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¿Creer en una novela?

Este texto esta dirigido a aquellos que, si bien, no son seguidores del cristianismo como fieles corderos, practicando con fervor sus ritos y creyendo del todo sus mitos, guardan en lo más íntimo de su esencia un sacro respeto por lo que su tradición inculca.

Jesús ha sido, en esta era del mundo, el más controversial personaje, con respecto a él se han tejido y destejido sectas y organizaciones religiosas grandes y pequeñas, y todo esto sin ninguna de ellas tener suficientes evidencias de su existencia, ninguna religión o secta cristiana o profesora del cristianismo tiene evidencias exactas que muestren históricamente si existió el tal jesús o no, y si realmente son verídicos los milagros y enseñanzas que supuestamente hizo y dio.

Se hace necesario entonces aclarar e investigar los orígenes más o menos reales ó simbólicos del personaje “jesús”.

 

Empecemos:

Desde hace milenios se viene practicando en occidente el culto al sol, esto tiene sus orígenes en el primer héroe solar (Nimrod), que luego dio paso a Mitra en Persia y a Atón en Egipto. El símbolo del héroe solar no ha variado nunca y esta bastante relacionado con la astrología; de los signos egipcios el más conocido es el disco solar con el punto céntrico, y la cruz (que pareciera haberse fusionado con el pez), en la simbología persa/aria tenemos tanto el pez (un óvalo lazado formando una cola), la cruz (en este caso en forma de X o svástica) y nuevamente el sol, (esta vez es un disco con rayos saliendo del mismo).

Este culto, innegablemente irracional, desde todo punto de vista, centra el culto en uno de los millones de astros de igual o mayor tamaño que existen en el espacio.

La simbología no es la única que no ha cambiado, sino que todos los héroes solares entran por el “solsticio de invierno” y salen por “solsticio de verano”… esto esta ejemplificado en los templos solares desde siempre… Una entrada grande dispuesta hacia oriente, hacia dónde nace el sol, y una cúpula al final, con un óculo en la parte superior (la puerta chica) indicando el tránsito de los “fieles”.

Además de esto, los héroes solares mueren atravesados (como peces) con una lanza y además crucificados o colgados en un madero (tal cual se coloca al pez cuando es muy grande para tomarle la foto de rigor), éstos héroes solares nacen en la era de aries (lo que les vale para decir que son “corderos redentores”) y mueren en la era de piscis.

Jesús no es diferente al resto de los héroes solares, pues al igual que sus anteriores referentes nació en solsticio de invierno, en la era de aries, igual que sus pares estudió la magia y las tradiciones ancestrales de la idolatría, se proclamó así mismo: hijo de un dios, cordero que redime, salvador de los pueblos, único camino para conseguir la vida eterna, no dejó escritos propios sino que utilizó a sus discípulos para que escribieran sobre él, vivió una supuesta vida ascética, murió crucificado y atravesado por una lanza, y ascendió en el solsticio de verano.

Creo que durante las decenas de concilios que tuvieron que efectuarse para acordar las definitivas leyes y dogmas cristianos se tuvo muy en cuenta la historia universal de los héroes solares.

Ahora bien, pareciera que yo estuviera hablando de algo real, de algo, que aunque es descabellado, es probable que sea una visión cultural de D-s en occidente.

Pues no, estoy planteando todo esto para que no quede duda de que, desde Nimrod hacia acá, no ha existido ningún héroe solar, todos y cada uno de los héroes solares, tanto egipcios, como griegos, y así el último que es greco-romano no han sido sino mitos, leyendas sin fundamentos, historias entretejidas alrededor de una figura humana equis, existente en equis siglo… Zoroastro, Mitra, Apolo, Jesús no fueron sino instrumentos de unos aprovechados que, conociendo la tradición, implantaron una religión, idéntica a la anterior, solo que cambiaba de personaje.

Ahora bien… así como la tradición hebrea muestra a Nimrod, para aleccionar, así mismo muestra a un tal Ieshu (cuyo nombre es acrónimo coincidencialmente de Iemaj Shemó Vezijró lo que traducido es: que su nombre y recuerdo sean borrados)      

Que lejos está de ser lo que los evangelios muestran; 

Según la tradición hebrea Ieshu HaNotzri nació en el año 3671 de la Creación (año 90 antes de la Era Común)

Fue hijo de una mujer llamada Miriam que estaba casada con Iosef. Miriam cometió adulterio con un romano llamado Pantera y tuvo que esconder el origen del niño para no ser culpada de tan terrible delito y evitar que su hijo fuera considerado bastardo.

Hizo sus primeros estudios con el Rabí Iehoshúa ben Perajiá en el país de Egipto. Así que fue en su estancia en Egipto en donde Ieshu se inició en la brujería y la idolatría.

Al ser llevado su maestro a Israel por Shimón ben Sjhataj, Ieshú lo siguió. Dice el Talmud (Sanhedrin 107b), que fue un pésimo alumno de Rabí Iehoshua. Aterrorizado por el vil proceder de Ieshu, Rabbí Iehoshúa lo echó y lo rechazó como alumno, aunque luego de un tiempo le dio una segunda oportunidad, pero Ieshú lo rechazó y le contestó: "He aprendido que aquel que peca y hace pecar a otros no tiene derecho a arrepentirse", rechazando el ofrecimiento de Iehoshúa.

De acuerdo a los sabios Ieshú tuvo cinco discípulos: Mattay, diminutivo de Matitiyahu (Mateo); Nakay al parecer Lucas; Nétzer; Buny o Bunay; Todá, adaptado de Taday (Tadeo).

Ieshú sacó sus ideas paganas y poderes para realizar prodigios de la brujería que aprendió en Egipto, aprendió ciencias ocultas y perjudiciales. Ante esta situación un tribunal legalmente constituido, y con todas las garantías y de acuerdo al derecho vigente, lo halló culpable de crímenes capitales, siendo condenado a dos penas de muerte y muriendo apedreado a la edad de 36 años, una víspera de Pesaj. Su cadáver fue colgado de un madero, como modo simbólico de cumplir la segunda sentencia a muerte.

Ieshú ben Pantera no fue ni rabí, ni profeta, mucho menos el Mesías:

Ieshú no fue el Mesías pues no estuvo sobre el trono de David, ni dominó sobre el reino judío, ni trajo paz y justicia a los ciudadanos de Israel, en pocas palabras no se cumplieron en él las profecías mesiánicas.

Ieshu no era rabino, por no haber cursado los cursos correspondientes, por no haber aprobado los exámenes, y no llevó una vida que fuera apropiada a tal título. El título de rabino se puede cancelar inmediatamente dependiendo de la conducta adecuada o no de la persona, como ocurre con el oficio de doctor o abogado. Más bien fue un brujo y pecador.

Ahora bien, a nadie que tenga dos neuronas como mínimo funcionando en su cerebro puede caberle la menor duda de que en jesús y en mucho de lo que se le atribuye como doctrina no se puede, es un error demencial, creer.

Les pondré un ejemplo: Usted conoce a una persona mentirosa, ha dicho a todos sus amigos y conocidos muchas mentiras, usted ha escuchado de él mucha mentira, y de pronto viene a usted y le ofrece alguna cosa… ¿sería capaz de confiar usted en alguien que tenga fama de ser mentiroso/estafador?

Es una mentira/estafa creer en algún héroe solar, es una pérdida de tiempo y energía, además de ser un daño profundo para el acerbo espiritual de la persona.

De ninguna manera una persona puede confiar, practicar, celebrar, estar de una u otra manera vinculado a la errónea creencia mítica de jesús, es imperdonable que se lo considere en términos históricos como “un buen hombre”, no solamente porque no existe certeza de ello, sino porque hay una advertencia en el mito de Ieshu HaNotzri para aquellos que deseen ser fieles a la verdad.

Les pondré otro ejemplo: Usted lee un libro sobre algún tipo que vivió hace miles de años, el libro es una novela, en él se presenta al protagonista como un santito se inventan hechos milagrosos de él, evidentemente el protagonista existió, pero todo el adorno fue surgido de la imaginación del autor de la novela. Anterior a la publicación de dicha novela, historiadores han encontrado un escrito referente al tal personaje, el único existente para la época, escrito por personas honradas, en él se advierte que el personaje en cuestión era tracalero, no era de confiar… los historiadores y arqueólogos no saben nada más, no hay registros de que existió el tal hombre, no hay pruebas que demuestren ni bien ni mal… solo la advertencia ha sido encontrada. Y el otro libro que existe es la novela adornada con la mente de un autor que quizás lo que quiere es ganarse un dinerillo publicando la novela.

¿Sería usted capaz de confiar ciegamente en lo publicado en la novela?, supongamos que no crea en la advertencia antigua; sería mucha estupidez creer en una novela de reciente data… lo más sano es simplemente no creer, no tomar para nada en cuenta al sujeto en particular…   

Para concluir, si usted desea ser libre, no se deje seducir por la religión, no tiene ningún sentido creer en algo vacío, si desea verdadera agua refrescante para su sed espiritual, no tome Coca Cola, tome del agua de vida que brota de la Torah. No hay palabra sensata (atribuida) a jesús que ya no haya sido dicha antes en la Torah… de hecho, no hay enseñanza más fresca y constructiva que la que emana de la Torah… lejos de complicaciones, de teologías elaboradas…

Tan solo practicar la bondad, creer en un solo Dios y ser justos y equilibrados. Nada más… sin intermediarios, sin fiestas escandalosas, sin celebraciones al sol ni a la luna, sin medidas estrictas de vestimenta, relaciones personales y/o instrucción académica.

Solo espero que en vísperas de Pesaj, así como los hijos de Israel celebraran su libertad, muchos noajidas también se hallen libertos de sus yugos…

Basado en enseñanzas del moré Yehuda Ribco.

EL MUNDO JUDíO

El pensamiento de León Tolstoi respecto a los judíos
Publicación hecha por Tolstoi en 1908, en el periódico londinense

¿Qué es un judío? Esta pregunta no es tan extraña como parece.
Veamos qué clase de criatura peculiar representa el judío, sobre quien todos los gobernantes y todas las naciones, ya sea en conjunto o por separado, han cometido abuso y dado tormento, han oprimido y perseguido, pisoteado y masacrado, quemado en la hoguera y ahorcado…., y a pesar de todo ello, todavía sigue vivo. ¿Qué es un judío, que nunca ha permitido ser descarriado por todas las posesiones mundanas que sus opresores y perseguidores le han constantemente ofrecido para que cambiara su creencia y abandonara su propia religión judía? El judío es ese ser sagrado que ha bajado el fuego eterno de los cielos y a través de él ha iluminado el mundo entero. El judío constituye la cuna, el manantial y la fuente de religión de la que todos los demás pueblos han extraído sus creencias y religiones. El judío es el pionero de la civilización. La ignorancia fue condenada en la Antigua Palestina mucho más de lo que es hoy en día en la Europa civilizada. Además, en aquellos días de salvajismo y barbarie, cuando ni la vida ni la muerte de nadie tenía el más mínimo valor, Rabí Akiva no se abstuvo de expresarse abiertamente en contra de la pena de muerte, una práctica que en la actualidad es reconocida como una forma de castigo altamente civilizada.
El judío representa el emblema de la tolerancia civil y religiosa. «Amad al extranjero y al residente temporario», ordenó Moisés, «porque vosotros habéis sido extranjeros en la tierra de Egipto». Y esto fue expresado en aquellos tiempos remotos y salvajes cuando la ambición principal de las razas y de las naciones consistía en abatirse y oprimirse unos a otros. En cuanto a la tolerancia religiosa, la fe judía no sólo dista mucho del espíritu misionero de convertir a pueblos de otras creencias, sino que, por el contrario, el Talmud ordena a los rabinos informar y explicar a todos aquellos que voluntariamente vienen a aceptar la religión judía acerca de todas las dificultades que encierra su aceptación, y recalcar a los supuestos prosélitos que los justos de todas las naciones tienen su parte en la inmortalidad. Ni siquiera los moralistas de nuestros días pueden jactarse de una tolerancia religiosa enaltecida e ideal de este tipo.
El judío representa el emblema de la eternidad. Él, es a quien ni la masacre, ni la tortura durante miles de años pudo destruir; él, es quien ni el fuego ni la espada ni la inquisición pudo borrar de la faz de la tierra; él, quien fue el primero en presentar las profecías de Dios, él es quien durante tanto tiempo ha sido el guardián de la profecía, y es quien la ha transmitido al resto del mundo. Una nación semejante no puede ser destruida. El judío es eterno como lo es la Eternidad misma”.

León Tolstoi, 1.908

La Razon de la Creación

Los sabios se preguntan: ¿Cuál es el sentido o la finalidad de la Torá en el primer capítulo de sus cinco primeros libros, los de Moshé, donde se describe la creación del mundo?

¿Cuál es la importancia de este capítulo dentro del contexto general de la Torá?

Recordemos que la meta primordial de la Torá es educar al hombre y no solamente describir los actos del Todopoderoso.

¿Qué es HaShem? ¿Qué significa D-s para los judíos?

El judaísmo considera a D-s como un planificador, el Creador y amo Eterno de todas las fuerzas, la material y la vida del universo. D-s es quien ordena toda la existencia y le brinda un significado, es un ser absoluto e ilimitado que todo lo sabe y que se encuentra en todas partes: en el espacio, el tiempo y la naturaleza. El Todopoderoso alienta al hombre para que éste lo considere como a un Padre Celestial que se interesa personalmente por todas sus criaturas, fijando normas objetivas correctas e igualitarias para todos los hombres, especialmente para su pueblo elegido – El pueblo de Israel.

Para los judíos, D-s no es un concepto imaginario, abstracto, sino más bien una realidad omnipotente, alguien con quien todos los seres humanos pueden vincularse directamente.

D-s es el guardián supremo, alguien a quien podemos expresar y comunicar nuestros sentimientos más profundos sin necesidad de intermediarios.

La Torá comienza con los cinco libros de Moshé, donde se describe la creación del mundo por el Todopoderoso, quien se encuentra fuera y por encima del universo. Existe una distancia espiritual entre D-s y el hombre, a quien se le ofrece la libertad completa, acompañada, sin embargo, de un significado concreto.

GENESIS

Acerca de la moral, el bien y el mal, la honestidad, la justicia, la presión, la perversidad y en general, de todo aquello que lo hace responsable de sus actos, puesto que, habiendo sido creado a imagen de D-s y disfrutando de la libertad que éste le obsequió, se encuentra constantemente a prueba. Es el hombre quien tendrá que elegir, dentro de su estado de libertad, entre el bien y el mal.

Si negáramos la aparición del mundo por la fuerza del Creador, la ética y la moral serían solamente una gran ilusión terrenal. Los ácidos, las moléculas y los gases por sí mismo no son ni buenos ni malos. Si aceptamos la tesis de que la materia es la única realidad existente en el universo, dejan de tener sentido la ética y la moral como valores por sí mismos.

Los valores, los pensamientos acerca del bien y del mal, así como las posiciones éticas y morales, son, a fin de cuentas, concepciones de las personas que las representan.

Por esta razón, la Torá comienza con el relato de la creación del mundo por el Todopoderoso y ésa es la base que posibilita la exigencia de una vida moral y ética de los seres humanos. Este es el parámetro a través de cuya luz los seres humanos examinan y reflexionan sobre sus actos y pensamientos. Esta es la medida entre el bien y el mal, el punto de partida básico que dará significado a la historia de los seres humanos y a las acciones individuales, que encontraremos en el segundo capítulo del libro Breshit (Génesis), donde encontraremos al primer hombre y su primera gran equivocación.

El primer capítulo de este libro relata y describe la ceración del mundo. Cuenta con treinta y un versículos, que se caracterizan por ser muy parcos en palabras. Afortunadamente, en el Talmud y el Midrash, nuestros sabios nos explican detalladamente la creación del mundo. Nos indican que fueron cuatro los testigos de los hechos del altísimo y de todo lo sucedido en el fenómeno de la creación del cielo y la tierra.

D-s le relató a Adam – el primer hombre – quien murió en el año 930 de la creación, todo lo sucedido durante los seis días anteriores a su propia creación, la de Adam. Este fue quien se lo relató a Lémej, que nació en el año 874 y que estuvo en contacto con Adam durante 56 años. Noaj nació en 1056 y murió en el año 2006, recibiendo de Lémej, el relato de todo lo sucedido hasta entonces. Abraham – nuestro patriarca – el primer hebreo, nació en 1948 y conoció a Noaj durante 58 años y éste le transmitió su conocimiento acerca de la creación. Abraham transmitió a Itzjak y así continuó la cadena sucesivamente hasta nuestros días.

Maimónides, Rabí Moshé Ben Maimón, describe la creación en su Guía de los Descarriados y gracias a él tenemos un conocimiento veraz de lo sucedido durante la creación y el diluvio. No se trata de un asunto de fe, de creer o no creer. Se trata de un testimonio viviente, transmitido de persona a persona a través de toda la historia de la humanidad.

(Extraído del libro Breshit del Rabino Iona Blickstein)

Porqué me aparté del Evangelio

El Evangelio es un mundo que muchos consideran como bueno, debido a las enseñanzas que sus lideres (Pastores, Evangelistas, Maestros) expresan.
Aparentemente sus enseñanzas son para el bien de las personas y por ende de la sociedad.
Pero, cuando una persona estudiosa de las Escrituras las analiza con profundidad se puede dar cuenta de que están en contra de los principios establecidos por El Eterno en la Torá.
Por ejemplo lo dicho en Deuteronomio 4:2 "No añadiréis a la palabra que yo os prescribo, ni quitaréis nada de ella; para que guardéis los mandamientos del Señor, vuestro Dios, que os ordeno", como se puede leer este mandato de Dios es muy violado por el mundo evangélico y cristiano, ya que ellos profundizan en una escritura (nuevo testamento) que nació mucho tiempo después del mandato de Dios lo cual es un error, ya que el mal llamado Viejo Testamento, nunca ha dejado de tener vigencia por lo tanto no se le debe llamar Viejo, sigue siendo hoy por hoy tan real y actualizado que no permite la incorporación de otro texto que no sea la propia Torá y el Talmud. 

Igualmente este mundo aparentemente bueno lo que hace es llevar a las personas por el camino de la idolatría, ya que ellos adoran a seres que no son Dios y está escrito en Deuteronomio 5:7 y 32:39  "No tendras otros dioses personajes delante de mí", "Ved ahora que yo, Yo Soy, y conmigo no hay más dioses. Yo hago morir y hago vivir; Yo hiero y también sano; no hay quien pueda librar de Mi mano.".
En estos dos escritos se puede evidenciar que El Eterno no aprueba de ninguna manera que alguna persona tome su lugar o se haga pasar por Dios cuando Él establece que solo hay un solo y unico Dios. Esto es algo que no tiene discusión, pero en el mundo evangélico lo interpretan de otra forma o manera distinta lo cual es un grave error, razón por la cual sali de este mundo lamentablemente tan idolátrico como cualquier otro, en donde dejan de lado las palabras del Dios para creer en palabras de hombres.

José N. Linares G. (Chano)

Y los malhechores dejarán de ser

Por: Alfredo Zambrano, Venezuela

«En la vecindad del Sabio Meir vivian unos malvados que le causaban grandes molestias. El Sabio Meir rezo pidiendo que se murieran. Le dijo entonces su esposa Beruria: ¿Que te imaginas? ¿Crees que podra prosperar tu pedido? ¿No has leido lo que dice la Escritura: sean consumidos -exterminados- los pecados? No dice los pecadores, sino los pecados. Fijate, ademas, en la parte final del pasaje biblico: y los malhechores dejaran de ser. Cuando los pecados sean exterminados, dejara de haber malhechores. Ruega, mas bien, que se arrepientan; asi no habra malhechores. El Sabio Meir rezo por ellos y se arrepintieron». (Berajot 10b). Dicen los Sabios del Talmud: «El Santo, Bendito sea, no se regocija con la caida de los malhechores». (Sanedrin 39b).