Todas las entradas de: Yehuda Ribco

Bronca

ME DUELE TU BRONCA
ME DUELE TU MUFA
ME DUELE TU ENOJO
PERO LO QUE MAS ME DUELE ES TU SILENCIO
SENTIR QUE TE ESCONDES DE MI
QUE ESTAS DETRAS DE TUS..NO SE..
QUE COMO EL TANGO TE BUSCO Y YA NO ESTAS
¿NECESITAS UNA EXCUSA PARA SEPARARTE DE MI?
PUEDO SUBIR LA MONTAÑA MAS ALTA CON TU AYUDA
SIN VOS,ME CANSA HASTA JUGAR AL RANGO
ME CANSA SALTAR OBSTACULOS
ME CANSA PELEARME CON TU ORGULLO
ME CANSA GOLPEAR LA PUERTA
QUE AMBOS QUEREMOS QUE SE ABRA
Y QUE VOS MANTENES CERRADA

NO CREO EN TU CONFUSION SINO EN TUS FRENOS
NO CREO EN TU TIEMPO SINO EN TU ORGULLO
NO CREO EN TU ODIO SINO EN TU FRUSTACION
NO CREO EN TU CONDUCTA SINO EN TU SENTIR

ME SIENTO COMO EL CIEGO
DE LA POESIA DE RAFAEL DE LEON
QUE AGITA SU PAÑUELO LLORANDO
SIN DARSE CUENTA QUE EL TREN
HACE YA RATO QUE PARTIO
¡VENI! ¡ABRI! ¡ HABLA! ¡PELEA!
                  QUE AQUI ESTOY!!!!!

Poema de L. C., una señora de Uruguay

¿Cuál es la enseñanza noájica?

¿Conversión al judaísmo?

En reiteradas ocasiones, casi a diario, hay personas que recurren a nosotros para «convertirse al judaísmo».

Nosotros (al día de hoy) no nos dedicamos a la conversión al judaísmo, sino a ayudar a darle sentido a la vida del gentil.

El Eterno ha dado para los gentiles un inmenso tesoro que deben conocer y disfrutar.

Ese tesoro se llama NOAJÍSMO, es su heredad y patrimonio y es lo que cada gentil debe desarrollar a plenitud ANTES de pensar en conversión al judaísmo.

Antes de mirar con ansias al judaísmo, cada uno debería apreciar lo que el Padre Celestial le ha dado. El noajísmo es lo que el Eterno le ha dado, y no es correcto despreciarlo o menospreciarlo.
Es un regalo divino, una Buena Senda, un sistema completo de vida perfecta, que el gentil debe aprender a valorar para experimentar.

Así pues, en este sitio no encontrará (por el momento) un puente a la conversión al judaísmo, sino que encuentra la puerta abierta al tesoro que el Padre Celestial tiene reservado para usted.

¡Aprovéchelo!
Es su vida en Este Mundo y su «salvación» en la Posteridad.

Cuestión de lealtad familiar

Tomemos a una persona judía promedio, que no tenga algún ánimo resentido en contra del judaísmo, que esté centrada emocionalmente y preguntémosle:
¿De qué «religión» son tus padres?
La respuesta será: judía.
(En realidad no existe religión judía, pero usamos esta palabra por comodidad a la hora de escribir este texto. Existe el judaísmo, que es una forma de vida particular de la nación judía. Así como existe el noajísmo, que es la forma de vida integral para los noájidas, es decir, toda la humanidad).

Entonces continuemos:
¿Y de qué «religión» eran tus cuatro abuelos?
La respuesta será: judía.

Sigamos nuestra conversación:
¿Y de qué «religión» eran tus ocho bisabuelos?
La respuesta será: judía.

Persistamos un poquito más:
¿Y de qué «religión» eran tus 16 tatarabuelos?
La respuesta será: judía.

¿Y sus padres?
Judíos.

¿Y los padres de sus padres?
Judíos.

¿Sabes hasta dónde se puede rastrear el linaje judío y la adhesión al judaísmo?
Pues, hasta los patriarcas y matriarcas de Israel: Avraham, Itzjac, Iaacov, Sará, Rivca, Rajel y Lea.

Estamos hablando de una cadena ininterrumpida de casi 4.000 años, ¡CUATRO MIL AÑOS!

En Medio Oriente, en África, en Asia, en Europa, en América, en Australia y Oceanía, en todos lados, durante generaciones y generaciones la constante identidad judía, su recuerdo de los lazos con la Familia de Israel, con la tierra patria, con la herencia y patrimonio espiritual.
Perseguidos, encerrados, masacrados, ofendidos, esclavizados, atormentados, hambreados, victoriosos, prósperos, integrados a la sociedad, en toda situación posible, en las buenas y en las malas, en el día y la noche, al andar y al estar quietos, siempre, siempre manteniendo la propia identidad, aferrándose al judaísmo, sin dudas, sin menoscabos.

Ahora bien, ve a un conocido gentil, uno cualquiera, no importa su religión, etnia, nacionalidad, etc. Quizás el gentil que tengas más cerca para preguntar sea un cristiano, en alguna de sus miles de variaciones.
Vé y pregúntale:
¿De qué religión son tus padres?
La respuesta no es única.
Algunos te dirán que eran católicos, otros evangélicos, otros presbiterianos, bautistas, etc.
Pero, supongamos que vives en un país que sigue teniendo predominancia católica, por lo que la respuesta quizás sea: católica.

Entonces continuemos:
¿Y de qué religión eran tus cuatro abuelos?
¿La respuesta será: católicos?
Supongamos que sí, pues estamos en un país de mayoría católica.
Pero, tú debes conocer personas católicas que no tiene a todos sus abuelos de esa religión…

Sigamos nuestra conversación:
¿Y de qué religión eran tus ocho bisabuelos?
¿La respuesta será: católica?
Aquí lo veo más dudoso… pero, la conquista por sangre y terror que perpetró el imperio cristiano en América es centenario, por lo que quizás la respuesta sea: católica… pero no te puedo dar la seguridad de que así sea…

Y si avanzas en tu investigación, ¿hasta dónde llegará la cadena de católicos?
Hasta los ancestros indígenas, los habitantes de esta bella tierra antes de la hecatombe organizada desde Europa por los portadores de la cruz.
Allí ya no habrá más ancestros cristianos, sino de religiones autóctonas americanas. Esto hace unos 500 años atrás, hace tan poquito en comparación con la extensa cadena familiar del judaísmo.
O quizás alguno pueda rastrear sus ancestros hasta Europa, y tenga antepasados cristianos hace mil años, allá entre los Pirineos.
Pero, no mucho más allá de mil años atrás, pues Europa también era una proliferación de religiones, mucho más poderosas y extendidas que el cristianismo de aquella época.

Por supuesto que no encontrarás un gentil que tenga registros familiares de 4.000 años atrás, ni una constancia e identidad religiosa.
En alguna oportunidad alguien se convirtió a la religión que actualmente tienen sus descendientes.
Pero… no, tampoco es así.
Pues las religiones van mutando, van cambiando para mantener el interés de las masas.
El cristianismo de hace mil años no es igual al cristianismo de tu vecino, ese al que le estás preguntando por su familia.
Era una doctrina diferente, prácticas diferentes, una cosmovisión diferente.
Lo demuestra la multiplicidad de sectas y religiones cristianas, miles de ellas, que cada una se autoproclama como la verdadera y única vía de salvación y trata como heréticas a todas las otras.

No es así en el judaísmo, que permanece inmutable desde hace unos 3300 años.
Por supuesto que se desarrollaron ciertos aspectos, se modificaron ciertas costumbres, pero su sustancia y cuerpo se mantiene inmodificable.
La misma Torá y los mismos mandamientos desde hace unos 3300 años hasta ahora.

Ahora bien, tú como noájida, ¿en quién puedes confiar?
¿En alguien que conoce su familia hasta sus primeras raíces, y que es leal a sus creencias y costumbres?
¿O en alguien que no sabe muy bien de dónde proviene, ni qué religión tenían sus antepasados, y que vive en una religión «a medida»?

Considéralo antes de indagar en religiones, para que no pierdas tu tiempo ni arriesgues tu salvación.
Mejor toma la mano de un buen maestro judío, que te lleve por la Buena Senda, esa misma Senda que marcó el Eterno hace más de 4.000 años, y que los judíos hemos sido los únicos que no nos apartamos.
En esta época de renacer noájico, es tu oportunidad de volver a la Buena Senda, de aceptar la guía del maestro judío, para desarrollar tu verdadera identidad y esencia espiritual. Para no estar más preso de las esclavitudes de religiones e imperios, y poder ser un leal siervo del Rey de reyes y Señor de señores, el Padre Celestial.

¿Te atreves a andar por la Buena Senda?

El enano que es gigante

El inspirado salmista pareciera contradecirse:

«Cuando contemplo Tus cielos, obra de Tus dedos, la luna y las estrellas que Tú has formado, digo: ¿Qué es el hombre, para que de él Te acuerdes; y la persona, para que lo visites?»
(Tehilim / Salmos 8:4-5)

El hombre es pequeño ante la magnanimidad de la naturaleza.
Es un granito de polvo distante, en medio de una orquesta inmensa y bella.
El hombre es cual nada, una ínfima presencia ignota e ignorada.
Tal como profundiza en el pasaje que menciona:

«Oh Eterno, ¿qué es el hombre para que pienses en él? ¿Qué es el hijo del hombre para que lo estimes?
El hombre es semejante a un soplo; sus días son como la sombra que pasa.»
(Tehilim / Salmos 144:3-4)

Pero, el mismo salmista dice que somos como ángeles:

«Lo has hecho un poco menor que los ángeles y le has coronado de gloria y de honra.
Le has hecho señorear sobre las obras de Tus manos; todo lo has puesto debajo de sus pies»
(Tehilim / Salmos 8:6-7)

¿Acaso es una contradicción?

En realidad, el salmista hace dos movimientos complementarios, que en nada se contradicen.
Por un lado reconoce la pequeñez humana, pero inmediatamente testimonia la grandeza que radica en el humano.
Una grandeza que no está en su magnitud física,
ni en su potencia material,
sino en eso inasible q es el espíritu…

La belleza de la persona,
más allá de la máscara y las cáscaras,
está en saberse hijo del Eterno y actuar como tal.

Porque cuando se introduce en Torá y vive con el cumplimiento de los preceptos,
entonces está desplegando la hermosura y grandiosidad que está en nuestra esencia.

Cuando se aparta de esta Buena Senda, se encuentra reflejado en estas palabras:

«Pues yo era ignorante y no entendía; yo era como un animal delante de Ti.»
(Tehilim / Salmos 73:22)

¿No es un pensamiento arrobador?

¿Dónde estás tú? – Para educar en la Verdad

Estimados Noájidas:
 

Ha sido tan difícil llevar un proyecto de una nuevo Colegio que tiene
por finalidad el «Educar a nuestros alumnos en la VERDAD del UNO y
UNICO DIOS e ir formándolos en los preceptos y vida noájica.
Una y otra
situación ha hecho imposible nuestro cometido.

Al final estamos a las
puertas del remate
del Colegio Jerusalen de Viña del Mar Chile por
falta de recursos y otras asuntos legales que nos han salido en el
camino totalmente imprevistos y sujetos a derecho.
Se anticipó el
cierre antes de nuestro año escolar con las implicancias que esto amerita
pero logramos pasar todos los contenidos mínimos exigidos por programa
Ministerial.

Llegamos al día de la «Ceremonia Final», la despedida parecía un
funeral; tanto apoderados, alumnos, docentes, administrativos y
auxiliares llorábamos por nuestro cierre.

El jueves 29 de Noviembre se
remataba el Colegio; pero algo imprevisto sucedió, todo sujeto a ley «no se pudo rematar», perjudicando con mayor fuerzas a toda la Comunidad
Escolar.

Son momentos tan amargos y tan eternamente largos que ya no
nos quedan fuerzas.

Incluso he puesto en riesgo lo único que tengo que
es mío y que entra en la DEUDA DEL BANCO: mi casa.
Mi casa, que también se la
llevarían como parte de pago.
Ellos nunca  pierden……..

Culpables hay
muchos… incluyéndome por no haber sabido administrar con más acierto
todo, pero así son las caídas….y duele el alma….y el espíritu….
Es
una edificación de tres pisos donde formamos a los alumnos desde
Pre-Básica hasta 8º Año, ya que también se cerró este año la Enseñanza
Media por un sin fin de problemas que entre otros también la parte
financiera nos dio pésimos resultados……los apoderados no cancelan.

      Hago un llamado a todos los noájidas para que nos unamos en
oración el 14 de Diciembre a las 22 hrs con el fin de clamar al Eterno
por una solución del Cielo, porque aquí en la tierra hemos hecho todo lo
que debíamos hacer y no hay respuesta positiva en ningún ámbito.
También
pidamos que Hashem toque los corazones de quienes puedan ayudarnos para
cancelar la deuda de $72.000.000.- (pesos chilenos) que cubriría de algún modo algo de lo
mas apurado en deudas para parar el remate, que además de peligroso es
altamente significativo en el mundo espiritual, ya que quedaríamos sin
Colegio y sin la realización de nuestro proyecto 
           
                                                  Con gran estima unidos en la oración a Hashem
                                                    Marice (nombre de mi identificación en esta página)

El miedo y la Luz

El miedo te corroe.
Como a todo ser humano, nos susurra, se presenta, nos invade, nos aprieta, se adueña de nuestras vidas.
El miedo, con sus cinco rostros que su multiplican y diversifican.
El miedo, con sus diferentes apelativos, que está allí, acechando o gobernando.
El miedo, siempre el miedo…

El miedo, que tiene la densidad de la sombra.
Una sombra que se mueve en la oscuridad.

Pero, ¿qué oscuridad resiste a la Luz?

La oscuridad se desvanece cuando se enciende la Luz.

Es cierto que la sombra se proyecta cuando la luz impacta en un objeto sólido.
Así pues, cuando prendes la luz, nuevas sombras se pueden proyectar.
Pero, están definidas, son de contornos delineados, se conoce su origen, no producen tantas emociones negativas.
Son oscuros relámpagos de amargura, pero no se constituyen en una presencia siniestra, que petrifica la sonrisa, que asfixia…

Entonces, cuando te corrompa alguna duda, cuando te excite la emoción confusa, cuando el sentimiento te someta a su esclavitud, en ese momento recuerda que su origen está en el miedo básico. Que son penumbras que pueden ser combatidas y disipadas con la Luz.

Imagina un verde rayo que alumbra tu paisaje, que destila tranquilidad y armonía.
Como un vivo prado, pleno, vigoroso, sabroso, aromático, que promete deleite y gozo.
Alumbra con un pensamiento positivo tu mente, tíñelo de verde, como si estuviera descansando en un campo florido, resguardado por un profundo cielo azul, fuertemente alumbrado por el sol.

Con ese panorama tranquilizador puedes recordar que la sombra es la zona en la cual está ausente la Luz, pero que solamente tiene presencia porque existe la Luz.

Así pues, apartas la sombra de tu pensamiento, te concentras en el verdor del rayo pacificador.
No te detienes a censurar tu pensamiento, ni a dialogar con las sombras, ni a argumentar excusas para seguir atrapado por sus tenues cadenas que parecen pesadas.
Te concentras en el verde rayo de Luz, entonas un salmo con confianza, diriges tu plegaria al Padre Celestial, confías en Él, confías, confías…

Enciendes la Luz celestial que está en tu corazón, se llama confianza y seguridad en el Eterno.
Al miedo, le niegas toda credibilidad, le quitas poder, pues el miedo es un impotente que busca someterte para que te sientas impotente.
Te enfocas en confiar en el Eterno, te alumbras con un verde rayo de paz, y haces aquello que es correcto, sin mirar las demandas que del miedo surgen.

No busques excusas para seguir en la prisión oscura, no des vueltas en torno a justificaciones vanas y banales, no te resistas a la Luz para seguir esclavo del miedo.
No intentes liberarte, sino hazlo.
La puerta de tu prisión está abierta, la Luz está encendida, el paisaje de paz y armonía está esperándote, el Padre Celestial tiene Sus brazos abiertos para acogerte… no lo intentes, hazlo…

Los Siete en la Torá

Si buscas en la Torá los Siete Mandamientos Fundamentales enunciados en
una lista detallada, como el del Decálogo por ejemplo, no lo
encontrarás.

¿Por qué no?
Al menos por dos motivos.
El primero, es que los Siete Mandamientos Universales fueron ordenados
por el Eterno muchos siglos antes de que Él dictara la Torá y la
entregara a Israel.
Era un código de vida conocido y practicado muchísimo tiempo antes de que hubiera un texto de la Torá.

El segundo motivo es que la Torá, como sabes, fue dada por el Padre Celestial a Israel, es propiedad y herencia de la nación judía.
Por tanto, sus textos son para los judíos, sus relatos tratan esencialmente de la nación judía, los mandamientos enumerados en ella son para judíos, su propósito es servir de guía de vida a los hijos de Israel.

Tal como claramente quedó escrito:

«Moshé [Moisés] nos prescribió la Torá, es heredad de la congregación de Iaacov [Jacob].»
(Devarim / Deuteronomio 33:4)

De los hijos de Iaacov, de los judíos, de nadie más.
Tal es la decisión del Eterno, que todos Sus hijos (las personas) debemos respetar.

Por tanto, tú querido hermano noájida, NO debes considerar que la Torá es de tu propiedad, como NO consideras que la casa del vecino es tu casa.
A cada cual le toca su justa y correcta porción, según Voluntad de Dios, y debemos alegrarnos y gozar por ello.
Según aprendemos de lo que está escrito:

«Cuando el Altísimo repartió heredades a las naciones, cuando separó a los personas, estableció las fronteras de los pueblos según el número de los Hijos de Israel.
Porque la porción del Eterno es Su pueblo; Iaacov [Jacob] es la parcela de Su heredad.»
(Devarim / Deuteronomio 32:8-9)

Así pues, no hay lista de los mandamientos noájicos en la Torá, porque la Torá no es para los noájidas, sino para los judíos.
Tal como no hay leyes uruguayas en la Constitución brasileña.
¿Estamos de acuerdo?

Sin embargo, en otras ocasiones mostramos el origen de los Siete Mandamientos Fundamentales en la Torá.
Especialmente se manifiestan en los relatos concernientes a los primeros tiempos de la humanidad, en la época en la cual no existía Torá revelada, porque tampoco existía pueblo judío.

Ahora, quisiera demostrarte cómo podemos verlos en un breve e intenso párrafo de la Torá, que narra con exactitud el momento en que el Padre Celestial sella la alianza noájica, con Noaj/Noé y sus descendientes.

«Entonces Elokim bendijo a Noaj [Noé] y a sus hijos, y les dijo: ‘Sed fecundos, multiplicaos y llenad la tierra.
El temor y el miedo de vosotros estará en todos los animales de la tierra, en todas las aves del cielo, en todo lo que se desplaza en la tierra y en todos los peces del mar. En vuestras manos son entregados.
Todo lo que se desplaza y vive os servirá de alimento. Del mismo modo que las plantas, os lo doy todo.
Pero no comeréis carne con su vida, es decir, su sangre
Porque ciertamente por vuestra propia sangre pediré cuentas. Pediré cuentas a todo animal y al hombre. Yo pediré cuentas a cada uno por la vida del hombre.
El que derrame sangre de hombre, su sangre será derramada por hombre; porque a imagen de Elokim Él hizo al hombre.
Sed vosotros fecundos y multiplicaos. Reproducíos en la tierra y multiplicaos en ella.’
Entonces Elokim habló a Noaj [Noé] y a sus hijos con él, diciendo: ‘He aquí que Yo establezco Mi pacto con vosotros, con vuestros descendientes después de vosotros»
(Bereshit / Génesis 9:1-9)

Ahora, veamos los Siete Mandamientos en este párrafo.

1- No comer partes de animal con vida, porque está dicho que no se coma carne con vida.

2- No asesinar, porque dice que el Eterno pedirá cuentas del que derrame la sangre de una persona.

3- No servir a dioses que no son el Eterno, porque éste es un pacto que Él sella con la humanidad. No dioses ajenos, no otros personajes, sino directamente Él quien manifestó Su Voluntad a Noaj y sus descendientes, por lo cual, le deben fidelidad únicamente a Él.

4- No maldecir al Eterno, porque, ¿cómo se puede atrever la persona a hablar en contra de Aquel que le da vida, dominio y poder?

5- No mantener relaciones sexuales ilícitas (básicamente: adulterio, homosexualismo, bestialismo), porque el Eterno bendice para que las personas sean fecundas y se multipliquen, pero además que los descendientes tengan conciencia de quienes son sus progenitores, ya que está dicho «con vuestros descendientes después de ustedes».

6- No robar, pues solamente nos pertenece aquello que «en nuestras manos es entregado», no lo que pertenece a otros.

7- Establecer organismos legislativos y de justicia, porque para hacer aplicar los otros mandamientos y regularlos es indispensable que existan institutos sociales al respecto. Cuerpos legislativos, cortes de justicia, alguaciles de la Ley, etc.

Así puedes ver con simpleza, sin complicadas elaboraciones ni forzados intentos de demostración, la belleza intrínseca de los Siete Mandamientos Universales.

Como último detalle, quizás alguien pudiera argumentar que estos mandamientos estaban bien en otras épocas, en un «antiguo pacto o testamento», pero que hubo alguna radical modificación que los convirtió en caducos.
Alguien quizás pudiera decir que los noájidas no tienen porque seguir estos mandamientos en la actualidad.
Pero, la respuesta la ha dado el Eterno, quien estableció:

«Ésta será la señal del pacto que establezco entre Yo y vosotros, y todo ser viviente que está con vosotros, por generaciones, para siempre»
(Bereshit / Génesis 9:12)

Para siempre, ha dicho el Eterno.
Mientras exista la humanidad existe el deber de conocer y vivir de acuerdo a estos Siete Mandamientos Fundamentales.
Nada, ni nadie, lo puede modificar o cancelar.

Mandamientos de raíz espiritual

Tres hijos tuvo Noaj.
Shem, Jam y Iafet son las semillas de las que brotan los diferentes ramales que son las naciones de la tierra.
En la unidad de estos tres se encuentra la humanidad integrada.

De acuerdo a lo que la Tradición nos indica, cada uno de estos hijos es como una matriz que modela la esencia de sus descendientes.

De Shem descienden personas con predominio en el plano espiritual y en la zona creativa/imaginativa del plano intelectual.
Pensemos en las eminencias rabínicas, en el semillero «religioso» que surgió del Medio Oriente, en las fábulas y relatos fantásticos asiáticos, etc.

De Iafet descienden personas con predominio en el plano intelectual, particularmente en lo referido a la lógica y razonamiento, pero también con amplia inserción en la zona de las artes y relaciones sociales.
Tomemos como ejemplo a los filósofos griegos, los pintores y escultores europeos de todas las épocas, los arquitectos y políticos descollantes en Europa.

De Jam descienden personas con predominio en el plano emocional y en el desarrollo del plano físico.
Comprobemos la sensualidad y poderío físico de los originarios de África, su comprobada genialidad en la música emotiva y las danzas.

Por supuesto que estas son tendencias que subyacen a la esencia de cada persona, pero NO son factores determinantes ni condiciones exclusivas.
Es decir, no debe ser tomado como una clasificación racista, que encajona y delimita con generalizaciones la riqueza y variedad de cada individuo.
Así, puede haber descendientes de Shem que sean excelentes estetas, Jamitas notables en matemáticas, Iafitas ricamente imaginativos.
Todos estamos formados por cinco planos: espiritual, intelectual, social, emocional, físico/material; pero, esta matriz esencial, este predominio de alguna de las facetas, es real y está operativa.

Esta introducción es especialmente interesante para los noájidas en nuestras tierras.
En su mayoría son descendientes de europeos, o han sido adoctrinados dentro de los parámetros iafitas de pensamiento.
Tienen la tendencia a descubrir con razonamiento y lógica incluso aquellos aspectos que se hunden profundamente en otros planos de existencia, y que quedan realmente inaccesibles al poder del análisis mental.

Esto es notable en lo que refiere a los mandamientos.
Para los que descienden de Iafet, o para los que están sometidos a una educación de tendencia iafita, resulta sumamente difícil entender que el origen de los mandamientos no radica en la mentalidad humana, sino que provienen del Eterno.
De este modo, lo que parece razonable -en términos humanos-, igualmente no aplica en lo que respecta a los mandamientos.
Tomemos como ejemplo el anhelo de muchos noájidas por cumplir con el mandamiento del Shabbat.
Piensa, argumentan y creen que si es bueno para los judíos, debiera serlo también para cualquier otra persona.
Desde un punto de vista iafita, es decir lógico y racional, es un postulado impecable e implacable.
Pero, desde el punto de vista shemita, que se enraiza en lo espiritual, que se adentra en lo supra-racional, carece de cualquier valor.
En los asuntos espirituales uno no se debe manejar por lo que mejor le parece, por lo que razona, por lo que deduce, y mucho menos por lo que cree,
sino por lo que el Eterno ha establecido.
Los mandamientos radican en el plano espiritual, no en el intelectual.

Es cierto que la mayoría de los mandamientos pueden ser comprendidos, o se les puede encontrar alguna razón accesible por el pensamiento humano.
Es cierto que en el cumplimiento de los mandamientos se suelen atravesar los cinco planos de la existencia humana.
Pero, esto no quita el hecho cierto, los mandamientos brotan en el plano espiritual, tienen su raíz allí, su origen y su destino son espirituales, aunque se involucren completamente con el resto de los planos (intelectual, social, emocional y físico/material).

Por tanto, las deducciones y asunciones racionales no tienen verdadero fundamento en lo que respecta a los mandamientos.
Si el Eterno ha decretado que determinado conjunto de los mismos pertenezcan exclusivamente a los judíos, así debe ser admitido y acatado, sin buscar excusas ni hacer malabares mentales para rechazar el dictamen celestial.
Si el Eterno ha decretado la pertenencia de la Torá a Israel, nadie puede argumentar otra cosa, aunque sean plausibles muchas justificaciones que procuren demostrarlo.

El patrimonio espiritual del noájida son los Siete Mandamientos Fundamentales, con todos sus derivados.
Esa es su vida y posteridad, es su edificación en Este Mundo y su gozo en el Mundo Venidero.
Aunque cueste entenderlo con la mente, aunque pueda resultar escaso o deslucido.

El noájida que desciende de Iafet, o que ha sido adoctrinado en los parámetros iafitas, debe esforzarse por romper esas cárceles mentales, que quieren esclavizar el mundo a sus pensamientos, para permitirse confiar en lo que proviene del plano superior, que es el espiritual.
Como dijimos más arriba, todas las personas estamos formados por los cinco planos. Por tanto, si naturalmente nuestra tendencia no se expresa espiritualmente, igualmente estamos capacitados para entrenarnos en vivir bajo la Luz del Espíritu.
El comienzo puede resultar arduo, pero es sencillo: cumplir con los mandamientos que le corresponde cumplir, sin pretender vivir de acuerdo a una identidad que le es ajena.
Si se actúa así, en sintonía con la fibra íntima espiritual propia, más pronto o más tarde la persona obviara sus patrones de conducta que lo apartan de la Buena Senda, y se introducirá con vigor en su tarea de actuar como constructor de Shalom.

Resp. 159 – Porción de la Torá semanal e identidad noájica

shalom More.
gracias por su Orientación. Una Pregunta
1- ¿La Parashá semanal que Usted Escribe en serjudio.com, podemos compartirla con los de la comunidad para nuestro crecimiento?
y
2- ¿hasta que punto podemos nutririnos de ese conocimiento que no perjudique nuestra identidad?.
Su tiempo Valioso invertido en nosotros El Eterno se lo recompese.
Mario Hinestroza
Isla de Margarita, Venezuela

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