Archivo de la categoría: Creencias erroneas

El consejo diario 146

De brujería

Sabemos que el 90% de las cosas de brujería son engaños, ilusiones, trampas, sugestiones o hipnosis.
Su poder radica principalmente en la creencia que deposita el afectado.

Hay un 9% que en la actualidad sigue siendo parte de lo aún no ha sido explicado por la ciencia.
Su fuerza está en poseer un conocimiento secreto, pero que no tiene nada de anormal. Probablemente, ni siquiera se den cuenta de que están en posesión de claves científicas disfrazadas de charlatanería.

Hay 1% que realmente cae en el área de lo absolutamente fuera de lo comprensible por el humano. Cosas que por su naturaleza, dañan por toda la eternidad el alma del que participa en eso.

Todos los que recurren a la brujería dañan terriblemente sus almas.
Podrían perjudicar, además, a otros.
Pero, aquellos poquitos que usan ese 1%, probablemente demuestren cierto poder especial sobre las cosas terrenales, pero su eternidad será de completo dolor.

El justo e íntegro vive con simplicidad, sigue con amor y reverencia los mandamientos del Eterno, y no se ocupa de aquello que está prohibido.

Resp. 283 – Biblia e identidad noájica

azul0305 nos consulta:

Tengo una duda respecto a la biblia,
1- yo puedo seguir leyendo el antiguo testamento,
2- porque a mí los salmos me gustan mucho,
3- que veo en el libro de rezos que hay algunos,
4- Isaías tiene muchisimas eseñanzas, Job…bueno todos.
5- Sólo que mi biblia nombra a D-S como jehová,
6- que tampoco sé porque está mal. Me pueden ayudar a discernir?
azul0305

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Planos de religiosidad

(Texto publicado originalmente en serjudio.com)

Antes de comenzar, una advertencia.
Ya he enseñado en numerosas ocasiones que no existe algo así como
“religión” judía (ni noájica), pero empleamos este término por una
comodidad del lenguaje y no como una afirmación de que realmente haya
“religión” judía (ni noájica).

En verdad el judaísmo es LA manera de vivir adecuada exclusivamente
para las personas con identidad espiritual judía (sea por nacimiento de
madre judía, o por haberse convertido al judaísmo formal y legalmente).

Así pues, el judaísmo es LA manera de vivir que corresponde a la
esencia espiritual judía, y NO es una religión, ni una raza, ni una
cultura, ni una moda, ni un club abierto.

De manera idéntica, el noajísmo es LA manera de vivir adecuada para
los gentiles, pues tal es lo que el Eterno ha provisto como excelente
para los descendientes de Noaj.

Dicho lo cual, pasemos al tema que nos compete en este momento, que es responder a esta pregunta:

¿cuál es la fuerza que adhiere a una persona a determinada religión?

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Te manda

Hace unos días me invitaron a brindar con vino en una boda.
Yo no tomo alcohol, a lo sumo una pequeña cantidad de vino para bendecir el shabbat cada viernes.

Al poco rato de tomar esa copa de brindis, sentía una extraña sensación. Me pesaba la cabeza, los pensamientos se me atoraban, la vista divagaba, la lengua se trababa, me sentía mal, como perdido dentro de mí mismo.

Pocos minutos más tarde, el mundo pareció detenerse de sus mareadas volteretas, retomar su curso, aquietarse, aunque la cabeza me giraba todavía un poco.

Los que tienen «cultura» alcohólica se reirán de mí, supongo, y no me pesa en lo más mínimo.
Prefiero ser abstemio a depender de una sustancia.

Pero, el mareo etílico me dio para pensar una analogía.
Cuando actuamos maliciosamente, de forma egoísta, injusta, excediendo los límites del bien y la justicia; cuando atropellamos los derechos del otro, cuando nos importa un bledo el recto camino de los mandamientos, es como si estuviéramos atragantados con alcohol.
Por supuesto que no es «satanás», o alguna mitológica fuerza la que nos lleva a cometer desmanes.
Sino que nos sometemos, nos dejamos mandar por nuestro EGO, alias el Ietzer haRa, alias la inclinación a lo negativo.
El tóxico manantial del EGO nos atrofia el pensamiento, nos abotarga el corazón, nos hace decir lo infausto, nos muestra fantasías, nos alela de nuestra esencia, embota nuestros sentidos, cancela nuestra inteligencia, nos enajena (hace ajenos a nosotros mismos).

La solución sería detener el beberaje de EGO, reemplazarlo con estudio de las partes permitidas de Torá, con buenas acciones, con nobleza, con generosidad, con perdón y arrepentimiento.

Así pues, la idea es que si te empiezas a sentir invadido por ese extraño desasosiego de las emociones viles, silencia tus palabras, para no caer en error. Detén tu marcha, pues probablemente te diriges a un puerto cochambroso.

Respira, toma un descanso, apártate de lo que te seduce para el mal, busca el bien que puedas realizar.

No dejes que el EGO te mande, pues es un pésimo amo, y peor esclavo.

¿Todos rezamos a la misma deidad?

Es muy buen texto, para afianzarse más aún en nuestra fidelidad al Uno y Único, el Eterno, e invalidar aquellas afirmaciones de que »Di-s es el mismo para todos», que en realidad no es así.

Además encontrarán en la parte final del texto muchas partes de versículos, que sirven para hacer añicos todas las mentiras idolátricas e infamias en contra del verdadero Di-s y su pueblo elegido. Les recomiendo que se lo copien y lo guarden en algún documento de texto, porque nunca sabemos en qué momento lo vamos a necesitar. Shalom amigos.

http://serjudio.com/rap2851a2900/rap2876.htm

Resp. 281 – Cualidades de un verdadero profeta

Stronzo nos consulta:

La pregunta era ¿Cuales fueron las cualidades de Moises para ser profeta y receptor de la Tora? ¿Y como fue que la Tora oral sobrevivio a traves del tiempo sin ser escrita para corraborarlo? Disculpe si mi pregunta no tiene nada que ver directamente con el noajismo, pero me gustaria conocer la diferencia entre un verdadero profeta y uno falso Gracias y que Di’s lo colme de bendiciones!
Xavier, Gonzalez, 25, ing en sistemas, Tampico, Mexico

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Resp. 280 – Masonería: ¿es lícito conociendo sus bases?

JUDÁ nos consulta:

BUEN MAESTRO YEHUDA, SOY FELIZMENTE NOAJIDA, SE ME HIZO LA OFERTA DE PERTENECER A UNA LOGIA MASONICA, LEI LO PUBLICADO ANTERIORMENTE, AUN ASI QUIERO CITAR UNA DE LAS BASES DE ESTA LOGIA, PARA QUE INSTRUYA TANTO A NOAJIDAS COMO A JUDIOS: «Jesucristo busco doce díscípulos a quienes hacer depositarios y propagadores de sus sublimes e imperecederas doctrinas y se encontró con Judas…\» LO ANTERIOR LO TOME DE LAS BASES DE LA LOGIA. ESPERO QUE COMO SIEMPRE NOS DEJE UNA GRATA ENSEÑANZA.
CORTÉS., 24, ESTUDIANTE, PUEBLA, MEXICO

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¡Dólares gratis, léelo!

El sistema educativo, particularmente en Venezuela, ha venido caracterizándose por su deficiente capacidad a la hora de transmitir Valores a las generaciones de relevo.

Miedo, por parte de los maestros, a corregir aquellas actitudes irreverentes que ponen en riesgo el sano desenvolvimiento de la jornada educativa, indiferencia frente a las actitudes violentas de y entre el alumnado, sinvergüencería de parte de los padres y representantes que ven a los docentes como los enemigos de sus hijos, son algunas de las constantes que se presentan en el ámbito pedagógico.

Como docente en ejercicio, he tenido que presenciar y experimentar en carne propia malos tratos provenientes de aquellos que se nos han asignado para formar como “el futuro del país”. Desde las más leves hasta las más graves faltas.

La defensa más común del maestro que confronta a sus alumnos es pedirles respeto: “Yo soy tu profesor, merezco respeto”, decimos. Sencillamente porque nuestro radio de acción está bastante limitado. Algunas veces creemos que seria bueno darle “uno solo, pero bien dado, a ver si aprende a respetar”. Lo cual seria inapropiado, pero no dejaría de brindarnos un mórbido gustico a justicia.

Resultado de tanta falta de respeto es una desmotivación a la hora de prepararse para enseñar y al momento de enseñar. Querer salir corriendo del aula, dejar todo atrás, puesto que nadie agradece lo que haces. Aunque para eso te pagan diría alguno.

En la vida siempre tendremos, de manera implícita o explicita, profesores. También fungiremos (o fingiremos) como tales.

A estas alturas de la vida entiendo que formar pataletas y berrinches por lo que el Moré diga, tratarlo como si fuera “un compinche más del barrio”, subestimarlo a la hora de leer sus críticas, darle la espalda cuando no nos gusta lo que hace, creer que es una obligación suya responder todas mis preguntas y brindarme solución a todos mis problemas, eso y más, son graves faltas de respeto.

Lo vine a entender ahora que en Venezuela terminó el año escolar, y experimenté en cierto sentido lo anteriormente mencionado. Por tal razón volví  para trabajar con el Moré Yehudá. Porque como docente me complace encontrarme en la calle a aquél alumno que se mal comportó conmigo, pero que me sigue reconociendo en cualquier lado como su maestro. Y a pesar de todo, aun así, reconoce que mis enseñanzas fueron valiosas.

Ninguno de los que nos concentramos aquí, estamos exentos de dar la espalda, pero de la misma manera, todos estamos en capacidad de volver y corregir, enmendar lo dañado.

Cuando se está en los zapatos del otro, es relativamente fácil entender al otro.

La conclusión: como dicen las mamás “hijo, respete a su profesor”.

Nota: no hay dólares gratis, despierte.

Moré

La Palabra que Dios dictó y que fielmente escribió Moshé (Moisés) se denomina Torá. Estos son los Cinco Tomos de Moshé, el Pentateuco, la base fundamental e inmodificable del judaísmo y la fuente de vitalidad del noajismo.
Es la Torá lo único que expresa directamente la Palabra de Dios, sin mediaciones, sin confusiones, sin dudas.
No ocurre lo mismo con los libros de los profetas, mucho menos con los libros de inspiración divina (tales como Salmos, Cantares, Daniel, entre otros). Pues estos libros si bien parten de profecías o de inspiraciones del Eterno, no son las palabras dictadas directamente por Dios, sino a través de sus santos varones, fieles y fidedignos, pero humanos al fin.
Así pues, la Torá ES la única Palabra de Dios.

Él le ha dado al pueblo judío, en exclusividad, la Torá, en dos vertientes: la Escrita (los cinco tomos que comprenden Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio) y la Oral, que es la Tradición fiel mantenida por los sabios, rabinos y el pueblo judío que se ha mantenido leal al Eterno y Su Palabra.

Torá erróneamente ha sido traducida como «Ley», por el nefasto inventor ajeno, generalmente cristiano, que se atrevió a blasfemar creando espurias obras que se pretenden traducciones del santo y eterno legado del pueblo judío.

Pero, en los hechos la Torá es mucho más que Ley.

La palabra Torá significa «instrucción». Es el manual de vidas, que instruye fielmente cómo vivir en Este Mundo y alcanzar la plenitud en la Posteridad.

La voz Torá también se relaciona profundamente, en el idioma original, con el vocablo «Luz», pues además es la única Luz válida para el espíritu.

Ninguna creencia, idea, costumbre que no provenga de la Torá es espiritual.
(Por lo que el rebelde nuevo testamento no tiene ni un ápice de espiritualidad, tal como tampoco el Corán, los versos del Zen, las doctrinas budistas, etc. NADA de esto es espiritual, por más extraños rituales y pomposas palabras empleen).

Pero, hay una palabra más que está unida de raíz con la palabra Torá, y es «Moré».
Moré se traduce como maestro. Pero en su sentido original es el que instruye en Torá, el que muestra el camino de Luz, el que está capacitado para andar sin tropiezos y ayudar a otros a caminar por la buena senda.

El Moré instruye, aconseja, orienta, conduce, guía, enseña, rectifica, critica, corrige, ayuda, sostiene, abraza, aparta y atrae.
El Moré es que ha dedicado su vida al estudio verdadero y profundo de la Torá, para luego conducirse de acuerdo a sus instrucciones e instruir con fidedigna justicia a los que le siguen.

Por tanto, el Moré es el capitán de la nave, el timonel, aquel que conoce el mapa, que sabe navegar, que estudia para no tropezar con escollos ocultos o evidentes.

Por supuesto que el Moré es persona, y no sabe todo, no puede todo, no siempre hace todo bien, pues no hay persona que no yerre.
Pero, la misión del Moré es traer Luz, orientar, cómo pueda y sepa.
Le guste a quien le guste, le pese a quien le pese.
En tanto en la nave hay un Moré, su palabra debe ser admitida. No por sumisión, como si fuera un pastor, sino por reconocimiento a su rol, a sus estudios, a su honestidad intelectual y emocional.
El Moré es el capitán, y quien no acepte su autoridad puede comentar en privado y con respeto al respecto, o puede apartarse, pero no tiene derecho a sabotear la nave para beneficio personal. Pues, la actitud saboteadorea, aunque caristmática y populista, es la de Koraj (Coré), quien se enfrentó al Moré de su generación, para terminar hundido en lo más hondo de sus pecados y horrores.

Cuando el Moré se equivoca, o eso uno considera, debe hacérselo ver, con respeto, en privado, con corrección. Porque eso es lo correcto.

Atención que reitero que no se debe ser una oveja sumisa, no se debe aceptar todo con un «amén hermano». Pero, cada cual tiene un rol, y si todos quieren jugar a ser el timonel, la nave se estrella, la misión se pierde, el conflicto se suscita.

Para terminar, este Moré anhela que lo corrijan, que le enseñen sus discípulos, pero siempre y cuando esto se haga con respeto, no con atrevimiento, con agresividad, con injusticia, con malicia, por las espaldas. Porque actuar de esta manera, no es de constructor de shalom, sino de egolatría: idolatría del ego.

Este Moré es el primero en querer mejorar, en acepar sus errores (cuando realmente lo son), el primero en reconocer que está limitado y no sabe ni puede todo.
Por eso el trabajo y compañía de los amigos y discípulos es fundamental.

Aprendamos a construir Shalom, pues hasta los 120 años, hasta el día de la tumba tenemos cosas para aprender, para mejorar, para construir.