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La Naturaleza de la Judeofobia (G. Perednik) – Unidad 1

El sacerdote Edward Flannery, en el prólogo a su obra Veintitrés Siglos de Antisemitismo, revela que su interés por este tema nació cuando descubrió que la ignorancia al respecto es un abismo que separa a judíos de cristianos. "¿Cómo es posible que el judío – se pregunta Flannery- abrumado por la conciencia de la secular opresión que ha sufrido en el mundo cristiano, hable en igualdad de condiciones con el cristiano, que está sinceramente convencido de que su interlocutor otorga excesiva importancia a las persecuciones?"


 

Unidad 01: Introducción

Por: Gustavo Perednik

 

El sacerdote Edward Flannery, en el prólogo a su obra Veintitrés Siglos de Antisemitismo, revela que su interés por este tema nació cuando descubrió que la ignorancia al respecto es un abismo que separa a judíos de cristianos. "¿Cómo es posible que el judío – se pregunta Flannery- abrumado por la conciencia de la secular opresión que ha sufrido en el mundo cristiano, hable en igualdad de condiciones con el cristiano, que está sinceramente convencido de que su interlocutor otorga excesiva importancia a las persecuciones?"

Y bien, en ese sentido un curso como el nuestro podrá tender un puente sobre el abismo, permitiendo a más gente conocer páginas muy oscuras de la experiencia humana, y llamativamente poco investigadas.

Hasta 1879, el odio hacia los judíos no tenía siquiera un nombre especial. Ese año Wilhelm Marr acuñó el término "antisemitismo" a fin de distanciar el fenómeno de toda connotación religiosa. El panfleto de Marr, "La victoria del judaísmo sobre el germanismo considerada desde un punto de vista no-religioso" exhortaba a que se hostilizara a los judíos independientemente de sus inclinaciones religiosas. Pero el vocablo que Marr eligió tiene varios defectos.

En principio, "semitas" no hay. Puede hablarse de lenguas semíticas, o de grupos semitas de la remota antigüedad, pero suponer que, por ejemplo, un judío de Holanda, uno de Etiopía pertenecen a la misma "raza semita" junto con un árabe de Marruecos, es a todas luces absurdo.

En segundo lugar, y más importante aún, personas contra los semitas, no sólo que no hay, sino que nunca hubo. Jamás se crearon partidos, publicaciones, o ideas que combatieran a los "semitas". Es más, la voz se presta a juegos de palabras. En marzo de este año, el canciller egipcio Amer Musa respondió a una acusación preguntando: "¿Como vamos a ser antisemitas, si nosotros somos semitas?"

Lo lamentable es que el término acuñado por un judeófobo como Marr se difundió por doquier, aun cuando tres años después, un prestigioso pensador judío, León Pinsker, sugirió la más apropiada palabra, "judeofobia", para caracterizar el encono hacia los judíos.

"Judeofobia" es más precisa porque en el prefijo señala el verdadero destinatario de esta aversión, el judío, y en el sufijo alude a su carácter irracional. Es cierto que en psicología "fobia" también responde a su origen griego, "miedo". Y se habla de ailurofobia (miedo a los gatos), nictofobia (a la noche) o claustrofobia (a los lugares cerrados). Pero en ciencias sociales tiene un significado más cercano al odio (no al temor) como en "xenofobia" (odio a los extranjeros).

La judeofobia no es una forma de la xenofobia, puesto que los judíos no son extranjeros de los países en los que viven. Y si, como dijimos, tampoco son una raza, la judeofobia no es una especie del racismo. Es un fenómeno muy singular, y como tal vamos a estudiarlo.

Hemos ofrecido cinco justificaciones del término "judeofobia" en lugar del usual "antisemitismo". Estas incluyen motivos históricos, semánticos y lógicos. Pero si aún no están convencidos de que el uso de "judeofobia" sea el deseable, permítanme agregar un argumento más.

El prefijo "anti" combinado con el sufijo "ismo" sugiere una opinión que viene a oponerse a otra opinión, como en antimercantilismo, antidarwinismo o antiliberalismo. Pero la judeofobia no es una idea. Jean-Paul Sartre, en su famoso libro sobre el tema, sugiere que no le permitamos al judeófobo disfrazar su odio de "opinión". En la medida en que usemos "antisemitismo", los judeófobos podrán adornar a sus rencores con una aureola de criterio razonado, lo que además nos impide entender el fenómeno de la judeofobia con claridad.

La Singularidad de la Judeofobia 

Odios contra grupos siempre existieron. Pero en nuestro estudio partimos de la base de que el despecho contra los judíos es único. Los judíos fueron odiados en sociedades paganas, religiosas y seculares. En bloque, fueron acusados por los nacionalistas de ser comunistas, por los comunistas de ser capitalistas. Si viven en países no judíos, son acusados de dobles lealtades; si viven en el país judío, de ser racistas. Los judíos ricos fueron agredidos y los pobres maltratados. Cuando gastan su dinero son resentidos por ostentosos; cuando no lo gastan, son despreciados por avaros. Fueron llamados cosmopolitas sin raíces o chauvinistas étnicos. Si se asimilan al medio, son temidos por quintacolumnas; si no, son odiados por cerrarse en sí mismos. Cientos de millones de personas han creído por siglos, que los judíos beben la sangre de los no-judíos, que causan plagas y envenenan pozos de agua, que planean la conquista del mundo, o que asesinaron al mismísimo Dios.

En aras de ordenar la clase, digamos que no hay odio más antiguo, más generalizado, más permanente, profundo, obsesivo, peligroso y quimérico que la judeofobia. Veamos cada característica separadamente.

  1. Antiguo. Robert Wistrich tituló a su último libro sobre el tema "El odio más antiguo". Veremos enseguida las distintas posibilidades acerca de cuándo nació la judeofobia, pero adelantemos ya que se trata de un inquina que continuó más o menos durante dos milenios y medio. O como explica Shmuel Etinger, la judeofobia "es un fenómeno que se prolongó ininterrumpidamente, en lo fundamental, desde la época helénica hasta nuestros días, aunque asume características distintas en el curso de la historia. Precisamente, su continuidad histórica es un factor decisivo en su intensidad y en su capacidad de adaptarse a las cambiantes condiciones contemporáneas".
  2. Generalizado. De todos los países europeos en los que residieron, los judíos fueron expulsados alguna vez. Los ejemplos más recordados son Inglaterra en 1290, Francia en 1306 y en 1394, Hungría en 1349, Austria en 1421, numerosas localidades de Alemania entre los siglos XIV y XVI, Lituania en 1445 y en 1495, España en 1492, Portugal en 1497, y Bohemia y Moravia en 1744. En las más diversas situaciones históricas, los judíos fueron hostilizados en casi todos los países del mundo, aun aquellos en donde no estaban. El Japón de hoy es un ejemplo de cómo la judeofobia puede existir aun cuando la comunidad judía sea minúscula. Y China es frecuentemente citada como la excepción a esta regla de la universalidad de la judeofobia.
  3. Permanente. En la mayoría de los lugares, la judeofobia continúa años, décadas, e incluso siglos después de que los judíos han partido. El rey Eduardo I expulsó a los judíos de Inglaterra en 1290, y su readmisión no se produjo hasta 1650. Es notable que Shakespeare pudo crear su estereotípico Shylock, el judío de "El Mercader de Venecia", después de tres siglos en los que en su país no había judíos. La audiencia podía despreciar al judío y burlarse de él, sin que ninguno de ellos, ni sus padres, ni sus abuelos, los hubieran conocido en persona.
    En el siglo XVII Francisco de Quevedo atacaba a su competidor literario, Luis de Góngora, aludiendo a su "nariz judía" y amenazando con que untaría sus poemas con tocino a fin de que los judíos no se los plagiaran… aunque éstos habían sido expulsados de su país hacía más de un siglo.
    En Latinoamérica, Julián Martel escribe su novela "La Bolsa" en la que se acusa a los judíos de haber hecho quebrar la Bolsa de Comercio de Buenos Aires en 1890, una época en la que virtualmente no había judíos allí.
    Un último ejemplo: en 1968 el gobierno polaco lanzó una campaña por radio y televisión tendiente a "desenmascarar a los sionistas de Polonia". Casi treinta años después de que tres millones de judíos polacos fueran exterminados por los alemanes, en Polonia podía aún despertarse odio por una diminuta minoría que no alcanzaba al 1% de la población.
  4. Profundo. Como resultado de los atributos mencionados, los estereotipos mentales en contra de los judíos están hondamente arraigados. Si tenemos en cuenta que por siglos, cientos de millones de personas creyeron que los judíos transmiten la lepra, que matan niños cristianos para sus rituales, que dominan el mundo entero, que son una raza promiscua o criaturas diabólicas, que Dios desea que sufran, u otras variantes, entonces se ve por qué la judeofobia es tan fácil, por qué el judeófobo no debe invertir muchos esfuerzos en despertar antipatías contra el judío, ya que no tiene más que echar mano a la asociación mental apropiada a un momento determinado.
    Se dice de Goebbels, el ministro de propaganda alemán durante el régimen nazi, que había distribuido un cartel que mostraba a un hombre montado en un bicicleta con la leyenda "La desgracia de Alemania son los judíos y los ciclistas". El lector se preguntaba ingenuamente "¿Y por qué los ciclistas?" y así la propaganda había cumplido con su objetivo. La profundidad de la judeofobia había hecho una buena parte del trabajo.
  5. Obsesivo. Para el judeófobo los judíos no son un enemigo; son el enemigo. No ve satisfecho su impulso hasta que el judío no es quebrado del modo más total. Durante los siglos XIX y XX en el imperio ruso las palizas y asesinatos de judíos se difundieron a tal punto, que se acuñó el término "pogrom" para definirlos. Y eran vistos por sus perpetradores como el medio de salvar a la nación. "Byay Zhidov Spassai Rossiyu, Golpea al judío y salva a Rusia" era su lema.
    Ernest Cassirer reflexionó en "Modernos mitos políticos" acerca del discurso de despedida de Adolf Hitler a la nación alemana, antes de su suicidio el 30 de abril de 1945. ¿Cuál fue su mensaje? No recordó las glorias de Alemania, ni expresó dolor por la destrucción de su país; no se arrepintió del baño de sangre en el que acababa de sumir al mundo; ya no promete la conquista. Su atención sigue fija en un punto que lo obsesiona: los judíos, "el enemigo eterno". "Si soy vencido, la judeidad podrá celebrar"… Y si bien Hitler encarnó la judeofobia en su extremo máximo, la obsesividad es una característica reiterada.
  6. Peligroso. Debido a su profundidad, con mucha frecuencia la hostilidad contra los judíos desborda la discriminación y estalla en violencia física. En casi todos los países en donde los judíos viven o vivieron, fueron en algún momento sometidos a golpizas, tortura y muerte, por el único motivo de ser judíos. Por ello toda expresión judeofóbica es potencialmente más peligrosa que expresiones de aversión contra otros grupos. Por ejemplo, en todos los países hay chistes xenofóbicos en contra de minorías. En los EE.UU. son los chistes de polacos, en Inglaterra de irlandeses, en Brasil de portugueses, en la Argentina de gallegos, en Suecia de noruegos, etc. Los chistes de judíos pueden ser tan inofensivos como cualquiera de los otros. Sin embargo, si no hubieran existido habido chistes de judíos en Europa durante uno o dos siglos antes del Holocausto, la virulencia de la judeofobia podría haber sido menor, y los nazis habrian encontrado menor apoyo para su genocidio. Para las otras minorías mencionadas, no hubo hogueras, cámaras de gas y hornos crematorios. Y la judeofobia se transmite en gestos, en chistes y en generalizaciones, mucho más que en conferencias. Ulteriormente, cuando un prejuicio es tan peligroso, los chistes pueden ser letales.
  7. Quimérico. Este bien puede ser el rasgo esencial. El odio de grupo deriva usualmente de una incorrecta interpretación de la realidad. Si como hoy, un francés odia a los argelinos porque corrompen su cultura, o un alemán odia a los turcos porque le quitan sus puestos de trabajo, en ambos casos la realidad ha sido mal interpretada. Ciertamente hay desempleo en Alemania, pero no son los turcos los culpables de ello.
    El caso de la judefobia difiere de la xenofobia mencionada. No hay que confrontarse con una interpretación incorrecta, sino con mitos. Los judíos son odiados por comer no-judíos en el pasado, o por dominar el mundo en el presente, por haber matado a Dios, o por haber inventado el Holocausto, o por promover las guerras, la esclavitud, el mal.

No es fácil contender con argumentos de esta índole.

Incluso si hubiera odios que comparten una o dos de estas características, no se encontrará uno que, como la judeofobia, combine todas ellas. Que la encaremos de modo singular no significa, por supuesto, minimizar el sufrimiento de otros grupos, o condonar la persecución contra otras minorías cualesquiera. Todo aborrecimiento de grupo, todo racismo y persecución deben ser repudiadas. Pero la judeofobia sigue siendo el odio más antiguo, profundo, peligroso y quimérico, y si la diluimos en un mar de discriminaciones y prejuicios, la entenderemos menos. Empecemos por analizar cuándo se originó el fenómeno.

Seis Teorías sobre el Origen de la Judeofobia

Puede esgrimirse que la judeofobia comenzó:

  1. con los primeros hebreos, hace cuatro milenios;
  2. con la esclavitud egipcia hace algo más de tres milenios;
  3. con el Retorno a Sión, hace dos milenios y medio;
  4. con el helenismo alejandrino, hace veintitrés siglos;
  5. con el cristianismo, hace dos milenios;
  6. con el totalitarismo moderno, hace algo más de un siglo.

En esta lección intentaremos descartar las teorías 1,2,3 y 6. En la próxima nos concentraremos en la teoría 4, y en la lección subsiguiente en la 5.

Sobre la teoría 1, digamos que rastrear la judeofobia hasta la época patriarcal es incorrecto, tanto histórica como teóricamente. Desde el punto de vista histórico, no es cierto que los judíos hayan sufrido persecuciones por tanto tiempo. Aunque hay algunos versículos bíblicos que evidencian un tono judeofóbico, extraeremos de la Biblia solamente arquetipos que faciliten la comprensión, y no precisión histórica.

El primer ejemplo podría ser Abimelej, el rey de Guerar en el Neguev, quien espetó al patriarca Isaac: "Alejate de entre nosotros, puesto que te has hecho más poderoso que nosotros" (Génesis 26:16). Este es un arquetipo de los argumentos que emplea la judeofobia, especialmente porque el original hebreo puede leerse "Alejate de entre nosotros, porque has prosperado a costa nuestra".

Desde la teoría, sostener como Hermann Gunkel que con los primeros hebreos aparece la judeofobia, es dar por sentado que las meras diferencias son la fuente del odio, y no la intolerancia frente a la diferencias. Abraham no tenía por qué generar enemigos por el hecho de proponer la distinción monoteísta; la judeofobia comienza con los judeófobos, no con los judíos.

En cuanto a la teoría 2, quien sostenga con Charles Journet que la motivación del Faraón era judeofóbica, debe tomar la Biblia demasiado literalmente. Es cierto que el monarca egipcio expresa un tercer argumento habitualmente empleado por judeófobos: que los judíos son una quinta columna. Así lo enuncia el Faraón: "He aquí los hijos de Israel, son más que nosotros y más fuertes. Actuemos contra ellos con astucia para que no se multipliquen y, para que cuando nos acaezca una guerra, no se unan a nuestros enemigos para combatirnos" (Exodo 1:9-10). Pero sería más razonable atribuirle a los egipcios un intento xenofóbico de esclavizar a otros pueblos, una práctica usual de la antigüedad, y no un odio específico contra los judíos como tales.

Otros arquetipos de judeofobia que trae la Biblia son los pueblos que atacaron a los hebreos gratuitamente, durante la marcha hacia la Tierra Prometida. Los dos más destacados son Amalek y Midián, precisamente por la gratuidad del ataque. En esos dos casos, a diferencia de Moab, el trayecto de los hebreos no representaba amenaza alguna para ellos. Por ello el ataque fue generado por la saña y a mansalva. Pero la historicidad de esos combates es demasiado nebulosa como para que puedan considerarse comienzos de la judeofobia.

Descartadas las hipótesis 1 y 2, pasemos a explicar la 3, que señala el origen de la judeofobia en la época del Retorno judío a Sión durante el siglo V a.e.c. Probablemente, de esta época data el máximo arquetipo bíblico de la judeofobia, Hamán. En efecto, algunos historiadores relacionan a este personaje con el rey persa Jerjes I, quien habría sido el Ajashverosh (Asuero) del libro de Ester. De acuerdo con este texto, Hamán fue el visir del rey que planeó el genocido de todos los judíos del extenso reino. Y, otra vez, aun cuando la historicidad de los hechos no fue demostrada, las palabras de Hamán tuvieron eco en las de los judeófobos de todas las épocas: "Hay un pueblo disperso en todas las provincias… cuyas leyes son distintas de las del pueblo, y no observan las órdenes del rey… Escríbase que sean destruidos" (Ester 3:8).

Más allá de la Biblia, hay dos eventos de ese siglo V a.e.c. que sí podrían marcar la génesis de la judeofobia. Uno en la tierra de Israel (el ataque contra los que regresaban de Babilonia para reconstruir Jerusalem) y otro en la Diáspora (la destrucción del templo judío de Elefantina en Egipto).

Cuando Nejemías, en cumplimiento del permiso que otorgara el rey Ciro de Persia, lideró el Retorno a Sión en el año 445 a.e.c., debió confrontarse con la activa oposición de Sanbalat I "el enemigo" (Nejemías 6:1,16).

Tres décadas después, el templo que la comunidad judía había erigido en la pequeña isla de Elefantina en el Nilo, fue destruido. El templo se había levantado en el 590 a.e.c. y fue destruido en el 411 a.e.c. por los sacerdotes de Khnub con la ayuda del comandante persia Waidrang. Pero más que un estallido judeofóbico, aquella destrucción parece haber sido un acto fanático de egipcios que resentían el dominio persa.

Podemos concluir que los episodios de Sanbalat y de Waidrang fueron aislados, y no dejaron huellas en la historia de la judeofobia, que aún debía nacer. Esta conclusión nos deja con tres tesis, las 4, 5 y 6.

Esta última fue sostenida por Hannah Arendt, quien en "Los orígenes del totalitarismo" describe "el antisemitismo como una ideología secular evidentemente diferente" del odio religioso contra los judíos. Esta descripción es simplista. Por supuesto que los partidos políticos judeofóbicos se crearon en Alemania en el los años 1880s, y por entonces ocurrió por primera vez que un régimen utilizara la judeofobia como un medio calculado para obtener poder, pero lo importante no es cuándo la judeofobia fue por primera vez un instrumento político, sino cuando apareció.

Es cierto que el siglo XIX trajo consigo un nuevo tipo de judeofobia. Pero el fenómeno ya existía: es único precisamente por su adaptabilidad a distintos contextos históricos. Esta característica muestra tanto su permanencia como su singularidad.

Nos quedamos entonces, con las dos teorías más aceptables. Las raíces de la judeofobia están o bien en el helenismo, o bien en el cristianismo. En las próximas dos clases analizaremos sendas posibilidades.

Bibliografía

La bibliografía general en la que se basa el curso es:

  • "Historia del antisemitismo" de León Poliakov, en cinco tomos.
  • "Antisemitismo" de James Parkes, Ed.Paidós, Bs.As., 1965.
  • "Veintitrés siglos de antisemitismo" de Edward Flannery, Ed. Paidós, Bs. As., 1964.
  • La bibliografía especial, se irá ofreciendo en cada una de las clases.

¿Blancos = Negros?

Leí recién en el portal de la BBC que varios estados en Estados Unidos quieren presentar sus disculpas, de manera oficial,  por su participación en el tráfico de esclavos.

La tendencia comenzó en Virginia, cuyas autoridades pidieron perdón oficialmente el mes pasado por sus épocas esclavistas.

Este viernes, a sólo unas cuadras del muelle donde atracaban los barcos de los traficantes hace más de 240 años, el Senado de Maryland aprobó unánimemente una resolución que expresa una "pena profunda" por haber mantenido la práctica y por el "legado de discriminación" que ha dejado la misma.

Ahora el documento debe ser aceptado por la Cámara Baja de este estado.

El senador demócrata de Maryland, Nathaniel Exum, quien impulsó esta resolución, dijo que una disculpa oficial podría ayudar a mejorar la relación entre las diferentes etnias si todo el mundo "se lo lleva al corazón".

"Sólo espero que exista una visión de que todos podemos vivir en armonía y que el gobierno realmente pueda ser de la gente, por la gente y para la gente", manifestó Exum.

También funcionarios en Georgia y Missouri están discutiendo mociones similares las cuales podrían materializarse en las próximas semanas.

Esta lectura me ha llevado a escribir sobre la afrodescendencia…

Quizás algunos de ustedes, cuando oyen mencionar la palabra afrodescendiente piensan inmediatamente en una persona de piel oscura y con facciones un poco toscas. Pues bien, muchos estudios genéticos indican que todos los seres humanos somos afrodescendientes, ya que los orígenes de la raza humana están en un valle al este del continente negro, en lo que actualmente se conoce como Malawi. Esto en palabras más sencillas y coloquiales lo que nos quiere decir es que hasta los alemanes aquellos que se consideraban “una raza” superior estaban equivocados. Según la RAE el significado, ajustado a la especie biológica humana, de la palabra “raza” es: f. humanidad (II género humano).

Por muchos años muchos europeos han creído que su condición de “blancos” los hace diferentes, especiales, y hasta superiores. Sabiendo ahora que la raza humana es una y que por milenios ésta ha venido a adaptarse al medio ambiente dónde una “etnia” se ha desarrollado, es descomunal pensar, o seguir pensando, que existen diversas razas y que éstas están separadas en castas.

Se vislumbra en el futuro próximo, ya viendo que algunas sociedades lo están haciendo, que toda la sociedad internacional reconocerá que el género humano es igual, trayendo posiblemente esto al fin un clima de tolerancia, paz, armonía y justicias.

Esperemos que sea muy próximo ese futuro y que venga acompañado de un crecimiento más que civil, que sea un crecimiento que nazca del encuentro del hombre con su Espiritualidad y así trascienda la sociedad a un nivel que haga realidad los anhelos de construir el shalom.

Resp. 78 – Pureza de creencia, de pensamiento, de sentir y de acción

Shalom estimado More:
Aprovechandome su tolerancia y sabiduria, le suplico me aclare las siguientes dudas:
1–hubo algo realmente original en el mensaje de j–s, en su epoca, porque tengo la impresion de que lo que dijo, ya todo estaba el Tanaj.
2–en el Tanaj, como interpretar o asimilar los pasajes donde Hashem aparece como vengativo o sanguinario, se que debe haber una forma correcta y edificante de entenderlo.
3–hay o podria haber una forma de verificar o certificar, que el nivel de conocimientos y preparacion de un noajida, son los adecuados como para dirigir una comunidad de manera correcta.
Todas estas dudas son no solo mias, sino tambien de algunos de los hermanos con los que me reuno a platicar.
le agradezco su paciencia y sabiduria.
Que Hashem lo colme de bendiciones… Shalom
Ramon Sanchez M
orelos- Mexico

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Que seguir, la Fe o la Razon ?

Como llegue al movimiento noajida ?

Tal vez eres de los que como yo, fue criado en un ambiente 100% católico, y no te cabe la menor duda sobre la fe en Jesus y en Maria.
Yo creía 100% en lo que se decía en la iglesia.
Creía en Jesus como Dios.
Aceptaba la palabra de la iglesia sobre por que los judíos habían rechazado a Jesus.
Me molestaba ver como los judíos acaparaban la ciencia y el poder.

Y tal vez por esto mismo, me fue tan duro al principio, pero tan fácil al final, el dejar la iglesia. Seguir leyendo Que seguir, la Fe o la Razon ?

Abismo despues del horizonte…

Pareciera que algunos europeos realmente navegan hacia el horizonte franco, rumbo a caer en el abismo que sus mentes obtusas han pensado desde la ominosa Edad Media.

Racismo puro y retroceso acelerado es lo que despiden por los poros algunas instituciones europeas y muchos de los habitantes del viejo continente. No bastó con todo el tiempo de guerras y progroms que se produjeron hasta hace muy poco tiempo, no ha bastado con todos los males que han causado al mundo y a pueblos enteros los europeos, pareciera que asumir sus inmensas responsabilidades con respecto a lo que han hecho y lo que han dejado de hacer les cuesta mucho y de ello hubiera nacido un reconcomio que poco a poco ha servido no para exterminar los sentimientos ultraderechistas y reaccionarios de izquierda sino como caldo de cultivo para expandir y "intelectualizar" dichos sentimientos.

Es realmente penoso que gran parte de la población europea y muchas de sus instituciones aún quieran seguir en una posición de terrible intolerancia, pudieramos decir que la "pax romana" acabó por convertirse en el "ánimo de guerra, de progrom, de persecusión" constante; ya Europa no quiere ir a conquistar territorios, para acabar con sus recursos físicos, sino que quiere conquistar las mentes y almas para destruir lo más valioso, el pensamiento plural, la variedad cultural. Se han convertido en verdaderos predadores que consumen y consumen la fuerza de trabajo de países pobres del hemisferio sur para luego no reconocer todo lo que les ha sido de provecho tal fuerza; ¿no cuenta entonces que mientras el dictador por la gracia de dios Francisco Franco asolaba a la España con su maniaco gobierno les hubiesemos abierto las puertas a toda esa cantidad de españoles que en algún momento necesitaron asilo y cobijo en algun rincón de tierra que les asegurara sobrevivir?, ¿no vale que mientras la Europa central se recuperaba del caos que habia dejado el gobierno nazi y luego se reunificara la Alemania para alcanzar nuevamente un estatus que mantuviera una calidad de vida segura para sus habitantes nosotros los americanos les hayamos dado nuestro apoyo incondicional?. Si algunos europeos no han valorado eso, no serán capaces de valorar nada. 

Quiera D»s que pronto sepamos construir shalom   

Las pseudolibertades de los pseudopatriotas

(Publicado originalmente por Opinión Noájida)

 Seguro usted habrá oido la frase
Si no estás conmigo, estás contra mi“…
Llamémosla la proposición CH.

¿Le parece una afirmación de intolerancia?

Casi siempre lo es.

¿Y que tal si dicha frase – la proposición CH – viene como una “pequeña impureza” dentro de una “solución destilada” – dentro de un sistema doctrinario – digamos una ideología política o religiosa, etc.? ¿Se volvería aceptable?

Digamos que 99 de las 100 afirmaciones de tal emprendimiento ideológico son positivas o al menos inicuas… ¿Sería esto suficiente para “tragarnos la píldora” CH sin más ni más?

Más aún, ¿qué tal si al “caldo” le aumentamos el que toda una colectividad o pueblo se convence a tal punto de que de hecho el condimento CH es el “elixir de la vida” que se toma el brebaje sin más? ¿Sería entonces aceptable la frase CH?

Para un ciudadano promedio de una nación con un sistema psudodemocrático esto sería más que suficiente. Más aún si su líder – el pseudopatriota – tiene un carizma que engatusa…

Pero no, la píldora CH es una píldora eutanásica.
Provoca casi con seguridad la muerte.
Muerte a la libertad de expresión.
Muerte a la esencia del ser humano: su capacidad de discernir caso a caso.

La frase CH es peligrosa.
Especialmente cuando cae en manos de un pseudoprofeta (mejor dicho un falso profeta) o de un pseudopatriota (mejor dicho un falso patriota).

Ejemplos los vemos en la historia a raudales.

Hitler y Stalin dejaron su huella. Sus pueblos así lo permitieron.
Y ante ellos el resto de naciones “cedieron para no perder“…

Ahmadinezhad, Kim Yong Nam, Chávez, Morales, Correa y sus secuaces intentan acrecentar su huella – de por sí ya lamentable y dolorosa. Y sus pueblos endosan el extremismo…
Y el resto de habitantes del planeta parece mayoritariamente idiotizado: “cedamos para no perder“…

Probablemente las naciones no reaccionan producto de sus religiones mayoritarias.

¿Cómo así?
Es que si usted busca se encontrará con que la frase CH está en la esencia del Islam, del Cristianismo y Comunismo.

Y ahora pensemos en qué terrible que sería un líder – un pseudopatriota – con una ideología que combina lo peor de estas retóricas tan comunes hoy en día…
¿No se le viene a la mente el pseudopatriota que se proclama así mismo cristiano, que mueve a las masas al socialismo del siglo 21 (mejor dicho al estalinismo) y que es reconocido por los países islámicos como su indiscutible líder?

Construir Shalom

La paz, igual que el amor, solo se consigue a través de un constante hacer. Pero, ¿hacer qué?.

Hacer, o construir: es crear, ordenar, dar sentido, a algo; en este caso, estaríamos creando condiciones idóneas para que haya armonía y sea la paz.

¿Cuáles serán esos factores necesarios para "Construir Shalom/Paz"?

Tolerancia, Respeto, Consideración, Agradecimiento, Rectitud, Lealtad, Solidaridad, Amistad, Hermandad, Comprensión, Justicia, Equidad, Sobriedad, Modestia, Humildad, Moderación, en fin, me quedo corto enunciando los valores necesarios para construir Shalom.

Para concluir podemos apreciar que "construir Shalom" es algo más que un slogan, es una necesidad, y cuando logremos hacerlo, entonces es porque habremos cambiado de actitud hacia nuestra vida y entorno.

Quiera D»s que pronto sepamos "construir Shalom"

Resp. 68 – Altibajos pero sin retrocesos


mi esposa a veces duda y otras veces esta de acuerdo y esto nos ha traido alguna especie de confusión, ya que ella siente que no puede salir de todo este engaño del nuevo testamento asi que atravezamos momentos dificiles, en este aspecto, por lo demas nuestra relación esta estable, demnos su consejo. …
Identidad en reserva

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Resp. 51 – Arrepentimiento y perdón internos

Shalom More.
Quisiera quitar un poco de su tiempo pues necesito de su consejo y de su correccción si es necesario, no me molestare todo lo contrario se lo agradecere. 
Hace tiempo atrás me dispuse a estudiar responsablemente las siete leyes, especificamente el Retornar a Dios. En el libro del Gentil Justo ,capí­­tulo 4 en la Parte 2.2 explica que es el arrepentimiento completo,me di cuenta que en muchos comportamientos mí­­os como por ejemplo ,el enojo, impaciencia, irritabilidad, intolerancia, no he alcanzado el arrepentimiento,y lo mas triste me he dado cuenta que no he hecho el suficiente trabajo para empezar de apoco a cambiar estos malos comportamientos. El haberme dado cuenta que no estaba haciendo lo suficiente me hizo recapacitar de la tremenda importancia que tiene este Retornar a Dios responsablemente,y cuando leí­­ en esta Parte 2.8 que dice, Aquel que confiesa de boca pero no decide de corazon abandonar su pecado es como quien se sumerge en una pileta ritual teniendo una rata muerta en sus manos. Lainmersión en la pileta no conlleva purificación hasta que el individuo se deshace del objeto impuro. Bueno esto y mucho mas me hizo tomar la determinación de cambiar y comenze a trabajar en ello, no me ha sido fácil , pero no claudicare, mi mayor enemigo esta dentro de mi, soy yo misma con estos vicios y malos comportamientos que se adhieren a uno como uan segunda piel , pero como le digo no claudicare. Le agradezco todo lo que nos enseña dí­­a a dí­­a, su tiempo, su paciencia y hasta las correcciónes, no me cabe duda que EL Eterno le retribuirá en la medida justa, gracias por su tiempo, esperare su respuesta. Le saluda
Leila Paz
Guatemala

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EL MUNDO JUDíO

El pensamiento de León Tolstoi respecto a los judíos
Publicación hecha por Tolstoi en 1908, en el periódico londinense

¿Qué es un judío? Esta pregunta no es tan extraña como parece.
Veamos qué clase de criatura peculiar representa el judío, sobre quien todos los gobernantes y todas las naciones, ya sea en conjunto o por separado, han cometido abuso y dado tormento, han oprimido y perseguido, pisoteado y masacrado, quemado en la hoguera y ahorcado…., y a pesar de todo ello, todavía sigue vivo. ¿Qué es un judío, que nunca ha permitido ser descarriado por todas las posesiones mundanas que sus opresores y perseguidores le han constantemente ofrecido para que cambiara su creencia y abandonara su propia religión judía? El judío es ese ser sagrado que ha bajado el fuego eterno de los cielos y a través de él ha iluminado el mundo entero. El judío constituye la cuna, el manantial y la fuente de religión de la que todos los demás pueblos han extraído sus creencias y religiones. El judío es el pionero de la civilización. La ignorancia fue condenada en la Antigua Palestina mucho más de lo que es hoy en día en la Europa civilizada. Además, en aquellos días de salvajismo y barbarie, cuando ni la vida ni la muerte de nadie tenía el más mínimo valor, Rabí Akiva no se abstuvo de expresarse abiertamente en contra de la pena de muerte, una práctica que en la actualidad es reconocida como una forma de castigo altamente civilizada.
El judío representa el emblema de la tolerancia civil y religiosa. «Amad al extranjero y al residente temporario», ordenó Moisés, «porque vosotros habéis sido extranjeros en la tierra de Egipto». Y esto fue expresado en aquellos tiempos remotos y salvajes cuando la ambición principal de las razas y de las naciones consistía en abatirse y oprimirse unos a otros. En cuanto a la tolerancia religiosa, la fe judía no sólo dista mucho del espíritu misionero de convertir a pueblos de otras creencias, sino que, por el contrario, el Talmud ordena a los rabinos informar y explicar a todos aquellos que voluntariamente vienen a aceptar la religión judía acerca de todas las dificultades que encierra su aceptación, y recalcar a los supuestos prosélitos que los justos de todas las naciones tienen su parte en la inmortalidad. Ni siquiera los moralistas de nuestros días pueden jactarse de una tolerancia religiosa enaltecida e ideal de este tipo.
El judío representa el emblema de la eternidad. Él, es a quien ni la masacre, ni la tortura durante miles de años pudo destruir; él, es quien ni el fuego ni la espada ni la inquisición pudo borrar de la faz de la tierra; él, quien fue el primero en presentar las profecías de Dios, él es quien durante tanto tiempo ha sido el guardián de la profecía, y es quien la ha transmitido al resto del mundo. Una nación semejante no puede ser destruida. El judío es eterno como lo es la Eternidad misma”.

León Tolstoi, 1.908