Este texto lo he publicado hace un tiempo atrás, creo que es provechoso tenerlo en cuenta ahora.
Relacionado con este otro texto, que se ha publicado recién en FULVIDA.com.
Pregunta: Quisiera saber porque D´s elijió a nuestro pueblo y no a cualquier otro pueblo.
Shalom.
Gracias por escribirme.
Brian querido, hay varias posibles respuestas válidas.
En esta oportunidad te daré solamente tres, que espero te sirvan para continuar profundizando en tus estudios.
Pero antes quiero recordarte algo fundamental.
Cuando los judíos hablamos de ser el «Pueblo escogido» por Dios, lo único que estamos queriendo decir es que Dios nos escogió a los judíos entre el resto de las naciones para que nos hagamos cargo de cumplir con 606 mandamientos más que los demás.
Es decir, es una elección que te da mayor trabajo y responsabilidad, y no una elección que sirve como título de nobleza o como tonta excusa para menospreciar a los ajenos.
Ahora que queda claro esto, pasemos a las posibles respuestas:
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«Las cosas secretas pertenecen al Eterno nuestro Elokim, pero las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos, para siempre, a fin de que cumplamos todas las palabras de esta Torá.»
(Devarim / Deuteronomio 29:28)Las personas no tenemos la capacidad de comprender exactamente todo lo que Dios piensa, actúa o decide.
Apenas si conocemos lo poco que Él nos descubre de Sí Mismo en Su Torá perfecta.
Por lo cual, si Él escogió a una única nación para hacerla receptora exclusiva de la Torá y para hacerla responsable de cumplir con 606 mandamientos más que el resto de las naciones de la Tierra, solamente Él sabe exactamente Sus motivos.
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«Pero el Eterno se agradó sólo de vuestros padres para amarles, y después de ellos eligió a su descendencia de entre todos los pueblos, es decir, a vosotros, como en el día de hoy.«
(Devarim / Deuteronomio 10:15)Tras el Diluvio, Dios le había dado a toda la especie humana siete simples mandamientos para que todas las personas respetaran por siempre, los que son conocidos como «Los Siete Mandamientos Universales o de Noaj«.
Son mandamientos muy sencillos de cumplir y básicos para sostener una sociedad ordenada y progresista.
Durante unas pocas décadas las personas fueron fieles a estos principios, pero bien pronto empezaron a abandonar a Dios y se fueron involucrando más y más en una vida de pecado y alejamiento de lo que es Bueno.
Tras de no mucho tiempo, la gente olvidó a Dios, borró de sus memorias el pacto que habían sellado de cumplir con los siete mandamientos universales, y se dedicaron por completo a la idolatría, el vicio y las cosas negativas.
En medio de la podredumbre de valores y metas nació un niño, que fue conocido como Avraham.
Y este niño reconoció que los dioses falsos en nada se comparan con el Uno y Único Dios.
Y este niño entendió que no se logra nada realmente valioso andando por caminos que son desagradables para Dios.
Y este niño comprendió que él era responsable de promover un cambio en el mundo, de devolver a las personas el recuerdo de la existencia de Dios y el compromiso por cumplir con Sus mandamientos.
Y este niño fue despreciado por casi todos, fue rechazado, lo intentaron silenciar y luego asesinar.
Y cuando el niño creció, pocos eran los que habían aprendido la Verdad que él enseñaba, y por lo tanto, muchos (casi todos) eran los que continuaban esclavos de la idolatría y los principios de vida errados.
Pasó el tiempo y Avraham se constituyó en el primer patriarca de la familia de Israel, es decir, en el mundo había una familia dedicada a servir exclusivamente a Dios y a esforzarse por hacer lo que a Él agrada (que en aquel tiempo era cumplir básicamente con los siete mandamientos universales).
Cuando Dios decidió que había llegado el momento oportuno para entregar al mundo Su Torá, observó a todas las naciones, las sopesó, y reconoció que solamente una familia era capaz de hacerse responsable y comprometerse a cuidar la Torá y de cumplir con sus preceptos, tal como hasta entonces se habían mantenido fieles a los mandamientos universales a pesar de las enormes dificultades que debieron soportar.
Esa única familia eran los hebreos.
Por lo cual, Dios escogió a aquellos que por sus propios méritos habían escogido ser fieles constantemente a Dios.
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«No porque vosotros seáis más numerosos que todos los pueblos, el Eterno os ha querido y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos.» (Devarim / Deuteronomio 7:7).
Dios quiere que las personas seamos libres para escoger el rumbo de nuestras vidas, y así ser responsables de nuestros logros y/o fracasos.
Él no creó humanos marionetas, sino seres humanos con voluntad y determinación.
Por esto mismo Dios permanece oculto y solamente Se revela con disimulo, pues si fuera evidente para todos Su existencia ¿acaso alguno siquiera pensaría en pecar sabiendo que Él existe y castiga el pecado?
Entonces, si Dios hubiera dado Su Torá con los 613 preceptos a alguna nación poderosa del pasado, o del presente, ésta hubiera asumido la misión de convertir incluso por la fuerza a los demás a sus ideas y costumbres (tal como ocurre habitualmente, los imperios militar y económicamente poderosos también expanden su poderío mediante la difusión de sus valores, doctrinas y pensamientos. Mira los ejemplos de Grecia, Roma, Británicos, Germanos, Estados Unidos, cristianismo, etc., que intentaron y tratan de imponerse a como dé lugar, sea por las buenas o por las malas).
Por tanto, Dios no le podía/quería entregar la Torá (y hacer pueblo escogido) a ninguna nación que fuera numerosa y poderosa, ni en el momento de la entrega de la Torá, ni posteriormente.
Dios quiso dar la Torá y sus preceptos a un pueblo materialmente débil, relativamente escaso en número, con un pasado tormentoso, de personas humildes y humilladas, solitario entre las naciones… a los judíos.
¿Para qué?
Pues, para que la Verdad (Dios y Su Torá) estuviera al alcance del que sinceramente la buscase (y la halle en el seno del judaísmo), y no para que fuera impuesta por medio de amenazas, torturas u opresiones de otro tipo.
En síntesis, el ser un pueblo frágil y descendiente de esclavos es un buen motivo para haber sido escogido por Dios para convertirse en Sus siervos más trabajadores, así Dios puede ser hallado libremente por todo aquel que honestamente Le está buscando.
Evidentemente que esta elección particular que Dios hizo, y hace a perpetuidad, por los judíos no implica que Dios rechaza a los gentiles, sino que cada cual tiene una función distinta que cumplir en el Plan de Dios.
Quedo a tus órdenes para lo que te pueda ayudar.
Te deseo lo mejor, y te recuerdo que nuestro sitio se mantiene gracias a la colaboración de los generosos visitantes.
Que el Uno y Único Dios bendiga a quienes le son fieles servidores, y que sepamos construir Shalom, Iebarejejá H’.
Yehuda Ribco