Todo número elevado a la cero, da como resultado UNO; lo que explica en cierta medida que la Nada y el Todo resultan en una Unidad inseparable.
“Shemá Israel Ad-nay Elokenu, Ad-nay EJAD”
Monoteísmo y Revelación
El monoteísmo es la forma más evolucionada de practicar la espiritualidad, siendo ésta forma la única en la que impera la conciencia absoluta de la existencia de Dios (Dios como Unidad inseparable, incalificable y absolutamente inentendible por la conciencia humana).
Este Dios, Uno, Único, sin par, sin divisiones, sin aditamentos, sin calificativos que puedan explicarlo, sin ciencias y complejas teologías que escriban su historia, ha llegado a conocerse por medio de la Tradición.
La etimología de Tradición halla sus raíces en el vocablo latín tradere, que significa entregar y en el sentido más religioso puede significar, si así se quiere, Revelar.
Podemos concluir de esto que el Uno y Único se ha revelado a la humanidad, más sin embargo, esto nos presenta una nueva incógnita: ¿cuál es el fin?
Para conocer éste proceder debemos indagar en aquello que ha sido entregado; pues la Tradición es el manual.
La Torah, que es la Tradición, nos adentra en lo que queremos investigar: el propósito de la revelación de D’ a la humanidad. Veamos:
“En el principio creó Dios los cielos y la tierra”
Aquí hay un claro indicio; si Él es creador de todo, el NO creado, Padre (en el sentido metafórico) de TODO y Señor (en el mismo sentido) de la NADA, entonces existe una razón por la cual Él se ha revelado a nosotros (Su creación). Ésta revelación no es otra cosa que una conciencia interior de Su existencia. Esto a nosotros (los humanos) se aplica cuánto más conocemos y profundizamos en la Tradición.
“Hagamos un hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza…”
Si el resto de la creación es en esencia parte del pensamiento (figurativamente) de Él, nosotros somos más que pensamiento, somos además tselem y demut, Maimónides, en su obra "Guía de los Descarriados", distingue dos conceptos: tselem (forma) y demut (semejanza), de tóar (aspecto) y tavnit (configuración). Tóar y tavnit expresan la figura material, mientras que tselem y demut la forma espiritual. La Torah, al indicar tselem y demut define el espíritu y nos confronta con uno de los principios básicos de la tradición. No es posible elevarse a Dios por medio de la materia, tóar y tavnit, (ver Isaías 44: 13) y sí por medio del espíritu.
Esto explica una segunda razón para la Revelación; además de provenir del pensamiento del Eterno, somos criaturas que poseen la capacidad de conocer su origen (la Voluntad de Dios).
Ahora bien, esta casi claro el cómo comprendemos la Revelación, pero no hemos avanzado en el por qué.
Si ahondamos en esta pregunta conoceremos que al primer hombre fueron dadas una serie de instrucciones, que perseguían el propósito de mantener un orden, la armonía.
“Y dijo Dios: Haya luz, y hubo luz”
La primera orden que Él emite en la creación tiene como fundamento sustancial la armonía, el equilibrio. D’ no elimina el vacío (la oscuridad), sino que separa la misma de la Luz y es entonces cuando comienza a haber vida.
De aquí podemos intuir que mediante el orden, la armonía, el equilibrio, surge de manera espontánea la vida: el nacer, el crecer y el crear.
Hasta aquí hemos respondido en parte el por qué: “la Revelación Es por el orden, por la armonía, por la vida”.
De esta conclusión podemos extrapolar un mensaje tácito: La Revelación es para el aquí y el ahora, para la construcción de Este Mundo, para la edificación de Esta Vida.
Ahora pues, comprendemos el sentido del monoteísmo.
La acción monoteísta no es una religión, una moda, una forma de pensar, una teoría, una teología, no es un pensamiento superfluo, no es para teorizarse y escribirse, nada más, es en profundidad una conciencia de lo que somos, del por qué somos y del para qué estamos.
Somos una raza única, como Único es Él, somos porque así lo quiso Él y estamos para VIVIR.
Según la Wikipedia, vida se puede definir como la estructura molecular capaz de establecer un soporte material de transferencia energética homeostática, cuando es estimulada por el medio en condiciones favorables.
En palabras menos científicas: vivir es la actitud dinámica de un ser que busca un equilibrio en el ambiente interno, favorecido éste por el medio en condiciones adecuadas.
Esto es vida en el sentido meramente biológico, pero esto aplica al resto de los planos que conforman al ser humano (además del físico, el emocional, el social, el intelectual y el espiritual).
De lo anteriormente expuesto podemos concluir que el monoteísmo es, además, la herramienta más completa que usa el ser humano para vivir (en todos sus planos).
Homocentrismo Monoteísta
Sabemos ya que el monoteísmo no persigue solamente el Culto a Un Dios, si bien es cierto que la palabra monoteísmo indica claramente que es la creencia religiosa que afirma la existencia de un solo Dios (Génesis 1:1), y por ende la Adoración a éste Único. Las instrucciones que da el verdadero monoteísmo (a veces confundido con monolatría) poseen, a grandes rasgos, el Homocentrismo.
Tenemos que el primer mandamiento dado a Adán fue el dar vida, tanto en el plano físico (multiplíquense) como en el plano etéreo (fructifiquen).
Luego podemos notar que cinco de los siete mandamientos noajidas están dirigidos al hombre como figura central (No robar, no asesinar, mantener una sexualidad sana, mantener el cuidado en la alimentación y respetar la integridad de los animales y establecer un sistema legal y jurídico)
Claro está que este Homocentrismo es Monoteísta; y no nada más homocentrista (ya que esto sería ateísmo) ni solamente monoteísta (ya que esto sería monolatría)… recordemos que el equilibrio es fundamental en la vida.
Aquí esta la diferencia entre el Islam/Cristianismo y el Judaísmo/Noajismo.
Esperemos que muchos más dejen de rendirle culto a la muerte (¿salvífica?), y comiencen de una vez por todas a ser libres y vivan, vivan a plenitud.