Bajo el ojo del Maestro, sigamos con la descripción del proceso que experimenta un gentil al despertar a la Luz, cuando se libera de las falsedades espirituales de su vida pasada.
En principio se mencionaron seis etapas:
- Rechazo
- Desilusión
- Acción por inercia
- Reajuste
- Admisión
- Confianza
En esta segunda entrega desarrollaremos la séptima etapa: La Responsabilidad.
Luego que el noájida ha experimentado las seis etapas del despertar a la Luz y comienza a vivir su identidad a plenitud, llega a un punto en el cual se le presentarán dos opciones:
1. Ser indiferente hacia su responsabilidad de construir shalom
2. Asumir su responsabilidad de construir shalom
Describamos la primera opcion:
Indiferencia hacia su responsabilidad de construir shalom.
Aqui se entiende el ser noájida como una razón contundente para alejarse de todo aquello que pudiera contener algun elemento religioso. Aborrece las religiones, rechaza todo lo que suene a religioso. No quiere volver a saber nada que tenga que ver con organizaciones religiosas.
Piensa que los principios y valores por los cuales dirigir su vida los define él mismo. Que posee la medida de sabiduria necesaria para establecer sus ideales o su filosofia de vida. Se tiene tanta confianza que no se nota con cuánta facilidad se llega a confundir un prejuicio con un valor.
Cree que no tiene por qué meterse en lo que los demás hagan con sus vidas. Que lo que hagan los demás no le afectan en nada su noajismo. Mientras él sea noájida todo está bien, y si los demás no se saben noájidas, todo está bien.
Menosprecia el valor de un maestro que le guie en su despertar a la Luz. Llega a creer que no tiene por qué pedir consejos ni consultar sus decisiones con nadie. De acercarse a un maestro y oirlo, cuestiona todo lo que su maestro le enseñe. Experimenta una falsa libertad y un falso intelectualismo al discutir (por el sólo hecho de hacerlo) cualquier argumento con que su maestro le enseña.
Se va al extremo de la pasividad. Esto se refleja principalmente en dos cosas: Hace caso omiso de la práctica de donaciones a causas justas, y no le importa hablar, en modo alguno, acerca de su identidad noájida. Además de no hacer nada a favor de nadie.
Usa el noajismo como una excusa para justificar sus placeres reprimidos. Confunde libertad con libertinaje. Se permite lo que no está prohibido pero tampoco recomendado. Es noájida pero participa en fiestas paganas porque sabe que las tales son una falsedad. Es noájida pero entra a lugares de adoración a falsos ídolos porque sabe que los ídolos son una mentira. Es noájida pero lee libros con contenido idolátrico porque supone que gracias al noajismo puede filtrar las suciedades venidas de la idolatria.
Gracias a Dios que muchas personas superan la indiferencia hacia su responsabilidad de construir shalom. Van entendiendo que ser noájida es sinónimo de compromiso, de entrega, de trabajo, de deber, de adeudo.
Son estos quienes se deciden por la segunda opción, es decir, asumen su responsabilidad de construir shalom.
Saben que ser noájida es ser parte de la solución y no del problema. Tienen conciencia que ser noájida es ser causante de acciones que redunden en el bienestar de muchos.
Aceptan que el noajismo no es excusa para desentenderse del sufrir ajeno, sino para extender una mano amiga. Mano que equipan con soluciones tangibles y no solamente con palabras huecas que no suplen necesidades.
Hablan con libertad, sin verguenza, y sin animos de convencer a otros de su identidad noájida. Comparten las Siete Leyes de Noaj, las explica y ejemplifica sin valerse del miedo al castigo o la culpa para causar un efecto positivo en su audiencia.
Apartan un porcentaje de su dinero para donarlo a causas justas y apoyar a personas o instituciones que procuran el bienestar social sin segundas intenciones. Se complacen en dar porque entiende que son receptores de bendiciones que Dios envia para otros. Son sensiblen ante las necesidades de sustento de quien los guia en su andar en el noajismo.
Aceptan, reconocen y aprecian lo invaluable de tener un maestro. Consultan su diario andar con aquél que lon guió en el proceso del despertar a la Luz. Estudian con detenimiento las palabras de su maestro, y cuando no entienden algo, en lugar de contradecir o rechazar, preguntan y piden explicaciones de manera respetuosa. Entienden que su maestro es un ser humano que se ha dado a la tarea de equiparse con más y mejores herramientas en pro del bienestar de la Creación.
A lo malo llaman malo, a lo bueno llaman bueno. Al pecado llaman pecado. Se congracian con su Creador y por tanto rechazan cualquier elemento de idolatria que de manera frontal o agazapada quiera perturbar su paz.
Respetan a sus compañeros de camino, y ese respeto se evidencia en apreciar el esfuerzo que estos realizan en pro de la construcción de shalom. Saben que no todos marchan al mismo ritmo, y que al igual que su maestro, deben ser pacientes y ayudar a aquellos que procuran hacer lo mejor con lo que tienen a mano.
Dicen «aqui estoy», «presente», «¿en qué ayudo?», «tengo una idea que puede beneficiarnos a todos», «tengo habilidades en x, y o z, y las coloco al servicio de los demás».
Hablan acerca de la vida, de los hijos, del matrimonio, de los negocios, del trabajo, del deporte, de la salud, de la política. Entienden que su vida está rodeada de esas facetas y que pretender desligarse de ellas es poco recomendable.
Respetan los límites propios y ajenos. Buscan en fuentes permitidas lo necesario para su vida. Respetan al judío y su judaísmo. Saben que el noajida con su noajismo y el judio con su judaismo. Se sienten orgullosos de su identidad y no aspiran llegar a ser judíos para ser «algo mejor». Ven al noajismo como una identidad con propósitos trascendentes y no como un trampolín para hacer conversión al judaísmo.
Echan mano de los elementos culturales de su nación siempre y cuando estos no atenten contra las Siete Leyes de Noaj. Se siguen sintiendo nacionalistas y aprecian su folklore. Conocen su pais, sus orígenes, sus costumbres.
Hasta aqui mi breve resumen de la etapa de responsabilidad del despertar a la Luz del noájida.
Seria agradable, y de gran provecho, que todos los noájidas colaboren a mejorar este texto, con sus experiencia, apreciaciones, etc.