El Eterno nos creó con el instinto del mal, nuestra tendencia hacia lo negativo, como una forma de autosuperarnos constantemente ante las situaciones de tentación de cometer lo indebido. Como una forma de ejercitar nuestro ser ante la transgresión.
Así como el buen padre hace que su hijo se gane una propina a cambio de algún trabajo (por ejemplo, cortando el pasto del jardín), de esa manera le transmite o le inculca el valor de las cosas, explicándole que cuesta ganárselas, y evita el consentimiento; el ofrecerle siempre de todo a cambio de nada, provocándole de esa manera un mal aunque tal vez no sea con esa intención.
Si no tuviéramos ese instinto de mal, no sería ningún mérito nuestras buenas acciones, porque sólo conoceríamos hacer el bien, sería lo único que sabríamos hacer, o sea, el Creador nos estaría consintiendo siempre.
Mi humilde opinión es que nuestro instinto negativo no es »tan negativo», pues lo podemos tomar como un profesor de gimnasia que constantemente nos exige para superarnos. Lo podemos usar a nuestro favor, de una buena manera canalizada, para resistir cometer actos impropios.
Lo veo, por ejemplo, como el sistema nervioso del cuerpo. En cuanto éste recibe una herida de cualquier tipo, inmediatamente el sistema nervioso le transmite información al cerebro de que hay un inconveniente, el tipo de información que le manda, nuestro cerebro lo interpreta como dolor. Como la luz roja de alerta; de esa manera con el dolor sabemos en qué zona de nuestro cuerpo ocurrió la herida.
Del mismo modo, nuestro instinto negativo nos indica la luz roja de alerta cuando estamos a punto de cometer lo indebido, cuando sentimos que queremos hacer lo que no se debe, es como si éste instinto tan nuestro nos avisara que estamos por cometer la transgresión dejándonos a nuestro albedrío seguir con el acto, o frenar el impulso y hacer el bien, lo correcto.
Personalmente lo veo así, como la guía que me hace ejercitar constantemente para poder escalar. Viéndolo de este modo, si el Eterno fué quien nos creó con esta tendencia negativa, en realidad es bastante positiva, pues todo lo que el Eterno crea es bueno, y éste instinto en realidad nos quiere ayudar a crecer, no a que nos caigamos siempre.
Shalom a todos.
Sebastián.