El tipo de personas que acuden a los servicios sexuales de una trabajadora del sexo es muy variado: intelectuales, estudiantes, con escaso nivel de estudios; solteros, casados; prácticamente, de todas las edades y nacionalidades; a algunos les gusta acudir asiduamente todas las semanas a solicitar servicios a una prostituta, otros sólo van de manera esporádica; puede haber preferencias por el medio abierto (calle) o bien preferir un local cerrado (clubes). Y diversas diferencias en cuanto al dinero que se gastan en servicios sexuales: algunos $50.00 al mes, otros $500.00, meses que no acuden… La heterogeneidad es tan grande que no cabe hablar de un perfil del cliente de la prostitución.
Por exponer datos recientes, y porque son escasos los estudios sobre el cliente, la asociación APRAMP (Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención de la Mujer Prostituida) presentó un estudio en el que describía al cliente habitual en 1998 como un varón casado y con cargas familiares, mayor de 40 años, mientras que en 2008 abundan más jóvenes de 20 a 40.
El caso de un ejecutivo de éxito profesional:«Jonathan Anderson fue nombrado el hombre de negocios local del año 2005, hazaña que logró sólo unos años después de haber fundado una empresa de tarjetas. Abandonó la escuela sin acabar el bachiller, pero con dos amigos íntimos comenzó a mandar grandes cantidades de papel a empresas de reciclaje. Más tarde, la empresa se convirtió en cinco fábricas y 20 tiendas, empleando a más de 100 trabajadores. ¡El año pasado, después de la celebración de la inauguración de otra fábrica con sus socios, fue condenado por solicitar los servicios de una prostituta desde su vehiculo.
Pregunta: Querido Rabino:
le deseo bendicones de parte del Eterno, le escribo porque queria saber algo, es con respecto a las relaciones premaritales, ¿que sucede cuando se ha intentado todo y la carne vence? me refiero a se recurre a un prostituta como lo dice en una de sus respuestas o se recurre a la mujer con la que el hombre debe casarse.
le agradezco su atención.
Shalom.
Mayra M.
Colombia
(Deben incluir en todos sus mensajes para nosotros su nombre completo, el nombre de la ciudad y país donde vive)
Shalom.
Gracias por participar. El título que usted me asigna no es correcto.
Sobre esto ya hemos escrito anteriormente, así que le ruego que lea este texto; y este otro también.
En cuanto a qué sucede, como usted pregunta, las respuestas pueden ser variadas, por lo tanto me limitaré en esta ocasión a solamente mencionar un par de ideas:
Generalmente a las mujeres que se prostituyen se las trata como un objeto, como una mercancía, en una situación que es de vinculación esencialmente íntima, con lo que se está desvirtuando el carácter especial de tal relación.
Al valorar a un humano como objeto, uno también se está valorando a sí mismo idénticamente. Es decir, al no considerar al otro en su valor humano, nosotros somos los deshumanizamos.
El otro con el cual me vinculo es un espejo de quien soy, y si el otro es visto como cosa… ¿qué imagen obtengo de mí? (En verdad la pregunta debería ser: ¿qué imagen estoy proyectando de mí?)
Esta cosificación de una persona es una actitud gravísima, pues es un camino resbaladizo que puede llevar a las peores de las tragedias, tanto para uno mismo como para el prójimo.
Por lo tanto, recurrir a los servicios sexuales de una prostituta no es meramente descargar libido, saciar un apetito normal, sino que es la clave para animalizarse; para descender al nivel de seres carentes de libertad para escoger entre calmar un deseo o ser libre para sobreponerse al mismo. (Atención: la prostituta no es necesariamente culpable de la equívoca actividad que realiza).
La sexualidad es una herramienta dada por Dios para elevar a las personas hasta niveles insuperables, si es utilizada de acuerdo a los parámetros marcados por Dios en Su Torá. Cuando se la usa de manera cercana a la animalidad, se está malgastando un precioso recurso para crecer en compañía armoniosa.
Cuando se mantienen relaciones sexuales de modo casual, se está levantando un tabique divisorio en el matrimonio (actual o futuro).
Si se mantuvieron en estado de soltería, esta pared simbólica se erige previamente al (probable) matrimonio, convirtiéndose en un obstáculo (grande o pequeño, pero obstáculo al fin) entre los cónyuges.
¿Cuál es esta pared simbólica?
La de poner a la pareja, a esa persona con la cual se tiene un compromiso para llevar adelante un proyecto vital en conjunto, en el lugar ocupado por la cita ocasional.
Seguramente que de modo consciente nadie que ame a su pareja admitirá que está haciendo eso, pero, si revolvemos en el sótano oscuro del inconsciente, de pronto hallaremos que es así. Que de algún modo la imagen de la persona amada se ve empañada y mancillada por el recuerdo (quizás ya olvidado) de las relaciones sexuales casuales.
¿Vale la pena echar a perder la posibilidad de una vida edificante por un minuto de refriega física sin trascendencia?
En cuanto a que si la relación sexual se mantuvo entre la pareja de novios, de aquellos que tienen planes de casarse, le cuento que en tiempos antiguos esto no tenía inconvenientes; pero en la actualidad, y por preservar el respeto y compromiso que conlleva el matrimonio, se prohibió tal actividad.
Es decir, en lugar de mantener relaciones antes de la ceremonia nupcial, ¿por qué no se apresuran a contraer enlace?
Evidentemente, el error es menor en este caso que en el de recurrir a los servicios de una prostituta, o a una cita ocasional.
Bien, quedaría más por decir, pero me parece que por ahora es suficiente.
Si le quedan más dudas, con gusto serán recibidas.
Me agradaría recibir sus comentarios edificantes en la casilla de e-mail: comentario@serjudio.com?subject=rap1262
Iebarejejá H’ – Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom
Yehuda Ribco
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