La prisión
Las religiones del mundo se disfrazan de espiritualidad, pero sus fundamentos se encuentran exclusivamente en el plano de lo emocional.
Carecen en absoluto de cualquier partícula potable de espiritualidad, ya que la espiritualidad ES seguir las enseñanzas de la Torá (en lo que a cada uno compete) y cumplir con los mandamientos que el Eterno ha encomendado a la persona. Siete mandamientos fundamentales para las naciones y 613 para los judíos, tal el Camino a la espiritualidad de acuerdo a como el Creador y Sostenedor del Mundo ha decretado.
Por tanto, las personas que están en religiones, que son «religiosas», están padeciendo una enorme hambre de espiritualidad, que ilusamente intentan tapar con más y más actos irracionales basados en la emotividad.
Contempla a los seguidores de Jesús (alias Ieshu, Yeshua, Iehoshua, Yahoushua, etc.), date cuenta de lo que te estoy explicando ahora en todas sus palabras y todos actos.
Si haces un análisis objetivo, desprovisto de preconceptos, descubrirás que las manipulaciones emocionales son las que florecen por doquier en sus sectas y doctrinas.
Desde que se levantan hasta que se acuestan están encarcelados por adoctrinamiento y manipulación emocional.
Carentes de profundidad espiritual, faltos de sensibilidad, paralizados en su razonamiento (en lo que a creencias se refiere, y luego en otras áreas de la vida). Todo esto como consecuencia de la inmensa carencia que tienen de nutrición espiritual y por la saturación de mala alimentación espiritual.
Están en profundo desequilibrio en dos de sus cinco planos de existencia: espiritual y emocional.
Lo que seguramente representará un agudo padecimiento también en los otros tres planos: físico, social e intelectual.
Es triste, pero me remito a las evidencias que tú cotidianamente puedes recoger al ver con ojos respetuosos e impasibles.
¿O no es así?
Estos hermanos humanos están esclavos de la idolatría, presos en prisiones de emotividad.
Torturados por sulfurosas cadenas de mentiras y tramas emocionales.
Estos hermanos humanos necesitan ser liberados, aunque ellos mismos se resistan por miedo a ser libres.
La liberación
Te plantearé algo que puede sonar bastante tonto, pero que guarda una importante enseñanza: Al que está preso del plano emocional, solamente se lo puede redimir abriendo la jaula que lo encierra en el plano emocional.
Esto quiere decir que no ayudas a tu hermano preso emocionalmente a ser libre si le alimentas sus otros cuatro planos de humanidad.
Puedes darle 1001 datos racionales que demuestran la falsedad de su religión, la negrura para el alma de sus doctrinas; pero el esclavo emocional no te entenderá, tiene bloqueado el entendimiento a causa de su esclavitud emocional.
Puedes instruirle con 1001 mandamientos y buenas prácticas de bondad y justicia, y probablemente haga alguna de ellas y obtenga beneficios espirituales; pero seguirá atribuyendo santidad a la perversión de la idolatría, mantendrá su confianza depositada en un falso redentor (Jesús, con cualquiera de sus alias).
Es que mientras sus cadenas sigan estando en el plano emocional, difícilmente podrá avanzar, desarrollarse, liberarse, alcanzar su plenitud como hijo de Dios.
Por tanto, tu primer tarea debe ser dedicada a liberarlo emocionalmente.
Luego tendrás tiempo para razonar y para instruirle en los caminos de gozo y bendición.
El problema radica en que justamente es el plano emocional el más difícil a la hora de trabajar para liberarse o ayudar a liberar a otro.
En este plano nadie puede ser sacado de su prisión, sino que cada uno es el que debe caminar hacia fuera de la cárcel del alma.
Ante esta perspectiva, déjame darte algunos sencillos consejos, que han sido probados y resultan efectivos.
Estoy atento a que me hagas llegar tus comentarios así como ideas y sugerencias.
Consejos prácticos:
1- No intentes actuar como misionero, no quieras convencer de nada. Nadie es liberado de las cárceles emocionales, recuérdalo.
Si no estás aún bien afirmado en el camino noájico, si todavía estás al borde del abismal pozo, no están aún en condiciones como para ayudar a otros. No sea que por apresurarte a rescatar a otro, te hundas nuevamente en el fango mortal junto con él.
2- Convida al prisionero emocional a comer contigo. Aprovecha el encuentro para conversar. Especialmente pregúntale por su vida, su familia, sus cosas.
Si el prisionero emocional quiere actuar como misionero, detenlo, dile que tú no quieres hablar de «religión» sino solamente compartir con él ese momento de encuentro. Probablemente el esclavo no te comprenderá y seguirá con su disco rayado, tratando de vender su mala mercancía a precio de oro. Dile que agradeces su interés por tu alma, pero que ahora no quieres hablar de esos temas.
3- Mantén la conversación en un nivel personal, interésate realmente por el bienestar de tu interlocutor. Préstale atención, sé honesto y sincero a la hora de oír y escuchar.
4- Déjalo hablar, a la gente le suele gustar mucho oír su voz y que otros le oigan.
Solamente detenlo si habla de… tú sabes qué…
5- Sé sencillo en tus planteos. Recuerda que el esclavo emocional probablemente tiene obstáculos en su plano intelectual.
Tú tampoco hables de «religión».
6- Como tú has invitado la comida, paga tú.
7- Al finalizar de comer, agradece al Eterno por lo que has comido.
Hazlo en voz audible pero baja, que el otro te oiga pero que no sienta que le estás imponiendo nada.
Si el a su vez quiere agradecer a su falsa deidad, déjalo hacer, en tanto no te obligue a participar. No admitas que él rece a su falsa deidad en voz alta, si se quiere perjudicar que no te dañe a ti. Por supuesto que NO debes contestar «amén», ni mostrar consentimiento a su acción negativa. Pero en este momento tampoco debes amonestarlo, ya que las amonestaciones se realizan solamente a aquel que es capaz de recibirlas.
8- Si el otro insiste, porque es así como generalmente están programados, en venderte su sucia mercancía religiosa, NO le retruques ni intentes razonar con él. Por el contrario insiste tú también en aquello que ya le dijiste: no quieres hablar ni oír hablar de religión.
Mantente amable pero firme, no te corras de esa posición de abstinencia de «religiosidad».
Si el otro no entiende y de lo único que sabe hablar es de religiosidad, entonces discúlpate, y retírate. Menciónale que para un próximo encuentro quieres conversar de corazón corazón, con el otro realmente, sin el disfraz de religiosidad que entorpece en el medio.
Si el otro ama su esclavitud, no tienes tú lo que buscar. Para otra vez será. Esto es: se paciente, constante, no te dejes desanimar por el primer fracaso, pero tampoco te obsesiones y reniegues de ver la realidad.
9- Vuelve a encontrarte con el esclavo emocional varias veces más. En cada ocasión repite el patrón de cero tolerancia a las charlas de religión. Nada de nada.
Pero demuestra sincera y franca apertura a interesarte por sus cuestiones personales, emocionales. Sin caer en ánimo chismoso, ni en entrometerte allí en donde no es prudente o digno meterse.
Haz que el otro se sienta a gusto a tu lado, a pesar de que no pueda dispararte su andanada de frases memorizadas de religiosidad idolátrica.
Por supuesto que si te consulta acerca del noajísmo con sinceridad y respeto, sin ánimos de entablar debates o como excusa para comenzar con su consabido discurso, debes de aprovechar esta oportunidad para darle pequeñas dosis de Luz. Sin irte a cosas complicadas, sin rebuscar, sin gozar de tu victoria. Simplemente muéstrale con mansedumbre y alegría pequeños aspectos de la vida noájica, para que vaya limpiando de a poco su vida de la perversión de la idolatría.
10- Cuando el esclavo encuentra un bálsamo para sus heridas emocionales en tu compañía, le has hecho un inmenso favor. Le has mostrado el camino hacia la Luz.
Ya ha dado algún paso en la dirección correcta.
Comprobarás que llegado el momento oportuno él te preguntará con interés real acerca del noajísmo, de la fidelidad al Eterno, de las cosas puras que hacen a la vida equilibrada de un siervo del Eterno.
Habrás vencido y él no habrá sido derrotado, sino que también es un vencedor.
Por último.
Toma estos consejos para ser aplicados con relatividad, no como un manual o receta de cocina.
Sé creativo e ingenioso, pero siempre mantente amable, sincero, honesto y justo.
Algunos esclavos emocionales rompen más fácilmente cuando son provistos de llaves intelectuales. Otros cuando se les favorece un contexto social que los cobije, una comunidad noájica.
Así pues, si estás realmente atento a tu prójimo que está esclavo de la idolatría, verás cómo ayudarlo con lo que precisa para liberarse.
Quedo a tus órdenes y a la espera de tus comentarios y aportes.
(Lecturas recomendadas:
http://fulvida.com/temas-frecuentes/cuando-noe-aprende-de-abraham
http://fulvida.com/misioneros/lo-que-te-mueve-y-lo-que-te-detiene
http://fulvida.com/salud/los-miedos-y-el-noajismo-2