Bueno, este artículo lo tenía mi novia Norma (estudiante de medicina) y en verdad me pareció que valía la pena publicarlo. Como el articulo me pareció muy largo he decidido dividirlo en 3 partes, para que puedan leerlo tranquilamente y sin aburrirse.
Preguntas, traumas, aclaraciones, dudas, pueden hacerlas, yo no sé las responderé sino Norma hehehe, saludos!
El cannabis ha sido considerado a veces como una droga relativamente menos peligrosa que otras, además que se le han atribuido otras finalidades como la creatividad en distintas áreas como en la música, el arte, el pensamiento, etc. Además de buscar efectos terapéuticos (analgésico, anticonvulsivo, sedante, antidepresivo, etc.). Sin embargo, en los últimos años existe una creciente evidencia epidemiológica de la existencia de efectos adversos a la salud psíquica a medio y largo plazo, además de los derivados de la dependencia y abstinencia.
Trastornos psiquiátricos en consumidores de Cannabis
Hace poco mas de 50 años (1948) la Organización Mundial de Salud (OMS) llego a la conclusión de que el uso de cannabis era peligrosa física, mental y socialmente, pese a ello hoy nos encontramos ante un fenómeno de tolerancia social en el que el consumo de cannabis se ha desmadratizado y desmitificado.[1]
Hace años, algunos autores señalaban que su uso intenso y prolongado (100 a 300 mg/día durante más de seis meses) producía en adultos deterioro mental y físico y en adolescentes impedía la adecuada maduración de la personalidad.[2]
En las más recientes clasificaciones internacionales de trastornos mentales[3] [4] se recogen diversos cuadros psiquiátricos inducidos por cannabis (Abuso, intoxicación, delirium, dependencia, trastorno psíquico), sin embargo estos cuadros comparten diagnósticos con otras drogas, por lo que son poco específicos.
Consecuencias del consumo de cannabis a largo plazo
El consumo frecuente de cannabis se asocia a una conducta desadaptativa. Es común que las personas que usan la marihuana sientan gran interés por estímulos visuales, auditivos, o gustativos, de que de otra manera serian ordinarios. Los sucesos triviales podrían parecer sumamente interesantes o graciosos. El tiempo parece transcurrir mucho mas lento, y a veces la droga puede causar sensaciones intensas de hambre y sed.
· La marihuana deteriora la memoria a corto plazo.
· Con el uso de las variedades más potentes de la droga, pueden surgir problemas para realizar incluso tareas sencillas.
· La droga afecta las percepciones y los reflejos, también pueden ser causa de accidentes de tráfico.
· Aumenta la propensión a conductas de riesgo para adquirir enfermedades de transmisión sexual.
· El seguimiento de personas expuestas a tetrahidrocannabinol (THC) desde el inicio de la adolescencia demostró que en 5 años después eran más propensos a abandonar los estudios e involucrarse en otras drogas.
Dependencia y síndrome de abstinencia
El debate sobre la capacidad adictiva del cannabis es un tanto artificioso, ya que en animales presenta claramente tolerancia, síndrome de abstinencia y provoca dependencia. Estudios en animales y humanos demostraron efectos leves de tolerancia[5] y que la supresión del consumo de THC se acompañaba de un conjunto de síntomas característicos, con una duración media de 8 días[6] [7].
Su alta liposolubilidad se traduce a una vida media de aproximadamente siete días lo que impide una caída brusca de concentraciones plasmáticas, responsable de la aparición brusca e intensa de la abstinencia. El organismo puede tardar un par de meses en quedar totalmente libre de THC. Por otra parte su similitud clínica con cuadros ansiosos o depresivos facilita que pase desapercibido.
En 1999 se publicaron dos trabajos [8] [9] que demostraban que el consumo de cannabis a dosis crecientes generaba síntomas de abstinencia que diferían en función de que fuese fumado o ingerido vía oral. Eso se deduce que una de las causas para seguir consumiendo cannabis es evitar la aparición del síndrome de abstinencia. Por otro lado el placer asociado a fumarlo puede convertirse en un importante refuerzo psíquico[10].
La clínica del síndrome de abstinencia del cannabis es variada y depende de la dosis, el tiempo y la frecuencia del consumo y la personalidad previa [11] 9. En consumidores diarios de cannabis durante más de 70 meses apareció ansiedad, tensión, insomnio, anorexia, cansancio, dificultad de concentración, irritabilidad disforia y agresividad[12], así como síntomas y signos físicos (sudoración, temblor, mialgias, nauseas y diarreas)7.
Existe un deterioro social, laboral y físico desarrollando un menor logro educativo y un empeoramiento de la calidad de vida[13]. El mayor riesgo de desarrollarlo se da en aquellos consumidores crónicos que suspenden bruscamente el consumo de cannabis[14].
Se encontró que un 35% de los usuarios afirmaban que no pudieron dejar el consumo cuando quisieron, el 24% continuaron usándolo a pesar de los problemas que atribuyeron la droga y el 13% sintieron que no podían controlar su consumo. Por tanto, se puede concluir que el cannabis provoca síndrome de abstinencia, es decir produce dependencia física.
En un estudio con 200 usuarios experimentados, entre un 62% y un 77% presentaban signos de dependencia de acuerdo con cuatro protocolos distintos[15].
Sobre otra muestra de 229 usuarios apareció dependencia en un 78.6% y síndrome de abstinencia en dos tercios. En otro trabajo con 243 consumidores con frecuencia de consumo de 3-4 veces por semana encontró una dependencia del 57% según criterios del DSM-III-R[16]
[1] World Health Organization. Programme on substance abuse. Cannabis: a health perspective and research agenda. World Health Organization, Geneva, 1948.
[2] Nahas G. Haschis, cannabis et marijuana. Premier edition, Vendome (France), Presses Universitaires de Fance 1976: 243-95.
[3] Organización mundial de la salud. F10-F19 “Trastornos mentales psicotrópicas”. En decima revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades. Trastornos mentales y del comportamiento. Descripciones clínicas y pautas para el diagnostico. Editorial Meditor y JJ Lopez Ibor, Madrid, 1992. Pp 97-112
[4] DSM-IV-TR. Manual diagnostico y estadístico de los trastornos mentales. Ed Masson. Barcelona, 2002.
[5] Adams IB and Martin BR. Cannabis: pharmacology and toxicology in animals and humans. Addiction 1996; 91: 1585- 1614
[6] Gold MS. Marihuana. Ediciones en neurociencias. Primera edicion, Barcelona, 1991: 91-101.
[7] Wiesbeck GA, Schuckit MA, Kalmijn JA, Tipp JE, Bucholz KK, Smith TL. An Evaluation of the History of a Marijuana Withdrawal Syndrome in a Large Population. Addiction 1996; 91:1469-1478.
[8] Haney M, Ward AS, Comer SD, Foltin RW, Fischman MW. Abstinence symptoms following smoked marijuana in humans. Psychopharmacology (Berl) 1999; 141: 395-404.
[9] Haney M, Ward AS, Comer SD, Foltin RW, Fischman MW. Abstinence symptoms following oral THC administration to humans. .Psychopharmacology (Berl) 1999; 141: 385-94
[10] Navarro M, y Rodriguez de Fonseca F. Cannabinoides y conducta adictiva. Adicciones 2000; 12:97-108.
[11] Brook J.S, Balka E.B, Whiteman M. The risk for late adolescence of early adolescent marijuana use. Am J Public Health 1999; 89: 1549-54.
[12] Kouri EM, Pope HG Jr, Lukas SE. changes in aggressive behavior during withdrawal from long-term marijuana use. Psychopharmacology.
[13] Gruber AJ, Pope HG, Hudson JI, Yurgelun-Todd. Caracteristicas a largo plazo de los consumidores de cannabis: un studio de casos controlados. Psychological medicine 2003; 33:1415-1422.
[14] Thomas H. A community survey of adverse effects of cannabis use. Drug alcohol depend 1996; 42: 201-7
[15] Swift W, Hall W, Copeland J. Characteristics of Long-Term Cannabis Users in Sydney, Australia. European Addicction Research 1998; 4:190-197.
[16] Swift W, Hall W, Didcott P, Reilly D. Patterns and Correlates of Cannabis Dependence among Long-term. Users in an Australian Rural Area. Addiction 1998; 93: 1149-60.