Prestemos atención:
«Yo enviaré Mi terror delante de ti y traeré confusión a todo pueblo donde tú entres. Haré que todos tus enemigos huyan de delante de ti.
Yo enviaré delante de ti la avispa, la cual echará de tu presencia a los heveos, cananeos y heteos.
No los echaré de tu presencia en un solo año, para que la tierra no quede desolada ni se multipliquen contra ti las fieras del campo.
Poco a poco los echaré de tu presencia, hasta que multipliques y tomes posesión de la tierra.»
(Shemot / Éxodo 23:27-30)
Esto le prometió el Eterno al pueblo judío mientras éste iba rumbo a la Tierra Prometida.
Es una promesa cumplida.
Pero advirtamos algo muy interesante.
La promesa del Eterno incluye la poderosa intervención divina para erradicar a los enemigos de Israel de la Tierra de Santidad, haciendo así el correspondiente lugar para que la nación santa pueda radicar allá.
Sería con portentos, con la Mano de Dios, con poderes más allá de los normales que los judíos lucharían las guerras del Eterno, de modo tal de recobrar la posesión de SU Tierra de Santidad.
Sin embargo, no sería de un momento al otro, sería un proceso paulatino. Como el nacimiento del nuevo día, las luces irían tomando su lugar de a poco, ahuyentando las sombras grado a grado.
A pesar de que Él lo puede hacer en un santiamén, el método escogido fue gradual, lento, a su debido tiempo.
Si bien podía ser instantáneo, la Voluntad Divina ordenó que fuera pausado, como siguiendo las líneas naturales, aunque eran producidas por la directa intervención de la deidad.
Y dice expresamente que sería gradual «para que la tierra no se llene de las fieras del campo».
Pero, ¿¡cómo es esto!?
El divino liberador, el divino salvador, el Todopoderoso, el Dios de las hueste celestiales retrasa el asentamiento de Su Pueblo porque las fieras entrarían antes… ¿acaso él no podía intervenir para que las fieras no entraran a la tierra? ¿Él no podía disponer de un bloqueo que dejara la tierra librada de bestias y enemigos, perfectamente clara para el advenimiento de la nación santa?
Por supuesto que podía hacerlo, Él es Todopoderoso, pero se auto-limitó de acuerdo a Su Voluntad (como lo hace en otras cosas también).
¿Por qué?
¿Qué se gana haciendo que el hecho milagroso transcurra como un proceso natural?
¿Por qué extirpar al enemigo de a poco, pudiendo quitarlo de un mazazo sorprendente y evidentemente celestial?
La enseñanza es que Dios creó el universo, lo dotó de leyes (físicas-naturales y espirituales), y Él actúa en conformidad a las leyes por Él creadas.
Si los hijos de Israel habían de reconquistar la Tierra de Promisión, sería hecho por medio de la intervención divina, pero esta actuación sería a través de las leyes naturales.
La salvación había sido prometida, pero vendría de modo natural, aunque fuera milagrosa.
Hace unos años comenzó el nacimiento de la Era Mesiánica.
Es un camino lento, como fuera anunciado hace siglos, sería como el amanecer.
La Luz del Eterno iría desterrando las sombras de a poco.
Los sucesos seguirían una sucesión aparentemente natural, como si fueran incidentes aislados, brotes espontáneos, acciones humanas, accidentes, etc., pero que vistos en la correcta perspectiva solamente pueden indicar la Mano del Eterno actuando con un propósito determinado.
La Era Mesiánica ya ha dado comienzo, pero estamos aún en las penumbras que anteceden el albor.
Es cuando las sombras se esfuerzan por mantener su predominio, cuando los esbirros del mal presionan con todo su nefasto poder.
Es cuando pareciera como si la promesa del Eterno se diluyera.
Pero, es un hecho cierto, la Era Mesiánica ha comenzado.
El despertar de la conciencia noájica es uno de sus elementos.
El retorno de Israel a su tierra es otro.
En momentos de tribulación, en los tiempos finales del imperio del mal, es cuando debemos redoblar nuestra confianza en el Eterno y maximizar nuestras acciiones para construir Shalom.
No hay un tercer bando, o se trabaja por el Shalom o se es cómplice del caos y confusión.
No te dejes engañar por la lenta redención. No creas que estás siendo llevado por un destino ciego. No adoptes ideologías y doctrinas que te apartan de la senda del Eterno.
Ahora es el momento de fortalecerte, de crecer, de continuar trabajando, de ayudar a quien está a tu lado para despertar.
A construir Shalom, es nuestra tarea… o a ser cómplices del mal. Tú eliges.