Victor Hugo Villagrán
Resp. 129 – No es el camino
Victor Hugo Villagrán
Antes de comenzar, una advertencia.
Ya he enseñado en numerosas ocasiones que no existe algo así como «religión» judía (ni noájica), pero empleamos este término por una comodidad del lenguaje y no como una afirmación de que realmente haya «religión» judía (ni noájica).
En verdad el judaísmo es LA manera de vivir adecuada exclusivamente para las personas con identidad espiritual judía (sea por nacimiento de madre judía, o por haberse convertido al judaísmo formal y legalmente).
Así pues, el judaísmo es LA manera de vivir que corresponde a la esencia espiritual judía, y NO es una religión, ni una raza, ni una cultura, ni una moda, ni un club abierto.
De manera idéntica, el noajísmo es LA manera de vivir adecuada para los gentiles, pues tal es lo que el Eterno ha provisto como excelente para los descendientes de Noaj.
Dicho lo cual, pasemos al tema que nos compete en este momento, que es responder a esta pregunta:
Te aseguro que muchas de las cosas que te expondré a continuación, tú las sabes, o las presientes. Incluso, si eres sincero contigo mismo, te verás reflejado en alguna de las descripciones.
Como sabemos el ser humano está formado por cinco planos: físico, emocional, social, intelectual y espiritual.
Veremos cómo de acuerdo a cada uno de estos planos, existen motivos de afiliación a la religión.
Físico.
La persona ha nacido en determinada familia, en determinada confesión religiosa, que le es impuesta.
No se le da a optar, no se le inculca en elegir su religión, sino que se le somete a los dictados de la misma.
A la religión que pertenezcan los padres, se atará el hijo.
O la religión del padre «fuerte», será la religión del hijo.
Es una determinación férrea, sin espacios para dudas o cuestionamientos.
Te dicen: «somos cristianos», por ejemplo, y ya está. No se aceptan preguntas, ni críticas, ni pensamiento propio.
Otro motivo, dentro del plano físico, lo encontramos en aquellas personas que buscan su religión a partir de hechos concretos, que sean evidentes desde el plano material.
Así pues, están los que se han convertido a tal o cual religión por haber sido curados (supuestamente) de alguna enfermedad o dolencia, por ejemplo.
O los que abandonan la fe de sus antepasados por no encontrar evidencias físicas que avalen las doctrinas de la fe.
Pretenden validar o invalidar la religión con pruebas.
Emocional.
Se mantienen aferrados a la religión por temor a la reacción de familiares y conocidos, o peor, la que tendrá el pastor o clérigo a cargo de su comunidad.
O, son adeptos de su religión a causa de las amenazas de infiernos y tormentos que recibirán de convertirse en traidores por abandonar la religión, así como se les promete toda clase de beneficios por ser fieles a la misma.
Por supuesto que en este plano juega muchísimo la manipulación emocional, a la que gran número de personas se ven sometidos desde diversos ángulos.
Se repiten lemas y eslóganes, se cantan repetitivas cantinelas de reforzamiento, se emplean palabras claves para inyectar con más fuerza la influencia de la religión en la vida personal.
¿No es gracioso que cuando decimos «alelusha hermano», de inmediato pensamos en evangélicos?
El motivo emocional es, por tanto, el deseo de recibir gozo y rechazar el dolor, cosas que promete la religión a la cual se afilia.
He conocido varias personas que saltan de una religión a otra, un día son católicos, al siguiente testigos de jehová, al siguiente evangélicos, luego mesiánicos, y así hasta que encuentran o la paz que brinda el noajísmo, o alguna religión con fuertes hilos de manipulación, a la cual se abroquelan.
Social.
A causa de la presión social, no tienen más remedio que formar parte del rebaño de alguna religión.
Recientemente una persona noájida de Nicaragua me contó de las terribles dificultades que están sufriendo las personas que no se confiesan cristianas.
Algo similar me refirieron personas de otras zonas de América Latina, como de Colombia, Venezuela o Paraguay (entre otros).
A veces esta prisión/presión social está velada, no se manifiesta públicamente, pero se conoce, se siente y se vive de acuerdo a ella.
Intelectual.
La persona medita, analiza, estudia, indaga, critica, cuestiona, consulta, razona hasta que encuentra que la religión es saludable y provechosa para sí.
Conozco a varios noájidas, ex esclavos de las religiones, que han alcanzado su libertad a partir del uso de su intelecto, del ejercicio de sus facultades mentales. Muy a pesar de sus antiguos pastores y camaradas, estos noájidas se atrevieron a dudar, a investigar, a exponer sus dudas… y por eso fueron silenciados, humillados, degradados, excomulgados, etc.
Pero, tristemente la mayoría de las veces las personas usan su potencia mental al servicio de sus emociones, o de los mandatos sociales.
Entonces, inventan mil y una excusas, elaboran complejos dogmas incomprensibles, pintan fantásticos cuadros que hacen pasar por realidades, todo para mantenerse dentro de los marcos de su religión.
Por supuesto que usando el intelecto positivamente, podemos encontrar mil y un razones y demostraciones que indican a claras luces la pureza y verdad de la Torá, la exactitud de la Revelación en Sinaí, etc.
Espiritual.
La persona conoce lo que tiene para conocer de su religión, sabe datos, conecta con capacidad evidencias, razona que todo lo que ha recibido es bueno y justo.
Pero, da un paso más… confía cuando ya no tiene herramientas para conocer.
La confianza es el paso que supera al conocimiento, pero se sustenta en éste.
Así pues, desde este plano espiritual, la persona escoge ser parte de su religión.
No sigue cual oveja al pastor,
ni se deja apretar por el rebaño,
no busca huir de sus temores o hacer realidad sus deseos,
analiza, critica, estudia y conoce;
y especialmente,
confía.
Sin obsesionarse por encontrar respuestas allá en donde su mente no puede ingresar.
Es una persona con convicción, ha ejercitado sus facultades para no ser víctima de la fe ciega (que es algo emocional), ni sometida a los designios de otras personas (social o emocional), ni un corcho a merced de la tormenta de la incredulidad.
Hasta aquí esta breve descripción.
Te aconsejo que trates de encontrarte en alguno de estos planos, sé sincero contigo mismo.
Sería bonísimo si notas que te ligas a tu religión a través del plano espiritual (sin que esto entre en contradicción con el intelectual).
Por otra parte, si estás atado por los planos físico, emocional o social a tu religión, es hora de que te dediques a indagar en profundidad en los contenidos de este sitio para ir creciendo espiritualmente.
Quedo a tus órdenes.
Por desgracia en nuestra vida cotidiana, somos juzgados solamente con la mirada, a simple vista, por como vestimos, donde vivimos, en que trabajamos y hasta que modelo de carro tenemos, la primera impresión es lo mas "importante", según escuche en un programa de motivación personal, donde daban consejos de como actuar en una entrevista de trabajo, al conocer a los futuros suegros, al tomar posesión de la nueva oficina, al presentarte en el banco para la aprobación de tu crédito, etc.
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En nuestro diario vivir nos bombardean con mitos de todo tipo, de heroes, villanos, politicos, religion, modos de vivir, etc, se trata de situaciones que la gente comenta como si fueran ciertas, pero que muy pocos conocen la realidad, y en muchas ocasiones la realidad es distinta al mito.
Existe un mito, muy explotado por la cinematografia, por las peliculas de accion, en este tipo de peliculas presentan a los miembros de las "fuerzas especiales" como hombres de gran musculatura, estatura, sin sentimientos, inmunes al dolor, invencibles, carniceros (capaces de acabar con la vida de cualquiera sin ningun remordimiento), sin miedo, rencorosos, vengativos, etc etc.
Si siempre has creido lo que te cuentan en las peliculas, aqui te presento algo mas apegado a la realidad.
Los miembros de las fuerzas especiales, son seres humanos como cualquiera otro:
mito- tienen una gran estatura,
la realidad es que: la estatura no importa, pues la diversidad es la base de estos grupos de accion rapida, asi pues se aprovecha la estatura de todos los miembros de la unidad,
mito- tienen una musculatura impresionante,
realidad: aunque hay algunos que tienen grandes musculos, la gran mayoria, en base al extenuante ejercicio, tiene una musculatura definida, pero no son fisicoculturistas o algo asi,
mito- inmunes al dolor,
realidad: son adiestrados en todo tipo de terreno, selva, desierto, montaña, jungla, se tiene que resistir todo tipo de clima, y sobrevivir en cada uno de los climas, y por lo menos sobrevivir una semana, en cada terreno, sin armas de fuego, sin comida, (cazar para vivir) buscar tu propio refugio, con la prioridad de que tienes que llegar a tu destino, prebiamente indicado, asi es que se resiste a cualquier clima o situacion natural, pero sigues sintiendo dolor, hambre, frio, calor, sed, sueño, cansancio, solamente que aprendes a controlarlo.
mito- invencibles,
realidad: por su diseño y configuracion las fuerzas especiales se desempeñan en pequeños grupos, que pueden ser de 4, 6, 8, 10 o 12 elementos, segun la mision, que incluye, combate en area urbana, guerrillas, reconocimiento, asalto nocturno, rescate de rehenes, infiltracion, etc, y si bien es cierto que estos pequeños grupos pueden causar grandes bajas en el enemigo, tambien se sufren bajas, aunque en menor cantidad,
mito- sin miedo,
realidad: por supuesto que realizan actividades que requieren de gran valor y exposicion al peligro, pero no son maquinas, siguen sintiendo miedo, adrenalina, emocion, alegria, tristeza, enojo, pero han sido probados en todas las condiciones, siempre llevados alos extremos, cuando saltas en paracaidas, cuando estas en la inmensidad del desierto, cuando escuchas a los animales salvajes en la selva, y en la obscuridad de la noche, pero tienes que sobreponerte, pues en eso consiste el valor, en poder dominar tu miedo.
mito- son carniceros,
realidad: dado a que operan en grupos muy reducidos, operan con el mayor silencio posible, no disparan sus armas a no ser totalmente nesesario y para defender sus vidas, aunado a esto que llevan solamente el armamento necesario, por supuesto que pueden manejar todo tipo de armas, pero eso no indica que siempre van "armados hasta los dientes", de hecho cada miembro usa una arma difernte, pues cada uno tiene su propia habilidad, asi tenemos que uno es francotirador y otro es experto en demoliciones, y otro lleva consigo un lanza cohetes, etc, pero de ser posible no utilizan ningun tipo de arma.
mito- sin sentimientos,
realidad: aunque pertenecer a este grupo de soldados cambia mucho la vida de sus miembros, pues de cien personas que lo intentan, solamente veinte o treinta lo logran, no se convierten en maquinas, siempre llevan presente a sus seres queridos, incluso la lejania, contribuye a apreciar mejor lo que se tiene.
Me preguntaras como se yo esto.
Bueno hace algun tiempo yo formaba parte de las fuezas especiales, y para poder lograrlo me costo mucho, esfuerzo, sacrificio, lagrimas, si muchas lagrimas, sobre todo en las frias noches, cuando estaba solo, y miraba hacia el cielo, ¡que cerca se sentia el cielo con sus estrellas y que pequeño me sentia yo!, lejos de mi familia, de mis amigos, de la comodidad de mi hogar.
¡Como duele eso!
Sentia como si alguien metiera su mano en mi pecho y me apretara el corazon, y contra ese dolor no hay defensa.
Ahora saca tu mismo tus conclusiones, ¿que otros mitos has escuchado?
¿que tan reales son?
¿algo que ver con la religion?
Si no estas seguro/a porque no empiezas a participar en FULVIDA, aqui se podran despejar tus dudas acerca de los mitos de las religiones. cuando se despejen tus dudas, y veas la realidad, estaras atrayendo hacia tu vida. SHALOM.
Trabajar es parte del ser humano.
Pero, si el hombre se rebela contra las leyes naturales,
provoca que la Creación se torne en un lugar hostil,
infértil.
El castigo de Adam (el primer hombre) no era «trabajar»,
sino superar sus propias limitaciones,
su (nuestra) torpeza,
que provoca que el trabajo sea improductivo,
doloroso, pesado, sudoroso.
Uno de los principios básicos de la Economía es que
Las necesidades crecen progresivamente en tanto que los recursos (para satisfacer tales necesidades) tienden a decrecer.
Uno puede analizar esto desde varias perspectivas.
Primero que nada uno podría tomar la postura más optimista/ingenua, "bueno puesto que Dios existe y es Infinito, perfectamente podría producir múltiples milagros para que todo el mundo tenga algo que comer".
Otra postura, la más pesimista (de quienes no tienen conciencia de la Primera Existencia), sería "hay que controlar el crecimiento de la población mundial. Hay sufiente hambre en el mundo Seguir leyendo Finitos recursos
En nuestra vida solemos atravesar situaciones que sentimos o percibimos como problemáticas.
En ocasiones no es solamente un sentimiento o percepción, sino realmente un hecho inconveniente, un obstáculo.
¿Qué podemos hacer para tratar de salir airosos y triunfales?
A lo largo de mi experiencia personal y profesional he ido hallando algunos recursos que son eficaces. Permiten solucionar inconvenientes, liberarse de cargas, evitar males mayores.
Tanto en asuntos netamente prácticos materiales, como en aquellos que hacen al individuo y a la relación con otros.
Te presento ahora alguno de ellos, con el ánimo de compartir y aprender.
Con gusto escucho tus comentarios constructivos, y espero que quieras compartir tus propios consejos.
Un estudio reciente muestra que darse por vencido es un hàbito adquirido. Se puede aprender a ser perseverante o constante, tan fàcilmente como se aprende a darse por vencido. Durante los ùltimos años, biòlogos, psicòlogos, han realizado experimentos que confirman cuàn poderosamente puede nuestra actitud mental afectar el resultado de nuestra vida. En la universidad Jhons Hopkins los investigadores han descubierto que animales de laboratorio pueden aprender a darses por vencidos. Si un ratoncito se mantiene en la mano con tanta firmeza que por màs que se esfuerce no puede escapar, al final abandonarà la lucha contra lo imposible. Ha aprendido a darse por vencido.
Aunque los humanos no somos ratones, podemos escoger los hàbitos de vida. Afortunadamente podemos hacer una elecciòn optimista de responsabilidad y esperanza. Podemos desarrollar el hàbito de no darnos por vencidos. Podemos programar nuestra mente y corazòn para que siga siempre adelante, luchando contra la duda, el dolor y el miedo. En ese proceso podemos vencer obstàculos en apariencia insuperables. En realidad, uno de los mensajes que yo quiero transmitir es. » Aguante, y lo verè en la cumbre».
Por: Zig Ziglar, pag. 294