Este punto es de reflexión, ya que muchos andan desesperadamente buscado la luz del Eterno, pero supuestamente no la encuentran, y si la consiguen es por un camino equivocado en las diferentes religiones idolatritas que existen hoy día siguiendo una vida desordenada, que lo que les da es afanes, maltratos, estrés, fatiga, enfermedades y muchas otras cosas, que al final se convierte en muerte y destrucción.
Es por ello que les invito para que den un paso lento pero firme y seguro y así lograr conseguir la Luz del Eterno, por eso bien dice el Salmo 27:1-3, “De Da-wi-d. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿de quien temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida, ¿de quien me espantare? Cuando se acercan contra mí los malhechores, mis adversarios y mis enemigos, para comer mi carne, ellos mismos tropiezan y caen. Aunque un ejercito asiente campamento contra mí, no temerá mí corazón; aunque levante guerra contra mí, también en este caso estoy confiado”.
Con este Salmo escrito por David se observa, la confianza que él tenía en el Eterno quien en ese momento fue su protección, considerando que hoy por hoy nosotros, los que queremos la protección y la Luz del Eterno igualmente seremos protegidos.
En las escrituras existen muchos textos, en donde El Eterno nos promete estar de nuestro lado, para protegernos y ayudarnos, pero no olvidando el andar por una camino de luz y conservar las siete leyes Noajidas:
1.- No hacer idolatría, ni servir a ninguna imagen. Sólo creer en un solo D´s.
2.- Está prohibido maldecir a D´s.
3.- No matar.
4.- No adulterar.
5.- No robar.
6.- Está prohibido comer un miembro de un animal vivo.
7.- Impartir justicia. Es una obligación establecer juzgados y aplicar justicia.
Shalom.
Atentamente.
Abg. José N. Linares G.