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El ratón Pérez… el colgado Jesús

Hace unos días comenzaron a aflojarse unos dientes de mi pequeño hijo.
Por supuesto que no faltaron las «almas buenas» que con toda «inocencia» le hablaron del maravilloso ratón Pérez. Supongo que ustedes lo conocen, o al menos alguna versión local del mismo.

Como en casa seguimos una pólitica de cero mitología, y cero mentiras, le explique a mi hijo que el susodicho era yo.
Aquellos que pueda suponer que el niño se aterrorizó y lloró desconsolado, pierdan cuidado. Lo asumió con naturalidad, con la inteligencia y belleza que le es propia.

Por otra parte, ¿es raro no? Resulta que hablar con verdad, con honestidad, aunque el mensaje no siga la corriente de la mentira general, es tildado de «qué malo».
¿Desde cuando hablar con verdad al hijo es malo?
En fin, así de desnaturalizada anda nuestra sociedad, que se elogia al que sostiene mentiras y confusiones, pero se censura acremente al que trata de sostener la bandera de la verdad.
En fin…

Sigamos con el relato.
Mi hijo tenía bien claro que recibiría unos pesos por su diente, que haríamos toda la farsa del ratón Pérez, solamente que detrás del juego estaba el cariño del padre (madre), que no precisa disfrazarse de panzón sinvergüenza navideño, o de tres brujos nefastos para darle regalos a los hijos amados.

Volvía a la tarde de una caminata terapéutica con una paciente, y ya desde lejos me dice mi hijo que el diente había caído. Me lo confirma su mamá.
Allí mismo saco de mi billetera, a la vista del niño, un billete y en un momento de distracción lo dejo a sus espaldas, dicíendole que había pasado el ratón Pérez a dejar la plata allí.
Era evidente que yo saqué el dinero, que lo deje a sus espaldas, que le estaba haciendo una broma, siguiendo el juego del ratón.
Para mi sorpresa él me dice que vio al ratón cuando dejó el billete.
Le pregunto si está seguro, me responde que sí.
Repregunto, ¿no viste que la plata salió de mi billetera?
Y el contesta que sí, pero que se la di al ratón, o el me la dio a mí… no entendí muy bien la explicación.

Luego fuimos a una clase de artes marciales.
En el camino me dijo que a la noche esperaba la visita nuevamente del ratón, pues como «todos saben», éste deja la plata debajo de la almohada cuando retira el diente en cuestión.

Aproveche para preguntarle si sabía quién era el ratón.
Mi hijo es brillante, sagaz, despierto, atento, no se deja engañar con facilidad.
A pesar de esto, me dijo que era el roedor que de noche dejaba plata.
No era yo, ni la mamá, ni algún otro familiar…
Sí, realmente estaba sorprendido.

Allí me puse a pensar, ¿no será éste el mecanismo delirante y de negación que usan los seguidores del falso dios y falso mesías (Jesús, Yeshhua, o como le quieran decir?
¿No actuará la misma inocencia, o ceguera inmadura, que les limita el comprender la verdad aunque ésta les esté pasando por arriba?
¿No será que la mentes débiles, o las emociones tenebrosas, de los adoradores del colgado, resisten a la verdad, para obtener una delirante gratificación de un inventado personaje que en nada salva ni en nada sirve?

Así pensaba, y cuanto más pensaba, más confirmaba que similar mecanismo impulsó a mi hijito a negarse a ver la realidad pero sí a aceptar tontamente un prejuicioso y absurdo cuentito.

Hasta hace un rato, cuando antes de irse a dormir me dice que LE deje tanta plata, así mañana puede convidar a sus amigos en el colegio con golosinas.
Entonces, le pregunte, ¿soy yo el ratón Pérez que ME estás pidiendo plata?
¿A qué no sabes qué me contestó?

Está delante de ti

Nuevamente en las Sagradas Escrituras JUDÍAS encontramos una importante enseñanza de lo que el Eterno quiere de las personas, de TODAS las personas.

Como sabemos Él no pide fe.
Tampoco quiere que seamos siervos de un señor colgado en una cruz.
No desea sacrificios de primogénitos, ni siquiera del Suyo (que por las dudas te recuerdo que es la nación judía).
No Le agradan las penurias y sangres.

En cambio ama una conducta íntegra, de justicia y bondad, de fidelidad a los mandamientos que Él te ha ordenado que cumplas.
En tu caso, amigo gentil, son los Siete Mandamientos Fundamentales (no idolatría, no blasfemia, no homicidio, no inmoralidad sexual, no robo, no comer parte de animal con vida, establecer cortes de justicia).

Nada más, nada menos, tal es el camino para la salvación, la verdad y la vida en Este Mundo y en el Paraíso.

Presta atención:

«¿Con qué me presentaré al Eterno y me postraré ante el Elokim Altísimo?
¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año?
¿Aceptará el Eterno millares de carneros o miríadas de arroyos de aceite?
¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mi vientre por el pecado de mi alma?

¡Oh hombre, Él te ha declarado lo que es bueno!
¿Qué requiere de ti el Eterno?
Solamente hacer justicia, amar misericordia y caminar humildemente con tu Dios

(Mijá / Miqueas 6:6-8)

¿Caminas humildemente con Dios, pues cumples con los Siete Mandamientos?
¿Haces lo bueno y lo justo?

¿O sigues esclavo de falsos salvadores, de falsos dioses, de falsos primogénitos?
¿O sigues empecinado en adorar el EGO?
¿O marchas aún por la senda trazada por hombres ajenos a Dios y Sus cosas?

Debes tú hacer el examen de conciencia, sin hacerte trampas al solitario.
Porque si persistes en engañarte, el único que pierdes eres tú… y tu familia, y tus amigos, y tu sociedad…

¿Cuando dejarás de andar por tus propias sendas de extravío?
¿Hasta cuando insistirás en decir «amén» a esas maldiciones de pastores y falsos rabinos (falsamente mesiánicos)?

El camino luminoso y limpio está a tus pies, solamente debes andar por él.
Desecha toda la basura del dios colgado, aleja de tu vida las mentiras del fatídico testamento, vomita el veneno que te han dado a beber desde tu cuna, para que puedas ser libre y fiel a Dios.

Debes elegir, o Dios o Jesús.
No hay punto medio.
No existe forma de conciliar el bien infinito (Dios), con la mentira absurda (Jesús).

De ti depende, tu vida pende de un fino hilo, que si tu insistes en corroer, terminará cortándose y tú desaparecerás en las sombras monstruosas del Sheol, hogar eterno del infernal Jesús.

Tienes el camino de Luz ante ti, camina por él.
Hazle caso a Dios, no a los hombres.

¡Aunque no lo veas… algo esta sucediendo!

No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de una buena semilla, buen apoyo y riego constante. Tambien es obvio que quien cultiva la tierra no se impacienta frente a la semilla sembrada, hálandola con el riesgo de echarla a perder, gritandole con todas sus fuerzas : «Crece por favor!».

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes: Siembras la semilla, la abonas y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros meses no sucede nada apreciable, en realidad, no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles. Sin embargo, durante el séptimo año, en un periodo de sólo 6 semanas el bambú crece ¡mas de 30 metros! ¿Tardó sólo seis semanas en crecer? No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.

Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento, que iba a tener despues de siete años.

Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas y triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo. Es necesario entender que en muchas ocasiones en nuestra vida personal, en nuestro estudio o trabajo nos enfrentamos a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo. En esos momentos basta recordar el ciclo del bambú japonés y aceptar que «en tanto no bajemos los brazos» ni abandonemos por no «ver» el resultado que esperamos, si está sucediendo algo dentro de nosotros…

Estamos creciendo espiritualmente, pero necesitamos en un mundo tan inmediatista como el nuestro, tener la paciencia del sembrador que aguarda el momento en que la semilla dé su fruto.

Si no consigues ahora lo que anhelas, si no alcanzaste aquello por lo que tanto luchaste… no desesperes… quizá sólo estes echando raíces…

Para ser salvo

Me sigo encontrando con gente confundida, que han absorbido de las aguas amargas del desconsuelo e idolatría.
Gracias a Dios que me sigo encontrando con estas personas, así tienen la oportunidad de oír otro mensaje, uno de Luz, uno que proviene directamente desde las Fuentes eternas de Vidas.

Entre los muchos errores sigue apareciendo el de considerar que la fe es suficiente para alcanzar una buena vida aquí y en la eternidad.
Siguen aferrados, queriendo o no, al feo error de los seguidores de Jesús que insisten en considerar la fe en su falso dios y falso salvador como el mecanismo mágico por el cual obtienen el pasaje al cielo.

Estos alelados, enajenados, ausentes de Dios, promueven la corrupta noción de que no es por obras que se alcanza la salvación, sino por medio de la fe ciega en el apocado personaje de su mitología.

Y no tienen pudor en pretender demostrar su locura con pasajes de las Sagradas Escrituras. Las mancillan, las tuercen, confunden, siembran temor y caos con tal de alcanzar su nefasto fin.
Son capaces de contradecir los Siete Mandamientos Fundamentales, todos y cada uno, con la intención de adoctrinar a nuevos esclavos de su pobre señor que sigue colgado en una cruz.

Pero, ciertamente la verdad es otra.
Somos medidos y pesados por el Juez, por el Uno y Único, de acuerdo a nuestros actos.
Por supuesto que Él, como Padre Misericordioso también sopesa nuestra situación, y endulza Su rigor con raudales de Misericordia, sin embargo, no deja pasar al engañador, ni al pirata de la fe, ni al que adrede asume una posición contraria a Su Autoridad.

Ahora, te cito un breve pasaje del profeta Isaías, ese que tan querido es por los idólatras, y tan depredado resulta por sus maquinaciones perversas.
Leámoslo juntos:

«¿Quién de nosotros podrá habitar con el fuego consumidor?
¿Quién de nosotros podrá habitar con las llamas eternas?

El que camina en justicia y
habla con rectitud,
el que aborrece el lucro de la opresión,
el que sacude sus manos para no recibir soborno,
el que tapa sus oídos para no oír de hechos de sangre,
el que cierra sus ojos para no ver la iniquidad,

él vivirá en las alturas, y una fortaleza de roca será su alto refugio. Su pan le será provisto, y su agua no faltará.»
(Ieshaiá / Isaías 33:14-16)

El profeta pregunta acerca de quién podrá resistir el juicio del Juez celestial. Consulta, de manera retórica, para que comprendamos cuál es el modo cierto de vivir en Este Mundo para alcanzar plenitud en la Posteridad.
Isaías no se queda en la duda, sino que nos provee de una orientación dictada por Dios.
Nos habla de la persona justa, que es recta, que rechaza la mala conducta, que se aparta de la malicia, que aborrece lo nocivo.
Nos enseña Isaías la imagen del que es salvo, de aquel que goza en la eternidad.

Nos habla de una persona que sobresale a causa de sus acciones, que su obra lo cobija en el seno del Eterno.

Por supuesto, no hay uno que sea perfecto, pues todos los hijos de mujer cometemos errores.
Por eso lo indispensable es la acción correcta, más la actitud correcta.
La acción es el hacer.
La actitud es la intención, la disposición, la postura, la prestancia, la preparación.

Si actuamos correctamente, o si al menos ejercemos todo aquello que está en nuestro alcance para ser dignos de los mandamientos del Eterno, entonces estamos consiguiendo el sitial de gozo infinito reservado para los justos y buenos.

Sí amigo querido, son tus obras las que abogan por ti ante el Juez.
Él te perdona, si te arrepientes sinceramente.
Él te abraza, si Lo buscas con verdad.
Él te devuelve tu bondad con plenitud de bien.

Así pues, conoce tu patrimonio espiritual.
Aprende acerca de noajismo, pero especialmente vívelo con fidelidad.

EL EFECTO PIRAMIDE

En el último mes, Colombia ha estado viviendo una verdadera crisis social y económica gracias a las llamadas pirámides cuyos dueños y/o presidentes prometen grandes sumas de dinero a sus inversionistas a cambio de una pequeña inversión.

Las pirámides manejan un sistema que funciona de la siguiente manera:

La punta de la pirámide esta conformada por los primeros ahorradores, quienes a su vez llevan al sistema mas personas. Los intereses de la punta de la pirámide se pagan con la inversión que hicieron los siguientes en entrar, luego se suman más y mas personas y así sucesivamente cada quien recibe sus intereses los cuales son excesivamente altos.

Es decir, si en un comienzo una persona invierte 1000 dólares, al cabo de un mes estaría recibiendo 2500 o hasta 3000 dólares más o menos.

El tiempo promedio de duración de estas pirámides es de mas o menos 1 año luego del cual esta colapsa, ya sea porque no hay dinero suficiente para pagarle a todos los ahorradores o simplemente porque el dueño del negoció huyó con la plata (que es lo que generalmente sucede). Pirámides y cadenas de ese tipo surgen cada cierto tiempo en diferentes países, donde la historia se repite con algunas variaciones.

En Colombia, algunas pirámides como Dinero Fácil, Rápido y Efectivo (DFRE) llegaron a ofrecer rendimientos hasta del 150% mensual antes de quebrar, en su afán por atraer inversionistas.

La Fiscalía y el gobierno sospechan, además, que las pirámides sirvieron para lavar grandes cantidades de dinero provenientes del narcotráfico. Las autoridades creen que unos US$1.000 millones fueron invertidos en esos sistemas informales de ahorro, que no son cubiertos por el fondo de garantías de depósitos que existe para el sistema financiero convencional.

Los damnificados son todo tipo de personas, desde viudas y empleados pobres hasta dirigentes políticos, periodistas y congresistas. Todos con el afán de ganar dinero fácil y rápido que de ninguna otra manera lo obtendrían trabajando todas sus vidas. La situación es tan grave, que ya se han evidenciado desordenes públicos en las diferentes ciudades del país, el saldo que deja todo esto es de mas o menos unos 2 millones de afectados.

Lo curioso acá es que los dueños de estas pirámides son personas realmente jóvenes, me refiero especialmente al señor de la firma DMG, David Murcia Guzmán, quien solo cuenta con 28 años y ahora esta envuelto en una de las mas grandes estafas vividas en este país. Hace falta tener un gran carácter y una gran inteligencia para llevar a cabo tan malévolo plan, ¿no se preguntan ustedes que si todo el potencial que posee este joven se hubiera usado para otros fines benéficos el resultado no hubiera sido maravilloso?, ayudar a los mas necesitados, crear fundaciones, etc. Tantas cosas…

Por eso el motivo de este post, es para invitarlos a que en fulvida también construyamos una especie de pirámide, donde nuestras experiencias sean transmitidas a quienes todavía navegan en las turbias aguas de la idolatría. Una pirámide sólida, construida con los cimientos de los 7 preceptos de Di-s. Invitemos a otras personas a que se unan a la verdad pero no juzgando sus erróneas creencias sino demostrando con nuestra forma de actuar la bonita libertad de la que el Eterno nos deja disfrutar, estemos siempre atentos a brindar nuestra mano cuando alguien necesite ayuda, especialmente espiritual, y por ultimo, debemos tener siempre ganas, carácter y valor para construir esta pirámide que es guiada por nuestro Di-s unico y verdadero, que trae consigo grandes ganancias y tesoros para todos aquellos quienes invierten su tiempo y su corazón en este viaje, que no le roba a nadie al contrario la ganancia espiritual es infinita y no se compara con nada material y que finalmente es tan fuerte que nunca va a colpsar.

Resp. 371 – Conciencia noájica

Buenas tardes
Quisiera preguntarles si es posible conseguir una filacteria para una persona que es católica, el motivo es religioso, es para mí, soy católico, simplemente también leo el Antiguo Testamento.
Si me pueden ayudar y orientarme al respecto se los agradezco.
Que Dios los bendiga
Carlos Vega P.

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El ojo del tiempo es ciego

El Sr. Jones pasea nerviosamente en la sala de espera de un hospital de maternidad, en cuyo interior, su esposa está dando a luz a su primer hijo. De repente, la puerta se abre y el médico aparece. «Sr. Jones, tengo buenas noticias y malas noticias. La buena noticia es que el nacimiento se ha desarrollado sin contratiempos. La mala noticia es que su hijo tiene una condición que va con el tiempo va a causarle la muerte».
El Sr. Jones está choqueado. «¡Esto es terrible! ¿Qué podemos hacer?».
«Me temo que no se puede hacer nada», responde el médico. «No se ha encontrado una cura. Y los científicos han abandonado la esperanza de encontrarla. Su hijo definitivamente va a morir».
«Oh no…», dice el Sr. Jones, «¿Cuál es el nombre de esta condición?».
«Vida», responde el médico. «La vida».
El Rebe Schneerson (de bendita memoria) decía: “El mundo dice, el tiempo es oro, yo digo el tiempo es vida”.
Si en este instante nos pusieran a analizar que es más importante, una libra de oro o un minuto de vida, creo que no lo pensaríamos mucho. El tiempo nos puede dar oro, pero el oro no nos puede dar ni un minuto. Y lo más triste de todo esto es que entendiendolo y aceptándolo continuamos perdiendo el tiempo (hablando tonterías, viendo malas noticias en tv, novelas, teleseries, partidos, etc.).
Pero hay una forma camuflada y peligrosa de perder el tiempo, una forma que muy pocos la percibimos; y es estando ocupados en lo que creemos es productivo; cuando sentimos que estamos ocupados tenemos una sensación de que estamos haciendo algo pero muchas veces estamos perdiendo mucho; estoy seguro que en la lápida de nuestra tumba (que vivamos hasta los 120 años con la ayuda de D-is) no va a decir “hizo muchos arreglos” ó “gano muchos clientes”, «apoyo mucho a su equipo», etc. ¿No creen acaso ustedes que hay algo más importante en la vida que estar ocupados?
Una persona de 30 años ha vivido aproximadamente 350 meses, 1500 semanas, 10900 días, 260 000 horas, etc. Ser robots con rutinas programadas y pasar soñando solamente nos acerca a la muerte de forma vacía, y esa no es la idea, la vida es para llenarla. Encuentra algo para crecer, ponte una meta, cambia un hábito, cambia lo que hablas, no existe límite si de verdad quieres aprender a aprovechar el tiempo.
Al describir la vida de Abraham, la Torá dice: «Estos son los DÍAS de los AÑOS de la vida de Abraham» (Génesis 25:7). Nos enseñan los sabios que en una persona común y corriente el crecimiento se mide con los años, pero en alguien especial, alguien que de verdad quiere hacer diferencia (como nosotros los noájidas) el crecimiento se debe ver a diario, aprovechando al máximo cada segundo.
Abraham nos deja una enseñanza, hacer que tus días cuenten, que el tiempo no pase, que tu pases por él, podemos hacerlo y sé que lo vamos a lograr, sigue adelante, el reloj está avanzando. Y recuerda que el que mata el tiempo no es un asesino es un suicida.

Shalom y felíz setimo día.

El consejo diario 189

La gente busca «algo espiritual» para saciar su anhelo de pan espiritual.
Buscan en pozos secos, en espejismos, en falsos maestros, en rutas ajenas, en dietas enfermizas.
Buscan y se engañan, pues no conocen o no adquieren la Luz.
Siguen dioses, salvadores, mesías, redentores, sangres derramadas, meditabundos gurúes, velas encendidas, proclamas y religiones. Se extravían en la fiebre de la ignorancia o el rencor.

Espiritual, según Dios, es cumplir con Sus mandamientos.

Nada mas, nada menos.

Siete son los mandamientos noájicos, que los cumplas cabalmente porque son mandamientos es SER espiritual.

El consejo diario 188

¿Tienes algún inconveniente en declarar con claridad tu identidad noájica?

Grandes y poderosos pueblos desaparecieron de la historia.
Imperios, conquistadores, amos, dejaron de ser.
Su recuerdo es una mancha borrosa en perdidos libros de intelectuales y arqueólogos.

Pero, un pueblo se mantiene fiel, vivo, existente, dinámico: el judío.
Milenios han pasado, exilios, torturas, inculpaciones, todo tipo de dolor e injusticia ha soportaod el pueblo judío, y nunca, nadie ha podido exterminarlo, hacerlo olvidar.

¿Tienes algún inconveniente en declarar con claridad tu identidad noájica?

Tienes todo para ganar, aunque los enemigos y burladores parezcan sobresalir; pero debes saber que ninguno prevalece si no consigue sustento de lo Alto.