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Resp. 266 – El origen del mal

azul0305 nos consulta:

Genésis3:22-24.habla Dios que el hombre conoce ahora el bien y el mal…existe el mal, entonces. y los echó del Edén…los echó porque hicieron lo malo,quiere decir que siempre hubo mal, sino no existiría el bien, me explico.? Si pueden aclarame, se los agradecería.
azul0305

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Mucho cuidado

Queridos hermanos le escribo una vez esta vez para alentarlos y prevenirlos de un tal señor Alejandro melgar, que esta escribiendo en nuestros mail sobre unas cosas tan falsas sobre el noajismo e Israel…

Es mi deber decirles a ustedes, igual yo se que este señor es un falaz como sus palabras y que esto no tendrá ninguna trascendencia en nuestra organización y el desarrollo de nuestra misión que es la construcción de shalom.

De igual forma esto solo quiere decir una cosa: que vamos por buen camino, y que estamos haciéndonos sentir, que poco a poco vamos avanzando y nos vamos difundiendo.

Esperemos sigamos en paz y armonía…

Resp. 245 – Juegos Olímpicos y Noajismo

dav nos consulta:

Buenas Tardes Yehuda: Le queria consultar, cual es la posicion a tomar referente a los juegos olimpicos por parte del noajida, ya que estos juegos en sus comienzos estaban cargados de idolatria.
Saludos Cordiales
David Russomanno, 28 años, Bs As. Argentina.

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La trascendencia de nuestros hechos.

Todos estamos consientes de q nuestros hechos trascienden, pero pocas veces podemos cuantificar el alcance de los mismos . El poder dimensionar lo importante  que son las actitudes, los compromisos adquiridos, la palabra esa q antaño era de tanta valides q no se cuestionaba, no era necesario un escrito y menos aún la firma de un notario . Era nuestra palabra el documento y ratificado con un fuerte apretón de manos.

Aquella persona q no tome conciencia de su actuación dentro de la sociedad ,no solamente se esta perjudicando a futuro, sino q esta involucrando a su generacion , para bien o para mal.

De tal palo tal astilla.

Hijo de tigre sale con rayas.

Hoy me ha sucedido, una de aquellas ocasiones en que lo dicho y comprometido me fue enrostrado.

Me dirigía a Gorbea y mi yerno me encargó una cajetilla de cigarros, sin pensar que me podría suceder a raíz de esto ,no tuve reparo en aceptar .

Me dirigí al supermercado donde acostumbro comprar   y al solicitar los cigarros a la cajera, ella me dice mirandome a los ojos » usted se comprometío en Fulvida a  no fumar y yo no le vendo cigarrillos», se puso de píe y le puso llave al lugar de los cigarrillos, roja hasta las orejas traté de explicar q no eran para mí. Las personas en la fila me miraban como  a una sarnosa ,ERA VERGUENZA EN ESE INSTANTE VERGUENZA Q SE TRANSFORMÓ EN GOZO cuando me dice «si po yo sigo sus consejos, entro a Fulvida» . Y yo ,Y Yo  repitieron las otra cajeras.

A no ,yo no me muevo de aquí  hasta q alguien me tome el aliento y la fila continuaba los q iban pasando se demoraban por curiosidad, me tomaron el aliento y quedó aclarado   NO FUMO . Y a mucha honra .

 

 

La mano femenina

Mi madre suele contarnos historias de su juventud, unas alegres, otras no tanto, pero de todas ellas quiero yo saber. la experiencia, las vivencias de cada ser humano, tienen una riqueza, que por decir lo menos, es inapreciable. Y hay una que a mi me fascina, es cuando recuerda con gran alegria y nostalgia, el tiempo en que decidió unirse a mi padre, cuenta que realmente no sabe como hacian para vivir, pues no contaban con ningún tipo de comodidad, dice -incluso la carne la debiamos refrigerar donde la vecina, no teniamos nevera-.

-Aun asi-, sigue, -ese , nuestro primer apartamento, contaba con algo especial, un ambiente, una magia, aunque pobre, todo el mundo tenia algo que ver con el, siempre habia gente, y se respiraba un ambiente de calidez-, recuerda con alegría como allí, su primera sala, fueron unas llantas con cojines y unas mantas que ella misma confeccionó, y fue alli donde nació mi hermana, la mayor, -todo era perfecto, alli fui realmente feliz-, comenta. Recien hace unos meses, que mis padres estuvieron en esa ciudad, de visita (Pereira, Colombia), mi padre nos contó como mi madre habia llorado al volver a pasar por ese lugar, que con tanto cariño recuerdan. Dice mi padre, -se sentó alli un rato y lloró-, el mismo dijo que sintió igual.

Esta historia, aunque singular, para mi está envuelta de gran significado y trascendencia, a mi, me ha enseñado de que se trata la vida y la felicidad, hacia donde debemos dirigir nuestros esfuerzos, y que es lo realmente importante en la vida, al fin de cuentas como dicen por ahi «nunca se es demasiado rico ni demasiado flaco», si nuestras necesidades reales, de unidad con D-os, de esfuerzo, de lucha , de sentido, de agradecimiento no estan siendo llenadas, todo lo demas, lo accesorio, por «abundante» que parezca, nunca nos satisfará, lo primero es lo primero, y como dice mi madre, «allí era feliz». ¿A los que usan anteojos no les ha pasado que despues de buscarlos un rato, se dan cuenta que los llevan puestos? A lo mejor la llave de la felicidad, de la existencia la llevamos puesta y la estamos buscando en otro lado. Yo la quiero encontrar en la lucha, llenando mi casa junto a la esposa e hijos que D-os me dé, no veo una mejor forma de construir Shalom.

Resp. 222 – El idioma de los rezos

Hola buen dia.
En lo personal, uno puede rezar en hebreo?

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¿Cuándo crecemos?

Dice al comienzo de la Parshá Hazinu:
“¡Escuchad, oh cielos, y hablaré; y oiga la tierra los dichos de mi boca!
Gotee como llovizna mi doctrina; caiga como el rocío mi discurso, como viento de lluvia sobre el césped y como gotas de lluvia sobre la hierba.
Cuando yo mencione el nombre del Eterno, dad grandeza a nuestro Dios.
Aunque El sea la Roca (el fuerte) perfecta es su obra, porque todos sus caminos son justicia; Dios es fiel y sin iniquidad, justo y recto es El.”
(Deuteronomio/Devarim 32: 1-4)

Moisés habla a los hijos de Israel, y pone como testigos al cielo y la tierra, para que todo lo que a continuación sigue no sea un sin sentido más, una doctrina confabulada a manera de religión para encantusar adeptos y oprimir el alma. Moisés coloca al cielo y a la tierra como garantes de la doctrina revelada en Sinaí, de la Tradición custodiada fielmente.
Moisés, pide que su doctrina permee en los corazones de un Israel novato, de un Israel creyente en la Unidad y Unicidad de D’, pero un tanto terco para asumirse como Unidad separada del resto de las naciones, con el fin superior de ser Sacerdote del Altísimo, toda una nación de lumbreras que fueran la guía del mundo, que no anduvieran detrás de caprichos nacionalistas, sino que su patria, tal como la de los levitas, no fuera específicamente geográfica, aunque los límites para su propia supervivencia humana ya hubiesen sido prometidos por Hashem a Avraham mucho tiempo antes, desde el Mar Mediterráneo, hasta más allá de los confines del Mar Muerto.
Moisés pide a los cielos y a la tierra que no sea chocante al pueblo elegido la Tradición, que sea una rica sensación de bienestar, de calma, de aceptación, que empape lentamente y con suavidad cada resquicio del alma de quienes contrayeron tamaña responsabilidad.
Moisés pide, de forma imperativa, que sólo al Eterno sea dada gloria, porque sólo aquÉl que no fue creado, que no es material, y por tanto está fuera de nuestro raciocinio, aquÉl que Es desde siempre y por los siglos de los siglos, que no tiene límites temporales, que no tiene accidentes, y por tanto es un Concepto Único y sin parangón alguno, aquÉlla Fuente Primigenia de Vidas, el Río del cual fluyen los cuatro ríos del Edén, el Árbol de Vidas, la Espada Fulgurante que guarda el Camino al Paraíso, el Rey del Universo, el Inefable Nombre, la No-Materia, el No-Creado, el Creador, Dios de las huestes, Todopoderoso, Grande, Santo y Roca Fuerte, Fortaleza de Salvación, Uno y Único, sólo Él merece el elogio de Su Creación, la alabanza constante, la alabanza con el Don que proviene de Él, La Palabra, y con nuestro propio desarrollo, La Acción.
Moisés le dice a su pueblo que quien sea justo, quien tenga dicha en su vida y dé dicha a la vida de otros, quien construya Shalom, quien haga justicia perdurable, quien camine en rectitud, quien acepte sus limitaciones, pero todos los días trate de corazón enmendarse y quien colabore en hacer de su entorno un lugar verdaderamente apacible, armónico, que sea sustentable y dé sustento está en el Camino a la Verdad. Quien reconozca que sólo hay Uno que es más que todo, quien reconozca que cualquier otra cosa no merece sino el apelativo de vanidad, quien reconozca que no hay labor más provechosa que apartar el ego y dar de sí en la construcción del Shalom, sin perder la claridad en la acción; quien haga de su propia vida la Voluntad dEl que le creó, sólo ese está haciendo méritos en el camino a reconocer la verdadera fuente de aguas vivientes, sólo ese está haciendo méritos en el sendero de la luz, sólo ese practica la Justicia.
Pero, ¿cómo se cuándo estoy siguiendo la Voluntad del Padre?
Dice en la Parashá Nitzavim:
“Porque este mandamiento que te ordeno hoy no te es encubierto ni está lejos de ti;
no está. en el cielo para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo y nos lo traerá, y nos hará oírlo para que lo cumplamos”
Ni está más allá del mar para que digas: ¿Quién pasará por nosotros al otro lado del mar y nos lo traerá, y nos hará oírlo para que lo cumplamos?
sino que la palabra está muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón, para que la pongas por obra.”
(Deuteronomio/Devarim 30: 11-14)
Es decir: No creas que la Justicia es una legislación para seres superiores que puedan apartarse radicalmente de este mundo material, elevándose en las esferas celestes. No está fuera de nuestro alcance, no se encuentra en los cielos ni más allá del mar. No hay que ir lejos para encontrarlos, están en nosotros mismos, en nuestra boca, en nuestro corazón. La Torah no se dirige en manera alguna a seres angelicales, divorciados totalmente de lo material. Algunas religiones sostienen que sólo matando la materia se puede servir a D’; La Torah dice que, únicamente encauzando la materia, dirigiéndola, sin matarla. Por ello la Torah no es un tratado de leyes espirituales, de ciencias ocultas o de prácticas místicas, al estilo monástico, sino de preceptos humanos dedicados al hombre y “sólo al hombre”. No hay que servir a D’ con ascetismo y tristeza, sino por el contrario, éstos constituyen faltas que denotan un desconocimiento total del espíritu de la Torah.
La Torah no depende en modo alguno de la civilización en que se halla, ni es producto de determinada cultura o función de diversas épocas y circunstancias. Es la materialización eterna de los principios espirituales que permanecen constantes a través de las edades. Guiarse por ella no significa retroceso o reacción, sino al contrario, un progreso hacia la total realización de sus fines: “el reino del Eterno en la Tierra”. La Torah exige de nosotros no concesiones parciales, sino entrega íntegra y total. No basta con que la palabra de Dios esté siempre en tus labios y las oraciones en tu lengua. No cumple el hombre toda su misión sino por intermedio de los preceptos; no puede el hombre disociar las actividades mentales de su realización práctica. También en su aspecto moral debe permanecer íntegro, pudiendo decir: la felicidad mía, de mi pueblo y de la humanidad entera, dependen de mí. Otra interpretación del Midrash sobre los mismos versículos (l1-14) dice que la ciencia sagrada no reside en las personas, cuya vanidad sube hasta los cielos y sobrepasa el océano. El verdadero sabio no conoce el orgullo; sabe que su ciencia e inteligencia no alcanzarán jamás el infinito y lo absoluto, y que el conocimiento de la Ley Sagrada sólo puede residir en las personas modestas.
Así pues se es justo, apartándose de toda creencia religiosa, alejándose de todo vínculo con deidades materiales, con objetos creados, con astros que podemos ver, que si bien determinan un arquetipo, pueden llevarnos a hacernos un estereotipo, enajenándose de asuntos místicos que no tratan lo concreto, lo que produce frutos, no estudian la eliptica ni los movimientos de recesión y precesión las plantas, sólo disponen de éstos elementos en su beneficio y en el beneficio del resto de la creación, no se angustia el león cuando no consigue qué comer, descansa y reemprende la búsqueda, no hiere la madre a los hijos, ni la nueva camada a la vieja sin que ésto tenga una razón de ser. El género humano, perfecto por ser hechos a imagen y semejanza de Él, menos que menos puede actuar de manera visceral a la hora de ser humano.
No está arriba, ni en la tierra, ni en el mar, ni en elementos que nos son útiles la Salvación/Trascendencia, está en nuestros actos, en nuestra boca, en nuestro corazón, dentro de nosotros, no llega por medio de sangre de intermediarios, ni por salidas del sol cada mañana, ni por fases lunares, ni ciclos de equinoccios, ni avances tecnológicos, ni descubrimientos arqueológicos, ni dogmas misticos y herméticos, ni fluctuantes y muy emotivos actos de culto, no está en cenas festivas ni en celebraciones, todos estos “accesorios” son lo que en el Génesis dice:
“Y dijo Dios: Haya luceros en la expansión de los cielos para apartar el día de la noche, y sean por SEÑALES, y por plazos, y por días y años;”
(Génesis/Bereshit 1: 14)
Nada más, sólo esa es su utilidad, mientras que la nuestra es inmensa, a nosotros no es propio el cultivar todo lo que D’ creó para ser cultivado, a nosotros nos es propio descubrir cada rincón del vasto universo, no para gloriarnos en nuestra ciencia, sino para dar constante reconocimiento a nuestra finitud, a nuestra pequeñez, y así sim embargo a nuestra inmensa responsabilidad de custodiar todo lo que es más grande que nosotros mismos, a nosotros nos es propio vernos como imperfectos, por no ser sujetos de un rítmico y contínuo ciclo de re-Creación, y perfectos por estar a cargo de todo aquello que hizo D’ para hacer.
En el principio, dice el Génesis:
“Y la tierra estaba vana y vacía, y (había) oscuridad sobre la faz del abismo, y un espíritu de Dios se cernía sobre la faz de las aguas.”
Éste espíritu, procedente de D’, que se “Separaba” de Él sobre la faz de las aguas, es el futuro aliento de vida que introduciría el Creador por las narinas del Adam, el primer ser humano, así pues, somos emanación de la Fuente de Vidas desde antes de la Fundación del Mundo, y luego vinimos a cumplir la única, pero valiosisima misión, de ser “pastores” del mismo, custodios y co-jueces con Él de todo lo Creado. Es Inmensa la Gloria que por esto merece el Altisimo, y es riquísima la Sabiduría que todo ésto ideó, y que cada día re-Hace.
Crecemos, entonces, cuando aprendemos que nuestro tránsito es valioso, y que no hay una vida llena de dificultades para crecer, sino que esas dificultades las hacemos nosotros, que el primer tropezadero somos nosotros y que todo cambia cuando así lo decidimos.

Resp. 170 – Equilibrio integral en la vida del Ben Noaj

talmidim2007 nos consulta:

Buen dia more si los 7 preceptos para las naciones son de orden espiritual puede ser que el cumplimiento cabal de los mismos lleve a un equilibrio en los demas planos (fisico,emocional,social y mental)y si es asi podria comentarme como
edgar juarez 29 años consultor mexico

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Reproducirse y multiplicarse

Hace muchos años lancé una pregunta a la Web, esperaba obtener alguna respuesta, iniciar algún diálogo fructífero, generar alguna idea, algo… pero nada…

La pregunta decía más o menos así: ¿Por qué no se incluye la reproducción como mandamiento para los noájidas (como uno de los Mandamientos Fundamentales-Universales), siendo que el Eterno le ordenara a Adam y a Noaj (con sus descendientes) que se reprodujeran y se multiplicaran?

Te brindaré yo hoy la respuesta.

Como tú ya has sido instruido, el Padre Celestial ha comandado a toda la humanidad Siete Mandamientos Fundamentales, que son la base para la vida equilibrada, saludable, con vistas a la trascendencia.
A través de estos Siete Mandamientos se construye Shalom, dentro de uno mismo, con el prójimo y en la sociedad.
A través del cumplimiento cabal de estos mandamientos también se consigue la pureza espiritual, el reforzamiento del lazo indestructible que nos une con el Todopoderoso.

Por supuesto que estos mandamientos, al ser fundamentales, sirven como raíz y tronco a una serie de otras reglas, innumerables, que sostienen la vida y el progreso individual y colectivo.

Te los recuerdo:

  • No adorar, servir, reconocer dioses ajenos al Eterno.
  • No maldecir al Eterno.
  • No asesinar.
  • No robar.
  • No mantener relaciones sexuales ilícitas.
  • No comer parte de animal con vida.
  • Establecer sistemas de justicia (justa) en tu localidad.

Por supuesto que la orden de reproducirse está contenida en el mandamiento de no asesinar, puesto que el dar nueva vida es la contraparte de quitar la vida del inocente.

Pero, ciertamente que NO es uno de los mandamientos, no ha sido expresado por la divina Voz con ese carácter.

Y la cuestión es que en el fondo cada uno de los siete mandamientos fundamentales son frenos y canalizaciones a nuestros instintos básicos, que nos detienen el actuar emocional, de mero animal, y nos obligan a comportarnos como lo que somos: hijos de Dios.
Te doy un ejemplo muy claro.
El animal, por lo general, no contempla la pureza de sus relaciones sexuales, sino que las mantiene cuando el impulso lo domina y si la situación externa lo permite.
Pero no así debe ser con las personas, sino que uno primero debe reconocer la condición del otro/otra, si está disponible para nosotros y nosotros para él/ella, si estamos en el lugar y el momento que corresponde, y no solamente en el que la pasión nos demanda la acción.
De modo similar con los otros mandamientos.
No hay un instinto enclavado en nuestras hormonas que nos determine a ser justos, por lo que hay un mandamiento que nos exige serlo.
Y así con los demás, tómate un tiempo para pensarlo y entenderlo.

El reproducirse es un hecho normal, natural, apetecible, necesario en cierto punto.
No es una barrera a lo natural, sino que es parte del cauce normal de la persona.
Por tanto, para los noájidas no es un mandamiento, sino un derivado necesario de otro mandamiento.
Un mandamiento que le da parámetros, como el del respeto a los lazos conyugales; y otro que le da sentido, como el de preservar la vida.

Los judíos recibieron 613 mandamientos, acordes con la función que el Eterno les ha encomendado, que sobrepasa el de la construcción de Shalom, ya que se le agrega el de ser canales de santidad en el mundo.
Por tanto, hasta las acciones naturales están codificadas por los mandamientos que el Eterno ha dado en exclusiva a la nación judía.
Así pues, uno de los 613 mandamientos para los judíos es el reproducirse, expresado como mandamiento, legislado como tal.
Aunque no es así para los noájidas, como ya te he explicado, esto no quita la realidad de que también los noájidas deben poner empeño en procrear, en reproducir la imagen del Eterno en el mundo, como parte de su sagrada tarea de ser constructores de Shalom.

Cuando no se puede hacer, porque algún factor físico lo impide, entonces es menester que la familia noájida encare la posibilidad de adoptar criaturas, porque el mero hecho reproductivo biológico no es lo único que completa esta tarea sagrada, sino también la educación y acompañamiento de los hijos.

Pero además, podemos tener muchos hijos espirituales, que son aquellos a los que ayudamos a andar por la Buena Senda, a los que hemos atraído con bondad y justicia al modo de vida noájico.
Así pues, hermano noájida tienes ante ti una tarea inmensa, que te permitirá ser socio en la noble tarea de construir Shalom en Este Mundo, y te dará innumerables tramos de gozo celestial en tu posteridad.

Las reglas que sigues

Existen cinco tipos de reglas/leyes que te mencionaré un poco más adelante.

Es imprescindible que toda persona conozca estos cinco tipos de reglas y reconozca las diferencias básicas entre cada tipo.
Cuando aprendes esto, tienes la posibilidad de entender porqué actúas como lo haces y qué es aquello que pudieras hacer para perfeccionar tu vida y traer redención al mundo.

Cuando ignoras la existencia de estos cinco tipos de reglas, y actúas siguiendo ciegamente solamente alguno de los tipos, estás actuando basado en información parcial, lo que probablemente te aleja de la Buena Senda.

Reglas Espirituales.
Son aquellas que ha dictado Dios y que han sido preservadas en la Torá (Escrita y Oral), se las denomina mitzvot (mandamientos).
Las normas para la aplicación de las mitzvot (halajot) fueron recibidas por Moshé directamente del Eterno.
Aunque algunas de las halajot fueron desarrolladas por excelentes asambleas de autoridades rabínicas, que seguían estrictos patrones de legislación en perfecta sintonía con la Torá.
Los mandamientos son un conjunto completo y orgánico, un sistema vital, que favorece el crecimiento personal, el establecimiento de sociedades saludables y, por si fuera poco, la vida eterna del espíritu individual.
Su cumplimiento se siente como una necesidad del espíritu, una sed interior irrefrenable, ya que el espíritu puro de cada persona se nutre con el conocimiento de estos mandamientos y su correcta ejecución.
Para su cumplimiento no hace falta comprender los motivos o razones que las sostienen, ni las ventajas o beneficios, ni que estén de acuerdo con la opinión de la masa. Solamente hace falta entender que han sido dictadas por el Creador y Señor del universo, que es nuestro deber ante Él, y nuestra misión principal en la vida.

Reglas Intelectuales.
Son reglas éticas, del comportamiento que nace de la elección racional personal que es considerado como bueno.
La persona reflexiona y medita hasta encontrar las reglas que escoge seguir y que cree que reportan bien.
Dependen del sujeto que se pauta estas reglas, de acuerdo a su propio intelecto.
Pueden estar en sintonía con las Reglas Espirituales, o con Reglas Sociales, o con el propio deseo; pero el motivo fundamental para su aceptación depende de las razones que argumente la persona.
Como depende del propio sujeto, de aquello que razona y cree, probablemente elabore normas de conducta negativas, que lesionen a la persona o a otros, pero con la excusa y justificación de estar actuando de buena voluntad.

Reglas Sociales.
Son las que dictamina determinada sociedad (o comunidad de pertenencia / referencia), en cierta época y lugar.
Actualmente en la mayoría de las naciones se sigue la opinión de las masas, teniendo la idea de que la aceptación de una mayoría es suficiente como para aprobar reglas y sustentarlas.
Sin embargo, la mayoría no siempre es consciente de lo que escoge, ni tienen capacidad como para determinar lo que es el bien común, ni siquiera se aplican con fidelidad a la Senda de las Reglas Espirituales
Por lo cual, la mayoría puede tender hacia el mal, y hacer del mal una meta común de la sociedad.
En palabras de la Torá: «No seguirás a la mayoría para hacer el mal. No testificarás en un pleito, inclinándote a la mayoría, para pervertir la causa.» (Shemot / Éxodo 23:2)
Y recordemos las palabras de un antiguo político: “Aun suponiendo el ver triunfante la opinión de los insensatos mediante el número, no por eso podrán trastocar la naturaleza de las cosas” (Cicerón en “De Legibus” (tengamos presente que este autor no era precisamente amigo del Eterno, ni apoyaba a Sus fieles, sin embargo advertía que el consenso no siempre es el mejor patrón a seguir)).

Reglas del Deseo.
Estas son pautas imprevistas, súbitas, individuales, que siguen el dictado del propio deseo, el afán de encontrar gozo o evitar lo que se teme, sin más consideración.
De por sí estas normas no atienden dictados sociales, ni siguen líneas de razonamiento lógico, ni se alumbran por el faro esclarecedor de la verdadera espiritualidad.
Por cierto que estas reglas podrían coincidir con reglas de otros niveles, y hasta sumarse para alcanzar las similares finalidades, pero sin estar supeditadas a ellas.
Por supuesto que la búsqueda de satisfacción y la evasión pueden provocar heridas de todo tipo, a quien así actúa o a los otros, sea voluntariamente, por desidia o como resultado secundario de la acción y omisión.

Reglas Naturales.
Son las que dependen exclusivamente de patrones físico-químicos.

Para llevar una vida de integridad, de trascendencia, de tendencia verdadera al bien, de bondad, de justicia, de plenitud, necesariamente se deben acatar las Reglas Espirituales, sin dejar de lado aquellas reglas de los otros cuatro tipos que no contradigan ninguna de las Reglas Espirituales.

El noájida debe tener presente los Siete Mandamientos Universales, conocer las normas derivadas, tener presente los consejos de los sabios, para de esa manera desplegar una verdadera luminosa, de construcción de Shalom.
Su vida debiera girar en torno a la fidelidad del Eterno, del modo que Él marcó, que es siguiendo la Buena Senda de los Siete Mandamientos Universales.

Los noájidas no deben actuar como hacen los devotos de las religiones, que se encierran en sus comunidades, que revolotean en torno a sus pastores, que se creen santos por censurar a otros o por privarse de los bienes y placeres que el Eterno les ha hecho llegar.
Esas conductas de santurronería no son propias de los adherentes del Padre Celestial, sino de los seguidores de falsas deidades y de doctrinas de personas ajenas a Dios.

El noájida puede y debe desarrollar una vida de gozo y alegría, llena de sensaciones agradables, placeres permitidos y que no conducen a nada que esté prohibido por Dios o los Sabios.

El noájida debe buscar la superación personal en todos los planos, el material, el social, el académico, el económico, etc.; siempre y cuando no caiga en conductas nocivas, o en cosas que lo aparten de la Buena Senda de las Reglas Espirituales.

El noájida puede y debe participar de las actividades sociales de toda índole, política, arte, cultura, ocio, deportes, etc., siempre y cuando sus actuaciones no incurran en faltas a los Mandamientos Universales y sus derivados.

El noájida tiene la obligación de cultivar su intelecto, aprender a pensar, aprender a criticar, entrenarse en criticar con sabiduría y autocriticarse con justicia.
Debe aprender de cosas mundanas, porque nada del mundo le está vedado, en tanto no vaya en contra de los Siete Mandamientos Universales.

El noájida debe llenar su vida de verdadera espiritualidad, hacer obras de bien sin contrariar las Reglas Espirituales, estudiar las porciones de la Torá que tienen permitidas, y dedicar su vida con empeño a cumplir con sus mandamientos, sin negarse los bienes de este mundo.

Conoce los tipos de reglas, aprende qué tipo estás siguiendo tú.
Ten en cuenta constante los Siete Mandamientos Universales, que son tu herencia y tu porción de bendición en Este Mundo y de gozo eterno en el Mundo Venidero.

Sé un constructor de Shalom, porque avanzas por la Buena Senda.