La identidad oculta.
En la vida cotidiana se nos presentan muchas dificultades y oportunidades de superarnos en nuestra identidad o de transgredir y ser cómplices del caos.
Suele ser difícil la situación cuando las personas que nos rodean no son de confiar, por ende uno se protege a si mismo, a la familia y a su propia identidad tanto sea en el trabajo, en la escuela, en la calle.
¿Vale la pena ocultar nuestra identidad ante los que creemos amigos o compañeros de trabajo o personas allegadas a nosotros, por ej. vecinos?
Tal vez sea difícil encontrar la respuesta, pero depende de cada uno, su rol, su status, su edad, su influencia. Hay quienes pueden aceptarnos y hay quienes pueden rechazarnos. La verdad se descubrirá en el momento adecuado.
Uno debe ser prudente en este asunto, hace falta mucha astucia, inteligencia y sabiduría para tratar estos casos. Y para saber responder ante las preguntas de dudas de quienes nos observan actuando diferente a lo normal.
¿Que suele pasar cuando ocultamos nuestra identidad?:
Pues, debemos disimular ser uno de ellos, es decir uno debe actuar en consonancia con los demás, con lo que es buena onda, con la jerga (vocabulario) que es normal escuchar. Pero, ¿es esto satisfactorio para nuestra persona e identidad, aún más, para nuestra personalidad?…
Por supuesto que no lo es. No encontramos satisfacción cuando ocultamos nuestra esencia, nuestra sabiduría, nuestra identidad. Te conocerían por ser una buena persona, pero no por ser un Noajida. Igualmente el ejemplo queda, la influencia esta presente y el actuar del otro dependerá de él mismo.
Lo que suele suceder es que tienes más probabilidades de transgredir que de construir. Pues, ¿como puedes dar a conocer tu identidad, si muestras algo que no es tuyo? ¿es más fácil andar por la vida disimulando ser quien no se es en vez de dar a conocer lo que eres?.
El problema radica en que si no actúas con una conducta de ética y moral, sino que prefieres disimular ser una persona más en el mundo, un ignorante, un desdichado de la vida, sin demostrar lo que verdaderamente eres y cuál es nuestro papel en la vida, te vuelves cómplice de aquellos que influencian para mal. Y tú eres todo lo contrario, eres un Noajida, un siervo de Dios, un constructor de Shalom.
Sin embargo no todos deben saber tu identidad, sé prudente y ágil de pensamiento para influenciar a aquellos que con voluntad escucharán y aprenderán. Asimismo enséñales a dudar y a escudriñar.
La enseñanza de Iaacov.
«No serás llamado Iaacov, sino Israel, pues luchaste con una fuerza divina y con hombres y prevaleciste…Gen 32:29.»
Iaacov desde joven se vio obligado a huir de su hogar para no perecer. Se enfrentó en sus travesías con estafadores y personas malas e hipócritas. Debió luchar por mantener su identidad y serle fiel a Dios en los momentos de augurio, de trabajo y rodeado de personas desagradables.
Lo Sabios explican que la frase… «con hombres»…refiere a Esav y Labán. Iaacov debió subsistir y construir Shalom en un lugar donde se pregonaba la idolatría y donde lo normal era ser estafador, engañador, mentiroso. Debió luchar por su identidad y criar a sus hijos en un ambiente poco moral.
En la actualidad estamos rodeados de personas desagradables, poco inteligentes, que buscan satisfacciones para su ego y su lado materialista. Les gusta hablar mal de los demás, comentar de aquellos que no les agradan y ser perfectos frente a sus propios ojos. Estos son el prototipo de «hombres» en la actualidad. Otro punto a saber es que la lucha no es solamente con la sociedad y aquellos que buscan y causan caos en el mundo, también debes luchar contra tus instintos, pasiones y deseos. Sin embargo esta escrito: «Prevaleciste…»: es decir, la Torá nos marca una lucha en la que podemos prevalecer, siendo fieles a nuestra causa, a nuestra identidad, a nuestro Dios. Tal como el Patriarca de Israel lo hizo.
Noajida, público o privado.
Nuestra conducta e identidad no es un disfraz que se lo deja al salir o que se lo utiliza solamente en casa con nuestros familiares y amigos. Sino todo lo contrario, eres un Noajida. Debes serlo tanto en lo público como en lo privado. No hace falta que los demás lo sepan, pero sí hace falta que tu propia mente lo sepa, capte y entienda que tu persona, que tu identidad importa y mucho.
Es difícil pues no somos lo normal dentro de la sociedad. Pero somos el ejemplo de como vivir la vida conforme la Voluntad de Dios. Personas de calibre alto, personas justas e íntegras. Que luchan por la paz, la armonía, la Luz y la causa Divina.
Dentro de un mundo de oscuridad hay pequeñas luces que irradian en él y lo iluminan para que la Luz Eterna que mora en los cielos descienda, metafóricamente, en el universo y gocemos de la dicha de la vida verdadera, pues somos pasajeros en un mundo donde durante el viaje elegimos el destino.
¿Cuál es tu destino y hacia donde te diriges? ¿Llevas a alguien contigo a través de tu influencia o vas solo a causa de tu disimulo?…
Eres importante para el mundo y el mundo lo es para ti. Eres más importante para Dios y cuanto debe ser Él para ti. Luchemos por la Causa Divina y hagámos de este mundo una morada para Dios.
Saludos!