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¡Siembra!

Tengo un consejo para darte, que me ha servido personalmente, y sé que ha sido de provecho y bendición a muchas personas a lo largo de las generaciones.
Presta atención por favor, no desperdicies ni una letra de lo que te diré. Seré breve y espero que te ilumine.

Dijo el inspirado autor:

"Los que siembran con lágrima, con regocijo segarán.
El que va llorando, llevando la bolsa de semilla, volverá con regocijo, trayendo sus gavillas.
"
(Tehilim / Salmos 126:5-6)

Aunque estés con dolores, aunque padezcas, aunque tengas dudas, aunque el miedo te carcoma, aunque la lágrima pueble tu rostro,
debes sembrar, debes actuar conforme a tu meta, debes hacer lo necesario para construir.
Porque solamente el que siembra, solamente éste, es quien recoge los frutos, y el que cantará con regocijo.
Solamente el que obra conforme a su meta, es el que construye un paraíso para su vida y para la vida de quienes le rodean.
Así pues, ya lo sabes.
No permitas que el desconsuelo te venza, no des tu brazo a torcer ante el temor, no te humilles ante tu enemigo,
sufre si has de sufrir,
pero continúa llevando la bolsa de semillas buenas,
porque cuando siembras, es que recogerás y disfrutarás y entonces entonarás verdaderos cantos de alabanza y gloria.

Pero,
si das excusas,
si te escondes detrás de máscaras de dolor (real o fantaseado),
si das más excusas aún,
si dudas acerca de si obtendrás los resultados que esperas,
si desconfías de tus fuerzas,
si miras para adelante y no ves éxito sino confusión,
si no caminas para no tropezar,
si no comienzas el trámite por miedo a no concluirlo,
si sigues dando excusas,
si no pides la mano de la niña bonita por temor a ser rechazado,
si pones "peros" y "noes" y más excusas…
solamente estás llorando,
sin sembrar… SIN POSIBILIDAD de cosechar…

Triste es tu vida si no siembras.

¿Lloras?
¿Temes?
¿Dudas?
¿Desconfías?
¿No sabes el resultado?
¿No sabes si es lo correcto, aunque nada te demuestre que no lo es?

¡SIEMBRA!

Y recuerda mi querido que:

"El que observa el viento no sembrará, y el que se queda mirando las nubes no segará."
(Kohelet / Predicador 11:4)

No des la excusa de que está el cielo encapotado, de que habría tormenta, de que la cosecha quizás se estropee, sino…

¡SIEMBRA!

Porque si te quedas dando razonables excusas, igualmente estás perdiendo el tiempo,
es decir, perdiendo tu vida,
malgastando el tesoro más impresionante que tienes.

¡SIEMBRA!

Claro que debes ser prudente, claro que debes obtener información, claro que debes analizar y evaluar correctamente tus acciones, no es cuestión de sembrar "a tontas y locas". Pero recuerda que hace menos de cien años en el sur de Israel había pantanos y desiertos, muerte y desolación, pero unos valientes doctores, abogados, maestros, profesores, gente carente de conocimiento en agro, se atrevieron a desafiar lo imposible, y padecieron, y se esforzaron, y aprendieron en el camino, y finalmente vencieron.

¡Sembraron en el desierto y cosecharon buenos frutos!

Y si por esas cosas, no hubieran logrado el éxito al primer intento, hubieran seguido fieles a su meta, trabajando, sembrando, aprendiendo a hacer mejor las cosas, sufriendo quizás, pero sembrando y sembrando… en honor al versículo:

"Siete veces cae el justo y se levanta"
(Mishlei / Proverbios 24:16)

Eran justos, pues estaban actuando dentro del marco de los mandamientos, y eran justos porque buscaban con dignidad alcanzar su meta.

Ya lo sabes, ahora solamente te queda a ti tomar mi consejo o no…

¡SIEMBRA!

 
Lic. Yehuda Ribco
Más para ti con la asistencia de la Cabala-terapia…

 

Resp. 2 – ¿Orar o invocar a los ángeles?

Shalom lic Ribco1- Que papel juega la oracion del shalom alechem?
2- Esta permitido que un noajida lo rece?
3- Tengo una confusion,porque no se puede rezar a los angeles,pero esta oracion parece invocar a todos los angeles,
4- por otro lado si una le pide a Dios que envie un angel en especifico,por ejemplo Miguel,para defendernos de los enemigos comete idolatria?
Le ruego no publique mi identidad,que sea anonima, perdone mi ignorancia, como noajida
Bendito sea el Dios de Israel
Identidad en reserva

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Ocurre en el Oriente

*Julio Mar�a Sanguinetti
Ex Presidente de la Rep�blica O. del Uruguay*

 La simplificaci�n vulgar presume que la guerra que hoy afecta a Israel
y El L�bano es algo nuevo. En el propio mundo �rabe se est� hablando hoy de la
6�. Guerra.

La verdad hist�rica nos dice que ella empez� el mismo d�a del
nacimiento del Estado israel�, en 1948, y no ha cesado a�n, con la
alternancia de per�odos de fuego y sangre con otros de diplomacia armada.
No ha habido un d�a de sosiego, desde aquel lejano tiempo en que, bajo el
influjo emocional del Holocausto perpetrado por los nazis contra el pueblo jud�o,
la organizaci�n internacional se decidi� a reconocerle un hogar que
le diera asiento, en el que pudiera reencontrarse con sus tradiciones ancestrales
y construir su nuevo tiempo.

Esa idea que gan� espacio en el mundo civilizado, necesit�, desde
el primer d�a, de la voluntad de lucha del pueblo israel�. Fueron entonces los
gobiernos �rabes los que no aceptaron ni siquiera la creaci�n del otro Estado,
el palestino, y desataron una guerra dirigida a impedir que aquel
balbuceante Estado jud�o se consolidara. Esa guerra, esa misma guerra, es la que
hoy contin�a, con un conjunto de Estados u organizaciones isl�micas
que propugnan su desaparici�n, bajo la misma horrenda consigna repetida por tantos
labios y que en los �ltimos meses ha reflotado el Presidente del
Ir�n en su versi�n original: "Borraremos a Israel de la faz de la tierra".

Nadie de buena fe puede ignorar que este es el hecho central del conflicto,
aunque los escenarios hayan ido cambiando. Todo lo que transcurre
alrededor es accesorio a esta circunstancia nuclear: en el mundo �rabe
siguen existiendo grupos isl�micos, que son gobierno en algunos Estados como Ir�n
y Siria, cuya pol�tica es la destrucci�n de Israel y el exterminio del pueblo jud�o.

A partir de esa definici�n, que parece ignorarse, no hay duda de que
el escenario ha ido modific�ndose y presenta hoy caracteres propios.
Israel ya no es el mismo d�bil Estado de 1948. Pero tampoco es la vigorosa naci�n
militarizada de "La guerra de los 6 d�as" de 1967 o de la de Yom
Kippur en 1973. Su �xito ha sido darle bienestar y cultura a su gente. Como consecuencia,
cada vida duele m�s y la movilizaci�n de sus j�venes es un
sacrificio que crece d�a a d�a. Frente a unos enemigos que siguen pobres pese a la riqueza
petrolera de sus Estados y sus �lites, y que – en esa pobreza y la ignorancia que ella
provoca- son f�cil presa para un extremismo violento e ilimitado.

Los Estados �rabes tampoco ya son lo mismo. Egipto, Jordania,
la Arabia Saudita, han crecido, se han desarrollado y han pactado -expresa o t�citamente-
la paz con Israel hace muchos a�os. Y cuesta imaginar que retornen a la guerra. Pero est�n
amenazados desde adentro por esas corrientes fundamentalistas que resquebrajan su unidad
nacional y aspiran a conquistar el poder, por las buenas o m�s bien por las malas, en una
regi�n donde no hay sistemas democr�ticos. Frente a ellos los Estados fundamentalistas, Ir�n,
Siria, inmensamente ricos por su petr�leo, arman una nueva guerrilla, el Hezbollah, que no
representa una reivindicaci�n territorial, o un pueblo en busca de destino. El enfrentamiento
de hoy es con esa organizaci�n, cuyo �nico objetivo es, lisa y llanamente,
la destrucci�n de Israel.

Los palestinos, a su vez, tambi�n han cambiado. Tienen ya su propio Estado,
reconocido por Israel, e intentan una d�bil experiencia democr�tica, con
un gobierno de quienes integraron una organizaci�n terrorista y hoy tratan de reconvertirse.
Israel unilateralmente les ha devuelto la franja de Gaza, pero ellos no han podido controlar
a lo que, desde all�, al d�a siguiente de recibir graciosamente
ese territorio, han vuelto a disparar cohetes contra la poblaci�n jud�a de la zona. Todo ese
pueblo palestino, que quiere la paz, porque incluso vive del trabajo que Israel le ofrece,
es pe�n de estrategias que le son ajenas: le usan de bandera quienes quieren la guerra, le
tironean hacia un lado y hacia el otro las facciones religiosas que dividen el mundo isl�mico
y son idealizados por los occidentales que por una raz�n u otra asumen un pacifismo c�mplice
con el terrorismo, mientras sus presuntos protectores -enriquecidos- no les brindan el amparo
que f�cilmente podr�an regalarles. Esos palestinos saben que tendr�n que entenderse con los
jud�os y los israel�es y saben tambi�n que tendr�n que convivir con ellos, por los siglos
de los siglos.

Europa, rica, bien comida y bien vivida, da volteretas en nombre de intereses
variados. Le teme a sus minor�as isl�micas y en consecuencia, no est� dispuesta a decir
una palabra a favor de Israel. Tampoco arriesgar�a un soldado propio porque su impotencia militar
ya es definitiva luego de que en Kosovo, en su propio suelo, hubo de acudir a los norteamericanos
para que salvaran – paradoja- a una minor�a isl�mica amenazada de extinci�n.
Simplemente juega un rol pol�tico que maneja publicitariamente, pensando ego�stamente en sus electores
internos, sus intereses econ�micos en la regi�n y la tranquilidad de sus barrios de inmigrantes.
Hace pie en los errores norteamericanos, algunos monumentales como esa guerra sin fin ni
destino del Irak, e intenta salvar su rostro ante unos y otros sin arriesgar nada.

El otro gran actor, este s� que fundamental, es el extremismo. El islamismo radical
jihadista viene creciendo hace a�os, el mundo chiita va imponiendo su visi�n primitiva del mundo
y ha logrado golpear no solo a Israel sino al coraz�n de Occidente. Los atentados contra Nueva York y
Madrid le han dado conciencia de su poder. Ahora tiene de reh�n al pobre L�bano, una vez m�s v�ctima de
conflictos que le son ajenos. Los oportunistas temerosos de Occidente prefieren refugiarse en la teor�a
de que esas bombas se las debemos a Bush y a Aznar, desconociendo que ellas estallar�n contra todo aquel
que no se resigne a que triunfe su visi�n teol�gica intolerante, racista, esclavista de la mujer y enemiga
de las libertades individuales.

La guerra es siempre un exceso y los muertos nos duelen a todos. Podemos discutir la an�cdota puntual,
quien tir� primero o quien tir� despu�s, quien da�� m�s o menos civiles (que siempre caen en la
atrocidad b�lica). Pero no nos equivoquemos: m�s all� de las v�ctimas, en ese escenario del Cercano Oriente,
vuelven a enfrentarse los valores autoritarios de la religiosidad fan�tica contra los principios de quienes
creemos en la libertad pol�tica, en el Estado de Derecho, en la vida democr�tica, en la plenitud de
los esp�ritus que solo la sociedad abierta ofrece.

Amor es hacer por otro

Excelso amor, nuestra m�s grande a�oranza,

Excelso amor, un bien en extinci�n.

Excelso amor, conceptuado en �frases m�gicas�,

Excelso amor, de su esencia lejos voy.

 Excelso amor, �c�mo puedo definirte?

Excelso amor, definirte es definirme.

Excelso amor, definirme marca  andanzas,

Excelso amor, que me une o me divide.

 Excelso amor, �plat�nicos sentimientos?

Excelso amor, �sensaciones de placer?

Excelso amor, �satisfacci�n de lo instintivo?

Excelso amor, �qu� bajo te han de vender!

 Excelso amor, trasciendes lo intangible,

Excelso amor, generas m�s que  saber,

Excelso amor, que nadie te vulgarice,

Excelso amor, haz callar la estupidez.

 Excelso amor, es hacer por otro.

Excelso amor, no por m� ni para m�.

Excelso amor, por y para otro,

Excelso amor, busca siempre construir.

Excelso amor, �ven, domina nuestro impulso!

Excelso amor, confecciona nuestra uni�n.

Excelso amor, en obras muestra tu brillo,

Excelso amor, se eleve nuestra canci�n.

Alfredo Zambrano G.

Director de FULVIDA Venezuela

Todos los derechos son propiedad de sus autores.

Mi ciudad y yo

Por: Alfredo Zambrano, Venezuela

Soy uno con mi ciudad

Ligado a su medula estoy

Lo que surge allï

me afecta

Lo que forjo aquï

afecta a los demas

y a la rueda

Somos indivisos

una misma entidad

No lo puedo obviar

¿Para que perder el hato?

Asumir debo mi encargo

Sudar la gota y bregar

por optimizar el entorno

Rectificando yo

y ayudando a rectificar al otro

Tranzando con entereza

Promoviendo la equidad

Siendo solidario

Sembrando vida

Departiendo

Ponderando los contrastes

A la final

Lo que haga por ti

Lo hago por mï

Para bien o para mal

¿Que me queda?

Construir

Ordenar

Reparar

¡Ah Mi ciudad y yo!

Un hombre por la libertad

Reci�ntemente se ha estrenado en Venezuela una pel�cula biogr�fica sobre aquel latinoamericano cuyo nombre est� grabado en el Arco del Triunfo de Par�s, y su estatua erigida frente a la del general Kellerman en el Campo de Valmy, su retrato colocado en la galer�a de los personajes del Palacio de Versalles, aquel a quien tres continentes vieron luchar decididamente por sus ideales; estamos hablando del hombre que mereci� de Napole�n Bonaparte el elogio de: ". .. Este Quijote, que no est� loco, tiene fuego sagrado en el alma…"  y del que Bol�var dijo: "… el m�s ilustre colombiano…", ese que trajo a la Am�rica Hispana, gracias a sus relaciones con los precursores de nuestras independencias, las ideas de libertad, igualdad y fraternidad, aquel que un 28 de Marzo de 1750, en la ciudad de Caracas, nac�a, para situarse en el pedestal que los hombres han destinado a sus l�deres m�s sobresalientes, Sebasti�n Franciso de Miranda, "el criollo m�s culto de su tiempo". 

En su largo periplo por este mundo, este caraque�o, descendiente de canarios, Venezolano de Espa�a, particip� en la independencia de las trece colonia de Norteam�rica, batall� en las fronteras francesas mientras se agitaban las calles de Paris al son de la marsellesa, form� parte de los ej�rcitos rusos, siendo amigo de la Zarina Catalina de Rusia, predic� a los j�venes militares criollos la doctrina de la emancipaci�n, de la autoadministraci�n de las tierras meridionales, de la independencia de la metr�pol�s espa�ola, gan� mentes y voluntades a favor de la causa revolucionaria en nuestros pa�ses latinoamericanos, dirigi� �l mismo una expedici�n en la cual daba comienzo a los movimientos independentistas latinoamericanos, dise�� la bandera de tres naciones del norte de Am�rica del sur, y fu� el pensador de Colombia, de una naci�n �nica suramericana, fue el occidentalizador de los patriotas.

Sus inicios los di� en la Universidad de Caracas, donde se gradu� de Bachiller, para 1771, este muchacho de apenas 21 a�os, zarpa a tierras peninsulares con el prop�sito de servir en el ej�rcito real, para 1774 luchaba en la defensa de Melilla, contra las fuerzas del Sult�n de Marruecos y luego se encamina en la expedici�n contra Argel, a�os m�s tarde se encontraba en el continente norteamericano defendiendo la plaza de Pensacola, donde por primera vez vislumbra los cambios que deben reproducirse en su patria; una patria que a�n permanec�a en el sue�o, en la fantas�a, puesto que la patria para los nacidos en la Am�rica hispana se hallaba a distantes millas n�uticas del suelo que ve�a nacer mestizos y puros. Es edecan del general Juan Manuel Cajigal para 1782, y junto a ï¿½ste libra la expedici�n naval que parte de Cuba para conquistar las Bahamas, negociando �l una capitulaci�n, derrota tras derrota, regresa a suelo espa�ol para ser acusado de traici�n, por lo que huye a la nacida recientemente rep�blica norteamericana, donde estudia m�s detenidamente el proceso y frecuenta a personajes como Washington, La Fayette, Hamilton, Paine, esbozando su proyecto de constituir a la Am�rica hispana en un Estado independiente de la Corna Espa�ola.

Inglaterra le sirve de residencia por largos a�os, persigue a�n la idea de crear la Patria Am�ricana; Miranda lleg� a dominar seis idiomas e incluso tradujo del griego y el lat�n, cultiv� una biblioteca que lleg� a preservar 6.000 vol�menes, en su mayor�a representativos de la cultura del siglo de las luces.

Viaj� por gran parte de la Europa, conoci� la cultura de esos pa�ses, se nutri� de sus artes, ciencia e historia, enriqueci� su idea, sus proyectos, pidi� financiamiento, pero no lo obtuvo, recibi� tareas que le valieron m�s honores que una simple ayuda militar y nunca la consigui�.

Para 1792, Miranda, amigo del Alcalde de Par�s, Jer�nimo Peti�n, es nombrado Mariscal de Campo del Ej�rcito Revolucionario Franc�s, cosechando en poco tiempo las victorias de Morthomme y Briquenay, para luego coronar con Valmy, se ve envuelto en intrigas y casi muere en la guillotina en Francia y decide regresar a su residencia en Londres, donde reanuda sus peticiones para hacer la independencia en latinoam�rica, tras fracasar en su intento de motivar a ingleses y norteam�ricanos en la financiaci�n de su proyecto no se abate sino que decide emprender solo su misi�n, el 3 de agosto Miranda pisa suelo venezolano, izando la bandera tricolor colombiana, pero no consigue el apoyo popular y tiene que huir de manos del ej�rcito realista, cuando la Junta Suprema de Gobierno de Caracas viaja a Londres en busca de su apoyo para la constituci�n de la primera rep�blica del continente, viaja a Caracas e integra el congreso constituyente, sus intervenciones y las de sus pupilos hacen tomar la decisi�n definitiva de adoptar la independencia y crear un gobierno federal en los territorios, hasta ese momento, pertenecientes a la Corona Espa�ola.

1812, Bol�var pierde la plaza del Puerto Cabello y Miranda se ve obligado a Capitular, lo que no les gusta a los mantuanos venezolanos y lo denuncian y lo entregan al gobierno espa�ol, quien lo hace prisionero hasta su muerte, en el arsenal de la Carraca, en la prisi�n de las cuatro torres. 

Su misi�n la seguir�a el joven Bol�var en el norte y San Mart�n y Art�gas en el sur de nuestra Am�rica. 

Hoy, orgullosos de contar con estos ejemplos de personas podemos hacer realidad los sue�os y fantas�as que una vez pensaron estos hombres, no solo ser republicas independientes, sino hacer cada d�a de esas rep�blicas independientes nuestro suelo, hacernos nosotros m�s iguales y respetarnos, hermanarnos y construir la justicia y equidad.

Cu�ntanos tu opini�n acerca de este art�culo.

Andr�s Cordov�s, Venezuela.