiento que el pensamiento puede impartir.

Dios está presente en todo, lo que pasa es que nosotros no lo vemos, pero si comenzamos a bajar la velocidad y dejamos que nuestra energía fluya, esa opacidad que no nos permite verle poco a poco va a desaparecer cual vaho que se evapora después de abrir la ventana para que fluya el aire.

Yo por mi parte insto a las personas a que sigan adelante y que sigamos cada uno nuestra senda, unos como judíos y otros como noájidas de manera paralela, tendiéndonos la mano y avanzando juntos hacia la construcción de Shalom. Feliz Pésaj y ¡bendito sea Dios!

Era mesiánica interna

Si nos enseñaran desde la cuna a identificarnos con nuestro Yo Esencial y a vivir en sintonía con él, ¡sería todo muy diferente!
Pero, al ratito de estar en el mundo (e incluso antes) ya se nos imponen etiquetas, nombres, títulos, dogmas, máscaras, elementos que van formando al Yo Vivido y nos van distanciando de nuestro ser espiritual.
Atención: el Yo Vivido no es de por sí contrario u opuesto al Yo Esencial, puede contar con numerosas cualidades que están en armonía y correspondencia con nuestra esencia. Sin embargo, el mundo pretende que se sigan sus dictados, el EGO manipula para silenciar la voz tenue del espíritu, por lo cual los bloques que se apilan y organizan en el Yo Vivido necesariamente forman murallas que aíslan la Luz del espíritu, la enmascaran, la cubren con frases, religiones, creencias, fantasías, deseos, buenas intenciones, ignorancia, superstición, miedos e infinidad de cáscaras opacas.

Sigue enseñándose en los colegios alabanzas a "héroes" de guerras y conquistas, también a competir por glorias huecas y trofeos del EGO, a compartir para obtener beneficios.
Mejor sería ofrecer oportunidades para enseñanzas trascendentes, de vida aquí y en la eternidad.
Priorizar y destacar aprendizajes valiosos en solidaridad, confianza, comunicación auténtica, espiritualidad desprovista de rituales vacíos de contenido, amor, construcción de shalom, fidelidad al Eterno –que no tiene nada que ver con religión-, colaborar con el prójimo, respeto, sentido crítico, a preguntar en lugar de responder mecánicamente, a aprender en vez de memorizar automáticamente, a trabajar en vez de mendigar o decretar (entre otros posibles aprendizajes), entonces, viviríamos en otra realidad, mucho mejor.
Mucho más próximos al Paraíso Terrenal que al caos que nos rodea y nos habita.

Si los padres en vez de "tener" hijos, comprendieran que ayudan a traer hijos a la vida y les acompañaran en el trayecto del crecimiento, estaríamos mucho mejor… ¿no?
Habría personas más saludables, felices, comprensivas, colaborativas, que disfrutan y comparten la bendición que fluye constantemente sobre nosotros.

Pero, el mundo muestra otra cosa, y lo viene haciendo desde Adán y Eva (sino desde antes).
Nos encorsetan en dogmas, nos aferran a etiquetas, nos hacen creer y sentir tal y cual, hasta nos entrenan a sentir o dejar de sentir, se nos encarrila para cargar todo lo que sea necesario para desconocer al espíritu o negarlo.
Entonces, no resulta extraño que adoremos dioses, héroes, próceres, líderes, clérigos, familiares, deportistas… el EGO en diversas manifestaciones externas. En lugar de apreciar al ser en su belleza y simpleza, a nosotros y al prójimo, y al Prójimo celestial, estamos rechazando al ser por quedarnos con la apariencia, con la foto trucada del paisaje para no ver detrás al paisaje en todo su esplendor.
Se nos cosifica, y nos cosificamos para convertirnos en objetos, cosas para otros, cosas para nosotros, bienes de consumo, recursos humanos, “ello” en lugar de “tú”, Yo Vivido que se impone y hace desaparecer al Yo Esencial detrás de cortinas de humo (blanco o negro, da lo mismo).

Al tener esto en claro, podemos comprender la importancia de des-aprender mucho, muchísimo, para de esa forma estar mejor capacitados para aprender.
Des-aprender no implica negar el pasado, borrarlo, hacer de cuenta que no existe, repudiar lo que pensamos o hicimos, censurar la memoria.
Des-aprender es dejar de vivir en piloto automático, sacar al EGO del timón, dejar de tomar las cosas por ciertas, parar de hundirse en la brea del sentimiento de culpa por el pasado o el foso sin fin de la ansiedad por lo que vendrá.
Es un tarea de higiene, o más bien, de reacomodo de la información previa para obtener una conducta y una actitud saludable y eficiente.
Esto que propongo no es un consejo que desde las alturas te comparto, es una sugerencia para mí  al igual que para ti.
Todos tenemos mochilas cargadas, pesadas, llenas de las piedras que desde siempre nos han incorporado y trasladamos como si de tesoros se tratara. Por tanto, tú y yo podemos recorrer el camino de la libertad, hacia la felicidad, hacia el gozo de la bendición que constantemente fluye sobre nosotros.
O podemos justificarnos, dar excusas, inventar teoría, aferrarnos a creencias, seguir en adoración de ídolos, apegarnos a las sectas que nos encarcelan, seguir prisioneros de nuestras celditas mentales.

Cuando iniciamos el camino del des-aprender, de a poco podemos ir descubriendo y haciendo buen uso de ese potencial inmenso que tú y yo tenemos.
Está en nuestro genoma espiritual, es nuestra sagrada conexión con el Eterno, con el todo.
Tenemos un gran poder, desaprovechado, oculto, atrapado detrás de las murallas que ha levantado el EGO.
No es un poder mágico, no haremos milagros, no tendremos al universo trabajando para nosotros, mucho menos al Todopoderoso como siervo; pero es un inmenso poder, que no conocemos, por la sencilla razón que no lo conocemos… nunca nadie nos dejó entrar en contacto con nuestra esencia, adentrarnos a descubrir nuestro Yo Esencial. ¿Recuerdas? Desde el nacimiento o antes ya nos vimos sometidos al EGO, nuestro y de otros, sufrido el trauma de la impotencia. Y nos creemos el cuentito…

Si nos acompañas hace un tiempo, tal vez sepas que en este sagrado hogar vamos dando de a poco pautas para liberar, para construir shalom, para el goce de la felicidad.
Está aquí, disponible para ti. Gratis. Ni te exigimos pagos, ni que te adhieras a una secta, ni que obligatoriamente pasees un libro que muy caro nos compres a nosotros, ni que te conviertas en misionero de nuestras ideas, ni que adores al líder espiritual del hogar, ni que te encierres a meditar en la genialidad del Moré, ni siquiera que nos des un mínimo gracias. Está aquí, lo quieres, te lo llevas. Si lo compartes es mejor que menciones el origen y la fuente. Si lo vives y quieres que otros lo vivan, quizás es bueno que también digas de donde aprendiste. Pero, nadie te persigue para ver que haces o dejas de hacer con el tesoro invaluable de vida y felicidad que te estás llevando ahora mismo de mi caja de los caudales eternos. ¿Quieres contribuir económicamente? ¡Qué bueno, eres un socio realmente! ¿Colaboras con tu presencia y trabajo? ¡Excelente, socio y pico! ¿No haces ni uno ni otro? ¡Bien por ti!
Lo cierto es que aquel que desea y puede va aplicando las enseñanzas de este hogar, obtiene algún resultado positivo visible en lo cotidiano.
Si pareciera que no, es necesario evaluar qué está pasando en su vida. Qué tanto sigue en ilusiones del EGO, cuanto sigue dependiendo de aplausos falaces del afuera, hasta dónde comprende lo que es felicidad y bendición.

¿Te preguntaste alguna vez si no está viviendo ya la era mesiánica?
La redención, la salvación, la era mesiánica está aquí.

Tomemos en cuenta que hay dos eras mesiánicas: la personal y la colectiva. Tal como hay dos exilios: el personal y el colectivo.
Exilio personal: uno vive en el reino del EGO, identificado con el Yo Vivido, ignorando o rechazando al Yo Esencial.
Exilio colectivo: el pueblo judío, como símbolo de la humanidad, está fuera de su tierra patria, sin gobierno autónomo, sin paz con los vecinos, sin la Presencia en el lugar de Su elección.
La era mesiánica, individual o general, son sus contrarios. (Descríbelas si quieres).

Es posible estar personalmente viviendo la era mesiánica aunque se siga en el exilio colectivo.
El despertar de conciencia espiritual, el reconocimiento del Yo Esencial, la liberación del yugo de EGO, la unificación interna y con la creación, la fidelidad sin negociaciones con el Eterno, la concreción de actos de construcción de shalom, es la era mesiánica individual.

Tu trabajo para lograr la redención interna, el diluir el influjo del EGO sobre ti, el andar cada vez más fluidamente por la senda del AMOR, contribuye a que vaya amaneciendo la era mesiánica colectiva.
Debes colaborar con la venida del Mashiaj, y no lo haces en la espera pasiva, sin sentido, desprovista de pasión espiritual, desconectada de la realidad; sino en la tarea activa, concreta, real, verificable de construir shalom.

Entonces, haz lo necesario para cambiar. No quieras cambiar a nadie, sino a ti mismo.
Des-aprende y entonces aprender lo apropiado.
Apártate del mal y haz el bien. Apartarse no es suficiente. Hacer el bien solamente tampoco.
Trabaja por tu redención, pero no de forma egoísta, porque entonces seguirás tan preso y exiliado como siempre. Ayuda al prójimo, se solidario, aporta constantemente en la construcción de shalom interno y externo. Medita, comunícate con el Eterno, repara lo que has dañado, haz el proceso de arrepentimiento para alcanzar la unicidad y el equilibrio. Y todas las otras buenas enseñanzas que compartimos contigo en este hogar.

A pocas horas de que la nación judía celebre nuevamente el Pesaj, tiempo de nuestra libertad, te deseo todo lo mejor, bendición y que puedas disfrutar de ella.

Comprendió, supo, conoció Elokim

Estamos a pocos días para que la nación judía festeje otra vez Pesaj, en el cual se rememora y revive la libertad de los judíos de la esclavitud de Egipto.
Uno de los primeros pasos para la liberación, sino el primero, consideramos que es este:

"Aconteció después de muchos años que el rey de Egipto murió.
Los Hijos de Israel gemían a causa de la esclavitud y clamaron a Elokim, y el clamor de ellos a causa de su esclavitud subió a Elokim.
Elokim oyó el gemido de ellos y se acordó de su pacto con Avraham [Abraham], con Itzjac [Isaac] y con Iaacov [Jacob].
Elokim miró a los Hijos de Israel y Elokim comprendió."
(Shemot / Éxodo 2:23-25)

Muchas enseñanzas podemos extraer del texto, pero me gustaría concentrarme en las dos últimas palabras.
Elokim comprendió, conoció, supo.

De acuerdo a Rashi “les prestó atención a los judíos y no se desentendió de ellos”.
¿Qué cuestiones “teológicas” deja abiertas este comentario?

Por su parte RambaN explica que debe ser entendido en su sentido literal, que hasta ese momento el Eterno había “ocultado su rostro” de ellos, pero que ahora dejó de hacerlo. Es decir, parecía como si Dios no existiera o no pudiera hacer algo, tenía el “rostro oculto”, pero ahora comenzó a operar manifiestamente.  Añade que, siguiendo la estricta justicia los hebreos no se merecían ser redimidos, pero a causa de que elevaron sinceramente sus clamores y gemidos es que el Eterno les procuró desde la misericordia.
¿Qué podemos aprender acerca del sufrimiento y del rezo?

A su vez Ibn Ezra dice que el Eterno miró lo que los egipcios hacían públicamente a los judíos, al tiempo que comprendió lo que les hacían en privado.
¿En qué se concentra este sabio a la hora de comentar el verso?

Seforno dice que Él conoció las lastimaduras de sus corazones y que sus rezos y gritos eran sinceros.
¿Cómo se puede generalizar este comentario a cualquier otra situación?

El Or haJaim comenta en esta ocasión haciendo uso de una palabra extranjera, textualmente menciona que: “se apiadó”.
¿Cómo vinculas el conocer o comprender íntimamente, profundamente, con la misericordia y la piedad?

En el Midrash se nos cuenta que el Eterno los redimió a causa de cinco factores:

  • su sufrimiento,
  • su arrepentimiento,
  • el mérito de sus antepasados,
  • la misericordia de Hashem,
  • el arribo del tiempo destinado.

¿Alguno de estos parece entrar en contradicción con los comentarios previamente citados?

Todos estas explicaciones que mencionamos, que por supuesto no son las únicas existentes o posibles, ¿tienen algo en común?
¿Se complementan de alguna forma?
¿Se contraponen?
¿Aportan a la comprensión del pasaje y de la historia ocurrida?
¿Tenemos más claro qué fue lo que el Eterno comprendió/conoció/supo en aquel momento?
¿Nos brinda alguna enseñanza práctica para mejorar nuestra vida e incentivarnos en la construcción del Shalom?

Ahora, si dejamos de querer descubrir los modos misteriosos en que opera Dios y nos enfocamos en el hombre, en tú, en el prójimo, en mí, ¿qué te parece que nos quiere enseñar la Torá con estas dos palabras?

Interesante es notar que estas dos palabras aparecen en otro sitio de la Torá, en boca de un amigo poco recomendable, el serpiente, cuando le dice a la mujer:

"Es que Elokim sabe que el día que comáis de él, vuestros ojos serán abiertos, y seréis como Elokim, conocedores del bien y mal."
(Bereshit / Génesis 3:5)

Con este nuevo dato, ¿puedes elaborar alguna nueva idea que te fortalezca en tu camino de bondad y justicia y lealtad?
Por si no advertiste, el verbo saber/conocer/comprender está usado dos veces en este párrafo en relación al Eterno. ¿Será casualidad? ¿Tenemos algo para descubrir allí?

Se viene Pesaj, tiempo de la libertad, y por eso te ayudo con unas modestas preguntas, con el propósito de liberarnos, de quebrar el yugo del Faraón (EGO) y salir de nuestro Egipto personal (celditas mentales).

Fiesta de las preguntas

Desde hace milenios Pesaj recibe también el apelativo de “tiempo de nuestra libertad”.
Presta mucha atención que es el “tiempo” y no la “fiesta”. Date cuenta que es “de NUESTRA libertad”, no la de los antepasados, o la de la libertad como un concepto teórico despegado de lo cotidiano.
Es “tiempo de nuestra libertad”.

La sabiduría escogió que así fuera llamado este período. En buena medida, supongo que porque rememora pero además revive y actualiza cada año el proceso de la liberación del pueblo judío a su salida de Egipto. Es un tiempo que vuelve, año tras año, no solamente con tradiciones y relatos antiguos, sino con un ajuste a la realidad actual, una inserción para nuestra vida, una práctica más que una teoría. Es tiempo de libertad para nosotros, no solamente para los antepasados judíos que fueron tomados de Egipto y trasportados a la redención.
Tiempo para que te des cuenta de lo esclavo que eres y así puedas hacer lo que está en tu dominio para ser libre.
Porque… eres esclavo, ¿no?

También se pregona desde antaño que cada judío debiera verse a sí mismo como redimido de Egipto, como forma de valorar la libertad, la vida y las bondades que a diario hace el Eterno para con nosotros.
Incluso en situaciones terribles y extremas, como en campos de concentración y exterminio para los judíos era su tiempo de la libertad. Sí, estaban prisioneros, eran martirizados espantosamente hasta la muerte cruel, imposibilitados incluso de hasta poseer nombre propio, pero igualmente debían agradecer por ser libres… ¿o no?

Escuché que se le llama también fiesta de las preguntas. Algunos, con la inocencia pira de niños, explican que es porque existen las cuatro preguntas, aquellas compiladas en el “má nishtaná” de la hagadá a su vez expresadas por los sabios del Talmud. Preguntas que nos remontan a unos 1800 años atrás, a una época en la cual los judíos estaban en estado lamentable, Judea bajo el oprobio del imperio romano, la libertad extremadamente limitada y sin embargo el judaísmo mutaba para seguir existiendo. Mutaba para seguir siendo el mismo. Cambiaba sin perder la identidad. Porque así como el individuo es Yo Esencial, Yo Auténtico y Yo Vivido, también el colectivo tiene ciertos rasgos similares (no precisamente iguales, similares). La esencia se mantiene invariable, la autenticidad varía de acuerdo a parámetros delimitados en tanto que lo vivido son los ropajes y máscaras que se asumen.
Como sea, fiesta de las preguntas… porque, tú también sabes preguntar, ¿no?

Si hilamos un poquito más fino nos damos cuenta que por ser “el tiempo de nuestra libertad” necesariamente debe ser la “fiesta de las preguntas”.
¿Por qué?
Se supone que la persona libre pregunta.
El esclavo está sometido, obedece, acata, se calla, se impone el silencio so pena de sufrir o morir.
Pero la persona libre puede preguntar, cuestionar, dudar, argumentar, para de esa forma aprender, conocer, saber y escoger con propiedad.
Algunos esclavos-emisarios del EGO te dirán, te exigirán, te inculcarán que el “fiel de Dios” (del dios que sea, laico o religioso, o hasta incluso los que dicen hablar en nombre del Uno y Único) no pregunta, aborrece las preguntas, se aparta de “la duda”, que la duda es “Amalec” el enemigo (y lo dejan así, sin explicación racional y coherente), que no consultes más allá de cuestiones rituales, que solamente indagues para ajustar más el lazo entorno a tu cuello. Cállate o te irás al infierno. Pero aprende de memoria y repite sin parar los lemas que ellos consideran sagrados, te obligan a que seas un androide replicante, no de los que replican (argumentan o critican con altura) sino de los que viven una vida de falsedad, siendo copias (replicas) de otros, cáscaras, ovejas de pastores, atados a sus líderes y dogmas religiosos, disfrazados de santos pero en desconexión con su esencia sagrada.
Porque el esclavo no pregunta, solo tiene fe y por ello sabe… ¿o no?

Al EGO no le gustan las preguntas verdaderas, que pueden liberar.
El EGO medra en la impotencia, por tanto, nada que te haga sentir tu poder está en sus planes (a no ser que el sentimiento de poder sea un tobogán hacia el fracaso y la impotencia).
El EGO exige sumisión, silencio, negación de dudas, pensamiento ausente, pasión, fe, ceguera, dogmas, proclama de lemas, aburrir, repetir, expulsar la crítica, sepultar la oposición.
El EGO trabaja con y desde la  impotencia.
La ignorancia es una manifestación más del no-poder.
El EGO se divierte con afirmaciones entre signos de interrogación, distrae con preguntas superficiales, decreta, homogeniza, destierra. Aplaude las agresiones y supuestas críticas que se expresan como falsas preguntas.

El EGO

  • grita,
  • insulta,
  • se hace el ofendido,
  • pide perdón pero vuelve a lo mismo,
  • difama,
  • miente,
  • ensucia,
  • golpea,
  • se impone como santo y salvador,
  • amenaza,
  • presiona,
  • agrede,
  • enturbia,
  • confunde,
  • destruye sin fin constructivo,
  • rompe,
  • desliga,
  • desconecta,
  • se victimiza,
  • se queja,
  • reclama,
  • demanda,
  • exige,
  • juzga sin juicio,
  • desprecia,
  • se apasiona,
  • se burla,
  • roba,
  • asesina,
  • es infiel,
  • lastima,
  • obstaculiza el bien,
  • distribuye maldición,
  • murmura,
  • intoxica,
  • obliga,
  • es religioso,
  • es seductor,
  • es tirano,
  • justifica,
  • declara la guerra,
  • atenta,
  • hostiga,
  • usurpa,
  • manipula,
  • es indiferente,
  • hace sentir culpas,
  • enoja,
  • angustia,
  • desespera,
  • da huecas esperanzas,
  • demanda fe,
  • enceguece,
  • desea,
  • se aferra,
  • teme la duda válida y genuina,
  • inventa mitos,
  • habla de Dios,
  • habla en lugar de Dios y no vive de acuerdo a Su Ley,
  • ofende,
  • ahoga en ira,
  • elabora ritos,
  • añade prohibiciones cargosas,
  • esclaviza al amo y al siervo por igual.

Con este panorama, ¡difícil que al EGO le agraden las preguntas verdaderas!
Las preguntas sinceras y con sentido llevan a pensar, a manejarse con un alcance de multidimensionalidad, a romper lazos que enferman.
Es claro, al EGO no le agradan las preguntas y las trata de evitar por medio de cualquier subterfugio.

Por ello, el libre pregunta en verdad y espera obtener respuestas verdaderas, o que se acercan a ella.
Los debates son para que aflore la Luz, no para demostrar quien tiene la razón.
La crítica es para limar los escollos y fluya el conocimiento y el bienestar, no para demoler o alzarse como triunfador.
El libre, si no obtiene respuestas, igualmente está satisfecho porque el ejercicio de su libertad está en el preguntar.

Sí, también los que estaban esclavos en campos de muerte nazis, también ellos podían ser relativamente libres. Si no dejaban doblegar sus almas, si no se dirigían a la muerte en silencio y sin desafiar a Dios, al orden, al mundo, a sus asesinos con sus preguntas valiosas. En su desafío, en su mirada reclamante al cielo, en su oración dolorosa, en su rebelión silenciosa, allí estaba su libertad.

Para terminar este encuentro te dejo un ejercicio, si quieres hacerlo, ¡qué bueno! Si quieres compartir lo que opinas, ¡mucho mejor!
Te cito un pasaje de la Torá, tiempo después de la salida de Egipto y de la posterior entrega de la Torá.
El pueblo judío, acompañado por el populacho gentil que huyó junto con ellos, estaban en el desierto, conducidos directamente por el Eterno. Eran sostenidos y alimentados. Cuidados, como una madre cuida a su hijo.
Entonces:

"…el populacho que había entre ellos se dejó llevar por la gula.
Y también los Hijos de Israel volvieron a llorar diciendo: -¡Quién nos diera de comer carne!
Nos acordamos del pescado que comíamos gratis en Egipto, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos.
Pero ahora nuestro apetito se reseca, ya que no hay ante nuestros ojos más que el Man [Maná]."
(Bemidbar / Números 11:4-6)

  1. Identifica por favor la actividad del EGO.
  2. ¿Cuáles herramientas usa?
  3. ¿Qué busca?
  4. ¿Qué genera?
  5. ¿Son libres?
  6. Si son esclavos, ¿de qué están esclavos?
  7. ¿Cómo podrían liberarse?
  8. ¿Cómo es posible que sea Dios el que se encarga de su liberación, con milagros y hechos maravillosos incluidos, pero igual ellos siguen sometidos a esclavitud?
  9. Aplica lo que ves en este ejercicio a tu propia condición actual de vida.
  10. Comenta, si quieres.

Hasta luego, que seas bendito y de bendición… y feliz fiesta de Pesaj, feliz tiempo de tu libertad.

Se acerca el tiempo de la libertad (PESAJ)

El Yo Vivido se forma a partir de las experiencias, de nuestras relaciones, de nuestros sentimientos enrollándose con “la realidad”, de lo que vamos haciendo y dejando de hacer.
Cambia, se le suman capas, engorda, se llena de grasa, se complejiza, de acuerdo a las máscaras que vamos incorporando y luego asumiendo como identidades.
Luego, con el correr de los años y el engrosamiento del Yo Vivido, seguramente va inmovilizándose, petrificándose, haciéndose más y más rígido e inflexible. Pareciera haberse convertido en la “personalidad” de la persona, en su “yo”.
Como que pierde el rastro al hogar sagrado, a la propia neshamá –espíritu-, a la esencia pura divina del ser. Allí queda, en el fondo, intacta, intachable, luminosa, en conexión con el Eterno, pero apenas tomada en cuenta por el resto de la organización personal.
La que debiera ser capitana y rostro, es una presencia solapada, como ausente.
La persona depende del aplauso externo en vez de valorar la tibia voz que lo arrulla desde su profundidad. Escoge por los clamores de pastores mentirosos, farsantes, engañadores, piratas de la fe, en lugar de refugiarse y prosperar en el abrazo de su espiritualidad sagrada.
Se desespera por recibir muestras de amor, atención, respeto, honores, coronas, gratitud, regalos, gestos que le indiquen que tiene algún poder.
En su ansia hasta le satisface la crítica nefasta, el golpe, la vejación, el insulto, la humillación, el ser manipulado, el negarse, el desvanecimiento, la violencia, con tal de recibir una demostración de existir.
La mayor bendición no está fuera, ni en lo pasajero, sino en la conexión con uno mismo, en sintonizar y armonizar sus planos de existencia, en vivir de acuerdo al AMOR, conectado al prójimo y así con el Eterno. Cuando se comprende que no es la senda del EGO la que lleva a la felicidad, a la plenitud, al goce del momento y de la eternidad, y porque se comprende se actúa en consonancia, entonces quedan de lado las manipulaciones y vicisitudes, se vive el presente en eternidad y paz. Se actúa a cada momento con bondad Y justicia, con ambas, siendo leales a la neshamá, porque así uno es leal a sí mismo y a Dios.
No es necesario misticismos, ni seguir a líderes religiosos, ni congregarse con otros “fieles”, ni andar predicando “palabras” entre los “infieles”, ni estudiando textos enrevesados, o aprender palabras en otros idiomas, ni vivir de poses. Nada de ello es AMOR, ni esencia,  ni conexión con Dios. Todo ello máscaras, EGO, vanidad de vanidades, pero que en su ceguera el hombre considera monumentales e indispensables.
El EGO retiene, inmoviliza, infantiliza, provoca cambios que no son más que espejismos para mantener a la persona en siniestra esclavitud.
Hay tiempo para cada cosa, tiempo para crecer también, para dejar la dependencia del EGO, para asumir la senda del AMOR. AMOR, que no es un sentimiento, sino un accionar en la vida concreta, una ocupación asertiva para lograr el bienestar del prójimo sin esperar nada a cambio, y sin dañarse a uno o a otros en esa tarea. El EGO no permite el amor, se opone, se disfraza del mismo, se hace pasar por libertad cuando es esclavitud, se disfraza de espiritualidad cuando no es más que religión, se presenta como frase profunda y no es más que un cliché melindroso. El EGO retiene, atrapa, pone cadenas y la persona no crece. Quien no crece, empantana a los que están a su lado. El EGO se expande, o reverbera en los demás. El ambiente se llena de ansiedad, frustración, ira, maltrato, hastío, reproches, culpas, todo lo que estorba al AMOR.
El EGO es la senda de la infelicidad, del nunca estar satisfecho, de vivir deseando y aferrándose, de negar la vida con la excusa de sobrevivir.
El AMOR es la senda de la felicidad, de compartir, de soltar, de dar espacio, de ayudar a madurar, de acompañar, de servir, de agradecer, de recibir sin penas ni reproches.
El EGO es esclavitud, el AMOR es libertad.
Pero el EGO no deja ver las cosas con un cristal puro, sino que lo enturbia con pasiones, falsas ideas, creencias, doctrinas, dogmas, miedos, amenazas, impotencia. Se está a la espera del aplauso de afuera, de la confirmación de que uno vale y puede, de que uno tiene poder. Esclavitud, pesar, muerte en vida.
Y se puede cruzar el puente, para vivir a la Luz del AMOR, pero no se hace. Están las mil excusas, todas inteligentes, comprensibles, admisibles, pero solo excusas para cambiar sin cambiar, para quedarse sin estar. EGO.

¿Estoy yo libre del EGO?
Es una pregunta que tú te puedes hacer a diario, como yo me la hago.
La respuesta es… no, pero trato de trabajar en ser más libre, en vivir más a la Luz del AMOR.
No es fácil, no es simple, no es una senda de solo subidas, no se está en “buena onda” todo el tiempo… el EGO sigue presente, tal como la neshamá lo está. Sin embargo, entre estas dos presencias constantes hay grandes diferencias, te menciono un par. La neshamá es eterna, estuvo, está y estará más allá de nuestro estado mundano. La neshamá es intachable, incambiable, no recibe daños ni imperfecciones. La neshamá es nuestro ser esencial, el EGO un disfraz.

Construye tu mundo, concéntrate en hacer tu parte, controla lo que tienes bajo tu dominio, sintoniza tus dimensiones, pide ayuda, da una mano, sé constructor de shalom.
El aplauso vendrá por sí solo, o tal vez no. La atención que recibirás será elocuente, o tal vez no. Los beneficios materiales serán inmensos, o tal vez no. Sea así o asá vivirás siendo bendito y de bendición.

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Shabat y Sucot 5773

A cada uno de los siete días de la festividad de Sucot le corresponde una pequeña lectura de la Torá en particular. 
Fueron escogidas del capítulo 29 de Bemidbar/Números y describen las ofrendas diarias prescritas por el Eterno para consagrar esta festividad. 
En Shabat, además se añade la porción en Shemot/Éxodo 33:12 a 34:26, en la que se tratan diversos temas, de los cuales se destaca la mención a las tres fiestas de la peregrinación (Shalosh Regalim: Pesaj, Shavuot y Sucot).

Asomando entre la descripción de estas festividades encontramos el siguiente pasaje relativo al Shabat:

"Seis días trabajarás, pero en el séptimo día te abstendrás (de labor). Aún en el tiempo de la siembra y de la siega te abstendrás (de labor)."
(Shemot / Éxodo 34:21)

¿Para qué son mencionadas especialmente las tareas de siembra y siega?
¿No era suficiente con decir “seis días trabajarás y al séptimo no lo harás”? ¿Qué necesidad de especificar el no realizar labor de la siega y de la cosecha? ¿Acaso las tareas agrícolas no son también trabajo y/o labor creativa como las otras prohibidas de realizarse en el día de Shabat?
¿Hay algo en especial en estas actividades que precisan ser resaltadas por sobre el resto de las posibles?
Como no hay casualidades ni palabras superfluas en la Torá, podemos captar que existen motivos de peso, enseñanzas valiosas que trataremos de descubrir ahora. Ésta es una de las virtudes de la Torá y del judaísmo, ambas nos impelen a estudiar, a analizar, a no tomar las cosas por fe y sin cuestionamientos, sino que nos invitan a que descubramos lo que está oculto en aquello que está a la vista.

Explica el sabio Najmánides (RaMBaN) que siembra y siega son labores esenciales para la vida humana, sin ellas es impensable obtener organizadamente el sustento de la tierra, y sin embargo tampoco han de hacerse en Shabat. No valen las excusas y justificaciones del hombre cuando el mandato del Eterno es explícito y claro. Seis días son para trabajar, para hacer toda la obra que es necesaria, para conquistar, para crear, para modificar, para creernos tan poderosos como para ser los amos del mundo que habitamos; pero llegado el día séptimo, cuando es Shabat, el hombre (judío) debe reposar de todo intento por demostrar su dominio sobre la naturaleza. Debe aprender a convivir en armonía con el entorno, en contemplación y aprecio, en respeto y humildad, y no en actitud de posesión, de supuesta propiedad. Porque Dios es el Señor del Shabat, tal como es el Señor de todo el universo, y Él ha establecido que cesemos (los judíos) de laborar en ese día santo. Tengamos en cuenta que de las labores agrícolas el sembrar y cosechar son el principio y el fin, lo que da sentido primero y último a toda el duro trabajo en el campo. Pero tampoco esta importancia es excusa admisible para cancelar el Shabat. Que las nobles e importantes tareas se realicen antes o después, pero no en Shabat. Solamente el riesgo de vida es justificativo para quebrar este mandato, asegura la ley judía.

Aprendemos así que el hombre tiene permiso para tomarse con calma el tiempo de relax del Shabat. Que el hombre abandone la pretensión de dominar, de obligarse a estar a cargo de todo, que cese su ilusión de poder total. Tal es uno de los motivos que sostiene esta idea de no laborar en Shabat. Podemos comprender que no tiene porque controlar todo, estar atento a todo, pretender manejar todo. Cuando aprende a controlar solamente aquello que puede controlar, a hacer lo que está en su capacidad y posibilidad hacer, es que está en real posesión de dominio y fortaleza. Pero muchas veces el hombre se pone en situaciones extremas, se agita, se angustia, se desespera por ejercer el control allí en donde no lo tiene, y por ello fracasa, y se duele y se esfuerza inútilmente aún más.
El comprender nuestro lugar, nuestro real poder y nuestros límites, es importante para mantener un estado de salud integral, de bienestar. Es una enseñanza que emana directamente de las prohibiciones de ejercer actos creativos, acciones de posesión artificial sobre la naturaleza, en el santo día del Shabat y en los iamim tovim (días sagrados). Cuando el hombre aprende que el mundo sigue girando aunque él no esté a cargo, que no tiene la obligación de estar pendiente de cada detalles y de todo al mismo tiempo, es que comienza a tomar conciencia de su verdadero poder, que es inmenso, pero limitado.

Además, esta prohibición ordenada por el Eterno, sirve para incorporar la idea de que la obtención de trofeos y logros materiales no lo es todo, ya que por encima de esto se encuentra el valor espiritual de las cosas. Si para alcanzar el éxito se recurre a acciones negativas, a actos prohibidos por la ley, a cuestiones contrarias a la ética, de poco y nada vale el éxito, ya que es un trofeo falso, una apariencia de triunfo. En el judaísmo sabemos que el fin NO justifica los medios, y que NO vale todo para alcanzar las metas propias o grupales. Más bien, la meta es el camino que se va transitando, los pasos que se van dando, lo que contribuye a la construcción de un mundo de mayor bienestar compartido con el prójimo. Si llegamos a obtener la medalla de oro, qué bueno, si es merecida y ha sido con honor y salud. Pero si no la alcanzamos, pero hicimos nuestra tarea con dignidad y honestidad, dando lo mejor, igualmente hemos salido victoriosos. Quizás no en la evaluación materialista y parcial, pero sí en la perspectiva espiritual.

Estas sencillas ideas que surgen de la interpretación de este versículo sin dudas ponen de manifiesto la frecuente enseñanza de la Sucá: “Las endebles chozas, de precaria construcción, jamás hubieran proporcionado protección el desierto salvaje, a menos de que los judíos contaran con el brazo protector del Eterno” (Sefer HaJinuj 286; TB Sucá 11b).
Siendo así, hasta la más humilde Sucá vale más que la más impresionante mansión.

¿Comprendes como esta frase acerca de la Sucá se vincula con la enseñanza que mencionamos del Shabat?
¿Puedes dar ejemplos en tu vida cotidiana de cómo a veces quieres controlar lo que está fuera de tu alcance?
¿Cuál suponías que era el motivo por el cual Dios prohibió realizar labores creativas en Shabat?

Quiera el Eterno que sepamos tomarnos el tiempo para la contemplación, para así hacer posible el tiempo de la construcción de un mundo de mayor bienestar para todos.

Shabat Shalom y Jag Sameaj.

Moré Yehuda Ribco

Pesaj: Salvando una generación

Leia un comentario del amigo ‘curioso1’ en el que decía, palabras más, palabras menos, que los hijos que crecen en el seno de un hogar seudo judío (mesianico, netzarita, ebionita, etc), creerán que parte de su pasado está ligado al pueblo judío.

Pensando al respecto cómo seria esto vino a mi mente la imagen de un adulto que perdió a sus padres, que comienza a sentir curiosidad por su pasado, y revuelve un poco las cosas, pregunta, indaga, etc, da con algo de carácter propiamente judío, por ejemplo: un sidur, una kipa, un talit, un mezuza, etc… O quizás consiga algo que a sus ojos pueda parecer judío: una foto de papá, mamá y él celebrando lo que él cree es un Shabat, un video en el que se muestra a personas festejando lo que él cree es una fiesta judía, etc.

Este adulto se inquieta y profundiza su investigación, comienza a ver ciertas similitudes entre su pasado y las prácticas judias actuales…

Se pregunta por qué sus padres rompieron con «su» tradición judía… Se responde que quizás el antisemitismo los llevó a esto.

Quizás este adulto descubra que sus padres creían en alguien llamado Jesús, Yeshua, Yahoshua, Yoshua… y que quizás esa fue la razón que llevó a sus padres a ocultar su «verdadera identidad» ya que los judíos no creen que éste sea el Mesias.

Para ese momento se habrá trastocado su identidad, no sabrá quién es, sentirá que ha «perdido» su vida, querrá «retomar» su pasado, irá a donde un rabino para mostrarle las imágenes, éste le pedirá documentos para comprobar su judaicidad por vía materna, pero no los tendrá ya que nunca existieron, debido a que los seudo judíos carecen completamente de un aval legal que certifique alguna relación con el judaísmo.

Al ver que le «cierran» las puertas, comenzará a buscar más gente que comparte su pasado. Escribirá en Google: «judíos yeshua», y encontrará N cantidad de enlaces que lo llevan a lo que él cree es su verdadera identidad.

Así terminará repitiendo el error que cometieran sus padres, y que posiblemente estos hayan querido corregir al ocultarle parte de su pasado, tal vez por vergüenza, o quién sabe qué.

Aprovechemos este tiempo en que el Pueblo Judío celebra Pesaj para colocar el pasado en su lugar. De ser necesario contemos a nuestros hijos, si queremos y podemos, que una vez cometimos el error de asumir una identidad que no nos correspondía (no necesariamente la religiosa, recordemos que el EGO tiene mil y un caretas), pero que un día entendimos que eso no era correcto y decidimos corregir y ser quienes realmente somos.

Más que perder el respeto de ellos, lo ganaremos. Además, tendremos la tranquilidad que dentro de unos años, no importa qué cosa de nuestro pasado descubran, ellos seguirán siendo noajidas puros.

Link Recomendado: «Tikun Olam»  http://serjudio.com/dnoam/rap137.htm

 

Pesaj, tu elemento

En breve el pueblo hebreo celebrará su independencia, la Salida de Egipto, su paso de la esclavitud a la libertad. Transmitirán a las nuevas generaciones el mensaje de redención implicito en lo que ellos llaman Seder de Pesaj, una ceremonia que pertenece únicamente a ellos por disposición Divina.

Dentro de esta ceremonia recordatoria harán memoria, a través de ciertos elementos, de aquel momento en que todo un pueblo pasó de ser esclavo a libre, con el fin de resguardar sus orígenes, sabiendo que en otrora su voluntad estaba sujeta al capricho del Faraón, pero que un dia esto cambió y el Creador los rescató para entregarles Su Torá, Su voluntad expresa, lo que debian hacer ahora que eran libres.

Cuenta una historia que una vez un rey tenia un primer ministro al que habia confiado la administración de su reino. Este primer ministro tenia por costumbre entrar todos los dias a una habitación por unos minutos y luego salia. La gente ignoraba qué habia alli, pero la curiosidad los llevó a preguntarle al primer ministro qué ocultaba.

El primer ministro los llevó a la habitación y les mostró qué habia alli. Quedaron sorprendidos al ver una chaqueta de cuero y una flauta. El dijo: Antes de ser primer ministro, yo era un pastor de ovejas, y cuando las apacentaba acostumbraba a tocar la flauta. Todos los dias entro a esta habitación para acordarme de mis origenes, para saber de dónde vengo, dónde estuve, dónde comencé».

Ahora que viene la fiesta de Pesaj nosotros los noajidas no tenemos participación directa sobre algun ritual en el que algun elemento nos recuerde que hayamos sido sacados del Egipto físico, pero sí existe ciertos recuerdos de que un dia estuvimos esclavos en algun Egipto, la más común quizás sea alguna religión, quizás para otros sea una situación crítica, o algun otro momento que marcó cambio en nuestras vidas al sabernos noajidas y comenzar a vivir de manera consciente nuestra identidad espiritual.

Aprovechemos este tiempo de Pesaj para acordarnos de aquello que un dia nos esclavizó, no hay nada de malo en hacerlo, todo lo contrario, siempre es bueno recordar de dónde venimos, de dónde Su mano nos sacó. Pero tambien tomemos consciencia de lo que implica ser libres y al mismo tiempo vivir bajo los Siete Mandamientos que definen nuestra espiritualidad, nuestra vida.

Recordemos que al EGO le gusta que olvidemos nuestro pasado. Pero acordarnos de cómo estabamos antes y cómo estamos ahora es una buen ejercicio para crecer espiritualmente.

Feliz Pesaj para todos y todas.

Se aproxima Pesaj

El hermano pueblo judío celebrará nuevamente su fiesta de Pesaj, tiempo de libertad.

Es bueno que repases el material que tenemos horneado y sabroso para ti en nuestro HOGAR FULVIDA al respecto.

Se abre haciendo clic aquí.

Si bien es una festividad judía, tiene mucho de bueno para aportar a la identidad noájica.

Hagamos lo posible por compartirlo, por difundirlo para construir Shalom.

Que pases el más bello día.