Se me ocurren muchas cosas para resaltar de este anhelado día. De hecho, lo iré desenvolviendo en siguientes post’s, pero dos cosas qusiera decir de esta reunión habiendo recordado todo en cuanto pude al regresar a casa, antes de dormir, y ahora mismo escribiendo.
La primera es, como ya algunos amigos venían comentando en el post al respecto del amigo David Russomano, de que se trataba tal vez sin darnos cuenta, de un preámbulo de aquello que podría ser el gran evento en Panamá 2009 y del que Di-s me ayude a a formar parte, dado que como una señora y su hija cruzaron la misma cordillera que otrora atravesara el Gral. San Martín, que un hombre que es maestro de muchos cruzó el charco (Río de la Plata), y que otros tres muchachos locales viajaron algunos kms.; todos en un punto de Buenos Aires, estábamos entonces ante un encuentro internacional. Muchos otros países asistían de manera espiritual, físicamente lo hacían Chile, Argentina y Uruguay.
Lo segundo: compartir con el señor Ribco y los demás un día es hacerlo la mitad. Es que la calidez, alegría y humanidad que emanaba el encuentro te hacía olvidar que hay algo llamado tiempo.
Salgo de casa casi al caer la tarde del 18/06, colectivo-tren-colectivo hasta el aeropuerto de Ezeiza, y llego unos 10 min. antes de que llegara el avión de la sra. Nidia, la matrona de fulvy ( parece que así se la podría llamar si gusta). Improvisé un pobre cartelito que decía »FULVIDA NIDIA», con prisa para que me pudiera ver, pero nadie, pasaba media hora y nadie. Recibo una llamada al celu, y era su hija…estaban esperándome en otro sector de arribos, ya que el aeropuerto en sí es grande y los arribos de LAN eran por ambos sectores..ufff, menos mal que les dejé mi No. de celu.
Me apuré al llegar al otro y ahí estaban sentadas al costado de la entrada, dije: »disculpe, ¿ud. es Nidia?», y se le llenó de sonrisas la cara de la matrona, saludos, abrazos, y a buscar alojamiento. Combinamos con Andrés, y nos encontramos en el barrio porteño de Once, crisol de nacionalidades, y máxima concentración de la comunidad judía. La sencillez de la srs. y su hija era por demás elogiable, se les notaba la cara de felicidad y seguramente la mía y de Andrés (que estaba con su linda nena) no eran distintas. Después se sumó la mujer de Andy y compartimos una buena noche. Más saludos, una comida amena, charlas, un »hasta mañana» y a dormir;por suerte tengo una tía que vive cerca…
LLegaba el día esperado. Hablé con David y ya estaba yendo temprano al puerto, así que fuí para allá y él ya estaba. Así que deliberábamos en cómo lo reconoceríamos porque no teníamos carteles como las otras personas, la foto que presenta en Fulvida es bastante clara, no sería difícil…además tal vez traiga su kipá. Mientras así hablabamos apareció entre los llegados una silueta de aprox. 2 mts. de estatura, que por más que lo evitara (si quisiera hacerlo) no pasa desapercibido pero ni ahí. Imagino que de haber jugado de chico a las escondidas hubiera perdido siempre.
Un gran saludo, y una sensación de que estábamos ante una notable persona en todo aspecto. Ya lo veníamos imaginando pero comprobarlo de manera presencial es distinto. Así buscamos un taxi y fuimos los tres a un restaurant kosher en el mismo barrio de Once donde estaba alojada doña Nidia. Ella junto con su hija y Andrés llegarían un poco después, sobre todo Andy porque un taxista al parecer le dió un lindo paseo innecesario por la city, supongo que ya les contará. Muchas conversaciones, noajismo, algo de judaísmo, cristianismo en voz baja porque el lugar no daba para esa cuestión y por mucho respeto, algo de fútbol, familia, cosas generales; desayuno mediante, un café, un cortado, un capuccino, medialunas…una linda mañana.
Después salimos a recorrer un poco la zona donde cada tanto se veían personas de aquí para allá de la colectividad judía. Muy grande es la comunidad en Argentina. Y Llegamos al Abasto Shopping, grande por cierto, que se encuentra en el barrio homónimo.
Y ahí más charlas de todo tipo, pero también nos daba clases, que por suerte no eran a distancia esta vez, así que nos sacábamos dudas, el Moré respondía las cuestiones, de éstas derivaban otras y así aprendíamos más. Pasado el mediodía el hambre nos atacó otra vez y buscamos provisiones, el sr. Ribco las buscó en el Mc Donald’s Kosher del shopping, nosotros los chicos en un Burger King, y las mujeres en un local donde pidieron comida china, que por cierto no le gustó a la matrona e hizo un trueque por una de las hamburguesas. Así las agujas del reloj no corrían, VOLABAN, hasta que al decidir salir otro rato vimos que empezaba el aguacero temido y anunciado por los servicios meteorológicos, por suerte no era el Gran Diluvio de la época de Noaj. Volvimos a nuestro lugar y seguimos hablando y hablando, riendo, compartiendo, etc., por supuesto que hubo fotos que ya subiremos. Cabe destacar que en esta oportunidad había un vigilante de varios que recorría el lugar de comidas, y cuando pasaba por el nuestro se acercaba incómodamente cerca…¿será que mi cara era de preocupar? ¿pensaría que tal vez por traer algo de barba y por ésto parecer árabe sería un fundamentalista con explosivos alrededor de mi cuerpo? Naaa… simple rutina, creo.
Por fin decidimos salir a pesar de la lluvia, entramos al subte (tren subterráneo) y fuimos hasta el obelisco, símbolo porteño,en Av. Corrientes y Av. 9 de Julio, más fotos, recorrimos algo sobre Corrientes, luego la peatonal Florida, Av. de Mayo: ya a esta altura poco importaba la lluvia. Después hubo una merienda, unas últimas charlas y despedidas calurosas. Nidia y su hija junto con Andrés despedían al Moré, a quien David y yo acompañaríamos otra vez hasta el buquebus. Así que otra vez como al principio, el sr. Yehuda y los dos muchachos se saludaban, se sacaban fotos y se prometían más reuniones. En fin, 12 horas que habrán sido 6 para nuestra percepción, pero indudablemente un día prohibido olvidar. Tal vez fuí extenso, pero les aseguro que para describir todo harían falta más post’s y tiempo.
Ahora mismo es sábado a la tarde y acabo de llamar al hotel de Nidia para arreglar juntarnos para compartir la despedida de mañana al mediodía. Seguramente ella al estar en su tierra patria otra vez, expondrá su visión de todo, lo cual valdrá la pena leer. Por lo pronto muchas gracias a todos aquellos que le pusieron buena onda desde muy lejos y no tanto, a los pibes locales, a la señora Nidia y su hija, y al sr. Ribco por compartir un distinto 19/06, sea éste el primero de varios.
Saludos y cariños desde Argentina para todo el mundo.
Sebastián.