Por un lado, la Tradición judía afirma que un gentil que hace conversión genuinamente al judaísmo es más preciado a los ojos de Dios que un judío de nacimiento. La razón es que tuvo que elegir serlo, a diferencia del judio que nació como tal.
Incluso el gentil que realiza el cambio de identidad espiritual están muy cerca del conocido Antisemitismo. ¿Por qué quieren ganarse el odio de muchas personas que consideran a los judíos la plaga del mundo?
Por otro lado, la Tradición Judía también afirma que los conversos son para Israel como una plaga. La explicación simple es que un converso que no es sincero en su proceder y está indispuesto a vivir comprometido con las responsabilidades que la vida judía le demanda, causa un desmoronamiento en el judaísmo y afecta negativamente a otros judíos.
Vale preguntarse:
– ¿Es la Voluntad Divina que un gentil haga conversión?
– ¿Procede correctamente un gentil cuando decide hacer conversión?
– Es considerado una grave falta aquel judío que deja su identidad de lado y pretende vivir como gentil, pero ¿qué sucede con el gentil que deja su identidad de lado y pretende vivir como judío a través de un proceso de conversión? ¿Se considera una falta hacerlo?
Vale preguntarse tambien:
– ¿Obra de manera errada aquel gentil que ha descartado completamente la idea de hacer conversión al judaísmo?
Supongamos por ejemplo, que viviésemos en un mundo donde cambiarse de sexo no fuese mal visto. Un mundo en el cual aquel que nació hombre pero quiere ser mujer, solamente tendría que tomarse una píldora para que el cambio de sexo se realizaram y viceversa. Sin embargo, existe una condición, el cambio seria irreversible.
Algunos aceptarían la condición y cambiarían su sexo por otro. Otros, los más «pensantes» alegarían que esa condición es injusta, que deberia existir el derecho a cambiar de sexo todas las veces que se quiera y pueda sin que esté sujeto a condiciones.
Quizás algunos que son más «pensantes» aun, plantearían que cualquiera podría cambiar de sexo sin tomarse la pildora y mucho menos someterse a una condición que los limite. El hombre para ser mujer solamente tendria que aprender a comportarse como tal, y lo mismo para la mujer.
Surge otro grupo, aquellos que a pesar de saber que el cambio sexual es permisible siempre y cuando se cumpla con la condición, con todo y eso, rechazan la idea. Afirman que dicho cambio se presta para que el caos se cree.
Preguntémonos:
– ¿Qué pasaria si todos en esa sociedad se tomaran la pildora porque decidieron que el mundo deberia estar lleno de mujeres o lleno únicamente de hombres?¿Cuál seria el futuro de ese mundo? Obviamente se dirigiria a la destrucción del género humano.
– ¿Qué pasaría si todos en esa sociedad aceptaran la idea de cambiar de sexo tomándose la píldora y revirtiendo el procese ilimitadamente? Un dia estaria un hombre casado con una mujer y al dia siguiente su mujer seria un hombre, o lo contrario. Los hijos hoy tendrían un papá y una mamá, y al dia siguiente dos padres o dos madres. La familia, el lugar en el que la identidad sexual está supuesta a cimentarse, se vería amenazada.
– ¿Qué pasaría con aquellos que decidieron no someterse a la píldora y optaron por imitar el comportamiento del sexo contrario? Su identidad sexual se veria sumamente complicada.
Por último, aquellos que descartan por completo la idea del cambio sexual. Prefieren morir siendo lo que nacieron. Sin cambios.
Más allá de la lógica simplista del anterior supuesto, es obvio que debemos pensar en nuestra identidad espiritual y procurar entender por qué se hace necesario un compromiso con la misma. Entendiendo por compromiso hacer todo lo que sea necesario por vivirla a plenitud.
Si todos en una familia decidiesen ser el papá, ¿cuál seria el destino de esa familia?
¿Y si todos decidiesen ser la mamá?
¿Es necesaria la conversión? ¿Qué pasaría si todos los seres humanos pasáramos por dicho proceso de cambio de identidad espiritual? ¿Cuáles serian las repercusiones de tamaña decisión?
Alguno podría levantar el dedo y acusar-me o acusar-nos de querer erigirnos como guardianes o porteros de la casa judía. Sin embargo, haciendo un lado dichos infundios, debemos pensar que de la misma manera en que alguien dice que «siente de parte de Dios» convertirse a judío, entonces también es completamente válido que alguien diga que «siente de parte de Dios» permanecer noájida. Ambos sentires son válidos en ambas direcciones.
Reflexionemos en el asunto, y tomemos dos minutos para compartir un comentario al respecto. Eso si, dejemos a un lado las pasiones que resultan en insultos y cultivemos la razón.