Londres, (EFE).- Survival, organización defensora de los derechos de los pueblos indígenas, criticó hoy a los responsables del polémico filme «Hakani»(2008), entre ellos el cineasta David Cunningham, por fomentar el odio a los indios de Brasil.
Según la organización no gubernamental (ONG), los realizadores del documental, visto ya por 350,00 personas en el portal de vídeos en Internet YouTube, aseguran que la cinta se basa en la historia real de un niño indio brasileño enterrado vivo por su tribu.
Sin embargo, Survival subraya, en un comunicado divulgado desde su sede en Londres, que el filme es «falso», al igual que la denuncia de «Hakani» de que el infanticidio entre los indios brasileños es una práctica extendida.
En la nota, difundida con motivo de la celebración el próximo sábado del Día de la ONU para la Eliminación de la Discriminación Racial, el director de la ONG, Stephen Corry, afirma que «la película se basa en algo que dice que ocurre rutinariamente en las comunidades indias, pero que no sucede» realmente.
«El infanticidio amazónico es poco frecuente. Cuando ocurre, se trata de la decisión de la madre y no se toma a la ligera. Se hace de forma privada y secreta y a menudo se considera algo vergonzoso, ciertamente trágico», señaló Corry.
De acuerdo con Survival, David Cunningham, director de la cinta, es «hijo del fundador de una organización misionera fundamentalista estadounidense llamada ‘Juventud con una misión’, que tiene una filial en Brasil conocida como Jocum».
Corry cree que el filme es «parte de la campaña de los misioneros para presionar al Gobierno de Brasil a fin de que apruebe una controvertida ley conocida como ‘Ley de Muwaji».
Esa ley, remarca Survival, forzaría a los ciudadanos brasileños a informar a las autoridades de todo aquello que consideren como «práctica tradicional perjudicial».
La ONG denuncia que esa legislación impulsaría una «caza de brujas», haría «retroceder siglos» a Brasil y podría provocar una «ruptura social».
«Survival -concluye el comunicado- cree que las prácticas culturales deberían basarse en el libre y bien informado consentimiento de todos los participantes y que el infanticidio está mal».