Una gran mayoria de las personas mide su valor propio dependiendo de lo que tienen en su cuenta bancaria. Mientras más tienen, mejor se siente consigo mismas. Puesto que colocan demasiada energia en acumular dinero, este llega a representar la vida misma.
Algunos piensan que son ellos y solamente ellos los responsables de su éxito, que su habilidad e inteligencia lo hizo todo. El verdadero reto que presenta la riqueza es este: No ser engañados por nuestro ego sino recordar que el Creador quien nos da el poder de ser prósperos.
Esto no significa que tu éxito no sea un resultado de tus esfuerzos, seguro lo es. Además, es un deber hacer todo lo posible y permitido para que nos vaya bien, no sólo sentarnos a esperar que el dinero nos llegue. Debemos reconocer que es la bendición de lo Alto, y no únicamente nuestro esfuerzo, lo que crea la riqueza.
Por si mismo, el dinero puede convertirse en una maldición. El dinero puede causar ansiedad interminable, sin importar cuánto tengamos, nunca podremos asegurar que de alguna manera lo perdamos.
Cuando pones el tema del dinero en perspectiva y reconoces por qué te fue dado, entonces se puede convertir en una bendición en lugar de lo contrario. Al usar tu dinero con propósitos caritativos y filantrópicos en lugar de gastarlo en deseos momentáneos, tu dinero se torna eterno.
El poder de la caridad no te permite ahogarte en los intereses del ego. Los actos de bondad y amabilidad son virtuosos, pero dar dinero para caridad es la manera más poderosa de elevar tu alma, ya que esto implica dar una parte de todo lo que tu eres: tus habilidades, tus esfuerzos, tus ambiciones, tu compasión.
La llave para abrir la puerta de la caridad es entender que ésta es más que un regalo para quien recibe, en realidad quien más recibe es el dador. La necesidad de ser caritativo es una de las necesidades humanas más fundamentales, tal como precisamos comida, protección y amor, necesitamos compartir lo que nos ha sido dado. Si una persona con riquezas da de manera arrogante, pensando que está haciendo un gran favor, tristemente se equivoca: el favor está siendo hecho a él. Enseñaros los Sabios: «Más de lo que el rico hace por el pobre, el pobre hace por el rico».
Desde una persèctiva netamente financiera, uno puede argumentar que la caridad simplemente reduce los recursos financieros de quien da. Pero cuando reconocemos que es la bendición de lo Alto la principal fuente de la riqueza, la caridad se convierte en la mejor de las inversiones. Si alguien tiene dificultades financieras en su negocio, él deberia incrementar sus contribuciones para incrementar la bendición para su riqueza. Como dicen los que saben: Haz donaciones, de manera que puedas prosperar. Las donaciones abren nuevos canales de riqueza desde lo Alto.
Como noájidas debemos trazarnos como meta incrementar nuestras donaciones. Deberiamos inspirarnos, e inspirar a otros, para hacer caridad como un hábito regular de nuestras vidas.
¿Deseas invertir para lo posteridad a través de esta noble organización?
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