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Feminismo, evolución y los nuevos retos del hombre

   

El feminismo[i] hoy en la sociedad masculina muestra efectos diversos. Uno de estos es el cambio en las oportunidades masculinas para comprender a las mujeres de forma colectiva.El rol de la mujer esta cambiando constantemente y esto crea la percepción  de que el rol del hombre debe cambiar. Este discurso trata de averiguar  si lo último es acertado. Por otra parte trataremos de responder si es que los hombres debemos ver el feminismo como algo diferente de lo que se nos ha hecho creer. Es decir, si debemos verlo como una oportunidad para comprender la evolución humana mas que como un cambio de roles. De esta forma comprender que podríamos, como sociedad masculina, estar frente a expectativas en favor de la evolución del planeta que no fueron cubiertas bajo la perspectiva de las mujeres de forma colectiva. ¿Sera que oculto en el llamado feminismo existe una responsabilidad compartida para dar una nueva orientación a la preservación de la especie?


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Pensamientos de quien comienza a retornar

Muchos de los que inician el camino del retorno a la senda de lo correcto, nos cuentan de que se ven aquejados por pensamientos negativos, idolátricos, de rebeldía.

Para entender porque ocurre esto tenemos que comprender que hay diversos tipos de “pensamiento”.

Trataré de ser breve, conciso y esquemático en un tema que es muy complejo.

 

Como sabemos el ser humano está formado por cinco planos: físico, emocional, social, intelectual y espiritual.

Existen cinco tipos (básicos, sin mixturas) de pensamiento, que son acordes a como reciben su energía, orientación y contenido de cada uno de estos planos.

 

Pensamientos enraizados en el plano físico.
Básicamente se manifiestan como: recuerdos automáticos; ideas
“instintivas”; sentimientos (pensamientos primitivos o infantiles);
mecanismos de supervivencia.

 

 

Pensamientos enraizados en el plano emocional.
Básicamente se manifiestan como: imaginación, reproches, burlas;
manipulaciones emocionales; lapsus; olvidos; deseos; recuerdos
reprimidos que surgen como síntomas; fantasía; excusas; automatismos;
fanatismos; religiosidad; sugestiones; ensoñaciones.

 

 

Pensamientos enraizados en el plano social.

Básicamente se manifiestan como: lemas; consignas; parafraseo; repetición de dichos
ajenos; formulismos; juicios; justificaciones; referencias.

 

 

Pensamientos enraizados en el plano intelectual.

Básicamente se manifiestan como: lógica; razón; cálculos; análisis; creatividad.

 

 

Pensamientos enraizados en el plano espiritual.

Básicamente se manifiestan como: inspiraciones divinas; confianza a toda prueba en el Eterno y Su Torá; premoniciones; conciencia de la unicidad de la humanidad; sentir la Presencia del Eterno en todo
momento y lugar; hacer de la Divina Voluntad la propia voluntad.

 

 

Si comprendes lo que estoy expresando aquí, admitirás junto conmigo que la mayoría del tiempo
nos estamos moviendo con pensamientos que parten del plano emocional y se centran en aspectos emocionales.

 

Cuando un noajida comienza su viaje de retorno a la senda de la corrección (Torá permitida y siete mandamientos universales), necesariamente debe irse despojando de las pesadas piedras que porta en su mochila, para ir
adquiriendo nuevos rasgos, más elevados y trascendentes, de plenitud y desarrollo espiritual (y de los otros cuatro planos también). Pero,  estará habituado a pensar emocionalmente, a usar razones del corazón, a
dejarse llevar por sus entrañas (o la moda, o sus ocurrencias) más que por las reglas celestiales.

No podemos esperar otra cosa, por tanto, lo bueno y aconsejable no es plantarse con severidad
de juez para denunciar y sentenciar negativamente esto, sino dar una mano, acompañar el proceso, motivar positivamente, guiar hacia la buena Luz.

 

De a poco el que comienza su retorno irá desarrollándose, creciendo, apaciguando sus planos
inferiores para que predomine su plano espiritual.

 

En ese momento, cuando el noajida esté afianzado en el camino, su plano emocional seguirá
existiendo, continuará deseando, propondrá cosas prohibidas o absurdas,
pero estará dominado y será canalizada su poderosa energía hacia obras de edificación.

 

Por supuesto que esté proceso de crecimiento, este trepar por sobre los obstáculos, son
esfuerzos que van depurando el espíritu de la persona, brindándole posibilidades de irse desprendiendo de las pesadas rocas en su mochila pasada.

Son oportunidades para crecer, para aquel que está confiado en el Eterno y se ha comprometido con responsabilidad en andar la senda de la corrección.

 

 

¿Está claro?

Siento quizás no he sido muy claro, por lo que aguardo vuestros comentarios constructivos;
relatos de experiencias propias del despertar noajico; etc.

Un abrazo cariñoso

Iebarejejá H’ – Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom.

AUTOESTIMA (Capitulo 4)

Por el rav . Azrael Tauber

CAPÍTULO 4

AUTOESTIMA

EN MEDIO DE LA

DIFICULTAD

El pequeño conglomerado alrededor del rabino finalmente se disgregó, y el lobby se vació; un hombre sentado en una silla del salón prendió un cigarrillo. Un judío observante según las apariencias externas. Estaba absorto contemplando las ondas de humo que el cigarrillo prendido hacía revolotear sobre su cabeza. Dejando su cigarrillo para que se extinguiera en un cenicero, se levantó de la silla y empezó a caminar hacia el lobby vacío.

Sus ojos se posaron repentinamente sobre un sombrero negro tirado en el piso, obviamente dejado ahí por accidente. Lo recogió, le quitó el polvo y estaba por dejarlo en una mesa cuando se sobresaltó por una voz. —Oh, debe ser mío. Una pequeña pausa y luego, —Sí, es mío, —dijo el rabino extendiendo sus manos. Había bajado al lobby específicamente para buscar su sombrero.

Aquí tiene, —dijo el hombre regresando el sombrero.

Gracias. Buenas noches.

Igualmente.

Cuando el rabino se había volteado para dirigirse a su cuarto, el hombre repentinamente alzó la voz y preguntó, —¿Dispone de un minuto?

Sí. ¿Cómo te llamas?

Preferiría no decir. Llámeme Reuvén.

Está bien, Reuvén.

Escuché la discusión que tuvo con esas personas después de la conferencia. Usted sabe, con ese israelí.

Sí.

Lo manejó muy bien, rabino.

Gracias.

De hecho, no creo haber escuchado nunca a nadie explicar las cosas así. Hubiera deseado que alguien como usted me hubiera enseñado cuando yo era más joven. Al hacer Reuvén una pausa, se veía que era obvio que tenía mucho en su mente. —¿Podemos sentarnos? —preguntó Reuvén.

Seguro.

Cuando se sentaron en unas sillas del lobby, Reuvén dijo, —Rabino…— pero se detuvo. Obviamente con una lucha dentro de sí; empezó nuevamente y dijo, —Rabino, necesito hablar con alguien.

Adelante, estoy escuchando.

Yo…

¿Sí?

Yo… yo no me siento cómodo hablando de mí. —Reuvén se detuvo—. Estoy en una situación que no comprendo. Siempre he ayudado a la gente. Pero desde que mi negocio se vino abajo, y me quedé con una enorme hipoteca, una familia grande y muchas deudas, he sido como veneno para aquéllos que están cerca de mí. Para hacer la historia corta, no sé si todavía tengo un matrimonio. No soy capaz de tratar decentemente a mi esposa y mi familia. Sé que está mal, pero no puedo hacer nada. No quiero estar así. Pero las cosas que me han pasado están más allá de mi capacidad de resistencia. No entiendo por qué Hashem me ha hecho esto a mí. Siempre ayudé a la gente.

¿A toda la gente?

Sí.

¿Incluyéndote a ti?

¿A mí?

Sí, tú también eres un judío. ¿Te ayudas a ti mismo?

Reuvén hizo una pausa. —Yo creo que usted ya dio con el problema. Yo me descuido.

Si tú te descuidas, no puedes comprender realmente las necesidades de otros. Veahabta lereaja kamoja, ‘Ama a tus semejantes como a ti mismo’ enseña que si tú no te amas a ti mismo, no puedes amar realmente a tus semejantes. Si tú maltratas a tus amados, es porque te maltratas a ti mismo. Eres amigo de todos excepto de ti mismo.

Reuvén metió la cabeza entre las manos y dijo: —¿Pero no es todo el propósito de la Torá ayudar a otros?

Finalmente. Pero primero te tienes que ayudar a ti. Conoces el famoso caso de dos personas que están perdidas en el desierto con agua suficiente para que sólo una de ellas sobreviva. Rabí Akiva nos enseña que una persona tiene la obligación de primero salvarse a sí misma, jayeja kodmin, ‘Tu vida, primero’. Tiene que tomar de su cantimplora, aun si eso significa que el otro va a morir de sed.23 Éste es el mismo Rabí Akiva que dice que ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo’ es el gran principio de la Torá.24 No hay contradicción. La persona primero tiene obligación hacia sí misma, y sólo después puede dar ayuda apropiada a los demás.

El Rebe de Tzans dijo que cuando era joven, se había propuesto salvar el mundo entero. No obstante, cuando se hizo un poco más grande, concluyó que el mundo estaba más allá de su capacidad para arreglar, así que redujo sus objetivos y se propuso arreglar su ciudad. Años más tarde, se dio cuenta que eso también estaba más allá de sus medios, mientras tanto, su familia estaba carente, así que trató de arreglarla. Ya como anciano, dijo: ‘¿Por qué estoy tratando de arreglar a mi familia? Debo arreglarme a mí mismo’. ¿Si una persona no puede arreglar el mundo que está dentro de él, qué esperanza tiene de arreglar el mundo que está fuera de él?

Sé mejor que nadie que estoy lejos de la perfección, —dijo Reuvén—, pero todavía tengo mucha Torá y mitzvot en mi poder.

Aun las personas con Torá, no están inmunes de descuidarse a sí mismas. Es posible hacer de la Torá algo cosmético e ignorar totalmente tu personalidad. Es por esto que la Torá enseña: derej eretz precede a la Torá. Derej eretz, respeto por otros que emana del autorespeto, de la dignidad. Primero debes respetarte a ti mismo para poder respetar a otros. Derej eretz, entonces, un sentido de valor propio, debe preceder a la Torá, de otra manera, hasta la Torá se puede volver una vestidura externa dependiente del valor propio y no una herramienta para desarrollar el verdadero yo.

¿Está usted diciendo entonces, que yo he sido castigado por haber descuidado mi persona?

No estoy diciendo nada acerca de castigos. Todo lo que estoy diciendo es que hay una causa de tu problema. Si arreglas eso, otras cosas caerán en su lugar.

No me malinterprete —agregó Reuvén—. Aprecio el hecho de que usted está hablando conmigo pero, ¿de qué me sirve entender mi problema si todavía tengo deudas enormes, un matrimonio desintegrado, no tengo ingresos y todos mis otros problemas?

Te regreso la pregunta —dijo el rabino—. ¿De qué te sirve acabar con tus deudas y superficialmente corregir todos tus problemas si no llegas a la raíz de tu problema?

Ganaría un poco de alivio.

Eso tiene un valor, —dijo el rabino—, pero tarde o temprano tienes que localizar la causa si quieres curar la enfermedad. Los problemas son síntomas. Un síntoma es un regalo si lo interpretas correctamente y lo usas para curar la enfermedad—. El rabino se detuvo por un momento y luego dijo,  Déjame preguntarte algo Reuvén, ¿para qué construye una persona una casa?

Para protegerse.

Sí, pero más aún, tiene una necesidad de sentirse arraigado, necesita un hogar. La casa es solamente un medio para producir un hogar. Si uno descuida la idea del hogar mientras se ocupa de construir una casa, daña su objetivo original. Esto es porque la casa es sólo el medio para construir un hogar. No obstante, ¿cuántas personas conocemos y cuántas historias hemos oído de personas que se esclavizan a sus carreras a fin de poder tener una hermosa casa, pero descuidan su matrimonio, sus hijos y a sí mismas? Tienen mansiones vacías. Y probablemente sientan el vacío pero están imposibilitadas para detener el impulso de largos años persiguiendo el medio mientras olvidaban el objetivo.

Ahora, ¿qué es lo mejor que Hashem puede hacer por tales personas, una persona que básicamente es buena, pero que ha olvidado la idea de construir un hogar en su búsqueda de construir una casa? Primero, Él le dará signos de que ha perdido de vista el objetivo, y si él no lee los signos, Hashem en Su misericordia, le quitará la casa porque se volvió un obstáculo para su objetivo real. Perdiendo la casa, él puede ganar un hogar.

Por otro lado, si Hashem sabe que una persona es tan materialista que no va a pensar siquiera dos veces en perder su casa, Él podría permitirle conservar la casa o el matrimonio superficial, o la relación débil con sus hijos. Éste es un castigo peor. Es algo permanente; algo con ramificaciones permanentes. Sin embargo, cuando Hashem castiga a la gente que ama, no es de ninguna manera permanente. Y por lo tanto, no es realmente un castigo. Él quita a fin de que la persona gane al final.

Entonces, ¿usted está diciendo que en la persecución de los medios del objetivo yo olvidé el objetivo en sí?

Eso es lo que estoy sugiriendo. El objetivo de la Torá puede ser ayudar a otros, pero al primero que debes ayudar es a ti mismo. Hashem no quiere que estés satisfecho con un entendimiento superficial o incompleto de ti mismo, sino quiere que llegues realmente a la raíz de quién eres tú, limitando o eliminando ciertas cosas externas que te dan un sentimiento falso de valor propio. Sufres porque eres merecedor del amor de Hashem.

Entiendo lo que me está diciendo —replicó Reuvén—. Y me gustaría creer que soy digno del amor de Hashem. Pero tal vez no soy merecedor de Su amor. Quizá Él me está castigando realmente.

¿Tú eres un judío ¿correcto?

Sí.

Kol Israel yesh lahem jelek leolam habá, ‘Todos los judíos tienen una porción en el mundo venidero’.25 El solo hecho de que seas un judío, quiere decir que Hashem muestra favor especial hacia ti. Además de eso, tienes Torá y mitzvot en tu mérito. Mientras sigas siendo una persona sincera que quiere mejorarse a sí misma y a otros, Hashem te puede estar dando golpecitos, pero no es un castigo. Él sabe que finalmente obtendrás provecho de la dificultad. Por lo tanto, no te dejes vencer. Tu dificultad es suficiente sufrimiento. No lo compliques negando tu valor interno.

¿Pero cómo puedo convencerme de que tengo algún valor si soy un fracasado para todos los que me rodean?

Mientras más notable es la persona, más se espera de ella. Cuando Hashem piensa que una persona es fuerte y meritoria, Él generalmente le quita las cosas que más quiere. Tú te volviste un fracaso, un fracaso para tus hijos, para tu familia, para tus amigos, para tu sociedad. Te das cuenta ahora cuán solo estás. Sin embargo, cuando todos tus recursos externos que te dan valor se colapsan, descubres algo: que de cualquier modo, todo siempre dependía de ti. El status y las posesiones no eran intrínsecas. Una mañana te miras en el espejo y dices, ‘¿soy un fracaso para mí? Hashem puso Su tzelem Elokim, Su Imagen Divina en mí. Él me creó. ¿Acaso puedo ser un fracaso? En este punto te descubres a ti mismo. A partir de ahí, puedes reconstruir tu propia imagen.

Pero ¿tiene que ser a través de la pérdida de todo lo demás?

A veces. La Mishná enseña:26 ‘¿Quién es rico? Aquél que está contento con su parte’. Si él está contento con su parte en tanto que está viviendo en la pobreza, entonces si se volviera rico no se echaría a perder por el dinero. Sin embargo, uno que no puede encontrar satisfacción con las cosas simples cuando sea rico, será destruido por el dinero. Por supuesto, somos parte de este mundo material, y está aquí para que nosotros lo aprovechemos. Sin embargo, no vale nada si aprovechándolo perdemos nuestro yo. Solamente aprovechando primero nuestro yo, el aprovechar los elementos del mundo tiene permanencia y significado. Si descubres tu valor interno mientras estás privado de ciertas cosas esenciales, entonces después, cuando la normalidad vuelva a tu vida, la tomas con el conocimiento de que nunca más vas a cambiar los valores reales por valores externos.

Debes tener el favor de Hashem, —añadió el rabino—, de otra manera Él te dejaría tener las cosas fácilmente. Debes ser capaz de sobreponerte a tu desesperación. Hashem solamente desafía a una persona que Él sabe puede perseverar y sobreponerse. Debes creer en ti mismo tanto como Él cree en ti.

Reuvén dejó salir un profundo suspiro y dijo: —Lo que usted está diciendo está bien, rabino. Pero conmigo es una desgracia tras otra. ¿Cómo me puedo sentir bien de mí mismo si todo alrededor de mi vida se está deshaciendo?

Dijiste que me escuchaste hablar antes acerca de la autoestima —dijo el rabino—. ¿Tú crees que lo que dije se aplica solamente cuando las cosas van bien? Muy por el contrario, se aplica igualmente, si no es que más, cuando las cosas no van bien.

Yo creo que entiendo eso, —dijo Reuvén—, pero no obstante, no sé cómo creerlo. Usualmente yo soy el que dice a las personas que tengan fe, sin embargo, ya que he estado sufriendo enormemente no puedo convencerme a mí mismo de eso.

Tampoco te afecta si no puedes entenderlo o porque no puedes entenderlo con suficiente profundidad todavía. De cualquier modo, déjame tratar de ayudarte. Vamos a asegurarnos que entendemos qué quiere decir ser creado betzelem Elokim, a la imagen de D os.

Llenando la Brecha

Tzelem Elokim,—el rabino empezó a explicar—, es algo en todos nosotros. Si Hashem es el Creador, entonces una de las cosas creadas a Su imagen, implica que nosotros también podemos volvernos creadores, no solamente creadores de algo a partir de algo, sino creadores como Hashem de algo a partir de nada. Desafortunadamente, tendemos a utilizar el hermoso poder de la creatividad para crear nada de la nada. Tomamos el mundo material, que es una gran nada por sí mismo, y usamos nuestro tzelem Elokim para crear más nada, más de este mundo, olam hazé. En realidad, se nos dio la nada de este mundo material a fin de reconstruir la materia en algo, es decir, en espiritualidad, olam habá.

Y cuando digo el mundo material, no me refiero sólo a los objetos físicos de este mundo, sino también toda circunstancia de la vida en la que nos encontremos. Todas las formas de sufrimientos, son la materia prima de la nada de la que podemos construir algo. Y la regla es que mientras más problemática es nuestra ‘materia prima’, mayor es el potencial de crear algo valioso de ella.

Imagina que existe un proceso que puede convertir varios tipos de materia en diamantes, y tienes frente a ti varias máquinas diferentes que pueden realizar este proceso. Una máquina puede convertir oro en diamantes. Otra puede convertir plata en diamantes. Otra cobre en diamantes. Y finalmente, una que pueda convertir basura en diamantes, ¿qué máquina usarías tú? Obviamente la última. Aun si fuera más costosa que las otras máquinas, hay tanta basura en el mundo, basura gratis, que nunca te faltaría materia prima para producir diamantes.

Esto es lo que Hashem hace por nosotros. Cada uno de nosotros es un creador con Él. Estamos aquí para crear algo de la nada. Hashem es el que realmente nos da la habilidad para crear algo. Nuestra contribución a la mezcla es la nada. Nuestras malas circunstancias de vida, nuestros rasgos de carácter indeseables, nuestro yo físico, etc., son la materia prima con la que contribuimos. Si dependiera de nosotros, descartaríamos toda nuestra ‘materia prima’, pero Hashem se asegura que no lo hagamos. Él entrega ‘materia prima’ indeseable a nuestras puertas cada día.

Una persona se queja: ‘Hashem, me diste una tarea de vida muy difícil. Me diste mucha basura: una esposa problemática, hijos problemáticos, un ingreso problemático, rasgos personales de carácter, etc.’ Sin embargo, si Hashem nos lo dio a nosotros debemos decir: ‘Éste es mi potencial’.

Pero aun así no me siento más que engañado por Hashem —dijo Reuvén—. Estoy en una situación tan tremendamente difícil. No veo manera de salir de ella.

Por supuesto, no es cómodo trabajar con basura —replicó el rabino—. Y, regresando a nuestra analogía, vamos a decir que la máquina toma de siete a ocho años en transformar la basura en diamantes. Una persona muy bien podría decir: ‘No quiero estar trabajando con basura por seis o siete años’. Sin embargo, está miope. Cuando todo lo que ves es la basura, por supuesto que vas a decir que no la quieres. No obstante, si vislumbras el resultado final, puedes tener paciencia mientras el proceso de transformación prosigue.

Cierto, tal vez sólo tome siete u ocho años antes que la basura se transforme en diamantes —remarcó Reuvén—. Pero tal vez tome 70 u 80 años.

Aun así, en relación con diamantes espirituales, ¿qué son 70 u 80 años comparados con la eternidad? El punto es que si solamente apreciáramos lo que estamos haciendo acá en este mundo, ya poseeríamos el cúmulo de fuerza necesario para sobreponernos a cualquier situación. Si Él nos tuvo confianza con todas nuestras dificultades, pruebas y debilidades, no existe obstáculo que no podamos vencer. Y después de todo, Él nos dio las circunstancias de vida porque ninguno de nosotros se ofreció nacer y que le fueran dadas esas circunstancias.

Decir que Hashem te engañó al darte tantos déficit personales, pero no te dio al mismo tiempo las habilidades para transformarlos en ventajas, es acusar a Hashem de no saber lo que Él está haciendo. Si Hashem nos creó con deficiencias, Él también nos creó con las habilidades para transformarlas en ventajas. Cuánta gente me ha dicho, ‘tuve una terrible educación, o tuve terribles amigos, o un terrible matrimonio, una terrible situación de trabajo, midot terribles, etc., pero no entienden que eso los hace gente más rica. Toda su basura se puede transformar en diamantes. Decir que no se puede, es decir que Hashem no sabe lo que está haciendo.

¡Hashem sabe lo que está haciendo! —enfatizó el rabino—. Deficiencias, fallas humanas, crueldad, maldad, todas son parte del plan de la creación. Es Hashem el que las creó, y el que permite que sigan funcionando. No obstante, la gente algunas veces se cuestiona: Si Hashem es todopoderoso, perfecto, benévolo, ¿por qué permite que la maldad y la deficiencia existan en el mundo que Él creó? La respuesta es que si Él hubiera creado un mundo completo, no hubiéramos tenido la oportunidad de completarlo.

Déjame darte un ejemplo de la industria de la joyería. El primer paso en el proceso para hacer joyas, es crear un modelo. El modelo es sumergido en un molde suave de yeso, que eventualmente se endurece en una impresión negativa de la joya. Un individuo perceptivo puede observar la impresión y saber cómo quedará la joya. Mientras más profundamente se hunda la impresión en el molde, la pieza de joyería que se produzca será más costosa.

La gente es creada con ciertas naturalezas. ‘Naturaleza’ en hebreo, tevá, se relacionan con t’viá, hundir. A través de entender las deficiencias, la t’viá, la parte hundida, el hueco del molde, llegas a conocerte a ti mismo. Esto es lo que Abraham hizo, y así es como llegó a conocer toda la Torá antes de haber sido entregada en el Monte Sinaí. Abraham era un observador muy perceptivo de la naturaleza humana. Él observaba cómo por naturaleza la gente era proclive a robar, mentir, hacer trampa, asesinar. Él entendía que todas las deficiencias debían tener una contraparte que había sido diseñada para completarla. Así es como Abraham conoció y cuidó toda la Torá siglos antes que fuera entregada en el Monte Sinaí. A través de las faltas de la naturaleza humana, él percibió la perfección de la Torá. La maldad es un duplicado exacto de la Torá en inverso. La maldad, la deficiencia, (el hueco), es la impresión de la Torá, (el relleno).

El ser humano es puesto en este mundo para llenar deficiencias. ¿Cuánto puede lograr una persona? Depende de cuántas deficiencias le han otorgado, de qué tan ‘hundida’ está su naturaleza. Una persona tiene baja autoestima porque cree que no es nada. Se ve a sí misma y ve un hueco. Sin embargo, cada característica negativa que tenemos revela grandeza. Mientras más grande es el hueco, mayor es la cantidad de materia con la que se puede rellenar. En el momento que lo llenas, tu relleno es más valioso que el de aquél que aparentemente no tiene problemas. Por supuesto, el proceso de rellenar el vacío es largo, lento y doloroso. Decir que es imposible, no obstante, es falso. El precio que tienes que pagar puede ser mayor, pero el precio que pagas es una inversión que se te reembolsará con creces al final.

La Torá nos dice que aquél que regresa a Hashem por amor, no sólo se le perdonan sus pecados, sino que se le convierten en méritos.27 Los pecados son el hueco. El propósito final por el que Hashem le dio al ser humano el potencial de pecar fue para que pudiera llenar el hueco causado por el pecado. Cuando puedes ver tu propio hueco y de repente percibir la santidad que fue destinada a llenar el hueco, entonces debes percibirlo como un recipiente potencial de bien. Agradece a Hashem por tus deficiencias y empieza a transformarlas en ventajas que alojan el oro precioso de santidad que estaban destinadas a contener.

Debemos recordar siempre que cuando Hashem creó el mundo con deficiencias, Él sabía lo que estaba haciendo. Analizó nuestras almas y vio lo que cada uno de nosotros podía lograr. Luego nos colocó en un mundo donde tenemos las deficiencias exactas y necesarias para hacer salir nuestro potencial. Decir que Hashem no nos dio las habilidades para sobreponernos a nuestras deficiencias, es decir que Él no sabía lo que estaba haciendo cuando creó el mundo. Pero Él sí sabía. Debemos mostrar tanta fe en nosotros como Él la mostró en nosotros.

Reuvén,—dijo el rabino levantándose de la silla—, realmente se está haciendo muy tarde y todavía tengo que dar muchas clases este fin de semana. Debemos platicar más. Quizá todavía hay más personas u organizaciones de Jesed que no has contactado. De cualquier forma, espero haberte ayudado con el primer paso. ¿Por qué no llamas a tu esposa mañana y le pides que venga por el fin de semana? Todavía tienes mañana por la tarde, todo el Shabat y el domingo.

Hmmm. Puede que no sea una mala idea.

Estaré muy complacido en hablar con ustedes dos, pero por favor discúlpame ahora.

Muchas gracias rabino. Creo que llamaré a mi esposa.

Bien.

Antes de que el rabino se dirigiera a su cuarto, añadió: —Déjame dejarte con este pensamiento. Tú sabes por supuesto, que el pueblo judío, como un todo y como individuos, está sufriendo ahora tanto, si no más que siempre. La tuya no es la única historia de ese tipo, desafortunadamente. Yo digo esto, no para hacerte sentir mejor a través del sufrimiento de otros, sino para iluminarte sobre cuán especial es el tiempo en el que estamos viviendo.

No vas a encontrar una familia judía en algún lugar en la actualidad, que no esté de algún modo, sufriendo. Problemas financieros, problemas familiares, uno que no tiene hijos, uno que tiene muchos hijos, uno que tiene hijos enfermos, y así sucesivamente; cada judío hoy en día es víctima. Somos víctimas del Holocausto, no sólo del Holocausto nazi, sino también del Holocausto Espiritual Occidental. Hitler se llevó seis millones, pero todavía más judíos se han perdido en Norteamérica y el occidente. Un judío ahora tiene el derecho a preguntar: ¿Qué es lo que Hashem está haciendo? La respuesta básica es: éste es el hueco. Está acá para que nosotros lo llenemos. Estamos viviendo quizá en el rincón más profundamente oscuro de la historia. Pero no te deprimas acerca de lo que está pasando en estos tiempos. Úsalo para descubrir tu potencial y hazlo salir.

AUTOESTIMA Capitulo 2.

CAPÍTULO 2

PERSPECTIVAS

Las hermanas Levine llegaron intencionalmente al hotel unas horas antes de la hora fijada para la primera clase. Desde el momento en que Gail le informó a su hermana mayor Elaine, que planeaba extender su estancia en Israel y tomar estudios de tiempo completo en un seminario para mujeres judías recién observantes, fue como si una cuña se hubiera metido entre ellas. Extrovertida y segura de sí misma, Elaine nunca entendió completamente a su tranquila y más tímida hermana. Pero ahora que su hermana menor se había vuelto ortodoxa — y tenía que estarse recordando a sí misma no usar esa etiqueta enfrente de ella— temía que la grieta entre ellas se ensanchara hasta que no quedara nada de su relación.

Mientras paseaban y platicaban por los alrededores del hotel, lo primero que notó Elaine acerca de su hermana menor fue una confianza interna que nunca antes había reflejado. No era una confianza arrogante — Elaine estaba convencida que Gail era incapaz de ser arrogante — sino una serena seguridad en sí misma. Estaba feliz y triste por este pensamiento. Feliz porque su hermana había encontrado algo, pero triste porque ese ‘algo’ era un ‘algo’ con el que ella sentía, nunca se iba a poder relacionar.

Gail —Elaine remarcó—, estoy feliz de que hayas encontrado tanto significado en tu nuevo estilo de vida, pero confío que no esperes que yo cambie por ti. He venido acá ante todo para compartir momentos muy necesarios con mi hermana, y no para oír a un hombre exponer las maravillas de la sociedad patriarcal.

Ahí estás otra vez —Gail replicó—. ¿Por qué cada palabra tuya debe contener una insinuación negativa acerca de mis creencias?

¿A qué te refieres?

—‘Patriarcal’. Tú sabes al igual que yo, que las feministas lo usan en un sentido despectivo. ¿Cómo puede ser que luches por la igualdad y la eliminación de prejuicios, pero cuando se trata del judaísmo, el sistema de creencia de tu propio pueblo, no dudas en usar adjetivos que indican desprecio y tonos con aire de superioridad?

Escucha hermanita, me has tenido caminando sobre cáscaras de huevo desde nuestra última conversación. Tengo miedo de expresarme. Si quieres que tenga un buen fin de semana, debo ser yo misma. No puedo tener miedo de decir lo que pienso.

A mí no me importa si dices lo que piensas. Todo lo que te pido es que estés un poco más consciente acerca de ciertos términos que expresan insensibilidad hacia la gente y a las cosas con las que yo me he identificado.

Eso es justo. Si digo algo ofensivo, quiero que me lo digas. Pero, al mismo tiempo, debo decir lo que pienso. No quiero tener que preocuparme de desenmascarar un sistema de creencia por lo que es.

¿Tienes miedo que puedas cimbrar las raíces de mis creencias?

Francamente sí.

Bien, he realizado un profundo examen de conciencia y me siento confiada acerca de las cosas que sé. Eso no quiere decir que sé todo, pero si hay algo que no conozco, estoy segura que hay maestros que serán capaces de darme buenas respuestas. Así que no te preocupes por mí.

Si ésa es la forma en que te sientes, entonces contéstame esto: ¿cómo puede una mujer inteligente como tú involucrarse en una religión dominada por los hombres? Y nota que no usé la palabra patriarcal.

Gracias por tu sensibilidad. Contestando a tu pregunta, Elaine, no te has dado cuenta qué tan central y elevado es el papel que la mujer judía desempeña en los círculos de Torá. De hecho, supera por mucho, cualquier cosa que el mundo secular pueda ofrecer.1

¿Cómo puedes decir eso?

El mundo secular ve únicamente las cosas en términos económicos o de poder político. Si una mujer no gana salarios iguales o no maneja el mismo poder político que un hombre, se considera oprimida. Pero la opresión no es resultado primario de fuerzas externas como el dinero o el poder del voto. Existen muchas mujeres prósperas e independientes que están infelices consigo mismas, debido a algún sometimiento interno o debido a que sienten que el reconocimiento externo que la sociedad les da es poco más que superficial. Y, por el otro lado, hay muchas mujeres en hogares observantes de la Torá, que pasan la mayor parte de su día criando niños y pendientes de sus casas, que están felices y realizadas porque tienen una autoestima genuina y porque son apreciadas genuinamente por sus familias, su comunidad y su pueblo.

Y también hay muchas amas de casa infelices.

Pero finalmente, la felicidad no depende de lo económico o de lo político. Sé que esto probablemente te sonará ingenuo, pero existe una manera espiritual de ver las cosas que es totalmente ajena a la manera en que fuimos educadas. En el enfoque de la Torá, cada ser humano es un individuo que juega un papel único en el Plan Divino de la creación, ya sea pobre o rico, hombre o mujer, intelectual o simple. No sé si puedo transmitirte rápidamente el entendimiento que he adquirido el último par de años, pero el papel de la mujer no es inferior al del hombre. Sólo es diferente. Cuando superas ciertas apariencias que el mundo secular afirma que son inferiores, el papel de la mujer judía es mucho más de lo que el mundo secular puede ofrecer.

No puedo entender cómo puedes decir eso. Sin embargo, la verdad es que algunas de mis amigas y colegas están buscando alternativas espirituales. Parece ser una tendencia prometedora. Si tú crees que debajo de la superficie existe finalmente una igualdad, quisiera aceptar que eres sincera. Más aún, voy a admitir otra cosa, si crees que yo no estoy consciente que existen feministas rencorosas, ilusas e incluso antisemitas, estás equivocada. Pero déjame cambiar de tema y preguntarte otra cosa.

Precisamente en ese momento, por el otro lado, se acercaba un hombre con la cabeza gacha, parecía absorto en sus pensamientos.

Éste es el rabino que dará las clases principales —le murmuró Gail a Elaine—. Éste es el momento perfecto para presentarnos, Si tienes una pregunta realmente difícil, es el momento de hacerla. Y no te detengas. Sé tú misma, sólo recuerda ser comprensiva.

Elaine realmente no sentía gran necesidad de preguntarle algo al rabino, pero si iba a preguntar algo, inmediatamente se dijo que iba a ser ‘ella misma’. Sin embargo, Gail empezó a hablar primero.

Rabino, mi nombre es Gail. ¿Recuerda que hablé con usted hace algunas semanas en Israel?

Sí, y ésta debe ser tu hermana de la cual me hablaste. Gusto en conocerte.

Igualmente, —dijo Elaine.

Rabino, —dijo Gail—, mi hermana tiene muchas preguntas.

Entonces ha venido al seminario correcto.

Vamos Elaine, pregúntale al rabino tus dudas.

Rabino, —respondió Elaine—, mi hermana está un poco ansiosa por mí. Realmente estoy aquí para visitarla, no por mi propio interés. Mis preguntas realmente no son teológicas, sino acerca de su bienestar. Y para ser honesta, estoy un poco preocupada por ella. Estoy preocupada por el estilo de vida en el que se ha estado involucrando.

¿Qué te preocupa exactamente?

Fuimos educadas en un hogar muy liberal, donde el intelecto y la independencia eran estimulados. De hecho, cuando crecí y me empecé a desarrollar intelectualmente, llegué a cuestionar algunos de los valores de mis padres, que a pesar de que eran lo que ellos llamaban liberales, para mí eran muy tradicionales. En todo caso, ahora mi hermana se ha ido aparentemente al otro lado. Se ha vuelto muy tradicional en su perspectiva. Mucho más de lo que yo me podía haber imaginado. Y eso me preocupa. Usted verá, intelectualmente, no podría estar más en desacuerdo con los orto…, quiero decir con el judaísmo tradicional. Soy una pensadora independiente. Y aun poniendo a un lado el tema del papel de la mujer en el judaísmo, no puedo entender cómo algunos de los valores morales del judaísmo existen todavía. Éste es un mundo moderno. No estamos viviendo en la Edad Media.

¿Puedes ser más específica?

Tome la institución del matrimonio por ejemplo. ¿Qué derecho tiene su Torá para prohibir ciertas relaciones matrimoniales? Si dos personas tienen placer una con la otra, ¿qué puede tener de malo?

La respuesta más directa, con la que comprendo puedas tener dificultades, es que D–os lo prohibe. Por supuesto, uno primero tiene que estar de acuerdo conque existe un D–os y que la Torá es la fuente de Su voluntad para nosotros. Una vez que estamos de acuerdo en esto, sin embargo, la primera pregunta no es qué es lo que mi mente racional piensa que es bueno o malo, sino qué es lo que la Torá dice.2

Entonces, si uno no acepta la primera premisa, es decir, que existe un D–os, no hay nada de malo en ello, —argumentó Elaine.

El que uno no crea en D–os, no Lo hace desaparecer súbitamente, —respondió el rabino—. La existencia de D–os es una verdad objetiva, independientemente de las creencias subjetivas de la persona.

Eso es lo que usted dice. Yo digo de otra manera. Usted tiene que aceptar que mi manera de ver las cosas es tan legítima como la suya.

El que yo lo acepte o no es irrelevante. No hace que la existencia de D–os sea menos real y, si Él prohibe ciertas cosas, entonces el hacer esas cosas es malo, no importando lo que tú o yo pensemos.

Yo lo veo en esta forma, —dijo Elaine—, una persona puede tener dos deseos: hacer lo correcto y ocuparse en cierta actividad. Si la actividad deseada no se opone con el deseo más dominante de hacer lo correcto, entonces, realizas la actividad; si se opone, entonces no la realizas. Pero, si no puedes comprender por qué la actividad deseada está mal, igual la vas hacer. Yo no deseo hacer mal. Si yo no considero mala la actividad con la que me deseo ocupar, la voy hacer. Para poder considerarla mala, sin embargo, debo saber por qué, entender por qué, reconocer por qué. Sólo entonces seré capaz de abstenerme.

Pensando así, estás convirtiendo a tu mente en el árbitro final del bien y el mal.

¿Qué hay de malo con eso? Si no puedo confiar en mi mente, ¿en qué puedo confiar?

Tu mente es sólo una herramienta de tu voluntad. Si profundamente dentro de ti deseas algo, tu mente te va a apoyar no importando qué tan equivocada estés. El ejemplo clásico son los nazis. Su odio contra los judíos estaba tan arraigado en la psique de los alemanes europeos, que era una segunda naturaleza. Todo lo que Hitler hizo fue dar apoyo intelectual a la gente para expresar su voluntad. Es por eso, que si tú le hubieras preguntado a un nazi que si su trato a los judíos era inmoral, te hubiera contestado directamente a la cara, ‘No’. Su intelecto habría apoyado su voluntad. Los judíos eran alimañas. Eran parásitos. Tenían un plan para controlar el mundo. Él y Hitler le estaban haciendo un gran servicio a la humanidad matando judíos y estableciendo a la raza aria como los dueños del mundo.

Usted no puede usar a los nazis como un ejemplo de la debilidad del intelecto.

Al contrario. En general, el pueblo alemán era considerado como uno de los pueblos más avanzados intelectualmente en la historia del mundo, poseyendo las más renombradas universidades. Y ¿tú sabías que más de un tercio de los comandantes de los campos de concentración tenías doctorados de universidades? El punto es que si una persona – cualquier persona – quiere involucrarse en un asesinato o una relación prohibida, esta persona tenderá a desarrollar una filosofía para acomodar sus deseos, no importando qué tan dotada esté. La mente racional es una herramienta de la voluntad. Es como una marioneta de las pasiones humanas para discernir la verdad. Por lo tanto no se puede depender sólo de ella para juzgar entre el bien y el mal.

Pero la religión judía no puede ser verdad. Ha sido usada por los hombres para oprimir a las mujeres.

Eso no es verdad.

Sí lo es. No puede negar que en un típico shtetl europeo, se esperaba que las mujeres se quedaran en su casa, trabajaran extremadamente duro y permanecieran ignorantes. Si esto no es opresión, entonces no sé lo que es.

Primero, si las mujeres estaban oprimidas, era porque los judíos estaban oprimidos. Los hombres tenían que resistir la opresión de la pobreza y la persecución, no menos que las mujeres. Dentro del hogar judío promedio, no obstante, había respeto, dignidad y honor para todos, especialmente para la mujer. Cuando Shabat llegaba, aun la casa más pobre se transformaba en un palacio de tranquilidad; la mujer, nos enseña la Torá, es el epítome de Shabat. Ella es la eshet jayil, ‘mujer valiosa’, la Reina de Shabat, que irradia tranquilidad y fuerza interior. El Talmud nos dice que por el mérito de las mujeres justas, el pueblo judío fue salvado de Egipto.3 En forma similar, se nos enseña que en el futuro vamos a merecer la redención debido a las mujeres justas. El pueblo judío ha resistido los últimos 2,000 años en el exilio explícitamente por las mujeres quienes fortalecieron el hogar judío, y todo erudito judío sabe esto.

¿Cómo es que las mujeres judías eran ignorantes?

Ése es un mito creado por los librepensadores. Las mujeres judías tenían que ser educadas en todos los detalles de la ley de la Torá que eran relevantes para ellas si iban a dirigir una casa completamente observante. Y esto es un conjunto extremadamente vasto de leyes y detalles. Si las mujeres judías de la actualidad tan solo supieran una fracción de la información que nuestras tatarabuelas sabían, no estaríamos en este terrible callejón en el que estamos. Y aún más allá de las innumerables y minuciosas leyes que debían saber, esas mujeres judías poseían un temor a D–os tan profundo que impregnaba su hogar. No es una exageración decir que la mujer judía ha sido el verdadero cimiento para las grandes figuras de Torá a través de los tiempos.

Ése es el problema. ¿Por qué necesitamos temer a D–os? Tenemos ciencia. Tenemos tecnología. Tenemos conocimiento. ¿Para qué necesito a D–os si tengo mi propia mente?

Ésa es la intolerancia del punto de vista secular; no ganaron nada arrojando a D–os. Todo lo que hicieron fue hacer de la mente humana su dios. Una y otra vez, las ideologías fabricadas por el hombre no han producido nada más que sistemas que oprimen a otros. Nadie puede negar el hecho que algo define la realidad por ellos. Mientras que los judíos observantes de la Torá confían en el D–os de la Torá, el Creador de la ‘realidad’, que es benévolo, omnisciente y verdadero pastor de Su pueblo, un librepensador pone su confianza en la mente humana, este instrumento siempre moldeable que puede ser manipulado muy ingeniosamente y de manera relativamente fácil.

Pero de acuerdo a lo que usted está diciendo, —respondió Elaine—, una persona nunca debería pensar. La mente es inútil.

D–os no quiera. La mente es una maravillosa y vital herramienta.

Pero usted dijo que es algo en lo que no se puede confiar.

Sí, cuando se mantiene sola sin ninguna guía divina, o cuando una persona es esclava de sus deseos materiales o egoístas, de su propia voluntad. Sin embargo, cuando la persona lucha contra sus deseos egoístas para buscar apegarse a la Voluntad Divina, entonces la mente se vuelve un instrumento vital para discernir la verdad y aplicarla a circunstancias particulares de la vida.

Todo lo que estoy diciendo es que la mente por sí sola es limitada, y la historia ha comprobado una y otra vez qué tan imperfecta es. Por lo tanto, probablemente lo más racional que una persona puede buscar es la Voluntad Divina y afinar su mente para estar en armonía con ella.

No puedo aceptar lo que usted está diciendo. Yo tengo que hacer las cosas si les encuentro sentido. Y solamente me voy abstener de hacer cosas que no tienen sentido para mí. Es retrógrado pensar en atenerse al argumento de la Voluntad Divina.

No es retrógrado. Es la idea más progresista. Atenerse a la mente humana es la forma de la moralidad pre-Sinaí. Antes de la revelación en el Monte Sinaí, la moralidad se definía con la razón humana; eran llamados los siete mandamientos de Noaj. Cuando D–os dio la Torá en el Monte Sinaí, los siete mandamientos de Noaj se volvieron anticuados.

¿Qué son los siete mandamientos de Noaj?

Son siete leyes que apelan a la mente racional, tales como no robar, no asesinar, no ser un adúltero, etc. Desde el tiempo de Noaj y, continuando hasta la actualidad, los no judíos son responsables de cuidar los siete mandamientos universales porque son dictados por la lógica. Sin embargo, por ejemplo, esto es lo que hace la observancia de ‘no robar’ para los judíos diferente a la de los no judíos.

¿El mandamiento judío de no robar es diferente al de los no judíos?

Sí. Pregúntale a un justo gentil por qué no debe robar y él te va a decir que si no hubiera respeto por la propiedad de otros, no habría ley ni orden. La sociedad se destruiría. Por lo tanto, la sociedad debe tener leyes para disuadir el robo y castigar a aquéllos que roban. En otras palabras, la prohibición en contra del robo, como de todos los otros siete mandamientos, tienen una filosofía. Y la filosofía dicta la ley.

Cualquier religión basada en los siete mandamientos de Noaj, es una religión válida, —continuó el rabino—. Y más gentiles deberían ser seguidores fervientes de tales religiones. Sin embargo, cuando una ley es ley porque se adapta al entendimiento humano, está, por definición, limitada al entendimiento humano. Un judío, por el otro lado, es parte del pueblo que estuvo parado al pie del Monte Sinaí donde D–os reveló el bien y el mal, lo moral y lo inmoral; esto está finalmente más allá de la razón humana. Para un judío del Sinaí, la ley dicta la filosofía. Y ya que es una ley divina, las razones filosóficas subyacentes deben ser las razones filosóficas fundamentales. Por otro lado, ya que la ley de la Torá es divina, esas razones no son necesariamente comprensibles a la limitada mente humana.

Por lo tanto, un judío no roba porque D–os le ordenó no robar, no porque tenga sentido el tener leyes en contra del robo. Si por alguna razón, de su mente surge un racional que le permita robar, aun así, no debe robar porque la Torá le dijo que no.4 Por ejemplo, si un judío toma dinero de otro y aunque tenga la intención de regresarlo inmediatamente, está, no obstante, transgrediendo el mandamiento de no robar. O digamos que un pobre toma diez dólares de un millonario. Es un ladrón. Él debe tener fe en que D–os sabe que él necesita dinero y que si tiene derecho a ese dinero, lo va obtener por una vía legítima.

Pero ¿el millonario no lo necesita? —preguntó Elaine.

Eso no importa. La persona no sólo tiene una obligación social de no robar, tiene obligación consigo misma y con D os. D–os va a emparejar las cosas al final. El judío se debe apegar a la Voluntad Divina, porque es Divina, no porque le parece que tiene sentido la mayor parte del tiempo. Y ésta es una forma de moralidad más elevada que confiar en valores morales creados y definidos por la mente humana.

Y ¿qué si la Voluntad Divina es irracional?

Si verdaderamente es divina, no es irracional. Te puede parecer, a veces, estar más allá de la perspectiva racional humana, pero esto no la hace irracional. Las razones de D–os son supra–racionales, no racionales. Y es por esto, que creemos que seguir la Torá porque es la voluntad de D–os es más elevado que seguirla porque se adapta a lo que uno piensa que es correcto y bueno.

Simplemente me es muy difícil aceptarlo.

Me doy cuenta que para ti debe ser muy difícil aceptar este punto y respeto tu derecho a ser escéptica. Espero que seas una buscadora de la verdad. Tienes un fin de semana entero para explorar los temas con mayor profundidad. Mi sugerencia es que suspendas temporalmente tu escepticismo a fin de que puedas ver otra perspectiva bajo una nueva luz. Te podría sorprender cuánto sentido tiene.

Rabino, —dijo Elaine con una seriedad no revelada previamente—, no estoy aquí para ver la luz. Y no estoy aquí para tener una mente abierta acerca de la religión. Estoy aquí porque estoy preocupada por mi hermana menor. Y ésta es la única razón por la que estoy aquí. Quizá ha encontrado algo que ella cree la hace feliz, pero en esencia, yo sé que está huyendo de sí misma.

¡Elaine! —dijo Gail impactada.

Gail, déjame decir mi opinión. Tú sabes que me es muy importante expresar mis pensamientos. Gail, existe un nuevo mundo de oportunidades para las mujeres. Está lejos de ser perfecto, pero ¿por qué querría una mujer en esta época enclaustrarse a sí misma en una religión patriarcal y opresiva?

Elaine, déjame decirte algo. Estás muy equivocada acerca de esto. Primero, la Torá no me prohibe, si yo lo escojo así, perseguir las oportunidades de una carrera que tú crees es tan importante. Segundo, yo no estoy huyendo de mí misma. En mi búsqueda encontré algo que tú, nuestros padres y sus amigos, y nuestros compañeros dimos por sentado. Quizá, tú y ellos son los que están huyendo de sí mismos, sumergiéndose en carreras o filosofías seculares que no pueden llegar al descubrimiento de uno mismo, a la verdad y la realización que acompaña a la Torá.

Pero la religión es el opio de las masas, Gail.

En la actualidad, el humanismo, el laicismo, el materialismo y otros similares son el opio de las masas.

Dices eso solamente porque la religión es una forma fácil y conveniente de sentirse seguro en un mundo inseguro.

Y tú lo dices solamente porque el laicisismo, o lo que sea que tú representas, es una forma fácil y conveniente de deshacerse de la responsabilidad de ser el pueblo elegido, de vivir la Torá.

Si puedo intervenir, —dijo el rabino—, yo creo que las dos tienen buenos puntos: Gail desde su perspectiva e Elaine desde la suya. Admito que estoy de tu lado en este argumento, —dijo el rabino dirigiéndose a Gail—, pero no puedes esperar que tu hermana mayor piense de otra manera en este momento. Ella no ha experimentado lo que tú. Y —dijo dirigiéndose a Elaine—, si realmente tienes en mente el mejor interés por tu hermana, trata de entender su perspectiva, en lugar de criticarla y esperando que la deseche de la noche a la mañana.

Pero yo me siento responsable hacia ella y creo que se ha involucrado con la gente equivocada, —dijo Elaine—. Está huyendo de sí misma,

Y ¿qué yo es ése? —preguntó el rabino.

El yo de la mujer moderna que puede pensar independientemente,

¿Qué hay acerca de su yo judío? ¿Está huyendo de él?

Quizá no, pero yo no pienso que sea importante.

Entonces, qué hay acerca de su yo humano, el yo que es único en cada ser humano, sea éste hombre o mujer, judío o no judío, —preguntó el rabino—. ¿Está huyendo de él?

Supongo que depende de cómo usted defina ese yo.

Estarás de acuerdo entonces, que el único aspecto de ser humano, es el conocimiento de que uno existe, de que uno tiene la capacidad de cuestionarse ¿para qué existo? Después de todo, una mesa no sabe para qué existe. Un animal no conoce para qué existe. Nada más el ser humano se hace la pregunta: ¿para qué existo?

No voy a estar en desacuerdo con usted, —dijo Elaine—, pero es por eso que tenemos la ciencia, que nos ha dado acceso para conocernos a nosotros mismos y de conocer nuestro lugar en el universo como nunca antes. Ha habido una explosión de conocimiento en el último siglo. Deje que Gail se convierta en científica si quiere descubrir los secretos del universo.

Entiendo tu punto, —respondió el rabino—. La luna, las estrellas, los lugares más alejados del espacio; el cuerpo, los órganos, los microorganismos; la humanidad, como un todo, ha explorado el espacio exterior y el espacio interior hasta el punto que ha acumulado una increíble cantidad de conocimientos sobre virtualmente todo. Sin embargo, yo sostengo que un tema permanece muy desconocido, poco investigado. De hecho, este tema no es solamente el menos conocido, sino el que menos se desea conocer. La naturaleza humana incluso rechaza el pensamiento de investigarlo.

¿Qué? ¿La religión?

No. El propio yo de la persona. La actividad más dolorosa para una persona es girar todos los grandes microscopios y telescopios hacia el interior de sí mismo para examinar quién es y para qué existe. Ésta es la ruina hasta de los idealistas en la actualidad. Políticos, humanitarios, ecologistas, aun la gente que pelea por los derechos de los animales y que ponen en sus automóviles, ‘Yo freno por los animales’, cuida y se preocupa por todo en el mundo, pero cuando llega a ese pequeño ‘yo’, todo se ignora. Deliberadamente se comprometen en cuanta buena causa haya alguna vez sido inventada, sólo para acallar su conciencia que sabe que deberían estar usando ese esfuerzo para conocerse a sí mismos, para descubrir quiénes son y de cómo deberían estar realizando el ‘porqué’ del universo.

Es por esto que tu hermana no está huyendo de sí misma, —concluyó el rabino—. Ella ha mostrado independencia de espíritu para elevarse sobre las tendencias populares, intelectuales o idealistas de su generación, que a pesar de su brillo y deslumbrante cantidad, no abordan satisfactoriamente la cuestión más esencial: ¿para qué estamos aquí? No obstante, tu hermana ha ido directamente al corazón del asunto. Fue capaz de mirar más allá de un aspecto que pudo haberla desilusionado cuando era menor, porque ella quiere la verdad. Ella quiere saber: ¿por qué? La mayoría de las personas pueden estar huyendo de sí mismas, pero tu hermana no lo está haciendo.

Seguro, —replicó Elaine—, la gente huye de sí misma. Pero ¿quién dice que usted tiene las respuestas? ¿Quién dice que hay una respuesta? ¿Qué si no existe respuesta del porqué estamos acá?

Ésas son preguntas legítimas. Si son sinceras y tú eres una persona honesta, tengo confianza en que encontrarás las respuestas a ellas un día.

No en la religión. No en el judaísmo ultraortodoxo.

¿Cómo puedes estar tan segura? ¿Alguna vez investigaste la Torá como tu hermana lo hizo?

No, yo no veo qué pueda ganar con eso.

Pero puede ser que tu verdadero yo se encuentre detrás de esa puerta que tú has cerrado, arrojado la llave, y concluido que está vacía sin nunca haberla abierto. Recuerda, no importa qué tan inteligente sea una persona, existe una tendencia a escapar de uno mismo, de escapar de lo que está más cerca al corazón.

Conozco lo suficiente para saber que no puede ser verdad.

¿Alguna vez estudiaste de fuentes primarias, de personas que siguen la Torá? Y no estoy hablando de lo que escuchaste de extraños, leíste en el New York Times, o estudiaste en una clase de religiones del mundo. Estoy hablando acerca de ti, de ti misma. ¿Alguna vez trataste de vivir entre judíos observantes de la Torá y sinceramente trataste de aprender sus costumbres? ¿Alguna vez trataste de hacerlo por dos años? ¿Dos meses? ¿Dos semanas? ¿Alguna vez hablaste francamente con un judío realmente conocedor de la Torá?

No puedo decir que lo haya hecho, pero no es importante para mí. No es realmente parte del yo con el que me identifico.

Pero tú eres judía ¿no es así?

Sí.

¿No crees que merece consideración junto con el hecho de que eres una mujer, una estadounidense, un ser humano nacido en el siglo veinte? ¿No crees que por lo menos merece que tú tengas tu mente algo abierta en relación a ello?

No. Pienso que no soy capaz de tener una mente abierta acerca de ello.

Acepto tu honestidad. Y la respeto. Pero, ¿al menos puedes entender por qué tu hermana piensa que merece consideración y tiempo? —el rabino hizo una pausa y luego agregó—. Por la razón que hayas decidido venir a visitarla este fin de semana, ya estás acá. Trata de aprovechar la situación. Si no puedes tener una mente abierta por tu propio bien, por lo menos sé lo suficientemente abierta para ser capaz de obtener un mayor entendimiento acerca de lo que tu hermana es.

Déjela ser abierta acerca de mi punto de vista.

Ella lo era. Crecieron juntas en la misma casa; fueron a la misma escuela, leyeron los mismos libros, vieron los mismos programas de televisión. Ella ya pudo ver el mundo de alguna manera como tú lo ves. Ahora tienes una oportunidad por primera vez de empezar a ver el mundo como ella ha llegado a verlo.

No estoy aquí para decirte qué hacer, —concluyó el rabino—. Sin embargo, tienes un fin de semana entero con tu hermana que ha hecho grandes cambios en estos dos últimos años. Tú no puedes llegar a entenderla si no te pones tú misma, por lo menos un poco, en su lugar. Y este fin de semana es un enfrentamiento con lo que ella ha estado haciendo por más de dos años. Ella no te va abandonar a ti ni a tu familia. Tendrás todo el tiempo que necesites para platicar con ella. Ahora tienes la oportunidad única de aprender acerca de algo que es muy importante para ella. Por lo tanto, si no por otra razón, espero que te quedes.

De cualquier forma, tengo que disculparme, —dijo el rabino—, porque todavía tengo mucho que preparar. Estaré más que complacido de continuar esta conversación después que el seminario haya empezado. Mientras tanto, disfruten su tiempo juntas.

 

Por el RAV. AZRIEL TAUBER.

Resp. 110 – Compromiso y crecimiento

Moré Yehuda, tenga usted buen tarde,

Se que anda muy ocupado, asi que tratre de ser conciso.

En un mail pasado le comente acerca de una relacion que tengo con una amiga, ella es separada hace ya casi dos años (no se ha concretado el divorcio legal), vive con su hijo, y somos muy amigos, muy cercanos, alguna vez tuvimos un encuentro sexual breve, pero yo me aparte para alejarme del error (fue solo una ocasion).

Yo la considero una buena mujer, buena madre, y me atrae bastante (tiene
39 años, y yo 30).

Leyendo los siete colores del arcoiris, habla que la normatividad para los
no-judios, es que no se requiere de ningun documento para que ella este
divorciada. Ademas de que no tiene contacto sexual con su marido hace
tiempo, y que ella fue la que decidio divorciar al marido. Lo que la hace
una mujer libre.

Y , por mi parte, encuentro que quiero un hijo, (varios), y pensando en que
ella seria la madre de uno de ellos, estaria escogiendo una buena madre y
mujer. Ademas de que la relacion entre nosotros dos es de respeto y de
entendimiento.

De yo tener un contacto con ella, no usaria un metodo anticonceptivo de
barrera, y estaria dispuesto a asumir la responsabilidad de un hijo.

Pero tambien, creo que quiero mas hijos, y que quiza ella no los pueda tener
conmigo, asi que en algun momento pensaria en tener otra esposa para tener mas, todo dentro de la confianza y sin acudir al engaño

Y la edad es para mi algo de tabu, pero no por verguenza, sino por el tiempo
de fertilidad, de ella que no esta muy lejos de terminar.

More, por favor, digame, ¿estoy en un error, al querer estar con ella
intimamente, contando con todo lo anterior?

A ella le encanta la idea de tener un hijo conmigo. Y yo estoy dispuesto a
tenerlo, ser el padre, con todo lo que implica.

More, gracias una vez mas por la luz.

Un Abrazo,

Pablo M.
Guatemala

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Resp. 108 – Los patriarcas hebreos y la instrucción celestial

En el punto 1 "A tu encuentro con la Tora" Dicen que el mensaje de la Tora no reposa su mensaje en la fe,sino en la Verdad. Estoy de acuerdo. Pero quisiera preguntar que pasa con los Patriarcas, no habia Tora en su epoca, pero en Genesis dice que Abraham creyo a D-os. La vida de Abraham fue sobre la base de su fe en D-os, y se dice que fue llamado amigo de D-os. Solamente esta observacion. Gracias y shalom.

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La emotividad, como prisión o como liberación

La prisión
Las religiones del mundo se disfrazan de espiritualidad, pero sus fundamentos se encuentran exclusivamente en el plano de lo emocional.

Carecen en absoluto de cualquier partícula potable de espiritualidad, ya que la espiritualidad ES seguir las enseñanzas de la Torá (en lo que a cada uno compete) y cumplir con los mandamientos que el Eterno ha encomendado a la persona. Siete mandamientos fundamentales para las naciones y 613 para los judíos, tal el Camino a la espiritualidad de acuerdo a como el Creador y Sostenedor del Mundo ha decretado.

Por tanto, las personas que están en religiones, que son «religiosas», están padeciendo una enorme hambre de espiritualidad, que ilusamente intentan tapar con más y más actos irracionales basados en la emotividad.

Contempla a los seguidores de Jesús (alias Ieshu, Yeshua, Iehoshua, Yahoushua, etc.), date cuenta de lo que te estoy explicando ahora en todas sus palabras y todos actos.
Si haces un análisis objetivo, desprovisto de preconceptos, descubrirás que las manipulaciones emocionales son las que florecen por doquier en sus sectas y doctrinas.
Desde que se levantan hasta que se acuestan están encarcelados por adoctrinamiento y manipulación emocional.
Carentes de profundidad espiritual, faltos de sensibilidad, paralizados en su razonamiento (en lo que a creencias se refiere, y luego en otras áreas de la vida). Todo esto como consecuencia de la inmensa carencia que tienen de nutrición espiritual y por la saturación de mala alimentación espiritual.

Están en profundo desequilibrio en dos de sus cinco planos de existencia: espiritual y emocional.
Lo que seguramente representará un agudo padecimiento también en los otros tres planos: físico, social e intelectual.

Es triste, pero me remito a las evidencias que tú cotidianamente puedes recoger al ver con ojos respetuosos e impasibles.
¿O no es así?

Estos hermanos humanos están esclavos de la idolatría, presos en prisiones de emotividad.
Torturados por sulfurosas cadenas de mentiras y tramas emocionales.
Estos hermanos humanos necesitan ser liberados, aunque ellos mismos se resistan por miedo a ser libres.

La liberación
Te plantearé algo que puede sonar bastante tonto, pero que guarda una importante enseñanza: Al que está preso del plano emocional, solamente se lo puede redimir abriendo la jaula que lo encierra en el plano emocional.

Esto quiere decir que no ayudas a tu hermano preso emocionalmente a ser libre si le alimentas sus otros cuatro planos de humanidad.

Puedes darle 1001 datos racionales que demuestran la falsedad de su religión, la negrura para el alma de sus doctrinas; pero el esclavo emocional no te entenderá, tiene bloqueado el entendimiento a causa de su esclavitud emocional.
Puedes instruirle con 1001 mandamientos y buenas prácticas de bondad y justicia, y probablemente haga alguna de ellas y obtenga beneficios espirituales; pero seguirá atribuyendo santidad a la perversión de la idolatría, mantendrá su confianza depositada en un falso redentor (Jesús, con cualquiera de sus alias).

Es que mientras sus cadenas sigan estando en el plano emocional, difícilmente podrá avanzar, desarrollarse, liberarse, alcanzar su plenitud como hijo de Dios.

Por tanto, tu primer tarea debe ser dedicada a liberarlo emocionalmente.
Luego tendrás tiempo para razonar y para instruirle en los caminos de gozo y bendición.

El problema radica en que justamente es el plano emocional el más difícil a la hora de trabajar para liberarse o ayudar a liberar a otro.

En este plano nadie puede ser sacado de su prisión, sino que cada uno es el que debe caminar hacia fuera de la cárcel del alma.

Ante esta perspectiva, déjame darte algunos sencillos consejos, que han sido probados y resultan efectivos.
Estoy atento a que me hagas llegar tus comentarios así como ideas y sugerencias.

Consejos prácticos:

1- No intentes actuar como misionero, no quieras convencer de nada. Nadie es liberado de las cárceles emocionales, recuérdalo.

Si no estás aún bien afirmado en el camino noájico, si todavía estás al borde del abismal pozo, no están aún en condiciones como para ayudar a otros. No sea que por apresurarte a rescatar a otro, te hundas nuevamente en el fango mortal junto con él.

2- Convida al prisionero emocional a comer contigo. Aprovecha el encuentro para conversar. Especialmente pregúntale por su vida, su familia, sus cosas.
Si el prisionero emocional quiere actuar como misionero, detenlo, dile que tú no quieres hablar de «religión» sino solamente compartir con él ese momento de encuentro. Probablemente el esclavo no te comprenderá y seguirá con su disco rayado, tratando de vender su mala mercancía a precio de oro. Dile que agradeces su interés por tu alma, pero que ahora no quieres hablar de esos temas.

3- Mantén la conversación en un nivel personal, interésate realmente por el bienestar de tu interlocutor. Préstale atención, sé honesto y sincero a la hora de oír y escuchar.

4- Déjalo hablar, a la gente le suele gustar mucho oír su voz y que otros le oigan.
Solamente detenlo si habla de… tú sabes qué…

5- Sé sencillo en tus planteos. Recuerda que el esclavo emocional probablemente tiene obstáculos en su plano intelectual.
Tú tampoco hables de «religión».

6- Como tú has invitado la comida, paga tú.

7- Al finalizar de comer, agradece al Eterno por lo que has comido.
Hazlo en voz audible pero baja, que el otro te oiga pero que no sienta que le estás imponiendo nada.
Si el a su vez quiere agradecer a su falsa deidad, déjalo hacer, en tanto no te obligue a participar. No admitas que él rece a su falsa deidad en voz alta, si se quiere perjudicar que no te dañe a ti. Por supuesto que NO debes contestar «amén», ni mostrar consentimiento a su acción negativa. Pero en este momento tampoco debes amonestarlo, ya que las amonestaciones se realizan solamente a aquel que es capaz de recibirlas.

8- Si el otro insiste, porque es así como generalmente están programados, en venderte su sucia mercancía religiosa, NO le retruques ni intentes razonar con él. Por el contrario insiste tú también en aquello que ya le dijiste: no quieres hablar ni oír hablar de religión.
Mantente amable pero firme, no te corras de esa posición de abstinencia de «religiosidad».
Si el otro no entiende y de lo único que sabe hablar es de religiosidad, entonces discúlpate, y retírate. Menciónale que para un próximo encuentro quieres conversar de corazón corazón, con el otro realmente, sin el disfraz de religiosidad que entorpece en el medio.
Si el otro ama su esclavitud, no tienes tú lo que buscar. Para otra vez será. Esto es: se paciente, constante, no te dejes desanimar por el primer fracaso, pero tampoco te obsesiones y reniegues de ver la realidad.

9- Vuelve a encontrarte con el esclavo emocional varias veces más. En cada ocasión repite el patrón de cero tolerancia a las charlas de religión. Nada de nada.
Pero demuestra sincera y franca apertura a interesarte por sus cuestiones personales, emocionales. Sin caer en ánimo chismoso, ni en entrometerte allí en donde no es prudente o digno meterse.
Haz que el otro se sienta a gusto a tu lado, a pesar de que no pueda dispararte su andanada de frases memorizadas de religiosidad idolátrica.
Por supuesto que si te consulta acerca del noajísmo con sinceridad y respeto, sin ánimos de entablar debates o como excusa para comenzar con su consabido discurso, debes de aprovechar esta oportunidad para darle pequeñas dosis de Luz. Sin irte a cosas complicadas, sin rebuscar, sin gozar de tu victoria. Simplemente muéstrale con mansedumbre y alegría pequeños aspectos de la vida noájica, para que vaya limpiando de a poco su vida de la perversión de la idolatría.

10- Cuando el esclavo encuentra un bálsamo para sus heridas emocionales en tu compañía, le has hecho un inmenso favor. Le has mostrado el camino hacia la Luz.
Ya ha dado algún paso en la dirección correcta.

Comprobarás que llegado el momento oportuno él te preguntará con interés real acerca del noajísmo, de la fidelidad al Eterno, de las cosas puras que hacen a la vida equilibrada de un siervo del Eterno.

Habrás vencido y él no habrá sido derrotado, sino que también es un vencedor.

Por último.
Toma estos consejos para ser aplicados con relatividad, no como un manual o receta de cocina.
Sé creativo e ingenioso, pero siempre mantente amable, sincero, honesto y justo.

Algunos esclavos emocionales rompen más fácilmente cuando son provistos de llaves intelectuales. Otros cuando se les favorece un contexto social que los cobije, una comunidad noájica.

Así pues, si estás realmente atento a tu prójimo que está esclavo de la idolatría, verás cómo ayudarlo con lo que precisa para liberarse.

Quedo a tus órdenes y a la espera de tus comentarios y aportes.

(Lecturas recomendadas:
http://fulvida.com/temas-frecuentes/cuando-noe-aprende-de-abraham
http://fulvida.com/misioneros/lo-que-te-mueve-y-lo-que-te-detiene
http://fulvida.com/salud/los-miedos-y-el-noajismo-2

¿Caminar o no caminar?

Como parte de mis estudios de doctorado tuve la oportunidad de trabajar durante seis meses en Universitè Paris IX, Dauphine. Durante ese lapso me alojé en una residencia de estudiantes del distrito 18, al norte de París (estación Metro Porte Clignancourt) – lleno de gente de los más diversos orígenes, principalmente árabes y africanos, pero también se sentía la presencia de turcos y latinoamericanos. Había también una pequeña sinagoga en la parte más externa del barrio. Un buen barrio.

Para ahorrar algo más de dinero (quería comprar un computador a mi vuelta a Chile) decidí caminar todos los dias (salvo imprevistos) de la residencia a mi oficina en el distrito 16 (Metro Porte Dauphine) y también de vuelta. Quienes conocen París se podrán dar cuenta que no es una distancia pequeña. Caminando (y yo camino bastante rápido) me tomaba un poco más de 1 hora hacer el trayecto así que la inversión diaria eran dos horas de suela de zapatos versus 2.40 euros que correspondía a hacer dos viajes en los vericuetos del tren subterráneo de la Ciudad Luz.

Pasó el tiempo y efectivamente ahorré algo más de dinero y cuando volví a Chile, compré el computador. Pero la ganancia más grande del "sacrificio" que representó vencer mi sedentarismo = flojera = conformismo fue que perdí 20 kilos. Cuando salí de Santiago pesaba 105 kilos. Esos 105 kilos me habían costado mucho esfuerzo  – de mi mandíbula e intestinos claro está.

Cuando volví a Santiago, llegué con mi equipaje a mi domicilio con muchas ganas de ver a mi esposa y a mis hijos – por quienes soy ahora una mejor persona y por quienes logré alcanzar mi PhD – y miré la cara de susto que puso mi señora. "Pasa", atinó a decir para después de pocos minutos preguntar, "¿qué pasó? ¿no comiste? ¡pareces salido de un campo de concentración! ¿tienes hambre? ¡Siéntate a la mesa! ¡AHORA!". La verdad no tenía hambre pero había que readaptarse al hogar – donde orgullosamente digo que mi señora es la que manda – así que obedecí…

Después de un par de meses, cuando faltaba poco para Rosh Hashaná, el año nuevo judío – fecha en que Dios establece el "presupuesto" que nos corresponde a todas Sus criaturas – con mi señora nos pusimos  a evaluar  lo que había pasado durante el año  que terminaba. Habíamos hecho peticiones a Dios el anterior Rosh Hashaná y lo que encontramos fue sorprendente: ¡casi todas nuestras peticiones fueron cumplidas! En lo único en que no recibimos lo pedido, fue porque nosotros no pusimos nuestra parte.

En particular Dios me dió la computadora que yo le había pedido. El "negocio" que le había propuesto al Creador fue que si me daba un computador ese año yo iba a traducir dos libros más al Castellano de manera gratuita (igual que lo había hecho con "Los Siete Colores del Arco Iris" de Rabí Bindman). "¿Y cómo es eso?", me dirá usted, "acaso no dijo al principio del artículo que usted fue el que gastó suela de su zapato, que usted fue el que se esforzó?"

A cada segundo el Eterno nos da vida. El está en control de toda Su creación, ¡siempre! Pero, al mismo tiempo, Dios nos ha concedido el privilegio de administrar nuestras vidas – nosotros elegimos para donde enrumbarla. Y para ello, Dios no dá las herramientas, depende de nosotros hacer buen o mal uso de ellas.

Por tanto, la suela de mis zapatos no fue más que mi parte en el negocio que le plantée al Creador. El puso su parte y yo puse la mia, ¿resultados? Muchos y positivos.

Si usted ha leido el "Camino del Gentil Justo" (Clorfene & Rogalsky) en Castellano, ya sea que lo haya hecho en Fulvida.com o  en mi blog, o ya sea que haya obtenido el archivo pdf de Fulvida.com, de mi blog o de la página de Jabad Ecuador, ¡agradézcale a Dios por ello! Y no se olvide de pedir en sus oraciones por Rabí Chaim Clorfene quien siendo dueño de los derechos, generosamente liberó este material para que usted acceda a él gratuitamente, en la convicción de que sólo volviendo a las Siete Leyes, las naciones latinoamericanas reenrumbaran su propio destino hacia el progreso, hacia lo positivo, lejos de los cultos a la personalidad, lejos de los autoritarismos populistas que nos aquejan (y por los cuales somos al menos co-responsables).

La bendición de Dios no estuvo en la computadora, ni en las peticiones cumplidas. La bendición de Dios estuvo (y está) en que nos concedió (y nos concede) las herramientas para usarlas inteligentemente en pro del mejoramiento del mundo en sus diferentes escalas y alcances.

Amigo noájida, como dicen los amigos economistas, ¡no hay almuerzo gratis!
Usted debe hacer su parte: ¡esfuércese por sacar de su mochila aquellas piedras, falacias, y bultos de estiercol que son resabios de su pasado idolátrico! Y camine, camine, no deje de caminar, pues quizás a usted también le hace falta perder unos cuantos kilos, ¿o no?


Foto: La Torre Eiffel (Tour Eiffel) es una estructura diseñada por el ingeniero francés Gustav Eiffel con ocasión de la Exposición universal de 1889 en París. Se erigió en dos años.
http://www.canalred.info/public/canalfoto/torre-eifel.jpg

Un destello en la oscuridad

Como sabemos, la doctrina del "pecado original" es aberrante y errónea.
Contradice completamente los fundamentos de la Torá, lo que ha sido revelado por parte del Eterno.
Si bien la primer pareja humana pecó al comer del fruto del árbol prohibido, nosotros no cargamos en absoluto con su culpa ni con su responsabilidad.
Aún sufrimos a causa de su equivocación, porque las condiciones del mundo variaron como consecuencia de la misma; pero no tenemos mancha espiritual que cargamos cual pesado fardo desde aquellos primeros humanos hasta nuestros días.
Cada uno es responsable de sus propios actos, culpable de sus culpas, responsable ante el Eterno por los propios hechos y por no haber realizado teshuvá (proceso de sincero arrepentimiento) para enmendar nuestras faltas personales.
Ya lo indica con claridad la Torá, y no deja lugar a dudas:

"Si alguien peca transgrediendo alguno de los mandamientos del Eterno respecto a cosas que no deben hacerse, aun cuando no llegue a saberlo, será culpable y cargará con su culpa."
(Vaikrá / Levítico 5:17)

Es explícito, cada cual carga con su propia culpa, aunque sea por actos cometidos por ignorancia, uno deberá dar cuentas ante el Supremo Juez.

Y en esta línea recalca el profeta:

"La persona que peca, ésa penará. El hijo no cargará con el pecado del padre, ni el padre cargará con el pecado del hijo. La justicia del justo será sobre él, y la injusticia del impío será sobre él."
(Iejezkel / Ezequiel 18:20)

No hay remisión de culpas de uno por otro.
Nadie puede hacer teshuvá por el vecino, ni siquiera un hijo por su padre, o un padre por su hijo.
No hay un "cordero de dios que quite el pecado del mundo".
Ninguna sangre de un falso dios y falso mesías te salvará de los pecados que has cometido.
Ningún Cristo o mesías te redimirá del mal que cometiste.
Cada cual carga con su propia mochila de pesadas oscuridades y molestos errores, cada cual ha de hacerse cargo de limpiar esa mochila espiritual para ahuyentar las sombras y traer Luz.

Mientras la persona no realiza su proceso personal de teshuvá, se encuentra espiritualmente enferma, en cierta medida su espíritu se ve ensombrecido, la Luz de plenitud del Eterno no puebla con vigor todas sus instancias.
En palabras del profeta:

"Vuestras iniquidades son las que hacen separación entre vosotros y vuestro Elokim. Vuestros pecados han hecho que Su rostro se oculte de vosotros para no escuchar."
(Ieshaiá / Isaías 59:2)

Por tanto, es imperioso que la persona tome en cuenta este hecho, se haga cargo de sus propias acciones, asuma con responsabilidad el timón de su vida, corrija aquello que es posible que corrija y enmiende su mundo.
Porque mientras siga en la comodidad, o en la ignorancia o en la rebeldía, continuará ausente de la plenitud que desde Arriba le tienen reservada.
Se estará causando daños cada vez mayores, estará sembrando una posteridad de miseria y arduo crecimiento; en lugar de escoger el camino del desarrollo integral y equilibrado, que se obtiene mediante el estudio de Torá desinteresadamente (de las partes aptas para ti como noájida) y por el cabal cumplimiento de los preceptos universales con sus derivados.

Gracias al Eterno, Él tiene abierto los portales celestiales para el que desea retornar a la buena senda.
No es difícil el camino del retorno.
No es menester sacrificios, ni sangre derramada, ni fe, ni complicados rituales.
Solamente se precisa lo que indica el profeta:

"Si el impío se aparta de todos sus pecados que cometió, guarda todos Mis estatutos y practica la justicia y la misericordia, ciertamente vivirá; no morirá.
No le serán recordadas todas sus transgresiones que cometió; por la justicia/misericordia que hizo vivirá.
¿Acaso quiero Yo la muerte del impío?, dice el Señor Elokim. ¿No vivirá él, si se aparta de sus caminos?
"
(Iejezkel / Ezequiel 18:21-23)

Es simple, es concreto, es posible.
Dejar el camino del error.
Desandar el trecho mal trazado.
Descargar la mochila de las cargas siniestras.
Vivir de acuerdo a la pauta espiritual que marcan los Siete Mandamientos Universales.
Actuar con misericordia y justicia.
Construir el Shalom con acciones cotidianas, aunque parezcan simples y sin envoltorio de espiritualidad.

Tal es la senda que conduce a la adhesión al Eterno, que significa vida en Este Mundo y gozo eterno en la Posteridad. Porque solamente el que se adhiere al Eterno, por medio del cumplimiento de los preceptos es llamado vivo, y siembra vida para su Posteridad. Tal como está escrito:

"Sólo vosotros, que permanecéis adheridos al Eterno vuestro Elokim, todo de vosotros está vivo hoy."
(Devarim / Deuteronomio 4:4)

Un "hoy" eterno, sin pausas, sin muerte, sin olvido.
Un "hoy" en el cual "todo de uno mismo" se mantiene con vida, en unión con la Fuente de la vida.

Para retornar, para ser uno que vuelve en Teshuvá no es necesario hacer todo de inmediato, pero sí comprometerse a alcanzar la meta trascendente.
De a poco, día a día, jornada tras jornada, una montaña después de otra, con constancia, con paciencia, con respeto y autoestima. Con la convicción de que se está haciendo por fin lo correcto, aunque se avance con lentitud.
Despojándose de esos disfraces que fuimos adquiriendo y confundidos llamamos "identidades personales".
Dejando de lado esos personajes que fuimos actuando en el teatro de la vida, para tomar con primor nuestro verdadera identidad. En equilibrio, en gozo, en sintonía armónica con el Eterno.

No hay misterios, no hay abracadabras, no hay danzas cabalísticas, ni esotéricas señales… mucho menos colgados en maderos que te salvan.
Solamente un corazón sincero, una mano honesta, un pensamiento íntegro.
En palabras del Eterno por intermedio de Su profeta:

"Yo no he hablado en secreto, en un lugar de tierra tenebrosa. No he dicho a la generación de Iaacov [Jacob]: ‘Buscadme en vano.’ Yo soy el Eterno, que hablo lo que es justo y que declaro lo que es recto."
(Ieshaiá / Isaías 45:19)

Él ya ha declarado lo que es recto, nos ha marcado lo que es justo y misericordioso.
Está en nosotros no confundirnos, no apelar a recursos que solamente sirven para hundirnos más en esa miseria emocional/espiritual que tanto tememos reconocer y mucho más confesarnos.

Seamos valientes, no es difícil el cambio hacia lo positivo, aunque al principio cueste.

Espero tus comentarios, pero más espero que estas palabras te hayan dado un destello para indicarte el camino hacia el buen puerto.

Satán y egoí­smo

En la Tradición al gran obstáculo del Shalom, de la paz e integridad, se le denomina "Ietzer HaRá".
Este concepto se traduce como "tendencia hacia lo negativo" o "instinto al mal".
Hay un ángel encargado de esta faceta humana, que se denomina Satán, que es un ángel de segunda categoría a las estrictas órdenes del Eterno. La función que le da el Eterno es proponer a la persona caminos erróneos, obstaculizar el avance y crecimiento y llevar ante el Trono Celestial el reporte de las reacciones de las personas.
A primera vista se puede considerar "malo" a este ángel, pero recordemos que los ángeles carecen de libre albedrío, por tanto no hacen lo bueno ni tampoco lo malo, solamente cumplen con fidelidad la función que el Eterno les encomienda.
De acuerdo a la Tradición hasta este ángel, con su función de incentivar hacia lo negativo, en definitiva es positivo.
Para comprender esto recordemos que es un emisario celestial, y todo lo que hace el Eterno tiene buena finalidad.
Pero, además sirve como una "pesa espiritual", para que la persona se ejercite, se esfuerce, desarrolle el "músculo espiritual" por medio de confrontar dificultades y tentaciones y no caer en ellas.

El verdadero problema con el Ietzer HaRá se manifiesta cuando la persona se fanatiza u obsesiona en actuar de acuerdo a sus dictados.
Cuando deja de lado el esfuerzo por superarse y cae y se desvía y se pierde de la buena senda.
Esa es la derrota de la persona, y paradójicamente también es la derrota del Satán, ya que su meta es fortalecer a la persona en el camino del Bien, por medio del entrenamiento en sortear lo negativo, construir en vez de destruir, desarrollar las potencialidades, endulzar el carácter.
¿Extraño, no?

Supongo que los que han sido contaminados por ideas ajenas a las cosas del Eterno sienten al Satán como una poderosa entidad antagónica al Eterno, el Diablo del Averno.
Pero bueno… no es así…
Es otra de las mentiras que han consumido durante tanto tiempo y que ha intoxicado su vida, perjudicando su accionar.
Saber las cosas tal como son es parte de la solución.

Otro nombre que recibe el Ietzer HaRá es menos evidente: egoísmo.

Si revisamos cada una de las acciones perjudiciales voluntarias encontraremos que su raíz es una sola: el egoísmo.
Es decir, el movimiento que tiende hacia el Ego.

Piénsalo, considéralo con serenidad, y descubrirás que no hay un diablo metiendo su cola cada vez que pasan cosas nefastas, sino que verás al egoísmo en acción.
Puede estar el egoísmo más o menos disfrazado, puede pasar solapado, pero siempre está presente en cada acción negativa de la persona.

Te propongo un ejercicio bastante simple de hacer, pero muy profundo para el que lo investiga.
Te recordaré los Siete Mandamientos Básicos Universales, esos que son tu patrimonio como noájida, para que tú expongas cómo contrarrestan los esfuerzo del egoísmo por destruir, dividir y corromper.
¿Te animas a hacerlo?

1- No servir a dioses ajenos.
2- No blasfemar: maldecir a Dios.
3- No asesinar.
4- No robar.
5- No a las relaciones sexuales inmorales (adulterio, incesto, homosexualidad, bestialidad)
6- No comer parte de animal con vida.
7- Establecer cortes de justicia.

Espero tus comentarios edificantes, tus dudas, opiniones, etc.
Hasta luego