Escogí como título deste post el fragmento de una conocida canción del grupo español Mecano, porque es netamente humano buscar el equilibrio entre lo material y lo espiritual, ese balance que se encuentra en un punto casi virtual, sumamente dificil de alcanzar, es el objetivo del ser humano en la tierra. utilizar lo material para elevarse, a lo que no tiene materia, hasta ahí la filosofía, no se más.
Pero remitiéndome a nuestro contexto de Fulvida, de un tiempo para acá en fulvida.com, me encuentro con contenidos aparentemente profundos, de alto contenido, trascendencia y vital importancia, pero me resultan en muchos de los casos carentes de valor por su contenido, quiza valiosos, por lo que pueda pasar con ellos, más no por el nivel de verdad explicito entre las lineas.
Para ser más específicos, en un principio es permisible, o mejor, entendible, que recién salidos de cárceles doctrinales, queramos derramar nuestros sentimientos represados, por tamañas situaciones vividas, por el largo entrenamiento a los que se fueron sometidos, en aquellas ideologías huecas, desprovistas de un asomo de sensatez, pero repletas de cadenas sensitivas y emotivas, que obstruyen el flujo de procesamiento cerebral, por no meterme en lo espiritual.
Las sensaciones y los sentimientos están ahi, para cumplir una funcion, no hay que desconocerlos, pero hay que ponerlos en su lugar, permitirles que trabajen en pos de nuestro refinamiento, más no volvernos sus súbditos, pues esto es lo que conseguimos, cuando les damos el valor equivocado.
Fulvida, pues, es interesante en la medida que se puede hacer un seguimiento del individuo, y mensurar su avance (propio, y por que no, ajeno), pero empieza a volverse carente de vitalidad, en cuanto sus miembros permanecen anquilosados en la obscuridad , atrapados en sus propios delirios, inmovilizados por la eterna pereza.
Buscamos y buscamos lo trascendente, «aprender hebreo», es lo que es, pero ¿acaso sigo con la misma mala otrografía en castellano, de mi tierna edad escolar?.
Leo, y leo bendiciones, palabras «sagradas» a diestra y siniestra, pero, acaso sabemos que es la ley?.
Aseveramos cuantas consignas, pero ¿podría hacer un esbozo histórico que me permita ponerme en contexto, para saber que lo que estoy diciendo no es un nueva patraña?
Fulvida, pues es un crisol de personalidades, historias, nacionalidades, pero se torna ampliamente monótono, cuando llegamos a ella y nos quedamos arrastrando esas piedras llenas de visos de idolatría, falsedad, emotividad, mentira y perenne repetición.
Intentemos algo diferente, no tirar besos y abrazos a granel, eso no es el amor, midamos las distancias , allanemos el camino, y construyamos en tierra firme, lo superficial, la hipocresía, están ligadas a nuestros bajos instintos.
Intentemos algo diferente cada mañana, la libertad se logra tras años de lucha, no por una simple sentencia tirada al ciberespacio. No hagamos de nuestra fundación un microcosmos de la corrupción exterior, que de eso ya tenemos suficiente. Pensemos, ¿será demasiado pedir?