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Un valor imprescindible, la Perseverancia.

La perseverancia es alcanzar la meta propuesta y buscar soluciones a las dificultades que puedan surgir en el camino.

Un viejo cuervo vagaba por el desierto, y le dio sed. No había nada en varios días. Finalmente, se encontró una jarra que tenía un poco de agua en el fondo. El pájaro trataba de beberla, pero su pico no alcanzaba a llegar hasta el fondo de la jarra.

Una fábula de Esopo ilustra este valor:

Al principio no sabía que hacer. Parecía que no iba a poder beber de esa agua. Entonces, tuvo una idea. Comenzó a dejar caer piedritas dentro de la jarra. Solo podía agarrar con el pico una piedrita a la vez, pero el insistió y vio como el nivel del agua subía un poco. Una a una continuó echando las piedras, por un momento casi se rinde, llegó a pensar que era inútil tanto esfuerzo. Pero después de haber arrojado las suficientes piedritas, el agua al fin subió y el cuervo pudo beber y saciar su sed.

Si queremos aprender a ser perseverantes debemos:

Ejercitar diariamente nuestra fuerza de voluntad, luchando contra la flojera, el descuido y la indiferencia.

No desanimarnos ante los problemas, ellos existen para ser resueltos, usemos nuestras habilidades, y si sentimos que no podemos pidamos ayuda a nuestros semejantes.

Debemos estar claros en la meta que nos propongamos, si estamos seguros, no sentiremos miedo.

Mantengamos la alegría y la honestidad en todo lo que hagamos, la disciplina y el trabajo no deben ser algo molesto.

Extraído del Semanario Infantil "El Baúl de Jacinto"

Amor Fraternal

Hace mucho, mucho tiempo, en la región donde se levantaría Ierushalaim, la ciudad sagrada, vivían dos hermanos. Eran labriegos, y cultivaban la tierra que habían heredado de su padre. El hermano mayor era soltero. El menor era casado y vivía con su esposa y cuatro hijos pequeños. Los hermanos se amaban tanto que no querían dividir el campo entre ellos. Araban, sembraban y cosechaban juntos. Y el producto del trabajo en común era repartido por partes iguales.

Cierta noche, en tiempo de cosecha, el hermano mayor se acostó a dormir. Más no pudo conciliar el sueño. “Heme aquí – se dijo – solo, sin mujer y sin hijos. No tengo que alimentar ni vestir a nadie. Mi hermano, en cambio, tiene la responsabilidad de una familia. ¿Es justo entonces que compartamos nuestras cosechas en la misma proporción? Sus necesidades son mayores que las mías”

A medianoche se levantó, tomó una pila de gavilla de trigo y las llevó al campo de su hermano. Luego volvió a su tienda y se durmió en paz.

Esa misma noche tampoco pudo dormir su hermano, pues pensaba en él. “He aquí que cuando sea viejo mis hijos me cuidaran, pero ¿qué le sucederá a mi hermano? ¿Quién cuidará de sus necesidades? No es justo que compartamos nuestras cosechas del mismo modo”. Así que se levantó, reunió un montón de gavillas de trigo y las condujo al campo de su hermano, dejándolas allí. Hecho esto, se acostó nuevamente, y se durmió en paz.

Cuando vino el alba ambos hermanos se extrañaron sobremanera de encontrar la misma cantidad de trigo cosechado que había dejado la noche anterior. Pero no se comunicaron el asombro que les había causado el suceso.

A la noche siguiente repitió cada hermano lo que había hecho antes. Y a la madrugada tuvieron motivo nuevamente para asombrarse. El número de gavillas en cada campo no había variado.

Pero en la tercera noche, cuando ambos hermanos repetían el traslado de gavillas, se encontraron en la cima de una colina. Inmediatamente comprendieron lo que había ocurrido. Embargados por la emoción, dejaron las gavillas y se abrazaron, llorando de gratitud y felicidad. Luego retornaron a sus tiendas.

El Señor contempló con suma complacencia esta demostración de amor fraterno, y bendijo el lugar donde se había llevado a cabo. Y cuando el Rey Salomón construyó el Templo, lo hizo precisamente en ese sitio, del cuál la paz y el amor confluyen hacia todo el mundo.

Antes del descubrimiento

En la seguidilla de publicaciones de letras de Les Luthiers, y a petición del público, publicamos ahora, para distracción de nuestros lectores, la historia del adelantado Don Rodrigo Diaz de Carrera, un español que en vez de entrar por el caribe entra a nuestro continente por el Río de la Plata, y desde allí empieza a subir hasta llegar en su periplo hasta Puerto Rico. 

La lección de este texto del famoso grupo humoristico-musical es aprender divertidamente de nuestra historia como continente y así adquirir identidad y sentido de pertenencia. 

Mastropiero era un apasionado de la investigación histórica. Se pasaba largas horas en la biblioteca de la opulenta marquesa de Quintanilla cuyos volúmenes le apasionaban. Así supo Mastropiero, precisamente allí (en la biblioteca) de la existencia de un enigmático personaje del siglo XV, El Adelantado Don Rodrigo Díaz de Carreras, hijo de Juana Díaz y Domingo de Carreras. Al principio de su investigación Mastropiero supuso que Don Rodrigo pertenecía a la misma familia Díaz que las célebres cortesanas Angustias y Dolores Díaz, pero luego cotejando ciertas fechas comprobó que Angustias y Dolores no provenían de esos días. Está bien…

Mastropiero ya estaba por abandonar la investigación cuando encontró en la biblioteca de la marquesa el viejo manuscrito de un anónimo poema épico redactado sobre la base del diario de viaje del Adelantado Don Rodrigo Díaz de Carreras. Según este poema, Don Rodrigo había arribado a las costas del río de la plata en 1.491, o sea, un año antes del descubrimiento oficial de América. Este hecho por fin explicaba su título de adelantado. El poema describía además su heroico periplo hacia el norte del nuevo continente a lo largo de muchos años, culminando su gloriosa gesta en la isla de Puerto Rico. Impresionado por el hallazgo del poema, Mastropiero la usó como texto para una de sus obras más célebres con la que Les Luthiers finalizan su concierto de esta noche: “Cantata del adelantado Don Rodrigo Díaz de Carreras, de sus hazañas en tierras de indias, de los singulares acontecimientos en que se vio envuelto y de cómo se desenvolvió”. La obra se inicia con el arribo de Don Rodrigo a lo que luego se denominaría el Río de la plata.

Marcos Mundstock: Culmina Rodrigo dura travesía. Se acerca a la costa su fiel carabela después de seis meses de brava porfía. Desciende orgulloso y con galanura, ya clava su espada en la tierra soñada, la tierra del oro y de la aventura

Ernesto Acher: Llegamos a tierra firme, con nativos pronto dimos.

Resto: ¡Nos descubrieron!, ¡por fin nos descubrieron!

Ernesto Acher: Y en convite conocimos sus tolderías.

Resto: Pasen y vean que lindas tolderías.

Ernesto Acher: Al conocer sus tesoros despertó mi idea fija y al final cambiamos oro por baratijas…

Marcos Mundstock: Oro por baratijas. ¡Que abuso! ¡Qué trueque tan desigual! Después del canje Don Rodrigo guardó en un cofre todo lo que había obtenido. Montañas de baratijas.

Ernesto Acher: Tramposos, aprovechadores, devolved el oro…

Resto: ¡Minga!, ¡minga!

Ernesto Acher: Rescatemos nuestro oro, mis valientes. Con coraje, con la espada… con los dientes. ¡Mi honra está en juego y de aquí no me muevo!

Resto: Uhhhhhhhh!!!!

Marcos Mundstock: ¡Firme ante el enemigo! ¡Firme, con valor, firme Don Rodrigo! Y Don Rodrigo…firmó la rendición! Echa a andar Don Rodrigo tras mejor estrella leguas y más leguas hacia el rumbo norte. Le siguen sus huestes en la heroica huella a través de montes, de valles, de sierras… mas destino esquivo. Encuentra nativos que al cantar auguran sus hores de guerra.

Coro:

Somos come-chingones muy renombrados.

Joyas, collares, mantas vendemos en el mercado.

Y a los que no nos compran nos los comemos asados.

Ernesto Acher: No conseguiréis asustarme tras tan larga travesía. He venido a conquistarles (y a vender artesanía). ¡Mi honra está en juego y de aquí no me muevo!

Resto: Uhhhhhhhh!!!!

Ernesto Acher: Sí me muevo.

Marcos Mundstock: Y huye Don Rodrigo otra vez al norte. Triste, sin su tropa huye solitario. Descarga del hombro su pesado cofre y haciendo un alto anotó en su diario:

Ernesto Acher: Ayer dimos con un grupo de nativos y fuimos atacados… con todo éxito. He debido proseguir solo esta marcha pues los nativos prefirieron quedarse a comer con los soldados… digo a los soldados

Marcos Mundstock: Y en varias jornadas de marcha muy dura llega a una meseta de increíble altura.

Ernesto Acher: Llegué a tierras altiplanas arrastrando con porfía mi cofre de artesanías, magra fortuna. Allí encontré indios buenos que al ver mi traza ruinosa me cantaron una hermosa canción de puna…

Coro:

Duermase, Don Rodrigo duermase

Cierre sus ojitos, no los deje abiertos

Que si no se duerme se va a quedar despierto

¡Duérmase, duérmase! ¡Duerma Don Rodrigo!

¡Duérmase, duérmase! Vamos, duermase.

¡Duérmase, duérmase de una vez!

Marcos Mundstock: Diez horas duró este arrullo puneño. Rodrigo agotado por tal cortesía prosigue su viaje en busca del sueño… El sueño de gloria que alienta sus días: Descubrir poblados, conquistar reinados… y vender si puede las artesanías.

Ernesto Acher: Con mis fuerzas casi extintas a vasto imperio llegué. Puse pie en tierra de incas, o sea, hice hincapié.

Marcos Mundstock: Y llega Rodrigo en día de fiesta. Ve galas, pendones, banderas, y cintas. Y una muchedumbre que hasta pavor da que colma el camino real de los incas que los nativos llamaban Avenida …de los de acá.

Ernesto Acher: Y vi de pompa y boato como no vi en cortes nuestras. Sacerdotes, oficiantes, nobles, jefes, consejeros, y vi de tres mil guerreros que de poder daban muestras. Esclavos y servidores.. y unos diez mil extras.

Coro: Somos los incas

Carlos Núñez Cortés:

Somos los incas un pueblo inca-nsable

Nuestras riquezas son inca-lculables

Abominamos de inca-utos e incapaces

Pero nuestras canciones son todas inca-ntables

Marcos Mundstock: La gala imponente del fastuo aborigen recuerda a Rodrigo su sino glorioso, el noble designio que al viaje dio origen. Y encarando al inca anuncia gozoso:

Ernesto Acher: ¡Artesanías, vasijas de barro, ponchos, mates, boleadores, todo a mitad de precio debería usted comprar…!

Marcos Mundstock: Rodrigo es prendido por doce nativos mas lucha, se zafa y proclama altivo:

Ernesto Acher: ¡Deteneos, ignorantes, atrasados! Desde hoy quedáis todos conquistados. ¡Mi honra está en juego y de aquí no me muevo!

Marcos Mundstock: Quinientas leguas al norte Rodrigo un tanto agitado, triste nota que los incas del cofre se han inca-utado. El cofre que fue en la huída olvidado, descuidado, digamos que fue en verdad tontamente abandonado…

Ernesto Acher: ¡Hombre habrase visto tamaña insolencia, tamaña desvergüenza!

Marcos Mundstock: Rodrigo vehemente injuria a los incas pues le han privado de sus propiedades.

Ernesto Acher: No hablo de los incas, me refiero a algunos que gozan contando mis intimidades y encima me insultan.

Marcos Mundstock: Pues no, yo no he sido.

Ernesto Acher: Sí, sí, yo le he oído. Usted dijo tonto…

Marcos Mundstock: ¡Dije tontamente!

Ernesto Acher: Bueno, parecido

Marcos Mundstock: Parecido no es lo mismo, caballero.

Ernesto Acher: Es que usted está diciendo falsedades.

Marcos Mundstock: Usted exagera.

Ernesto Acher: ¡Reclamo mis fueros!

Marcos Mundstock: ¡Me atengo a la historia!

Ernesto Acher: ¡Mentiras!

Marcos Mundstock: ¡Verdades! Y yo no discuto con aventureros.

Ernesto Acher: Y yo no discuto con aficionades.

Marcos Mundstock: Dirá usted aficionados.

Ernesto Acher: La rima es lo que me inspira. Yo he dicho aficionades en lugar de aficionados porque usted dijo verdades.

Marcos Mundstock: ¡Con que yo dije verdades! ¡Luego usted dijo mentiras!

Ernesto Acher: ¡Terco y duro como una pared!

Marcos Mundstock: ¿Y eso con qué rima?

Ernesto Acher: ¡Con usted, hombre, con usted!

Daniel Rabinovich: ¡Haya paz! ¡Haya paz! Don Rodrigo, relator, que la calma no se pierda, que si seguís discutiendo os vais a ir a la… ¡Haya paz!

Marcos Mundstock: Quinientas leguas al norte, prosigo, en un bosque encuentra nativos Rodrigo que bailan y cantan con dulces sonidos.

 

 

Coro: Conozca nuestra cumbia que es el baile nacional

Visite usted Colombia y su ciudad capital: Bogotá.

 

 

Ernesto Acher: Colombia, Colombia, Colón… ¿Es que ya ha pasado por aquí Don Cristóbal? Pues nada, de aquí en adelante este país se llamará… ¡Rodrigombia! Decidme nativos, ¿do están los tesoros?, ¿do están las minas de plata y de oro?

Todos: ¡No tenemos!

Ernesto Acher: ¿Tenéis por aquí piedrecillas brillantes, zafiros, rubíes, topacios, diamantes?

Todos:¡No, no, no!

Ernesto Acher: ¿Estaño, antimonio, cobre o manganeso?

Todos: ¡Nada de eso!

Ernesto Acher: ¿Carbón, piedra pómez?

Todos: ¡Nones!

Ernesto Acher: ¿Botellas vacías?

Todos: ¡No!

Ernesto Acher: ¿Ropa usada?

Todos: ¡No!

Ernesto Acher: ¿Pero es que no tenéis nada?

Todos: ¡Tenemos un buen café, aromático y sabroso, café de Rodrigombia!

Marcos Mundstock: Al ver Don Rodrigo que nada consigue, con rumbo nordeste su viaje prosigue.

Ernesto Acher: Al llegar cerca del mar rogué que no se extinguieran mis fuerzas que entonces eran por demás flacas. Me inspiré tomando el nombre de los indios del lugar y en aquel hermoso lar fundé ¡Caracas! Fundé Caracas y acerté a fundarla en tan hermoso valle…

Marcos Mundstock: Fundó Caracas, dice.

Ernesto Acher: En tan hermoso valle…

Marcos Mundstock: Acerté a fundarla… Acertó a fundarla. Y tanto acertó que la fundó en pleno centro de Caracas que ya estaba fundada y él no la vio…

Ernesto Acher: Y bueno, hombre, con el apuro…

Marcos Mundstock: Los guardias, perplejos y algunos paseantes intentan prenderlo y en cárcel ponerlo. Rodrigo protesta fiero, desafiante…

Ernesto Acher: Ahhhhhhhh!!!!!!! Mi honra está en juego y de aquí no me muevo…

Marcos Mundstock: Por ante este tribunal se condena a Don Rodrigo Díaz de Carreras a la pena de destierro en la isla de Puerto Rico por los delitos de portación de armas y fundación ilícita. Archívese. No. Bien, a él.

Ernesto Acher: Estando el barco al llegar a donde cumplir mi pena de esclavos oigo un cantar que a negro destino suena:

Daniel Rabinovich:

Chabaia nenge nimón

Solangangaina engo

Sabania nengueneón

Sanga iobai oengo

Sabanga neingenon sabanga engo

Sabanga lenguenguelon

Sabanga lenguelón

Sabanga len, golen

Maga senguelá

Achicoria

Sabai enguelá

Sabai guana, guana

Guana catal

Aiamete, aie ie

Achicoria

Aia queteie ie

Obaiasá, iequete

Obaiase, ie ie

Obaiasá

Achicoria

Aiá yo

Acá tu

Aiá tu

Acá yo

Aiá yo y tu, acá

Achicoria.

¡Sapa, talaca

salapalacatá!

¡Sapa, talaca

salapalacató!

¡Achicoria!

¡Ay, ay ay ay ay!

¡Uay, ay ay ay ay!

Acatócoyo

Acatócoyo

Acatócoyo

Acatocábayo.

Ernesto Acher: Más ni bien no llegué a tierra firme fui de pronto conmovido por los ojos renegridos de una morena. Y revivieron mis sueños de viejo conquistador, sed de guerra… del amor que el alma llena… Ya vendrán otra gente a conquistar las Indias, yo me quedo aquí a conquistar… ¡Mi negra

Coro:

No hay en la vida nada como mi negra

Nada, nadita, nada… como mi negra

No hay en la vida nada como mi negra

Nada, nadita, nada… como mi negra

¡A ver ese piano!

¡Sabor chico, sabor!

¡Sabor chico, sabor chico!

¡Lleva, lleva caballero!

¡Lleva, lleva caballo… Caballero!

¡Yo siempre voy!

¡A cantar, a cantar!

¡Sí moreno!

¡A bailar, a bailar!

¡Si papacito!

¡A gozar, a gozar!

¡Azuquita!

¡Achicoria!

Hoy la brisa está tan suave

Como mi negra

Pero pocos se bambolean

Como mi negra

Y la música es tan bonita

Como mi negra

Es tocada por todo el mundo

Como mi ne..

¡No hay en la vida nada como mi negra!

Nada, nadita, nada como mi negra

Ernesto Acher: Y aquí se acaba la historia de Don Rodrigo ¡y el show, chico!

Coro:

Se acaba, se acaba, se acaba, se acaba,

Se acaba, se acaba, se acaba, se acaba,

Se acaba, se acaba, se acaba, se acaba,

Se acaba, ¡Se acabó!

¿No somos iluminados?

Siguiendo con la publicación de letras del famoso grupo humorístico-musical Les Luthiers, les presento ahora una muy divertida mofa de los que creen ser iluminados.
De su obra Verdades HIndudables les presento: Así hablaba Salí Baba. 

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Largos años

Ha pasado el tiempo… el último de los ciclos… los movimientos lentos, los finos cabellos plateados, el pausado hablar, la palabra alentadora que resume toda una vida, el consentimiento que se recibe de un suave y apacible rostro que nos dice que hay que andar despacio… y que del apuro sólo queda el cansancio… Es la vivencia, la sapiencia, la experiencia.

 

Así se resume quizás la última etapa de nuestro tránsito por este mundo, es posible que muchos lo tengan internalizado como: -“me estoy poniendo viejo” y en su mente este acontecimiento les sea desagradable y hasta reprochable; sin embargo, yo podría asegurar que la vejez es un estado mental. Es una etapa más que viene a cumplir en nosotros un ciclo como la niñez o la adolescencia.

Cuando digo que es un estado mental es precisamente porque nuestra mente es tan poderosa que todo aquellos que creemos, lo que significa que si nos creemos verdaderamente viejos y además como viejos es “normal” estar enfermos, entonces no es necesario que pasen muchos años después de generar ese pensamiento para que comience a hacerse realidad. El cuerpo, obediente a esa creencia comienza a descompensarse, sus valores saludables van en picada y se entra en una verdadera etapa de estancamiento y finalmente de descenso.

Si miramos la vida como un acontecimiento biológico-cósmico que se desarrolla por ciclos, los acontecimientos rítmicos no tienen por que producir enfermedad. Son cambios de estado importantes, sí, pero no acontecimientos dramáticos. Son edades diferentes pero no peores. Lo que ocurre es que en nuestra sociedad siempre se encuentran presentes las valoraciones de bueno-malo. Ningún momento es mejor que otro. Son diferentes. Tienen funciones diferentes. Ningún momento biológico puede ni debe usurpar otros momentos de su acontecer, no puede retroceder ni anticiparse. Debe vivir aquí y ahora. Así, es posible que descubra su esencia…

Entrar en la llamada etapa de la tercera edad es dar un paso hacia la grandeza, es el derecho y la oportunidad que se tiene para llevar bien en alto la antorcha de las vivencias, del reconocimiento de lo vivido, sin evaluaciones de bueno ó malo, simplemente es el contacto con el aquí y el ahora. Es un momento de revalorización del sí mismo, donde lo importante es lo que viene por vivir a partir de hoy, de este preciso instante, sin juicios, sin críticas, sólo desde la certeza de que el camino es para allá, con la amplitud y la apertura del merecimiento de toda la felicidad del mundo…

La verdadera maldición

Muchos hermanos noájidas han escapado de las feas garras de la idolatría que se disfraza de piedad. Han sido liberados de la opresión de las comunidades de falsos judíos mesiánicos, de los soldados del IMperio del Mal, y están en el bello camino del reencuentro amoroso con el Padre de todo ser.
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Porqué me aparté del Evangelio

El Evangelio es un mundo que muchos consideran como bueno, debido a las enseñanzas que sus lideres (Pastores, Evangelistas, Maestros) expresan.
Aparentemente sus enseñanzas son para el bien de las personas y por ende de la sociedad.
Pero, cuando una persona estudiosa de las Escrituras las analiza con profundidad se puede dar cuenta de que están en contra de los principios establecidos por El Eterno en la Torá.
Por ejemplo lo dicho en Deuteronomio 4:2 "No añadiréis a la palabra que yo os prescribo, ni quitaréis nada de ella; para que guardéis los mandamientos del Señor, vuestro Dios, que os ordeno", como se puede leer este mandato de Dios es muy violado por el mundo evangélico y cristiano, ya que ellos profundizan en una escritura (nuevo testamento) que nació mucho tiempo después del mandato de Dios lo cual es un error, ya que el mal llamado Viejo Testamento, nunca ha dejado de tener vigencia por lo tanto no se le debe llamar Viejo, sigue siendo hoy por hoy tan real y actualizado que no permite la incorporación de otro texto que no sea la propia Torá y el Talmud. 

Igualmente este mundo aparentemente bueno lo que hace es llevar a las personas por el camino de la idolatría, ya que ellos adoran a seres que no son Dios y está escrito en Deuteronomio 5:7 y 32:39  "No tendras otros dioses personajes delante de mí", "Ved ahora que yo, Yo Soy, y conmigo no hay más dioses. Yo hago morir y hago vivir; Yo hiero y también sano; no hay quien pueda librar de Mi mano.".
En estos dos escritos se puede evidenciar que El Eterno no aprueba de ninguna manera que alguna persona tome su lugar o se haga pasar por Dios cuando Él establece que solo hay un solo y unico Dios. Esto es algo que no tiene discusión, pero en el mundo evangélico lo interpretan de otra forma o manera distinta lo cual es un grave error, razón por la cual sali de este mundo lamentablemente tan idolátrico como cualquier otro, en donde dejan de lado las palabras del Dios para creer en palabras de hombres.

José N. Linares G. (Chano)

Lo que guardamos en el fondo…

Sup�n que en el fondo de tu casa guardas todos los enseres viejos, cosas que has depositado all�, misteriosos tesoros de otras �poca, utensilios que cre�as inservibles, en fin, una multitud de objetos y afectos que no tienes presente, pero que son parte de tu vida y all� quedan atesorados.

Est� ese pedazo de estampilla, que no sirve para nada; y tambi�n esa valios�sima moneda antigua que heredaste de tu padre cuando eras muy ni�o para comprender su verdadero valor; est� la foto de un olvidada novia; y tambi�n unos guantes muy abrigados que te vendr�an bien el pr�ximo invierno.

Tantas cosas hay en ese dep�sito en el fondo de tu casa, tantas y tan perdidas, puesto que t� no las tienes clasificadas, no las recuerdas, no sabes qu� hay, ni lo qu� vale, y a veces ni para qu� sirve.

Es bueno que cada tanto te hicieras tiempo para ir al fondo, y con paciencia, cuidado y empe�o hagas la limpieza. Que botes lo in�til o perjudicial, que guardes con esmero lo precioso, que tengas catalogado lo que te puede servir en alg�n momento.

Y es bueno que te ayude alguien que conozca mejor que t� el valor de ciertas cosas, y que adem�s tenga el coraje de decir "malo" a lo que lo es.

Y es bueno que ahora, d�a antes del comienzo de un nuevo a�o Universal, emprendas esta limpieza de ese fondo que todos tenemos, que es el armario de nuestros recuerdos y sentimientos.
L�mpiate de lo nocivo, clarifica lo que te servir�, y obt�n m�s vigor para tu vida.

Te ofrezco mi mano en esta obra de construcci�n.
Aprovecha este tiempo, que es de buena voluntad.

Aprovecha que el nuevo a�o Universal est� por comenzar.

Lic Yehuda Ribco

http://serjudio.com/cterapia