En la primer parte explicamos cómo aumentar la confianza en uno mismo fortaleciendo la autoestima apartándose por completo de la idolatría, en esta parte trataremos otro aspecto igual de importante que de hecho es necesario para completar una personalidad saludable con una actitud frente a la vida de seguridad confianza y aprecio por uno mismo y por los demás, para realizar esto es necesario apelar a otro de nuestros importantes Mandamientos al de la “No blasfemia” entonces complementaremos la parte anterior donde tratamos la prohibición a la idolatría con este que trataremos la prohibición a la blasfemia, y veremos cómo entre estos dos aspectos configuran una personalidad saludable con una actitud de seguridad integridad y confianza para uno mismo y para los demás.
Entre fortalecer la autoestima y caer en el error de creernos más que los demás existe una delgada línea, de hecho las personas que poseen una baja autoestima van de un extremo a otro, de la idolatría hacia la blasfemia como la balanza que se inclina de un lado hacia otro unas veces creyéndose más y otras veces menos que los demás, y es que estos dos aspectos están profundamente ligados es decir que la blasfemia te puede llevar hacia la idolatría y viceversa la idolatría te puede llevar hacia la blasfemia.
Cuando existe un desequilibrio en alguno de estos dos aspectos, seguramente afectara y te llevara hacia el extremo opuesto, pongamos un ejemplo para entenderlo.
Hace poco conocí a una persona, que cree en jesús con todas las practicas idolátricas que esto conlleva hacer o sea poner la confianza en cosas u objetos que no son Dios, como ídolos rituales u otra cosa que se les ocurra pero idolatría en el sentido más puro, y me llamaba la atención su forma de actuar, caminaba muy erguida con la mirada hacia arriba y cuando veía a alguien lo miraba como si fuese este un ser inferior, pero esa seguridad que aparentaba era relativa pues en otras ocasiones se veía como un ratón asustado en su escritorio y lo peculiar era que cuando le encomendaban hacer alguna tarea muchas veces se sentía incapaz de hacer las cosas o argumentaba que le daba “pena” hacerlas y hablamos de tareas propias de su profesión que forman parte necesaria en el desempeño de cierta actividad, pero al fin y al cabo esa seguridad que aparentaba de repente se esfumaba y aparecía un autoestima baja y una inseguridad notable, pasaba de sentirse muy segura y por encima de los demás a sentirse menos y con menos capacidades que los demás, esto es efecto de creer poner la confianza en ídolos y dejar de reconocer la chispa de divinidad que existe en todos nosotros causado esto por supuesto por las religiones en este caso el cristianismo.
Cuando el individuo pone su confianza en algo relativo sea esto objetos o sujetos su seguridad será relativa como la existencia de esas cosas, hay quien pone su confianza en ídolos en el dinero en los bienes u en otras cosas y sin duda que algunas de estas cosas(como el dinero o bienes) son buenas pero solo como herramientas, no como “dioses” como son tomados por muchas personas, y es que todas estas cosas tienen un fin una caducidad y cuando se van el individuo nuevamente siente esa inseguridad esa desconfianza en si mismo y en los demás, pero la confianza en el Eterno en Su Majestad El Rey de reyes nos dará la seguridad plena que necesitamos para andar con rectitud en esta vida, pues sabemos que todo este universo y lo que contiene Le pertenece a El, y que en cada sitio de este mundo está El con Su inacabable Bondad y que Su presencia trasciende y sobrepasa por mucho los limites de esta realidad, por lo tanto en cualquier lugar donde estemos nosotros también estará El.
La idolatría tiene el efecto que te hace sentir menos de lo que eres realmente menoscaba tus fuerzas y te hace creer que eres incapaz de hacer muchas cosas y la blasfemia tiene el efecto de hacerte sentirte más que los demás haciendo que pierdas la oportunidad de reconocer la grandeza que hay en ti y por lo tanto en los demás, y entre un aspecto y otro, se consumen los días de la persona haciéndola caer en ambos extremos, haciendo de su vida un vaivén de sentimientos negativos.
¿Pero porque la blasfemia te hace sentir más que los demás, y que tiene que ver esto con insultar a Dios?
Es sencillo, todos fuimos hechos a imagen y semejanza (espiritual) del Todopoderoso, todos sin excepción traemos y cargamos esa carísima semejanza del Creador del mundo, entonces al menospreciar o hacer de menos a los demás también estamos menospreciando la imagen deL Eterno.
El hombre sincero sabe y conoce perfectamente su lugar así como el de los demás en la creación, la verdad es que nadie es superior a los demás pues todos TODOS sin excepción fuimos creados a imagen y semejanza (espiritual) del Todopoderoso, claro que todos tenemos un papel que distinto que desempeñar en este mundo, todos haciendo labores distintas pero que finalmente se complementan entre sí, pero la igualdad que nos da haber sido creados a la imagen del Todopoderoso nadie la puede negar.
Saber quien eres y quienes son los demás es una cuestión de identidad pero que cuando la has entendido te da seguridad, caminas por la vida sereno confiado en tus capacidades pero sin menospreciar también las capacidades de los demás.
Cuando has reconocido a tu Creador cuando has descubierto tu identidad y has aprendido a apreciarte a ti mismo por ello y cuando has aprendido a valorar a los demás por la misma razón estarás en el camino de la realización verdadera pues solo de este modo se puede sostener una conducta recta e integra ante los ojos de Dios y del hombre.
¡Hasta luego!