– Ego: haz las cosas tu manera…!
– Yo: créeme, me gustaria complacerte, pasé muchos años haciéndolo y no me ha servido para nada…
– Ego: ¿para nada? viajes, fama, dinero, primeros asientos, título de moré, casi rabino, más viajes, amistades… ¿llamas a eso nada?
– Yo: en serio… no estoy de humor, tengo muchas cosas por hacer y si te presto atención no haré gran cosa, por favor, guarda silencio…
– Ego: noooo… yo tan solo decia.. qué tiene de malo hacer las cosas según tu parecer… ¿acaso Dios no quiere que desarrolles todo tu potencial? Ya sabes, por aquello que uno debe crecer en todos los sentidos…
Yo: mmm… ¿será?, hago memoria y me has dicho lo mismo durante muchos años, siempre con palabras diferentes, pero los resultados han sido siempre iguales. A fin de cuentas, nada sale bien…
Ego: haz la prueba… qué tal con algo que te ayude a crecer… qué tal una pequeña lectura del Tanaj… lo lees y me dices tu interpretación…
Yo: ¿qué me ayude a crecer?, ¿de dónde sacaste esa idea?
Ego: no seas ignorante, acaso no quiere Dios que todos lo conozcan, qué mejor manera de hacerlo leyendo Su palabra para la humanidad…
Yo: ahí estás otra vez… ¿para la humanidad?, me gustaria saber dónde dice eso…
Ego: pues lee!!!, constata tu mismo, verifica que no te miento…
Yo: jajaja…! ¿no te cansas verdad?
Ego: recuerda que tu me has alimentado durante años, ¿qué esperabas?
Yo: tienes razón… si te doy de comer, si te engordo, te doy fuerzas para que sigas insistiendo…
Ego: entonces, ya eres consciente que las cosas siempre van a ser así, toma el libro y lee por ti mismo. En otras ocasiones lo has hecho y has comprendido cosas que antes no eras capaz…
Yo: tienes razón…
Ego: ¿ves? , siempre la tengo…
Yo: me refiero a que tienes razón en que siempre estarás allí tratando de dictarme lo que debería hacer…
Ego: ¿otra vez resistiéndote…? es más fácil que te dejes llevar… no tienes por qué decirle a nadie…
Yo: ¿y si consulto con el Moré?, qué tal si le pregunto a él si lo que quiero es lo que debo hacer…
Ego: ya! dejate de sofisticaciones, sé simple…! ¿Vas a dejar que otro te diga cómo debes hacer para conocer a Dios?
Yo: ¿y por qué no?
Ego: ¿y por qué si?
Yo: en realidad no sé, pero tantos años haciendo las cosas según mi parecer, tantos años tomando las decisiones incorrectas, tantos años…
Ego: ¡ya! deja el drama… no tienes que hacer gran cosa… es más… ni le consultes… ese te va a decir lo que ya sabemos: «no toques lo que no es tuyo»…
Yo: prefiero consultarle…
Ego: no lo hagas… no es necesario… así como estás, estás bien…
Yo: insisto, quizás él pueda ayudarme…
Ego: ¿y entonces?… acuerdate que en otras ocasiones otros te han dicho que hacer con tu vida y te ha ido mal…
Yo: ¿otros? me parece que has sido tu… y que han sido otros egos…
Ego: qué dramatico! deja a un lado el existencialismo ridículo y haz lo que te de la gana…
Yo: ¿lo que me de la gana? Eso es lo que vienes planteando desde el comienzo…
Ego: no cambies mis palabras, lo que yo dije es que si quieres crecer, haz las cosas a tu manera…
Yo: tu y tus formas de decir las cosas…
Ego: tu me has hecho asi… qué esperabas…
Yo: tienes razón… no puedo esperar mucho… pero hay algo que sí puedo hacer…
Ego: ¿qué? Escribir un post donde le des palo al ego, ¿crees que eso me va a hacer menos fuerte?
Yo: tienes razón… no voy a escribir en contra tuya… eso seria hablar mal de mi mismo. En lugar de eso voy a aprender a no dejarme llevar por ti…
Ego: ¿Y cómo?
Yo: no sé, debe haber alguna manera, algun modo de no vivir según tus dictados…
Ego: Lo dudo…
Yo: bueno… dudar es bueno… pero consultar es mejor…
Ego: me parece bien… haz las cosas a tu manera.
– ¿Fin?