La siguiente historia primeramente la hago para que todos aquellos que se creen judíos, netzaritas, mesiánicos y todo lo derivado a ellos, puedan algún día ver la luz, acercarse, indagar, estudiar y estar netamente convencidos para lo que Dios nos llamo y lo que somos realmente, sin mascaras ni mentiras… y de segundo me animó mucho la historia de Jonathan Ortiz. Poder escribir de mí y de lo que viví ya que los dos y muchas personas más vivimos experiencias parecidas en distintas áreas.
Todo comenzó cuando en el año 2000 después de un “grandioso” congreso evangélico el líder o pastor de la iglesia nos reunió a todos los ministerios (danza, teatro, cantores y músicos, ujieres o servidores y muchas más áreas) y nos hizo saber que había tenido un sueño, una visión o casi Ieshu-a mismo se le había aparecido y nació el nuevo “proyecto” de que ahora todos éramos mesiánicos o que retornaríamos al camino antiguo, injertados en el olivo natural, todos cambiarían sus nombres (los que teníamos no servían porque eran y son de origen griego), los hombres usarían kipa, las mujeres su velo o cobertura, las canciones ya no dirían cristo ni Jesús sino Mashiaj y Ieshu-a, las mujeres con su falda, celebrando Shabat y todas las fiestas judías, ahora se saludaba con shalom, nos despedíamos con shalom, los hombres se dejaron crecer los peyots (patillas) y muchas cosas más para parecernos mas a los judíos y supuestamente provocar envidia en la comunidad judía ya que ellos no tenían algo que teníamos nosotros al espíritu santo y a Ieshu-a. (La verdad que eso no provoca ni provocó la más mínima envidia, ni el 0.001% de envidia siquiera).
Todo fue avanzando, los años fueron pasando cuando en el año 2002 publicaron y anunciaron que todos los que querían ser “hijos del mandamiento” “bar/bat mitzva” harían un curso y tenían que pasar por varios exámenes o reglas (que fueron inventadas por Daniel Hernández o muchas de esas por el líder de la comunidad o profesor de dicha clase) para poder ser elegido. Unas de esas fueron: aprender el Shema completo en hebreo (por lo menos los 3 primeros párrafos), las mujeres ir en falda, con cobertura, los hombres con su kipa, llevar Biblia, ofrenda (nunca supe para que se utilizo ese dinero), pagar cada guía, llenar las guías de cuestionario, no puede faltar la debida circuncisión en los varones, las mujeres a aprender a hacer Jala (pan de Shabat) los hombres a comprar su Talit, Tzitzi, Sidur (libro de oraciones), utilizar Tefilim (filacterias). Estas cosas entre otras más debían ser cumplidas con “veracidad” ya que si no, no se clasificaba para poder graduarse.
Llego el día de la graduación (1 de Septiembre de 2002) donde cada uno de los que estábamos preparo su discurso (enseñanza que tratara sobre la parashat o lectura de la Torah que se leyó el día del nacimiento de la persona) y serian cambiados nuestros nombres, debajo de un Talit pasábamos y el Señor Daniel Hernández nos declaraba hijos del mandamiento, el brindis, diplomas (que por cierto por la parte de atrás fue rayado por todo el mundo dando la felicitaciones, con calcomanías de amistad) la comida final y listo. Todos habíamos sido declarados Benei Yehuda (conocido como judíos o los que se aferraban más a la Torah que el resto que no había hecho nada).
Pasó el día de la celebración y no había pasado ni las 5 horas cuando todas las mujeres en pantalón, sin cobertura, felices porque habíamos salido de esa tortura, además que el que nos dio la última semana de clase, el señor Binyamin Linarez ya no estaba así que prácticamente éramos libres. Ya quedaba de responsabilidad de cada quien si se seguía comportando de la misma manera o no. Igual todos fingíamos lo que no éramos.
Cada vez que me subía al “altar” (tarima, pulpito) a tocar el teclado, era una orden del líder de la comunidad colocarse falda las mujeres, kipa los hombres y cobertura o velo las mujeres, cosa que siempre odie lo digo con sinceridad ya que la cobertura me partía el cabello y no era de mi agrado y la falda era incomodo cuando uno andaba en buseta o transporte público y que me obligaran a eso me incomodaba mucho, pero como había que ser sumisos, agachar la cabeza y hacer caso por amor al ministerio, por amor a lo que habíamos hecho antes (el Bat Mitzva) teníamos que dar ejemplo.
Y así fue pasando el tiempo haciendo varias yeshivot, cursos de hebreo, de conocer las enseñanzas de Ieshu-a y todo el judaísmo pero revestido de Jesús y muchísimas cosas más, cosas que realmente no nos correspondía estudiar pero estudiamos, cabe resaltar que cada Yeshiva era costosa pero obligatoria para todos. Papel que ahora se utiliza para anotar teléfonos, tal vez alguna actividad de la universidad y muchas de esas para ser más claros como dos cajas de guías que fueron votadas aquí en mi casa ya que prácticamente traían era cucarachas o mugre, algunos las guardan de recuerdo y lloran, todavía no se sabe si por nostalgia o por todo el dinero invertido para nada.
En sí…Cual es el propósito de decir todas estas cosas? Que la gente vea, analice, saque sus propias conclusiones de lo que a vivido y si realmente es lo que dice ser. Hay muchos que dicen ser Judíos pero realmente no viven como Judíos (además no les corresponde) tal vez por eso será que para muchos es una carga y nunca son felices, se llenan la boca diciendo y vistiéndose como tales pero por dentro son personas común y corrientes como ciudadanos cualquiera pero llamando la atención de todos, éstos como una vez yo también sentía miedo a que los vieran tomarse una cerveza, miedo a que los vieran bailar, miedo a que los vieran escuchando un vallenato, una salsa, merengue, porque todo eso es del diablo y es pecado!
En mi experiencia personal y después del cambio que di, puedo decir que no hay nada mas sabroso que bailar junto a mi papá, junto a mis amigos, que si me dio sed me tomo una cerveza, que si me gusta Juan Luís Guerra, Celia Cruz, Mark Anthony los puedo escuchar y hasta dedicarle una canción de amor a mi novio sin que nadie me juzgue y me tilde de pecadora o hija del diablo. Soy feliz, amo ser noajida, me siento libre, amo la banda en la que toco porque puedo ejecutar mi instrumento y poner en práctica mi talento, y muchas cosas mas que no hacia por miedo a que digan los demás o simplemente a que Dios me fuese a castigar o el pastor de la iglesia me votara y me colocara en disciplina. (Igual uno lo hacia a escondidas) y si me equivoco me avisan.
Atrévete a cambiar, a conocer, acércate a Dios de una manera individual sin mediadores, el es tu amigo, te dio la oportunidad de ser noajida, aprovecha, gózate y disfruta de los placeres de esta vida que Dios te regalo, cumpliendo los 7 preceptos, llamando BUENO a lo que Dios llamó y llama BUENO, no a lo que el hombre dice que es “bueno”.
Pronto hablare más…
Shirá!!!