Archivo de la categoría: Identidad noajica

Abandonar idolatria para cumplir con nuestro pacto

Ésta es una nueva recopilación, tanto para las personas que desean conocer la realidad de su religión, como para los que ya se liberaron de las cadenas del cristianismo.

Estas palabras pueden sonar un poco fuertes para los cristianos, pero con mucho cariño deseamos que conozcan la verdad por más dura que sea; no fué fácil para mi, así que no les mentiré porque también les será duro a los actuales cristianos, pero valdrá mucho el tiempo que puedan dedicarle a leer cada una de éstas páginas.

Aquí tienen el pasaporte de salida de la carcel que representa la religión cristiana.


1. ¿jesús era un santo o un buen hombre?

Ver: http://fulvida.com/ajenos/misioneros/satanas-y-jesus-%C2%A1sorprendente


2. ¿El justo por la fe vivirá?

Ver: http://serjudio.com/dnoam/rap44.htm


3. ¿jesús era un rabí? ¿conoces lo que se dice acerca de los seguidores de jesús?

Ver: http://serjudio.com/dnoam/rap43.htm


4. ¿jesús era mayor que Moshé?

Ver: http://serjudio.com/dnoam/rap122.htm


5. ¿El cristianismo cree en Dios?

Ver: http://fulvida.com/id-noajica/identidad/el-eterno-no-es-el-dios-del-cristianismo


6. ¿jesús era el mesías?

Ver: http://fulvida.com/id-noajica/identidad/jesus-rebelion-en-contra-del-eterno


7. ¿sabías que no sólo jesús podía hacer «milagros»?

Ver: http://serjudio.com/dnoam/rap122.htm


8. ¿razonaste alguna vez del por qué nuestros países siguen el cristianismo?

Ver: http://serjudio.com/rap1551_1600/rap1589.htm


9. ¿jesús cumplió la «supuesta profecía» del Salmo 110:4?

Ver: http://serjudio.com/dnoam/rap14.htm


10. ¿jesús cumplió supuestamente la profecía de Isaías 7:14?

Ver: http://serjudio.com/rap1551_1600/rap1586.htm


11. ¿jesús cumplió supuestamente la profecía de Isaías 9:5-6?

Ver: http://serjudio.com/dnoam/rap9.htm


12. ¿jesús cumplió supuestamente la profecía de Isaías 42:1-4?

Ver: http://www.fulvida.com/rap001/rap067.htm


13. Los cristianos dicen ser testigos de Dios, y nos leen Isaías 43:10 ¿será cierto?

Ver: http://serjudio.com/rap1951_2000/rap1999.htm


14. ¿jesús cumplió la «supuesta profecía» de Isaías 53?

Ver: http://fulvida.com/id-noajica/identidad/isaias-53-develado


15. ¿jesús cumplió supuestamente la profecía de Jeremías 31:31-32?

Ver: http://serjudio.com/rap451_500/rap470.htm


16. ¿jesús cumplió supuestamente la profecía de Daniel 9:25?

Ver: http://serjudio.com/dnoam/rap57.htm


17. ¿jesús cumplió supuestamente la profecía de Miqueas 5:1 o de Daniel 7:13?

Ver: http://serjudio.com/rap1951_2000/rap1993.htm


18. ¿jesús cumplió supuestamente la profecía de Oseas 6:2?

Ver: http://serjudio.com/rap1701_1750/rap1712.htm


19. ¿jesús cumplió supuestamente la profecía de Zacarías 9:9?

Ver: http://serjudio.com/dnoam/rap153.htm


20. ¿jesús cumplió supuestamente la profecía de Zacarías 12:10 o de Oseas 11:1?

Ver: http://serjudio.com/dnoam/rap18.htm


21. ¿Conoces lo que dice Zacarías 13:3?

Ver: http://serjudio.com/rap2901a2950/rap2922.htm


22. ¿Sabías que no sólo el cristianismo y el islam son las religiones que dicen creer en el Dios de Israel?

Ver: http://fulvida.com/misioneros/el-enemigo-que-quiere-parecer-interno


23. ¿la cruz es un símbolo sagrado?

Ver: http://serjudio.com/rap1151_1200/rap1178.htm


24. ¿un judío puede entrar en una iglesia?

Ver: http://serjudio.com/rap1451_1500/rap1493.htm


25. ¿un gentil puede entrar en una iglesia?

Ver: http://fulvida.com/misioneros/resp-463-misa-y-pesame-a-catolicos


26. ¿qué se debe hacer en diciembre?

Ver: http://fulvida.com/identidad/resp-151-fechas-de-diciembre


27. ¿conoces el mejor camino para retornar al Eterno?

Ver: http://fulvida.com/identidad/para-quitar-tus-manchas-y-pecados


28. ¿Deseas conocer el texto donde aparece el pacto de Dios con toda la humanidad?

Ver: http://fulvida.com/id-noajica/identidad/un-texto-fundamental


29. ¿conoces el Deseo del Eterno para con los no-judíos?

Ver: http://fulvida.com/temas-frecuentes/guia-para-principiantes-en-busca-de-la-verdad


30. ¿quieres conocer en profundidad los mandamientos que el Eterno nos encomendó?

Ver: http://fulvida.com/id-noajica/identidad/reforzando-los-7-mandamientos-universales


31. ¿sabes cómo sería correcto rezarle al Eterno?

Ver: http://fulvida.com/temas-frecuentes/un-metodo-para-rezar


32. ¿sabes el por qué debemos de rezarle al Eterno?

Ver: http://fulvida.com/rezos/palabras-al-cielo


33. ¿cómo puede ser una boda entre noajidas?

Ver: http://fulvida.com/respuestas-a-preguntas/resp-46-bendiciendo-el-matrimonio


34. ¿cuándo fué anunciado este retorno de las naciones hacia la buena senda?

Ver: http://fulvida.com/temas-frecuentes/resp-549-despertar-noajico-anunciado-en-el-tanaj


Si quieres seguir profundizando aún más en la buena senda (que es el noajismo) y en lo publicando en fulvida, te invito a utilizar el buscador de Google que aparece arriba a la derecha de esta misma página.

Si no eres judío, se feliz, eres noájida.

Noájida, es el término para referirnos a cada ser humano no-judío(a), descendiente de Noaj (Noé) , que consciente o inconscientemente tiene un pacto con el Eterno, le guste o no, aunque por lo general es más utilizado para los que conscientemente cumplen con los mandamientos noájicos recordados con el arco iris.

Espero que esta recopilación pueda servir para la difusión del noajismo y el despertar de nuestras naciones.

Con mucho cariño, se despide,

Atentamente,

Ing. David R. Fernández U.

Maracaibo, Edo. Zulia, Venezuela.

Sé feliz con tu porción

Encontramos un muy interesante midrash, narración y/o explicación de los Sabios:
Rabí Aba bar Zemina era sastre,. Cierto día fue contratado por un oficial romano. Cuando llegó la hora de comer se le ofreció carne, pero él se negó a aceptarla puesto que no era kosher -apta espiritualmente-.
El dueño de la casa le amenazó: “Si no comes de esta carne que te ofrezco, te mataré”.
El sastre contestó: “Haz conmigo lo que quieras, pero no comeré.”
El gentil sonrió y dijo: “Te diré la verdad. Si hubieras comido de la carne que tu dios te prohibió, hubiera tenido ganas de matarte. Si eres judío, sé judío; si eres gentil, actúa como gentil.”

Sheviit 4:2

No es casual que los sabios plasmaran esta anécdota y la trasmitieran dentro del conjunto de lecciones sagradas de la Tradición.

Entre sus muchas enseñanzas rescatamos una que es fundamental.
Para la persona judía existe una senda que le es propia, que si se desvía de ella se acarrea el mal.
Ese camino para el judío se llama judaísmo, cuya base principal es la Torá con sus 613 mandamientos para los judíos.

Para la persona que no es judía, es decir, para el gentil, existe su propia senda espiritual, alternativa exclusiva para los gentiles.
Ese camino de santidad para los gentiles se denomina noajismo, cuya base fundamental son los Siete Mandamientos para las naciones.

Como expresaron los Sabios a través de esta historia verídica, para que el mundo esté en armonía es necesario que el judío viva como tal, respetando sus propias costumbres y mandamientos; pero es igualmente imprescindible que el gentil viva de acuerdo a su propia idiosincracia espiritual, con apego al cumplimiento de los Siete Mandamientos.
Que el gentil no se aparte ni para un lado ni para otro: que no desbarranque hacia la idolatría o hacia cualquiera de los otros pecados que lo enrumban hacia el abismo; pero que tampoco se crea con derecho o deber para apropiarse de aquello que Dios ha decretado para que sea perpetuamente exclusivo de los judíos.

El gentil tiene los Siete Mandamientos como marco, como base, como raíces, de las cuales se derivan numerosas reglas de vida que muchas veces coinciden con mandamientos que Dios decretó para los judíos. Por ejemplo, Dios no ordenó al noajida “no estafar”, pero es una regla necesaria derivada del mandamiento de “no robar”, que calza perfectamente con alguno de los mandamientos entregados por Dios a los judíos.
Pero, están aquellos mandamientos que Dios ha decretado exclusivos de los judíos, que no pueden ni deben ser tomados por los gentiles. ¿Con qué excusa un gentil puede apropiarse de la herencia y patrimonio de los judíos que Dios determinó exclusivo para ellos?
¿Con qué descaro algun gentil puede pretenderse puro, justo, espiritual, cuando vive usurpan una identidad que le es ajena, aunque se justifique diciendo que lo hace para escalar en santidad?

Así pues, eres gentil, vive como tal.
Conoce los Siete Mandamientos y vívelos.
Conoce los reglamentos derivados y las costumbres que te conciernen y con ellos sé un constructor de Shalom.
En cuanto a lo que pertenece en exclusiva a los judíos, déjaselo a ellos.
Sé feliz, eres noájida.

El Creador del mundo y la familia (frases cortas de Noajismo)

Las dos veces que el Creador del mundo ha entregado Mandamientos han sido familias las receptoras de dichas instrucciones, una cuando nuestro ancestro Noaj y su familia recibieron los 7 Mandamientos y otra cuando 600,000 familias Judías recibieron 613 Mandamientos en el monte de Sinaí, esto denota la importancia de la familia para el Creador, amigos queridos no olviden darle el cuidado el afecto y la importancia que merece su familia, tal es el ejemplo del nuestro Padre el Creador de todo el universo.

Dos caminos un mismo destino (frases cortas de Noajismo)

Solo dos veces en la historia de la humanidad el Todopoderoso se ha presentando a instruir Su voluntad en esta tierra, en cada una de ellas se presento al núcleo conservador de la sociedad o sea la familia y a partir de ello se establecieron dos identidades en este mundo,  una identidad es la Noajica que es la más antigua y por demás potente otra de gran bendición es la Judía y que a través de ella se esparce la Luz por el mundo, ambos caminos fueron diseñados por el mismo Creador del mundo por lo tanto son infalibles.

¿Qué descendió para los gentiles en Sinaí cuando descendió la Torá para los judíos?

En el santo Talmud, recopilación sagrada de la Torá Oral, encontramos el siguiente pasaje que resulta a la vez misterioso y esclarecedor:

«¿Por qué se llama Sinaí al monte (en donde Dios entregó la Torá a los judíos)?
Repondieron los sabios: es el monte en que descendió la envidia/odio (siná) de los gentiles en contra de Israel»
Talmud Babli, Shabbat 89a

Los sabios de la santa Tradición no dejan pasar detalles, ven el bosque pero no dejan de ver el árbol. Ellos quieren saber porqué el monte escogido para ser el lugar en el cual recibió el pueblo judío la Torá se llamaba Sinaí.
Nos dicen algo sorprendente, una verdadera revelación, la palabra «sinaí» deriva de la misma raíz idiomática que «siná», que significa odio al mismo tiempo que envidia.
El monte se llamaba de otra manera, pero cuando Israel recibió a perpetuidad la Torá en ese sitio, el monte fue llamado de otra manera, en alusión a algo trascendente que había ocurrido allí.
Pero, no se le denominó «monte de la luz», ni «monte del encuentro con Dios», ni «monte de la recepción de la Torá»… se le llamó y se le conoce luego de milenios como «monte donde descendió el odio/envidia de los gentiles en contra de Israel«.
Pero, ¿cómo es esto?
Si lo que descendió allí fue la Torá que Dios entregó a perpetuidad como herencia y patrimonio de Israel, ¿cómo nos dicen los sabios santos que lo que descendió fue el odio/envidia?

Debes reconocer que los sabios no se equivocan en asuntos de espiritualidad, si ellos dicen que descendió la «siná» de los gentiles en contra de los judíos, así mismo es.

Odian y envidian a Israel, porque fue el pueblo que se esmeró y se consagró al punto de ser meritorio para recibir la Torá.
Odian y envidian a Israel, porque a pesar de ser una nación débil y pequeña, con muchas desventajas materiales, igualmente pudo ser leal, con sus altibajos, pero nunca habiendo caído tan bajo como el resto de las naciones del mundo.
Odian y envidian a Israel, porque cuando los hebreos eran noájidas (en el tiempo antes de la entrega de la Torá) vivían de acuerdo a los Siete Mandamientos y por eso fueron escogidos para recibir la Torá.
Odian y envidian a los judíos, porque son ellos los dueños perpetuos de la Torá y no las naciones del mundo.
Odian y envidian a los judíos, porque ellos tienen de primera mano un texto sagrado que ellos anhelan para sí, que desean obtener, que quieren ser dueños, que desean leer y estudiar y de no poder hacerlo quemarán el texto y exterminarán a los judíos.

Así ha sido en el pasado y sigue siendo hoy en día.
No han faltado los desgraciados asesinos que llevaron a la muerte más horrenda a judíos, individuos y colectivo, a causa de su odio. Y los sigue habiendo. Ejemplo actuales, los imperialistas árabe-musulmanes; sus atrofiados aliados que se hacen llamar «progesistas», especialmente los eruropeos; los nazis de toda calaña, entre otros miembros de esa fauna vil que infesta el mundo.

No faltan los malvados que no pretenden aniquilar judíos, pero sí erradicar el judaísmo. Promueven la asimilación de los judíos, impiden el pasaje de la tradición de una generación a la siguiente, perturban la vida judía, sin por ello atacar directamente el cuerpo del judío.

Están los otros espantosos enemigos de Dios y de los judíos, que son los que dicen «amar a los judíos», pero actúan de un modo vil y traidor. Son los que se hacen llamar «nuevo israel», «israel espiritual», «israel en cristo», «judíos mesiánicos», entre otros farsantes, piratas de la fe y rebeldes en contra de Dios.
Una clase especial de estos últimos son los noájidas que no pretenden dañar directamente a los judíos, ni agredir al judaísmo, pero su odio interno, su envidia poderosa, su EGO al comando de sus vidas, les impulsan a buscar cosas judías para apropiárselas, para hacerse amos de ellas, para leer Torá, estudiar Torá, actuar a modo de medio-judios, etc., todo con la «sagrada excusa» (tono irónico) de querer hacer las cosas de modo «espiritual»… como «gentiles justos».
Y esta clase de enemigos de Dios van por la vida diciendo que son gentiles justos, cuando no lo son realmente. Porque, niegan la Voluntad de Dios que decretó que la Torá es de Israel y no de los gentiles; el mismo Dios que impuso la ley de que el gentil no debe estudiar Torá, sino dedicarse a conocer y cumplir con los Siete Mandamientos y no otra cosa para llenar de espiritulalidad su vida.
Esta clase de gentil rebuscado, inventor de excusas floridas, eterno víctima de la incomprensión de otros (según fantasea), también odia profundamente a los judíos, y al mismo tiempo los envidia. Quiere ser uno de ellos, quiere convertirse, pero no le da el alma como para hacerlo de la manera legal y correcta. Quiere ser un judío, por eso tiene cien libros de judaísmo en su biblioteca, recita de memoria pasajes talmúdicos, tiene en su ropero su disfraz de judío ortodoxo, usa nombretes judaicos en su facebook, lee y enseña Torá (eso dice hacer), se busca alguna supuesta autoridad judaica que le dé cabida a tales disparates, pero en el fondo, en el triste y patético fondo de su alma, odia intensamente a Dios , a los judíos, y les tiene inmensa envidia.

Qué triste alma… qué desgraciado vagabundear por el mundo, errante y sin sentido, aferrándose a cualquier cosa que le satisfaga el EGO del momento…

Así es amigos queridos, esos gentiles que rechazan la enseñanza santa de que no se entrometan en cosas de Torá, que se creen con «superioridad» para tomar lo que se les antoja de la propiedad de Israel, no hacen otra cosa que seguir viviendo como sus antepasados que se arrodillaban delante del estiércol de la religión: odian y envidian a Israel, y por eso son esclavos de sus EGOS inflados y ávidos, codician lo que no les pertenece, traicionan a amigos y allegados con tal de obtener lo que no es de su propiedad, se envilecen pero siempre con una excusa brillante a flor de labios.
Tienen grandes proyectos que no dejan de ser vanidosas fantasías de un EGO desesperado por recibir mimos y caricias.
Odian y envidian a los judíos, por eso quieren tanto ser como un judío.
Odian y están enojados contra Dios, por eso meten la palabrita «dios» cada dos por tres, pero carecen de Dios en sus vidas.

Y, como la Tradición y la ciencia nos enseñan, aquel que envidia y odia, en el fondo solamente se odia a sí mismo. Porque no se ama, porque se rechaza, porque se desconoce, porque se desprecia, porque se siente poca cosa, porque se cree apartado de la «mano» de Dios.
Se odia a sí mismo…

Es a causa de gente como estas que el monte Sinaí recibió su nombre, gente infeliz, desgraciada, desagradecida, que no tienen la capacidad de ser leales a su identidad, que por ello repudian los vitales y perfectos Siete Mandamientos, pero se creen capaces de escoger aquellos rituales y costumbres judaicos que les puedan acariciar su inflado EGO.

Pobre gente, se odian a sí mismos, porque se saben impotentes, infértiles, vacíos, carentes de bendición aunque gocen de muchos bienes materiales.
Pobrecitos, son merecedores de nuestra compasión, porque odian ya que no tiene capacidad de hacer otra cosa. Envidian, porque no se dan cuenta de que con el noajismo, con los Siete Mandamientos, ya tienen la porción santa y eterna suficiente para alcanzar plenitud y bendición en este mundo y en la eternidad.
Pobres almas sufridas, a las cuales no debemos rechazar ni condenar, aunque sí ser tajantes y claros en los límites sagrados que han sido impuestos por Dios y que en modo alguno podemos nosotros violentar para dar satisfacción a sus alocados EGOS.

Así pues, querido hermano noájida, cuando veas a ese pobrecito desgraciado que se cree capaz de decidir qué puede y qué no puede hacer o tomar del judaísmo, en tanto desprecia su propia Torá, su propia esencia, su propiedad espiritual; cuando te topes con él, sé compasivo, comprende la miseria de su alma, no lo atormentes, pero ponlo en su lugar caballerosamente y dale un salvavidas llamado FULVIDA para que dejen de odiarse y de envidiar a otros.

Por otra parte, otros muchísimos gentiles quizás no estén conformes con que sea Israel el pueblo elegido para haber recibido la Torá y los 613 mandamientos. Sin embargo, sus almas no se dejan llevar por la vanidad y la maldad. No permiten ni toleran que sea el EGO el que controle sus vidas. Entonces, comprenden que como gentiles tienen un sagrado rol, una tarea única y especial, un camino hacia la santidad, una tarea espiritual brillante, su conexión propia con Dios, su Torá, que son los Siete Mandamientos Universales.
Se hacen conscientes de su identidad, de su propio pacto, de su lugar em el mundo y entonces, el odio no existe, la dependencia tampoco, la esclavitud menos. Cuando se hacen conscientes y viven a plenitud como noájidas, como Dios ha decretado que vivan, ya la envidia hacia los judíos no los corroe más. Ya dejan de sentirse secundarios, por lo que dejan de odiar a los judíos y a Dios. Se aman, se respetan, se valoran, trabajan junto a los judíos como socios de Dios en la tarea de construcción de Shalom.
Junto a los judíos, pero sin inmiscuirse en cosas judías, sin reclamar cosas judías, sin estudiar Torá, sin todas las petulantes necedades de los que siguen siendo esclavos de sus ciegos EGOS.

Está en ti, hermano querido, elegir si serás de los que odian a Dios, odian a los judíos, envidian a los judíos, aunque mencionen a Dios y digan amar a los judíos a cada rato;
o si escoges la vida la bendición, que es aceptar quien eres con sano orgullo, y entonces vivir como te corresponde con sana vitalidad.

¿Qué eliges hoy hermano noájida querido?
¿Que se te conozca como uno que actúa movido por el motor de odio y envidia, o ser reconocido y alabado como uno que alaba a Dios por todo lo que tiene?

El Rey escoge que vivas… ¿y tú qué haces con tu tiempo de vida?

Hoy temprano enseñaba a unos jóvenes la primer plegaria que se debe decir al despertar, el «modé aní», que dice:

«Agradezco ante ti, Rey vivo y eterno, que me devolviste mi espíritu, con compasión amable lo hiciste, pues mucha es tu confianza (en mí).»

Tal el sencillo y profundo rezo con el cual todos (judíos y gentiles) debíeramos comenzar nuestra jornada.
Muchas son las enseñanzas que íbamos compartiendo con los casi cien jovencitos. Palabra tras palabra, profundizando y elevándonos, dando ejemplos y analizando, hallando caminos para conocer, comprender y cumplir.

Entonces, surgió una pregunta: ¿por qué se denomina aquí a Dios como «Rey», y no con cualquiera de Sus nombres o roles con respecto a Su creación?
Entre las varias respuestas que íbamos elaborando con los muchachitos, se mencionó el poder absoluto que disponía el rey (el de carne y hueso) en la época que el rezo fue fijado en sus palabras.

Entonces, nos dimos cuenta de que el Rey de reyes, Dios, nos estaba dejando despertar nuevamente con graciosa y compasiva majestad.
En Sus manos está el poder de cancelarnos la vida en este mundo, cuando Él disponga, sin tener nosotros el mínimo derecho a protestar o negociar Su autoridad y elección.
Por eso, cuando nos despertamos a diario, es de gran persona reconocer Su bondad, Su confianza en mí, pues pudiendo matarme Él escogió dejarme con vida.
Y si Él me deja vivir, por algo es; ya que Dios no hace cosas porque sí o por un antojo del momento. Dios no es hombre para dejarse llevar por pasiones o gustos.
Si despierto y vivo es por elección de Dios, que con Su real autoridad decreta que tenga un tiempo más de vida, para hacer algo positivo con la misma.

Ya con esto, nuevamente tenemos una profunda e intensa enseñanza. Podríamos darnos por más que satisfechos con esto.
Pero, del grupo de despiertos alumnos se alzó una voz: ¿si es Dios quien decide cuando dejamos de vivir, cómo se explican los asesinatos?
Realmente, una pregunta brillante para un niño-joven pre-Bar Mitzvá.

La respuesta que brindamos fue simple.
Dios no quiere que el asesino asesine, y eso lo sabemos todo.
No se puede argumentar que el asesino es un instrumento de Dios, un títere que cumple con la voluntad de quitar la vida a aquel que le llegó su hora.
Pero, ¿cómo es que lo sabemos todos?
Pues, porque tanto para judíos como gentiles existe el mandamiento sagrado de no asesinar al inocente.
Algunos no lo reconocen como mandamiento sagrado, sino como ley de la sociedad, o mandato ético, o pauta de vida, o el motivo que fuera.
Pero, para los que anhelamos a Dios y serLe leales, es sabido y comprendido que es un imperativo ético pero al mismo tiempo legislado como mandamiento de origen divino.
Por tanto, Dios ha decretado que la persona viva, por eso le ha dado vida; Dios ha decretado que la persona no muera a manos de un asesino; por tanto, cuando alguien comete un crimen, no es Dios el que determinó el final de una vida inocente, sino que una perrsona rompió el equilibrio cósmico, interrumpió una vida que debía proseguir.
Así pues, quien asesina no solamente está actuando de manera abominable en contra del prójimo, por lo cual es merecedor de los peores castigos de parte del Juez, sino que además deberá ser ajusticiado por quebrar doblemente y voluntariamente la decisión de Dios de que la víctima viva.

Con el mandamiento de no asesinar como ejemplo, se puede extrapolar para el resto de todos los otros mandamientos.

¿Lo entiendes?
Dios dio la ley, marcó el camino, determinó los límites, para que el mundo anduviera de acuerdo al Plan de Dios.
Si las personas acatan los mandamientos (los Siete Universales para los gentiles, los 613 de la Torá para los judíos), entonces el Plan de Dios se cumple a la perfección y podríamos vivir en un verdadero paraíso terrenal.
Pero, cuando la persona quiebra alguno de los mandamientos, está rompiendo el equilibrio del cosmos, está corrompiendo la armonía universal, está sometiendo al Plan a una alternativa que no estaba determinada por Dios.
Esto genera conflictos, dolores, angustias, malestares, alteraciones, y muchos etcéteras más que son pesados y terribles.
Es por ello que existen las justas retribuciones divinas (castigos, como se les suele llamar), que son modos de compensar el desequilibrio.
Existe también la «teshuvá», el arrepentimiento sincero, que procura reencaminar por la senda adecuada los asuntos.

Así pues, para conseguir un mundo de Shalom, cada cual debe conocer sus mandamientos que le corresponde y cumplirlos cabalmente. Sin excusas, sin dejarse llevar por el EGO, sin aditamentos fatales.

Unas últimas aclaraciones.
Por supuesto que Dios es todopoderoso, pero Él limitó Su poder para darnos oportunidad de vivir realmente con libre albedrío. Por tanto, quien quiebra un mandamiento no lo hace llevado por el destino, ni es por obra de Dios, sino que es su propia responsabilidad.

Por supuesto que los «pecados» de las personas y sociedades a simple vista parecen entorpecer el Plan de Dios, llevarlo por otros carriles, en apariencia someter al mundo a un estancamiento o alejamiento de «la» meta a la cual Dios quiere que lleguemos. Es así, pero el Plan de Dios se cumplirá finalmente.

Por supuesto que nada de lo que hagamos o dejemos de hacer afecta a Dios o Lo cambia o Lo anula o Lo imposibilita, Él está absolutamente más allá de toda interferencia o accidente. No vive en nuestra realidad, no es afectado por tiempo, espacio o accidentes. Lo que hacemos de acuerdo a nuestro libre albedrío es nuestra obra, pero nada sorprende a Dios, nada lo hace cambiar, nada lo mueve a nada… aunque a veces lo digamos así o lo pensemos.

Finalizando, cuántas cosas tan profundas y elevadas es posible estudiar cuando la persona es humilde, receptiva, sincera, respetuosa, anhelante del saber.

Un rabino me dijo que yo podia…

Escudarse detrás de dicha frase es una muestra de la poca valentía que se tiene para asumir la propia responsabilidad cuando lo que se pretende se basa en el deseo propio por alcanzar lo ajeno. El afán de conseguir el aval de un tercero que endose lo que venimos creyendo, es una muestra que algo nos dice que el criterio personal es poco confiable a la hora de definir qué haremos ante una situación.

No viene al caso de aquellos que preguntan para aprender, menos se trata de quienes buscan orientación en sus vidas. En específico se trata de quien sabiendo ya la respuesta a su pregunta, aun así insiste en descontextualizar su situación y lanzarle la pregunta a alguien quien inocentemente responde ignorando el trasfondo.

Un ejemplo de esto es aquel que sabe que la Torá le es ajena, aunque le hayan dado ocho respuestas verdaderas, pero que ninguna contiene un ápice de lo que él esperaba como contestación, aun así busca una novena respuesta, no sin antes revestirla de inocencia, omitiendo el contexto y no agregando muchos datos para no levantar sospechas que pudiesen generar una respuesta similar a las ocho anteriores.

¿Cuál es el miedo de preguntar con honestidad?

En lugar de preguntar ¿Tengo un libro judío, puedo leerlo?, por qué no añadirle que ademas de tener ese libro, también se es no judío, y además se tiene un trasfondo idolátrico que muy posiblemente interfiere en el pleno entendimiento de lo que es una heredad ajena, y que además se quiere leer porque un tercero le dijo que lo hiciera, y también seria bueno mencionar que apenas se han dado unos pocos pasos fuera de la idolatría bajo la guia de un maestro capacitado para tal tarea?

Obviamente que la respuesta seria similar a las ocho anteriores. Pero, quien insiste en actuar dominado por su criterio propio (o ajeno aunque ignorado) no dará muchos datos. Pondrá cara de buena gente, saludará, brindará un halago, dará las gracias, y luego de haber obtenido lo que quería, saldrá a vociferar su «nuevo» descubrimiento, haciendo a un costado las reiteradas ocasiones en que, argumentos por delante, le enseñaron cuál era el correcto proceder.

Luego de esto llamará a sus conocidos, enviará mensajes invitándolos a reuniones privadas, donde comenzará haciendo lectura de alguna frase sacada de un libro judio para cautivar a sus escuchas, luego les planteará lo que él cree, incluso lo que ya no cree, y su estocada (no final) será: «un rabino me dijo que yo podia…«,

Además, les dirá que evalúen por ellos mismos las evidencias presentadas, pero eso sí, advertirá que no le cuenten a nadie, especialmente a quienes podrían enseñar, con claridad y sin valerse de trampas, el claro error por el cual los quiere hacer transitar nuevamente.

Por otro lado, existe una clara dependencia a la aprobación de un ajeno. Se precisa que otro les señale que ese camino es el adecuado, pero cuando ese mismo que un día les dio aprobación les de una primera señal de desaprobación, entonces el ciclo vicioso se repetirá nuevamente cual hijo que busca aprobación en su padre cuando la madre le dijo previamente le dijo que no.

Vale mencionar esa vieja costumbre de creer que si un tercero coincide con la apreciación personal que ellos plantean, entonces eso es válido para convertirlo en una verdad inamovible, incuestionable, un camino por el cual todos deben transitar sin cuestionar.

«Un rabino me dijo que yo podia…»

En mi caminar como noájida he consultado con rabinos de habla hispana y angloparlantes, he hablado con el asistente del rabino designado por el Bet Din de Israel como cabeza de los gentiles, al mismo rabino parte del Bet Din de Israel le he escrito, y me ha respondido, inquiriendole por algunos asuntos relativos a la vida noájida.

Las veces que lo he hecho se lo he dejado saber a quien hoy dia considero mi maestro. No he tenido razón para ocultarle lo que he hecho, ni he temido a su desaprobación, incluso he procurado actuar como puente entre ambos.

Además conozco, sin excepción, todas las páginas de contenido noájida en todas sus perspectivas, desde las más permisivas hasta las más apegadas a la Ley,

y no por eso me he valido de «Un Rabino me dijo que yo podia…» para dejar que mi ego dicte qué elementos deben formar parte de mi identidad espiritual.

Es una pena tener que recurrir a argumentos de índole personal, pero se hace necesario por aquellos que creen que por contactar a un respetable rabino han encontrado la fuente misma de la Verdad.

Ser noájida es, además, aprender a darle su lugar a las opiniones de terceros, aprender a no actuar agazapadamente para justificar nuestro proceder.

¿Por qué ir en contra de la Ley?

¿Por qué creer «por fe» en las palabras de un tercero cuando estas carecen de algún argumento LEGAL que avale su opinión?

Caminar dentro del marco de la Ley Justa implica tener conocimiento de ella. Si vamos a preguntar a otros, entonces, es nuestro DEBER pedir a ese que contesta que, por favor, muestre que la Ley de Dios avala su idea.

Cuidémonos de lo que otros nos digan, independientemente de quien sea.

Es imperioso que sepas que no es digno sostener una ideología sólo por la fama y alto nivel de persona que la  pregona, aceptando sus dictámenes sin detenerse a analizar profundamente qué es lo que sostiene esa ideología, si es verdadera o no, pues quien así actúa se conduce erróneamente y con muy malas cualidades. Ésta actitud además de estarnos vedada por la Torá, es algo que  la razón misma rechaza. Lógicamente no es propio actuar así, pues esto empequeñece y mengua la verdadera percepción en cuanto a la fe. Bajo el punto de vista de la Torá, es condenable pues se desvía del camino verdadero apartando sus ojos de lo correcto. Aseveró Dios: “No favorecerás al pobre ni mostrarás preferencia con el grande, con equidad habrás de juzgar” (Levítico 19:15), más aun: “No habrás de ser condescendiente con conocidos en el juicio” (Deuteronomio 1:17)

No hay diferencia al respecto entre aquel que adopta tal opinión sin haberla analizado o aquel que defienda la postura de los sabios sin tolerar que alguien opine lo contrario, pues él razona para sí: “por ser que los sabios eran grandes en sabiduría, obviamente, todo cuanto ellos dijeron debe ser correcto”; todo esto está igualmente incluido en la prohibición  enunciada en Levítico 19:15 y Deuteronomio 1:17.

Acorde con lo expresado hasta aquí, deducimos que a pesar de la gran sabiduría y erudición de los sabios, debe quedar claro que no por dicha fama debemos acatar todo lo que ellos opinan con respecto a la medicina o las ciencias naturales de la misma manera y tenor con que aceptamos sus opiniones en lo que respecta a la explicación de la Tora, tal como nos fuera encomendado: “Y harás todo lo que ellos te encomendaren”

Esta postura era asumida por los mismo sabios, así, encontraras entre los sabios que ante la opinión ajena a la lógica talmúdica o incoherente decían: «Por Dios, aunque esto lo hubiere dicho Josué, no lo hubiera aceptado», es decir no aceptaría dicha afirmación aunque proviniera de un profeta, puesto que ese argumento  no puede ser sustentado en forma coherente y lógicamente, producto de un análisis u otro método de razonamiento de los que el Talmud se vale para explicar u opinar.

Tomado de “Miljamot Hashem” “Maamad Al Dibre Jazal”  Rabí Abraham Ben Harambam Coloquio: Acerca de los dichos de los Sabios Hebreos Rabí Abraham hijo de Rambam (Maimónides) Versión castellana y comentarios de R. Itzjak Sakkal  “La importancia de analizar lo dicho”

Los gentiles que envidian la Torá de Israel

En numerosas ocasiones hemos demostrado con citas de leyes perpetuas y de decretos de rabinos con autoridad que el estudio de Torá está vedado para el gentil, a no ser el estudio de aquellas porciones que le enseñan acerca de los Siete Mandamientos, y/o de aquellas porciones que le refuerzan en su unión con Dios.

Por supuesto que incluso el estudio de las secciones apropiadas debe hacerse bajo guianza estricta de maestro judío idóneo, que conozca tanto el texto santo, como las leyes al respecto del estudio así como el marco legal acorde para el gentil, de modo tal de preservar a la persona del error, ahuyentar el mal y proveer de buen pan espiritual a aquel que está buscando llenar su alma de contenido espiritual y no solamente de brindar manjares de vanidad o de cosas santas pero que no le brindan shalom sino dolor.

Con los asuntos del Eterno no se juega, pero igualmente, el EGO, o la ignorancia, o el afán, o la envidia, o el rechazo de la correccíón impulsan a la persona a negar la verdad, a repudiar las leyes santas, a inventar excusas para hacer lo prohibido pero hacerlo parecer como algo luminoso.

Esta actitud terca, de real rebelión en contra de lo dispuesto por Dios, recuerda el dicho del inspirado sabio:

«Aun cuando el insensato ande en el camino, le falta entendimiento, y a todos hace saber que es insensato.»
(Kohelet / Predicador 10:3)

Veamos bien el verso.
El insensato no anda por valle de muerte, no está transitando el inmundo camino de la idolatría, no ensalza a dioses/salvadores falsos; no, no hace eso el terco del verso; claramente dice que el insensato del verso anda por «el camino».
Se justifica diciendo que quiere estudiar Torá para cumplir lo que le corresponde, que no quiere hacer cosas erróneas, que detesta la perversión del camino del mal.
Así se justifica, con la máscara de las buenas intenciones.
Pero, las buenas intenciones sin el conocimiento, sin el equilibrio, sin la lealtad, suele terminar en tremendos fracasos, en caídas al abismo.
Y es exactamente lo que termina por decir el verso, aunque el necio pretenda andar por «el camino», no deja de hacer las cosas que hace habitualmente: acciones y palabras de insensato.
Para todo aquel que tiene ojos comprensivos es evidente que el insensato es eso… un insensato.
Alguien que pudiendo haber sido humilde, leal, fiel, de bendición, prefiere ser terco, cerrar sus ojos y oídos, buscarse algún pretextito para hacer lo que quiere y no lo que le corresponde hacer.
Entonces, al negarse a vivir como Dios le ha decretado, al usurpar lo que no le pertenece, al pretender andar de una manera que no es la propia, no alcanza la trascendencia, no se compra el paraíso, no adquiere cordura, no avanza en su misión sagrada, sino que se sumerge más profundo en su insensatez.

Dará mil excusas, criticará hasta un punto de más o de menos de aquel que le quiere corregir, inventará filosos argumentos para escudarse, hallará bajo alguna piedra alguna voz que apoye sus desatinos, pero no dejará de ser un insensato que anda como insensato por el camino.

Todos los entendidos lo verán y se apartarán de sus acciones, de sus prédicas, pues reconocen que no tienen verdadera base, sino solamente es EGO astutamente disfrazado de piedad, de anhelo de Dios, pero no deja de ser EGO.

El inspirado autor anuncia:

«Anda según los caminos de tu corazón y según la vista de tus ojos, pero ten presente que por todas estas cosas Elokim te traerá a juicio.»
(Kohelet / Predicador 11:9)

Sí, así es.
Van con alegría por donde quieren, hacia donde sus emociones los llevan.
Ven algo que anhelan, que codician, que pueden alcanzar -sin importar cómo- y hacia allí se dirigen.
Aunque en la senda luzcan carteles de «Pare», «No estacione», «Calle cerrada», etc., ellos rechazan verlos o dan muchos argumentos astutamente vacíos para dar a entender que no son para ellos, sino para otros, para gente de por ahí, pero no para ellos.
Sus ojos codician, sus corazones arden de pasión insana y con la excusa de querer beber de la Palabra de Dios, de llenar sus almas de «la Palabra», se precipitan hacia lo que no les pertence, pisotean la herencia de otros, usurpan lugares, llegan hasta la traición en caso de ser necesario, pues no se gobiernan en realidad, sino que son títeres de sus EGOS.

Insertan la palabra «dios» cada dos letras, citan frases supuestamente talmúdicas, pronuncian con reverencia nombres de rabinos, saben de memoria textos supuestamente cabalísticos, son máquinas de buscar y repetir cuestiones de judaísmo… pero siguen sin aceptar la verdad impuesta por Dios: el judaísmo es para judíos, en tanto que el noajismo es para noájidas.
En la base del judaísmo está la Torá, en la base del noajismo está el pacto de Dios con la humanidad representado por el arcoiris.

Son sus ojos avaros y sus corazones celosos los que les vuelven necios, desleales, eternos criticones de de otros pero faltos de un mínimo de sincera autocrítica.

Repudian a Dios aunque dicen «dios» cada dos letras.
Viven una vida de falsedad pues no admiten la verdad.
Hasta son capaces de pretender que sus antepasados eran parte del Tanaj o del pacto de Israel, con tal de seguir aferrados a su necedad de envidiar a Israel por la Torá que le pertenece al pueblo elegido y no a ellos.

Y aunque quizás lo sepan, no admiten que Dios finalmente los traerá a juicio por sus acciones, por sus disfraces y peor aún… por llevar a los ingenuos por caminos de falsedad que son bellamente adornados como santidad.

En resumen, querido hermano noájida, si tienes anhelo de Torá, cumple con tu parte, cumple con los Siete Mandamientos, pues ellos son TU Torá.
Si quieres contar historias bíblicas, lee las que corresponden a noájidas, pero no lo que corresponde a la identidad que te es ajena.
Estudia lo que te hará crecer de acuerdo a tu espiritualidad, y no lo que envidias de los judíos.

Por último, si no te gustas la reprensión de este texto, me da mucha pena, porque seguirás en terquedad actuando como insensato en lugar de dejar que la Luz del Eterno penetre en tu alma y de bendición a tu vida.

Dijo el profeta:

«La castigaré por los días dedicados a los Baales, a los cuales ha quemado incienso y para los cuales se ha adornado con sus aretes y sus joyas. Ella se ha ido tras sus amantes y se ha olvidado de Mí’, dice el Eterno
(Hoshea / Oseas 2:15)

Pronto te olvidaste de quien te rescató de la putrefacción del alma, rápidamente te fuiste con tus infidelidades detrás de tus lisonjeros amantes. Ofrendaste a aquellos que te ofrecieron falsas promesas de bendición, huiste con los que te susurraron lo que querías oír.
Pero del Eterno no te puedes escapar, por más disfraces y palabras rebuscadas que presentes.
Cuando llegue el momento del juicio, se te juzgará por tu fidelidad hacia tu identidad espiritual y no por cuanto has usurpado de la herencia que le corresponde a otro.

Llena tu alma del buen pan espiritual de FULVIDA, de noajismo sincero y estricto, entonces reencontrarás a tu hogar, a los tuyos, a tu estabilidad, a tu equilibrio y eternidad.

Sigue andando por el camino que no es tuyo y tu torpeza seguirá siendo tu rostro a ojos del entendido.

Recordemos estas reglas ineludibles para todo gentil leal a Dios

9. A pesar de que los Hijos de Noaj tienen como obligación sólo el cumplimiento de las Siete Leyes Universales, les está permitido observar cualquiera de los 613 Mandamientos de la Torá con el propósito de recibir recompensa divina. Las excepciones a esto son:

a. Observar el Shabat a la manera de los Judíos (descansando de las acciones que fueron necesarias para la construcción del Tabernáculo durante el Exodo de Egipto).

b. Observar las festividades Judías a la manera de los Judíos (descansando de forma similar al Shabat).

c. Estudiar aquellas partes de la Torá que no se aplican al servicio Noájida para con Dios.

d. Escribir un rollo de Torá (los Cinco Libros de Moisés) o recibir una aliyá a la Torá (i.e., leer una porción de la Torá en una reunión pública).

e. Hacer, escribir o vestir tefilín, las filacterías que se usan durante el rezo (judío) y que contienen porciones de la Torá.

f. Escribir una mezuzá, un pergamino particular que contiene porciones de la Torá, o instalarla en el marco de la puerta de acceso al hogar de uno.

10. Si un Noájida está, a la manera judía, esforzándose por aprender Torá o por guardar el Shabat, o si revela nuevos aspectos de la Torá, pudiera ser literalmente restringido e informado de que es merecedor de la pena capital, pero no se lo ejecutará.

http://fulvida.com/elcamino/ESseven_laws.php.html

A todo el pueblo cristiano y mesiánico del mundo:

Este es un texto publicado hace un tiempo en SERJUDIO.com, vale la pena releerlo, estudiarlo y comentarlo con sabiduría.
Su autor es el Sr. Alfredo Zambrano, de Venezuela.
Vayamos al texto.

A todo el pueblo cristiano y mesiánico del mundo:

Desde lo más profundo de mí ser:

Este es la experiencia de un hombre que decidió servir al Eterno en contra de todo riesgo.

Shalom, estimados Javerim:

Mi nombre es Alfredo Zambrano García, de 39 años de edad. Nací en un pueblo llamado Ocaña, Norte de Santander – Colombia, pero fui criado en la ciudad de San Cristóbal, estado Táchira – Venezuela. Desde que tenía 17 años de edad estuve sumido en el mundo del evangelicalismo y los movimientos protestantes como “predicador” y “conferencista”. Fui creciendo en rango y posición dentro de los círculos cristianos, esto, en cuanto a autoridad y reconocimiento. Viajé a prácticamente todos los estados de mi nación y a un gran número de ciudades en Colombia. Me expandí a Curazao, Ecuador, Argentina, República Dominicana y Guatemala. Estuve entre los así denominados “grandes predicadores” y fui muy bien cotizado.

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