En otras ocasiones se han publicado respuestas a algunos argumentos que se han levantado para satanizar el noajísmo. Es importante responder por el bien de aquellos que recién se están acercando y que serán confrontados mayormente por personas con creencias cristianas.
1. El noajísmo es proselitismo y el judaísmo afirma no ser proselitista.
En primer lugar, «no ser proselitista» se refiere principalmente al acto de conversión, por medio del cual, el gentil se convierte en judío y acepta ser responsable por una gran cantidad de leyes, además de las Siete dadas a Noaj.
Ciertamente la conversión al Judaísmo no es alentada, puesto que obviamente, mientras más pocas leyes alguien tenga bajo su responsabilidad, menor será el riesgo de violentar alguna. Y si de algo no precisa el mundo actual, es de judíos no observantes. Además la conversión es algo totalmente innecesario para aquél que ha aceptado a cabalidad su identidad noájida.
En segundo lugar, el principio de no enseñar activamente a los no judíos, mayormente tiene razones históricas – pragmáticas, originadas durante el exilio, lo cual no ha resultado ser saludable para el pueblo judío. Muertes, persecuciones y humillaciones han sido sólo algunos de los agradecimientos que los gentiles han dado a las generaciones judías que han abierto la puerta a los gentiles.
Y por último, pero no menos importante, ofrecer conocimiento para uso voluntario no está en la misma categoría de evangelizar y molestar a las personas con amenazas de sufrimiento eterno si no comienzan a creer en alguien o algo.
2. El noajísmo es una nueva religión inventada por los hombres.
En primer lugar no es algo «nuevo». El concepto está claramente establecido en la Torah. El tema es discutido en el Talmud. El rabí Maimónides escribió al respecto hace cientos de años atrás.
En segundo lugar, el Tanaj no inicia con el pacto entre Dios y el pueblo judío. Obviamente Dios tiene expectativas de los no judíos. Y Él claramente habla de un pacto con Noaj y sus descendientes. (Bereshit – Génesis 9:9)
En tercer lugar, existen grandes diferencias entre religión y pacto.
Cristianismo es religión, judaísmo y noajísmo son Pacto con Dios.
Religión se puede elegir, es algo de lo que alguien se hace parte cuando lo desee, y puede separarse cuando bien le parezca y unirse a una diferente cuántas veces quiera. La religión te dice que te unas porque cree que existe una separación entre tú y el dios de esa religión, y a través de creer lo que esa religión enseña se logrará religarse a tal dios.
Pacto es un compromiso en el que tus padres, hace tiempo atrás, incluyeron tu nombre y te hicieron parte de él. No te metes o te sales cuando te provoque. Si te gusta, maravilloso, si no, no hay nada que puedas hacer. Se puede ser ignorante o indiferente al pacto pero Dios va a juzgarte de acuerdo a cómo viviste según dicha alianza. No existe una clausula de escape.
Alguien podría argumentar que sí existe forma de desligarse del pacto con Noaj y es haciendo conversión al judaísmo y formando parte del pacto en Sinaí. Noticia: en el pacto en Sinaí están incluidas las 7 Leyes de Noaj. Así que hay que pensar cuidadosamente si se desea ser juzgado como judío en lugar de noájida.
Las religiones están en conflicto con los Pactos, en consecuencia, con Dios.
Los únicos dos pactos que existen con Dios se llaman Judaísmo y Noajísmo, lo demás son religiones, es decir, fallidos intentos de acercarse al Creador.
3. ¿Quién le dio derecho a los Rabinos para imponer leyes sobre los no judíos?
Nadie. Ellos no hicieron ni hacen esas leyes. Las leyes han estado desde la época de Adam, desde los tiempos de Noaj. Los rabinos lo único que han hecho es recordarnos que dichas leyes existen. Y el derecho y la autoridad para hacerlo, está implícito en el rol que se le asignó al pueblo judío, y por el hecho de que ellos son los únicos a quienes se les dio la Torah.
Nota: De ser necesario, las respuestas pueden ser corregidas y/o ampliadas por quien guste.