Todas las entradas de: Jonathan Ortiz

Un gentil con sentido. Colaborador en la expansión del noajismo.

Diez pasos para crear una religión

  1. Los más difícil es comenzar, ya que debes crear de la nada una historia incoherente que esté narrada de tal forma que hasta lo más absurdo parezca lógico. Basta con relacionar tu religión con eventos conocidos, y explicar con suma sencillez hechos que aún la ciencia no puede explicar. Y cuantos más detalles, más creíble parecerá. Seguir leyendo Diez pasos para crear una religión

Hace cuatro años

Todo tiene sus consecuencias, cada decisión que tomamos, cada acción que llevamos a cabo, sea para bien o para mal.

En mi caso haber servido a la idolatria por tantos años tuvo como consecuencia la suma de muchos males que convergieron en la pérdida total de mi estomago producto de un cáncer en estado inicial.

Sin embargo, lo contrario es ciertamente válido. Vivir la vida noájida al máximo, tratando de lograr un balance adecuado en cada plano de la vida, ha sido la experiencia más vivificante que he podido tener desde hace cuatro años.

Procurar acallar el ego que cada dia pretende enseñorearse se ha convertido en un constante reto que solamente puede ser ganado cuando la voz de las Siete Leyes y la voz de los Sabios indican qué hacer. Hasta el momento, vamos ganando, creo.

Trabajar en la mejora de los distintos planos de la existencia, usando las herramientas que he conseguido aqui, ha sido maravilloso. Hoy en dia soy plenamente consciente que no podria hacerlo sin esta herramienta llamada fulvida.

Aqui entre nos, desde que comencé a vivir con mayor impetu el noajismo, mis finanzas mejoraron drastricamente. Muchos conocen la consigna de «dar es mejor que recibir», hoy en dia la pongo en duda. Tanto dar como recibir son igual de buenos, igual de importantes. Son caras de una misma moneda. Y para dar, primero se debe recibir. Entender que merecemos recibir todo lo mejor es toda una lucha, puesto que las religiones constantemente bombardearon mi mente con aquello de «dar, dar, dar». Hoy en dia, puedo afirmar que, como familia, hemos recibido demasiadas cosas buenas, y que igualmente hemos dado bastante cosas muy buenas.

Desde que soy consciente de mi identidad noájida, la vida ha sido mejor. Saber mi identidad, mi rol en la Creación, mis aptitudes, mis virtudes, mis reales luchas, mis aspectos a mejorar.

Conocer los límites de mi rol. Pedir permiso cuando pretendo revisar lo ajeno. Buscar la joya que se esconde detrás del barro. Aprender a aceptar las prohibiciones per se.

Los amigos que han ido, venido y permanecido en todo este tiempo. De todos he procurado aprender un poco.

Y no por último es menos importante, la presencia del maestro que ha guiado este recorrido, el amigo que ha dado una mano cuando la he necesitado, el consejero cuyas sabias palabras han sido oportunas.

Y por supuesto, por sobre todas las cosas, la mano siempre presente del Creador.

Hoy hace cuatro años fui dado de alta, y mi salud es estupenda.

Abrazos a la familia de fulvida,

Abrazos a todos aquellos que todavia permanecen en el anonimato, pero que dia a dia nos leen. Salgan a la luz.


A la luz de la vela

Lo siguiente es un relato netamente personal, una experiencia vivida en nuestro hogar junto a nuestra hija, por lo cual no debe ser tomada en modo alguno como regla, ejemplo o pautas determinantes para la vida de cualquier noájida consciente de su identidad.

Comencemos…

Milca, una niña de tres años que nació en el seno de una familia noájida, está expuesta a decenas y cientos de mensajes publicitarios que son caracteristicos de la épòca decembrina.

Ella, por su edad, se deja vislumbrar facilmente por lo «bonito» que la mercadotecnia hace ver a la idolatria. Nuestra responsabilidad como padres es enseñarle a ella a distinguir entre la verdad y la mentira, hasta que ella tenga la suficiente edad y madurez para evaluar por si misma los principios que iremos enseñándole a lo largo de la vida.

Logramos enseñarle que la navidad es un acto esencialmente idolátrico. Cuando Milca entró a la casa de su abuela y vio aqué arbol lleno de luces y bambalinas dijo: «La navidad es idolatria, yo celebro januca!»

Esa fue su declaración todos los dias previos a januca. Cada vez que veia (y ve) algún mensaje navideño en la televisión, pide que cambien el canal o que apaguen el televisor. Y asi mismo actua si escucha algo en la radio que suene a navidad.

«Yo celebro Januca…» fue su frase para contrarestar la influencia decembrina.

A todas estas, sabia que en algún momento debia ayudar a mi hija a celebrar Janucá PERO sin celebrar Janucá.

¿Qué hicimos?

Junto con mi esposa, acordamos preparar postres, los mismos que preparamos durante todo el año. No vimos necesario buscarnos un recetario judio.

Compramos regalos. Nada ostentosos. Sencillos.

Nos vestimos de manera especial pero sin estrenar.

Cuando se hizo oscuro, ya entrada la noche, servimos la mesa con la cena habitual y los postres. Y en el medio de todo una vela apagada.

Decidimos dejar el intercambio de regalos luego de asegurarnos que le enseñariamos a Milca algo que marcara su alma. Es fácil caer en competencias del tipo: «Si los demas dan a sus hijos regalos de navidad, pues yo le doy regalos de januca».

Comencé apagando las luces de la casa, y preguntándole a Milca: «Qué pasó con la luz?»

Su respuesta fue: «No hay luz papi, se fue»

«Y qué podemos hacer», pregunté.

Ella dijo: «prender el bombillo, él nos da luz».

Con la vela aun apagada le pregunté a Milca:

«Hija, qué tenemos que hacer con la oscuridad?, darle palo?, pegarle?, decirle que se vaya?»

Su respuesta: «no papi, tenemos que prender luz»

Procedimos a encender la vela y la invitamos a jugar con las sombras que podian hacerse acercando un poco las manos.

Luego le dijimos que podiamos usar la luz para alumbrar todos los lugares de la casa.

A medida que fuimos explorando las habitaciones, la ayudamos a descubrir los regalos ocultos en la oscuridad. Le enseñamos que en medio de la oscuridad podiamos conseguir cosas lindas con ayuda de la luz.

Está de sobra decir que su regalo le encantó. Aunque para ella fue muy importante descubrir lo que papá y mamá tenian para ella, procuramos que no fuese el centro de la experiencia.

Luego le preguntamos qué le habia parecido la fiesta de januca.

«Me gustó papi»

Ahora a todos los que conoce les dice: «yo celebré januca»

Finalmente,

Sin ritos, sin religión, sin falsas espiritualidades, sin noajizar lo judío, le enseñamos a nuestra hija la importancia de la luz en su vida. Ella (y nosotros) participamos de Janucá sin echar mano de lo ajeno.

Más adelante, Milca podrá entender que ella realmente no celebra Januca, mientras tanto su alma sigue limpia, su corazón libre de mentiras en nombre de niños dioses o gordos vestidos de rojo.

Además, como noájidas responsables por nuestra identidad, pudimos participar en el tiempo, en el momento, junto a nuestros hermanos mayores, deseándoles lo mejor en su celebración de la fiesta de las luces.

Y uds, ¿qué hicieron?

Alerta, idolatria disfrazada!

Les muestro un correo que me llegó:

Shalom!.

Soy el Moré Noaj Mac *****, estudiante del Semiario Rabínico Latinoamericano, judío tradicional, pero creyente en Yeshúa (Jesús). Actualmente estoy ofreciendo unas charlas y/o conferencias acerca de temas de judaísmo en general, ya sea historia judía, como la vida de Yeshúa, u otros temas de interés a nivel comunidad. Le adjunto una imagen con temas que ofrezco para charlas y/o conferencias en iglesias. Espero no ofenderlo ni molestarlo con este e-mail. Agradezco su atención.

Y´varejejá Adonai v´ishmereja, beShem HaKadosh Baruj Hu, ubeShem Yeshúa Mashijeinu.

(D-os te bendiga y te guarde, en el Nombre del Santo Bendito Es, y en el Nombre de Yeshúa nuestro Mesías)

Noaj Mac *****

¡¡¡ Feliz año!!!

Existen grandes probabilidades que el próximo 31 de diciembre, alguien nos diga: ¡Feliz año nuevo!

Si bien es algo que no podemos evitar escuchar (a menos que nos encerremos en casa desde el 30 de ese mes hasta el 1 de febrero, lo cual no tiene mucho sentido), lo que sí está a nuestro alcance es la capacidad de no responder a ese deseo.

Quizás exista alguien que le parezca exagerado, pero no lo es. Como dijo el maestro: «un pelo hace sombra». Todo tiene sus consecuencias.

¿Qué habria de malo en responderle a ese familiar, a ese amigo del alma, al compadre de toda la vida, al vecino con quien creciste, su «feliz año nuevo»?

Mucho.

Decidir responder «feliz año nuevo» implica la aceptación de un calendario que toma como punto de partida el nacimiento de un ser que representa la máxima expresión de la idolatria.

Sin olvidar que responder «feliz año nuevo», es en cierto sentido, un rechazo al año nuevo verdadero, el año nuevo de la humanidad que se celebró hace poco.

Insisto en que algunos podrán pensar que es exagerado. Pero recordemos que una cosa lleva a la otra.

Lo mismo aplica cuando alguien nos diga: «feliz navidad» (¿feliz nacimiento de Jesús?)

Es el equivalente de responderle «amén» a cualquier persona cuando nos dice: «dios te bendiga» (¿cual?, ¿Dios o dios?)

Recordemos: «un solo pelo hace sombra».

Prof. Ortiz

¿Qué podemos hacer en Diciembre?

Todos sabemos que el 99,9 % de quienes estamos  comprometidos con nuestra identidad espiritual noájida, desde ya estamos expuestos a ser «arrollados», con intención o sin ella, por las actividades decembrinas.

La pregunta es sencilla:

¿Qué piensas hacer para que en estas actividades decembrinas tu identidad noájida no sea contaminada?

Mi respuesta:

Evitar a toda costa caer en nostalgias engañosas que tengan el potencial de hacerme creer que SOLAMENTE es una vez al año, y como dicen «una vez al año no hace daño». Así que diré: «Gracias, pero no».

Espero que entre todos podamos responder DE MANERA PRACTICA lo que podriamos hacer para no involucrarnos en lo que sabemos que son actividades con trasfondo idolátrico.

Y ustedes, ¿Qué piensan hacer?

7 bondades del noajismo

Existen N beneficios de ser noajida comprometido con la identidad espiritual que nos fue dada desde Arriba.

Enumeremos solamente siete a efectos de este pequeño post.

1. Un verdadero entendimiento de Dios. Aunque nunca lograremos entender quién es Dios, por lo menos sabemos que no es un humano, no murió en un madero, no nació de una virgen, no contradijo sus leyes, no borró ninguna identidad espiritual, POR LO menos sabemos que Él fue el dador de Siete perfectas leyes que nos garantizan una vida significativa Aqui y una mejor vida Allá.

2. Saber quién soy. Nada peor que pasar por Este Mundo creyendose alguien que no se es en realidad. Ser noájida es saber que tu identidad nació en la Sabiduria Divina, que es Voluntad Perfecta, y que no llegamos aquí porque a papá se le «rompió el preservativo» o porque a mamá se le olvidó «tomar la pastilla». Quien lea, comprenda mi intención.

3. Mi lugar en el mundo. Vivir desorientados, buscando un lugar donde acoplarnos para desarrollarnos es una ardua tarea. A nosotros nos hicieron el favor de decirnos cuál es nuestro lugar en la creación. Lo cierto es que no es el lado judío, pero si al lado de ellos, apoyándolos, facilitándoles su rol. Construyendo shalom.

4. Aprecio por la familia. Muchas personas aprecian a sus familias sin necesidad de identificarse con ninguna creencia religiosa. Muchos lo hacen basados en una religión, pero nosotros lo hacemos porque sabemos que la familia noájida es el nucleo de nuestra identidad. El lugar en el cual podemos desarrollarnos a plenitud.

5. Aprecio por la Creación. Antes perteneciamos a un grupo de escapistas. Procurabamos una vida en el cielo para alejarnos de este sistema mundano de perdición. Ahora, conscientes de nuestra identidad sabemos que este es el lugar perfecto para vivir a plenitud y que podemos echar mano de él, y dejarlo en mejores condiciones a como lo encontramos.

6. Real interés en los demás. Antes ayudabamos al projimo para ser vistos, para ganarnos el aplauso ajeno. Ahora lo hacemos por el solo hecho de hacerlo. Sabiendo que aunque no nos recompensen por ello, lo hicimos porque es bueno.

7. El séptimo beneficio es tarea de cada quien escribirlo. Aunque no estén de acuerdo con los seis anteriores, aunque esos seis se queden cortos, ¿qué tal si toman dos minutos de su preciado tiempo y escriben tan solo una bondad del noajismo? ¿Lo harán?