Hay cosas importantes que debemos recordar al momento de recibir una desgracia. Primero cada uno esta capacitado para poder soportar aquello que le ha sobrevenido, segundo que es totalmente inmerecido la livianidad del flagelo recibido, D-os conforme Su inmensa Bondad no nos paga conforme nuestras transgresiones, tal como esta escrito:»No nos trato conforme con nuestras transgresiones ni nos retribuyó conforme con nuestras iniquidades…Salmos 103: 10″.
No existen los desafíos imposibles. D-os ya nos proveyó de las herramientas necesarias para poder salir adelante ante cualquier desafío, tal como esta escrito: «pues conoce nuestra naturaleza, tiene presente que somos polvo…Salmos 103:14».
«El nombre Hoshea era conocido en la comunidad judía de Vitebsk. Así se llamaban dos importadores residentes en dicha ciudad, a uno de los cuales se lo conocía como Gran Hoshea y al otro como Pequeño Hoshea, en virtud de la envergadura de sus respectivas empresas. El Gran Hoshea era todo un potentado y sus negocios florecían cada vez más. En el otro extremo, el Pequeño Hoshea apenás podía subsistir merced a los empréstitos que constantemente se veía obligado a contraer.
Una vez, llegó un informe anunciando que uno de los envíos del Pequeño Hoshea había sido encautado por la policía aduanera. Para el pobre hombre, eso significaba no solo la pérdida de todo su capital, sino adémas la imposibilidad de afrontar las deudas asumidas.
Cuando le dieron la noticia, El Pequeño Hoshea se desmayó. Y si bien lograrón reanimarlo una y otra vez, cuando recordaba lo sucedido volvía a desmayarse.
Entonces dieron aviso al Admur Menajem Mendel del estado en que se encontraba el Pequeño Hoshea. El Admur recomendó que ni bien el hombre fuese reanimado nuevamente, le comunicarán que el mensajero se había equivocado, que había sido todo un error.
Y no se trataba de un consejo facilista del Admur, de ninguna manera estaba sugiriendo que le ocultasen la verdad al Pequeño Hoshea. Y en efecto, poco tiempo despues quedo en evidencia que el cargamento incautado pertenecía al otro Hoshea, al Gran Hoshea.
El Admur siempre decía que él no hacía milagros. Sin embargo los testigos de toda la secuencia del caso argumentarón que esta vez no podría negar que se trataba sin duda de una intervención supranatural, milagrosa, de su parte.
– Están equivocados – les respondió – Mi presentimiento no tuvo nada de milagroso. Pues como bien ustedes saben, cuando Hashem lleva a alguien a encarar un desafío o enfrentar una prueba, Él siempre le provee la habilidad de resistir y sacar conclusiones de la experiencia. De modo que cuando supe de la gran desgracia que atosigaba al Pequeño Hoshea y que él no estaba capacitado para encarar, comprendí que no podía estar dirigida a él; lógicamente, debía tratarse de un mero error.»
Un tercer punto nos declara el rey David acerca de las desgracias, «Al virtuoso desafía Hashem…11:5». Tal como explicitamente declara la Torá: «Elokim Probó a Abraham…Génesis 22:1».
Los sabios de Israel explican: Es como un granjero que tiene una vaca fuerte y una debil, ¿A cuál le pone el yugo? ¡Lógicamente a la fuerte! Del mismo modo Hashem pone a prueba solo a los virtuosos.
El Eterno además nos sanciona, tal como esta escrito: «Reprendes al hombre con castigos por sus transgresiones…Salmos 39: 12», para hacernos reflexionar, para hacernos retornar. Para que seamos concientes de que no estamos librados al azar. Debemos conprender que los sufrimientos son como las reprimendas con que un padre afectuoso sanciona a su hijo para enseñarle el camino de la vida. Tal esta escrito: «porque D-os al que ama castiga, como el padre al hijo a quien quiere…Prov. 3:12».
Aún en el sufrimiento uno debe mantener un mínimo de alegría en el corazón, como esta escrito: «Sirvan a D-os con alegría, ¡Vengan ante su presencia con regocijo!…Salmos 100:2, pues la alegría no consiste en la ausencia de penas en nuestras vidas, sino en la presencia de Hashem en ella.
Somos humanos, cometemos errores y somos corregidos por El Creador cuando retornamos con sinceridad, pretendemos mejorar y crecer en el Noajismo. Más allá de que el mundo secular lo vea de otra manera, todo es un proceso de purificación para así despertar en el Mundo Por Venir, tal como esta escrito: «Tú que me has hecho ver muchas aflicciones y males, volverás a darme vida y de los abismos de la tierra nuevamente me elevarás…Salmos 71:20».
La finalidad de los sufrimientos, desgracias y desafíos escapa a nuestra conprensión. Todo dependerá de nuestra percepción, conocimiento, confianza y fe depositada en D-os. No existe ningún desafío ímposible.
Oserven y aprendan del hombre íntegro y recto, pues hay un destino dichoso para el hombre de paz.