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EGiptO

En la tradición hebrea se compara a la prisión de Egipto con la prisión del EGO. La palabra Mitzraim (Egipto) significa entre otras cosas estreches. Los hijos de Israel vivían oprimidos y limitados, sin la posibilidad de hacer ni de reflexionar en su propia vida. Del mismo modo el EGO limita al ser humano, lo llena de miedo, lo transforma en uno más del montón, lo convierte en alguien que se deja llevar por la corriente, le roba la libertad, lo vuelve un autómata dependiente de su amo.

Por el contrario, salir de Egipto o ser libre del EGO es retomar la capacidad de pensar, de actuar según sus ideas, es tener libertad.

Libertad significa vivir con EGO BUENO, recobrar nuestro verdadero YO,  ser conscientes de nuestros actos y decisiones, aceptar la Verdad y poder vivir de acuerdo a ella.

Que en este tiempo en que el pueblo judío celebra Pesaj, podamos nosotros los noájidas participar de la salida de EGiptO, liberarnos del EGO, ver con una visión más amplia el camino que debemos recorrer a través de los Siete Mandamientos que nos fueron dados.

El judío ausente del Seder

La primer noche (y también la segunda en la diáspora) de Pesaj está atiborrada de preceptos con sus reglamentos y de numerosas tradiciones más o menos conocidas.
Desde lo qué se come, lo que no, cuándo, con quién, etc.; hasta melodías, juegos, posturas, palabras, gestos, etc..
Es una noche especial, diferente, siempre y cuando se llene de contenido, sea plena de sentido y no meramente una noche más.

En esta oportunidad quiero platicarte de una costumbre que en lo personal he dado en llamar “El judío ausente”, aunque probablemente tenga nombres más afamados y significativos (por ejemplo: asirei tzión o prisioneros de Sión).
Por “judío ausente” podríamos entender al infaltable comensal que está apurado en terminar con “el ritual”, que no sabe muy bien por qué le están “haciendo perder el tiempo” con esas cosas pasadas de moda, “religiosas”, aburridas, fuera de todo foco, etc. Uno de cuerpo presente, pero cada vez más ausente.
Pero, no, no me refiero ahora a estos ansiosos por desprenderse de una identidad que nunca han notado y amado.
O tal vez esté apuntando a esos que faltan, que se evaporaron de la familia y las tradiciones judaicas, a los que algunos han designado como “el quinto hijo” (etiqueta que no coincide con el número y carácter de hijos declarado en la Torá). Los que salen de vacaciones y comen y beben según su placer. Los que hacen su vida cotidiana como si no fuera una fecha especial. Los que ignoran, a sabiendas o no, que están traicionando su esencia, su pasado, su destino, su familia, a los que se descarrilan porque creen encontrar afuera lo que no valoran dentro.
Pero, no, no estoy hablando de tal hijo que no participa de lo judaico y se asimila para dejar de existir en su esencia.
Ambos dos, el ansioso por salir y el que está ya fuera son también judíos ausentes, a su manera son esclavos duramente encarcelados a sus EGOs, a sus propios faraones internos que los someten, pero no quiero tocar este tema ahora (si Dios quiere en otra ocasión volveremos sobre esto).

Quiero que meditemos un rato sobre el otro judío ausente, aquel que está imposibilitado de participar del encuentro de Pesaj, en general por incapacitado no por propia voluntad.
Al que sigue esclavo porque no le ha llegado el Pesaj a su vida.

Existe la bella costumbre de recordarlos no solamente con sentimientos, algunas palabras o silenciosos pensamientos, sino que se deja una silla vacía, un plato anhelante de alimentar, un libro con los textos tradicionales -la Hagadá- abierta pero sin ojo que la inspeccione.
Hasta algunos ponen un papel con el nombre impreso y quizás la foto del judío ausente, aquel que está a merced de los Egiptos de cada era, que no puede salir de allí, que no ha tenido aún la oportunidad de ser redimido y cruzar al mar que se parte milagrosamente para dejar el camino a la libertad y la vida plena.

Hace unas décadas eran masas de judíos apresados por la maquinaria soviética, que los esclavizaban a su tierra de nacimiento, a una cultura que les era ajena e impropia, para que no salieran a la libertad, para que no ascendieran a Israel, para que no recuperaran la plenitud de vivir su ser judío.
Por aquellas épocas también estaban los judíos de Siria.
Antes, los que padecían y eran exterminados por la bota sádica del nazismo.
Actualmente hay otros, sufridos, apartados de sus familias, mutilados en sus derechos, tanto como colectivos como individuos.
Mencionemos a Ron Arad, Jonathan Pollard, Gilad Shalit entre otros tantos que siguen prisioneros este Pesaj.
Te invito a que investigues, te informes, participes en todo lo que esté a tu alcance para que más tomen conciencia de esta situación, para que seamos parte de los que rompen cadenas, liberan prisioneros, construyen Shalom en verdad por todos los rincones del mundo.

Tienes la oportunidad de gozar de tu –relativa- libertad, de celebrar, de compartir, de ir y venir.
Mientras otros están secuestrados, encarcelados, abusados, esclavizados, en situaciones de extrema impotencia materializada.
Recordemos a estas personas, sin dejar de hacer nuestra parte para que la libertad no sea una palabra, o un lema abusado por “progresistas” que desconocen en realidad su sentido.

Hagamos de Pesaj un tiempo de libertad, para nosotros, para los nuestros y para los lejanos.
Esto nos servirá para despertar, para tomar conciencia, para ayudar a otros, para bregar por todos los que siguen esclavizados, no solamente estos judíos ausentes en la noche del Seder, sino a todas las personas que por motivos que les son ajenos están imposibilitados de desarrollar a pleno sus potencialidades.

Es un llamado idealista, lleno de buenas intenciones, pero por algún lado tenemos que comenzar.
Empecemos por nosotros mismos.
Limpiemos de servidumbre al EGO nuestra vida.
Puesto que la verdadera libertad se encuentra cuando uno deja de estar bajo el dominio del EGO y de vivir una existencia hueca y de apariencias.
Es libre quien esta presente en cada momento y hace del aquí y ahora un regalo constante.
Celebremos la libertad para que el año próximo todos celebremos.

Este es el momento

De acuerdo a la tradición judía, como preparación para la festividad de Pesaj, el mes previo (que comienza al concluir la festividad de Purim) es tiempo de limpiezas internas y externas, es por tanto una invitación a recrearnos.
En estos días, una fuerte concentración de energía espiritual está disponible para que la aprovechemos en transformaciones decisivas y potentes; pues el período de introducción a Pesaj es el momento propicio para sacudirse las caretas impuestas por el servilismo al EGO y renovarse.
Es la fase del año destinada a derrocar a Faraones y Amanes (personificaciones del EGO), para abrir las murallas de las celdas psicológicas, redimir a los oprimidos, liberar a los esclavos, crecer en armonía y bienestar.
Así ha sido diseñado por el Creador desde el comienzo de los tiempos, pero no tenemos conocimiento de esto, ni contamos con herramientas para beneficiarnos del potencial disponible para nosotros.
Personas y situaciones (sea en su totalidad o en parte), tal como vienen siendo, tienen la puerta entreabierta para mutar o dejar de ser, y pasar a existir de una forma novedosa, con mayor poder real, en la cual la conciencia multidimensional permite crear nuevas y mejores perspectivas.

Pero, el EGO se refuerza también, pues al sentirse en peligro redobla sus trampas de manipulación y encarcelamiento de la persona.
El EGO está habituado desde el primer instante de vida terrena a dominar, con su pobre poder, por lo que no dejará fácilmente su trono ni dará redención a los oprimidos.
Hará lo que pueda para ejercer su oscuro dominio, y no se inmutará ni ante plagas o castigos sucesivos, ya que para todos encontrará excusas y métodos para continuar agobiando al alma de la persona.
El EGO, montado sobre el sentimiento de impotencia se aprovecha para no darnos paso a la libertad y la conciencia multidimensional.
Los esbirros del EGO, la gente que ha bajado los brazos ante la impotencia y se hunden completamente en su servilismo al EGO, por estas fechas también andan muy activas, pero no en limpiar sus almas y crecer, sino en ir diseminando mentiras, provocando discordias, generando caos, falsificando versiones, golpeando a inocentes, estropeando construcciones pacíficas, anulando tratados de verdadera paz, asesinando al bien y al inocente.
Como agonizantes desesperados, patalean, gimotean, llorisquean, insultan, gritan, agreden, berrean, maltratan, destruyen, bloquean, estafan, aterrorizan, simplemente para mantenerse con un pequeño hilo de vida, con la fantasías de que están en realidad vivos y valen algo sus existencias, a las órdenes de su Amo el EGO.
No nos extrañemos pues que por estas fechas, cada año, abunden las manifestaciones del mal provocado por el hombre, de manera más o menos ampulosa, puesto que en la guerra entre la Luz y la oscuridad, los enemigos de la Luz se apuran para no ser derrotados.
(Atención, no son guerras místicas de ángeles ni demonios, ni de Jedis contra Siths, o “buenos” y “malos”, por lo general este lenguaje poético que emplee es una descripción de luchas internas de cada persona, entre tendencias individuales naturales aunque algunas de ella se encuentren fuera de lugar y de enfoque. Sin embargo, el hombre es un ser ecológico, sus luchas internas necesariamente repercuten y afectan a la comunidad y al entorno. Los que son siervos del EGO por lo general no solamente se afectan individualmente, sino que también provocan cambios negativos a los demás.)

La culpa, trayendo imágenes del pasado (real o fantaseado); y el miedo, provocando fantasías acerca del futuro, nos bloquean de confiar y gozar a plenitud en el presente.
Por lo cual, es necesario aprender y entrenarse a vivir en el presente, concentrarse en lo que estamos experimentando aquí y ahora, y dejar de estar pendientes de lo que está por fuera de esta dimensión del ser.
Por supuesto, acarreamos un pasado.
También, debemos ser conscientes de las consecuencias de nuestros actos actuales en la construcción de nuestro futuro, y en la existencia de los demás.
Sin embargo, si no sembramos ahora, ¿qué cosecharemos mañana?
Vivamos el momento, hagamos nuestra parte, seamos constructores de Shalom sin permitir que nada nos desequilibre de nuestra ruta sagrada.
Cuando digo “vivir el momento”, no estoy justificando cualquier acto o perversión, ni siquiera aquellos nefastos pero escudados en lema bien intencionados. “Vivir el momento” es precisamente eso que quise decir. VIVIR, en su real expresión, que solamente se consigue con la plenitud en cada una de nuestras dimensiones existenciales.
Esto es, aquel que se hunde en vicios, difícilmente pueda decirse que esté “viviendo”, sino más bien está “pasando por la vida”, o quizás “sobreviviendo”.
Aquel que se ajusta a máscaras para rechazar su propia cara, es decir, se comporta de acuerdo a identidades que no le corresponde, tampoco está viviendo a plenitud, sino actuando como un actor mediocre en el escenario teatral de la vida.

Por ejemplo, hay tantos “noajUdas” que se la pasan merodeando instituciones judías, repitiendo como ecos huecos palabras hebraicas, angustiándose para realizar rituales que remeden ritos judaicos, llenándose de anhelos por aparentar ser judíos o algún día convertirse a judíos… ciertamente no están viviendo, ni hallando plenitud en sus vidas, ni desplegando sus dimensiones internas y externas hacia la cima de sus potencialidades. Sus vidas son pantomimas, mascaradas, obras patéticas llenas de dolor y miseria, aunque las pueblen de risotadas, aplausos, cancioncitas jasidea, barruntos rabínicos, comentarios sabihondos en foros de internet, etc.
Su rechazo a su identidad noájica, en pos de vivir como una sucursal pobre y desamparada del judaísmo, no es más que la manifestación evidente (para el ojo conocedor) de una vida miserable, dolorosa, iracunda, llena de terror y culpa. Una vida gobernada por el EGO, que deplora su condición natural y sagrada de noájida para disfrazarse de otra cosa, de algo que se supone se desea, pero que en el fondo (y ni tanto) se odia sobremanera.
Y así como este ejemplo de los “noajUdas” te podría haber mencionado a los falsos judíos mesiánicos, a los fanáticos de cualquier religión, a los extremistas de todo tipo, a los que traicionan, a los místicos, a los falsos cabalistas, a los que se hacen pasar por seres de luz pero son miasma caótica, a los que estafan, a los que roban, a los que depredan, a los que son agobiados por su orgullo o su ambición, etc.

Si tenemos a la vista la brújula los mandamientos divinos que nos toca cumplir, difícilmente haremos de nuestra vida un desperdicio.
Pero, tampoco hagamos de los mandamientos un ídolo, ni de pretender perfeccionarnos en ellos un ejercicio de escapismo a nuestra meta de desarrollo integral, pues está en nosotros desplegar nuestra multidimensionalidad a su máxima expresión.
Ejemplo, el noájida que se detiene a meditar y barruntar si el dar caridad es parte de los mandamientos que le competen o no, y si está haciendo algo sagrado al ser caritativo, cuando de hecho no hay un mandamiento noájico sobre el ser caritativo. Mientras tanto, mientras pierde tiempo y energías en debates inútiles, deja de actuar como constructor de Shalom, no abona a la tarea de perfeccionar al mundo, dejan de ayudar al desamparado, etc.
Todo EGO y más EGO.
Así pues, que los mandamientos no sean un ídolo, es parte de la tarea que debemos afrontar cada día en nuestro triunfo sobre el EGO.

Las excusas que ideamos se multiplican, por eso los obstáculos se acrecientan.

La vida y sus lecciones se presentan como desafíos que deben superar por medio de atenerse a la sabiduría y guía divina, expresadas en el manual de vida llamado “Torá”.
Torá judía, para los judíos.
Torá noájida, para los noájidas.
La Torá noájida es simple y sencilla, pero perfecta y sagrada: Siete Mandamientos Universales.
De los cuales se derivan reglamentos y modos de vida que conllevan plenitud del gozo de la bendición que constantemente se está recibiendo de lo Alto.

Los retos cotidianos suelen ser provocados por nuestro EGO, o el EGO de otros.
Son pocos (comparativamente) los acontecimientos a sufrir a causa de desgracias de índole natural, ajenos al EGO.
Por tanto, sea cual fuera el origen del padecimiento, al aprende a tomar conciencia y vivir conectados con la Luz omnisciente de nuestro interior, al tomar conciencia de nuestra esencia espiritual y nuestra conexión con Dios, estamos en disposición para llevar el padecimiento a su mínima expresión y encontrar caminos de plenitud incluso en la oscuridad.

El EGO emplea tu energía para encarcelarte y dominarte.
Eres tú quien provee al EGO de su aparente poder.
Si dejas de derrochar tu energía en culpas, miedos, enojos estarás en posesión de un poder casi ilimitado para romper con tus dificultades y gozar de la bendición constante.

Confía en ti mismo, en tu Yo Esencial.
Confía en Dios.
Admite que sientes miedo, que dudas, que te aterra el futuro, que temes tomar malas decisiones, que te sientes atrapado por el pasado, que te sientes impotente y por ello te enojas y amargas.
Admítelo, no lo niegues.
Sé consciente de tus limitaciones.
Pero no te quedes solamente en ello.
Luego de reconocerlo, déjalo de lado.
Si tienes miedo, igualmente hazlo.
Si dudas, toma una decisión y llévala a la práctica.
Si te aterra el futuro, vive el presente a pleno.
Si no has sido hábil en tus elecciones pasadas, entrénate en reconocer, analizar, evaluar y decidir.
Si estás atrapado por el pasado, es porque no vives el presente.
Si te sientes impotente, quizás lo seas, pero tu manera de reaccionar no te hace más poderoso, sino más y más impotente.
Si estás enojado y amargado, reconócelo pero no te llenes de estiércol ni lo eches encima de los demás.
Si te equivocaste, REPARA.
Si te olvidaste, recuerda.
Si erraste, existe el arrepentimiento completo y sincero (teshuvá).
Si fracasaste, no te quedes empantanado en el fango, ahogándote más y más en él.
Si actuaste movido por el EGO, muévete al compás del altruismo.
Si negaste tu identidad, aprende a conocerla, amarla, respetarla y armonizarla con tu multidimensionalidad.
Si vives penando, ¡disfruta! Dios te da de continuo bendición y todo lo que precisas, eres tú quien se niega a gozarlo.
La vida es bella, pero la afeas con tus cadenas al EGO.
Goza, piensa en grande, vive a pleno.
Si te parece que todo esto es palabrería muy complicada o vacía, ¡tienes razón! Porque esto que te cuento ahora no es para ser contado, sino para ser vivido…

¿Por qué seguir postergando decisiones?

Este es el momento…

Oración para sucot

Introducción

De acuerdo al libro «Oraciones cotidianas», disponible en el sitio de la Sociedad noájida de Oklahoma:

Israel también ofreció sacrificios específicos por las 70 naciones durante la Fiesta de las Cabañas [Succot]. Estos sacrificios tuvieron lugar todos los días durante el periodo de siete días, comenzando primero con trece toros, y disminuyendo en uno  por día hasta que en el séptimo día, se sacrificaban siete toros para un total de setenta»*

Oración para sucot


«En este día, aprendemos cómo el remanente de las naciones vendrá  algún día ante Ti, reconociéndoTe como su Rey, como está escrito por el profeta Zacarías:

“16 Y  sucederá  que los sobrevivientes de todas las naciones  que atacaron a Jerusalén subirán año tras año para adorar al Rey, al SEÑOR de las Huestes y celebrar la Fiesta de los Tabernáculos.

17 Si alguno de los pueblos de la Tierra no sube a Jerusalén para adorar al Rey, el SEÑOR de las Huestes, no recibirá la lluvia.

18 Y si el pueblo de Egipto no sube y no participa, tampoco tendrá lluvia. El SEÑOR enviará una plaga para castigar a las naciones  que no vengan a celebrar la Fiesta de los Tabernáculos. 19 Este será el castigo de Egipto y todas las naciones que no vengan a celebrar la Fiesta de los Tabernáculos.” *

Te damos las gracias por habernos privilegiado al revelarnos los Caminos de vida conocidos como las “Siete Leyes de Noé”.

Que mientras  vengamos de  numerosos países  a aprender de Tus Leyes nos guardes del destino de aquellas naciones  que quieran hacer el mal a Tu Pueblo.

Guárdanos de ser víctimas de su tiranía y control.

Resérvanos  de los  perversos  mandatos de sus decretos. Que quienes hemos puesto atención  a Tu llamado, estemos  bajo Tu divina protección.

Llévanos a servirTe con un corazón perfecto e íntegro.»

*Succah 55b

*Los textos fueron extraídos de los libros «Daily prayers» y «Communal prayers» del sitio  www.okbns.org

Traducido por Fabián Sepúlveda Morales

A propósito de Shavuot

Durante el transcurso de esta semana el pueblo judio celebra su fiesta de Shavuot. Para quienes deseen profundizar acerca de esta festividad y su relación con los noájidas haciendo clic AQUI se abre un texto que nuestro maestro preparó para nuestro beneficio.

Si bien Shavuot es una festividad de propiedad judia por voluntad Divina, ¿qué tenemos para aprender nosotros los noajidas al respecto?

Luego que el pueblo judio es sacado de Egipto recibió la Torá en Sinai. Eso nos enseña que desde la óptica Divina la libertad tiene un propósito y se enmarca dentro de limites establecidos que deben ser respetados. Libertad sin leyes es libertinaje. Dichas leyes permitieron al pueblo judio permanecer juntos, llegar hasta su tierra y conquistarla, y ubicarse allí como una nación autónoma.

La salida de Egipto fue solo el primer paso hacia la libertad fisica y espiritual, y la recepción de la Torá fue el garante de que eso seria así. Pesaj marcó la libertad del cuerpo, pero Shavuot representa que los judios alcanzaron verdadera libertad en todos los planos: físico, emocional, intelectual, social y espiritual.

Como noájidas podemos, sin que sea obligación y sin que por ello esperemos recompensa, aprovechar estos dias para entender que haber salido de las religiones (personal o social) fue sólo la primera parte del recorrido hacia la libertad plena. No basta con haber abandonado la idolatria, es menester profundizar en el estudio y vivencia de las leyes que como noájidas nos fueron dadas. Es bueno ser noájida consciente, pero es de mayor repercusión ser un noájida activo.

El pueblo judío en conjunto fue capáz de comprometerse con el Creador diciendo: «Todo lo que Dios habló haremos y entenderemos» (Éxodo 25:7). Que llegue el dia en que los noájidas lleguemos a ese nivel de compromiso.

Que la bendición que es dada al pueblo judio por celebrar su fiesta nos alcance a nosotros los noajidas.

SALIENDO DE EGIPTO; UN NOAJIDA FRENTE AL “IAM SUF”

No soy del pueblo de Israel, y tampoco vi a Moshé alzar su mano y luego abrirse el mar en dos, pero también estuve allí, no en otra vida, sino en esta; también estuve temerosa y anhelante antes de la apertura del mar, ya no volvería a ver a Egipto como hasta ese momento (siendo Egipto todo lo que representa la idolatría) y en silencio esperaba ver la ayuda que viene del Eterno,  de cara al mar estaba la posibilidad de ser libre para servir al Dios de Israel, tal y como soy, gentil en medio de las naciones. Allí sólo debía “ponerme en marcha”.

Cuando empecé a conocer la verdad, a descubrir la falsedad de las religiones fue quizás como estar de cara al mar, esperando verlo abrirse en dos y cruzar a la libertad.  Atrás quedaba lo que conocía como tierra firme, lo que aprendí, lo que había sido hasta entonces, de frente estaba un mundo nuevo, maravilloso, profundo, inquietante, pero a pesar de ello … nuevo para mi.

La idea de Dios que habría una vez cruzara ese mar era opuesta a lo que había aprendido; pero,  pese al temor, a las críticas, al desprecio, perdida de amigos incluso de mi familia estaba el anhelo de mi alma por la verdad, por la libertad, por  conocer realmente a Dios.  Y allí al abrirse ese mar que invita a confiar, a esperar en el Eterno me sentí sola, con temor de que la idea de verdad que estaba por descubrir también fuera falsa… Dude, sentí temor y  lloré, porque  aún no le conocía, pero allí también surgió la esperanza, la confianza.

Hoy puedo decir que soy realmente libre, libre para ser quien soy, obra de mi Hacedor y con identidad propia. Luego de cruzar el mar que se abriera ante mis ojos puede realmente descubrir la Grandeza de Dios, Un Dios Verdadero y no imaginario, el pueblo de Israel salió a la libertad y junto con ellos podemos salir también nosotros, claro ellos como judíos, nosotros como gentiles y juntos en la libertad verdadera podemos construir el mundo de shalom, que tanto esperamos sea una pronta realidad.

Amigo, si aun estas en Egipto, escucha la voz que te invita a ponerte en marcha hacia la libertad, busca entonces tu verdadera identidad.  ¡Se libre!

Pesaj: cuerpo y alma

Pesaj cuerpo y alma

Pesaj, como toda fiesta judia, tiene un cuerpo y un alma. El cuerpo de la fiesta de Pesaj está formado por los rituales, las leyes y la estructura de la tradición. El alma es su significado, su propósito.

El cuerpo de Pesaj es conmemorar el Éxodo, la salida de Egipto. El alma de la fiesta es la Libertad. Al unir ambos se logra la trascendecia. El éxodo no fue unicamente un asunto técnico, no fue unicamente una nación dejando atrás a quienes los esclavizaban. Nuestro respetable Moré ha enseñado que «Mitzraim» (hebreo para Egipto) significa límitaciones, barreras, constricciones. Salir de Mitzraim es liberarse de las limitaciones que nos hacen esclavos de nuestros temores, inhibiciones y adicciones. Al pueblo judio se le enseña siempre a verse como si constantemente estuviesen saliendo de Egipto, y esto es algo que los noájidas podriamos, sin obligación, aplicar a nuestras vidas.

El alma de Pesaj nos da la oportunidad de evaluar cada una de las facetas que conforman nuestra vida y asi descubrir dónde estamos parados en este mismo instante. Incluso de sernos dificil considerar cada uno de los planos de nuestra existencia (material, emocional, intelectual, social y espiritual) podemos tomar uno o dos que creamos debemos trabajar en pro de su mejora.

Podamos todos, judios y noajidas, ser bendecidos con un Pesaj lleno de trascendencia, que abra canales de esperanza y confianza. Que juntos, cada uno desde su lugar, podamos hacer nuestra parte para generar bendiciones, y que la mejor manera de hacerlo sea añadirle trascendencia a nuestra identidad espiritual.




Pesaj: disfrutando de lo permitido

Disfrutar de lo permitido y alejarse de lo prohibido es una máxima que en estos dias de Pesaj puede ser aplicada con toda libertad. Estamos en un tiempo en que nuestra capacidad de elegir puede ser puesta a prueba y conocernos un poco más, tanto a nivel personal como familiar.

En nuestro caso como familia, el dia lunes por la noche tuvimos nuestra fiesta de Pesaj. Los dias previos a ésta organizamos la casa, las compras, las recetas, los invitados, etc.

Escuchar a nuestra hija decirle a los invitados «Feliz Pesaj» hizo que la cena se tornara interesante, ya que ella tuvo la libertad de desear a todos que tuviesemos un buen tiempo.

De igual manera nosotros tuvimos la libertad de elegir alguna comida especial, de darle a nuestra hija un regalo, de sentarnos a conversar con los amigos que fueron invitados.

Fue una cena donde el mayor premio lo recibimos nosotros como familia, puesto que los invitados estuvieron contentos de principio a fin, y nada más grato que saber que otros se sienten a gusto por la atención que les brindas.

Vale decir que al organizar una cena que incluya invitados se llega a sentir miedo, incluso pena, pero debemos sabernos libres y hacer lo que hay que hacer a pesar del miedo o de la pena. Luego nos dimos cuenta que los prejuicios están a la orden del dia y muchas veces hacen que nos abstengamos de disfrutar lo que tenemos permitido.

Destaco que la cena no incluyó rituales, o elementos judíos, pero sí mucha conciencia al saber que estabamos disfrutando del sustento siendo libres de cualquier invento de la religión.

Desde ya esperamos poder disfrutar de la próxima fiesta que tengamos permitida celebrar.

Encarecidamente los invitamos a salir de la rutina, a organizarse, a invitarse unos a otros, a estudiar, a aprender, a practicar. Como gentiles tenemos demasiada libertad así que aprendamos a usarla de la manera más sabia posible.


La elección que el gentil hace por Dios

¿Elegimos nosotros a Dios o Él nos elige a nosotros? Si depende únicamente de nosotros acercarnos a Él entonces es por mérito propio que llegamos a ser (en nuestro caso) fieles y justos de entre las naciones. De paso somos los únicos responsables por el desarrollo de nuestra identidad espiritual.

Si lo segundo es cierto, entonces el hombre o mujer que llega a convertirse en justo entre las naciones, poco o nada tuvo que hacer para llegar a serlo. Por consecuencia poco o nada tendrá que hacer para mantenerse siendo noájida.

Un buen tema para desarrollar en esta especial semana de Pesaj en la cual como noájidas podemos esmerarnos en meditar respecto a nuestra relación con el Creador, como una muestra de que ya no vivimos en el «Egipto» espiritual.

¿Por A o por B, qué implica dicha elección?

Bienvenido el sano debate.

Pesaj, lo espiritual vs. lo material

Cuando el pueblo judio celebra Pesaj, lo hace conmemorando un evento cultural-personal en la historia que compete unicamente a ellos. ¿Cómo puede esta celebración ser relevante para los noajidas?

Los Sabios explican que hay dos aspectos relativos a la esclavitud y el exilio en Pesaj, el físico y el espiritual. Muchos judios en la actualidad se encuentran en un «Egipto espiritual», es decir que ellos no son observantes de Torá en ninguno de sus niveles por cualquier razón que no viene al caso. Pesaj es un tiempo para que el pueblo judio recuerde su escape físico que ocurrió en el pasado, pero tambien, de ser necesario, para facilitar un escape espiritual de vuelta a Dios aqui y ahora.

Los noájidas no experimentaron el rescate fisico de la esclavitud hace cientos de años, pero todos los noájidas tiene en común la experienca de descubrir la verdad acerca de Dios y elegir abandonar sus previas falsas creencias por Su Ley.

Pesaj es un tiempo en que los noajidas podemos ser agradecidos por nuestro «rescate» de la idolatria e incluso examinar nuestras vidas espirituales para ver si hay algo más que podamos hacer para honrar al Creador.

Mantengamos despierta nuestra conciencia del tiempo esta próxima semana que el pueblo judio celebra su Pesaj, y acordemonos del significado histórico y del compromiso de Dios tanto con el pueblo judío y los noajidas justos que lo elegimos a Él.