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Resp. 1091–Sábado de noájidas

Saludos!
Mi Nombre es Jorge Rodriguez, estoy retirado y le escribo desde New Jersey, en los Estados Unidos.
Mi pregunta es la siguiente: Se de origen Puertorriqueno. Tengo dos preguntas en una: Se observo el shabbat desde Adam hasta el Sinai? Estamos nosotros, los no judios, obligados a guardar el shabbat? Gracias por anticipado por sus respuestas.

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Shabat y Sucot 5773

A cada uno de los siete días de la festividad de Sucot le corresponde una pequeña lectura de la Torá en particular. 
Fueron escogidas del capítulo 29 de Bemidbar/Números y describen las ofrendas diarias prescritas por el Eterno para consagrar esta festividad. 
En Shabat, además se añade la porción en Shemot/Éxodo 33:12 a 34:26, en la que se tratan diversos temas, de los cuales se destaca la mención a las tres fiestas de la peregrinación (Shalosh Regalim: Pesaj, Shavuot y Sucot).

Asomando entre la descripción de estas festividades encontramos el siguiente pasaje relativo al Shabat:

"Seis días trabajarás, pero en el séptimo día te abstendrás (de labor). Aún en el tiempo de la siembra y de la siega te abstendrás (de labor)."
(Shemot / Éxodo 34:21)

¿Para qué son mencionadas especialmente las tareas de siembra y siega?
¿No era suficiente con decir “seis días trabajarás y al séptimo no lo harás”? ¿Qué necesidad de especificar el no realizar labor de la siega y de la cosecha? ¿Acaso las tareas agrícolas no son también trabajo y/o labor creativa como las otras prohibidas de realizarse en el día de Shabat?
¿Hay algo en especial en estas actividades que precisan ser resaltadas por sobre el resto de las posibles?
Como no hay casualidades ni palabras superfluas en la Torá, podemos captar que existen motivos de peso, enseñanzas valiosas que trataremos de descubrir ahora. Ésta es una de las virtudes de la Torá y del judaísmo, ambas nos impelen a estudiar, a analizar, a no tomar las cosas por fe y sin cuestionamientos, sino que nos invitan a que descubramos lo que está oculto en aquello que está a la vista.

Explica el sabio Najmánides (RaMBaN) que siembra y siega son labores esenciales para la vida humana, sin ellas es impensable obtener organizadamente el sustento de la tierra, y sin embargo tampoco han de hacerse en Shabat. No valen las excusas y justificaciones del hombre cuando el mandato del Eterno es explícito y claro. Seis días son para trabajar, para hacer toda la obra que es necesaria, para conquistar, para crear, para modificar, para creernos tan poderosos como para ser los amos del mundo que habitamos; pero llegado el día séptimo, cuando es Shabat, el hombre (judío) debe reposar de todo intento por demostrar su dominio sobre la naturaleza. Debe aprender a convivir en armonía con el entorno, en contemplación y aprecio, en respeto y humildad, y no en actitud de posesión, de supuesta propiedad. Porque Dios es el Señor del Shabat, tal como es el Señor de todo el universo, y Él ha establecido que cesemos (los judíos) de laborar en ese día santo. Tengamos en cuenta que de las labores agrícolas el sembrar y cosechar son el principio y el fin, lo que da sentido primero y último a toda el duro trabajo en el campo. Pero tampoco esta importancia es excusa admisible para cancelar el Shabat. Que las nobles e importantes tareas se realicen antes o después, pero no en Shabat. Solamente el riesgo de vida es justificativo para quebrar este mandato, asegura la ley judía.

Aprendemos así que el hombre tiene permiso para tomarse con calma el tiempo de relax del Shabat. Que el hombre abandone la pretensión de dominar, de obligarse a estar a cargo de todo, que cese su ilusión de poder total. Tal es uno de los motivos que sostiene esta idea de no laborar en Shabat. Podemos comprender que no tiene porque controlar todo, estar atento a todo, pretender manejar todo. Cuando aprende a controlar solamente aquello que puede controlar, a hacer lo que está en su capacidad y posibilidad hacer, es que está en real posesión de dominio y fortaleza. Pero muchas veces el hombre se pone en situaciones extremas, se agita, se angustia, se desespera por ejercer el control allí en donde no lo tiene, y por ello fracasa, y se duele y se esfuerza inútilmente aún más.
El comprender nuestro lugar, nuestro real poder y nuestros límites, es importante para mantener un estado de salud integral, de bienestar. Es una enseñanza que emana directamente de las prohibiciones de ejercer actos creativos, acciones de posesión artificial sobre la naturaleza, en el santo día del Shabat y en los iamim tovim (días sagrados). Cuando el hombre aprende que el mundo sigue girando aunque él no esté a cargo, que no tiene la obligación de estar pendiente de cada detalles y de todo al mismo tiempo, es que comienza a tomar conciencia de su verdadero poder, que es inmenso, pero limitado.

Además, esta prohibición ordenada por el Eterno, sirve para incorporar la idea de que la obtención de trofeos y logros materiales no lo es todo, ya que por encima de esto se encuentra el valor espiritual de las cosas. Si para alcanzar el éxito se recurre a acciones negativas, a actos prohibidos por la ley, a cuestiones contrarias a la ética, de poco y nada vale el éxito, ya que es un trofeo falso, una apariencia de triunfo. En el judaísmo sabemos que el fin NO justifica los medios, y que NO vale todo para alcanzar las metas propias o grupales. Más bien, la meta es el camino que se va transitando, los pasos que se van dando, lo que contribuye a la construcción de un mundo de mayor bienestar compartido con el prójimo. Si llegamos a obtener la medalla de oro, qué bueno, si es merecida y ha sido con honor y salud. Pero si no la alcanzamos, pero hicimos nuestra tarea con dignidad y honestidad, dando lo mejor, igualmente hemos salido victoriosos. Quizás no en la evaluación materialista y parcial, pero sí en la perspectiva espiritual.

Estas sencillas ideas que surgen de la interpretación de este versículo sin dudas ponen de manifiesto la frecuente enseñanza de la Sucá: “Las endebles chozas, de precaria construcción, jamás hubieran proporcionado protección el desierto salvaje, a menos de que los judíos contaran con el brazo protector del Eterno” (Sefer HaJinuj 286; TB Sucá 11b).
Siendo así, hasta la más humilde Sucá vale más que la más impresionante mansión.

¿Comprendes como esta frase acerca de la Sucá se vincula con la enseñanza que mencionamos del Shabat?
¿Puedes dar ejemplos en tu vida cotidiana de cómo a veces quieres controlar lo que está fuera de tu alcance?
¿Cuál suponías que era el motivo por el cual Dios prohibió realizar labores creativas en Shabat?

Quiera el Eterno que sepamos tomarnos el tiempo para la contemplación, para así hacer posible el tiempo de la construcción de un mundo de mayor bienestar para todos.

Shabat Shalom y Jag Sameaj.

Moré Yehuda Ribco

Algo rico para Feliz Séptimo

     Hola familia, espero esten haciendo sus preparativos para Feliz Séptimo y Shabbat respectivamente.    uds podran pensar que luego de la super cena especial, no hay campo para mas, pero siempre hay espacio para este rico y super sencillo  postre

Fresas o frutillas con crema

que les dije?, es sencillo

 

Ingredientes:

· Crema para batir  2tazas

· Azucar 150 gr

· Fresas o frutillas 500gr

como es tan sencillo voy a darles truquitos para asegurarnos que la crema salga bien

1º  Todo debe estar a la misma temperatura, me explico: la crema, el batidor y hasta el tazon que deseen utilizar, asi que llevenlos al congelador una hora antes de batir

2º Otro truquito es  agregar el azucar desde el principio, esto la endurece mas rapido y disminuye el tiempo de batido que es lo que aumenta la temperatura y hace que se corte.

3º Cuando dejamos de batir ? cuando la crema forme picos duros eeso seria en unos 5 o 6 minutos de batido  por litro.

Preparacion:

Luego de batir la crema, lavar y cortar las fresas del tamaño que prefieran

Colocamos en un vaso o copa una capa de crema y otra de  fresas, alternamos hasta llenarlo y a disfrutar ;)

Me despido, deseandoles un Feliz Séptimo y Shabbat Shalom para el Moré y por favor si tienen ideas  deliciosas que podrian mejorar este postre no duden en compartirlas, gracias

 

Cupcakes o Ponquecitos para Feliz Séptimo

Los cupcakes o ponquecitos son uno de mis postres favoritos, pueden ser muy sencillos o muy complejos, hasta emular una torta de alta repostería.   También son prácticos de hacer, el 90% de los ingredientes están en la despensa, y nos tomara 30 minutitos hacerlos, lo lindo es que podemos integrar a los nenes de la casa y ellos estarán encantados, entonces ganamos doble porque compartimos un tiempo de calidad con los cachorros y ellos obtienen una rica recompensa ;)

Para esta ocasión les voy a dar la masa base, de aquí en adelante lo que le agreguen será a su preferencia, las opciones son ilimitadas, podemos rellenarlos con dulce de leche, mermeladas, chocolate etc o podemos agregarle chispas de chocolate a la masa, podríamos usar frutos secos o frutos frescos ( yo una vez lo hice con bananas y fresas y resulto genial), el cielo es el limite familia.

Bueno, ¿Qué vamos a necesitar?

Un tazón, un batidor de globo, capacillos (vienen de diversos colores tamaños y en todas las tiendas de repostería los consiguen) un molde para cupcakes, medidores y un colador para tamizar.

Ingredientes:

200gr o 1 taza de mantequilla derretida o aceite, cualquiera sirve

240gr o 1 taza de azúcar

300gr o 2 tazas de harina

250ml o 1 taza de leche

4 huevos

1 cucharada de polvo para hornear

1 cucharada de vainilla

Preparación:

1º  Precalentar el horno 350ºF  o  176ºC

2º En el tazón batir los huevos y el azúcar, hasta obtener una mezcla pálida y espumosa

3º Agregar los líquidos: vainilla, leche y manteca o aceite

4º Tamizar el polvo para hornear y la harina y agregarlos con movimientos envolventes para no perder el volumen que obtuvimos con los huevos

5º Colocar los capacillos en los moldes, no tenemos necesidad de enmantequillar ni nada por el estilo

6º Llenar cada capacillo hasta la mitad o ¾ partes aproximadamente  y hornear

Espero que disfruten esta receta la primera vez que los hice les agregue 80gr  de cocoa en polvo y antes de llevar al horno a cada ponquecito les colocamos una cereza.

Churros para Feliz Séptimo

Para nosotros los noajidas  el Feliz Séptimo es el  equivalente al Shabat de nuestros hermanos judíos, por esta razón es bueno hacer en ese día algo especial, no tenemos la obligación de hacer un ritual en particular pero como su nombre lo dice nos merecemos  un día feliz, y si hay algo que nos aporta felicidad es ,entre otras cosas, comer algo rico, seguido por qué no de una buena bebida, una película entretenida , una salida con amigos, o con la familia en fin procurarnos buenos momentos.

Parte importante de esa cena especial que gusta a grandes y chicos es el postre, me gustaría compartirles una receta practica y riquísima que les garantizo los hará quedar bien y si se animan a hacerla , seguro la vuelven a hacer. Me refiero a los churros, prácticos, ricos y con la carga de dulce justa para esta  ocasión especial.

¿Que vamos a necesitar?

Fácil, una olla, un bowl, un sartén profundo, una espátula preferiblemente  de madera, una manga pastelera o bolsa y una boquilla rizada.

Ingredientes:

1 taza de agua

2 tazas de harina de trigo

2 huevos

1 cucharadita de vainilla

1 pizca de sal

50 gramos de mantequilla o manteca

Aceite abundante

Dulce de leche o arequipe c/n

Chocolate c/n

Azúcar c/n

Preparación:

1º poner a hervir el agua, con la pizca de sal, la vainilla y la mantequilla

2º cuando la mantequilla este derretida, agregar de golpe la harina cernida y poner el fuego bajo

3º con la espátula mezclar con fuerza hasta que la masa se despegue de la olla, eso no es mucho unos dos minutitos.

4º  pasar la mezcla al bowl y allí agregarle de a poco los huevos, batir con fuerza. Obtendrán una masa suave

5º precalentar el aceite en el sartén, y mientras colocar la masa en la manga pastelera, con la boquilla rizada puesta previamente. si no tienen, usen una bolsa ziploc o cualquier otra que sea gruesa.

Cuando el aceite este bien caliente, apretar la manga hasta obtener un churro como de unos 10cm y a freír, es bastante rápido, sacar y espolvorear con azúcar

Servir con dulce de leche y chocolate para dippiar

Para la próxima semana haremos ponquecitos o cupcakes es muy sencillo y son deliciosos.

PD: amigos si conocen variantes de esta receta o tienen alguna idea para hacerla más rica, no duden en comentar aquí abajo y por favor anímense a hacerla! Grandes y pequeños lo agradecerán jejeje

Descansar en el Séptimo Día, escrito por Rabbi Jaim HaKatan

Después de los 6 días de la Creación, Dios completó el mundo introduciendo un nuevo concepto, algo llamado ‘descanso’ (Ver Beis HaLevi a Génesis 2:2). En el Séptimo Día, Dios descansó de Su labor de crear el mundo. En contraste a Dios, a los seres humanos no se les advierte descansar, tal como dice la Torá: “Día y noche, ellos no descansarán” (Génesis 8:22). El Talmud entiende, (Sanhedrin 58b) basado en este verso, que a los Noajidas  no se les pide que descansen incluso por un periodo de “día y noche”. Esto significa que mientras un judío tiene el mandamiento de descansar, o cesar de trabajar, en el Séptimo Día de la semana, (sábado, es decir Shabat), un noájida no tiene tal mandamiento. Por el contrario, tal plazo es prohibido al Noájida, bien sea en Sábado (como los judíos), Domingo (como los cristianos), o Viernes (como los Musulmanes).

Rashi, (a Sanhedrin 58b) llanamente explica que está prohibido para un noájida descansar o cesar de su trabajo. Rashi se refiere específicamente a un hombre noájida, implicando que esta prohibición de descansar es únicamente para un hombre. Aunque la explicación de Rashi puede ser que cuando Adam pecó comiendo del Fruto Prohibido, él fue castigado para que todas los descendientes hombres tuviesen que trabajar “con el sudor de su frente” (Génesis 3:19). Esto significa que Dios espera que el hombre trabaje continuamente sin descansar. Sin embargo, 2.248 años después, Dios dio a los judíos un regalo especial llamado Santo Shabat (Beitzah 16) por medio del cual ellos pueden descansar, en contraste con el resto de las naciones. Además, el resto de las naciones no tiene permitido descansar (a la manera judía) por causa del castigo a Adam, mientras que los judíos tienen permitido hacerlo porque la Torá se los exige como el mandamiento de Shabat, el cual es un obsequio único y únicamente dado a la nación judía. ( Maharsha a Shabbos 10b).

Rabbi Meir ben Todros HaLevi Abulafia (1170-1244) explica que el regalo de Shabat fue dado específicamente a los judíos, y que por lo tanto si un noájida guarda Shabat, en realidad está robándole a los judíos y está violando la prohibición de No Robar que forma parte de las Siete Leyes dadas a Noaj.

Tomado de http://rchaimqoton.blogspot.com/2006/07/resting-on-seventh-day.html
Traducción a cargo de: Licdo en Educación Mención Inglés  Jonathan Ortiz

Resp. 884 – se puede bañar en shabat?

yonyer nos consulta:

en la ciudad donde vivo es normal estar a 40 grados a diario y como usted comprendera se suda mucho y es incomodo estar sin bañarse por lo minimo 3 veces al dia y en shabat la cosa es fuerte por mas pefumes que se utilicen, siempre hay olores desagradables y principalmente es el calor del cuerpo lo que es insoportable y mi inquietud es si es correcto bañarse dentro de las horas de shabat, principalmente desde las 12 de l medio dia hasta antes del rezo de la tarde.
shalom
jonill velez de villa, 44 años, informatica, vivo en tarapoto peru

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Resp. 803 – porque tenemos que guardar el shabat si no somos judíos?

batsurt nos consulta:

Buenas tardes more…
1- tengo una duda porque tenemos que guardar el shabat si ni somos judios?
2- y en las 7 leyes universales no aparace de que nosotros los noajidas tengamos que guardar el 7 dia de reposo.
3- Es obligatorio para nosotros el guardar el 7 dia?
ricardo arvelaez , 37 años, docente, caja seca venezuela.

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Una noche de santidad…

El viernes pasado, al caer el sol, hice mi tarea habitual: oficié como «jazán» (cantor, oficiante litúrgico) de la Comunidad Israelita del Uruguay, bajo el liderazgo espiritual del Gran Rabino del Uruguay, Rabino Shai Froindlij.
Pero, esta ocasión era especial.
Estaba de visita en nuestra comunidad el Rabino Principal Ashkenazí de Israel,  Rabino Yona Metzger, del cual aprendimos importantes conceptos de Torá en esa ocasión memorable.
Se encontraba también el gran rabino Eliahu Birenbaum, líder de organizaciones sumamente activas para la difusión del judaísmo y valores espirituales a lo largo y ancho del mundo.
Participaba así mismo el rabino Mordejai Cortéz, líder espiritual de la Comunidad Israelita Sefaradí del Uruguay.

A estas destacadas personalidades espirituales se sumaba más de mil personas congregadas para recibir el Shabbat, participar del rezo, compartir un momento sagrado en compañía de familiares y amigos, acompañar a los jóvenes bachilleres del mayor colegio hebreo del país en su Kabalat Shabat de graduación.

Y allí estaba yo, al frente de la comunidad, con la enorme tarea de ser la voz que dirigía las plegarias de tan magna asamblea, quien conducía la conversación comunitaria con el Eterno.
Debía cantar y emocionar, hacer llegar mi voz a más de mil personas, en un salón inmenso, abarrotado, vibrante, expectante.
No fue tarea sencilla, pero sin dudas de altísimo honor, placer y responsabilidad.

Luego de la intensa ocasión, solitario volví caminando  por la bella rambla costanera de mi ciudad, rumbo a casa, fueron más de treinta cuadras de caminata.
Allí me aguardaban mi esposa y mis hijitos. Ellos ya habían comido, pues a diferencia de otros viernes en los que que regreso más temprano, ya era bastante tarde, mucho más que la hora habitual para que los pequeños se retiren a la cama a descansar.
Pero, igualmente me esperaron, para recibirme con su cariño y alegría, para cantar juntos el Shalom Aleijem, para recibir la bendición que los padres brindan a sus hijos, para corear juntos el rezo de santificación por el Shabat antes de comer la cena festiva.
No hubo tiempo de más cantos, de compartir el pan, pues el sueño se imponía; así que acompañé a los pequeños a sus respectivas habitaciones y junto a su mamá realizamos los procedimientos diarios para culminar la jornada de manera sencilla pero plena de sentido de vida y eternidad.
Al finalizar, el besito de las buenas noches con los cariñosos saludos, entornar las puertas para dirigirme al comedor a disfrutar del momento sagrado.

Ya las velas de sobre la mesa de Shabat estaban apagadas hacía tiempo, pero el calor y la luz de esa jornada irradiaba su energía de vida.

Ahora, tienes el derecho y el deber de saber y entender cómo se vincula este relato personal, sencillo, pueblerino, con tu identidad noájica.
Espero oír tus respuestas a modo de comentario aquí debajo, en la sección destinada a los mismos.

Hasta luego.

Viernes por la noche

Desde hace tiempo atrás mi familia y yo hemos procurado hacer de la entrada del séptimo dia algo distinto, especial, diferente. Desde la mañana pregunto a mi esposa: «¿Qué quieres cenar para esta noche?

«Feliz séptimo!», seguido de un abrazo familiar, un agradecimiento al Creador por Su bondad, y una buena cena han hecho que el ser noájida cobre mayor relevancia semana tras semana.

La cena de la entrada del séptimo dia carece de cualquier elemento religioso, más no de algún elemento espiritual permitido para los noájidas, como por ejemplo, un sencillo agradecimiento al Creador por permitirnos llegar a ese dia con salud, unidos, luego de una semana llena de trabajo.

Hemos procurado inculcar en nuestra pequeña hija de casi tres años el sabor del séptimo dia:

– Damos un paseo al parque y aprovechamos para enseñarle acerca de la creacion y el Creador.

– Le explicamos el por qué de una comida diferente para esa noche.

– Colocamos alguna película que pueda tener un contenido significativo y de la cual se pueda extraer alguna enseñanza.

Al procurar marcar esta sutil diferencia en los dias de la semana, hemos notado que somos más conscientes de nuestra identidad noájida, y que vivirlo en familia hace que crezcamos para la vida.

Finalmente, ¿Cómo es tu viernes por la noche?