Archivo de la categoría: era mesiánica

¿Hacia donde llevamos el mundo?

Detengámonos un momento, cerremos nuestros ojos y soñemos; imaginemos el mundo que podrí­­amos llegar a tener si nuestras eternas leyes noajidas llegaran a predominar en nuestro planeta, si la Torá fuera la fuerza que guí­­a cada hogar, si las escuelas colegios y universidades guiaran sus enseñanzas bajo la luz moral de nuestras leyes y si los gobiernos infundieran los valores noajidas en todos y cada uno de sus proyectos dirigidos hacia la sociedad y hacia las relaciones con otros paí­­ses.

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Tienes tu obra de arte

Todos hemos escuchado que existen obras de arte, pinturas, esculturas, composiciones poéticas o literarias, música clásica, etc.
También sabemos que quien logra tener una de estas obra de arte, por lo general paga mucho dinero y lo considera uno de sus máximos logros y tesoros, tiene un lugar especial en su casa y con toda seguridad tiene un sistema de seguridad para que nadie lo pueda maltratar dañar o inclusive robar, aunque es un tesoro familiar no todos le dan la misma importancia, hay quien se deleita observándolo, quien procura mantenerlo libre de polvo, quien lo presume pomposamente y quien no le da importancia, pues piensa que es un articulo mas de la decoración de la casa.
Pero todos están de acuerdo que es un objeto único, pues el autor solamente hizo uno y nadie mas en el mundo tiene uno igual. Seguir leyendo Tienes tu obra de arte

Participación, oportunidad para dirigir el Cambio

El siguiente, es un vistazo a los condicionamientos históricos que tiene el hombre y mujer mexicanos para participar en su desarrollo y el de su entorno. Adicionalmente se menciona en forma breve el condicionamiento del mundo emocional (Ietzirá) [i] del mexicano y como éste afecta por un lado la participación hacia su entorno y hacia su desarrollo personal. Finalmente se hace una invitación a los noajídas de Fulvida para incrementar una participación exitosa. Seguir leyendo Participación, oportunidad para dirigir el Cambio

La elección de los judíos

Este texto lo he publicado hace un tiempo atrás, creo que es provechoso tenerlo en cuenta ahora.
Relacionado con este otro texto, que se ha publicado recién en FULVIDA.com.

judíos preguntas respuestas mashiaj hamashiaj fiestas jaguim shabat shabbat rezos plegaria Dios Pregunta: Quisiera saber porque D´s elijió a nuestro pueblo y no a cualquier otro pueblo.

Shalom.
Gracias por escribirme.

Brian querido, hay varias posibles respuestas válidas.
En esta oportunidad te daré solamente tres, que espero te sirvan para continuar profundizando en tus estudios.
Pero antes quiero recordarte algo fundamental.
Cuando los judí­­os hablamos de ser el «Pueblo escogido» por Dios, lo único que estamos queriendo decir es que Dios nos escogió a los judí­­os entre el resto de las naciones para que nos hagamos cargo de cumplir con 606 mandamientos más que los demás.
Es decir, es una elección que te da mayor trabajo y responsabilidad, y no una elección que sirve como tí­­tulo de nobleza o como tonta excusa para menospreciar a los ajenos.
Ahora que queda claro esto, pasemos a las posibles respuestas:

  1. «Las cosas secretas pertenecen al Eterno nuestro Elokim, pero las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos, para siempre, a fin de que cumplamos todas las palabras de esta Torá.»
    (Devarim / Deuteronomio 29:28)

    Las personas no tenemos la capacidad de comprender exactamente todo lo que Dios piensa, actúa o decide.
    Apenas si conocemos lo poco que Él nos descubre de Sí­­ Mismo en Su Torá perfecta.
    Por lo cual, si Él escogió a una única nación para hacerla receptora exclusiva de la Torá y para hacerla responsable de cumplir con 606 mandamientos más que el resto de las naciones de la Tierra, solamente Él sabe exactamente Sus motivos.
     

  2. «Pero el Eterno se agradó sólo de vuestros padres para amarles, y después de ellos eligió a su descendencia de entre todos los pueblos, es decir, a vosotros, como en el dí­­a de hoy.«
    (Devarim / Deuteronomio 10:15)

    Tras el Diluvio, Dios le habí­­a dado a toda la especie humana siete simples mandamientos para que todas las personas respetaran por siempre, los que son conocidos como «Los Siete Mandamientos Universales o de Noaj«.
    Son mandamientos muy sencillos de cumplir y básicos para sostener una sociedad ordenada y progresista.
    Durante unas pocas décadas las personas fueron fieles a estos principios, pero bien pronto empezaron a abandonar a Dios y se fueron involucrando más y más en una vida de pecado y alejamiento de lo que es Bueno.
    Tras de no mucho tiempo, la gente olvidó a Dios, borró de sus memorias el pacto que habí­­an sellado de cumplir con los siete mandamientos universales, y se dedicaron por completo a la idolatrí­­a, el vicio y las cosas negativas.
    En medio de la podredumbre de valores y metas nació un niño, que fue conocido como Avraham.
    Y este niño reconoció que los dioses falsos en nada se comparan con el Uno y Único Dios.
    Y este niño entendió que no se logra nada realmente valioso andando por caminos que son desagradables para Dios.
    Y este niño comprendió que él era responsable de promover un cambio en el mundo, de devolver a las personas el recuerdo de la existencia de Dios y el compromiso por cumplir con Sus mandamientos.
    Y este niño fue despreciado por casi todos, fue rechazado, lo intentaron silenciar y luego asesinar.
    Y cuando el niño creció, pocos eran los que habí­­an aprendido la Verdad que él enseñaba, y por lo tanto, muchos (casi todos) eran los que continuaban esclavos de la idolatrí­­a y los principios de vida errados.
    Pasó el tiempo y Avraham se constituyó en el primer patriarca de la familia de Israel, es decir, en el mundo habí­­a una familia dedicada a servir exclusivamente a Dios y a esforzarse por hacer lo que a Él agrada (que en aquel tiempo era cumplir básicamente con los siete mandamientos universales).
    Cuando Dios decidió que habí­­a llegado el momento oportuno para entregar al mundo Su Torá, observó a todas las naciones, las sopesó, y reconoció que solamente una familia era capaz de hacerse responsable y comprometerse a cuidar la Torá y de cumplir con sus preceptos, tal como hasta entonces se habí­­an mantenido fieles a los mandamientos universales a pesar de las enormes dificultades que debieron soportar.
    Esa única familia eran los hebreos.
    Por lo cual, Dios escogió a aquellos que por sus propios méritos habí­­an escogido ser fieles constantemente a Dios.
     

  3. «No porque vosotros seáis más numerosos que todos los pueblos, el Eterno os ha querido y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos.» (Devarim / Deuteronomio 7:7).

    Dios quiere que las personas seamos libres para escoger el rumbo de nuestras vidas, y así­­ ser responsables de nuestros logros y/o fracasos.
    Él no creó humanos marionetas, sino seres humanos con voluntad y determinación.
    Por esto mismo Dios permanece oculto y solamente Se revela con disimulo, pues si fuera evidente para todos Su existencia ¿acaso alguno siquiera pensarí­­a en pecar sabiendo que Él existe y castiga el pecado?
    Entonces, si Dios hubiera dado Su Torá con los 613 preceptos a alguna nación poderosa del pasado, o del presente, ésta hubiera asumido la misión de convertir incluso por la fuerza a los demás a sus ideas y costumbres (tal como ocurre habitualmente, los imperios militar y económicamente poderosos también expanden su poderí­­o mediante la difusión de sus valores, doctrinas y pensamientos. Mira los ejemplos de Grecia, Roma, Británicos, Germanos, Estados Unidos, cristianismo, etc., que intentaron y tratan de imponerse a como dé lugar, sea por las buenas o por las malas).
    Por tanto, Dios no le podí­­a/querí­­a entregar la Torá (y hacer pueblo escogido) a ninguna nación que fuera numerosa y poderosa, ni en el momento de la entrega de la Torá, ni posteriormente.
    Dios quiso dar la Torá y sus preceptos a un pueblo materialmente débil, relativamente escaso en número, con un pasado tormentoso, de personas humildes y humilladas, solitario entre las naciones… a los judí­­os.
    ¿Para qué?
    Pues, para que la Verdad (Dios y Su Torá) estuviera al alcance del que sinceramente la buscase (y la halle en el seno del judaí­­smo), y no para que fuera impuesta por medio de amenazas, torturas u opresiones de otro tipo.
    En sí­­ntesis, el ser un pueblo frágil y descendiente de esclavos es un buen motivo para haber sido escogido por Dios para convertirse en Sus siervos más trabajadores, así­­ Dios puede ser hallado libremente por todo aquel que honestamente Le está buscando.

Evidentemente que esta elección particular que Dios hizo, y hace a perpetuidad, por los judí­­os no implica que Dios rechaza a los gentiles, sino que cada cual tiene una función distinta que cumplir en el Plan de Dios.

Quedo a tus órdenes para lo que te pueda ayudar.

Te deseo lo mejor, y te recuerdo que nuestro sitio se mantiene gracias a la colaboración de los generosos visitantes.

Que el Uno y Único Dios bendiga a quienes le son fieles servidores, y que sepamos construir Shalom, Iebarejejá H’.

 Yehuda Ribco

Los 4 principales

¿Cómo diferenciar aquello de lo que obtenemos placer efímero, de lo que proporciona una sensación trascendental, placer real?

La verdad, no pretendo responder a esa pregunta de una forma concreta, apelando a alguna receta o similar, solo quiero tratar de poner en orden las ideas que tengo de lo que vale la pena para mí, perseguir en la vida:

 1) Tarjeta de crédito: Te dejas convencer que las deudas son necesarias, pues “¿Acaso hay alguna otra forma de conseguir las cosas?”

 2) Carro: Gran medidor de éxito en occidente, así como es tu carro, te juzgarán tus “amigos”. Uno de los mayores espejismos con que nos encontramos actualmente.

 3) Apartamento o casa: Una vez te das cuenta que el carro se volvió “un mal necesario”, te ilusionas con la idea de que un apartamento o casa, te dará seguridad, estabilidad, sensación tan anhelada por todos nosotros.

 4) Finca: El ritmo de vida agitado que te generan los ítems anteriores (especialmente si los debes), demandan algo de “paz”, lo que, según conversaciones con tus amigos se consigue en una “finquita” en la que “te desconectas” los fines de semana. Tras años constantes sinsabores y sin lograr alguno de los cometidos, llegas a la conclusión de que la finca trae dos (2) momentos felices: Cuando se compra y cuando se vende.

 Podríamos decir que de estos cuatro ítems esenciales, sacamos grandes enseñanzas para la vida, que nos evitarán perseguir fuegos fatuos, pero no, seguimos dándonos de golpes, pues al no obtener satisfacción real de ninguno de ellos, creemos que es culpa del cupo, si es la tarjeta de crédito; el modelo, en el caso del carro; del tamaño si creemos que es culpa del apartamento o la casa; o el clima y la distancia si es “la finquita”. Ahí si viene el punto: Si permitimos que estos estándares determinen nuestro estado emocional, NUNCA seremos felices, es así de simple.

 Para terminar quiero dejar la pregunta abierta: ¿Qué, sino los “4 principales”, le dan real sentido a la vida?, ¿Qué es lo que nada, ni el tiempo, ni el clima, ni la inflación pueden corroer?

El valor del agradecimiento

Es fundamental que aprendamos a ser agradecidos.
A nuestros hijos hay que encaminarlos desde el comienzo por la senda reluciente del agradecimiento.
La persona agradecida siembra bien y bienestar, construye Shalom, equilibra el mundo, es puntal de la creación.

Entre otras virtudes el agradecido aprende a valorar las cosas y a mitigar el ansia.
Uno que agradece sinceramente, está reconociendo el valor de lo que ha recibido.
Estima según la medida de su capacidad, para encontrar que bien vale la pena eso que ha obtenido, por lo cual está agradeciendo.
Así pues, el agradecido es también alguien que evalúa, suponemos que correctamente, y por tanto fortifica su auto-estima, que es como uno mismo se valora; así como favorece la estima del prójimo.
Es alguien que no despilfarra.

Además el agradecido aprende a mitigar el ansia.
No es ansio-so, pues no anda buscando más y más llenarse, sino que se satisface con equilibrio.
Busca quizás el progreso, el crecimiento, el mayor bienestar, pero no se afana obsesivamente en eso, ni se desbarranca detrás de sus banales deseos.

Por tanto, querido noájida, recuerda enseñar a tus hijos a ser agradecidos, contigo, con tu pareja, con la familia, con todo aquel que es merecedor de agradecimiento, pero especialmente hacia el Eterno.
Y ya sabes, el mejor modo de enseñar es con el ejemplo.

¿A cuántos has agradecido hoy por todo lo que te ha tocado recibir?

RECUERDEN AMIGOS NOAJIDAS HAY UNA GRAN CELEBRACION EN LA CIUDAD DE MÉXICO

Hola, gracias por sus sugerencias ya que por éstas hemos modificado en parte la realización del evento. La reunión será en el Castillo de Chapultepec. La cita es a las 11:00 AM el día 13 de octubre de 2007

Este es uno de los museos más grandes y famosos en la ciudad de México. Esta en el bosque de Chapultepec. Recordemos que no existe en ningún país una zona boscosa natural en donde coincidan tantos y tan variados espacios dedicados a la cultura y recreación. Asi que tendremos varios lugares publicos para realizar reuniónes frecuentes en los siguientes meses. Adicionalmente contamos ya con un salon de eventos totalmente remodelado en donde posteriormente se realizaran reuniones de estudio y otras según crezca el interes de nuestros amigos noajidas en la ciudad den México por construir Shalom.

Recuerden que Chapultepec abarca una superficie de 650 Hectareas y se divide en tres secciones, en su territorio se han escrito algunas de las páginas mas importantes de la historia de México. En esta ocasión El personal de FULVIDA en el castillo de Chapultepec nos brindarán un servicio exclusivo.

 

Costo:

Solo la entrada al museo

$45  pesos mexicanos

$0 pesos con credencial de estudiante.

LA CITA ES : ( 13/ Octubre / 2007 / 11:00 AM )



AYUDANOS A QUE ESTE EVENTO SEA UN BUEN EVENTO ¡CONTAMOS CON TU PUNTUALIDAD!  Y CONFIRMA TU ASISTENCIA A:

noajidasmexico@hotmail.com

 :


¡TE ESPERAMOS!

Caminos errados

Nuestro espíritu busca activamente al Eterno, en todo momento y ocasión.
Es tan poderosa la "pasión", la sed, por el Padre celestial, que muchos confunden la vía y se pierden detrás de "otros" dioses, es decir, de deidades que nos hacen "otros" a nosotros.

Así están los que endiosan sus pensamientos, o las ideas de otros. Entre estos se cuentan ateos, filósofos, científicos, pensadores de todo color y calaña. Estas personas creen encontrar a Dios entre las telarañas de la mente, sea que tenga racionalidad o no.

Hay otro grupo que idolatran objetos o personas socialmente valorados. Siguen como corderos al líder, aunque sea a cosas absolutamente idiotizantes o perversas. Repiten lemas y frases con unción religiosa, aunque sean disparates sin sentido. Hacen lo que el resto hace, sin salirse de la masa, puesto que el de fuera es un hereje que es merecedor de repudio y condena.
Adoran y sirven deidades que son socialmente valoradas, que su grupo o grupito sostienen y avalan.
La secta con sus dogmas es lo que conduce sus vidas, lo que ocupa el lugar del Eterno y Sus mandamientos.

Hay otro grupo que endiosan  a las personas u objetos que las hacen sentir especiales. Son las mujeres y hombres que sienten que su pareja es perfecta, que se encierran en una relación en la cual parecen gozar de sus cadenas. Son adictos, enviciados, apasionados al grado de perder contacto con la realidad, y si pudieran expresar el motivo, no habría palabras sino una sensación de perderse en una infinita simbiosis con ese otro idolatrado.
Es un deseo de pegarse, de fusionarse, de ser uno con el otro amado.
Muchas de las religiones que pululan por aquí se basan en este tipo de idolatría, en la cual hay un "dios personal" que es capaz de sacrificios por su amado esclavo, y que exige absoluta sumisión a cambio de ridículas e imposibles promesas.
Es que el pensamiento está paralizado, el sentido común chamuscado, queda solamente la pasión en lugar de Dios.

Están también los que convierten lo material en su deidad. Los ambiciosos, que no ambicionan otra fortuna que el metal, el poder material, ni la gloria ni el renombre, sino el dinero y el poder material que este brinda.
Están los ególatras, que se adoran a sí mismos, narcisos que pueden ser muy seductores hacia fuera, pero que solamente tienen ojos y oídos para sí mismos.
Gente que eleva en sus altares el oro y la plata, el yo con todas sus implicancias.

De este último grupo es el Jesús, ese de los cuentos de los evangelios. Un pedante e ignorante que solamente sabía de autoalabarse, autoglorificarse, autodesignarse deidad.

Del grupo anterior, son la mayoría de los que asisten a sectas, iglesias, templos, etc. que buscan confort emocional, una relación pasional, sometimiento a un otro al que sienten dominante y poderoso.

Del grupo aún anterior se encuentran ciertas anquilosadas iglesias y religiones, que están tan petrificadas que solamente se sustentan en base a manipulación y zoncera de sus seguidores.
También los que deifican figuras públicas, sean actores, cantantes, futbolistas, políticos, etc.

Por último, son los que hacen de la ciencia (o seudo ciencias) una especie de religión, en la cual la ciencia (o naturaleza) es ese dios benigno y todopoderoso al que hay que reverenciar.

Tales son los extraviados del buen camino a causa de no encontrar las referencias que los mantienen en la senda pura que comunica con el Eterno.
¿Tú en cual crees que estás en este momento?

Un gigante verde de verdad

amanecertipico.jpgPrimero que nada, ¿dónde vives?-le dijo la montaña al chico- y bueno, -contestó- vivo en aquella montaña de enfrente; -Entonces mucho me ves, puedo asegurártelo- replicó el imponente cerro; -no hay hombre alguno que no viva en esta ciudad que no me admire por lo menos un segundo de su vida- continuó diciendo la cumbre rocosa cubierta de verde vegetación; aquella imponente masa orogénica levantada con el trabajo del subsuelo por miles de años. -Todos acá me han compuesto canciones, me han loado en prosas, en bellas baladas; me han pintado, han plasmado en cientos de papeles, lienzos y otros materiales mi imagen, descollante, sin igual, única entre mis hermanas de esta parte del mundo.
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Distinto Collar

“Clases de preparación para el parto”. Puede ser una buena idea, pensé. Allì vamos. Después de todo, algo fuera del entorno médico podrìa ser interesante.

Desconozco el panorama en otros paìses latinoamericanos, pero aventuro que todo el asunto del embarazo y parto està igual de deformado en vuestros paìses que en el mìo. Aquí estar embarazada es un peligro, y parir es una tarea para la que se necesita un hombre, llamado ginecólogo. La mayoría de las veces es él el verdadero héroe del evento, ya que gran parte de los partos terminan siendo cesàreas, o más bien, innecesáreas. El médico es una especie de deidad que le explica a las personas cómo funciona , y peor aun, cómo debería funcionar, su cuerpo y el de sus bebés. Es el dueño del tiempo, decidiendo hasta cuándo se espera y cuándo se actúa y decretando cuándo es momento de quedarse quieto, empujar, respirar, no respirar, etc.

 Y los pacientes (bastante bien elegido el término, diría yo) le siguen y adoran “como corresponde”. Hasta que uno de ellos, con la ayuda de alguno de sus sumamente falibles instrumentos adivinatorios, decreta que no hay complicaciones, las futuras madres temen lo peor y se preocupan por el bienestar de sus hijos. Cuando habla “el doctor”, es palabra “santa”.

 Y francamente, a uno a veces le cansa tanta idolatrìa. O se acostumbra, pero prefiere no comer todas las hostias que encuentre a su paso. Entonces piensa “ Clases de preparación para el parto. ¿Porqué no? A ver si recupero un poquito el lugar que me corresponde en este asunto de traer hijos al mundo.”

 En la primera sesión, una mujer de unos cuarenta años, con la molesta calma de un monje budista, repite algunos de estos conceptos sobre cómo el parto se ha convertido en un acto médico, cómo antes no lo era (todas aquellas personas que ahora mismo piensen que menos mal porque antes las mujeres se morían, tengan a bien educarse sobre, por ejemplo,  la relación directísima entre esas muertes y la ausencia de la sencilla práctica de lavarse las manos por parte de quienes atendían los partos), cómo hoy en día en cualquier jardín de infantes el 80% de los niños ha nacido por cesárea y cómo las personas depositan equivocadamente su fe en los médicos.

 Estaba tan de acuerdo con la señora que podía ignorar su aspecto desprolijo y descuidado, su vocabulario casi soez, su sonrisa muy, pero muy poco confiable y el persistente olor a incienso que todo lo invadía.  Me encantaba que alguien dijera que depositar nuestra fe en cualquiera menos en Él, estaba de lo más espantoso. Ella nos pedía respirar hondo, y nosotros lo hacíamos.  Hasta que empieza la parte de  la “visualización”.

 Al principio era solamente un poco cursi de más, un tanto hippie, nada grave. Imaginar un lugar donde nos sentíamos cómodas, visualizar , decía ella, el parto que queríamos, bla bla. Y en un momento, zás!, una especie de invocación a antepasados que nos acompañaban en ese momento, el espíritu de nuestras abuelas y a mí se me revolvía el estómago en un fenómeno que nada tenía que ver con el embarazo en sí. Todavía faltaba lo peor. Yo no lo sabía. Yo pensaba que lo peor era jugar a la tabla ouija para imaginar el parto ideal.

 Mientras la concurrencia volvía en sí, yo me preguntaba por qué habría de necesitar la ayuda y protección de gente muerta al momento de la llegada de una nueva vida tan profundamente que no reparé en que la partera daba paso a una de sus asistentes, quien – de rigurosa solerita hindú y más fragancia a patchouli- nos advertía que antes de comenzar su parte debíamos tener a bien agradecerle al sol y a la luna por estar allí, por el regalo de una nueva vida, y –supongo- por la ingenuidad de todos los que se levantaban estirándose en desesperados intentos por alcanzar al objeto de su adoración y pedirles permiso (sí, sí, al sol y a la luna) para no sé que cosa de la energía.

 Nosotros, que por ahora no solemos entablar conversaciones con estrella ni satélite alguno, nos levantamos y acusando un dolorcito de cabeza, nos volvimos a casa sin decir palabra.

 Y pensando en lo amplio de la gama de posibilidades de ser un idólatra. En ocasiones, también de ser un payaso. Suelen venir juntas esas dos. No se trata solamente de Pastor chanta, también tenemos Doctor vanidoso, Profesor soberbio y ahora, Partera ridícula. 

 En fin.