Si prestamos atención a todas las lecturas que leeremos si D”s quiere, en los próximos días, con motivo de los Iamim Noraim, los días que van desde Rosh Hashaná, el comienzo del año judío, y nuestro día más sagrado, el día de Iom Kipur, nos llevaremos muchos de nosotros una gran sorpresa.
Las palabras Rosh Hashaná, no figuran en ninguna de nuestras plegarias.
Podemos revisar todo el Majzor sefaradita, el libro de oraciones para las mencionadas festividades, podemos leerlo con el mayor detenimiento y atención, y nada.
En el único lado que encontraremos estas dos palabras, será en la tapa del libro y en su primer hoja, en la que se nos detalla el contenido del mismo y su correspondiente índice. (En las versiones ashkenazitas, se encuentra solamente en la moderna plegaria de Unetane tokef).
Pero, en los textos de los rezos, en sus plegarias, en sus peticiones no figura, no existe.
Entonces, ¿qué pasó? ¿Nos equivocamos de libro?
¿Se equivocó el autor?
En nuestra Sagrada Torá, el nombre con el cual se identifica al primer día del nuevo año es IOM HAZIKARON, el Día del Recuerdo.
Y curiosamente, nos olvidamos del recuerdo, se nos escapa el recordar.
Es en este día, en el que debemos recordar a nuestro D”s; recordar a nuestro Creador; recordar quienes somos y cual es nuestra responsabilidad como pueblo en este mundo; recordar el compromiso asumido en el Monte SINAÍ; recordar que recibimos la Torá, no sólo como un libro inspirador, sino más bien como una inspiración que nos obliga a la acción; recordar nuestras 613 Mitzvot; recordar que el Eterno nos liberó de Egipto, para establecernos en la Tierra de la cual fluye leche y miel, la tierra de Israel; recordar nuestro compromiso con el prójimo; recordar al necesitado; recordar a la justicia justa.
Y de tanto recordar, es que nos olvidamos de la esencia.
Dedicamos mucho tiempo y esfuerzo a lo secundario, dejando lo principal, la esencia de lado.
Muchos de los rabinos y guías espirituales, en estos días refuerzan (reforzamos) en sus (nuestros) mensajes la idea de la Teshuvá, el retorno al buen camino, alejándonos de la trasgresión. Esto es correcto, pero no suficiente.
Debemos también hacer teshuvá, por el olvido y para no olvidar lo que nos olvidamos, he aquí una resumida lista:
Nos olvidamos del Creador
Nos olvidamos de nuestra responsabilidad para con el prójimo
Nos olvidamos quien es el Maestro y quien es el alumno
Nos olvidamos de ayudar a los necesitados
Nos olvidamos del respeto al mayor y al sabio
Nos olvidamos de lo fundamental
Y de tantas otras cosas, que para evitar su olvido, les invito, apreciados lectores, a que busquen a los maestros, guías y los rabinos para que en este nuevo año que comienza, junto a ellos, estudien, profundicen, aprendan y que esto, entre otros beneficios, nos lleve a recordar lo que no debemos olvidar.
Con Berajot
Rav Aarón Ribco
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