Archivo de la categoría: judaico

El Gentil y el Talmud

«En una oportunidad, un gentil se dirigió a un Rab y le preguntó si era cierto que el estudio del Talmud desarrollaba la mente y que no existía sabiduría en el mundo que se equiparara a él.

Ante la respuesta afirmativa del Rab, el gentil quiso comprobarlo y le pidió al Rab que le diera algún ejemplo del tipo de estudio que ejercitaba la mente incluido en el Talmud. Debido a la insistencia del gentil, el Rab accedió a su pedido y le preguntó: «Dos personas cayeron desde una claraboya hacia la tierra, uno se ensució y el otro no, ¿quién debe limpiarse?». El gentil respondió: «es una pregunta muy sencilla, el que se ensució debe limpiarse». El Rab le dijo: «observa cómo no entiendes. Todo lo contrario: quien no se ensució debe limpiarse». «¿Por qué?», inquirió sorprendido el gentil.

La respuesta del Rab fue: «el que se ensució observa cómo su compañero no se limpia y piensa que él tampoco debe hacerlo. Pero el que no se manchó, observa cómo el otro se ensució y piensa que a él también le sucedió y se retira a limpiarse». El gentil sorprendido le pidió al Rab una nueva oportunidad y el Rab le repitió la misma pregunta: «Dos personas cayeron desde una claraboya hacia la tierra, uno se ensució y el otro no, ¿quién debe limpiarse?». El gentil respondió: «recién usted me aclaró el tema, el que no se ensució debe limpiarse». El Rab le dijo: «observa cómo no entiendes. El concepto es inverso, quien se ensució debe retirarse a limpiarse y quien no, no se retira». El gentil comenzó a confundirse y le solicitó al Rab una nueva oportunidad.

El Rab le reiteró por tercera vez la misma pregunta y en este caso el gentil le respondió: «terminamos de aclarar que el que se ensució debe limpiarse». El Rab le dijo: «no es así, ambos deben limpiarse. El que se ensució porque observa que está sucio y el otro también se limpia, ya que al observar a su compañero que está sucio cree que también él lo está». El gentil admitió que no lo había pensado y le pidió una nueva oportunidad y el Rab le repitió por cuarta vez la pregunta. El gentil contestó que ambos debían limpiarse como habían terminado de comprender. El Rab le respondió que no era así: «ninguno de ellos debe hacerlo, el que no se ensució porque se observa que no está sucio y el que se ensució no se limpia al observar que su compañero está limpio y piensa que él también lo está».

Tomado de :http://masuah.org/truma_f.htm

El gentil se dio por vencido, pero le pidió al Rab la última oportunidad y cuando el Rab le reiteró la pregunta, el gentil en ese momento comprendió que el Rab esperaba que él respondiera que ninguno debía hacerlo -como habían concluído anteriormente- y le cambió la respuesta: «¡Ambos deben limpiarse!». El Rab lo terminó de desconcertar: «¿aún no entiendes? ¿Cómo es posible que dos personas hayan caído al mismo lugar y una se ensucie y la otra no? ¡Es imposible!».

Nota:Quise colocar el siguiente extracto de esta lectura, por cuanto es importante que el Noajida reconozca que ciertamente el involucrarse en libros sagrados que les competen única y exclusivamente a los Judios. El Noajida para que cumpla con los 7 preceptos que el Eterno ha dado a las naciones, no tiene porque profundizar, ni estudiar (Talmud, Midrash,Cabalá, ect) así como todo lo referente a la literatura Judia, para ser mejores Noajidas, este es un error muy común entre la mayoría de los Noajidas que quieren ser BneiNoah sin dejar de pensar como Judio. He llegado con mucha tristeza escuchar Noajidas decir que andan estudiando por su parte, por su propia cuenta, teniendo a la mano La Torah, el Tanak y libros de autoría judia, quienes no aceptan el verdadero rol que un Noajida debe cumplir en este mundo, porque piensan que las 7 leyes Universales son muy «light» craso error.

Obviamente vemos en paginas de bneinoah en Inglés y algunas en Español cuyos Maestros proponen la enseñanza de Torah, pero hay que tener en cuenta que en algunos lugares como Estado Unidos, cuyo país tiene un gran número de sinagogas y centro de estudios judaicos, tienen la facilidad de poseer un Maestro letrado en la Torah quien los asesore personalmente, pero que con mucha seguridad enseñara que solo el Gentil debe leer con la ayuda de Un Rabino Ortodoxo las partes permitidas que se pueden leer.

En tal caso de no tener acceso a un Maestro Judio Ortodoxo cerca, como cada uno de nosotros los que entramos a diario a la pagina de FULVIDA pues contamos con la sabia experiencia del Moreh Yehuda y ahora con la ayuda de su Hermano el Rabino Aaron Ribco, quienes con mucha sabiduria y paciencia, nos orientaran que es mejor un Noajida bien orientado y disciplinado con lo que se le enseña, a uno quién pretenda tener una doble personalidad indefinida.

http://serjudio.com/rap1851_1900/rap1900.htm

Un abrazo a todos!

El consejo diario 142

Una de las primeras preguntas que el Juez le hará cuando llegue al «otro lado», en la vida eterna, será: «¿Cumpliste tu parte del pacto noájida?»

Si dice que sí (y no puede mentir), entonces sentirá un enorme placer, indescriptible, pues su vida tuvo sentido, ya que cumplió la misión que Dios le dio.

No le preguntarán si habla en hebreo, si leyó historia israelí, si siguió rituales judaicos, si anhelo ser judío, si andaba afanoso detrás de la identidad judía (que o le es propia).
No le premiarán por ser una sombra judaica, ni un adepto a (alguna especie de) judaísmo.

Le retribuirán por su fidelidad al pacto noájico.

¿Esta haciendo su parte del pacto noájida actualmente?

Resp. 271 – Mensajes en Muro de los Lamentos

uriel nos consulta:

Shalom Lic. Yehuda
1- Porque exigen la Kipa al entrar al Muro a los no Judios.
2- El guia me dijo que si escribia una peticion en un papel y la introducia en el muro tendria su respuesta por parte de Hashem. Que veracidad tiene ?
Gracias More
New Jersey

Seguir leyendo Resp. 271 – Mensajes en Muro de los Lamentos

Resp. 254 – ¿Cómo puedo celebrar mi día de reposo?

ben tamar nos consulta:

Querido moreh.
Mirá nosotros los viernes nos reunimos todos en casa encendemos dos velas(sin ritual) y luego pasamos a la cena que es la más rica de la semana y antes del prostre nos bendecimos.
Esta bien o estoy agrediendo la ley?
Como debo hacerlo?
E
Claudio A.Ramirez,42 años, Técnologo en alimentos,San José Costa Rica

Seguir leyendo Resp. 254 – ¿Cómo puedo celebrar mi día de reposo?

Resp. 239 – ¿Qué escucho mientras tanto?

andres291 nos consulta:

Hola
el noajida puede participar de la celebración de la sinagoga,por que donde vivo hay una y me gustaria asistir.
saludos
Andres Sepúlveda Aravena,Administracion Financiera,casado,de Chile Con

Seguir leyendo Resp. 239 – ¿Qué escucho mientras tanto?

Resp. 204 – Apellidos de judíos asimilados

nelson Alvarez nos consulta:

Gracias por este espacio, quisiera saber si las personas que inmigraron a colombia por causas que de todos es conocidas como son descubrimiento de america loego los exilios por caosa e la primera y segunda guerra mundial donde a America llegaron los \»Judios Marranos\» que son los que tuvieron que c
Nelson Alvarez, 45, Arquitecto, Bogota Colombia

Shalom,
«Bendito el que viene en el nombre del Eterno.» (Tehilim / Salmos 118:26).

Debe saber que este sitio NO se dedica a temas judaicos, sino al noajismo, que es el camino de perfección que el Eterno ha trazado para los gentiles.
Por tanto una pregunta que trate de «apellidos judíos» sería más apropiada de hacer en SERJUDIO.com.

Debe saber que los apellidos NO determinan en modo alguno la identidad espiritual de la persona, ni siquiera sirven para aclarar la conexión con un pasado judaico o no.
Los apellidos son una invención moderna, muchas veces sujetos a modificaciones que imposibilitan reconocerles cualquier valor dentro del marco legal espiritual.

El hecho cierto es que judío es aquel que ha nacido de vientre judío, o que habiendo nacido gentil se ha convertido formal y legalmente al judaísmo, de acuerdo a la ley y ante un tribunal rabínico «ortodoxo».

Así pues, si algún antiguo judío llegó a tierra americanas pero tuvo hijos con una señora genitl, no importa el apellido de los decendientes, esos niños son completamente gentiles.
Si una «judía oculta» (marrana, como feamente se los denominó) desposó a un señor gentil, sus hijos tendrán el apellido del papá pero serán judíos. El problema con esto es que probablemente estos niños crecerán como gentiles, desconociendo sus raíces, su identidad espiritual, por lo que al ser hombres desposarán mujeres gentiles y su descendencia será gentil.

Por tanto, el apellido NO determina nada, ni sirve para trazar un linaje cierto.

Lo mejor que el gentil puede hacer es dedicarse con esfuerzo y amor a cultivar su propia identidad espiritual, a través del conocimiento y cumplimiento de los preceptos noájicos.
Esa es la Buena Senda que el Padre Celestial trazó para los gentiles, sin complicaciones, sin confusiones, sin menoscabos.

Por supuesto que el gentil puede apasionarse por informarse o conocer acerca de temas judaicos, o de linajes, pero que eso no se convierta en motivo de caos y tribulaciones emocionales y espirituales.
Que la ilusión, muy normal, de querer ser «otro» no los lleve por el camino del error, de la falsedad interna y externa, de la neurosis como se llamaría en ciertos ámbitos.

Su misión es ser usted mismo, llegar a ser aquella persona que puede llegar a ser, a través de la correcta nutrición de cada uno de sus cinco planos de existencia. Para que sea un constructor de Shalom, a través de todas sus potencialidades y virtudes.

Si le quedan dudas pertinentes, hágalas llegar.

Que sepamos construir Shalom.

More Yehuda Ribco

Su apoyo constante nos permite seguir trabajando

Purim

Recordamos que este año 5768 (universal), 2008 (civil), celebramos esta semana la festividad judía de Purim el día jueves (20/3) al anochecer hasta el viernes al anochecer.

Ésta es una festividad netamente de carácter judaico, pero que los noájidas pueden compartir en su ánimo festivo, de agradecimiento al Eterno, de confianza en Su salvación.
Para más datos y referencias leer lo que hemos publicado al respecto aquí:

http://fulvida.com/category/festividades/festividades-menores

Que tengamos buenas noticias, felicidad, armonía, shalom.
Que sepamos ser parte de los que construyen un mundo mejor.

Resp. 184 – Mandamientos en Detalles

César Oncoy Bustamante nos consulta:

Saludos,
quisiera saber si nuestro patriarca Noaj recibio los siete preceptos en todos sus detalles y amplificaciones así como Moshé.
¿De ser así, estaría relacionado esto con la dedeclaración talmúdica del sabio Ulla en tratado Hullin 92 en relación a 30 preceptos que todo gentil debe cumplir?
César Oncoy Bustamante, 18, Literato, Lima, Perú

Seguir leyendo Resp. 184 – Mandamientos en Detalles

Cómo han vendido este producto

Varios son los factores que pueden explicar el terrenal éxito que ha tenido hasta ahora las religiones seguidoras de Jesús (en sus diversos nombres y formatos: Ieshu, Yeshua, Yehoushuah, dios, hijo de dios, uno con dios, mesias, cristos, profeta, rabino, etc.).

Enumeraré alguno de estos factores, (si tú deseas y conoces, añádelos como comentario más abajo):

1- Es un producto muy fácilmente comprable.
¿Quién no quiere salvación eterna a cambio de solamente tener fe en alguien tan bueno que se muere por mí?
Sin responsabilidad, sin compromiso, sin esfuerzo, sin rendir cuentas; solamente la hueca fe.
¡Yo compararía! (si no supiera que todo esto es una aberración y falsedad, por supuesto).

2- Una máquina poderosa de marketing.
Los vendedores de esta producto recorren calles, ciudades, el planeta vendiendo su mercancía.
Han desarrollado estrategias de marketing muchos siglos antes de que se conociera esta palabra.
Hacen promociones, publicidad, propaganda, sorteos, premios, rifas, promesas, campañas, etc.
No dejan recurso de mercadeo sin emplear en su afán por vender su producto.
Son masters en manipulación emocional: prometen salvación y te culpan de lo que no hiciste.

3- Cuando el marketing no funciona usan la amenaza y el terrorismo ideológico.
Prometen salvación a los seguidores por fe, pero el infierno eterno para los faltos de la misma.
Se pasan el tiempo hablando de Satanás y su infierno, y te mandan fácilmente hacia allá si no compras su producto.
Es tan intensa su amenaza que hasta el más aguerrido baja la cabeza.
La presión del rebaño es fuertísima.
Muchos saben que están en error, pero por terror se siguen congregando y padeciendo en secreto.

4- Cuando lo anterior no funciona, lisa y llanamente emplean la fuerza.
El eslogan "La cruz o la espada" fue el método para "convertir" a su graciosa fe a millones de personas.
Y ni recordemos la inquisición, las torturas, las hogueras con gente viva, los anatemas, excomuniones, destierros, expulsiones, encarcelamientos, etc.
Actualmente la violencia está más encubierta, pero tú sabes que sigue existiendo.
¿No?

5- En su inicio vendían un producto conocido, pero de otra marca.
En el imperio romano ya se adoraban deidades hijos de vírgenes, muertos y resucitados, que eran corderos de un dios, etc.
Lo único que tuvieron que hacer los vendedores de Jesús fue cambiar el Coca por el Pepsi, pero dejaron la Cola.
El público gentil compraba, era conocido, pero con otro nombre y un poco diferente el sabor, pero nada para alarmarse.

6- Sus estructuras son pesados dinosaurios muertos, pero con múltiples y dinámicas caretas.
Ayer eran mártires, luego católicos, luego protestantes, luego "mesiánicos", luego renovados, luego… quién sabe.
Siempre iguales en el fondo, pero con tantas caretas que parecen ser otros.
Esto hace que el cliente siga comprando.

7- Inventa enemigos fácilmente "odiables".
Que Satanás, que los judíos, que cualquiera que esté a mano para recibir las culpas de todos los males.
Todos son malos, menos "nosotros", los seguidores de Jesús (de la secta a la que uno pertenece, porque las otras 999 sectas de Jesús también son satánicas).
Así es fácil…

8- Ésta es la principal: usan símbolos, objetos, nombres, personajes del judaísmo (pero completamente adulterados, falsificados, desprovistos de santidad o significado).
Las personas tenemos un hambre espiritual que se llena solamente cuando hacemos la Voluntad del Padre Celestial.
Esto es, al cumplir con los mandamientos que Él nos ha dado a cada uno para cumplir (7 para los noájidas, 613 para los judíos).
Cuando se quiere vender una religión, y que tenga éxito, es excelente idea (aunque macabra) vincularla al judaísmo, a las cosas de Dios.
¿Por qué?
Para que parezca que se está ofreciendo verdadero alimento espiritual, aquello que nuestra alma precisa; para realmente estafar al comprador y darle baratijas que no tienen provecho, pero perjudican grandemente.
Cuanto más se usurpa lo judaico, más parece sagrado, más se puede engañar, y más daño se hace.

Hasta aquí, por ahora.
Tengo un deseo: que sepan encontrar la Luz en estas palabras.
Pido disculpas a aquellos que se pueden sentir molestos o tocados. La intención no es ofender a nadie, ni promover el disgusto, sino ayudar a que más personas sean rescatadas del pozo oscuro y lejano que es la idolatría.

Quedo a la espera de vuestras inquietudes y comentarios.

La Naturaleza de la Judeofobia (G. Perednik) – Unidad 9

… las peores víctimas de la judeofobia zarista fueron los niños. La causa principal fue un sistema de reclutamiento de judíos, promulgado en 1827, conocido como Cantonismo. La ley establecía que la edad de conscripción obligatoria serían los doce (12) años, bajo el pretexto de excluir a quienes sostenían a sus familias. El objetivo lo aclaraba la propia ley, al fijar que "los menores judíos serán colocados en establecimientos de entrenamiento preparatorio para servir en el ejército del zar por veinticinco años durante los cuales serán guiados a fin de aceptar el cristianismo". Los niños así reclutados se llamaban cantonistas ("cantones" eran las barracas de entrenamiento) y se los disciplinaba bajo amenaza de hambre y castigos corporales.

 


 

Unidad 09: Rusia: entre Zares y Soviets

Por: Gustavo Perednik   

Dedicamos las últimas dos lecciones a dos modelos de la judeofobia moderna, Francia y Alemania. Ahora pasaremos al tercer paradigma, el conspiracional. Hemos dicho que en la época moderna, el país con más libelos de sangre fue Rusia, donde el agravante adicional fue que, en contraste con los papas y monarcas de Occidente, los zares estimularon la calumnia.

El primer caso ruso ocurrió en Senno en 1799, cuando antes de la Pascua cuatro judíos fueron arrestados debido al hallazgo de un cadáver. Ese año se solicitó al poeta Gabriel Derzhavin que investigara. Su Opinión elevada al zar acerca de la organización del status de los judíos de Rusia denunció el "parasitismo económico" y que "en estas comunidades se hallan personas que perpetran el crimen, o que por lo menos protegen a quienes lo perpetran, de derramar sangre cristiana, de lo que los judíos fueron sospechosos en varias épocas en distintos países. Si bien considero que tales crímenes en la antigüedad fueron cometidos por fanáticos ignorantes, creo apropiado no pasarlos por alto".

Con este sello semioficial, el zar Alejandro I dio instrucciones para que el libelo fuera revivido en Velizh, en donde el juicio duró diez años. Y aunque los judíos probaron finalmente su inocencia, el mero debate público bastó para que el siguiente zar Nicolás I se negara a firmar una circular de 1817 que requería no incriminar a judíos sin evidencias. La judeofobia se exacerbaba mientras duraban esos procesos, cualesquiera fueran los veredictos.

Libelos en Kovno, Zaslav, Volhynia, Saratov, etc., llevaron a que en 1855 se designara otro comité investigador. Una vez más sus conclusiones fueron categóricas: no había ninguna evidencia para acusar a los judíos. Y sin embargo, la noticia del asesinato ritual se difundía sin pausa y "expertos" en el tema publicaban libros que "describían los modos" en que la sangre cristiana se utilizaba (ejemplos de libelistas en Rusia fueron Lutostansky y Pranatis, fuera de ella Desportes y Cholewa).

Después de la partición de Polonia a fines del siglo XVIII, el mayor bloque de israelitas quedó bajo dominio ruso; durante el siglo XIX la mitad de los judíos del mundo vivían en Rusia (aproximadamente cinco de los diez millones). La judeofobia se intensificaba agravada por los sucesivos juicios de asesinato ritual.

Los judíos tenían prohibido residir fuera de la Zona de Residencia (Catalina II había formulado una invitación a los extranjeros para que se radicaran en el país, pero explicitó: "todos, excepto los judíos". También la emperatriz Elizabeth, cuando le solicitaron la admisión de judíos con propósitos comerciales había replicado: "No acepto beneficios de los enemigos de Cristo").

Con todo, las peores víctimas de la judeofobia zarista fueron los niños. La causa principal fue un sistema de reclutamiento de judíos, promulgado en 1827, conocido como Cantonismo. La ley establecía que la edad de conscripción obligatoria serían los doce (12) años, bajo el pretexto de excluir a quienes sostenían a sus familias. El objetivo lo aclaraba la propia ley, al fijar que "los menores judíos serán colocados en establecimientos de entrenamiento preparatorio para servir en el ejército del zar por veinticinco años durante los cuales serán guiados a fin de aceptar el cristianismo". Los niños así reclutados se llamaban cantonistas ("cantones" eran las barracas de entrenamiento) y se los disciplinaba bajo amenaza de hambre y castigos corporales.

Sobre los hombros de los líderes comunitarios judíos se depositaba la responsabilidad de alcanzar altos cupos de adolescentes. Estos provenían de los hogares más pobres, de los que eran arrancados para siempre. Cada comunidad se veía en la obligación de recurrir a bravucones llamados jpers ("secuestradores" en idioma ídish) que arrebataban a los niños ante los gritos de padres y vecinos. Desde los ocho (8) años de edad, los niños eran aprisionados en el edificio de la comunidad y de allí los retiraba el ejército. El sistema se hizo más riguroso durante la Guerra de Crimea (1854) cuando la cuota se fijó en treinta conscriptos por cada mil judíos, y las bandas de jápers acechaban para cazar a sus víctimas.

De la Zona de Residencia, los niños eran transferidos hasta Siberia, en viaje de varias semanas. El pensador ruso Alexander Herzen registró su encuentro con un convoy de cantonistas en 1835, y la explicación que recibió del oficial a cargo: "un muchachito judío es una criatura debilucha y frágil… no está habituado a marchar en ciénagas por diez horas diarias, ni a comer galleta entre gente extraña, sin madre ni padre que lo mimen; por ende tosen y tosen hasta que se tosen ellos mismos a la tumba… Ni la mitad llegará a destino; mueren así nomás como moscas… Ya dejamos un tercio en el camino" dijo, señalando la tierra.

Durante las tres décadas en que hubo cantonismo, cuarenta mil niños judíos fueron reclutados. El nombre bíblico Be-emek Ha-Bajá, En el Valle de Lágrimas, que mencionamos hace tres clases, también fue el título de una novela del escritor ídish Mendele Mojer Sforim (m. 1917), en la que se narra ese horror (Peretz Smolenskin y otros escritores también incluyeron páginas escalofriantes sobre el tema).

Una vez en las barracas, los niños que sobrevivían eran entregados a sargentos que habían sido entrenados para "influir" en la religión de los mancebos. Los "educadores" usaban hambre, privación de sueño, azotes y varios otros tormentos hasta que se alcanzaba el bautismo, o la muerte. Después de la ceremonia, los jovencitos debían cambiar sus nombres, eran registrados como hijos de padrinos designados, y comenzaban el entrenamiento propiamente dicho. Sus nuevos camaradas frecuentemente les hacían recordar su origen judío por medio del maltrato y la humillación. El zar Nicolás I definía el cantonismo como "el método para corregir a los judíos del reino".

Un efecto colateral del sistema fue que muchos padres optaban (aunque reticentemente) por enviar a sus hijos a escuelas públicas o a colonias agrícolas, ya que así se los eximía de la conscripción. Por ello éstas pasaron a ser financiadas por el impuesto de vela, un gravamen sobre las velas para rituales judíos, tales como recordatorios y casamientos.

El Baile Y Su Fin

La deplorable situación de los judíos de Rusia hizo que creyeran que un zar con nuevas ideas personificaría un promisorio amanecer. Alejandro II es todavía llamado el Zar Libertador en la historiografía rusa, debido a su política liberal, la Era de las Grandes Reformas. En lo que se refiere a los judíos, el cantonismo fue abolido y la Zona de Residencia mitigada. Como escribe Jaim Potock en su historia de los judíos, los iluministas judíos en Rusia supusieron que comenzaba la Emancipación según el modelo occidental "y el baile comenzó". Pero no calcularon que el proceso liberador desataría un violento contragolpe.

Ya avanzados en el curso de judeofobia, podemos prever lo que ocurrió: como en Francia y Alemania, los judíos ingresaron en las artes y el periodismo, fueron abogados y dramaturgos, críticos y compositores, pintores y poetas. De súbito se los percibió notorios y ubicuos en la vida política y cultural del país. Y no a todos los gentiles los entusiasmó esta repentina participación judía en la vida de la patria. Estereotipos judíos repulsivos comenzaron a aparecer en las obras de Lermontov, Gogol y Pushkin. Dostoievsky fue más lejos y en La Cuestión Judía (1873) justificó la repulsa, acusando a los judíos de "explotadores, chupasangres de la población que los rodea, en especial de los pobres e ignorantes campesinos… Los rusos, ciudadanos del único país donde el cristianismo es aún fuerza dominante, son considerados por los judíos como bestias de carga". Para él, los judíos, sentados sobre sus bolsas de oro, tramaban contra Rusia desde el Oeste.

Pero el baile continuaba. La prensa y la literatura judía florecieron, especialmente en hebreo y en ídish; también en ruso. Zvi Dainow publicó en hebreo un sermón en honor del zar, y Lev Levanda llamaba a los judíos a "despertar bajo el cetro de Alejandro II". Y de golpe se apagaron las luces.

El 31 de marzo de 1881 fue una de las fecmás fatídicas de la historia judía. Marcó el mayor éxodo de judíos de la historia, cuando dos millones de ellos establecieron las comunidades judías de los EE.UU., de Latinoamérica, y de la Tierra de Israel.

El asesinato de Alejandro II, fue el trampolín para una furibunda reacción judeofóbica, so pretexto de que en la célula revolucionaria que asesinó al zar había una joven judía. El nuevo y precario régimen convocó a las masas culpando a "los judíos" del regicidio. Las viejas formas de la judeofobia rusa (Zona de Residencia, cantonismo, etc.) fueron reemplazadas a partir de Alejandro III por otras más temibles aún, como los pogroms ("embestida" en ruso) que eran ataques del populacho contra la población indefensa, con saqueos, incendios, violaciones y asesinatos.

El bao de sangre inspirado por el gobierno ocurrió en tres olas de furor creciente, y dejó decenas de miles de muertos, e incontables mutilados y heridos. El primero de los pogroms tuvo lugar en abril de 1881 en Yelizavetgrad. El nuevo ministro de interior, conde Nicolás Ignatiev, los denominó "actos de justicia espontánea del pueblo ruso explotado".

Por un lado, los grupos revolucionarios redoblaron su accionar; por el otro, surgieron organizaciones ultraconservadoras para combatirlos, y para que se revirtiera la liberalización de Alejandro II. Entre ellas la Liga Sagrada, la Unión del Pueblo Ruso, las Centurias Negras, la Nobleza Unificada. Su lema era "Golpea al judío y salva a Rusia". En cuanto a los bolcheviques y anarquistas, muchos aceptaron los pogroms, en los que veían un medio para despertar al pueblo, que eventualmente se volcaría contra el régimen. Su lema revolucionario era "Golpea a la burguesía y al judío!"

Ignatiev informó al zar acerca de la violencia desatada: "durante los últimos veinte años -escribe- los judíos gradualmente ganaron el comercio y la industria… hicieron todos los esfuerzos para explotar a la población general… Así han fomentado una ola de protesta, que cobró la infortunada forma de violencia… La justicia exige normas severas que alteren las relaciones entre los habitantes generales y los judíos, y protejan a los primeros de la dañina actividad de los últimos".

Estas "normas severas" fueron conocidas como las Leyes de Mayo, decretos "temporarios" que se aplicaron a los judíos hasta la revolución de 1917, y que les prohibían residir fuera de ciertas ciudades y aldeas (cien en total) y cancelaban todo contrato de compraventa con judíos en las áreas prohibidas. De este modo los comerciantes rurales se libraron de la competencia de sus colegas judíos, y los policías fueron dotados de un instrumento permanente de extorsión y maltrato a los judíos que aún vivían en regiones vedadas.

Gracias a presión internacional, un decreto proyectado fue abortado: la expulsión de todos los judíos a las planicies de Asia Central. Pero una restricción que sí se agregó en la nueva Rusia fue el Numerus Clausus ("números cerrados") para estudiantes judíos (esta práctica restrictiva prevaleció en muchos países, incluso en los EE.UU.). En julio de 1887 el Ministerio de Educación estipuló para los establecimientos secundarios y terciarios, un tope de 10% de judíos en las ciudades de la Zona de Residencia, 5% afuera de ella, y 3% en Moscú y Petersburgo. A veces estos topes incluían aun a judíos que se habían convertido al cristianismo.

Uno de los propulsores de estas restricciones fue el conde Constantino Pobedonostev, cuyo cargo era similar al de un ministro de religión. Como opinaba que los judíos tenían más talento que los rusos, temía que los dominaran. Por ello bregaba por la total rusificación y vaticinó el destino de los judíos de Rusia: "Un tercio morirá, un tercio emigrará y un tercio se asimilará".

Además de lo antedicho, la faceta de la judeofobia rusa que tuvo mayor influencia a largo plazo fue su modo de justificarse. La Ojrana, policía secreta del zar, procuraba explicar ideológicamente sus acciones por medio de un libro actualizara la vieja tradición demonológica. Había buenos precedentes.

El primero de ellos, según vimos, era la obra en cinco tomos del abate Barruel (el mismo que frustró el Sanhedrín de Napoleón) en la que mostraba la detestada Revolución Francesa como la culminación de una milenaria conspiración secreta. Tres libros que emparentaban la conspiración con los judíos aparecieron en 1869: uno alemán (El discurso del rabino de Hermann Goedsche), uno francés (El judío, el judaísmo y la judaización de los pueblos cristianos de Gougenot de Mousseaux, quien recibió "por su coraje" la bendición papal de Pío IX), y uno ruso (El libro del Kahal de Jacob Branfman).

También se citaba una fuente inglesa, que no surgía de textos judeofóbicos sino de una travesura literaria. Me refiero a Coningsby, la novela de Benjamín Disraeli publicada en 1844. En un párrafo el rico y aristocrático judío Sidonia refiere cómo durante sus travesías por Europa en busca de un préstamo, comprobaba que en cada país el ministro al que entrevistaba, era indefectiblemente judío. Y concluye con el siguiente comentario: "Ya ves, entonces, mi querido Coningsby, que el mundo está gobernado por personajes muy diferentes de los que imaginan quienes no están detrás del escenario" (capítulo XV del libro tercero). ¡Y esto había salido de la pluma de un judío que llegó a ser Primer Ministro! (Innecesario aclarar que quienes lo citaban para "demostrar el poder de los judíos" salteaban el hecho de que los varios ministros mencionados en la novela en rigor no eran judíos).

El mito reaparece hacia 1850 en muchos diarios alemanes que buscaban misteriosas raíces para la revolución de 1848. En la novela Biarritz de Goedsche, el capítulo En el cementerio judío de Praga refiere una reunión secreta nocturna durante la Fiesta de los Tabernáculos, en la que los delegados de las doce tribus de Israel planeaban una vez por siglo la toma del planeta.

Otra publicación en alemán, que para 1875 ya iba por la séptima edición, fue La conquista del mundo por los judíos, de un tal Millinger (alias Osman-Bey). Allí se señalaba como fuente del mal a la Alliance Israélite Universelle (aunque fundada en 1860, se la presentaba tan antigua como los judíos) y se auguraba que "En un mundo sin judíos las guerras serán menos frecuentes porque nadie lanzará a una nación contra la otra; cesarán el odio entre las clases y las revoluciones, porque los únicos capitales serán nacionales que jamás explotan a nadie… Tendremos ante nosotros la Edad de Oro, el ideal del progreso en sí. ¡Arrojad a los judíos al Africa! ¡Viva el principio de las nacionalidades y de las razas! ¡La Alliance Israélite Universelle sólo puede ser destruida mediante el exterminio total de la raza judía!".

Como varios señalaban a la Alliance de París como centro de la confabulación, allí fue donde la Ojrana (policía política del zar) instaló al agente Orgeyevsky con el objeto de "documentar" las siniestras actividades judías. El ministro Peter Stolypin descartó varias propuestas por "propaganda inadmisible para el gobierno", pero terminaron por aceptar un panfleto del místico Sergei Nilus, escrito por 1902.

El libro supuestamente contenía los "verdaderos" protocolos del congreso efectuado en Basilea (Suiza) un lustro antes (el Primer Congreso Sionista Mundial) que, aunque supuestamente había fingido el objetivo de establecer un hogar nacional para los judíos, en realidad se había convocado para un plan de dominación mundial. En dichos Protocolos de los Sabios de Sin, rabinos y líderes expresan sin vueltas su sed de sangre, maquinaciones y ansias de poder. La historia completa de cómo se fraguó el libro fue explicada por Norman Cohn en El mito de los Sabios de Sión (1967).

Durante los primeros tres lustros los Protocolos tuvieron poca influencia. Luego los rusos, motivados por un artículo publicado en el Morning Post de Londres (7/8/1917) que sugería la existencia de un gobierno judío secreto e internacional, decidieron enviar copias de los Protocolos a numerosos diarios europeos para "corroborar" la hipótesis.

El éxito de la patraña no tuvo precedentes. Millones de ejemplares se vendieron en más veinte idiomas. En los EE.UU. su gran mentor fue el magnate del automóvil, Henry Ford, quien durante los años veinte difundió la mentira en su diario The Dearborn Independent. También The Spectator londinense requirió en 1920 que se designara una Comisión Real para revisar si existía una confabulación judía internacional para destruir el cristianismo. De ser probada su existencia, "se justificará nuestra cautela para admitir judíos a la ciudadanía… Debemos arrastrar a los conspiradores a la luz, y mostrarle al mundo cuán malvada es esta plaga social".

¿Suena al Sínodo de Conversos del año 1235? ¿Beben los judíos sangre cristiana? ¿Nos dominan secretamente? La Comisión Real nunca fue erigida, gracias a que un corresponsal del diario The Times, Philip Graves, descubrió casualmente la novela en base de la cual se habían fraguado los Protocolos. Era una sátira contra Napoleón III escrita medio siglo antes (en 1865), Diálogos en el infierno de Maurice Joly, en la que los franceses (no los judíos) acumulaban poder. De 2.560 renglones, 1.040 habían sido copiados literalmente por Nilus, palabra por palabra. El editorial del Times del 18 de agosto de 1921 fue una resonante admisión del macabro error. Los Protocolos eran falsos y la conspiración judía mundial un nuevo mito judeofóbico.

Pero tal como había sucedido con el libelo de sangre, el hecho de que la patraña fuera racionalmente desenmascarada no disminuyó el odio. Los Protocolos siguieron difundiéndose y creyéndose como ninguna obra anterior. Aun en 1992 salió en primera página del diario Sovetskaia Rossiia una serie de artículos de Yoann (Metropolitano Ortodoxo Ruso de Petersburgo) que denunciaba con los Protocolos un complot judío del que Rusia era el primer blanco.

Nueva Esperanza, Nueva Frustración

Otra vez el déja vu. Nos hace recordar las esperanzas que despertó el iluminismo después de siglos de judeofobia cristiana. ¿Qué vemos ahora en el horizonte? Parece nuevamente la salvación de los judíos de los mitos acumulados, de la discriminación y el desprecio, las mentiras y leyendas. Es la Rusia del siglo XX en cuyo aire flotan racionalismo y socialismo, en la que los revolucionarios que luchan por la igualdad se mofan de las supersticiones del pasado y planifican la religión de la razón en un mundo de confraternidad. La revolución bolchevique pondría fin a la discriminación y la violencia de los zares… Pero oh sorpresa, muchos de sus portaestandartes mostraron ser ellos mismos judeófobos.

Entre ellos, los teóricos del anarquismo, quienes propugnaban la destrucción de todo el viejo régimen, salvo una parte. Así escribía en 1847 el francés Pierre Proudhon acerca de los judíos: "Esta raza lo envenena todo al entrometerse por doquier. Exigid su expulsión de Francia, a excepción de los hombres casados con mujeres francesas. Prohibid las sinagogas, no los admitáis en ningún empleo, procurad la abolición final de esta secta… El judío es el enemigo de la raza humana. Uno debe devolver esta raza al Asia o exterminarla… Por fuego o expulsión el judío debe desaparecer… Lo que los pueblos de la Edad Media detestaban por instinto, yo detesto por reflexión, y de modo irrevocable".

El principal teórico de la revolución, Carlos Marx, nació judío y fue bautizado a los seis años por su padre, Hirschel, hijo, yerno y hermano de rabinos, y descendiente de sabios talmúdicos. Hirschel cambió su nombre por Heinrich y se hizo protestante cuando un edicto prusiano de 1817 prohibió a los judíos ejercer la abogacía (fue uno de los miles a los que nos referimos, que se convirtieron al cristianismo con la reversión post-napoleónica de la Emancipación).

El primer ensayo de Carlos Marx, La Cuestión Judía (1844) fue en respuesta a Bruno Bauer, quien había condicionado la Emancipación de los judíos a que éstos abjuraran de su religión. Para Marx ni la apostasía era suficiente: "La nacionalidad quimérica del judío es la del comerciante… La base secular del judaísmo es la necesidad práctica, el interés propio. ¿Cuál es el culto mundano del judío? El chalaneo. ¿Cuál es su dios mundano? El dinero. La sociedad burguesa crea continuamente judíos… La emancipación del chalaneo y del dinero, y consecuentemente del judaísmo real, será la autoemancipación de nuestra era". La emancipación humana es, en el libro de Marx, un sinónimo de la abolición del judaísmo.

Hemos trazado dos contrastes. Uno, el del enciclopedismo con el contexto medieval del que provenía; otro, el del socialismo con su telón de fondo zarista. La pregunta es por qué estos dos movimientos basados en el racionalismo y la confraternidad estuvieron infestados de la judeofobia que caracterizaba el viejo orden. Aparentemente, las sociedades europeas estaban tan saturadas por siglos de odio antijudío, que fueron incapaces de producir un iluminismo o un socialismo libres del mal.

En un abarcador estudio, el historiador Zosa Szajkowski no pudo encontrar una sola palabra en defensa de los judíos en la literatura socialista francesa entre 1820 y 1920, aun cuando la mitad de ese lapso estuvo repleta de seiscientos pogroms. Como ejemplos de la judeofobia izquierdista, mencionamos a Toussenel, Fourier y Proudhon. Saint-Simon es la notable excepción. En cuanto a Marx, a partir de sus escritos y biografía, podemos reflexionar acerca de cuatro aspectos de la judeofobia, a saber:

A) Los judeófobos inflan la importancia de los judíos de los que disgustan, y enfatizan su judeidad aun cuando sea virtualmente inexistente. Así, para los nazis el comunismo era una ideología judía. Y dentro de la izquierda, el anarquista Mikhail Bakunin (quien consideraba a los judíos "una nación de explotadores") llamaba a Marx "un Moisés moderno". Por el contrario, cuando hay judíos importantes para su causa, los judeófobos se esmeran en empañar la judeidad. Así, el origen judío de Marx fue soslayado por los regímenes comunistas. En la edición de 1952 de la Enciclopedia Soviética se omitió toda mención al respecto.

B) Como los judíos eran acusados desde los dos flancos del espectro político con argumentos contradictorios, no tenían ninguna posibilidad de salir airosos de la acusación (como cuando se les censura a un tiempo el ser avaros y ostentosos, o entrometidos y muy cerrados). A pesar de su sufrimiento bajo los estados cristianos, los judíos fueron ulteriormente vistos por muchos librepensadores como el germen del cristianismo. Del mismo modo, la judeofobia de Marx y los marxistas no disuadió a los judeófobos anticomunistas de acusar a "los judíos" de haber creado el marxismo. Por esta razón, durante la guerra civil que siguió a la revolución bolchevique, las bandas de combatientes anticomunistas en Ucrania asesinaron a cincuenta mil judíos inocentes que residían en Ucrania.

C) Otro rasgo típicamente judeofóbico de Marx fue pasar por alto tanto el sufrimiento de los judíos como la existencia del odio antijudío en su época. Su antagonismo hacia los judíos se expresó en sus ensayos como en su correspondencia privada. Nunca tuvo una palabra de solidaridad para las víctimas de los pogroms, cuya inmigración a Londres comenzó mientras Marx vivía allí. Este "humanismo selectivo" es una característica de los judeófobos de izquierda, judíos y no-judíos por igual. En 1891 la reunión de la Segunda Internacional Socialista en Bruselas (que incluyó a muchos delegados judíos) rechazó una moción de condena a la creciente judeofobia. Cuando queramos desenmascarar tendencias judeofóbicas, debemos preguntar al sospechoso si la judeofobia realmente existe en el presente. Una respuesta negativa sería muy elocuente.

D) Marx también ejemplifica un fenómeno que exacerba la judeofobia: el que dio en llamarse judío ajudaico (como en el título del libro de Isaac Deutscher publicado de 1968, un año después de su muerte. El judío ajudaico es un revolucionario radical quien, aunque no tiene conexión alguna con el judaísmo, es percibido como "el judío" por la sociedad que aspira a destruir. El judío ajudaico simpatiza con todo perseguido, siempre y cuando no sea judío. Así lo definía Rosa Luxemburgo en una carta de 1916: "¿Para qué vienes a mí con tus penas judías? Me sicerca de las desdichadas víctimas de las de las plantaciones de caucho en Putumayo, o de los negros del Africa con cuyos cuerpos los europeos juegan a la pelota… No tengo un rincón para el ghetto reservado en mi corazón: me siento en mi hogar en todo el mundo, doquiera que haya nube, y pájaros y lágrimas humanas". En retrospectiva, esos judíos del ghetto en 1916 habrían gustosamente cambiado su destino con los trabajadores brasileños o africanos. Pero como lo dijera Irving Howe "aún en el más cálido de los corazones hay un lugar frío para los judíos".

En cuanto a los seguidores de Marx en la Rusia comunista, estudiaremos su judeofobia en nuestra próxima clase.