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La Naturaleza de la Judeofobia (G. Perednik) – Unidad 6

… los judeófobos más virulentos de la Iglesia fueron (y siguen siendo) reverenciados como santos. El crimen de la judeofobia se cometía con virtual impunidad. El fray Juan Capristano (m. 1456) instó a la abolición de los derechos a los judíos en Nápoles y otras ciudades, incluyendo la cancelación de las deudas que cristianos hubieran contraído para con ellos. Más tarde, debido a sus actividades en Breslau, muchos judíos fueron torturados y quemados vivos; muchos fueron empujados al suicidio.

 


Unidad 06: La Mitología judeófoba

Por: Gustavo Perednik

 

El sufrimiento que venimos estudiando fue relatado en un libro de 1558 de Josef Ha-kohen, bajo el bíblico título de El Valle de Lágrimas (Emek Ha-Bajá). Refiere "las penas que cayeron sobre nosotros desde el día del exilio de Judea de su tierra". Tres preguntas pueden formularse acerca de esas lágrimas.

La primera: por qué los judíos siempre sufren. Respuesta: si al decir por qué aludimos a las causas de la judeofobia, bueno, precisamente ése es el tema de nuestro curso, y para el final habrá explicaciones.

Pero si el por qué sugiere que debe de haber cierta paranoia si encontramos a los judíos siempre como víctimas, nuestra respuesta es que la judeofobia es en efecto una enfermedad social enorme que consiste en el odio hacia los judíos, y por ende, siempre los tuvo como víctimas principales. Persistió por milenios exterminando judíos, alcanzó un genocidio de seis millones hace cincuenta años (un tercio de la población judía mundial) y sigue con vitalidad para continuar.

La segunda pregunta es si la gigantesca magnitud de la judeofobia acaso significa que todo el mundo odia (u odió) a los judíos. La respuesta es no, no todo el mundo está enfermo de judeofobia, pero no es la parte sana el objeto de nuestro estudio, aun cuando es mayoritaria.

La tercera pregunta es si el clero de la Iglesia medieval era unánime en su letal postura judeofóbica. Otra vez, la respuesta es no. Incluso en períodos en los que la postura teológica de la Iglesia era judeofóbica, en el plano individual hubo eclesiásticos que rechazaron la violencia contra los judíos. Desde antaño hay ejemplos de obispos y sacerdotes que intentaron proteger a los judíos.

Cuando la sinagoga de Ravenna fue incendiada (c.550), Teodorico ordenó que la población católica la reconstruyera y flagelara a los incendiarios. Durante la primera cruzada el Obispo Comas salvó a los judíos de Praga. En la segunda, Bernardo de Clairvaux defendió activamente a los judíos que eran asesinados.

El problema, sin embargo, es que los judeófobos más virulentos de la Iglesia fueron (y siguen siendo) reverenciados como santos. El crimen de la judeofobia se cometía con virtual impunidad. El fray Juan Capristano (m. 1456) instó a la abolición de los derechos a los judíos en Nápoles y otras ciudades, incluyendo la cancelación de las deudas que cristianos hubieran contraído para con ellos. Más tarde, debido a sus actividades en Breslau, muchos judíos fueron torturados y quemados vivos; muchos fueron empujados al suicidio.

La abolición de los derechos de los judíos en Polonia por Casimiro IV también fue resultado de las maniobras de Capistrano, e inició una ola de desmanes antijudíos. Ni siquiera les permitió a los judíos escapar ese destino: fue el responsable de un edicto papal que prohibía el transporte de judíos a la Tierra de Israel. Durante su vida, recibió tanto el mote de "azote de los judíos" como el cargo de Inquisidor papal. Más de dos siglos después de su muerte fue canonizado y, desde entonces, cada 28 de marzo los católicos reverencian su memoria.

El mensaje de la Iglesia era, cuando menos, incoherente. Difundía la enseñanza del desprecio, pero ocasionalmente intentaba detener a los despreciadores que se apresuraban en cometer horrendos crímenes; el intento era tardío e insuficiente. Esta postura nunca varió radicalmente. Por ello uno de los primeros historiadores del Holocausto, Raul Hilberg, fue capaz de trazar una tabla que muestra cómo cada una de las principales Leyes de Nürenberg de la Alemania nazi tenía su precedente en la legislación eclesiástica.

La declaración de la Conferencia de Obispos Holandeses de 1995 fue un punto de inflexión en la historia de la Iglesia, al admitir que hay un sendero directo que une la teología del Nuevo Testamento con Auschwitz.

También durante la Segunda Guerra la posición del Vaticano reflejó esta habitual ambivalencia, cuando sus reservas acerca del nazismo se limitaron a proteger a católicos "no-arios". Es cierto que las encíclicas de la Iglesia y sus pronunciamientos rechazaban el dogma racista y cuestionaban algunas tesis nazis como erróneas, pero siempre omitieron criticar, o siquiera mencionar, el ataque específico contra los judíos. En 1938, Pío XI supuestamente condenó a los cristianos judeofóbicos, pero esta condena fue omitida por todos los diarios de Italia que informaron sobre el mensaje papal. Su sucesor, el germanófilo Pío XII, ya desde 1942 había recibido información sobre el asesinato de judíos en los campos. A pesar de ello restringió todos sus pronunciamientos públicos a expresiones muy cuidadosamente formuladas de simpatía por "todas las víctimas de la injusticia".

La neutralidad y el silencio del papa continaron incluso cuando los alemanes cercaron a ocho mil judíos de Roma en 1943. Mil de ellos, mayormente mujeres y niños, fueron transportados a Auschwitz. Al mismo tiempo, con la anuencia papal, más de cuatro mil judíos encontraron refugio en muchos monasterios de Roma (algunas decenas en el Vaticano mismo).

Sin duda, el papa no tenía poder como para detener el Holocausto, pero podría haber salvado miles de vidas si hubiera adoptado públicamente una posición contra el nazismo. Hitler, Goebbels y muchos otros cabecillas nazis, murieron como miembros de la Iglesia Católica, y nunca fueron excomulgados (lo que contrasta con el hecho, por ejemplo, de que el presidente argentino Juan D. Perón fue excomulgado cuando en 1955 atacó la influencia de la Iglesia, y unos pocos meses después fue derrocado).

Un sacerdote católico lideró el régimen nazi de Eslovaquia, y tambíen fueron católicos un cuarto de los miembros de las SS, así como casi la mitad de la población del Gran Reich Alemán.

La resuelta reacción del Episcopado alemán contra el programa nazi de eutanasia, logró que virtualmente se suspendiera el plan. Pero los judíos no avivaron en la Iglesia la compasión que despertaron los insanos y los retardados. Respecto de los judíos, la Iglesia estuvo interesada más en salvar sus almas que sus cuerpos. Las cancillerías diocesanas incluso proveyeron al régimen nazi de los registros de las iglesias, con datos personales acerca del marco religioso del que provenían sus feligreses.

Cuando las deportaciones de los judíos alemanes comenzaron en octubre de 1941, el episcopado limitó su intervención a suplicar por los que se habían convertido al cristianismo. Los obispos recibieron informes sobre la matanza de judíos en los campos de muerte, pero su reacción pública se limitó a vagos pronunciamientos vagos que eludían el mero término judíos.

Hubo, claro, excepciones, tanto nacionales como individuales. Una de éstas fue el prelado berlinés Bernhard Lichtenberg, quien rezó públicamente por los judíos (y falleció en su camino a Dachau). Una nación excepcional fue Holanda, en donde ya en 1934 la Iglesia prohibió la participación de católicos en el movimiento nazi. Ocho años después los obispos protestaron públicamente ante las primeras deportaciones de judíos holandeses, y en mayo de 1943 prohibieron la colaboración de policías católicos en las cazas de judíos, aun a costa de que así debieran perder sus puestos. Muchos judíos salvaron sus vidas gracias a las audaces acciones de rescate de clérigos menores, monjes, y laicos católicos.

Ahora pasaremos a lo fundamental que quedó pendiente de nuestra última lección: los tres principales mitos cristianos inventados en la Edad Media, a través de los cuales la judeofobia fue transmitida desde el siglo XIV.

Libelo de Sangre o Asesinato Ritual

Este es una de las expresiones máximas de histeria colectiva y crueldad humanas. Se trata de la acusación de que los judíos asesinan a no-judíos (especialmente cristianos) a los efectos de utilizar su sangre en la Pascua u otros rituales.

Hubo cientos de libelos, que en general seguían el mismo esquema. Se hallaba un cadáver (usualmente el de un niño, y más frecuentemente cerca de la Pascua cristiana), los judíos eran acusados de haberlo asesinado para usar ritualmente su sangre. Los principales rabinos o líderes comunitarios eran detenidos y se los torturaba hasta que confesaban que en efecto eran culpables del crimen. El resultado era la expulsión de toda la comunidad de esa comarca, tormentos para una buena parte de sus miembros, o bien el exterminio expedito de todos ellos. Generación tras generación, judíos fueron torturados en Europa y comunidades enteras fueros masacradas o dispersadas debido a este mito.

Algunos aspectos son indispensables para entender la enormidad del libelo, a saber:

  1. La ignorancia de los gentiles con respecto de la religión judía (por ejemplo en el judaísmo está totalmente prohibida la ingestión de sangre);
  2. En el medioevo, el pan de la comunión creaba una atmósfera emocional en la que se sentía que el niño divino se escondía misteriosamente en el pan compartido. El friar Bertoldo de Regensburg solía preguntar: "¿quién quisiera morder la cabeza, la mano o el pie del bebé?" En este contexto, el libelo podría considerarse como una especie de proyección colectiva: si detestamos ingerir sangre humana, atribuyámoselo a otros.
  3. Según una superstición difundida en Alemania, la sangre, incluso la de cadáveres, podía curar.

En ese país ocurrió el primer caso, en Wuerzburg 1147. Un niño cristiano fue supuestamente crucificado por judíos (el motivo de la cruz explica por qué los libelos ocurrían generalmente en la época de la Pascua). En Fulda (1235) se agregó otro motivo: los judíos beben sangre cristiana con motivos medicinales. En Munich (1286) se enfatiza que los judíos rechazan la pureza, odian la inocencia del niño cristiano. Así narró los hechos el monje Cesáreo de Heisterbach: "el niño cristiano cantaba ‘Salve regina’ y como los judíos no pudieron interrumpirlo, le cortaron la lengua y lo despedazaron a hachazos".

Así lo explican ciudadanos de Tyrnau (Trnava) en 1494: "los judíos necesitan sangre porque creen que la sangre del cristiano es un buen remedio para curar la herida de la circuncisión. Entre ellos tanto los hombres como las mujeres sufren de la menstruación… Además tienen un precepto antiguo y secreto, por el que están obligados a derramar sangre cristiana en honor de Dios, en sacrificios diarios, en algún lugar".

Inglaterra, España, Italia

En el caso de Norwich (1148) "los judíos compraron al niño mártir William antes de la Pascua y lo torturaron como a nuestro Señor, y durante el Viernes Santo lo colgaron en una Cruz". Esa descripción se reitera en Gloucester (1168) y en Lincoln (1255). En 1290, los judíos fueron expulsados de una Inglaterra enrarecida por la difusión de los libelos, y aun un siglo después de la expulsión, Geoffrey Chaucer lo recoge en sus prólogos a los Cuentos de Canterbury.

También la expulsión de España fue precedida por una atmósfera hostil debida a los libelos. El de La Guardia tuvo lugar en 1490-1491, y de inmediato se instituyó el culto del Santo Niño mártir. El primer libelo español data de 1182 en Saragosa, y el asunto terminó por incluirse en la ley. El Código de las Siete Partidas (1263) reza: "Hemos oido decir que en ciertos lugares durante el Viernes Santo los judíos secuestran niños y los colocan burlonamente sobre la cruz".

Detalles fueron agregándose a la historia, que asumió grandes proporciones. En 1583 Fray Rodrigo de Yepes escribió la Historia de la muerte y glorioso martirio del Santo Inocente, que llaman de La Guardia (después de casi un siglo sin judíos en España) y el argumento sirvió de base para la obra de Lope de Vega El Niño Inocente de La Guardia. En el siglo XVIII José de Canizares lo adaptó en La Viva Imagen de Cristo y Gustavo Adolfo Bécquer (1830-1870) en La rosa de pasión. En 1943 fueron republicados por Manuel Romero de Castilla bajo el título de Singular suceso en el Reinado de los Reyes Católicos.

Un caso crucial en Italia fue una especie de crónica anunciada. Durante la Cuaresma de 1475, el franciscano Bernardino da Feltre anunció que los pecados de los judíos pronto serían revelados. El Jueves Santo un niño llamado Simón desapareció, y al poco tiempo su cadáver fue encontrado al lado de la casa del jefe de la comunidad israelita. Todos los judíos, hombres, mujeres y niños, fueron arrestados. Diecisiete de ellos fueron sometidos a torturas durante quince días, después de los cuales terminaron por "confesar". Uno de los judíos murió en tormentos, seis quemados en la hoguera, y a los dos que aceptaron convertirse se los estranguló. Al principio el Papa Sixto IV detuvo los procedimientos judiciales, pero en 1478 su bula Facit nos pietas aprobó el juicio. La propiedad de los judíos ejecutados fue confiscada y a partir de entonces, los judíos tuvieron prohibida la residencia en Trento (hasta el siglo XVIII tenían aun prohibido el paso por la ciudad). El niño Simón fue beatificado.

Después de este éxito, el fray Bernardino urdió escenarios similares en Reggio, Bassano y Mantua, e instó a la expulsión de los judíos de Peruggia, Gubbio, Ravenna, y Campo San Pietro. Sus últimas víctimas fueron los judios de Brescia, en 1494, el año de su muerte. Al poco tiempo el propio Bernardino fue beatificado, y la Iglesia tardó cinco siglos para anular la beatificación de Simón, en 1965.

Con todo, la posición de la Iglesia y de los monarcas fue en general contraria a los libelos. Después del mentado en Fulda (1235), el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Federico II de Hohenstaufen, decidió clarificar el caso definitivamente a fin de proceder: si los judíos eran culpables se los mataría a todos; si eran inocentes, se los exoneraria públicamente. Las autoridades del clero, como no fueron capaces de llegar a una decisión concluyente "creemos necesario… dirigirnos a gente que alguna vez fue judía y se convirtió al culto de la fe cristiana; ya que ellos, como oponentes, no guardarán silencio sobre nada que puedan saber sobre este asunto entre los judíos".

En consecuencia, el emperador solicitó de reyes de Occidente que enviaran "judíos conversos al cristianismo, decentes y estudiosos, para tomar parte de un sínodo", que eventualmente se expidió así: "No puede hallarse, en el Antiguo ni en el Nuevo Testamento, que los judíos requieren de sangre humana. Por el contrario, esquivan la contaminación con cualquier tipo de sangre". El documento, que cita de varias fuentes judías, agrega que "hay una alta probabilidad de que aquéllos para quienes está prohibida incluso la sangre de animales permitidos, no pueden desear sangre humana".

Otro pronunciamiento escrito fue el del Papa Inocencio IV en 1247: "cristianos acusan falsamente… que los judíos llevan a cabo un rito de comunión con el corazón de un niño asesinado; y en cuanto se encuentra el cadáver de una persona en cualquier sitio, se les hace recaer maliciosamente la responsabilidad".

Pero la desaprobación de papas y emperadores no impidió que los casos de libelos se multiplicaran, sobre todo en Polonia, en donde el Consejo de las Tierras, órgano representativo de los judíos, envió un delegado al Vaticano, y logró que el cardenal Lorenzo Ganganelli (más tarde Papa Clemente XIV) emprendiera otra investigación exhaustiva. Ganganelli se sumó a quienes se pronunciaron contra el libelo: "Debe comprenderse con cuánta fe viviente deberíamos pedirle a Dios como el salmista ‘líbrame de la calumnia de los hombres’. Espero que la Santa Sede tome medidas para proteger a los judíos de Polonia, del mismo modo en que San Bernardo, Gregorio IX e Inocencio IV obraron en defensa de los judíos de Alemania y de Francia".

En Tiempos Modernos

Desde el siglo XVII, los casos de libelo de sangre se extendieron a Europa Oriental. En 1636 en Lublin, la viuda Feiguele se mantiene firme ante el tormento. A partir del siglo XIX, judeófobos hicieron conspicuo uso del libelo para incitar a las masas en varios países, incluida Siria, en donde el affaire de Damasco de 1840 introdujo el mal en el mundo musulmán. Allí el influyente cónsul francés se sumó a los libelistas mientras toda la comunidad era arrestada y torturada, en el contexto de la pugna de las potencias occidentales para influir en el Medio Oriente.

Con todo, el principal perpetuador del libelo de sangre en tiempos modernos fue Rusia. Aquí se diseminó sin pausa avalado por los zares, quienes en general tuvieron una actitud mucho peor que la de papas y reyes medievales.

El primer caso en Rusia fue en Senno (cerca de Vitebsk, Pascua de 1799). Cuatro judíos fueron arrestrados despues de que el cadáver de una mujer fuera encontrado cerca de una taberna judía. Apóstatas proveyeron a la corte de extractos de una traducción distorsionada de literatura rabínica como el Shuljan Aruj y Shevet Iehuda. Pese a que los acusados terminaron siendo liberados por falta de pruebas, el poeta G.R. Derzhavin incluyó en su Opinión elevada al zar acerca de la organización del status de los judíos en Rusia, que "en estas comunidades se hallan personas que perpetran el crimen, o por lo menos protegen a perpetradores, de derramar sangre cristiana, de lo que los judíos fueron sospechosos en varias épocas y en diferentes países. Si bien opino que tales crímenes, incluso si fueron cometidos a veces en la antigüedad, eran llevados a cabo por fanáticos ignorantes, creo apropiado no pasarlos por alto".

Entre 1805 y 1816 ocurrieron más casos y, para evitar su mayor diseminación, el ministro de asuntos eclesiásticos, A. Golistyn, envió una circular a los jefes de gobernaciones el 6/3/1817, donde explicita que los monarcas polacos y los papas invariablemente invalidaron los libelos, y las cortes los`refutaron. La circular ordenaba que "de aquí en adelante los judíos no sean acusados de asesinar ninos cristianos, sin evidencia, y sobre el mero prejuicio de que necesitan de sangre cristiana".

A pesar de la circular, el zar Alejandro I dio instrucciones de revivir las acusaciones en Velizh. El juicio duró diez años, y aunque los judíos fueron finalmente exonerados, cabe reflexionar en la atmósfera que generaba un juicio tan largo sobre un tema tan escabroso. El zar Nicolás I se negó a firmar la circular de Golistyn, considerando que "hay entre los judíos salvajes fanáticos o sectas que requieren sangre cristiana para su ritual". El libelo recibía así un sello oficial, y ocurrieron muchos en Telz, Kovno (1827); Zaslav, Volhynia (1830); y Saratov (1853).

Otro comité especial designado en 1855 para investigar, incluyó teólogos, orientalistas y apóstatas. Revisaron manuscritos hebreos y publicaciones y, otra vez, concluyeron que no había evidencia alguna del uso de sangre cristiana entre los judíos.

En los años setenta del siglo pasado recrudeció la judeofobia, y el libelo fue motivo habitual en la propaganda literaria y la prensa. En alguna medida estas obras remedaban las que se habían publicado en Alemania y Francia, en las que "expertos" judeófobos "probaban" el libelo, como: Le mystere du sang chez les juifs de tous les temps, de H. Desportes (1859), prologada por Edouard Drumont; y Talmud in der Theorie und Praxis, de Konstantin C. Pawlikowski (1866).

Dos ejemplos de esta literatura en Rusia son Sobre el uso de sangre cristiana por sectas judías con propósitos religiosos (1876) de H.Lutostansky, que agotó varias ediciones, y El Talmud desenmascarado de J.Pranatis, que sigue publicándose. Contra algunos de los calumniadores se iniciaron juicios de difamación. Y las de crimen ritual continuaban.

Con el fortalecimiento de la extrema derecha (Unión del Pueblo Ruso) en la Tercera Duma, las autoridades necesitaban de más casos que justificaran la judeofobia reinante. Uno muy notorio fue el Caso Beilis (1911-1913), armado por el ministro de justicia Shcheglovitov, que despertó la oposición de centenares de intelectuales rusos, entre ellos V. Korolenko y Máximo Gorki. La eventual exoneración de Beilis fue una derrota para el régimen pero, otra vez, la atmósfera de veneno judeófobo surgía con el mero juicio, independientemente de sus resultados.

Cuando los nazis asumieron el poder en Alemania, utilizaron el libelo en su propaganda. Reanimaron las investigaciones y los juicios (Memel 1936, Bamberg 1937, Velhartice -Bohemia- 1940). El 1/5/1934 el periódico Der Stuermer dedicó al tema una edición horrorífica con ilustraciones. Hombres de ciencia alemanes colaboraron en la difusión.

Incluso para 1960 un periódico soviético de Daguestán afirmó que los judíos devotos necesitaban sangre de musulmanes para sus ritos.

Fuera de Alemania (donde en general ocurrienron un tercio de todos los libelos) hubo cuatro casos en el siglo XX. El primero de éstos fue el caso Hilsner. Tomás Masaryk, fundador y primer presidente de la Checoslovaquia moderna, tomó una activa postura en contra del mismo, "no para defenderlo a Hilsner (el acusado, un joven vagabundo) sino para defender a los cristianos de la superstición". Masaryk fue duramente atacado y su cátedra universitaria fue suspendida debido a las manifestaciones de estudiantes. Este caso también creó una ola de tumultos judeofóbicos en Europa, orquestados por el "especialista" vienés Ernst Schneider.

Los libelos ahondaron el estereotipo satánico del judío y, otra vez, el problema no era que la Iglesia lo difundiera. Por el contrario, vimos que usualmente se oponía, y en general trataba de detener las matanzas, pero con su característica ambivalencia. Los niños "mártires" eran reverenciados como santos, tales como en los casos de San Hugh de Lincoln, el Santo Niño Mártir de La Guardia, y Simón de Trento. Cada año durante siglos, los cristianos honraban la memoria de los puros inocentes que habían sido supuestamente asesinados en espantosos rituales judíos.

La Hostia y la Peste Negra

En el Cuarto Concilio Laterano de 1215 fue reconocida oficialmente la doctrina de la Transubstanciación, según la cual la hostia (galleta usada en la ceremonia de la Eucaristía) se transforma en el cuerpo de Jesús. Los protestantes eventualmente modificaron la doctrina y consideran que se trata sólo de un símbolo del cuerpo mas no Jesús en persona (que es el dogma católico hasta hoy).

Este segundo mito, el de la profanación de la hostia, sostenía que los judíos secretamente las robaban de las iglesias para torturarlas y reeditar los sufrimientos de Jesús. Obviamente, había en esta superstición mayor irracionalidad aun, puesto que los judíos claramente descreían de toda transusbtanciación. Pero esta acusación trajo más persecución y matanzas. La mayor parte de los cuarenta casos principales se perpetraron en Alemania y Austria.

El mito se basaba en los supuestos poderes sobrenaturales de la hostia, y en el prejuicio de que los judíos anhelaban renovar en Jesús los sufrimientos de la pasión. Su perfidia era tal, que no abandonaban los tormentos aun cuando de la hostia emanaran sangre o sonidos, o si echaba a volar. (La explicación de la "sangre" es que un honguillo de color escarlata puede formarse en comida rancia que se deja en lugares secos. Se lo denomina Micrococcus prodigiosus).

La primera supesta profanacíon fue en Belitz (cerca de Berlín) en 1243. Un grupo de judíos y judías fueron quemados en la hoguera en lo que pasó a denominarse Judenberg (monte de los judíos). En Italia hubo pocos casos debido especialmente a la protección de los papas, pero se expresó en el arte, como la Desecración de Paolo Uccenno (1397-1475) hecha para el altar de la Confraternidad del Santo Sacramento de Urbino.

De Inglaterra, los judíos fueron expulsados antes de que se difundiera la desecración de la hostia, pero también allí se reflejó en el arte, como en el Croxton Sacrament Play, escrito en 1491, dos siglos después de la expulsión.

Casos famosos fueron el de París de 1290; el de Bruselas de 1370 (que llevó a la destrucción de la judería belga, se celebró en una fiesta especial y todavía se lo ve grabado en las reliquias de la Iglesia de Santa Gudule); el de Knoblauch en 1510, que resultó en treinta ocho ejecuciones y la expulsión de los judíos de Brandenburgo. Por lo menos dos casos son aún celebrados localmente: el de Deggendorf, Bavaria, que data de 1337, y el de Segovia de 1415, que supuestamente había producido un terremoto, y resultó en la confiscación de la sinagoga y la ejecución de los líderes judíos.

Precisamente en España el infante don Juan de Aragón patrocinó algunas acusaciones. En la de Barcelona de 1367 varios sabios (como Hasdai Crescas, Nisim Gerondi e Isaac B. Sheshet) se hallaban entre los arrestados con la comunidad entera (hombres, mujeres y niños), encerrada en la sinagoga por tres días sin comida. Como no confesaron, el rey ordenó su libertad, y sólo tres judíos fueron ejecutados. Diez años después hubo casos en Teruel y Huesca.

El caso de Lisboa de 1671 se produjo cuando ya no había judíos en Portugal. Por lo tanto, cuando la hostia de la iglesia de Orivellas fue robada, un edicto real ordenó la expulsión… de todos los Nuevos Cristianos. Las supuestas desecraciones continuaron hasta el último caso, en 1836 en Bislad, Rumania.

El último mito de esta trilogía fue la ya mentada Peste Negra. Entre 1348 y 1350 una epidemia múltiple s (bubónica, septicémica y neumónica) causada por el bacilo pasteurella pestis, arrasó a casi cien millones de personas, un tercio de la población europea. En centros de densidad poblacional, como monasterios, la tasa de mortandad era superior. La racción popular fue extrema: o bien se buscó refugio en el arrepentimiento y las súplicas a Dios, o bien lanzándose al libertinaje y el salvajismo. Lo curioso es que estas dos actitudes se combinaron en que arremetían contra los judíos, quienes fueron acusados de envenenar los pozos de agua para destruir la cristiandad. En esos años miles de judíos fueron masacrados.

La bula del Papa Clemente VI (26/9/1348) vino a defenderlos, y definió la plaga como "pestilencia con que Dios aflige al pueblo cristiano". La vasta mayoría de la población, empero, la veía como pestis manufacta (artificial), la forma más simple de entenderla (y después de tanta matanza contra los judíos, podía sospecharse de que en algún momento éstos buscarían venganza).

La primera acusación fue en septiembre de 1348 en Castillo de Chillon del lago de Ginebra. Los judíos "confesaron" que la plaga había sido diseminada por un judío de Savoy guiado por un rabino que había preparado el veneno. Las matanzas se extendieron entre España y Polonia, destruyendo trescientas comunidades. Los llamados Flagelantes expiaban sus pecados matando judíos a su paso.

Las matanzas se dieron especialmente en Alemania, aun cuando al principio el emperador Carlos IV intentó defenderlos. Después se sumó al fervor de las hordas y concedió "perdón por cada transgresión que incluía el asesinato y destrucción de judíos". En muchas localidades los judíos fueron asesinados aun antes de que la plaga llegara. En Mainz, seis mil judíos fueron llevados a la hoguera, y en Estrasburgo dos mil judíos fueron quemados en una pira gigantesca en el cementerio judío.

El mito de los judíos envenenando pozos agravó su imagen diabólica, y después de la Peste Negra el status de los judios se había deteriorado por doquier.

Hubo en la Edad Media otros mitos que armaron el arsenal judeofóbico, pero ninguno fue mortífero como los mencionados. Uno adicional fue el del Judío Errante, una figura de la leyenda cristiana condenada por Jesús a vagar hasta su segunda venida, debido a que lo desairó o le pegó en su camino a la crucifixión. Dio lugar a muchos cuentos aun hasta este siglo. Nación aparentemente en Bolonia en 1233, cuando peregrinos del monasterio de Ferrara relataron que vieron a un judío en Armenia que había presenciado la Pasión de Jesús, lo ofendió, se arrepintió y se convirtió al cristianismo. Los nombres del Judío Errante varían en idiomas y tradiciones: Cartaphilus, Buttadeus, Votadio, Juan Espera en Dios, Ajasuerus, Isaac Laquedem, y Der ewige Jude. Se transformó, en efecto, en símbolo del pueblo judío todo, culpable y errante en el mundo. Este mito influyó arte y literatura, pero no produjo genocidios.

En contraste, la mentada trilogía generó máximo sadismo, y transformó la voz judío en sinónimo de diabólico. El arte medieval muestra al judío con cuernos, cola, cara satánica, postura grotesca, en compañía de puercos y escorpiones.

En el siglo XVI se produjo un cisma en la Iglesia, y nació el protestantismo, que entre otras facetas buscó recuperar las raíces hebreas del cristianismo. Pero fueron infundadas las esperanzas prematuras en que los judíos serían respetados por una Iglesia de mayor compasión hacia ellos. Lo veremos en nuestra próxima lección.

 

Dolor Constructivo

 
 
Cuando pensamos en el dolor, inmediatamente nos remitimos a situaciones 
extremas, donde nuestra alma y cuerpo siente una terrible sensación de 
pesar. 
 
Hablamos de sufrimiento como si entendiéramos toda su plenitud y, en 
definitiva, lo consideramos malo. 
 
Todos en la vida sufrimos en algún momento, y me atrevería a afirmar 
que el dolor (en mayor o menor grado) está presente en casi cada instante de 
nuestra existencia. Ahora bien, poco sabemos de nuestra procedencia y de 
nuestro destino. Siendo así: 
 
¿Para qué o por qué este sentimiento tiende a acompañar casi cada 
instante de nuestra vida en una u otra forma con mayor o menor intensidad? 
 
Si aceptamos que fuimos creados con un propósito, el de refinar nuestro carácter, y acercarnos a la Fuente de todo lo existente y lo no  existente,  tal como afirman los Sabios, ¿no cambiaría nuestra forma de asumir  nuestro destino, nuestro yugo"? 

¿Acaso no es bendición esos encargos que El nos da, de manera que nuestra  alma, nuestra esencia, se pueda pulir para acercarnos más a El? 

 De cierta forma, la pena y el dolor están ahí, para movernos, para  recordarnos quienes somos, para regalarnos ese don preciado de la  humildad. 
También nos obligan a acercarnos a los demás, para reconocer en nuestros pares, a nosotros mismos.
El libre albedrío , también presenta sus problemas, uno es que es mal usado por algunos que encuentran en hacer el mal al prójimo, su forma de vida. Todos en alguna oportunidad o muchas, le hemos hecho daño a alguien, es por eso que El Eterno nos ordena establecer cortes de justicia, para mitigar esa forma de dolor.

El sufrimiento como señal de nuestro errado proceder, pretende volvernos al camino correcto, lastimoso, pero las más de las veces el daño es causado por nostoros mismos, por desconocernos como humanos, como creación de la mismísima Bondad, que pronto enviará al Rey de los Hebreos para redimir al mundo.

Últimamente me he hecho una pregunta que resulta algo incómoda, sobre  todo 
con los valores de Occidente: 

 ¿Será que en el mundo por venir, cesará el sufrimiento? 
 
¿Será el deseo de cada ser humano?,¿Será el de Dios? 
 
No clamo por que cese el dolor. 
Siempre estará ahí. 

 Pero, cuanto más cumplamos con su voluntad, las Siete Leyes para los  gentiles y los 613 mandamientos para los judíos, estaremos más cerca al  Creador y por ello estaremos en condiciones de sobrellevar las  vicisitudes y  dolores de la vida


Resp. 41 – Cortes y cerdo

Estimado Licenciado
Con todo respeto y deferencia hacia su persona y esperando no quitar su valioso tiempo, he estado viendo su pagina y si gusta puede publicar mis preguntas si fuera el caso.
Y tambien no si fuera ese el caso, estoy de acuerdo con lo que esued habla de los noajicos, asi debe de ser la vida para aquellos que no son judios o no se han convertido.
1- Pero en los preceptos de Noe , se habla de los tribunales de Justicia… se refiere a que debemos de ir a las cortes de nuetros paises que ya estan constituidas?
2- o si yo entro a formar algun grupo Bnei Noaj debo de formar con la gente que asiste al mismo una corte? (estoy confundido?)
3- Y por ultimo si no mal entiendo, una persona NO JUDIA si puede comer choncho (marrano?) no hay problema?
4- quiere decir que si tengo un grupo de personas, que esta estudiando judaismo, por muchas razones, no hay problema… estamos excentos de la prohibicion de no comer marrano. esperando no quitar su tiempo
Enrique Ubalde
Venezuela

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Resp. 36 – Dios Uno y Único, sin excusas

Shalom… Buena semana para ti y los tuyos… Te agradezco que me exoliques este punto del noajismo, francamente no lo entiendo. Esta en el capitulo de idoaltria del "Camino del Gentil Justo".
Gracias…

"Conforme a muchas autoridades, los Noájidas no están advertidos respecto al concepto de "sociedad con Dios". [7] El concepto de sociedad con Dios consiste en el reconocimiento de la existencia del Dios de Israel al mismo tiempo que se cree en la existencia de una deidad (con voluntad) independiente del Creador. En tanto que el atribuirle poderes a esta deidad (distinta al Creador) permanezca conceptual, [8] es permisible para los Hijos de Noaj de acuerdo con muchas autoridades. Pero la veneración de este ser “independiente» es claramente idolatría. El peligro del concepto de sociedad es que libera a las personas para actuar en consonancia con dioses sin existencia, y abre una vía hacia la idolatría efectiva. La mayoría de las autoridades recientes concuerdan en que los Hijos de Noaj tienen prohibido creer en un ‘socio’. [9] [10] Pero aun de acuerdo con estas últimas, los Hijos de Noaj tienen permitido jurar por el nombre de un ídolo en combinación con (el nombre de) Dios. [11]"
Alfredo García
Venezuela

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Resp. 34 – Esterilización de animal hembra

Hola Yehuda
¿Me da una mano?
Mi gata "pepita" acaba de parir el día de hoy. Adoptamos al animalito cuando nos cambiamos a la casa que ahora ocupamos y estaba hambrienta. Parece que alguien la abandonó (quizá porque sólo tiene un ojito). Es muy "gata de casa", acostumbrada a niños, etc. He pensado en esterilizarla partiendo de los dos siguientes textos que si bien prohiben la castración de machos no mencionan nada sobre esterilización de hembras. Pero, puesto que no estamos seguros con mi señora si realmente es correcto esterilizar a nuestra gata, acudimos a usted.
¿Es permisible?
Juan Mayorga 
Chile
PD. Los textos:
********************* "Los Siete colores del Arco Iris" (R. Bindman, cap.10): "Otros mandamientos suplementarios que conciernen al reino animal prohiben la castración de machos y el cruce deliberado de especies diferentes. Estas han sido práticas habituales en la agricultura, y la mayoría de los granjeros encontrarán inconveniente abandonarlas. Sin embargo, las Siete Leyes específicamente las excluyen, no debido a que son mas crueles que otras prácticas permitidas sino debido a que significativamente confunden y obstruyen el orden divino de la naturaleza, afectando el orden animal al mismo tiempo que el nuestro. Estas prácticas no son castigables por parte de las cortes, la mano celestial provée la retribucion exacta de acuerdo al peso de cada circunstancia, como es siempre el caso cuando la ofensa no puede ser encauzada (por algún motivo) ante las cortes terrenales."
************************** "El Camino del gentil Justo" (Clorfene & Rogalsky, cap. 9) : "Bajo las Siete Leyes Universales, está prohibido castrar cualquier macho, ya sea humano o animal o ave. Este aspecto de la ley correlaciona tanto a la Ley sobre Relaciones Prohibidas como a la Ley sobre el Miembro de un Animal Vivo. En una opinión, la auto-castración es una transgresión; pero, a pesar de ser claramente un acto que estropea a una de las criaturas de Dios, es cuestionable si es una transgresión cumplir con la solicitud de alguien para que se castre al solicitante (o un animal del solicitante). En todo caso, aun ante tal acto (bizarro e irreversible) de castración, el arrepentimiento y el perdón son posibles a través de la gran misericordia de Dios, como está escrito, “Porque así ha dicho el Señor sobre los eunucos que guardan Su Shabat y escogen aquello que Le place, y se aferran a Su pacto. Les daré dentro de Mi casa y dentro de Mis muros un lugar y un nombre mejor que hijos e hijas; y un nombre perdurable les daré para que no sean cortados” (Isa.56:4-5)."

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El Camino del Gentil Justo


Tenemos el honor y placer de presentarles esta monumental obra, de suma importancia y valor, para todo noájida que desee tener un acercamiento a su identidad.
Es una bendición contar con esta obra para su difusión.
Derechos reservados y exclusivos. Prohibida su reproducción sin consentimiento de los autores.

EL CAMINO DEL GENTIL JUSTO


Una Introducción a las Siete Leyes de los Hijos de Noé

Por Chaim Clorfene y Yakov Rogalsky

Índice


ATENCIÓN: Ninguna parte de esta publicación, «El Camino del Gentil Justo» (Clorfene & Rogalsky), puede ser traducida, reproducida, fotocopiada o almacenada en sistema mecánico o electrónico alguno sin la autorización explícita y por escrito de los autores y de los responsables de la traducción. Sin embargo, pueden referenciarse pequeñas porciones del texto, indicando la fuente:


Fundación Luz de Vida Internacional – J. Mayorga (traductor) & Y. Ribco (asesor de traducción):
Traducción al Castellano bajo permiso del Rabino Chaim Clorfene a partir de la edición 1987 (Feldheim Publishers Ltd.):

The Path of the Righteous Gentile
(An introduction to the Seven Laws of the Children of Noah)
Chaim Clorfene & Yakov Rogalsky
Derechos: 1987 Chaim Clorfene — Yakov Rogalsky
ISBN 0-87306-433-X


Antes del descubrimiento

En la seguidilla de publicaciones de letras de Les Luthiers, y a petición del público, publicamos ahora, para distracción de nuestros lectores, la historia del adelantado Don Rodrigo Diaz de Carrera, un español que en vez de entrar por el caribe entra a nuestro continente por el Río de la Plata, y desde allí empieza a subir hasta llegar en su periplo hasta Puerto Rico. 

La lección de este texto del famoso grupo humoristico-musical es aprender divertidamente de nuestra historia como continente y así adquirir identidad y sentido de pertenencia. 

Mastropiero era un apasionado de la investigación histórica. Se pasaba largas horas en la biblioteca de la opulenta marquesa de Quintanilla cuyos volúmenes le apasionaban. Así supo Mastropiero, precisamente allí (en la biblioteca) de la existencia de un enigmático personaje del siglo XV, El Adelantado Don Rodrigo Díaz de Carreras, hijo de Juana Díaz y Domingo de Carreras. Al principio de su investigación Mastropiero supuso que Don Rodrigo pertenecía a la misma familia Díaz que las célebres cortesanas Angustias y Dolores Díaz, pero luego cotejando ciertas fechas comprobó que Angustias y Dolores no provenían de esos días. Está bien…

Mastropiero ya estaba por abandonar la investigación cuando encontró en la biblioteca de la marquesa el viejo manuscrito de un anónimo poema épico redactado sobre la base del diario de viaje del Adelantado Don Rodrigo Díaz de Carreras. Según este poema, Don Rodrigo había arribado a las costas del río de la plata en 1.491, o sea, un año antes del descubrimiento oficial de América. Este hecho por fin explicaba su título de adelantado. El poema describía además su heroico periplo hacia el norte del nuevo continente a lo largo de muchos años, culminando su gloriosa gesta en la isla de Puerto Rico. Impresionado por el hallazgo del poema, Mastropiero la usó como texto para una de sus obras más célebres con la que Les Luthiers finalizan su concierto de esta noche: “Cantata del adelantado Don Rodrigo Díaz de Carreras, de sus hazañas en tierras de indias, de los singulares acontecimientos en que se vio envuelto y de cómo se desenvolvió”. La obra se inicia con el arribo de Don Rodrigo a lo que luego se denominaría el Río de la plata.

Marcos Mundstock: Culmina Rodrigo dura travesía. Se acerca a la costa su fiel carabela después de seis meses de brava porfía. Desciende orgulloso y con galanura, ya clava su espada en la tierra soñada, la tierra del oro y de la aventura

Ernesto Acher: Llegamos a tierra firme, con nativos pronto dimos.

Resto: ¡Nos descubrieron!, ¡por fin nos descubrieron!

Ernesto Acher: Y en convite conocimos sus tolderías.

Resto: Pasen y vean que lindas tolderías.

Ernesto Acher: Al conocer sus tesoros despertó mi idea fija y al final cambiamos oro por baratijas…

Marcos Mundstock: Oro por baratijas. ¡Que abuso! ¡Qué trueque tan desigual! Después del canje Don Rodrigo guardó en un cofre todo lo que había obtenido. Montañas de baratijas.

Ernesto Acher: Tramposos, aprovechadores, devolved el oro…

Resto: ¡Minga!, ¡minga!

Ernesto Acher: Rescatemos nuestro oro, mis valientes. Con coraje, con la espada… con los dientes. ¡Mi honra está en juego y de aquí no me muevo!

Resto: Uhhhhhhhh!!!!

Marcos Mundstock: ¡Firme ante el enemigo! ¡Firme, con valor, firme Don Rodrigo! Y Don Rodrigo…firmó la rendición! Echa a andar Don Rodrigo tras mejor estrella leguas y más leguas hacia el rumbo norte. Le siguen sus huestes en la heroica huella a través de montes, de valles, de sierras… mas destino esquivo. Encuentra nativos que al cantar auguran sus hores de guerra.

Coro:

Somos come-chingones muy renombrados.

Joyas, collares, mantas vendemos en el mercado.

Y a los que no nos compran nos los comemos asados.

Ernesto Acher: No conseguiréis asustarme tras tan larga travesía. He venido a conquistarles (y a vender artesanía). ¡Mi honra está en juego y de aquí no me muevo!

Resto: Uhhhhhhhh!!!!

Ernesto Acher: Sí me muevo.

Marcos Mundstock: Y huye Don Rodrigo otra vez al norte. Triste, sin su tropa huye solitario. Descarga del hombro su pesado cofre y haciendo un alto anotó en su diario:

Ernesto Acher: Ayer dimos con un grupo de nativos y fuimos atacados… con todo éxito. He debido proseguir solo esta marcha pues los nativos prefirieron quedarse a comer con los soldados… digo a los soldados

Marcos Mundstock: Y en varias jornadas de marcha muy dura llega a una meseta de increíble altura.

Ernesto Acher: Llegué a tierras altiplanas arrastrando con porfía mi cofre de artesanías, magra fortuna. Allí encontré indios buenos que al ver mi traza ruinosa me cantaron una hermosa canción de puna…

Coro:

Duermase, Don Rodrigo duermase

Cierre sus ojitos, no los deje abiertos

Que si no se duerme se va a quedar despierto

¡Duérmase, duérmase! ¡Duerma Don Rodrigo!

¡Duérmase, duérmase! Vamos, duermase.

¡Duérmase, duérmase de una vez!

Marcos Mundstock: Diez horas duró este arrullo puneño. Rodrigo agotado por tal cortesía prosigue su viaje en busca del sueño… El sueño de gloria que alienta sus días: Descubrir poblados, conquistar reinados… y vender si puede las artesanías.

Ernesto Acher: Con mis fuerzas casi extintas a vasto imperio llegué. Puse pie en tierra de incas, o sea, hice hincapié.

Marcos Mundstock: Y llega Rodrigo en día de fiesta. Ve galas, pendones, banderas, y cintas. Y una muchedumbre que hasta pavor da que colma el camino real de los incas que los nativos llamaban Avenida …de los de acá.

Ernesto Acher: Y vi de pompa y boato como no vi en cortes nuestras. Sacerdotes, oficiantes, nobles, jefes, consejeros, y vi de tres mil guerreros que de poder daban muestras. Esclavos y servidores.. y unos diez mil extras.

Coro: Somos los incas

Carlos Núñez Cortés:

Somos los incas un pueblo inca-nsable

Nuestras riquezas son inca-lculables

Abominamos de inca-utos e incapaces

Pero nuestras canciones son todas inca-ntables

Marcos Mundstock: La gala imponente del fastuo aborigen recuerda a Rodrigo su sino glorioso, el noble designio que al viaje dio origen. Y encarando al inca anuncia gozoso:

Ernesto Acher: ¡Artesanías, vasijas de barro, ponchos, mates, boleadores, todo a mitad de precio debería usted comprar…!

Marcos Mundstock: Rodrigo es prendido por doce nativos mas lucha, se zafa y proclama altivo:

Ernesto Acher: ¡Deteneos, ignorantes, atrasados! Desde hoy quedáis todos conquistados. ¡Mi honra está en juego y de aquí no me muevo!

Marcos Mundstock: Quinientas leguas al norte Rodrigo un tanto agitado, triste nota que los incas del cofre se han inca-utado. El cofre que fue en la huída olvidado, descuidado, digamos que fue en verdad tontamente abandonado…

Ernesto Acher: ¡Hombre habrase visto tamaña insolencia, tamaña desvergüenza!

Marcos Mundstock: Rodrigo vehemente injuria a los incas pues le han privado de sus propiedades.

Ernesto Acher: No hablo de los incas, me refiero a algunos que gozan contando mis intimidades y encima me insultan.

Marcos Mundstock: Pues no, yo no he sido.

Ernesto Acher: Sí, sí, yo le he oído. Usted dijo tonto…

Marcos Mundstock: ¡Dije tontamente!

Ernesto Acher: Bueno, parecido

Marcos Mundstock: Parecido no es lo mismo, caballero.

Ernesto Acher: Es que usted está diciendo falsedades.

Marcos Mundstock: Usted exagera.

Ernesto Acher: ¡Reclamo mis fueros!

Marcos Mundstock: ¡Me atengo a la historia!

Ernesto Acher: ¡Mentiras!

Marcos Mundstock: ¡Verdades! Y yo no discuto con aventureros.

Ernesto Acher: Y yo no discuto con aficionades.

Marcos Mundstock: Dirá usted aficionados.

Ernesto Acher: La rima es lo que me inspira. Yo he dicho aficionades en lugar de aficionados porque usted dijo verdades.

Marcos Mundstock: ¡Con que yo dije verdades! ¡Luego usted dijo mentiras!

Ernesto Acher: ¡Terco y duro como una pared!

Marcos Mundstock: ¿Y eso con qué rima?

Ernesto Acher: ¡Con usted, hombre, con usted!

Daniel Rabinovich: ¡Haya paz! ¡Haya paz! Don Rodrigo, relator, que la calma no se pierda, que si seguís discutiendo os vais a ir a la… ¡Haya paz!

Marcos Mundstock: Quinientas leguas al norte, prosigo, en un bosque encuentra nativos Rodrigo que bailan y cantan con dulces sonidos.

 

 

Coro: Conozca nuestra cumbia que es el baile nacional

Visite usted Colombia y su ciudad capital: Bogotá.

 

 

Ernesto Acher: Colombia, Colombia, Colón… ¿Es que ya ha pasado por aquí Don Cristóbal? Pues nada, de aquí en adelante este país se llamará… ¡Rodrigombia! Decidme nativos, ¿do están los tesoros?, ¿do están las minas de plata y de oro?

Todos: ¡No tenemos!

Ernesto Acher: ¿Tenéis por aquí piedrecillas brillantes, zafiros, rubíes, topacios, diamantes?

Todos:¡No, no, no!

Ernesto Acher: ¿Estaño, antimonio, cobre o manganeso?

Todos: ¡Nada de eso!

Ernesto Acher: ¿Carbón, piedra pómez?

Todos: ¡Nones!

Ernesto Acher: ¿Botellas vacías?

Todos: ¡No!

Ernesto Acher: ¿Ropa usada?

Todos: ¡No!

Ernesto Acher: ¿Pero es que no tenéis nada?

Todos: ¡Tenemos un buen café, aromático y sabroso, café de Rodrigombia!

Marcos Mundstock: Al ver Don Rodrigo que nada consigue, con rumbo nordeste su viaje prosigue.

Ernesto Acher: Al llegar cerca del mar rogué que no se extinguieran mis fuerzas que entonces eran por demás flacas. Me inspiré tomando el nombre de los indios del lugar y en aquel hermoso lar fundé ¡Caracas! Fundé Caracas y acerté a fundarla en tan hermoso valle…

Marcos Mundstock: Fundó Caracas, dice.

Ernesto Acher: En tan hermoso valle…

Marcos Mundstock: Acerté a fundarla… Acertó a fundarla. Y tanto acertó que la fundó en pleno centro de Caracas que ya estaba fundada y él no la vio…

Ernesto Acher: Y bueno, hombre, con el apuro…

Marcos Mundstock: Los guardias, perplejos y algunos paseantes intentan prenderlo y en cárcel ponerlo. Rodrigo protesta fiero, desafiante…

Ernesto Acher: Ahhhhhhhh!!!!!!! Mi honra está en juego y de aquí no me muevo…

Marcos Mundstock: Por ante este tribunal se condena a Don Rodrigo Díaz de Carreras a la pena de destierro en la isla de Puerto Rico por los delitos de portación de armas y fundación ilícita. Archívese. No. Bien, a él.

Ernesto Acher: Estando el barco al llegar a donde cumplir mi pena de esclavos oigo un cantar que a negro destino suena:

Daniel Rabinovich:

Chabaia nenge nimón

Solangangaina engo

Sabania nengueneón

Sanga iobai oengo

Sabanga neingenon sabanga engo

Sabanga lenguenguelon

Sabanga lenguelón

Sabanga len, golen

Maga senguelá

Achicoria

Sabai enguelá

Sabai guana, guana

Guana catal

Aiamete, aie ie

Achicoria

Aia queteie ie

Obaiasá, iequete

Obaiase, ie ie

Obaiasá

Achicoria

Aiá yo

Acá tu

Aiá tu

Acá yo

Aiá yo y tu, acá

Achicoria.

¡Sapa, talaca

salapalacatá!

¡Sapa, talaca

salapalacató!

¡Achicoria!

¡Ay, ay ay ay ay!

¡Uay, ay ay ay ay!

Acatócoyo

Acatócoyo

Acatócoyo

Acatocábayo.

Ernesto Acher: Más ni bien no llegué a tierra firme fui de pronto conmovido por los ojos renegridos de una morena. Y revivieron mis sueños de viejo conquistador, sed de guerra… del amor que el alma llena… Ya vendrán otra gente a conquistar las Indias, yo me quedo aquí a conquistar… ¡Mi negra

Coro:

No hay en la vida nada como mi negra

Nada, nadita, nada… como mi negra

No hay en la vida nada como mi negra

Nada, nadita, nada… como mi negra

¡A ver ese piano!

¡Sabor chico, sabor!

¡Sabor chico, sabor chico!

¡Lleva, lleva caballero!

¡Lleva, lleva caballo… Caballero!

¡Yo siempre voy!

¡A cantar, a cantar!

¡Sí moreno!

¡A bailar, a bailar!

¡Si papacito!

¡A gozar, a gozar!

¡Azuquita!

¡Achicoria!

Hoy la brisa está tan suave

Como mi negra

Pero pocos se bambolean

Como mi negra

Y la música es tan bonita

Como mi negra

Es tocada por todo el mundo

Como mi ne..

¡No hay en la vida nada como mi negra!

Nada, nadita, nada como mi negra

Ernesto Acher: Y aquí se acaba la historia de Don Rodrigo ¡y el show, chico!

Coro:

Se acaba, se acaba, se acaba, se acaba,

Se acaba, se acaba, se acaba, se acaba,

Se acaba, se acaba, se acaba, se acaba,

Se acaba, ¡Se acabó!

Siete Principios Univerales

El Padre y Rey comandó a los gentiles, a todas las personas que no son judías, a que lleven una vida con sentido trascendente, productiva, beneficiosa y de bendicón.
Para lo cual les dictó Siete Leyes, que son principios universales, que posibilitan el desarrollo de una buena vida individual y social, en todo momento bajo las alas protectoras de la divinidad.
Estas Leyes básicas se las entregí Dios a Noaj/Noé y a TODOS sus descendientes a perpetuidad.
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LA CRUELDAD HACIA LOS ANIMALES

Uno de los Preceptos fundacionales de las leyes noájicas, las Siete Leyes Universales, nos advierte de la crueldad hacia los animales, esto es, comer alguna parte del animal mientras este permanece con vida. Si rompemos la cáscara de la nuez, buscando el grano en su entraña, es decir, si vamos más allá de lo literal, buscando la esencia, podremos entonces comprender que el Eterno nos está previniendo de no hacer sufrir a los animales en cualquiera de sus formas. Esta crueldad hacia un animal puede manifestarse a través de las siguientes acciones humanas: indolencia hacia su cuidado, tirarlo al abandono, desaseos y desabrigos, diversiones con animales por medio de funciones crueles (juegos taurinos, coleos, pelea de gallos, entre otros), comerciar sus carnes, pieles y demás miembros sobre la base de su sufrimiento, o acciones de crueldad directas y adrede. Seguir leyendo LA CRUELDAD HACIA LOS ANIMALES