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Tiempo para actualizarte en libertad

Uno de los nombres tradicionales de Pésaj es Zemán Jeruteinu, es decir, el tiempo de nuestra libertad.Es el tiempo para actualizar nuestra conciencia y llevarnos a sincronizar con la NESHAMÁ, espíritu.Porque, en el trajinar cotidiano probablemente vamos perdiendo el rastro a nuestro Yo Esencial, para revertirnos con mayor firmeza en nuestro Yo Vivido.Es decir, obviar […]

Este tiempo para ustedes

«El Eterno habló a Moshé [Moisés] y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo:  –Este mes será para ustedes el principio de los meses; será para ustedes el primero de los meses del año.»(Shemot/Éxodo 12:1-2) Cuatro son los shabatot especiales, todos ellos alrededor de estas semanas: Shekalim, el shabat previo a Adar. Zajor, el […]

Desnudando la impotencia

llegó el turno a la langosta, una nube densa y tremenda de animalitos que destruían todo a su paso, los cuales: «Cubrieron la superficie de toda la tierra, de modo que la tierra se oscureció. Devoraron toda la hierba de la tierra y todo el fruto de los árboles que había dejado el granizo. En […]

Tu hijo te pregunte…

En pocas palabras, muy poquitas, queda retratada una escena maravillosa, llena de luz, de vida, de bendición: «Y cuando mañana te pregunte tu hijo diciendo: ‘¿Qué es esto?’, le dirás…»(Shemot/Éxodo 13:14) El hijo que confía en el padre.El hijo que se fía en el conocimiento del padre, el cual le dirá lo que sabe, o […]

En marcha a la libertad

caminar

En días pasados culminó la festividad de Matzot, que también es conocida como  Pesaj, es posible que como Noájida ya estés familiarizado con ella, o le conocerás también de otras formas, por ejemplo algunos pueden traerla a la memoria como “la fiesta de la libertad”, y aunque como Noájidas  no hemos de celebrarla de la forma como  lo hace nuestro hermano judío, si podemos aprender mucho de ella.

 

Rescatando una posible idea de la misma, se me ocurre que una enseñanza de la fiesta se halla en esa “marcha”, (La marcha de un pueblo hacia su libertad),  y  ella no es el fin; en realidad es el comienzo.

 

 

Es precisamente esa   “Marcha” sin reparamientos por lo que fue y no pudo ser, y sin detenerse en las ilusorias esperanzas de lo que será.

 

Apremia el momento y ello significa permitirse experimentar el sentimiento de impotencia, admitir la necesidad de sentirse libre, reconocer que el poder de faraón también es limitado, descubrir eso que nos hace diferentes pero sobre todo valiosos, y olvidarse por un momento de esos “dulces” que ofrecidos desde el Ego nos seducen para mantener viva la impotencia.

 

Empieza esa marcha para reconocernos en nuestro real y justo valor, comprendiendo que lo incontrolable a nuestra condición humana lo sigue siendo, pero que siempre hay oportunidad para volver los ojos a las alturas, para reencontrarse con Aquel que nos conoce, que comprende nuestras aflicciones o limitaciones, que sabe mas que nadie la necesidad de libertad que experimentamos y sobre todo la que necesitamos.

 

Es Él quien puede controlar lo que nosotros no podemos, pero hay que confiar.  Leíste bien “confiar”, y ello no nos exime de dejar de hacer eso que nos corresponde, o de hacer nuestra parte, entonces estaremos listos para abordar el tren, o para verle pasar… es algo que no sabemos, pero mientras tanto ya estaremos experimentando la dulce libertad, aunque sigamos marchando.

 

Que sepamos continuar esa marcha camino a la verdadera libertad.

 

¡Un abrazo!

(Como respuesta a  este post que estaría bien recordar y que recomiendo su lectura :  http://fulvida.com/2014/04/19/en-el-andn-de-la-vida/#comment-60473)

¡Vale la Pena!

 

Esta pequeña  historia suelo recordarla  y siempre que tengo  oportunidad la cuento,  pero hoy cobra un sentido diferente para acompañar las palabras de éste post.

“-Mi amigo no ha regresado del campo de batalla, señor. Solicito permiso para ir a buscarlo.

-Permiso denegado. No quiero que arriesgue usted su vida por un hombre que probablemente ha muerto. Replicó el general.

 Desobedeciendo la prohibición, el soldado salió y una hora más tarde regresó gravemente herido transportando el cadáver de su amigo. El oficial estaba furioso: -¡Le dije que había muerto! Dígame, ¿¡valía la pena ir allí para traer un cadáver!?

 Y el soldado moribundo respondió: -Claro que sí, señor. Cuando lo encontré, todavía estaba vivo y pudo decirme «ESTABA SEGURO DE QUE VENDRÍAS».”   Autor: Anthony De Mello

Mientras redactaba las líneas que a continuación comparto,  por alguna razón recordé la historia anterior, espero puedas encontrar una relación entre ambas historias.


 

 (El texto que cito a continuación está basado en un diálogo real, paso hace casi dos años)  

Entonces él,  refiriéndose a ella me dijo:

– Eli, ¡No vale la pena!-

No supe exactamente lo que ocurrió en mí en ese instante, hallaba sabiduría en esas palabras, sin dudas era el producto de un análisis  que bien precisaba mi atención, sin embargo casi que instantánea e instintivamente respondí con una pregunta y  una afirmación a la vez.

-¿Será?…  Yo creo que sí.-

Hubo seguridad en mi respuesta, un total convencimiento y certeza que en realidad no sé de dónde provenía.

Pero él, moviendo su cabeza en señal de negativa, volvió a repetirme que no, acompañando esta vez su respuesta con algunas descripciones o ideas que bien la soportaba, lo recuerdo exactamente, siendo sinceros  esas palabras de mi querido amigo eran obvias para mí, ciertas y sensatas en ese momento, en realidad me percataba de la validez de ellas, claro… no está de más  aclarar aquí que ese  ¡No vale la pena!  era el resultado de un diálogo anterior, y que no hacía referencia al valor de las personas, pues mi amigo sin dudas sí que sabe valorarlas.  

Aun así mi nueva respuesta sonó un tanto esperanzada, con una aparente seguridad de que los seres humanos no somos estáticos, como con una extraña certeza de que tampoco son casuales los encuentros, y que siempre aprenderemos algo si elegimos hacerlo; pero ahora que lo veo nuevamente mis palabras sonaban tal vez a las de alguien  obnubilada totalmente por el ego que insistía en ver lo que quería y deseaba, aunque  en realidad no me era muy claro.

Quizás no pude haber mostrado en ese momento  un mayor estado de testarudez de mi parte con esas respuestas que ofrecería luego. Finalmente,  aquella tarde concluyo con esas palabras  nuestro diálogo en relación a esa persona.

Por un lado la expresión en el rostro de afecto de mi amigo, le hacían “parecer” satisfecho de alguna forma por mis respuestas,(eso fue lo que quise ver) su mirada y sonrisa me decían que ahí estaba yo pintada, su rostro me hacía comprender algo de eso que tal vez  apreciaba de mí,  quizás yo tenía una  esperanzadora mirada cargada de buenos deseos, sin reparamientos, y aunque a veces egoísta intentando siempre reconocer  lo bueno y rescatarlo,  …quizás;  

Por otro lado quedaría en el aire mi firme intención de mostrar que en realidad: sí valía la pena, como si fuese un reto personal,   en el que solo  precisaba  de tiempo.

Hoy  sale ese diálogo  nuevamente del baúl de mi memoria, ha pasado desde entonces  casi ya dos años,  y esas palabras recobran la validez del momento,  pero el tiempo  también ha dado cierto valor  a las mías, porque ya no hablo para defender u opinar  sobre  alguien, para justificar mi deseo primitivo manifiesto en las respuestas instantáneas, mis respuestas toman validez  en eso que me es propio y natural, y porque de alguna manera fue algo que  también pude trabajar en éste tiempo, lo hice y ahora lo siento así, el reto fue para mí,  y no hay dudas de que  ese : -¡No vale la pena!-  merece una nueva  respuesta:   

– Vaya que sí,   ¡sí que valió la pena para mí!-


¿Por qué comparto parte de éste pequeño episodio en mi vida hoy contigo?, bueno te brindo una idea, y espero sirva para que también puedes agregar tus opiniones o conclusiones.

No estamos exentos  de la influencia de nuestro Ego.

En algunos casos nuestras respuestas casi que instantáneas e  instintivas, parecerán la gran mayoría de las veces  lógicas, valientes, atrevidas, dotadas de amor por el otro,  incluso inspiradoras,  aunque en realidad la mayoría de las veces,  oculten objetivos primarios y propios del Ego.

Pero finalmente también podemos aprovechar los beneficios de tener a nuestro Ego, porque gracias a él (nuestro amigo – enemigo) estaremos frente a la oportunidad de  aprender y crecer, y esto sólo  lo haremos cuando podamos reconocerle, cuando trabajamos por  aprender en realidad algo de nosotros y elijamos responder sin su influencia,

Podemos hacerlo ese Faraón no tiene un poder más grande de aquel que le hemos otorgado, da un paso entonces para alcanzar tu libertad, que sea ese un reto personal  ¡aún es tiempo!

Y quizás sea una buena manera de acompañar a nuestros hermanos judíos en la celebración de la fiesta de la libertad que por estos días  se celebra.

¡Un abrazo y que elijamos construir shalom!

Sucot para noájidas

En unos días comienza la "festividad de la alegría", que es Sucot.
Recomiendo a los lectores que relean este texto que ya publicamos: http://fulvida.com/festividades/sucot-para-noajidas

Y que visiten los otros textos que se encuentran en la sección:
http://fulvida.com/category/festividades/pesaj-shavuot-sucot-fiestas-judias-de-peregrinacion

Estoy a las órdenes para recibir vuestras dudas, consultas, sugerencias, aportaciones, etc.
No sé si podré responderlas a la brevedad, pero trataré de hacerlo, con la ayuda del Eterno.

Que sepamos construir Shalom, una sucá mundial de Shalom.

EGiptO

En la tradición hebrea se compara a la prisión de Egipto con la prisión del EGO. La palabra Mitzraim (Egipto) significa entre otras cosas estreches. Los hijos de Israel vivían oprimidos y limitados, sin la posibilidad de hacer ni de reflexionar en su propia vida. Del mismo modo el EGO limita al ser humano, lo llena de miedo, lo transforma en uno más del montón, lo convierte en alguien que se deja llevar por la corriente, le roba la libertad, lo vuelve un autómata dependiente de su amo.

Por el contrario, salir de Egipto o ser libre del EGO es retomar la capacidad de pensar, de actuar según sus ideas, es tener libertad.

Libertad significa vivir con EGO BUENO, recobrar nuestro verdadero YO,  ser conscientes de nuestros actos y decisiones, aceptar la Verdad y poder vivir de acuerdo a ella.

Que en este tiempo en que el pueblo judío celebra Pesaj, podamos nosotros los noájidas participar de la salida de EGiptO, liberarnos del EGO, ver con una visión más amplia el camino que debemos recorrer a través de los Siete Mandamientos que nos fueron dados.

A propósito de Shavuot

Durante el transcurso de esta semana el pueblo judio celebra su fiesta de Shavuot. Para quienes deseen profundizar acerca de esta festividad y su relación con los noájidas haciendo clic AQUI se abre un texto que nuestro maestro preparó para nuestro beneficio.

Si bien Shavuot es una festividad de propiedad judia por voluntad Divina, ¿qué tenemos para aprender nosotros los noajidas al respecto?

Luego que el pueblo judio es sacado de Egipto recibió la Torá en Sinai. Eso nos enseña que desde la óptica Divina la libertad tiene un propósito y se enmarca dentro de limites establecidos que deben ser respetados. Libertad sin leyes es libertinaje. Dichas leyes permitieron al pueblo judio permanecer juntos, llegar hasta su tierra y conquistarla, y ubicarse allí como una nación autónoma.

La salida de Egipto fue solo el primer paso hacia la libertad fisica y espiritual, y la recepción de la Torá fue el garante de que eso seria así. Pesaj marcó la libertad del cuerpo, pero Shavuot representa que los judios alcanzaron verdadera libertad en todos los planos: físico, emocional, intelectual, social y espiritual.

Como noájidas podemos, sin que sea obligación y sin que por ello esperemos recompensa, aprovechar estos dias para entender que haber salido de las religiones (personal o social) fue sólo la primera parte del recorrido hacia la libertad plena. No basta con haber abandonado la idolatria, es menester profundizar en el estudio y vivencia de las leyes que como noájidas nos fueron dadas. Es bueno ser noájida consciente, pero es de mayor repercusión ser un noájida activo.

El pueblo judío en conjunto fue capáz de comprometerse con el Creador diciendo: «Todo lo que Dios habló haremos y entenderemos» (Éxodo 25:7). Que llegue el dia en que los noájidas lleguemos a ese nivel de compromiso.

Que la bendición que es dada al pueblo judio por celebrar su fiesta nos alcance a nosotros los noajidas.